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UNIDAD DIDÁCTICA IJ;~

.~

;/-'\ en una u otra me-


le ello. La sucesiva im-
ibién sucesiva democra-

'adicción existente entre


mto de vista ideológico.
:le poderes como instru- ,'. 3. EL ESTADO DEL BIENESTAR
cia, por el contrario, no
.iberalismo, pues, el po-
M,ª JOSEFA RUBIO LARA
!epara la democracia es

= se omiten, ambas ide-


SUMARIO: 3,1. El Estado del Bienestar.-3.1.1.Concepto,-
liberal se fue democra-
3.1.2. Origen y desarrollo,-3.1.3. Las causas del Estado del Bie-
emocratizando al impo-
nestar. Los diferentes modelos.-3, 1.4. La crisis del Estado del
I las épocas, el proceso
Bienestar.
stacar es la convivencia
a en principio al ámbi-
o), que coinciden en al-
el Estado liberal-demo-
3.1. El Estado del Bienestar
able condujo a una nue-
El Estado del Bienestar se distancia de la concepción liberal que ha-
'poración al Estado de
bía mantenido que la libertad y el desarrollo de las actividades privadas
s ideas iniciales del Es-
sólo pueden garantizarse mediante la autolimitación de las funciones
t(~a presente ni a sus
estatales. Si se tiene en cuenta la praxis de los países occidentales, pue-
::l .ció contra el Esta-
de sostenerse que la transformación de los Estados liberales en Estados
ado absoluto, despotis-
del Bienestar implicó una ruptura en ciertos aspectos del orden esta-
:lual; logrados estos fi-
blecido. No así en otros, pues ciertos principios característicos dellibe-
:tI Estado a través de la
ralismo, tales como el Estado de Derecho o el principio de la división
un enemigo a quien se
de poderes, continuaron formando parte del acervo estatal.
instrumento eficaz pa-
.ograda la igualdad po-
traslada a otros ámbi-
ique la individualidad 3 .1.1. Concepto

de ideas respecto a las El Estado del Bienestar ha sido designado también con otros térmi-
.ionista a ser interven- nos: Estado providencia o Estado protector y Estado social. No obstan-
:le la libertad, sino el te, el que se ha generalizado es el de Estado del Bienestar o Welfare Sta-
ibertad y la igualdad; te. Este último término, según D. Marh, adquiere una mayor difusión
sivamente en los polí- tras la publicación del Informe Beveridge en 1942, si bien la denomi-
.iones ...), Esta proble- nación fue ya utilizada por el hacendista Adolph Wagner en 1879 en
ue se analiza a conti- Alemania; asimismo algunos economistas ingleses utilizaron el concep-
to Welfare Policy en un sentido moderno y diferente al de beneficiencia
114 UNID.4D DIDÁCTICA 11 ~STADO: GÉNESIS l'

para referirse al intervencionisrno del Estado en la economía con el ob- bién la responsable (
jetivo de mejorar las condiciones de la clase obrera; desde el punto de dual era insufic'T''te
vista práctico, se designó el presupuesto inglés de 1909 como un «wel- al trabajador ea. ,11
(are budge»: que supuso que el E
forma, según Ewalc
En una primera aproximación, el Estado del Bienestar se ha carac-
mientras que duran
terizado por:
rurales. al final del
a) La intervención del Estado en la economía con el objetivo de sas en las relacione~
mantener el pleno empleo. A su vez, esta intervención se produce en 10 privado, sino qu
una o eL ambas de las vertientes siguientes: creación de un sector pú- bargo, todavía a fir
blico económico y simple regulación del mercado. del Bienestar no es
el suficiente canse
b) La prestación pública de un conjunto de servicios de carácter econón1icas no 10 i
universal (preferentemente en ámbitos como la educación, la sanidad, la intervención est:
. pensiones y viviendas) con los que se pretende garantizar un nivel mí- el origen próximo
nimo de ingresos a la población. A ello habría que añadir; como sostie- de entre guerras y
ne -entre otros autores- Mishra, que la responsabilidad estatal en el por ejemplo, la Re
mantenimiento de ese nivel mínimo ha de entenderse como un derecho on Bl um en Franr
y no como caridad pública para una minoría. Precisamente, los siste- en las elecciones I
mas de seguridad social constituyen una de las instituciones más re- una nueva etapa
presentativas del Estado del Bienestar. inicia su consolir
zastos sociales ex
~1ente en el dece:
fue superior al dé
3.1.2. Origen y desarrollo

El Estado del Bienestar se consolida como un modelo particulariza- 3.1.3. Lar=a


do de organización política a partir de la segunda postguerra, aunque mo: ~l,
sus antecedentes deben localizarse en épocas anteriores. Desde el pun-
to de vista teórico, sus principios se pergeñaron aproximadamente en Los factores
el siglo XIX. Recordemos a este respecto, por ejemplo, las aportaciones tar han sido obj
de L Blanc o las de Sismondi. Desde una perspectiva práctica, fue en de ellas no se d
la época bismarckiana cuando se configuró un sistema de seguros sin de los estudios
precedentes en Europa, al establecerse, entre 1883 y 1889, los seguros este autor, los d
obligatorios de enfermedad, accidentes de trabajo y de jubilación; se- dos corrientes:
guros que, por otra parte, se concibieron como un medio de restar in- que, a su vez, 1=
fluencia política a la socialdemocracia. En síntesis, desde finales del si- xistas:
glo XIX hasta 1915, el orden liberal experimentó paulatinos cambios.
Mientras que para la concepción liberal la previsión contra los riesgos a) Para la
de la pérdida de renta correspondía al individuo, y, si éste caía en una de las exigenci
situación de indigencia, era culpa suya y se debía a su falta de previ- reivindicacione
sión, la legislación social que comienza a aprobarse a finales del XIX re- mientras que 1
fleja un cambio en los parámetros desde los que se había entendido la Estado del Bie
pobreza hasta entonces. Se tendió a considerar que la sociedad era tarn- al proceso de j

.,

'~~ffl:';'".
UNIDAD DIDÁCTICA II ., EL ESTADO: GÉNESIS Y DESARROLLO HISTÓRICO 115
~.
L economía con el ob- bién la responsable de la miseria y que, frente a ella, la defensa indivi-
brera: desde el punto de dual era insuficiente. La seguridad contra los riesgos que amenazaban
; de 1909 corno un «wel- al trabajador comenzó a considerarse como una obligación colectiva, lo
que supuso que el Estado asumiese nuevas responsabilidades. De esta
forma, según Ewald, aparece una concepción distinta del riesgo, pues
el Bienestar se ha carac-
mientras que durante el siglo XIX se-pensaba que provenía de causas na-
turales. al final del siglo se entendió que había que encontrar sus cau-
omía con el objetivo de sas en las relaciones sociales. Por lo tanto, la seguridad no debe fluir de
.rvención se produce en lo privado, sino que debe constituir una función del Estado. Sin em-
-eación de un sector pú- bargo, todavía a finales del siglo XIX y principios del siglo xx el Estado
Ldo. del Bienestar no es más que un experimento, bien porque no se lograse
el suficiente consenso en torno a él, o bien porque las circunstancias
de servicios de carácter económicas no lo permitiesen, y, desde luego, pocos consideraron que
a educación, la sanidad, la intervención estatal fuese conveniente económicamente. En realidad,
garantizar un nivel mí- el origen próximo del Estado del Bienestar debe ubicarse en el período
que añadir, como sostie- de entre guerras y particularmente en ciertas experiencias históricas,
onsabilidad estatal en el por ejemplo, la República de Weimar, las políticas practicadas por Le-
iderse como un derecho an Blum en Francia o por los socialdemócratas suecos tras su triunfo
Precisamente, los siste- en las elecciones de·l932. Fueron los años cuarenta los que marcaron
1S instituciones más re- una nueva etapa en la evolución del Estado del Bienestar; en ellos se
inicia su consolidación. Los datos cuantitativos demuestran que los
gastos sociales experimentaron un importante crecimiento, particular-
mente en el decenio de los sesenta, crecimiento que en algunos países
fue superior al del PI~.

