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de ideas respecto a las El Estado del Bienestar ha sido designado también con otros térmi-
.ionista a ser interven- nos: Estado providencia o Estado protector y Estado social. No obstan-
:le la libertad, sino el te, el que se ha generalizado es el de Estado del Bienestar o Welfare Sta-
ibertad y la igualdad; te. Este último término, según D. Marh, adquiere una mayor difusión
sivamente en los polí- tras la publicación del Informe Beveridge en 1942, si bien la denomi-
.iones ...), Esta proble- nación fue ya utilizada por el hacendista Adolph Wagner en 1879 en
ue se analiza a conti- Alemania; asimismo algunos economistas ingleses utilizaron el concep-
to Welfare Policy en un sentido moderno y diferente al de beneficiencia
114 UNID.4D DIDÁCTICA 11 ~STADO: GÉNESIS l'
para referirse al intervencionisrno del Estado en la economía con el ob- bién la responsable (
jetivo de mejorar las condiciones de la clase obrera; desde el punto de dual era insufic'T''te
vista práctico, se designó el presupuesto inglés de 1909 como un «wel- al trabajador ea. ,11
(are budge»: que supuso que el E
forma, según Ewalc
En una primera aproximación, el Estado del Bienestar se ha carac-
mientras que duran
terizado por:
rurales. al final del
a) La intervención del Estado en la economía con el objetivo de sas en las relacione~
mantener el pleno empleo. A su vez, esta intervención se produce en 10 privado, sino qu
una o eL ambas de las vertientes siguientes: creación de un sector pú- bargo, todavía a fir
blico económico y simple regulación del mercado. del Bienestar no es
el suficiente canse
b) La prestación pública de un conjunto de servicios de carácter econón1icas no 10 i
universal (preferentemente en ámbitos como la educación, la sanidad, la intervención est:
. pensiones y viviendas) con los que se pretende garantizar un nivel mí- el origen próximo
nimo de ingresos a la población. A ello habría que añadir; como sostie- de entre guerras y
ne -entre otros autores- Mishra, que la responsabilidad estatal en el por ejemplo, la Re
mantenimiento de ese nivel mínimo ha de entenderse como un derecho on Bl um en Franr
y no como caridad pública para una minoría. Precisamente, los siste- en las elecciones I
mas de seguridad social constituyen una de las instituciones más re- una nueva etapa
presentativas del Estado del Bienestar. inicia su consolir
zastos sociales ex
~1ente en el dece:
fue superior al dé
3.1.2. Origen y desarrollo
.,
'~~ffl:';'".
UNIDAD DIDÁCTICA II ., EL ESTADO: GÉNESIS Y DESARROLLO HISTÓRICO 115
~.
L economía con el ob- bién la responsable de la miseria y que, frente a ella, la defensa indivi-
brera: desde el punto de dual era insuficiente. La seguridad contra los riesgos que amenazaban
; de 1909 corno un «wel- al trabajador comenzó a considerarse como una obligación colectiva, lo
que supuso que el Estado asumiese nuevas responsabilidades. De esta
forma, según Ewald, aparece una concepción distinta del riesgo, pues
el Bienestar se ha carac-
mientras que durante el siglo XIX se-pensaba que provenía de causas na-
turales. al final del siglo se entendió que había que encontrar sus cau-
omía con el objetivo de sas en las relaciones sociales. Por lo tanto, la seguridad no debe fluir de
.rvención se produce en lo privado, sino que debe constituir una función del Estado. Sin em-
-eación de un sector pú- bargo, todavía a finales del siglo XIX y principios del siglo xx el Estado
Ldo. del Bienestar no es más que un experimento, bien porque no se lograse
el suficiente consenso en torno a él, o bien porque las circunstancias
de servicios de carácter económicas no lo permitiesen, y, desde luego, pocos consideraron que
a educación, la sanidad, la intervención estatal fuese conveniente económicamente. En realidad,
garantizar un nivel mí- el origen próximo del Estado del Bienestar debe ubicarse en el período
que añadir, como sostie- de entre guerras y particularmente en ciertas experiencias históricas,
onsabilidad estatal en el por ejemplo, la República de Weimar, las políticas practicadas por Le-
iderse como un derecho an Blum en Francia o por los socialdemócratas suecos tras su triunfo
Precisamente, los siste- en las elecciones de·l932. Fueron los años cuarenta los que marcaron
1S instituciones más re- una nueva etapa en la evolución del Estado del Bienestar; en ellos se
inicia su consolidación. Los datos cuantitativos demuestran que los
gastos sociales experimentaron un importante crecimiento, particular-
mente en el decenio de los sesenta, crecimiento que en algunos países
fue superior al del PI~.
