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Santo Tomás señala que son cinco los sentidos externos, los cuales tienen por objeto
los sensibles propios.
Ad perfectam autem sensus cognitionem, quae Por otra parte, para la perfección del
sufficiat animali, quinque requiruntur. Primo, conocimiento sensible – que le es suficiente al
quod sensus recipiat speciem a sensibilibus: et animal – se requieren cinco condiciones.
hoc pertinet ad sensum proprium. (Q. disp. de Primero, que el sentido reciba la especie de las
Anima q. un., a. 13). cosas sensibles: lo cual es el acto del sentido
propio.
Y señala a continuación que el criterio principal para distinguir los sentidos: los
órganos y el medio ambiente están en función de las potencias y sus respectivas actividades.
Quia vero sensus proprius, qui est primus in Pero por el hecho de ser inmediatamente
ordine sensitivarum potentiarum, immediate a afectado por las cosas sensibles, el sentido
sensibilibus immutatur, necesse fuit quod propio, que es el primero en el orden de las
secundum diversitatem immutationum potencias sensibles, debe ser distinguido,
sensibilium in diversas potentias conforme a las diversas inmutaciones de las
distingueretur. Cum enim sensus sit cosas sensibles, en diversas potencias. En
susceptivus specierum sensibilium sine efecto, dado que el sentido puede recibir las
materia, necesse est gradum et ordinem especies sensibles sin materia, será necesario
immutationum quibus immutantur sensus a comprender el grado y el orden de las
sensibilibus, accipere per comparationem ad inmutaciones causadas en el sentido por los
immateriales immutationes. (Q. disp. de sensibles comparándolas con las inmutaciones
Anima q. un., a. 13). inmateriales.
En primer lugar, el tacto que recibe una inmutación material, es decir, de las
cualidades sensibles de calor o frío, seco o húmedo.
Sunt igitur quaedam sensibilia quorum Hay ciertos sensibles cuyas especies, aun
species, licet immaterialiter in sensu cuando sean recibidas inmaterialmente en el
recipiantur, tamen etiam materialem sentido, provocan sin embargo también una
immutationem faciunt in animalibus inmutación material en los animales que
sentientibus. Huiusmodi autem sunt qualitates tienen sensación. Tal es el caso de las
quae sunt principia transmutationum etiam in cualidades que aun en las cosas materiales son
rebus materialibus: sicut calidum, frigidum, principios de transmutaciones: como el calor,
humidum et siccum et alia huiusmodi. Quia el frío, la humedad, la sequedad, y otras
igitur huiusmodi sensibilia immutant nos semejantes. Como estos sensibles nos afectan
etiam materialiter agendo, materialis autem también por una actividad de orden material, y
immutatio fit per contactum, necesse est quod como tal inmutación material se produce por
huiusmodi sensibilia contingendo sentiantur. contacto, es necesario, que sean percibidos
Propter quod potentia sensitiva mediante contacto: de donde viene que la
comprehendens ea vocatur tactus. (Q. disp. de potencia sensible que los aprehende es
Anima q. un., a. 13). llamada tacto.
En segundo lugar, el gusto que recibe una inmutación material, sea por parte del
sensible como del que siente.
Sunt autem quaedam sensibilia quae quidem Existen, además, ciertos sensibles que aunque
non materialiter immutant, sed tamen eorum no causen inmutación material, sin embargo
immutatio habet materialem immutationem su inmutación propia tiene una inmutación
annexam; quod contingit dupliciter. Uno material aneja. Esto se produce de dos
modo sic quod materialis immutatio annexa sit maneras. Primero, de suerte que la inmutación
tam ex parte sensibilis quam ex parte material aneja sea tanto por parte de la cosa
sentientis; et hoc pertinet ad gustum. Licet sensible como por parte del sujeto que siente:
enim sapor non immutet organum sensus y éste es el caso del gusto. Pues aunque, en
faciendo ipsum saporosum, tamen haec efecto, el sabor no afecte al órgano del sentido
immutatio non est sine aliquali transmutatione haciéndolo gustoso, esta inmutación no se
tam saporosi quam etiam organi gustus, et produce sin cierto cambio, tanto del objeto
praecipue secundum humectationem. sápido como del órgano del gusto, bajo la
forma de una humectación, sobre todo.
Gustus autem solum in tangendo sentit, quia Mas el gusto, por requerir una inmutación
requiritur immutatio materialis ex parte material por parte del sentiente, no percibe
sentientis. (Q. disp. de Anima q. un., a. 13). sino por contacto.
En tercer lugar, el olfato y el oído que reciben una inmutación material, por parte del
sensible, o con alteración (el olfato) o con movimiento local (oído).
Alio modo sic quod transmutatio materialis Segundo, de suerte que la inmutación material
annexa sit solum ex parte sensibilis. aneja sea solamente por parte de la cosa
Huiusmodi autem transmutatio vel est sensible. Tal inmutación es, o según cierta
secundum resolutionem et alterationem descomposición y alteración del sensible,
quamdam sensibilis, sicut accidit in sensu como ocurre con el olfato, o solamente por
odoratus; vel solum secundum loci modo de mutación local, como ocurre con el
mutationem, sicut accidit in auditu. oído.
Unde auditus et odoratus, quia sunt sine De ahí que el oído y el olfato, no teniendo
mutatione materiali sentientis, licet adsit ninguna inmutación material del sujeto
materialis mutatio ex parte sensibilis, non sentiente, aunque haya una del lado del objeto
tangendo, sed per medium extrinsecum sensible, no perciben por contacto, sino por un
sentiunt. (Q. disp. de Anima q. un., a. 13). medio exterior.
Sunt autem alia sensibilia quae immutant Hay en fin otros sensibles que afectan el
sensum absque materiali immutatione annexa, sentido sin que haya además una inmutación
sicut lux et color, quorum est visus. Unde material, como la luz y el color, a los que se
visus est altior inter omnes sensus et refiere la vista. Este sentido, en consecuencia,
universalior; quia sensibilia ab eo percepta es el más elevado de todos y el más universal,
sunt communia corporibus corruptibilibus et porque los sensibles por él percibidos son
incorruptibilibus. (Q. disp. de Anima q. un., a. comunes a los cuerpos corruptibles y a los
13). incorruptibles.
INTRODUCCION
Caracteres generares
Un órgano de los sentidos o receptor se define mejor como un tejido nervioso especializado, u
otro tejido en íntimo contacto con una célula nerviosa sensible a un estímulo o cambio
específico del medio ambiente. Todos los millones de receptores del cuerpo varían en
complejidad, desde simples fibras nerviosas desnudas hasta estructuras sumamente
especializadas como el ojo, que son realmente parte del sistema nervioso o están asociados
íntimamente con él. Por ejemplo, el ojo mismo es esencialmente sensible a la luz visible y ha
evolucionado hasta constituir una porción especializada del cerebro. Los receptores
desempeñan la función vital de informar al cuerpo de los diversos cambios conscientes e
inconscientes producidos tanto en su medio interno como en el extremo; por lo que lo capacitan
para responder y protegerse aumentando así sus probabilidades de supervivencia.
Debe hacerse hincapié en varios hechos importantes a este respecto. Primero, los receptores
específicos son particularmente sensibles a estímulos específicos. En otras palabras, un órgano
de los sentidos requiere mucho menos cantidad de cierto tipo de energía para estimularse que
cualquier otro. Aunque puede responder a otro estimulo si éste es lo suficientemente poderoso e
intenso. Por ejemplo, aunque ojos y oídos son receptores a la luz y sonido, la presión al globo
ocular causa una sensación luminosa y una irritación por enfermedad origina un zumbido en el
oído.
Segundo, la sensibilidad especifica a estímulos específicos se debe: a) a la estructura
especializada de la célula receptora (por ejemplo, foto-pigmentos en los fotorreceptores), y b)
estructuras auxiliares que canalizan eficientemente el estímulo apropiado y lo protegen contra
otros estímulos (por ejemplo, las ondas sonoras llegan normalmente al órgano del oído u órgano
de Corti que está protegido por una estructura ósea, por medio de una vía particular).