11 modelo particulariza- 3.1.3. Las causas del Estado del Bienestar. Los diferentes
ada postguerra, aunque
nteriores. Desde el pun-
modelos
n aproximadamente en
Los factores que determinaron el desarrollo del Estado del Bienes-
emplo, las aportaciones
tar han sido objeto 'de numerosas aportaciones teóricas; sin embargo,
pectiva práctica, fue en
de ellas no se desprenden conclusiones unívocas. Una valiosa síntesis
sistema de seguros sin
de los estudios realizados al respecto es la realizada por Alber. Según
883 y 1889, los seguros
este autor, los diferentes análisis pueden clasificarse principalmente en
laja y de jubilación; se-
dos corrientes: las teorías funcionalistas y las del conflicto, categorías
un medio de restar in-
que, a su vez, pueden subdividirse en orientaciones pluralistas y mar-
sis, desde finales del si-
xistas:
tó paulatinos cambios.
'isión contra los riesgos a) Para la corriente [uncionalista, el Estado del Bienestar es fruto
o, y, si éste caía en una de las exigencias del desarrollo económico y no tanto producto de las
bía a su falta de preví- reivindicaciones de los grupos organizados. Dentro de esta cOlTiente,
arse a finales del XIX re- mientras que los teóricos de orientación pluralista consideran que el
e se había entendida la Estado del Bienestar es una respuesta a los problemas que acompañan
¡ue la saciedad era tam- al proceso de industrialización y urbanización, los marxistas sostienen

-~------------------..•
116 UNIDAD DIDÁCTICA 1J TADO' GÉNESIS Y DES
~
que se trata de una exigencia no del desarrollo económico en general, lue:ar a la e1aborac
da d o ~ fu l~
sino específica del modo de producción capitalista. .:, ...ya clásica e .
CIar. "a) El res!id uai,1 t.ü E
b) Para los teóricos del conflicto, el Estado del Bienestar es una 1
de o:;'. .. d· , b:
la pl'ovisión el iene
consecuencia de los procesos de democratización, de la movilización de en . b'
roporcionan para su -
la clase obrera y de los déficit de legitimidad. Las diferencias entre los p las instituciones qui
teóricos del conflicto, ya sean de inspiración pluralista o marxista, no son ííferencí
es el que, a di e~enCl~ •
es muy nítida. No obstante, puede apreciarse que los primeros hacen .t~11tecometido en 12
mayor hincapié en la extensión del derecho al voto y del derecho de aso- pOI el .• .
cU111plirmento lab~I~I, e
ciación; por el contrario, los marxistas señalan que un factor decisivo -do con el mérito,
es la agitación colectiva y la intensificación de la huelga. 01. f1cuel .
" . Las divergencias el~
A pesar Le lo expuesto, la complejidad del Estado del Bienestar difi- consecuencias de las di
culta que su origen y consolidación se expliquen monocausalmente, d s. por ejemplo, las n
tanto si se utilizan argumentos económicos como políticos. Desde un i:fluir en la evolución I
punto de vista económico, es cierto que las políticas sociales son una países protestantes se
tendencia estructural de las sociedades industrializadas, pero, como di- dad del Estado en el 1:
ce Alber, existían importantes diferencias en el grado de industrializa- tieron las instituciones
ción cuando aparecieron los primeros seguros sociales. Por lo tanto, las hito tenían un c.ará~t
políticas sociales no pueden explicarse adecuadamente a través del de- modelo de orgamzac~(
sarrollo económico. Además, la relación entre crecimiento económico de las funciones de bi:
y la expansión de las políticas sociales es relativa. Por ejemplo, un país ..lización territorial, 111
como EE.UU., con un desarrollo económico considerable, posee un sis- las organizaciones te
tema de seguridad social más precario que otros países menos desarro- entre otros factores, 1;
llados económicamente. Desde una perspectiva política, es cierto que vieron una in'1portanc
los procesos de democratización, y particularmente el establecimiento alianza entre los agri
del sufragio universal entre 1900 y 1930 en los países europeos, son he- el establecimiento de
chos paralelos al desarrollo del Estado del Bienestar, pero recuérdese, bio de precios ag.
por ejemplo, que en Alemania la precoz legislación social se aprueba en
el seno de un régimen autoritario.
Las limitaciones que ofrecen las explicaciones monocausales han 3.1.4. La crisis Ó
tratado de superarse mediante análisis en los que se prima la concu-
rrencia de varios factores. Éste es el método utilizado por Flora en su El Estado del Bie
intento de ofrecer una propuesta integradora; en sínteis, el autor men- cuarenta hasta que le
cionado atribuye el origen del Estado del Bienestara los problemas co- cipios keynesianos ~
nectados con el proceso de modernización (industrialización, moviliza- consolidado. A partr
ción de la clase trabajadora, evolución de la democracia de masas, te aún no zanjado,
crecimiento económico ...). d~recha, acerca de 1
Hasta aquí se ha hablado del Estado del Bienestar como si se trata- óricos de orientació
se de una categoría unívoca, pero en la praxis existen diferencias entre contradictoria porqi
los Estados del Bienestar, que afectan a distintos aspectos, ya sea el.ni- de satisfacer al mis:
vel de gasto social, el modelo de seguridad social implantado o la rela- mulación. Algunas
ción existente entre el Estado y el mercado en la prestación de servicios .. críticas neoliberale~
Las diferencias que cabe apreciar entre los Estados del Bienestar han prestación de servil

---------------------------------------------------~/
lCAlI "·f EL ESTADO' GÉNESIS Y DESARROLLO HiSTÓRiCO 117

nerr dado lugar a la elaboración de distintas clasificaciones. Una clasifica-


ción ya clásica fue la realizada por Titrnuss, quien distinguió tres mo-
, una delos': a) El residual, en el que el Estado desempeña un función mínima
ón de en la provisión del bienestar, cuyos servicios son de escasa calidad y se
re los proporcionan para subsistir; por el contrario, el mercado y la familia
'a, no ..}
"

son las instituciones que gozan de mayor relevancia. b) El institucional


"·f

sacen es el que, a diferencia del anterior modelo, el Estado goza de un im-


: aso- portante cometido en la provisión del bienestar, e) El de logro personal-
isivo cumplinúe11to laboral, en el cual las necesidades sociales se atienden de
acuerdo con el mérito, la realización del trabajo y la productividad.

difi- Las divergencias entre los Estados del Bienestar, según Flora, son
nte, consecuencias de las diferencias de las que partieron los distintos Esta-
dos. Por ejemplo, las relaciones entre la Iglesia y el Estado han podido
una influir en la evolución de los Estados del Bienestar, Mientras que en los
, di- países protestantes se desarrolló más tempranamente la responsabili-
liza- dad del Estado en el bienestar público, en los países católicos subsis-
" las , tieron las instituciones de caridad, y las funciones estatales en este ám-
I de-
bito tenían un carácter secundario. Otra razón puede atribuirse al
rico modelo de organización territorial: así, un bajo nivel de estatalización
aís de las funciones de bienestar debe asociarse con una 'mayor descentra-
sis- lización territorial, mientras que aquéllas recibieron más impulso en
rro- las organizaciones territoriales centralizadas. Para Esping-Andersen,
.que entre otros factores, las estructuras de coalición de la clase política tu-
-nto vieron una importancia decisiva; por ejemplo, en los países nórdicos la
he- alianza entre los agricultores y los socialdemócratas fue esencial para
ese, el establecimiento de un Estado del Bienestar con pleno empleo a cam-
•en bio de precios agrarios subvencionados .