11 modelo particulariza- 3.1.3. Las causas del Estado del Bienestar. Los diferentes
ada postguerra, aunque
nteriores. Desde el pun-
modelos
n aproximadamente en
Los factores que determinaron el desarrollo del Estado del Bienes-
emplo, las aportaciones
tar han sido objeto 'de numerosas aportaciones teóricas; sin embargo,
pectiva práctica, fue en
de ellas no se desprenden conclusiones unívocas. Una valiosa síntesis
sistema de seguros sin
de los estudios realizados al respecto es la realizada por Alber. Según
883 y 1889, los seguros
este autor, los diferentes análisis pueden clasificarse principalmente en
laja y de jubilación; se-
dos corrientes: las teorías funcionalistas y las del conflicto, categorías
un medio de restar in-
que, a su vez, pueden subdividirse en orientaciones pluralistas y mar-
sis, desde finales del si-
xistas:
tó paulatinos cambios.
'isión contra los riesgos a) Para la corriente [uncionalista, el Estado del Bienestar es fruto
o, y, si éste caía en una de las exigencias del desarrollo económico y no tanto producto de las
bía a su falta de preví- reivindicaciones de los grupos organizados. Dentro de esta cOlTiente,
arse a finales del XIX re- mientras que los teóricos de orientación pluralista consideran que el
e se había entendida la Estado del Bienestar es una respuesta a los problemas que acompañan
¡ue la saciedad era tam- al proceso de industrialización y urbanización, los marxistas sostienen
-~------------------..•
116 UNIDAD DIDÁCTICA 1J TADO' GÉNESIS Y DES
~
que se trata de una exigencia no del desarrollo económico en general, lue:ar a la e1aborac
da d o ~ fu l~
sino específica del modo de producción capitalista. .:, ...ya clásica e .
CIar. "a) El res!id uai,1 t.ü E
b) Para los teóricos del conflicto, el Estado del Bienestar es una 1
de o:;'. .. d· , b:
la pl'ovisión el iene
consecuencia de los procesos de democratización, de la movilización de en . b'
roporcionan para su -
la clase obrera y de los déficit de legitimidad. Las diferencias entre los p las instituciones qui
teóricos del conflicto, ya sean de inspiración pluralista o marxista, no son ííferencí
es el que, a di e~enCl~ •
es muy nítida. No obstante, puede apreciarse que los primeros hacen .t~11tecometido en 12
mayor hincapié en la extensión del derecho al voto y del derecho de aso- pOI el .• .
cU111plirmento lab~I~I, e
ciación; por el contrario, los marxistas señalan que un factor decisivo -do con el mérito,
es la agitación colectiva y la intensificación de la huelga. 01. f1cuel .
" . Las divergencias el~
A pesar Le lo expuesto, la complejidad del Estado del Bienestar difi- consecuencias de las di
culta que su origen y consolidación se expliquen monocausalmente, d s. por ejemplo, las n
tanto si se utilizan argumentos económicos como políticos. Desde un i:fluir en la evolución I
punto de vista económico, es cierto que las políticas sociales son una países protestantes se
tendencia estructural de las sociedades industrializadas, pero, como di- dad del Estado en el 1:
ce Alber, existían importantes diferencias en el grado de industrializa- tieron las instituciones
ción cuando aparecieron los primeros seguros sociales. Por lo tanto, las hito tenían un c.ará~t
políticas sociales no pueden explicarse adecuadamente a través del de- modelo de orgamzac~(
sarrollo económico. Además, la relación entre crecimiento económico de las funciones de bi:
y la expansión de las políticas sociales es relativa. Por ejemplo, un país ..lización territorial, 111
como EE.UU., con un desarrollo económico considerable, posee un sis- las organizaciones te
tema de seguridad social más precario que otros países menos desarro- entre otros factores, 1;
llados económicamente. Desde una perspectiva política, es cierto que vieron una in'1portanc
los procesos de democratización, y particularmente el establecimiento alianza entre los agri
del sufragio universal entre 1900 y 1930 en los países europeos, son he- el establecimiento de
chos paralelos al desarrollo del Estado del Bienestar, pero recuérdese, bio de precios ag.
por ejemplo, que en Alemania la precoz legislación social se aprueba en
el seno de un régimen autoritario.