Tercero, el tipo de sensación suscitado depende solamente de las vías nerviosas activadas y no
de cómo son activadas. Bajo condiciones normales, los estímulos; específicos producen una
excitación local en receptores específicos, los cuales a su vez, inician señales en forma de
potenciales de acción, o impulsos nerviosos que corren a lo largo de los nervios. Todos los
impulsos nerviosos, ya sea que originen respuestas conscientes o inconscientes son
esencialmente semejantes, independientemente del estímulo que los inició. Los impulsos
nerviosos son transmitidos al sistema nervioso central en donde son seleccionados, canalizados
y descifrados. Al nivel de lo inconsciente, ciertos receptores sensitivos emergentes en los
pulmones, mantienen los centros respiratorios cerebrales informados acerca del proceso
respiratorio. Otro, en la arteria aorta principalmente del corazón, son los responsables del
mantenimiento de los centros cardiacos en el cerebro encargados de la presión sanguínea. Al
nivel consciente la cualidad de la sensación depende de la llegada de los impulsos nerviosos a
áreas sensitivas particulares del cerebro. Como ilustración, la región central que recibe impulsos
del receptor olfativo los interpreta como un olor o aroma específico. En otras palabras, no
importa cómo se estimula al receptor debido a que siempre conducirá a la activación de ciertas
vías nerviosas dando la sensación apropiada al estímulo adecuado.
Finalmente, la llegada de los impulsos nerviosos al encéfalo o médula origina un rápido envío
1
Alvin Nason, Biología, Limusa-Wiley, México 1969, pág. 475-492.
de instrucciones, vía impulsos nerviosos, hacia los electores apropiados (músculos y glándulas),
provocando una respuesta al cambio del medio ambiente.
Señala la clasificación de los distintos receptores
TIPOS DE RECEPTORES
Los “cinco sentidos” comúnmente descritos — tacto, olfato, gusto, oído y vista — son en
realidad una lista incompleta. Conocemos cuando menos once distintas sensaciones o sentidos
en los animales superiores incluyendo al hombre: tacto, olfato, gusto, oído, visión, sensibilidad
al calor y al frío, equilibrio, dolor, conocimiento de la posición y movimiento (llamados
propiocepción) y sensaciones viscerales (tales como hambre, nauseas, sensaciones sexuales,
etc.). Las distintas sensaciones se inician por estimulo de varios receptores sensoriales
especializados; los cuales pueden agruparse de acuerdo con la naturaleza del estímulos en tres
subdivisiones principales 1) receptores químicos (para olfato y gusto), sensibles a estímulos
químicos; 2) receptores mecánicos (para tacto, presión, dolor, temperatura, sonido y
movimiento), sensibles a estímulos mecánicos; y 3) fotorreceptores (los ojos) sensibles a ciertas
longitudes de onda (le radiación electromagnética tal como la luz visible.
Receptores químicos. La capacidad para determinar cambios químicos del medio es una
propiedad general del protoplasma, la cual es la única base para la distinción entre sustancias
químicas alimenticias y dañinas, que llevan a cabo muchos organismos unicelulares,
invertebrados inferiores y varios invertebrados acuáticos superiores. Además, ciertos moluscos
poseen simples receptores locales que analizan o examinan el agua que toma el organismo.
Entre los invertebrados, la mayor especialización en receptores químicos se presenta en los
insertos. En las antenas existen receptores específicos del olfato y en la boca del gusto. En
ciertos insectos domésticos, como la mosca, estos últimos se presentan en las patas.
El sabor de los alimentos es el resultado de la combinación de dos entidades diferentes, el gusto
y olfato que se asocian con dos tipos diferentes de receptores originando impulsos que son
trasmitirlos por diversas vías nerviosas hacia diferentes regiones del encéfalo.
Gusto. En los animales superiores como el hombre, los receptores del gusto reciben el nombre
de botones gustativos. Son racimos de células alargadas, en forma de barril, colocadas en la
superficie de la lengua. En los mamíferos, los numerosos botones están coloridos dentro de
elevaciones de la mucosa lingual llamados papilas. Cada célula receptora de un botón presenta
una proyección capilar que se extiende hacia el pequeño poro de su botón el cual se abre en la
superficie de la lengua. Varias dendritas neuronales sensitivas se distribuyen entre las células
receptoras de cada botón gustativo. Las sustancias deben disolverse en la saliva o en agua,
penetrando así a los poros microscópicos de los botones, a fin de actuar como estímulos
químicos de las células receptoras especiales. Por consiguiente, el impulso nervioso se inicia en
las neuronas sensitivas más cercanas y eventualmente da la sensación gustativa.
Aunque todos los botones gustativos son semejantes estructuralmente, son fisiológicamente
diferentes en sensibilidad y especificidad. En el hombre el amargor (probado con la sensibilidad
a la quinina) puede determinarse en diluciones de una parte en 2.000.000; el dulzor; 1 parte en
200; la acidez (ácido clorhídrico) 1 parte en 130.000 y la salinidad (sal de mesa o cloruro de
sodio) 1 parte en 400. El sabor ácido es una respuesta a los ácidos y parece ser la más específica
de las cuatro sensaciones. Podemos experimentar otras sensaciones gustativas debido a una
mezcla de estas sensaciones fundamentales y con las del olfato; así como por la estimulación de
otras terminaciones nerviosas bucales.
El olfato
Olfato. Los receptores del olfato son células ciliadas que desempeñan el doble papel de
receptores y conductores. Están empotradas en la membrana mucosa que tapiza los pasajes
superiores de la nariz y fosas nasales. El primer requisito para que cualquier material origine la
sensación olfativa es que llegue a las vías nasales en forma gaseosa. Por lo tanto, debe ser
volátil, dando partículas de tamaño molecular, que puedan ser transportadas en el aire por
difusión y corrientes de aire hacia los receptores olfativos colocados dentro de las fosas nasales.
En este sitio primero se disuelven en las secreciones mucosas antes de que puedan estimular el
receptor correspondiente. Existe una variedad infinita de olores y parece no haber correlación
entre las propiedades químicas o físicas de los materiales y las sensaciones olfativas que
provocan.
La sensibilidad de los receptores olfativos supera miles de veces la de los gustativos. En
muchos animales en los que el olfato es de gran importancia para sobrevivir, para localizar
enemigos, comidas, etc., una gran parte del encéfalo está dedicada a esa función. El hombre, en
comparación con estos animales, tiene poco desarrollo de esta función y, sin embargo, puede
determinar ciertas sustancias en el aire en diluciones de una parte en 50.000 millones. Es
interesante que los receptores olfativos, aunque son extraordinariamente sensitivos para la
determinación de aromas muy tenues, también se fatigan con facilidad. Por esta razón, los
olores que al principio nos parecen muy fuertes pasan pronto desapercibidos después de pocos
minutos.
Receptores de temperatura
Receptores de dolor
Receptores del dolor. Son dendritas nerviosas desnudas y con terminales libres. No solamente
responden a los estímulos mecánicos, sino a químicos, térmicos o de otro tipo, con tal que sean
de suficiente intensidad. Comparados con los receptores táctiles, de presión y temperatura, los
del dolor son más numerosos, se presentan en todos los tejidos del cuerpo, excepto en el
encéfalo, el cual, irónicamente, es insensible al dolor. De los receptores anteriores, solamente
los del dolor se localizan dentro de los órganos y tejidos más profundos del cuerpo. Por
consiguiente, el dolor puede originarse a partir de la estimulación de los receptores del dolor en
la piel, músculos esqueléticos, tendones, articulaciones y órganos internos, tales como
intestinos, riñones, etc.
La presencia de receptores del dolor favorece obviamente la supervivencia del organismo,
informando los cambios ambientales potencialmente peligrosos a la salud y a la vida. A veces,
por razones no muy claras, el cerebro interpreta erróneamente el tipo de dolor, cuando se
origina a partir del estimulo de estructuras muy profundas del cuerpo como músculos
esqueléticos y órganos internos. En estos casos, el cerebro remite el estimulo hacia áreas
superficiales externas, fenómeno conocido como dolor referido. Por ejemplo, los dolores
originados en el corazón, a veces son referidos a la superficie interna del brazo izquierdo.
En resumen, en la mayor parte de la piel y membranas mucosas del hombre existen cuando
menos cinco clases diferentes de receptores responsables de los sentidos de tacto, presión,
dolor, calor y frío. Como ya indicamos, algunos son simples terminaciones nerviosas; mientras
otros están encapsulados en tejidos específicos. En todos los casos, representan las porciones
dendríticas de neuronas sensitivas que se conectan con los nervios espinales. En contraste, los
receptores para gusto y olfato están exclusivamente restringidos a la lengua y cavidades nasales
respectivamente, estando conectados a ciertos nervios craneales.
Sensaciones viscerales
El oído
Oído. El oído es el órgano receptor del aparato auditivo el cual está constituido por los oídos,
nervios auditivos y áreas auditivas del cerebro. El oído es sumamente sensitivo para la
recepción de las ondas sonoras, las cuales se definen mejor como las vibraciones de cualquier
medio físico — gas, líquido o sólido — en los cuales se propagan.