uan
zu- 3.1.4. La. crisis del Estado del Bienestar
su
en- El Estado del Bienestar gozó de un amplio consenso desde los años
,.
::0- cuarenta hasta que la crisis económica de 1973 hizo tambalear los prin-
za- ~~ cipios keynesianos en los que, en buena parte, se había sustentado y
as, o'. consolidado. A partir de esos Míos se ha desarrollado un intenso deba-
te, aún no zanjado, tanto desde los sectores de izquierda como los de
derecha, acerca de la viabilidad de este modelo de Estado. Para los te-
ra- óricos de orientación marxista, el Estado del Bienestar es una fórmula
re contradictoria porque, según la terminología de O'Connor, es incapaz
[ ,

'11- de satisfacer al mismo tiempo las funciones de legitimación y de acu-


-a- mulación. Algunas propuestas, coincidiendo en cierta medida con las
~,S. críticas neoliberales, defienden la supremacía de la sociedad civil en la
'm prestación de servicios frente a la supremacía del Estado; con ello se

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¡'C.e'"
UNIDAD DIDlí.CTICA 11 0STA.DO. GÉNESIS Y

rete/~ eliminar la buro~ratización de los .si.stem~\se,st~tales. en .el en- no se han prodUCido


nd: .nto de que esta via fomenta la participación de los usuarios en valoración sólo podr:
s servicios públicos y suministra unos servicios más personalizados. bién la consolidación
1pensamiento neoliberal, por su parte, sostiene desde un punto de vis-
Los problemas co
político que el Estado del Bienestar es un modelo criticable porque
1110tivadoque alguno
bstruye la libertad y pone en peligro la democracia. Desde UD punto de
lado del Bienestm- tI'
ista económico, el neoliberalisrno señala que el Estado del Bienestar,
pondría la búsqueda
n lugar de contribuir al crecimiento económico favorece el estanca-
til, el estatal y la ac:
.iiento. en parte porque al no someterse los servicios públicos al estí-
deban articularse los
lulo de la competencia y ante la ausencia del mecanismo de los pre-
\,"'¡-e:encias;mientras
ios, se fomenta la ineficacia y el despilfarroy además, los elevados
~;~l;do la pieza cent
puestos reducen los beneficios empresariales.
fienden que el precio
La praxis política se ha caracterizado desde los años ochenta por el y de los sectores voh
vance de las directrices conservadoras. Si, corno se ha dicho, el pleno siendo la fuente prir
mpleo, junto con los sistemas de seguridad social y el mantenimiento dora.
e unos niveles relativamente altos de salarios, fueron los objetivos ea-
acterísticos del Estado del Bienestar, en los años ochenta esos objeti-
os han desaparecido o han sido desplazados por otros. Así, por ejem-
Bibliografía
lo, en Inglaterra no se adoptaron políticas de pleno empleo, mientras
~ueen Alemania pasó a ser prioritaria la reducción de la inflación y del
ALBER, J., Dalla Cari¡
féficit público. En los países occidentales la competitividad internacio-
kal se ha convertido en una de las preocupaciones principales ante la ESPING-ANDERSEN,G.
lxpansión económica del Sudeste asiático durante el decenio de los Magn~mim, Vale]
~chenta. La necesidad de mantener los niveles de competitividad ha in- EWALD, F., L'État Pro
lucido, en mayor o menor medida según la experiencia de los diferen- FLORA, Growihs to li
es p~s, a seguir medidas de índole monetarista, entre otras la re-
GARCÍA COTARELO, R.,
luce de impuestos sobre los ingresos individuales y de sociedades
tro de Estudjos 1
bspecialmente relevantes en Gran Bretaña y Estados Unidos) y la fle-
!ibilización del mercado laboral. La disminución de las funciones del N., El Este,
Jor-Ll'JSON,

rstado del Bienestar y, en definitiva, del gasto público se ha intentado jo y Seguridad S


pgrar a través de otras medidas como la utilización de criterios más rí- MARH, D., The Welfá
~idospara el acceso a las prestaciones sociales o la participación de los M¡SHRA, R., El Estac
isuarios en los costes de los servicios sociales. guridad Social,
I En líneas generales, a pesar de las nuevas orientaciones rnacroeco- Muuoz BUSTILLO, R
iórnicas, las expectativas de los diferentes gobiernos para disminuir el Alianza, Madrid
[asto público no lograron los niveles que se habían propuesto, debido, PEALER, A.; GOUGH,
!ntre otras razones, a los altos niveles de desempleo y a los cambios de- mica V Esta.do ¿
nográficos: particularmente, las elevadas proporciones de personas de cial, Madrid, 19
.dad avanzada originan mayores demandas de servicios sociales y sa-
RrMLlNGER, E., Welt
iitarios. De hecho, los gastos sociales han seguido teniendo un carác-
and Russia, VIIi!
er expansivo, aunque las tasas anuales de crecimiento han sido más
entas desde 1975 que en los años anteriores. Puede sostenerse, frente a RUBIO LARA, M. J., J
os que auguraban el desmanrelarniento del Estado del Bienestar, qUE: jo y Seguridad :

.,
·f.3;r·
UNIDAD DIDÁCTICA 1I EL ESTADO: GÉNESIS y DESARROLLO HISTÓRICO 119
1'\
t'. estatales, en el en-
S no se han producido cambios drásticos, aunque sí ajustes cuyo efecto y
ración de los usuarios en valoración sólo podrán realizarse a medio plazo, al fin y al cabo tam-
.ios más personalizados. bién la consolidación de este modelo de Estado fue paulatina.
le desde un punto de vis-
aodelo criticable porque Los problemas con los que se enfrenta el Estado del Bienestar han
'acia. Desde un punto de motivado que algunos autores defiendan la necesidad de sustituir el Es-
el Estado del Bienestar tado del Bienestar tradicional por un pluralismo del bienestar que su-
ico favorece el estanca~ pondría la búsqueda de nuevas combinaciones entre el sector mercan-
srvicios públicos al estí- til, el estatal y la acción voluntaria. Sin embargo, la forma en la que
mecanismo de los pre- deban articularse los sectores anteriormente mencionados provoca di-
,; además, los elevados vergencias; mientras que para unos autores el Estado tiene que seguir
;. siendo la pieza central en la provisión de servicios, otros autores de-
fienden que el predominio del Estado debe ceder en favor del mercado
los años ochenta por el y de los sectores voluntarios, con independencia de que el Estado siga
la se ha dicho, el pleno siendo la fuente principal de financiación y ejerza una función regula-
cial y el mantenimiento dora.
fueron los objetivos ca-
os ochenta esos objeti-
01' otros. Así, por ejern-
)leno empleo, mientras Bibliografía
ión de la inflación y del
ipetitivídad internacío. ALBER,J., Dalla Carita allo Stato Sociale, Il Mulino, Bolonia, 1986.
nes principales ante la '.ESPING-ANDERSEN,
G., Los Ti-es Mundos del Estado del Bienestar, Alfons el
ante el decenio de los Magnanim, Valencia, 1993.
~competitividad ha in- EWALD,
F., L'État Providence, Grasset Fasquelle, París, 1986.
~lhcia de los diferen-
FLORA,Growths to limits, W. Gruyter, Berlín, 1987.
L entre otras la re-
luales y de sociedades GARCÍACOTARELO, R., Del Estado del Bienestar al Estado del Malestar, Cen-
ados Unidos) y la fle- tro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1986.
n de las funciones del JOHNSON, N., El Estado del Bienestar en transición, Ministerio de Traba-
úblico se ha intentado jo y Seguridad Social, Madrid, 1990.
ón de criterios más rí- MARH,D., The Welfare State, Longman, Londres, 1980.
la participación de los
MISHRA,R., El Estado de Bienestar en Crisis, Ministerio de Trabajo y Se-
guridad Social, Madrid, 1992.
entaciones macroeco-
MUÑoz BUSTILLO,R. (comp.), Crisis y futuro del Estado del Bienestar,
nos para disminuir el
Alianza, Madrid, 1989.
m propuesto, debido,
ea y a los cambios de- PEALER,A.; GOUGH,1., y THERBORN, G. (cornps.), Competitividad Econó-
.iones de personas de mica y Estado del Bienestar, Ministerio de Trabajo y Seguridad So-
ervicios sociales y sa- cial, Madrid, 1993.
lo teniendo un c~rác- RIl'V1LINGER,
E., Welfare Policy and Industrialization in Europe, Arnerica
riiento han sido más and Russia, Wiley, Nueva York, 1971.
le sostenerse, frente a RUBIOLARA,M. J., La formación del Estado Social, Ministerio de Traba-
:10 del Bienestar, que jo y Seguridad Social, Madrid, 1991.