Las limitaciones que ofrecen las explicaciones monocausales han 3.1.4. La crisis Ó
tratado de superarse mediante análisis en los que se prima la concu-
rrencia de varios factores. Éste es el método utilizado por Flora en su El Estado del Bie
intento de ofrecer una propuesta integradora; en sínteis, el autor men- cuarenta hasta que le
cionado atribuye el origen del Estado del Bienestara los problemas co- cipios keynesianos ~
nectados con el proceso de modernización (industrialización, moviliza- consolidado. A partr
ción de la clase trabajadora, evolución de la democracia de masas, te aún no zanjado,
crecimiento económico ...). d~recha, acerca de 1
Hasta aquí se ha hablado del Estado del Bienestar como si se trata- óricos de orientació
se de una categoría unívoca, pero en la praxis existen diferencias entre contradictoria porqi
los Estados del Bienestar, que afectan a distintos aspectos, ya sea el.ni- de satisfacer al mis:
vel de gasto social, el modelo de seguridad social implantado o la rela- mulación. Algunas
ción existente entre el Estado y el mercado en la prestación de servicios .. críticas neoliberale~
Las diferencias que cabe apreciar entre los Estados del Bienestar han prestación de servil
---------------------------------------------------~/
lCAlI "·f EL ESTADO' GÉNESIS Y DESARROLLO HiSTÓRiCO 117
difi- Las divergencias entre los Estados del Bienestar, según Flora, son
nte, consecuencias de las diferencias de las que partieron los distintos Esta-
dos. Por ejemplo, las relaciones entre la Iglesia y el Estado han podido
una influir en la evolución de los Estados del Bienestar, Mientras que en los
, di- países protestantes se desarrolló más tempranamente la responsabili-
liza- dad del Estado en el bienestar público, en los países católicos subsis-
" las , tieron las instituciones de caridad, y las funciones estatales en este ám-
I de-
bito tenían un carácter secundario. Otra razón puede atribuirse al
rico modelo de organización territorial: así, un bajo nivel de estatalización
aís de las funciones de bienestar debe asociarse con una 'mayor descentra-
sis- lización territorial, mientras que aquéllas recibieron más impulso en
rro- las organizaciones territoriales centralizadas. Para Esping-Andersen,
.que entre otros factores, las estructuras de coalición de la clase política tu-
-nto vieron una importancia decisiva; por ejemplo, en los países nórdicos la
he- alianza entre los agricultores y los socialdemócratas fue esencial para
ese, el establecimiento de un Estado del Bienestar con pleno empleo a cam-
•en bio de precios agrarios subvencionados .
uan
zu- 3.1.4. La. crisis del Estado del Bienestar
su
en- El Estado del Bienestar gozó de un amplio consenso desde los años
,.
::0- cuarenta hasta que la crisis económica de 1973 hizo tambalear los prin-
za- ~~ cipios keynesianos en los que, en buena parte, se había sustentado y
as, o'. consolidado. A partir de esos Míos se ha desarrollado un intenso deba-
te, aún no zanjado, tanto desde los sectores de izquierda como los de
derecha, acerca de la viabilidad de este modelo de Estado. Para los te-
ra- óricos de orientación marxista, el Estado del Bienestar es una fórmula
re contradictoria porque, según la terminología de O'Connor, es incapaz
[ ,
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¡'C.e'"
UNIDAD DIDlí.CTICA 11 0STA.DO. GÉNESIS Y
.,
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UNIDAD DIDÁCTICA 1I EL ESTADO: GÉNESIS y DESARROLLO HISTÓRICO 119
1'\
t'. estatales, en el en-
S no se han producido cambios drásticos, aunque sí ajustes cuyo efecto y
ración de los usuarios en valoración sólo podrán realizarse a medio plazo, al fin y al cabo tam-
.ios más personalizados. bién la consolidación de este modelo de Estado fue paulatina.
le desde un punto de vis-
aodelo criticable porque Los problemas con los que se enfrenta el Estado del Bienestar han
'acia. Desde un punto de motivado que algunos autores defiendan la necesidad de sustituir el Es-
el Estado del Bienestar tado del Bienestar tradicional por un pluralismo del bienestar que su-
ico favorece el estanca~ pondría la búsqueda de nuevas combinaciones entre el sector mercan-
srvicios públicos al estí- til, el estatal y la acción voluntaria. Sin embargo, la forma en la que
mecanismo de los pre- deban articularse los sectores anteriormente mencionados provoca di-
,; además, los elevados vergencias; mientras que para unos autores el Estado tiene que seguir
;. siendo la pieza central en la provisión de servicios, otros autores de-
fienden que el predominio del Estado debe ceder en favor del mercado
los años ochenta por el y de los sectores voluntarios, con independencia de que el Estado siga
la se ha dicho, el pleno siendo la fuente principal de financiación y ejerza una función regula-
cial y el mantenimiento dora.
fueron los objetivos ca-
os ochenta esos objeti-
01' otros. Así, por ejern-
)leno empleo, mientras Bibliografía
ión de la inflación y del
ipetitivídad internacío. ALBER,J., Dalla Carita allo Stato Sociale, Il Mulino, Bolonia, 1986.
nes principales ante la '.ESPING-ANDERSEN,
G., Los Ti-es Mundos del Estado del Bienestar, Alfons el
ante el decenio de los Magnanim, Valencia, 1993.
~competitividad ha in- EWALD,
F., L'État Providence, Grasset Fasquelle, París, 1986.
~lhcia de los diferen-
FLORA,Growths to limits, W. Gruyter, Berlín, 1987.
L entre otras la re-
luales y de sociedades GARCÍACOTARELO, R., Del Estado del Bienestar al Estado del Malestar, Cen-
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úblico se ha intentado jo y Seguridad Social, Madrid, 1990.
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la participación de los
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guridad Social, Madrid, 1992.
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m propuesto, debido,
ea y a los cambios de- PEALER,A.; GOUGH,1., y THERBORN, G. (cornps.), Competitividad Econó-
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le sostenerse, frente a RUBIOLARA,M. J., La formación del Estado Social, Ministerio de Traba-
:10 del Bienestar, que jo y Seguridad Social, Madrid, 1991.