El oído del hombre, como ejemplo del oído de los mamíferos, está constituido por tres regiones:
oídos externo, medio e interno. El externo y medio son básicamente estructuras auxiliares que
reciben, amplifican y transmiten las ondas sonoras, puesto que los receptores sensoriales de
estas ondas se localizan en el oído interno, que es el que posee en realidad el órgano para oír.
Cuyas partes son: el oído externo.
Oído externo. El oído externo en el hombre, está formado de tres partes: 1) un pabellón de
cartílago elástico y piel colocado a cada lado de la cabeza, 2) un pasaje o tubo en forma de
embudo que mide de 2.5 a 3 cm. de longitud, llamado conducto auditivo externo que va del
pabellón siguiendo un hueco de la cabeza; y 3) una membrana delgada, semitransparente,
elíptica y flexible llamada membrana timpánica o tímpano (con 1 cm. de diámetro) que se
extiende a través del extremo interno del canal auditivo y lo separa del oído medio. En muchos
mamíferos el pabellón puede moverse o “pararse” por medio de músculos bien desarrollados
para poder captar mejor las ondas sonoras.
El oído medio
Oído medio. Conecta el oído externo con el interno y es una cavidad hueca, pequeña, llena de
aire dentro de uno de los huesos de la cabeza. Está cubierto con una membrana epitelial y
contiene tres diminutos huesecillos articulados llamados martillo, yunque y estribo, debido a
sus formas. El extremo del mango del martillo se adhiere a la superficie interna de' la
membrana timpánica. Su lado opuesto se conecta mediante una pequeña articulación con el
yunque, el cual, a su vez, se articula al estribo. La base de este último obtura la llamada
membrana oval que cubre el orificio que desemboca al oído interno. La ventana, cubierta por
una membrana delgada, conecta el oído medio con el interno. Otra abertura, también cubierta
por una delgada membrana, conecta los oídos medio e interno y es llamada ventana redonda.
Existen tres aberturas más de otra naturaleza, haciendo un total de cinco que parten del oído
medio, una del canal auditivo externo cubierto por la membrana timpánica ya ha sido
mencionada; otra, desde una red de espacios pequeños irregulares llamados senos mastoideos
que se localizan en uno de los huecos de la cabeza y una más a partir de la trompa de Eustaquio
cubierta por una membrana epitelial y que conecta la parte de la faringe, atrás de la nariz
(nasofaringe con el oído medio).
La trompa de Eustaquio sirve para el paso del aire y tiene la importante función de igualar las
presiones a ambos lados de la membrana timpánica. Cambios bruscos de la presión externa
pueden causar la ruptura de la membrana. La trompa de Eustaquio permanece cerrada
normalmente excepto durante la deglución y bostezo. .Estas actividades permiten un cambio de
presión en el oído medio, balanceando la presión de la superficie externa de la membrana.
Cambios repentinos de presión de la membrana timpánica causados por explosiones o por
ascenso o descenso rápido en un aeroplano pueden compensarse tragando saliva en ese
momento. Infortunadamente la trompa de Eustaquio puede constituirse en paso de infecciones
de la nariz al oído medio y estructuras cercanas tales como los senos mastoideos.
El oído interno
Cóclea. Tiene una estructura ósea externa en forma de concha de caracol, similar a la que toma
un tubo de cerca de 3 cm. al doblarse ligeramente en espiral por dos vuelcas y media alrededor
de una porción central ósea cónica. Las espiras más grandes están en la base de la cóclea y las
pequeñas, en el ápice. Dentro de la cóclea ósea existen tres canales membranosos de forma
semejante que ocupan toda su longitud. Su organización y arreglo se comprenden mejor
desenrollando hipotéticamente las espiras de la cóclea. El canal superior se conoce como canal
vestibular y se adhiere en su base a la membrana de la ventana oval donde está insertado el
estribo. En el ápice de la cóclea, el canal vestibular tiene una pequeña abertura que comunica
con el canal inferior o canal timpánico cuya base termina en la membrana que cubre la ventana
redonda. Entre ambos canales existe un líquido llamado perilinfa que proviene del fluido
cerebroespinal. El tercero, el canal más pequeño llamado canal coclear, descansa entre los otros
dos y está lleno con un fluido claro llamado endolinfa. Está separado del canal vestibular por la
membrana vestibular y del canal timpánico por una proyección a bordo de la pared ósea de la
cóclea, más una membrana, la membrana basilar.
Los receptores del oído se presentan en el canal coclear a manera de varias hileras de células
ciliadas, aproximadamente 24.000. Sus cilios se proyectan hacia la endolinfa a partir del
extremo libre de cada célula. Estas hileras de células ciliadas, junto con las células de soporte y
las dendritas circundantes, constituyen la estructura llamada órgano de Corti, que descansa
sobre la membrana bacilar dentro del canal corlear. Los cuerpos celulares que originan las
dendritas constituyen un ganglio dentro de uno de los numerosos pasajes del oído interno; sus
axones constituyen el nervio auditivo, ramificación de uno de los nervios craneales.
La conversión de las ondas sonoras a vibraciones de la endolinfa dentro del canal coclear,
estimula mecánicamente los cilios de las células del órgano de Corti, iniciándose un impulso en
las dendritas circundantes La llegada de estos impulsos por el nervio auditivo al área auditiva de
la corteza cerebral origina la sensación auditiva.
Fisiología de la audición. El proceso auditivo depende de una serie de eventos que comienzan
con la entrada de las ondas sonoras al conducto auditivo externo, originando la vibración de la
membrana. Los pequeños pabellones del hombre, en contraste con los grandes de muchos
mamíferos, contribuyen poco o casi nada a captar o reflejar las ondas sonoras que entran al
oído. Las vibraciones de la membrana se transmiten mecánicamente (y se amplifican) por
medio de los tres huesecillos del oído medio. Las vibraciones de la membrana oval ponen en
movimiento o causan ondas en la perilinfa de los canales vestibular y timpánico. Estas ondas
son transmitidas a su vez por la membrana basilar y vestibular a la endolinfa del canal coclear,
estimulando mecánicamente las células ciliadas del órgano de Corti. Por consiguiente, los
impulsos se inician en las dendritas circundantes y se transmiten por medio del nervio auditivo
al área correspondiente de la corteza cerebral originándose la sensación auditiva. Los fluidos no
son compresibles y las vibraciones u ondas en la perilinfa son compensadas y finalmente
disipadas por los movimientos hacia adentro y afuera de la membrana de la ventana redonda
colocada en la base del canal timpánico. En resumen, las ondas sonoras se transmiten
normalmente a través del aire, huesos y fluidos del oído, estimulando al final las terminaciones
nerviosas iniciándose los impulsos nerviosos y transmitiéndose al área auditiva sensorial del
cerebro, originándose una sensación de sonido.
Órganos del equilibrio del oído interno. Además de la cóclea, el oído interno contiene tres
órganos: sáculo, utrículo y canales semicirculares que desempeñan un papel principal en el
equilibrio y conciencia de la posición.
En su estructura general, el oído interno es un complejo laberinto óseo con cavidades y pasajes
membranosos. El utrículo y sáculo, conectados entre si, están separados y alojados en una
división del laberinto óseo llamada vestíbulo, localizada entre la cóclea y los canales
semicirculares.
Dentro de las cavidades del utrículo y del sáculo que miden de diámetro mayor 3 mm
aproximadamente, hay células ciliadas terminaciones nerviosas que en conjunto reciben el
mimbre de mácula y que se proyectan dentro de una masa gelatinosa conteniendo pequeñas
partículas sólidas llamadas otolitos constituidos del carbonato de calcio y proteínas. Cualquier
cambio de posición de cabeza o cuerpo, hace que los otolitos, estimulen a las células ciliadas
iniciándose el impulso nervioso hasta llegar al cerebro. Estos provocan reflejos musculares que
tienden a enderezar o retornar al cuerpo a su posición normal. La estimulación de los receptores
visuales y propioceptores también induce al mismo tipo de respuestas o reflejo. Las
terminaciones nerviosas de los diversos órganos del equilibrio del oído interno llegan al mismo
nervio craneal, al auditivo, que se extiende a partir de la cóclea. Dentro de los tres canales
semicirculares óseos colocados aproximadamente uno perpendicular a los otros dos, están los
canales semicirculares membranosos correspondientes. Estos últimos son tubos huecos
conteniendo fluido endolifático y conectados al utriculo. Un extremo de cada canal se une con
el utrículo por un ensanchamiento llamado ámpula. Dentro de cada ámpula existe una pequeña
elevación de células ciliadas receptoras y terminaciones nerviosas cuyo conjunto recibe el
nombre de cresta proyectándose en una masa gelatinosa. Puesto que los canales semicirculares
están en ángulo recto uno con respecto al otro, el movimiento de la cabeza en cualquier
dirección origina un movimiento de la endolinfa de uno o más de los canales semicirculares.