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4. EL ESTADO EN LAS POSTRIMERÍAS es considerado el pl
DEL SIGLO XX dad de organjza~ el
las experiencias de
que se basó en. cOI~:
M.ª JOSEFA RUBIO LARA oía.'>para abordar ¡,
cia bilateral; más re
creándose organiza
SUMARlO: 4. L El Estado en las postrimerías del siglo xx.-4.1.1. o la Organización I
Perspectiva histórica de la soberanía estatal.-4.1.2. Factores de es nuevo el fenóme
interconexión.--4.1.3. La presumible superación del Estado y las . de resolver ciertos
Organizaciones Internacionales. dientemente de qu
Prueba de ello fue
las uniones adrnin
ministración de 3(
4.1. El Estado en las postr-imerfas del 'siglo XX Unión Telegráfica
Comisiones Fluvia
Las incipientes or
Si por una parte, como ya se ha estudiado anteriormente, el mode-
los problemas creé
lo de Estado vigente desde los años cuarenta viene siendo ampliamen-
las comunicacione
te cuestionado en los últimos decenios, por otra parte, los procesos de
interconexión mundial han promovido un debate en torno a la viabili- En definítiva.cj
dad del Estado. Desde este punto de vista, las polémicas van más allá (con lo que ellc
de la adecuación o inadecuación de lID determinado modelo de Estado dones corrruries TII
a las necesidades contemporáneas, porque lo que se discute es la exis- sometin1Íento de 1
tencia del Estado como forma particularizada de organización política. mo el fenómeno e
Recientemente han aumentado los augurios que pronostican un futuro que los fenómeno:
incierto para la organización estatal al insistirse en la idea de que los gar, que históricar
procesos de interconexión afectan a la naturaleza del Estado soberano. relativo, frente al
Sin embargo, las concepciones internacionalistas y las insuficiencias do en el exterior:
económicas y militares se remontan al origen de la forma estatal. justos términos el
A pesar de qut
';;.
ha inducido a que
4.1.1. Perspectiva histórica de la soberanía estatal exterior, la socied
.f~_
tal, es decir, el po
Desde una perspectiva histórica, se observa una constante depen- tados al carecer d
dencia de la política nacional respecto de la política internacional. En \' últimos. El Estad
a partIr de la misma genesis del SIstema aeEstad-;:Oo-Jfu=ec-::Ic:::n:-::;e1:1uc:-d::1cI:-_----",'------ttOO'IF---Bpff-lrincip
------,;r""e""a}"I7Ü1aa:, de 1<:
ble el establecimiento de una sociedad internacional garante del orden; son iguales en tal
EL ESTADO: GÉNESIS Y DESARROLLO HISTÓRICO 121

por otra parte, también los problemas técnicos coadyuvaron a que los
Estados transitasen por la vía de la cooperación, a pesar de que la nota
peculiar y distintiva del Estado radica en que posee un poder soberano,
esto es, un poder que adopta decisiones últimas tanto en el orden in-
terno como en el externo con total independencia de otros poderes.
Ya se ha aludido en otro lugar a que el Tratado de Westfalia (1648)
'RIME RÍAS es considerado el primer intento que trata de dar respuesta a la necesi-
dad de organizar el orden internacional. No deben olvidarse tampoco
. las experiencias d~ la Santa Alianza o el Sistema de Concierto Europeo,
que se basó en consultas regulares celebradas entre las grandes poten-
cias para abordar los problemas politicos no resueltos por la diploma-
cia bilateral; más recientemente, estas consultas se institucionalizaron,
creándose organizaciones permanentes como la Sociedad de Naciones
erías del siglo xx.-4.1.1. o la Organización de Naciones Unidas. En el ámbito técnico tampoco
:ata1.-4.1.2. Factores de es nuevo el fenómeno de la interdependencia, esto es, la imposibilidad
oeración del Estado y las de resolver ciertos problemas dentro de los límites estatales, indepen-
dientemente de que en la actualidad adquiera mayores proporciones.
Prueba de ello fue la aparición, ya en la segunda mitad del siglo XIX, de
las uniones administrativas, cuya función principal consistía en la ad-
ministración de actividades comunes a los Estados (por ejemplo, la
siglo XX .Unión Telegráfica Internacional o la Unión Postal Universal) y de las
Comisiones Fluviales, que gestionaban la navegación por ciertos ríos.
interiormente, el rnode- Las incipientes organizaciones administrativas trataron de satisfacer
ene siendo ampliarnen- los problemas creados por eldesarrollo económico y por el avance de
a~rte, los procesos de las comunicaciones a través de la vía de la cooperación.
n .1 torno a la viabili- En definitiva, tanto la constitución de una sociedad internacional
polémicas van mas allá (con lo que ello supone, esto es, el reconocimiento de normas y obliga-
nado modelo de Estado ciones comunes de conductas basadas en el Derecho internacional o el
ue se discu té es la exis- sometimiento de los conflictos a las Conferencias Internacionales) co-
e organización política. rno el fenómeno de la cooperación técnica justifican, en primer lugar,
e pronostican un futuro que los fenómenos de interdependencia no son nuevos y, en segundo lu-
;e en la idea de que los gar, que históricamente la soberanía se ha revelado como un concepto
za del Estado soberano. relativo, frente a la idea de que se trata de un poder. absoluto e ilimita-
tas y las insuficiencias do en el exterior y en el interior, lo que nos permitirá analizar en sus
e la forma estatal. justos términos el alcance actual de la crisis del Estado. .
A pesar de que la preservación de la independencia de los Estados
ha inducido a que, en cierta forma, encuentren límites en su actividad
mía estatol exterior, la sociedad internacional ha poseído una estructura interesta-
tal, es decir, el poder político en esta sociedad es detentado por los Es-
l una constante depen- tados al carecer dicha sociedad de un poder que se superponga a éstos
.lítica internacional. En últimos. El Estado, al menos desde el punto de vista jurídico, es el ac-
a de Estado fue ineludi- tor principal de las relaciones internacionales porque todos los Estados
ional garante del orden; son iguales en tanto que son soberanos, a diferencia de otros actores.