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oor otra parte, t~
~s1ados trar:sita:
laculiar y dIstIntIva
.~tQ es, un poder q
:terno como en el ex
" Ya se ha aludidc
4. EL ESTADO EN LAS POSTRIMERÍAS es considerado el pl
DEL SIGLO XX dad de organjza~ el
las experiencias de
que se basó en. cOI~:
M.ª JOSEFA RUBIO LARA oía.'>para abordar ¡,
cia bilateral; más re
creándose organiza
SUMARlO: 4. L El Estado en las postrimerías del siglo xx.-4.1.1. o la Organización I
Perspectiva histórica de la soberanía estatal.-4.1.2. Factores de es nuevo el fenóme
interconexión.--4.1.3. La presumible superación del Estado y las . de resolver ciertos
Organizaciones Internacionales. dientemente de qu
Prueba de ello fue
las uniones adrnin
ministración de 3(
4.1. El Estado en las postr-imerfas del 'siglo XX Unión Telegráfica
Comisiones Fluvia
Las incipientes or
Si por una parte, como ya se ha estudiado anteriormente, el mode-
los problemas creé
lo de Estado vigente desde los años cuarenta viene siendo ampliamen-
las comunicacione
te cuestionado en los últimos decenios, por otra parte, los procesos de
interconexión mundial han promovido un debate en torno a la viabili- En definítiva.cj
dad del Estado. Desde este punto de vista, las polémicas van más allá (con lo que ellc
de la adecuación o inadecuación de lID determinado modelo de Estado dones corrruries TII
a las necesidades contemporáneas, porque lo que se discute es la exis- sometin1Íento de 1
tencia del Estado como forma particularizada de organización política. mo el fenómeno e
Recientemente han aumentado los augurios que pronostican un futuro que los fenómeno:
incierto para la organización estatal al insistirse en la idea de que los gar, que históricar
procesos de interconexión afectan a la naturaleza del Estado soberano. relativo, frente al
Sin embargo, las concepciones internacionalistas y las insuficiencias do en el exterior:
económicas y militares se remontan al origen de la forma estatal. justos términos el
A pesar de qut
';;.
ha inducido a que
4.1.1. Perspectiva histórica de la soberanía estatal exterior, la socied
.f~_
tal, es decir, el po
Desde una perspectiva histórica, se observa una constante depen- tados al carecer d
dencia de la política nacional respecto de la política internacional. En \' últimos. El Estad
a partIr de la misma genesis del SIstema aeEstad-;:Oo-Jfu=ec-::Ic:::n:-::;e1:1uc:-d::1cI:-_----",'------ttOO'IF---Bpff-lrincip
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ble el establecimiento de una sociedad internacional garante del orden; son iguales en tal
EL ESTADO: GÉNESIS Y DESARROLLO HISTÓRICO 121
por otra parte, también los problemas técnicos coadyuvaron a que los
Estados transitasen por la vía de la cooperación, a pesar de que la nota
peculiar y distintiva del Estado radica en que posee un poder soberano,
esto es, un poder que adopta decisiones últimas tanto en el orden in-
terno como en el externo con total independencia de otros poderes.
Ya se ha aludido en otro lugar a que el Tratado de Westfalia (1648)
'RIME RÍAS es considerado el primer intento que trata de dar respuesta a la necesi-
dad de organizar el orden internacional. No deben olvidarse tampoco
. las experiencias d~ la Santa Alianza o el Sistema de Concierto Europeo,
que se basó en consultas regulares celebradas entre las grandes poten-
cias para abordar los problemas politicos no resueltos por la diploma-
cia bilateral; más recientemente, estas consultas se institucionalizaron,
creándose organizaciones permanentes como la Sociedad de Naciones
erías del siglo xx.-4.1.1. o la Organización de Naciones Unidas. En el ámbito técnico tampoco
:ata1.-4.1.2. Factores de es nuevo el fenómeno de la interdependencia, esto es, la imposibilidad
oeración del Estado y las de resolver ciertos problemas dentro de los límites estatales, indepen-
dientemente de que en la actualidad adquiera mayores proporciones.
Prueba de ello fue la aparición, ya en la segunda mitad del siglo XIX, de
las uniones administrativas, cuya función principal consistía en la ad-
ministración de actividades comunes a los Estados (por ejemplo, la
siglo XX .Unión Telegráfica Internacional o la Unión Postal Universal) y de las
Comisiones Fluviales, que gestionaban la navegación por ciertos ríos.
interiormente, el rnode- Las incipientes organizaciones administrativas trataron de satisfacer
ene siendo ampliarnen- los problemas creados por eldesarrollo económico y por el avance de
a~rte, los procesos de las comunicaciones a través de la vía de la cooperación.
n .1 torno a la viabili- En definitiva, tanto la constitución de una sociedad internacional
polémicas van mas allá (con lo que ello supone, esto es, el reconocimiento de normas y obliga-
nado modelo de Estado ciones comunes de conductas basadas en el Derecho internacional o el
ue se discu té es la exis- sometimiento de los conflictos a las Conferencias Internacionales) co-
e organización política. rno el fenómeno de la cooperación técnica justifican, en primer lugar,
e pronostican un futuro que los fenómenos de interdependencia no son nuevos y, en segundo lu-
;e en la idea de que los gar, que históricamente la soberanía se ha revelado como un concepto
za del Estado soberano. relativo, frente a la idea de que se trata de un poder. absoluto e ilimita-
tas y las insuficiencias do en el exterior y en el interior, lo que nos permitirá analizar en sus
e la forma estatal. justos términos el alcance actual de la crisis del Estado. .