Por consiguiente, las células ciliadas de la cresta al ser estimuladas inician los impulsos que se
transmitirán al cerebro. Los impulsos nerviosos que se originan en las células receptoras de los
canales semicirculares producen una sensación de movimiento y desequilibrio, reflejos que
tienden a enderezar al cuerpo.
El ojo humano. El ojo humano adulto mide de diámetro aproximadamente 2.5 cm. y consiste
de una esfera hueca llamada globo ocular cuyas cinco sextas partes están alojadas en las órbitas
del cráneo. Además, existen estructuras accesorias como cejas, párpados, glándulas lacrimales,
conjuntiva (delicada membrana protectora que cubre la parte expuesta del globo ocular) y seis
pequeños músculos oculares que fijan al ojo a su órbita y que lo capacitan para moverse en
varias direcciones.
Capa media. Se llama túnica vascular y tiene tres regiones: la capa coroides, el proceso ciliar y
el iris. La primera es una membrana delgada y oscura que contiene muchos vasos sanguíneos y
gran cantidad de pigmento y está adherida íntimamente a la superficie interna de la esclerótida.
Ocupa cerca de las cinco sextas partes del globo ocular. En su porción anterior o sea la porción
expuesta del globo ocular se modifica formando el proceso ciliar colocado en la unión de la
coroides y el iris o porción coloreada del ojo. El proceso ciliar consta de varias partes
incluyendo los músculos ciliares responsables de los movimientos de acomodación del
cristalino.
El iris es una estructura delgada, colocada en forma de rosca o “dona” formada de fibras
musculares lisas radiales y circulares alrededor de una abertura central llamada pupila. El iris
está suspendido entre la córnea y el cristalino y su borde externo se adhiere al proceso ciliar. Su
papel principal es determinar la cantidad de luz que entra al ojo, regulando el tamaño de la
pupila por medio de la respuesta refleja de sus músculos. Las fibras circulares del iris están
inervadas por el parasimpático visceral y actúan angostando o estrechando la pupila. Las fibras
radiales están inervadas por el simpático, abriendo la pupila. Los músculos del iris ayudan
también a la formación de imágenes claras en la retina. La constricción de la pupila por
contracción de las fibras musculares circulares del iris acompaña normalmente el enfoque de
objetos cercanos. De esta manera, se evita que los rayos divergentes de los objetos observados
penetren al ojo por la periferia de la córnea y cristalino, lo que podría ocasionar una imagen
confusa, debido a que no se llevarla al foco apropiado de la retina. En muchos animales
nocturnos (gato) la abertura de la pupila es alargada más que circular. En algunos peces la
pupila no cambia, puesto que el iris no se ajusta al tamaño de la pupila.
El ojo es probablemente el único órgano del cuerpo que posee tanto músculos voluntarios como
involuntarios. Los voluntarios son los seis oculares que permiten el movimiento del globo en
cualquier dirección deseada bajo control de la voluntad. Los involuntarios regulan el tamaño de
la pupila y los ciliares intervienen en la acomodación, afectando la curvatura tanto del cristalino
como de la córnea.
Y su capa interna
Capa interna. Esta tercera capa recibe el nombre de retina y es la estructura fotosensitiva del
ojo. Se le considera como una porción modificada del encélalo primitivo y es de estructura y
función principalmente nerviosa. La retina es una capa incompleta, ya que no existe en la parte
expuesta del globo ocular. Tiene los receptores para la visión y posee dos capas fundamentales:
una tapa pigmentada externa de células epiteliales en contacto con la coroides y una capa
sensorial interna formada de varios tipos de células colocadas en tres subcapas. Es interesante
saber que la retina es el tejido del cuerpo con mayor consumo de oxigeno. La capa pigmentada
contiene al menos las enzimas necesarias para sintetizar la rodopsina, previene la reflexión de
luz dentro del ojo y posee melanina, pigmento que se encuentra también en la piel. La presencia
de melanina en el iris da el color pardo a los ojos y su ausencia produce los ojos anules. El color
azul se origina por absorción de longitudes de onda más largas cuando la luz se refleja en la
porción posterior del iris.
La subcapa adyacente a la capa pigmentada está formada por unas células llamadas por su
forma conos y bastones. Los bastones son más largos y delgados; mientras que los conos son
cortos y gruesos. Los bastones y conos son los receptores sensitivos altamente especializados
para el estimulo visual luminoso y son neuronas modificadas. El segmento externo de los conos
y bastones es la parte especial de la célula sensitiva a la luz, mientras la porción interna es muy
parecida a la célula nerviosa típica. Las otras dos subcapas de la cubierta sensorial interna, van
de los bastones y conos hacia el centro del globo ocular y están formadas de células
horizontales y bipolares, así como de células ganglionares retinianas, cuyos axones convergen
justamente antes de abandonar el ojo para constituir el nervio óptico que transmite los impulsos
al área sensitiva de la corteza cerebral.
En particular, estudia la fóvea, conos y bastones.
El punto ciego
Punta ciego. El área de convergencia de los procesos nerviosos de la retina antes de penetrar al
fondo del ojo como nervio óptico rumbo al cerebro, recibe el nombre de disco óptico o punto
ciego. El disco óptico es un hundimiento circular de color blanco cremoso, insensible a la luz y
que se encuentra sobre la superficie retiniana. Está un poco descentrado, colocado en el lado
nasal de la fóvea careciendo de cono y bastones. Por este punto ciego penetran una arteria y una
vena, las cuales se ramifican a través de la retina.
El cristalino
Cristalino. Dentro del mismo globo ocular, atrás de la pupila, yace el cristalino; estructura
biconvexa transparente, elástica, de color amarillo pálido y que mide cerca de 9 mm de
diámetro. Es de transparencia clara y cristalina y está constituido de una capa externa de células
epiteliales envueltas en una cubierta o cápsula proteinica, la cual contiene un fluido, claro,
viscoso como gelatina, El cristalino está constituido por numerosas capas de fibras proteinicas,
rodeado por una membrana inerte de naturaleza desconocida. Su contenido interno gelatinoso
contiene 25 por ciento de proteína y cuando menos diez por ciento de Jipidos. A menudo el
metabolismo defectuoso de las proteínas origina en el cristalino una opacidad llamada catarata,
que está formada por agregados fibrosos en la lente.
El cristalino está suspendido por una serie de fibras llamadas, en conjunto, ligamento
suspensorio y que conecta toda la circunferencia de la lente al proceso ciliar, el cual también
une al iris con la comides. La porción del proceso ciliar contiene una masa de tejido muscular
liso involuntario llamado músculo ciliar, el cual es el principal responsable de los cambios del
cristalino, permitiendo al cristalino variar sus propiedades focales y luminosas, según los
objetos observados. No solamente efectúa la función de lente al foco luminoso sino que también
sirve como filtro de luz, impidiendo que llegue a la retina luz de longitudes de onda menores de
400 mµ. Los cambios de curvatura del cristalino (reflejo involuntario causado por la misma luz)
y el grado al cual el cristalino enfoca la luz, son determinados por el grado de contracción del
músculo ciliar. El cristalino se aplana para enfocar objetos lejanos, adoptando la forma esférica
(aumentando su curvatura) para el enfoque de objetos cercanos.
Cuya función se puede explicar con la analogía de la cámara fotográfica
Una cámara fotográfica ideada por el hombre presenta muchas similitudes con el objeto de los
mamíferos. Ambos emplean un cristalino (lente) para enfocar los objetos sobre la placa o retina,
según el caso. Una diferencia mecánica importante es que la cámara se enfoca cambiando la
distancia entre la lente y la película. El ojo enfoca ajustando la forma del cristalino. En ambos
casos en virtud de las propiedades de la luz de atravesar una lente, los rayos luminosos al
entrecruzarse forman una imagen siempre invertida. El disparador de la cámara para permitir el
paso de luz está representado en el ojo por el párpado. El diafragma como el mecanismo
regulador de luz de la cámara equivale al iris. En la película fotográfica el material sensible es
una sustancia química, cristales de bromuro (le plata, dispersos en gelatina y corresponden a los
bastones y conos de la retina.