liiiiiíiiiiillii... . _
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122 UNIDAD DIDÁCTICA 1I EL EST!!'p0: GÉNESIS l'

Ha sido ampliamente compartida la idea de que los Estados sobe- 4.1..2. Factores (
ranos son los actores por excelencia de la sociedad internacional des-
de el origen del sistema de Estado, al menos hasta las últimas décadas. '~.~~. El cúrnulo de iac
Esta concepción no ha perdido vigencia por encima de los cambios
acaecidos en el orden internacional. La Carta de las Naciones Unidas :'~ wdos son de dif~ren
capié en el surglll.11e
introdujo nuevas ideas frente a los principios tradicionales inspirados del control estatal. 1
en la Paz de Westfalia; fundamentalmente, prohibió el recurso a la dos para planificar
fuerza armada, que dejó de ser una competencia discrecional de los netarias Y fiscales cc
Estados. Sin embargo, los fundamentos clásicos del orden internacio- país se encuentran
nal en 1945, como dice Carrillo Salceda, sólo fueron modificados par- nacionales. Con roe
cialmente. Así, la Carta mantuvo en vigor los principios consagrados ciones, no debe obv
en Westfalia, en concreto, el principio de la igualdad soberana y la no .. ;~
sar de las tendenc
intervención en los asuntos internos de los Estados. Además, la Carta
no creó un auténtico sistema de seguridad colectiva capaz de obligar
Jt
"~'~
ingTeSos sigue tenie
La expansión de
jurídicamente a los Estados a resolver sus controversias; tampoco es-
tableció la subordinación de los Estados a una instancia con autoridad
pública internacional superior. Independientemente de las transfor-
i
·:ri~:-.
de 1960, es un fact
ras nacionales. No
te es la desarrollar

I
maciones del orden internacional, es una opinión sostenida por dife- ···l
empresas multinac
rentes internacionalistas que la ONU no rompió la estructura interes- de erosionar al Est
tatal, sino que la reforzó.
Junto a las razc
Sin embargo, dejando al margen los principios jurídicos y centrán- de los armamento:

1
~-

donas en la dinámica de la realidad, no es difícil observar la hegemo- posible alcance un


nía de ciertos Estados desde el origen de la sociedad internacional, he- han determinado 1
gemonía que limita, en buena medida, la igualdad soberana de los zar la seguridad. L

~~i
"4 ..
Estados. En efecto, ya los principales Estados participantes en el con- damentaln1.ente, C<
greso de Viena (1815), actuando en concierto y bajo su dirección he- manifestaciól!Aá~
gernónica, se erigieron en responsables y administradores del orden 'lfJ?' límites estata );
internacional. En años más recientes, aunque la ONU se fundamenta :~~S
-:'-'1-
gumento es reciuc
en la igualdad soberana de los Estados, si se tiene en cuenta el derecho funciones. Curios:
de veto que pueden ejercer los miembros permanentes del Consejo de ,~ do se ha configur
Seguridad, la participación de los Estados en la adopción de decisio- .:\t Úl ampliación de
nes resulta desigual. Por último, no hay que olvidar que la soberanía :1~ social y económic
de algunos Estados se vio mermada por el fenómeno de la política de zonamiento se pi.
bloques. Por lo tanto, en el plano de los hechos, la realidad histórica sado en los últirr»
parece demostrar que algunos Estados son menos soberanos que oliberales no han
otros. econórnicas que ~
de la intervenciói
Aun admitiendo que la dependencia de la política nacional respec-
Estado venía pre
to de la internacional no es un fenómeno nuevo, se insiste en los últi-
bargo, esas crisis
mos años en que han aparecido factores nuevos en los procesos de in-
terconexión o se han intensificado los ya existentes. Como corolario, Por último, a
se discute que el Estado siga siendo el actor principal de las relaciones corrientes, derm
internacionales, cuando no se 10 percibe como una mera reliquia del men otros fenón
pasado. de interconexiót

..::"
-_._-- ..•.. _._~..--._.,--,. .•~

UNIDAD DIDÁCTICA II EL ESTADO: GÉNESIS Y DESARROLLO HISTÓRICO 123

los Estados sobe- 4.1.2. Factores de interconexión


.dad internacional des- -.
.ta las últimas décadas. El cúmulo de factores que inciden en la interdependencia de los Es-
.ncirna de los cambios tados son de diferente naturaleza. Entre ellos, se hace un especial hin-
le las Naciones Unidas capié en el surgimiento de un sistema económico mundial que escapa
'adicionales inspirados del control estatal. Este sistema restringe las posibilidades de los Esta-
ohibió el recurso a la dos para planificar la economía, de forma que tanto las políticas mo- __
cia discrecional de los netarias y fiscales como los niveles de empleo, inversión e ingreso de un
3 del orden internacio-
país se encuentran condicionados por los mercados financieros inter-
.eron modificados par- nacionales. Con todo, y para valorar en su justa medida estas restric-
rr'incipios consagrados e ,

. :1 ciones, no debe obviarse el poder económico de los Estados, pues, a pe-


aldad soberana y la no sar de las tendencias neoliberales, la determinación de los gastos e
idos. Además, la Carta , ingresos sigue teniendo influencia en la economía.
ctiva capaz de obligar
La expansión de las empresas multinacionales, particularmente des-
roversias: tampoco es-
istancia con autoridad de 1960, es un factor determinante del desdibujamiento de las fronte-
.iente de las transfor- ras nacionales. No obstante, frente a esta idea, una hipótesis interesan-
ón sostenida por dife- te es la desarrollada por A. Smith, al sostener que los efectos de las
I la estructura interes- empresas multinacionales no son unívocos, ya que en ocasiones, lejos
de erosionar al Estada-nación, lo han reforzado.
Junto a las razones económicas, se sostiene que la naturaleza misma
)s jurídicos y centrán- de los armamentos nucleares, con su poder de destrucción masiva, o el
1 observar la hegerno- 'posible alcance universal del terrorismo y del tráfico de estupefacientes,
dad internacional, he- han determinado la incapacidad de la soberanía territorial para garanti-
ldad soberana de los zar la seguridad. Los autores que explican el surgimiento del Estado, fun-
l~ipantes en el con- damentalmente, como un instrumento para la guerra han encontrado la
1 I su dirección he- . ~anifestación más clara del declive de aquél en el desbordamiento de los
nistradores del orden límites estatales para garantizar la seguridad y la defensa. Quizá este ar-
, ONU se fundamenta _ gumento es reduccionista porque el Estado desempeña, además, otras
~en cuenta el derecho funciones. Curiosamente, se habla de crisis del Estado justamente cuan-
nentes del Consejo de do se ha configurado como un Estado del Bienestar, lo que ha supuesto
adopción de decisio- la ampliación de sus funciones y de su intervención en áreas de la vida
id al' que la soberanía social y económica en las que en otras épocas no se inmiscuía. A este ra-
nena de la política de zonamiento se puede objetar que también este modelo está siendo revi-
, la realidad histórica sado en los últimos decenios, pero igual de cierto es que las políticas ne-
ienos soberanos que oliberales no han logrado desmantelar el Estado del Bienestar. Las crisis
económicas que se han sucedido desde 1973 han afectado a los objetivos
ítica nacional respec- , de la intervención estatal y a la VÍas tradicionales a través de las cuales el
se insiste en los últi- Estado venía prestando servicios desde la segunda postguerra: sin em-
en los procesos de in- bargo, esas crisis no han cuestionado la misma intervención estatal.
ites. Como corolario. Por último, además de los factores comentados que, según algunas
.ipal de las relaciones conientes, demuestran la obsolescencia del Estado, también se esgri-
ina mera reliquia del men otros fenómenos que, de una u otra forma, refuerzan los procesos
de interconexión, como son: la expansión de las comunicaciones trans-
124 UNIDAD DIDÁCTICA u