A pesar de que la preservación de la independencia de los Estados
ha inducido a que, en cierta forma, encuentren límites en su actividad
mía estatol exterior, la sociedad internacional ha poseído una estructura interesta-
tal, es decir, el poder político en esta sociedad es detentado por los Es-
l una constante depen- tados al carecer dicha sociedad de un poder que se superponga a éstos
.lítica internacional. En últimos. El Estado, al menos desde el punto de vista jurídico, es el ac-
a de Estado fue ineludi- tor principal de las relaciones internacionales porque todos los Estados
ional garante del orden; son iguales en tanto que son soberanos, a diferencia de otros actores.
liiiiiíiiiiillii... . _
--
122 UNIDAD DIDÁCTICA 1I EL EST!!'p0: GÉNESIS l'
Ha sido ampliamente compartida la idea de que los Estados sobe- 4.1..2. Factores (
ranos son los actores por excelencia de la sociedad internacional des-
de el origen del sistema de Estado, al menos hasta las últimas décadas. '~.~~. El cúrnulo de iac
Esta concepción no ha perdido vigencia por encima de los cambios
acaecidos en el orden internacional. La Carta de las Naciones Unidas :'~ wdos son de dif~ren
capié en el surglll.11e
introdujo nuevas ideas frente a los principios tradicionales inspirados del control estatal. 1
en la Paz de Westfalia; fundamentalmente, prohibió el recurso a la dos para planificar
fuerza armada, que dejó de ser una competencia discrecional de los netarias Y fiscales cc
Estados. Sin embargo, los fundamentos clásicos del orden internacio- país se encuentran
nal en 1945, como dice Carrillo Salceda, sólo fueron modificados par- nacionales. Con roe
cialmente. Así, la Carta mantuvo en vigor los principios consagrados ciones, no debe obv
en Westfalia, en concreto, el principio de la igualdad soberana y la no .. ;~
sar de las tendenc
intervención en los asuntos internos de los Estados. Además, la Carta
no creó un auténtico sistema de seguridad colectiva capaz de obligar
Jt
"~'~
ingTeSos sigue tenie
La expansión de
jurídicamente a los Estados a resolver sus controversias; tampoco es-
tableció la subordinación de los Estados a una instancia con autoridad
pública internacional superior. Independientemente de las transfor-
i
·:ri~:-.
de 1960, es un fact
ras nacionales. No
te es la desarrollar
I
maciones del orden internacional, es una opinión sostenida por dife- ···l
empresas multinac
rentes internacionalistas que la ONU no rompió la estructura interes- de erosionar al Est
tatal, sino que la reforzó.
Junto a las razc
Sin embargo, dejando al margen los principios jurídicos y centrán- de los armamento:
1
~-
~~i
"4 ..
Estados. En efecto, ya los principales Estados participantes en el con- damentaln1.ente, C<
greso de Viena (1815), actuando en concierto y bajo su dirección he- manifestaciól!Aá~
gernónica, se erigieron en responsables y administradores del orden 'lfJ?' límites estata );
internacional. En años más recientes, aunque la ONU se fundamenta :~~S
-:'-'1-
gumento es reciuc
en la igualdad soberana de los Estados, si se tiene en cuenta el derecho funciones. Curios:
de veto que pueden ejercer los miembros permanentes del Consejo de ,~ do se ha configur
Seguridad, la participación de los Estados en la adopción de decisio- .:\t Úl ampliación de
nes resulta desigual. Por último, no hay que olvidar que la soberanía :1~ social y económic
de algunos Estados se vio mermada por el fenómeno de la política de zonamiento se pi.