La capacidad del ojo para enfocar los objetos a distintas distancias recibe el nombre de
acomodación. Esto es llevado a cabo en vertebrados terrestres por medio del cristalino y córnea.
En los reptiles (excepto víboras), aves y mamíferos la acomodación se efectúa como ya
indicamos por cambios de forma del cristalino a través de la acción de los músculos del proceso
ciliar. Es interesante saber que en peces y anfibios la acomodación no se efectúa así, sino por
movimientos del cristalino hacia atrás o adelante por medio de músculos especiales dentro del
ojo. En estos animales la analogía estructural y funcional del ojo y la cámara es más completa.
Cámaras del ojo y sus contenidos. El ojo es una esfera hueca que contiene dos cámaras
principales. En la porción anterior, entre la córnea y el cristalino está la cámara principal del ojo
(subdividida por el iris y el proceso ciliar en una parte anterior y otra posterior). Está lleno con
un fluido claro llamado humor acuoso. El segundo espacio, entre el cristalino y la retina es más
grande y está ocupado por un material gelatinoso llamado humor vítreo. Para llegar a la retina,
los rayos luminosos deben pasar sucesivamente por la córnea, humor acuoso, cristalino y humor
vítreo.
Visión estereoscópica o binocular. En la mayoría de los vertebrados los ojos están colocados
lateralmente, así que usualmente cada ojo tiene un campo visual diferente. En tales animales el
cerebro debe grabar y coordinar dos escenas visuales totalmente diversas. En muchos
mamíferos y aves de presa donde los ojos se dirigen hacia adelante, los dos campos visuales se
superponen en gran parte y se origina una imagen compuesta en vez de dos, respuesta conocida
como visión binocular o estereoscópica. La capacidad para juzgar la distancia o profundidad se
debe a este tipo de visión. Llega a su máximo de desarrollo en los primates y en el nombre y se
debe en gran parte al entrecruzamiento parcial ya descrito de los nervios ópticos. El movimiento
de los globos oculares está normal y reflejamente coordinado. Ambos ojos actúan al unísono así
que ellos se dirigen al mismo tiempo liarla el objeto observado, fenómeno conocido como
convergencia. A esto contribuye la acción balanceada de los músculos oculares externos. Los
dos campos visuales en dichos animales, aunque son muy similares, no. son idénticos, puesto
que los dos ojos ven el objeto desde ángulos diferentes. Las dos imágenes ligeramente diversas
producen una sola imagen en el cerebro. Otros factores, tales como el tamaño relativo de los
objetos, detalles de los mismos etc., contribuyen también a la estimación de la profundidad y
distancia.
Bioquímica de la visión.
Bioquímica de la visión. Los medios por los cuales la luz que llega a conos y bastones de la
retina actúa como estímulo para iniciar los impulsos que originan la sensación visual, aún no
son bien conocidos. Varios fenómenos bioquímicos muy importantes y exclusivos se han
descubierto, lo que promete resolver el mecanismo de estas células receptoras de luz.
Nuestros conocimientos actuales indican que los pasos bioquímicos en la estimulación visual
son: 1) una reacción química inicial dependiente de la luz (reacción fotoquímica), en la cual uno
o más pigmentos específicos absorben la luz y son químicamente transformados en este
proceso; 2) iniciación de un impulso nervioso, posiblemente por uno o más de los productos
obtenidos en la reacción anterior; y 3) regeneración del pigmento a su estado original, así que
puede usarse otra vez en la estimulación visual subsiguiente. Al paso (1) se le considera la única
reacción fotoquímica del proceso.
La visión nocturna.
Visión nocturna. Los bastones contienen un pigmento rojizo llamado rodopsina o púrpura
retiniana, el cual es una proteína conjugada — complejo de una proteína específica conocida
como opsina y la forma aldehídica de la vitamina A (llamada retineno). Varias evidencias
indican que la rodopsina de los bastones es el pigmento fotosensitivo responsable de la visión
nocturna. La rodopsina, al ser expuesta a la luz, pierde color y se transforma casi
inmediatamente en opsina más retinero (conjunto llamado amarillo visual). No estamos
completamente seguros de cuál es el producto fotoquímico de la rodopsina, cualquiera que sea,
sirve de estimulo que originará el impulso nervioso origen de la visión nocturna. La acción
inversa, llamada reconversión del amarillo visual al estado de púrpura visual, se presenta en la
oscuridad, es relativamente lenta y más compleja pues incluye varias reacciones enzimáticas
como las indicamos adelante. Durante este tiempo, el individuo está relativamente insensible a
la luz —al menos basta que el nivel normal de rodopsina se restituye. Todos hemos
experimentado la dificultad para distinguir al principio los asientos en la oscuridad de un
cinematógrafo, después de entrar de un vestíbulo bien iluminado; pero a los pocos minutos se
restituye nuestra capacidad para ver en la oscuridad.
El retineno que aparece al aclararse la rodopsina no puede recombinarse directamente con la
opsina para formar rodopsina activa, sino que primero se reduce a la forma alcohólica de la
vitamina A por DPNH, isomerizada y reoxidada por DPN hasta un isómero particular llamado
11-cis-retineno. Esto se realiza en la oscuridad por medio de la enzima alcohol deshidrogenasa,
sirviendo el DPN como un cofactor y una isomerasa. El resultado es la regeneración de la
rodopsina.
En el hombre, la sensibilidad máxima a la visión nocturna se verifica a los tres cuartos de hora
de permanecer en la oscuridad. La deficiencia de vitamina A en la dieta origina visión
defectuosa en luz difusa, no así en luz brillante, condición conocida como ceguera nocturna.
Las observaciones de tiempos remotos de que la ceguera nocturna se mejoraba comiendo
hígado o extractos del mismo, se demostró hace 40 años que era debida a la presencia de
vitamina A
La visión en otros animales. La mayoría de los vertebrados tienen en sus retinas tanto conos
como bastones, aunque pocas especies poseen sólo uno de los dos. Por ejemplo, la lechuza
posee sólo bastones (y las pupilas pueden abrirse más que las del hombre). Los ojos de la
lechuza pueden agrandarse, pero no pueden moverse en sus órbitas, requiriendo por
consiguiente mover toda la cabeza con el fin de cambiar su vista a otra dirección., Por el
contrario, las aves diurnas, tales como el pichón, tienen solamente conos y por consiguiente su
visión es detallada y en color. Los ojos de las aves son relativamente enormes, hecho no muy
aparente debido a que los párpados cubren la mayoría del globo ocular. En varios aspectos, el
ojo del ave es ópticamente superior al del hombre; pero el grado de experiencia visual del
animal es indudablemente inferior, debido a la relativa sencillez de su encéfalo.
Muchos reptiles y peces tienen visión de color, mientras las ranas, salamandras y la mayoría de
los mamíferos con la notable excepción del hombre y algunos primates, son incapaces de
distinguir los colores. Por ejemplo, el perro, gato., vaca y caballo son ciegos al color.
Numerosos animales tienen una superficie interna como espejo en la capa pigmentada bajo la
retina y que se llama tapetum, la cual es responsable de la brillantez de ojos de perros y gatos en
la noche. En estos animales el tapetum está formado de cristales de cinc y del aminoácido
cisteina, sirviendo para reflejar la luz difusa no absorbida durante su paso, por la retina. Esto
permite a la luz pegar otra vez en las células receptoras de luz. El tapetum aumenta
considerablemente la sensibilidad de visión en luz escasa. En muchos peces, anfibios y reptiles
está formado de cristales de guanina, una de las bases puricas de la estructura del DNA y RNA.
Los peces de agua dulce, en contraste con los mamíferos, aves, anfibios y peces de agua salada,
tienen un pigmento retiniano llamado porfirropsina en lugar de rodopsina. El salmón que sé
desarrolla en agua dulce y emigra después al océano contiene en la retina los dos pigmentos.
Santo Tomás para distinguir los sentidos internos utiliza el recurso de la observación
experimental, tanto acerca de los animales como del ser humano.
recibir retener
formas sensibles sentido propio y común fantasía o imaginación
intenciones estimativa o cogitativa memoria o reminiscencia
Este primer sentido interno recoge y trasmite el conocimiento de los singulares sentidos
externos y constituye el principio y el fin de todos los procesos cognoscitivos de los cinco
sentidos externos, su raíz común:
Su función es la de discernir entre sensaciones de distinta especie (por ejemplo, entre lo
blanco y lo dulce) y también la percepción de la propia acción del sentido (por ejemplo ver que
uno ve).
En este sentido, se puede decir que el sentido común “recompone” el conocimiento que
ha sido recibido en los distintos sentidos externos, pero no al modo de mera yuxtaposición, sino
de integración, dando así un conocimiento completo del mundo externo.