nacionales, las tendencias demográficas, los problemas medioambien_


tales o el desarrollo de las organizaciones internacionales a las que nos
referiremos más adelante. En síntesis, bástenos subrayar que, de acuer-
do con algunas hipótesis, la concurrencia de los factores señalados
apunta hacia la erosión de los Estados nacionales porque la actividad
social, política y económica adquiere dimensiones mundiales. Si en
otras épocas el territorio fue entendido como un elemento esencial del
Estado que establecía el límite en el que éste ejercía su actividad, en los ;,~.:~,:.- -~ S fines respective
últimos años el llamado proceso de globalización ha inducido a plante- ';:~t,;.. :P' ~emas de naturale
ar, como dice Poggi, una crisis de territorialidad. Crisis que provoca la le - fre
neutralidad, cuando no la ineficacia, del Estado ante la dimensión pla-
'h~'.'
"4¡~
'pe~ Ul1lversa
. .
s, ~1
i;\~.• '. embargo, son mas
netaria de los problemas económicos, tecnológicos y ecológicos que "~if: .~ .
";~j¡:<~zon,
l' "1,' ••

las orgarllz~:J
desbordan las fronteras nacionales. :;;~i ' .'.Ias de cooperaClOr
;,Nf;~~rtenecient~s a~
4.1.3. La presumible superación del Estado ,~;;t, gili,endo a Diez de
<'.:festán compuestas
y las Organizaciones Internacionales (01) ·:;~t~;,~ :~~~;stenafi11idades
\~~~ 'abie~-tas a la parti
Debido a que los procesos de interdependencia impregnan a los pro- ,§:§: ....n"~lzacionesregión
blemas de un carácter global, algunos autores sostienen que las solucio- ~'"
{~. , .·Q.~é la solución d
nes deben tener también un carácter global y no unilateral. As] las cosas, '~;" estnlcturas. Por I

se ha llegado a propugnar incluso una centralización planetaria del po- ~.~~·zaciones de intej
der, no sólo por razones de eficacia y de justicia, sino también de super- ';j~ debido al consta
"' ",
vivencia. Ahora bien, en nuestra opinión, tal vez sea eficaz esta propues- ',-,::::,~'

';>]1:
"1'." ..

deres soberanos.
ta para solucionar unos problemas, pero corre el riesgo de plantear otros <1~ . : den al modelo el
, "".:':~
de no menor envergadura. La enorme concentración de poder que entra- >,l~1' o'tI-OS aspectos, .t-r
.I'l:-~'
ñaría ese pretendido gobierno mundial debe meditarse seriamente. Co-
:\!f~pOl'que la ej~
mo dice Held, «no existen garantías de que este sistema fuera a ser más :{t..:~ la negociaci .
ordenado, seguro, responsable y legítimo que formas previas de organi- ,%~ . cionales. De ior
zación politica -quizá aún menos en todos estos aspectos»-. No puede ):)$ . .una transrerenc
olvidarse que «el acuerdo de tolerar diferencias de credo e ideología fue
r: 1

,;~.. rias concretas-


un principio fundador del Estado moderno ... ¿Qué fundamentos habría ~- .•~\}
. '"F dos y algunas (
para pensar que un nuevo medievalismo secular podría sostener y defen- . ,"":t Estados mieml
der el principio de la tolerancia?». Pero, aun estando de acuerdo en líne- ":; equipararse a 1
as generales con el argumento de Held, no hay que soslayar que la histo- beranas, pero
ria nos ofrece ejemplos de Estados cuya intolerancia con sus minorías ha porque los Est
sido manifiesta. Con todo, los peligros que acarrearía la concentración
De lo expur
del poder en un gobierno mundial no debe inducir a desconocer las li-
mitaciones del Estado ante los efectos de los procesos de globalización. que la reperci
tura in teres tat
Quizá una de las causas que expliquen la aparición de nuevos acto- ce muy clara i
res internacionales haya que buscarla en la creciente interdependencia.
tituciones cap
En efecto, la sociedad internacional ya no posee una estructura exclu-
sivamente interestatal; entre otros actores, debe destacarse el creciente En genera
desarrollo de las organizaciones internacionales gubernamentales. Si de Estado se,

••• ,_, ,. , _ .' __ 0- ••• _


r---- - ________ , -'--~'r.0"'_""",'"'
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i

UNIDAD DIDÁCTICA 11 EL ESTADO: GÉNESIS Y DESARROLLO HISTÓRICO 125

/'-.. di bi
r 'l11aSme ioam ien- con anterioridad a la Primera Guerra Mundial existían unas cincuenta
nacionales a las que nos ",
«.
organizaciones, en la actualidad se contabilizan, aproximadamente,
; subrayar que, de acuer- 300; entre ellas, las que más han proliferado han sido las de naturaleza
~los factores señalados política, que eran.t~daví~ escasas en el período de entreguen-as, frente
ales porque la actividad a las téclllco-admllllstratIvas.
iones mundiales. Si en
Existe una gran heterogeneidad en el cúmulo de 01 existentes, pro-
111elemento esencial del
bablemente debida a su distinta composición, a sus competencias y a
-rcía su actividad, en los
sus fines respectivos. Se podría pensar que el incremento de los pro-
in ha inducido a plante- -t blemas de naturaleza global debería haber alentado a las organizacio-
d. Crisis que provoca la
nes universales, frente a las que poseen una composición regional; sin
) ante la dimensión pla-
embargo, son más numerosas las segundas. También por la misma ra-
igicos y ecológicos que zon. las organizaciones de integración tendrían que predominar sobre
las de cooperación, pero, en este caso, al igual que en el anterior, las
pertenecientes al primer tipo de organización son la excepción. Si-
guiendo a Diez de Velasco, mientras que las organizaciones regionales
ado
están compuestas por un número determinado de Estados entre los que
ales (01) existen afinidades objetivas y subjetivas, las universales se encuentran
abiertas a la participación de todos los Estados. Es obvio que las orga-
ia impregnan a los pro-
jlizaciones regionalesentrañan una mayor fragmentación y es posible
.stienen que las solucio-
'. que la solución de los problemas universales pueda resentirse por esas
unilateral. As}las cosas,
estructuras. Por otra parte, quizá el precario desarrollo de las organi-
ación planetaria del po-
zaciones de integración, en comparación con las de cooperación, sea
sino también de super-
debido al constante rechazo de los Estados a desprenderse de sus po-
sea eficaz esta propues-
deres soberanos. En efecto, las organizaciones de cooperación respon-
riesgo de plantear otros
:if--',depoder que entra- den al modelo clásico de 01; estas organizaciones se caracterizan, entre
otros aspectos, porque los Estados no ceden competencias soberanas y
Q- • 'se seriamente. Co-
porque la ejecución de sus decisiones -adoptadas según la técnica de
sistema fuera a ser más
la negociacion- no son directamente aplicables en los territorios na-
'mas previas de organi-
cíonales. De forma inversa, las organizaciones de integración implican
aspectoss=-. No puede
tina transferencia de competencias soberanas -a veces, sólo en mate-
le credo e ideología fue
das concretas-, los órganos comunes son independientes de los Esta-
.ié fundamentos habría
dos y algunas de sus decisiones pueden aplicarse directamente en los
iodría sostener y defen-
Estados miembros; se sostiene que estas organizaciones no pueden
rdo de acuerdo en Iíne-
equipararse a las tradicionales debido a que asurnen competencias so-
e soslayar que la histo-
beranas, pero tampoco han de confundirse con los Estados federales
cia con sus minorías ha
.porque los Estados miembros retienen poderes soberanos.
'earía la concentración
cir a desconocer las Ii- De lo expuesto podría desprenderse, en una primera aproximación,
esos de globalización. que la repercusión de las organizaciones internacionales en la estruc-
rición de nuevos acto- tura interestatal de la sociedad internacional es relativa; tampoco pare-
ente interdependencia. ce muy clara la posibilidad de que se conviertan en las principales ins-
una estructura exclu- tituciones capaces de dar respuesta a los retos globales.
destacarse el creciente En general, los debates acerca de las posibilidades de que el sistema
; gubernamentales. Si de Es~ado sea reemplazado por un nuevo orden se inclinan a sostener