bloques. Por lo tanto, en el plano de los hechos, la realidad histórica sado en los últirr»
parece demostrar que algunos Estados son menos soberanos que oliberales no han
otros. econórnicas que ~
de la intervenciói
Aun admitiendo que la dependencia de la política nacional respec-
Estado venía pre
to de la internacional no es un fenómeno nuevo, se insiste en los últi-
bargo, esas crisis
mos años en que han aparecido factores nuevos en los procesos de in-
terconexión o se han intensificado los ya existentes. Como corolario, Por último, a
se discute que el Estado siga siendo el actor principal de las relaciones corrientes, derm
internacionales, cuando no se 10 percibe como una mera reliquia del men otros fenón
pasado. de interconexiót
..::"
-_._-- ..•.. _._~..--._.,--,. .•~
las orgarllz~:J
desbordan las fronteras nacionales. :;;~i ' .'.Ias de cooperaClOr
;,Nf;~~rtenecient~s a~
4.1.3. La presumible superación del Estado ,~;;t, gili,endo a Diez de
<'.:festán compuestas
y las Organizaciones Internacionales (01) ·:;~t~;,~ :~~~;stenafi11idades
\~~~ 'abie~-tas a la parti
Debido a que los procesos de interdependencia impregnan a los pro- ,§:§: ....n"~lzacionesregión
blemas de un carácter global, algunos autores sostienen que las solucio- ~'"
{~. , .·Q.~é la solución d
nes deben tener también un carácter global y no unilateral. As] las cosas, '~;" estnlcturas. Por I
se ha llegado a propugnar incluso una centralización planetaria del po- ~.~~·zaciones de intej
der, no sólo por razones de eficacia y de justicia, sino también de super- ';j~ debido al consta
"' ",
vivencia. Ahora bien, en nuestra opinión, tal vez sea eficaz esta propues- ',-,::::,~'
';>]1:
"1'." ..
deres soberanos.
ta para solucionar unos problemas, pero corre el riesgo de plantear otros <1~ . : den al modelo el
, "".:':~
de no menor envergadura. La enorme concentración de poder que entra- >,l~1' o'tI-OS aspectos, .t-r
.I'l:-~'
ñaría ese pretendido gobierno mundial debe meditarse seriamente. Co-
:\!f~pOl'que la ej~
mo dice Held, «no existen garantías de que este sistema fuera a ser más :{t..:~ la negociaci .
ordenado, seguro, responsable y legítimo que formas previas de organi- ,%~ . cionales. De ior
zación politica -quizá aún menos en todos estos aspectos»-. No puede ):)$ . .una transrerenc
olvidarse que «el acuerdo de tolerar diferencias de credo e ideología fue
r: 1
/'-.. di bi
r 'l11aSme ioam ien- con anterioridad a la Primera Guerra Mundial existían unas cincuenta
nacionales a las que nos ",
«.
organizaciones, en la actualidad se contabilizan, aproximadamente,
; subrayar que, de acuer- 300; entre ellas, las que más han proliferado han sido las de naturaleza
~los factores señalados política, que eran.t~daví~ escasas en el período de entreguen-as, frente
ales porque la actividad a las téclllco-admllllstratIvas.
iones mundiales. Si en
Existe una gran heterogeneidad en el cúmulo de 01 existentes, pro-
111elemento esencial del
bablemente debida a su distinta composición, a sus competencias y a
-rcía su actividad, en los
sus fines respectivos. Se podría pensar que el incremento de los pro-
in ha inducido a plante- -t blemas de naturaleza global debería haber alentado a las organizacio-
d. Crisis que provoca la
nes universales, frente a las que poseen una composición regional; sin
) ante la dimensión pla-
embargo, son más numerosas las segundas. También por la misma ra-
igicos y ecológicos que zon. las organizaciones de integración tendrían que predominar sobre
las de cooperación, pero, en este caso, al igual que en el anterior, las
pertenecientes al primer tipo de organización son la excepción. Si-
guiendo a Diez de Velasco, mientras que las organizaciones regionales
ado
están compuestas por un número determinado de Estados entre los que
ales (01) existen afinidades objetivas y subjetivas, las universales se encuentran
abiertas a la participación de todos los Estados. Es obvio que las orga-
ia impregnan a los pro-
jlizaciones regionalesentrañan una mayor fragmentación y es posible
.stienen que las solucio-
'. que la solución de los problemas universales pueda resentirse por esas
unilateral. As}las cosas,
estructuras. Por otra parte, quizá el precario desarrollo de las organi-
ación planetaria del po-
zaciones de integración, en comparación con las de cooperación, sea
sino también de super-
debido al constante rechazo de los Estados a desprenderse de sus po-
sea eficaz esta propues-
deres soberanos. En efecto, las organizaciones de cooperación respon-
riesgo de plantear otros
:if--',depoder que entra- den al modelo clásico de 01; estas organizaciones se caracterizan, entre
otros aspectos, porque los Estados no ceden competencias soberanas y
Q- • 'se seriamente. Co-
porque la ejecución de sus decisiones -adoptadas según la técnica de
sistema fuera a ser más
la negociacion- no son directamente aplicables en los territorios na-
'mas previas de organi-
cíonales. De forma inversa, las organizaciones de integración implican
aspectoss=-. No puede
tina transferencia de competencias soberanas -a veces, sólo en mate-
le credo e ideología fue
das concretas-, los órganos comunes son independientes de los Esta-
.ié fundamentos habría
dos y algunas de sus decisiones pueden aplicarse directamente en los
iodría sostener y defen-
Estados miembros; se sostiene que estas organizaciones no pueden
rdo de acuerdo en Iíne-
equipararse a las tradicionales debido a que asurnen competencias so-
e soslayar que la histo-
beranas, pero tampoco han de confundirse con los Estados federales
cia con sus minorías ha
.porque los Estados miembros retienen poderes soberanos.