Tertium est quod species sensibilium receptae Tercero, que las especies de las cosas
conserventur. Indiget autem animal sensibles recibidas sean conservadas. En
apprehensione sensibilium non solum ad efecto, el animal tiene necesidad de
eorum praesentiam, sed etiam postquam aprehender las cosas sensibles, no solamente
abierint: et hoc necessarium est reduci in cuando están presentes, sino también cuando
aliquam potentiam. han desaparecido. Y esto necesariamente debe
Nam et in rebus corporalibus aliud principium ser llevado a una potencia distinta, porque aun
est recipiendi, et aliud conservandi, nam quae en las cosas corporales, uno es el principio
sunt bene receptibilia sunt interdum male que recibe y otro el que conserva, pues sucede
conservativa. Huiusmodi autem potentia que lo que es apto para recibir bien, sea
dicitur imaginatio sive phantasia. (Q. disp. de impropio para conservar. Tal potencia se
Anima q. un., a. 13). denomina imaginación o fantasía.
Quarto autem, requiruntur intentiones aliquae Cuarto, se requieren ciertas intenciones como
quas sensus non apprehendit, sicut nocivum et lo dañino, lo útil y otras semejantes que el
utile et alia huiusmodi. Et ad haec quidem sentido no aprehende. El hombre llega a
cognoscenda pervenit homo inquirendo et conocerlas investigando y comparando; el
conferendo; alia vero animalia quodam animal, al contrario, mediante cierto instinto
naturali instinctu, sicut ovis naturaliter fugit natural: así, la oveja huye naturalmente del
lupum tamquam nocivum. Unde ad hoc in lobo por serle dañino. Así es que a este fin se
aliis animalibus ordinatur aestimativa ordena en los animales la estimativa natural, y
naturalis; in homine autem vis cogitativa, quae en el hombre la facultad cogitativa, que recoge
est collativa3 intentionum particularium: unde las intenciones particulares, lo que le vale la
et ratio particularis dicitur, et intellectus denominación de razón particular y de
passivus. (Q. disp. de Anima q. un., a. 13). intelecto pasivo.
Quinto autem, requiritur quod ea quae prius Quinto, es necesario que lo que primeramente
fuerunt apprehensa per sensus et interius fue aprehendido por los sentidos e
conservata, iterum ad actualem interiormente conservado sea llamado de
considerationem revocentur. Et hoc quidem nuevo para una consideración actual. Esto
pertinet ad rememorativam virtutem: quae in depende de la facultad de la memoria, que en
aliis quidem animalibus absque inquisitione los animales produce su acto sin que haya
suam operationem habet, in hominibus autem investigación, mas en el hombre mediante
cum inquisitione et studio; unde in hominibus investigación y estudio: por lo cual en el
non solum est memoria, sed reminiscentia. (Q. hombre no es sólo memoria sino
disp. de Anima q. un., a. 13). reminiscencia.
Ahora bien, Santo Tomás a continuación señala, en este tema, la diferencia que hay
entre los animales y el hombre. En el ser humano, en el orden del recibir, el sentido interno
recibe el nombre de cogitativa o razón particular.
La función de este tercer sentido interno del hombre es aprehender las “intenciones”
(intentiones)4 que no son percibidas directamente por los sentidos. Con ellas, el ser humano va
más allá del simple conocimiento sensible y percibe lo útil o dañoso a su vida.
Es decir, de todo el conocimiento recibido por los sentidos externos, el sentido común y
la imaginación; hay una parte de este conocimiento que no es percibida actualmente por estos
sentidos y que si puede conocer la cogitativa (y también la inteligencia).
Notemos como para el Angélico todo conocimiento del hombre comienza en los
sentidos.
Quod naturalis nostra cognitio a sensu Que nuestro conocimiento natural empieza por
principium sumit.5 los sentidos.
2
S. Th., I, q. 78, a. 4 c.: Ad harum autem formarum retentionem aut conservationem ordinatur phantasia, sive
imaginatio, quae idem sunt, est enim phantasia sive imaginatio quasi thesaurus quidam formarum per sensum
acceptarum.
3
Es difícil traducir con una sola palabra la noción de collativa: lo que se hace por contribución de muchos.
4
Cf. Leo J. Elders, La filosofia della natura di San Tommaso d’Aquino, Libreria Editrice Vaticana, Città del
Vaticano 1996, pág. 204-206.
En este sentido, y es importante remarcarlo, que el conocimiento que recibe cada sentido
externo, es mucho mayor que el conocimiento vinculado a su sensible propio. Por eso para Santo
Tomás, lo inteligible, es decir, lo universal y necesario, de algún modo se encuentra en el
conocimiento sensible y por medio de él arriba a la inteligencia.
Si autem ita esset quod sensus apprehenderet Si, pues, fuese así que el sentido aprehendiese
solum id quod est particularitatis, et nullo sólo aquello que es particular y de ningún modo
modo cum hoc apprehenderet universalem aprehendiese junto con el particular el universal,
naturam in particulari, non esset possibile no sería posible que desde la aprehensión del
quod ex apprehensione sensus causaretur in sentido fuese causado en nosotros el
nobis cognitio universalis.6 conocimiento universal
Ahora bien, para Santo Tomás estos dos sentidos internos tienen una importancia
peculiar para el conocimiento intelectivo del hombre, por la eminencia que tienen.
Por eso Cornelio Fabro considera que la cogitativa es una facultad clave de toda la
gnoseología tomista.7 Señalándole las siguientes funciones:
5
S. Th., I, q. 12, a. 12 c.
6
In II Post. Anal., lec. 20, n° 14. Cf. Leo J. Elders, La filosofia della natura di San Tommaso d’Aquino, Libreria
Editrice Vaticana, Città del Vaticano 1996, pág. 202.
7
Cf. Cornelio Fabro, Introduzione a san Tommaso, Ares, Milano 1997, pág. 80.
Es decir, la cogitativa es la facultad más noble del hombre, porque es el lugar donde la
inteligencia toca el orden sensible en su más alta operación; es el puente entre el intelecto y el
sentido en sus funciones inductiva y deductiva, ya que “participa” de la inteligencia por una
cierta continuidad funcional:
Potentia cogitativa est id quod est altissimum La potencia cogitativa es lo más alto de la parte
in parte sensitiva, unde attingit quodammodo sensitiva, que toca de algún modo a la parte
ad partem intellectivam ut aliquid participet intelectiva como algo que participa de ella, en
eius quod est in intellectiva parte infimum, su parte intelectiva más baja, es decir la razón
scilicet rationis discursum… Unde etiam ipsa discursiva… De donde también la misma
vis cogitativa vocatur particularis ratio.8 facultad cogitativa se llama razón particular.
El Padre Domingo Basso nos señala que “en todos los seres sin excepción
descubrimos una tendencia espontánea o natural al bien propio o al bien de la especie o al
bien del cosmos; el apego a la conservación de la propia existencia es demasiado manifiesto
para ser negado. A esta tendencia los antiguos escolásticos, con una terminología ya en
desuso, la denominaron «apetito o deseo natural»; hoy cabría hablar de «tendencia innata».
Pero, en los seres dotados de conocimiento, se manifiesta otra inclinación más, esta vez al
bien conocido y de acuerdo al bien conocido (sensorial o intelectual); es el llamado «apetito
o deseo elícito».9
Por lo cual podemos afirmar que en los vivientes, con capacidad de conocer
sensiblemente, se hallan los apetitos elícitos, que realmente son distintos de las potencias
cognoscitivas.
El apetito sensible o sensualidad10 es un apetito cuyo objeto es el bien sensible
conocido por los sentidos. El animal al conocer por los sentidos la especie sensible, tiende
hacia el bien sensible que se le presenta. El acto del apetito sensible consiste en esta
propensión hacia el bien sensible; apetito que es una potencia o facultad de orden sensitivo.
La existencia y naturaleza del apetito sensible se manifiesta por sus mismos
movimientos, las llamadas: pasiones del alma.
Notemos que la pasión corresponde al ente corporal; al decir: del alma, afirmamos que
las pasiones convienen al alma sólo indirectamente y accidentalmente.
Passio autem cum abiectione non est nisi secundum Mas la pasión acompañada de sustracción no existe
transmutationem corporalem, unde passio proprie sino por transmutación corporal. De ahí que la pasión
dicta non potest competere animae nisi per accidens, propiamente dicha no pueda convenir al alma sino
inquantum scilicet compositum patitur. Sed et in hoc accidentalmente, es decir, en cuanto el compuesto
est diversitas, nam quando huiusmodi transmutatio fit padece. Pero también en esto hay diferencia, porque
8
De Verit., q. 14, a. 1 ad 9.