':~

~ .Mtf~~~~~~<-
.
• 1Í~
126 UNIDAD DIDÁCTICA 1J ':; ic';, E.ST4DO GÉNESIS 1
.....•... ~

que el estatismo no ha sido superado por las organizaciones intergu_ . La CE está abier
bernamentales. Estas organizaciones no han logrado convertirse en ac- .:
,1 será su fut'-');
en"'.
tores autónomos superadores del Estado; de hecho, no existe una orga- dendas actuak ..a
nización internacional universal dotada de una competencia general 'E'stadO, se encarnm
equiparable a los Estados. Por el contrario, el sistema estatal subsiste, ',niza la estructura e
con independencia de que comparta cada vez más su autoridad con .:' ' En conclusión, 1
otras organizaciones. Cosa distinta es que sea deseable que las organi- " ,.gerado, o cuando n
zaciones internacionales gubernamentales se conviertan en estructuras determinados prob
eficaces para hacer frente a los retos globales y vencer las limitaciones ~io
que haya conv
del Estado. La posibilidad de que esto OCUlTano es descartada por al- cierto que, con la d
gunos autores; para otros, se trata de una posibilidad lejana o simple- diferentes; la mdej
mente no existe tal alternativa. ,estados, tanto en 1
Un caso especial entre las organizaciones internacionales es el de en comparación (
la Comunidad Europea (CE). No le falta razón a P. Schmitter para ver potenci~s. Pero: ii
en ella el germen de una nueva forma política superadora del Estado. ses subdesarrollac
La CE europea es una organización innovadora en la que se mezclan sido sobrepasado,
caracteres supranacionales e intergubernamentales. Si se tienen en las fuentes de sus
cuenta los primeros rasgos, no cabe duda de que la CE ha incidido cla- tos Estados, sería
ramente en las soberanías nacionales a través del Derecho comunita- tados corno, por!
rio, ya que algunas de sus normas se caracterizan por poseer una efi- mitirse la invia1:
cacia jurídica directa y por tener primacía frente al Derecho de los evidente es que é
,,'o

Estados; esas normas proporcionan a la CE uno de los rasgos típicos la crisis del Esta!
de los Estados federales. La mezcla de las tendencias integradoras y Para sopesar
cooperativas es clara en el aspecto competencial: así, los Estados dependencia, qu
transfirieron un conjunto de competencias exclusivas de naturaleza beranias estatale
económica para la realización del mercado único (principalmente re- lo en el mejor d
:!!
'. , feridas a la libre circulación de bienes, personas, servicios y capitales); exterior e iD'~i(
igualmente, la proyectada unión monetaria desbordaría el marco de se vio relat. a
las soberanías nacionales. Sin embargo, la CE posee una escasa inte- meramente naci
gración en los ámbitos de política exterior, seguridad y defensa; las po- limitada por dil
líticas en estas esferas se desarrollan a través de la vía de la coopera- gieron las sobe:
ción, que, como es sabido, no supone transferencias de competencias lantes y, en 11.1 a:
de los Estados a la CE; las novedades introducidas por el Tratado de parte, ni la eco:
Maastricht en las materias mencionadas son escasas; concretamente, nal, el capitalis
1;:."
el Tratado recoge un nuevo concepto, el de «acciones comunes», de las capitalismo fin
que se excluye la política de defensa, las cuales deben ser aprobadas cas: por últirn:
por unanimidad en el seno del Consejo. También, desde el punto de mo ... ) tuvieron
vista institucional, se aprecia la simbiosis de la tendencia supranacio-
Finalmente
nal e intergubernamental; por una parte, 'la Comisión está integrada
xisten en el mi
por miembros que actúan con independencia de la voluntad de los Es- '"
, tradictoria: si
tados, pero, por otra parte, sin desconocer el poder de iniciativa nor- ;¡
tado, por otro
mativa de esta institución, hay que reconocer que es el Consejo, esto
[ortalecimi en 1
es, el órgano que representa los intereses de los Estados, la principal
cambios irrec
institución decisoria.

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,:§,%:.; ..
UNIDAD DIDÁCTICA 1I EL ESTADO: GÉNESIS Y DESARROLLO HISTÓRICO 127
.f.
~ ... .r
uuzaciones mtergu. La CE está abierta a un proceso inacabado y resulta dificil predecir
19i ado convertirse en ac- cuál será su futuro; sin embargo, a juzgar por su sistema y por las ten-
echo, no existe una orga- dencias actuales, parece razonable pensar que la CE, lejos de socavar al
na competencia general Estado, se encamina hacia un modelo en el que se entrecruza y armo-
sistema estatal subsiste, niza la estructura comunitaria con la organización estatal.
~ más su autoridad con En conclusión, respecto a la pretendida crisis del Estado parece exa-
deseable que las organi- gerado, o cuando menos poco realista, sostener que la interconexión de
onviertan en estructuras determinados problemas de la sociedad contemporánea sea de tal cala-
1 vencer las limitaciones do que haya convertido al Estado en una organización obsoleta. Es
no es descartada por al- cierto que con la denominación de Estado se designan realidades muy
.bilidad lejana o simple- diferentes; la independencia y la capacidad de influencia de los micro-
estados, tanto en la actualidad como en otras épocas, han sido exiguas
internacionales es el de en comparación con la autonomía de las superpotencias y medianas
a P. Schmitter para ver potencias. Pero, incluso si se tiene en cuenta la experiencia de los paí-
superadora del Estado. ses subdesarrollados, lo que parece probarse no es que el Estado haya
ra en la que se mezclan sido sobrepasado, sino que la debilidad o ausencia del Estado es una de
.ntales. Si se tienen en las fuentes de sus conflictos. Con todo, aun aceptando la crisis de cier-
le la CE ha incidido cla- tos Estados, sería erróneo infravalorar la eficacia y el vigor de otros Es-
del Derecho cornunita- .¡
tados como, por ejemplo, Estados Unidos. Por lo tanto, quizá deba ad-
zan por poseer una efi- mitirse la inviabilidad de algunos Estados, pero lo que no es tan
ente al Derecho de los evidente es que existan indicios incontrovertibles para considerar que
10 de los rasgos típicos la crisis del Estado sea un fenómeno universal. .
.,
idencias integradoras y .~
;
Para sopesar los cambios introducidos por los fenómenos de inter-
ncial: así, los Estados
~ dependencia, que son innegables, y la consecuente fragilidad de las so-
rclusivas de naturaleza
"