'earía la concentración
cir a desconocer las Ii- De lo expuesto podría desprenderse, en una primera aproximación,
esos de globalización. que la repercusión de las organizaciones internacionales en la estruc-
rición de nuevos acto- tura interestatal de la sociedad internacional es relativa; tampoco pare-
ente interdependencia. ce muy clara la posibilidad de que se conviertan en las principales ins-
una estructura exclu- tituciones capaces de dar respuesta a los retos globales.
destacarse el creciente En general, los debates acerca de las posibilidades de que el sistema
; gubernamentales. Si de Es~ado sea reemplazado por un nuevo orden se inclinan a sostener
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126 UNIDAD DIDÁCTICA 1J ':; ic';, E.ST4DO GÉNESIS 1
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que el estatismo no ha sido superado por las organizaciones intergu_ . La CE está abier
bernamentales. Estas organizaciones no han logrado convertirse en ac- .:
,1 será su fut'-');
en"'.
tores autónomos superadores del Estado; de hecho, no existe una orga- dendas actuak ..a
nización internacional universal dotada de una competencia general 'E'stadO, se encarnm
equiparable a los Estados. Por el contrario, el sistema estatal subsiste, ',niza la estructura e
con independencia de que comparta cada vez más su autoridad con .:' ' En conclusión, 1
otras organizaciones. Cosa distinta es que sea deseable que las organi- " ,.gerado, o cuando n
zaciones internacionales gubernamentales se conviertan en estructuras determinados prob
eficaces para hacer frente a los retos globales y vencer las limitaciones ~io
que haya conv
del Estado. La posibilidad de que esto OCUlTano es descartada por al- cierto que, con la d
gunos autores; para otros, se trata de una posibilidad lejana o simple- diferentes; la mdej
mente no existe tal alternativa. ,estados, tanto en 1
Un caso especial entre las organizaciones internacionales es el de en comparación (
la Comunidad Europea (CE). No le falta razón a P. Schmitter para ver potenci~s. Pero: ii
en ella el germen de una nueva forma política superadora del Estado. ses subdesarrollac
La CE europea es una organización innovadora en la que se mezclan sido sobrepasado,
caracteres supranacionales e intergubernamentales. Si se tienen en las fuentes de sus
cuenta los primeros rasgos, no cabe duda de que la CE ha incidido cla- tos Estados, sería
ramente en las soberanías nacionales a través del Derecho comunita- tados corno, por!
rio, ya que algunas de sus normas se caracterizan por poseer una efi- mitirse la invia1:
cacia jurídica directa y por tener primacía frente al Derecho de los evidente es que é
,,'o
Estados; esas normas proporcionan a la CE uno de los rasgos típicos la crisis del Esta!
de los Estados federales. La mezcla de las tendencias integradoras y Para sopesar
cooperativas es clara en el aspecto competencial: así, los Estados dependencia, qu
transfirieron un conjunto de competencias exclusivas de naturaleza beranias estatale
económica para la realización del mercado único (principalmente re- lo en el mejor d
:!!
'. , feridas a la libre circulación de bienes, personas, servicios y capitales); exterior e iD'~i(
igualmente, la proyectada unión monetaria desbordaría el marco de se vio relat. a
las soberanías nacionales. Sin embargo, la CE posee una escasa inte- meramente naci
gración en los ámbitos de política exterior, seguridad y defensa; las po- limitada por dil
líticas en estas esferas se desarrollan a través de la vía de la coopera- gieron las sobe:
ción, que, como es sabido, no supone transferencias de competencias lantes y, en 11.1 a:
de los Estados a la CE; las novedades introducidas por el Tratado de parte, ni la eco:
Maastricht en las materias mencionadas son escasas; concretamente, nal, el capitalis
1;:."
el Tratado recoge un nuevo concepto, el de «acciones comunes», de las capitalismo fin
que se excluye la política de defensa, las cuales deben ser aprobadas cas: por últirn:
por unanimidad en el seno del Consejo. También, desde el punto de mo ... ) tuvieron
vista institucional, se aprecia la simbiosis de la tendencia supranacio-
Finalmente
nal e intergubernamental; por una parte, 'la Comisión está integrada
xisten en el mi
por miembros que actúan con independencia de la voluntad de los Es- '"
, tradictoria: si
tados, pero, por otra parte, sin desconocer el poder de iniciativa nor- ;¡
tado, por otro
mativa de esta institución, hay que reconocer que es el Consejo, esto
[ortalecimi en 1
es, el órgano que representa los intereses de los Estados, la principal
cambios irrec
institución decisoria.
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UNIDAD DIDÁCTICA 1I EL ESTADO: GÉNESIS Y DESARROLLO HISTÓRICO 127
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uuzaciones mtergu. La CE está abierta a un proceso inacabado y resulta dificil predecir
19i ado convertirse en ac- cuál será su futuro; sin embargo, a juzgar por su sistema y por las ten-
echo, no existe una orga- dencias actuales, parece razonable pensar que la CE, lejos de socavar al
na competencia general Estado, se encamina hacia un modelo en el que se entrecruza y armo-
sistema estatal subsiste, niza la estructura comunitaria con la organización estatal.