9
Domingo M. Basso, Los principios internos de la actividad moral, CIEB, Buenos Aires, 1991, pág. 52.
10
I, q. 81, a. 1. El Padre Basso indica que este término designa pura y simplemente el apetito sensitivo y no
contiene ninguna significación peyorativa, solamente en un lenguaje ascético posterior, se empleó este término
para designar exclusivamente el apetito desordenado. Cf. Domingo M. Basso, Los principios internos de la
actividad moral, CIEB, Buenos Aires, 1991, pág. 60-61.
in deterius, magis proprie habet rationem passionis, cuando semejante transmutación se hace a peor, posee
quam quando fit in melius. Unde tristitia magis más propiamente la razón de pasión que cuando se
proprie est passio quam laetitia. (I-II, 22, 1 co). hace a mejor. Por eso la tristeza es pasión más
propiamente que la alegría.
Estas pasiones del alma residen en la potencia apetitiva que sigue a la potencia
cognoscitiva sensible; potencia apetitiva que es de naturaleza orgánica.
Magis autem trahitur anima ad rem per vim Ahora bien, el alma es más atraída hacia una cosa por
appetitivam quam per vim apprehensivam. Nam per la potencia apetitiva que por la aprehensiva, pues por
vim appetitivam anima habet ordinem ad ipsas res, la potencia apetitiva el alma dice orden a las cosas
prout in seipsis sunt, unde philosophus dicit, in VI como son en sí mismas. Por eso dice el Filósofo en VI
metaphys., quod bonum et malum, quae sunt obiecta Metaphys., que el bien y el mal, que son los objetos de
appetitivae potentiae, sunt in ipsis rebus. (I-II, 22, 2 la potencia apetitiva, existen en las cosas mismas.
co).
Respondeo dicendum quod, sicut iam dictum est, La pasión, como ya se ha expuesto (a.1), se halla
passio proprie invenitur ubi est transmutatio propiamente donde hay transmutación corporal, la
corporalis. Quae quidem invenitur in actibus appetitus cual ciertamente se encuentra en los actos del apetito
sensitivi; et non solum spiritualis, sicut est in sensitivo, y no sólo espiritual, como sucede en la
apprehensione sensitiva, sed etiam naturalis. In actu aprehensión sensitiva, sino también natural. Ahora
autem appetitus intellectivi non requiritur aliqua bien, en el acto del apetito intelectivo no se requiere
transmutatio corporalis, quia huiusmodi appetitus non transmutación alguna corporal, porque semejante
est virtus alicuius organi. Unde patet quod ratio apetito no es potencia de ningún órgano. Por lo cual es
passionis magis proprie invenitur in actu appetitus evidente que la razón de pasión se halla más
sensitivi quam intellectivi; ut etiam patet per propiamente en el acto del apetito sensitivo que del
definitiones Damasceni inductas. (I-II, 22, 3 co). intelectivo, como también es claro por las definiciones
citadas del Damasceno.
Similiter autem vis appetitiva, quae consequitur Y del mismo modo, la facultad apetitiva, que sigue a
apprehensionem sensus, necesse est quod in duo la aprehensión hecha por el sentido, es necesario que
dividatur. Quia aliquid est appetibile vel ea ratione se divida en dos. Porque algo es apetecible o bien por
quod est delectabile sensui et conveniens, et ad hoc est ser deleitable y conveniente al sentido, y para esto está
vis concupiscibilis; vel ea ratione quod per hoc la facultad concupiscible; o bien porque por su medio
habetur potestas fruendi delectabilibus secundum se cuenta con la facultad de disfrutar lo deleitable al
sensum. Quod quandoque contingit cum aliquo sentido. Y es lo que a veces sucede con aquello que
tristabili secundum sensum, sicut cum animal causa tristeza al sentido, como cuando el animal,
pugnando adipiscitur quamdam potestatem fruendi después de luchar, logra disfrutar lo propiamente
proprio delectabili, repellendo impedientia; et ad hoc deleitable, rechazando lo que se lo impide: y a esto se
ordinatur vis irascibilis. (Q. disp. de Anima q. un., a. ordena la facultad irascible.
13).
Respondeo dicendum quod passiones quae sunt in Las pasiones que están en el irascible y en el
irascibili et in concupiscibili, differunt specie. Cum concupiscible difieren en especie, pues teniendo las
enim diversae potentiae habeant diversa obiecta, ut in potencias diversas objetos diversos es necesario que
primo dictum est, necesse est quod passiones las pasiones de potencias diversas se refieran a objetos
diversarum potentiarum ad diversa obiecta referantur. diversos (1 q.77 a.3). Luego, con mayor razón, las
Unde multo magis passiones diversarum potentiarum pasiones de potencias diversas difieren en especie,
specie differunt, maior enim differentia obiecti porque se requiere mayor diferencia del objeto para
requiritur ad diversificandam speciem potentiarum, diversificar la especie de las potencias que para
quam ad diversificandam speciem passionum vel diversificar la especie de las pasiones o de los actos.
actuum. Sicut enim in naturalibus diversitas generis En efecto, así como en las cosas naturales la
consequitur diversitatem potentiae materiae, diversitas diversidad del género sigue a la diversidad de potencia
autem speciei diversitatem formae in eadem materia; de la materia, y la diversidad de especie a la
ita in actibus animae, actus ad diversas potentias diversidad de forma en la misma materia, así en los
pertinentes, sunt non solum specie, sed etiam genere actos del alma, los que pertenecen a potencias diversas
diversi; actus autem vel passiones respicientes diversa no sólo son diversos en especie, sino también en
obiecta specialia comprehensa sub uno communi género; mientras los actos o pasiones que se refieren a
obiecto unius potentiae, differunt sicut species illius diversos objetos especiales, comprendidos bajo un
generis. Ad cognoscendum ergo quae passiones sint in solo objeto común de una potencia única, difieren
irascibili, et quae in concupiscibili, oportet assumere como especies de aquel género. Para conocer, pues,
obiectum utriusque potentiae. Dictum est autem in qué pasiones están en el irascible y cuáles en el
primo quod obiectum potentiae concupiscibilis est concupiscible, es preciso establecer el objeto de ambas
bonum vel malum sensibile simpliciter acceptum, potencias. Ahora bien, ya se ha dicho (1 q.81 a.2) que
quod est delectabile vel dolorosum. Sed quia necesse el objeto de la potencia concupiscible es el bien o el
est quod interdum anima difficultatem vel pugnam mal sensible tomado absolutamente, que es lo
patiatur in adipiscendo aliquod huiusmodi bonum, vel deleitable o lo doloroso. Pero como es necesario que
fugiendo aliquod huiusmodi malum, inquantum hoc el alma experimente a veces dificultad o lucha en
est quodammodo elevatum supra facilem potestatem conseguir tal bien o en evitar tal mal, por cuanto ello
animalis; ideo ipsum bonum vel malum, secundum supera en algún modo el fácil ejercicio de la potencia
quod habet rationem ardui vel difficilis, est obiectum del animal, por eso el mismo bien o mal, en cuanto
irascibilis. Quaecumque ergo passiones respiciunt tiene razón de arduo o difícil, es objeto del irascible.
absolute bonum vel malum, pertinent ad Luego cualesquiera pasiones que miran absolutamente
concupiscibilem; ut gaudium, tristitia, amor, odium, et al bien o al mal pertenecen al concupiscible, como son
similia. Quaecumque vero passiones respiciunt bonum el gozo, la tristeza, el amor, y otras semejantes. En
vel malum sub ratione ardui, prout est aliquid cambio, cualesquiera pasiones que miran al bien o al
adipiscibile vel fugibile cum aliqua difficultate, mal bajo la razón de arduo, en cuanto difícil de
pertinent ad irascibilem; ut audacia, timor, spes, et obtener o de evitar, pertenecen al irascible, como la
huiusmodi. (I-II, 23, 1 co). audacia, el temor, la esperanza y similares.
Ahora bien, para clasificar las distintas pasiones se debe considerar las dos clases de
contrariedad que pueden tener: la contrariedad en el orden de los objetos: el bien y el mal, la
contrariedad en el orden del movimiento: de aproximación o alejamiento.