beranías estatales, debe partirse de la idea de que el poder soberano, só-


i~~principalmente re-
lo en el mejor de los casos, tendió a ser un poder independiente en lo
s, _...:l-'Vicios
y capitales); .tÍ'
exterior e interior, pero que desde el punto de vista fáctico la soberanía
esbordaría el marco de r
. -~ se vio relativizada. Como dice Mann: nuestra sociedad nunca ha sido
posee una escasa inte-
meramente nacional, también ha sido transnacional; la soberanía se vio
.ridad y defensa; las po- .. ~
t-

limitada por diferentes factores: así, las relaciones geopolíticas restrin-


:le la vía de la coopera-
gieron las soberanías de los Estados que son parte en acuerdos vincu-
.ncias de competencias
lantes y, en mayor grado, la soberanía de los Estados débiles: por otra
.idas por el Tratado de
parte, ni la economía ni la cultura se han circunscrito al ámbito nacio-
scasas; concretamente,
nal, el capitalismo industrial fue transnacional en su fase temprana y el
iones comunes», de las
capitalismo financiero también tuvo esta naturaleza en todas las épo-
s deben ser aprobadas
cas; por último, los movimientos culturales (humanismo, romanticis-
ién, desde el punto de
mo ...) tuvieron una difusión transnacional.
tendencia suprariacio-
omisión está integrada Finalmente, debe observarse que los procesos de globalización coe-
e la voluntad de los Es- xisten en el mundo contemporáneo con otros fenómenos de índole con-
.oder de iniciativa nor- tradictoria: si por un lado, esos procesos plantean la debilidad del Es-
que es el Consejo, esto tado, por otro, el resurgimiento de los nacionalismos nos acerca a su
s Estados, la principal fortalecimiento. Así las cosas, el mundo de finales del siglo xx origina
cambios irreconciliables, pues si el Estado ha dejado de tener sentido,

~_ ..
128 UNIDAD DIDA.CTICA 1I .0000 '1','DO' GÉNESIS y DI
'Bl-~
l~

lo lógico sería que las reivindicaciones nacionalistas, tendentes a crear " 0_ G


«Lo stato s[-i
POC;ul, 1991 ., r---..
un Estado propio, fueran anacrónicas. Por el contrario, el derrumba. agosto, .
cu». - -
o

miento del comunismo, lejos de desembocar en fórmulas de coopera. , '['~ONR


I<oBER:::> ,.,
ción, ha desencadenado un extraordinario impulso nacionalista, y ello .' .' p «La Con
SCH¡\,\lnER,., , .
a pesar de que los nuevos Estados independientes no proporcionarán a
rninación l?ohtlca".
los movimientos nacionalistas un mayor control sobre sus asuntos. De 11/0GÍones de lo Poli
acuerdo con estas experiencias, parece demostrarse el arraigo del Esta-
e ITLI' A. Natiorwl Ide
do en las sociedades contemporáneas. Por el contrario, a pesar de la .,JM r , '

fuerza de los fenómenos de interdependencia y de la pretendida crisis SEARA ,A


\r'ZQUEZ" M «L;
o

nacional», \N.AA.,
o'

del Estado, lo cierto es que aún no ha surgido un sustituto capaz de su- o

perar las debilidades del viejo modelo estatal. Como dice Poggi, por en- :E,d.Universidad di
o

cima de la crisis que se cierne sobre la organización estatal, ésta conti-


núa concentrando y administrando el poder político en las sociedades
industriales avanzadas, en parte porque las necesidades de una econo-
mía moderna, que precisa una costosa y compleja infraestructura, sólo
puede ser proporcionada por el Estado, lo cual frena su retroceso.
En cualquier caso, tampoco ha de descartarse la posibilidad de que
el Estado sea sustituido por otra forma de organización política en un
futuro; al fin y al cabo, el Estado es un producto histórico y como tal
puede estar llamado a desaparecer. Hoy por hoy, sin embargo, el decli-
ve del Estado y su sustitución por otro u otros modelos de organización
resulta poco previsible; es más presumible que la aparición de nuevas
circunstancias provoque una mutación de la forma estatal, algo, por
otra parte, que no es ajeno al Estado desde su origen, pues éste, lejos de
mantenerse invariable a lo largo de la historia, ha demostrado poseer
una gran capacidad de transformación que le ha permitido remontar
diversos embates y prolongar su existencia a través de los siglos.

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un sustituto capaz de su- nacional», VV.AA:, Curso de Derecho 'Iniernacional de Vitoria-Gasteiz;
Como dice Poggi, por en- Ed. Universidad del País Vasco, 1985.
?ación estatal, ésta conti-
iolítico en las sociedades
-cesídades de una econo.
deja infraestructura, sólo
1 frena su retroceso.
rse la posibilidad de que
anización política en -un
cto histórico y como tal
))i, sin embargo, el decli-
nodelos de organización
~ la aparición de nuevas
forma estatal, algo, por
rigen, pues éste, lejos de
, ha demostrado poseer
l~ -ermmitid o remontar
av..., de los siglos.

en perspectiva histórica,

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otros continentes», De-
O,':' " 'E~T'ADO: GÉNESIS y1
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5. ESTADO, NACIÓN Y TERRITORIO cu, 1
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lidad étnico-cultural
ANDRÉS DE Btxs GUERRERO blos han manife~tad(
'toS en una previa re
más amplias, fruto d
de un pueblo o grup
SUMARIO:4.1. El soporte nacional del Estado.-4.1.1. La idea de
~ una nacionalidad,
nación: la nación «política».-4.1.2. La idea de nación: la nación
equivalente a nación
«cLütural».-4.1.3. Sustrato nacional y Estados actuales.-4.2. La
organización territorial del Estado.-4.2.1. Del Estado unitario al ea propia.
reparto territorial del poder.-4.2.2. Las formas de Estados com- Nos encontramo
puestos.-4.2.3. El sentido pasado y presente del federalismo.- mientos simplificad,
4.2.4. Rasgos básicos del Estado federal.-4.2.5. Las transforma- consideraciones estr
ciones del Estado federal.-4.3.Procesos de adaptación y transfor- ción de meros datos
mación en los Estados actuales.-4.3.1.. El punto de partida: la realidades nacional,
legitimidad de los Estados nacionales democráticos.-4.3.2. La na- unos l110vilnientos n
turaleza de los cambios en el papel político del Estado. rural. A la vista de ,
tanto de nación «P<
posterior referencia
Estados europeos Y
5.1. El soporte nacional del Estado ~

La existencia de una población específica, aportando un límite per-


sonal para la aplicación de las normas estatales, es un requisito indis- 5.1.1. La idea e
pensable para la existencia misma del Estado. El concepto de pobla-
ción, sin embargo, y resulta ello una observación generalizada, es La nación no tie
demasiado impreciso, está excesivamente ligado a impresiones pura- .grupo étnico. La na
mente demográficas o estadísticas. Para que la población pueda ser ba- política e ideológicc
se de la formación de un Estado, escribía Pérez Serrano, «, .. a la idea momento determin
de mero agregado ha de incorporarse la de una compenetración, un marco europeo con
acomodamiento a la base física o geográfica y, sobre todo, la de una in- funcionamiento del
timidad de vida que transforme lo amorfo, circunstancial y externo en integran en el espa.
algo orgánico, perdurable y enraizado». tado.
Esta observación de un ilustre constitucionalista español del pasado En relación con
nos conduce de la vaga categoría «población» a la algo más precisa idea ella, sino justamew
de «pueblo». El pueblo podría ser entendido como un conjunto de po- casos ser el creado:
blación caracterizado por una similitud hacia adentro y una disimilitud no también en el e
- ,
hacia afuera en un terreno preferentemente cultural o étnico-lingüísti- .: ~ Iberoarnérica. y de

,:;,1
;;.,c.,_

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