~ más su autoridad con En conclusión, respecto a la pretendida crisis del Estado parece exa-
deseable que las organi- gerado, o cuando menos poco realista, sostener que la interconexión de
onviertan en estructuras determinados problemas de la sociedad contemporánea sea de tal cala-
1 vencer las limitaciones do que haya convertido al Estado en una organización obsoleta. Es
no es descartada por al- cierto que con la denominación de Estado se designan realidades muy
.bilidad lejana o simple- diferentes; la independencia y la capacidad de influencia de los micro-
estados, tanto en la actualidad como en otras épocas, han sido exiguas
internacionales es el de en comparación con la autonomía de las superpotencias y medianas
a P. Schmitter para ver potencias. Pero, incluso si se tiene en cuenta la experiencia de los paí-
superadora del Estado. ses subdesarrollados, lo que parece probarse no es que el Estado haya
ra en la que se mezclan sido sobrepasado, sino que la debilidad o ausencia del Estado es una de
.ntales. Si se tienen en las fuentes de sus conflictos. Con todo, aun aceptando la crisis de cier-
le la CE ha incidido cla- tos Estados, sería erróneo infravalorar la eficacia y el vigor de otros Es-
del Derecho cornunita- .¡
tados como, por ejemplo, Estados Unidos. Por lo tanto, quizá deba ad-
zan por poseer una efi- mitirse la inviabilidad de algunos Estados, pero lo que no es tan
ente al Derecho de los evidente es que existan indicios incontrovertibles para considerar que
10 de los rasgos típicos la crisis del Estado sea un fenómeno universal. .
.,
idencias integradoras y .~
;
Para sopesar los cambios introducidos por los fenómenos de inter-
ncial: así, los Estados
~ dependencia, que son innegables, y la consecuente fragilidad de las so-
rclusivas de naturaleza
"
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128 UNIDAD DIDA.CTICA 1I .0000 '1','DO' GÉNESIS y DI
'Bl-~
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nacional», \N.AA.,
o'
perar las debilidades del viejo modelo estatal. Como dice Poggi, por en- :E,d.Universidad di
o
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ntes no proporcionarán a
minación política», J. Benedicto y F. Reinares (eds.), Las Transtor-
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trarse el arraigo del Esta- maciones de lo Político, Alianza, Madrid, 1992.
contrario, a pesar de la SMItH, A., National ldentity, Penguin, Londres, 1991.
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un sustituto capaz de su- nacional», VV.AA:, Curso de Derecho 'Iniernacional de Vitoria-Gasteiz;
Como dice Poggi, por en- Ed. Universidad del País Vasco, 1985.
?ación estatal, ésta conti-
iolítico en las sociedades
-cesídades de una econo.
deja infraestructura, sólo
1 frena su retroceso.
rse la posibilidad de que
anización política en -un
cto histórico y como tal
))i, sin embargo, el decli-
nodelos de organización
~ la aparición de nuevas
forma estatal, algo, por
rigen, pues éste, lejos de
, ha demostrado poseer
l~ -ermmitid o remontar
av..., de los siglos.
en perspectiva histórica,
·id,1992.
ional, soberanía de los
l», Revue Intemaciona-
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-ess, Cambridge, 1992.
otros continentes», De-
O,':' " 'E~T'ADO: GÉNESIS y1
'f~
La visión tradtc.iq,J
eO., el 1
' do a traves e '
lh proyecClOn especiíf ,
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Este planteamienl
, esitan ser dilucid:
lleC . el hi ,/
,anta reahda 11stO
5. ESTADO, NACIÓN Y TERRITORIO cu, 1
-1' aen en a gran
su 0 1
b '
lidad étnico-cultural
ANDRÉS DE Btxs GUERRERO blos han manife~tad(
'toS en una previa re
más amplias, fruto d
de un pueblo o grup
SUMARIO:4.1. El soporte nacional del Estado.-4.1.1. La idea de
~ una nacionalidad,
nación: la nación «política».-4.1.2. La idea de nación: la nación
equivalente a nación
«cLütural».-4.1.3. Sustrato nacional y Estados actuales.-4.2. La
organización territorial del Estado.-4.2.1. Del Estado unitario al ea propia.
reparto territorial del poder.-4.2.2. Las formas de Estados com- Nos encontramo
puestos.-4.2.3. El sentido pasado y presente del federalismo.- mientos simplificad,
4.2.4. Rasgos básicos del Estado federal.-4.2.5. Las transforma- consideraciones estr
ciones del Estado federal.-4.3.Procesos de adaptación y transfor- ción de meros datos
mación en los Estados actuales.-4.3.1.. El punto de partida: la realidades nacional,
legitimidad de los Estados nacionales democráticos.-4.3.2. La na- unos l110vilnientos n
turaleza de los cambios en el papel político del Estado. rural. A la vista de ,
tanto de nación «P<
posterior referencia
Estados europeos Y
5.1. El soporte nacional del Estado ~
,:;,1
;;.,c.,_