Respondeo dicendum quod passio quidam motus est, La pasión es un movimiento, como dice III Physic.
ut dicitur in III physic.. Unde oportet contrarietatem Por eso es preciso tomar la contrariedad de las
passionum accipere secundum contrarietatem motuum pasiones según la contrariedad de los movimientos o
vel mutationum. Est autem duplex contrarietas in de las mutaciones. Ahora bien, en las mutaciones y en
mutationibus vel motibus, ut dicitur in V physic.. Una los movimientos hay una doble contrariedad, como
quidem secundum accessum et recessum ab eodem dice V Physic. Una, por aproximación y alejamiento
termino, quae quidem contrarietas est proprie de un mismo término. Ésta contrariedad es
mutationum, idest generationis, quae est mutatio ad propiamente de las mutaciones, esto es, de la
esse, et corruptionis, quae est mutatio ab esse. Alia generación, que es mutación hacia el ser, y de la
autem secundum contrarietatem terminorum, quae corrupción, que es mutación desde el ser. La otra, en
proprie est contrarietas motuum, sicut dealbatio, quae cambio, según la contrariedad de los términos, que es
est motus a nigro in album, opponitur denigrationi, propiamente la contrariedad de los movimientos,
quae est motus ab albo in nigrum. Sic igitur in como el blanqueamiento, que es un movimiento de
passionibus animae duplex contrarietas invenitur, una negro a blanco, se opone al ennegrecimiento, que es
quidem secundum contrarietatem obiectorum, scilicet un movimiento de blanco a negro. Así, pues, en las
boni et mali; alia vero secundum accessum et pasiones del alma se encuentra una doble
recessum ab eodem termino. In passionibus quidem contrariedad: una, según la contrariedad de los
concupiscibilis invenitur prima contrarietas tantum, objetos, es decir, del bien y del mal; y la otra, por
quae scilicet est secundum obiecta, in passionibus aproximación y alejamiento del mismo término. En las
autem irascibilis invenitur utraque. Cuius ratio est quia pasiones del concupiscible se halla solamente la
obiectum concupiscibilis, ut supra dictum est, est primera contrariedad, esto es, la que proviene de los
bonum vel malum sensibile absolute. Bonum autem, objetos, mientras que en las pasiones del irascible se
inquantum bonum, non potest esse terminus ut a quo, encuentran ambas. La razón de esto es que el objeto
sed solum ut ad quem, quia nihil refugit bonum del concupiscible, como se ha dicho antes (a.1), es el
inquantum bonum, sed omnia appetunt ipsum. bien o el mal sensible considerado absolutamente.
Similiter nihil appetit malum inquantum huiusmodi, Pero el bien, en cuanto bien, no puede ser a modo de
sed omnia fugiunt ipsum, et propter hoc, malum non término a quo, sino solamente a modo de término ad
habet rationem termini ad quem, sed solum termini a quem, porque ningún ser rehuye el bien en cuanto
quo. Sic igitur omnis passio concupiscibilis respectu bien, sino que todas las cosas lo apetecen. De igual
boni, est ut in ipsum, sicut amor, desiderium et modo, ningún ser apetece el mal en cuanto tal, sino
gaudium, omnis vero passio eius respectu mali, est ut que todas las cosas lo rehuyen, y por eso el mal no
ab ipso, sicut odium, fuga seu abominatio, et tristitia. tiene razón de término ad quem, sino sólo de término
Unde in passionibus concupiscibilis non potest esse a quo. Así pues, toda pasión del concupiscible
contrarietas secundum accessum et recessum ab respecto del bien tiende hacia él, como el amor, el
eodem obiecto. Sed obiectum irascibilis est sensibile deseo y el gozo; mientras toda pasión respecto del mal
bonum vel malum, non quidem absolute, sed sub se aleja de él, como el odio, la huida o abominación y
ratione difficultatis vel arduitatis, ut supra dictum est. la tristeza. Por consiguiente, en las pasiones del
Bonum autem arduum sive difficile habet rationem ut concupiscible no puede haber contrariedad por
in ipsum tendatur, inquantum est bonum, quod aproximación o alejamiento respecto del mismo
pertinet ad passionem spei; et ut ab ipso recedatur, objeto. En cambio, el objeto del irascible es el bien o
inquantum est arduum vel difficile, quod pertinet ad el mal sensible, no absolutamente, sino bajo la razón
passionem desperationis. Similiter malum arduum de dificultad o arduidad, según se ha expuesto antes
habet rationem ut vitetur, inquantum est malum, et hoc (a.1). Pero en el bien arduo o difícil hay motivo para
pertinet ad passionem timoris, habet etiam rationem ut que se tienda hacia él en cuanto es un bien, lo cual
in ipsum tendatur, sicut in quoddam arduum, per quod pertenece a la pasión de la esperanza, y para apartarse
scilicet aliquid evadit subiectionem mali, et sic tendit de él, en cuanto es arduo o difícil, lo que corresponde
in ipsum audacia. Invenitur ergo in passionibus a la desesperación. De manera semejante, en el mal
irascibilis contrarietas secundum contrarietatem boni arduo hay motivo para que sea evitado, en cuanto es
et mali, sicut inter spem et timorem, et iterum un mal, y esto conviene a la pasión del temor, pero
secundum accessum et recessum ab eodem termino, presenta también un motivo para tender hacia él como
sicut inter audaciam et timorem. (I-II, 23, 2 co). hacia algo arduo, por lo que se evita la sujeción al
mal, y así tiende hacia él la audacia. Luego en las
pasiones del irascible se da contrariedad según la
contrariedad del bien y del mal, como entre la
esperanza y el temor, y, además, por aproximación y
alejamiento respecto del mismo término, como entre
la audacia y el temor.
Además si tenemos en cuenta que la pasión ira no tiene ninguna pasión contraria y que
en una misma potencia apetitiva hay pasiones que difieren en especie sin ser contrarias.
Respondeo dicendum quod passiones differunt Las pasiones difieren según los principios activos, que
secundum activa, quae sunt obiecta passionum en el caso de las pasiones del alma, son sus objetos.
animae. In motibus autem appetitivae partis, bonum Pero en los movimientos de la parte apetitiva, el bien
habet quasi virtutem attractivam, malum autem tiene, por así decirlo, una fuerza atractiva, y el mal,
virtutem repulsivam. Bonum ergo primo quidem in una fuerza repulsiva. El bien, pues, primero causa en
potentia appetitiva causat quandam inclinationem, seu la potencia apetitiva una inclinación o aptitud o
aptitudinem, seu connaturalitatem ad bonum, quod connaturalidad hacia el bien, lo cual pertenece a la
pertinet ad passionem amoris. Cui per contrarium pasión del amor, a la que corresponde como contrario,
respondet odium, ex parte mali. Secundo, si bonum sit por parte del mal, el odio. Segundo, si el bien no es
nondum habitum, dat ei motum ad assequendum aún poseído, le comunica un movimiento para
bonum amatum, et hoc pertinet ad passionem desiderii conseguir el bien amado, y esto pertenece a la pasión
vel concupiscentiae. Et ex opposito, ex parte mali, est del deseo o concupiscencia. Y en el lado opuesto, por
fuga vel abominatio. Tertio, cum adeptum fuerit parte del mal, está la huida o aversión. Tercero,
bonum, dat appetitus quietationem quandam in ipso cuando se ha conseguido el bien, produce una cierta
bono adepto, et hoc pertinet ad delectationem vel quietud del apetito en el bien conseguido, y esto
gaudium. Cui opponitur ex parte mali dolor vel pertenece a la delectación o gozo, al cual se opone,
tristitia. In passionibus autem irascibilis, por parte del mal, el dolor o la tristeza. Por otro lado,
praesupponitur quidem aptitudo vel inclinatio ad las pasiones del irascible presuponen la aptitud o
prosequendum bonum vel fugiendum malum, ex inclinación para procurar el bien o evitar el mal por
concupiscibili, quae absolute respicit bonum vel parte del concupiscible, que mira al bien o al mal
malum. Et respectu boni nondum adepti, est spes et absolutamente. Y respecto del bien aún no
desperatio. Respectu autem mali nondum iniacentis, conseguido, están la esperanza y la desesperación.
est timor et audacia. Respectu autem boni adepti, non Respecto del mal aún no presente, están el temor y la
est aliqua passio in irascibili, quia iam non habet audacia. Mas respecto del bien conseguido, no hay
rationem ardui, ut supra dictum est. pasión alguna en el irascible, porque ya no tiene razón
Sed ex malo iam iniacenti, sequitur passio irae. Sic de arduo, como se ha dicho anteriormente (q.22 a.3).
igitur patet quod in concupiscibili sunt tres Pero del mal presente surge la pasión de la ira. Así,
coniugationes passionum, scilicet amor et odium, pues, es evidente que en el concupiscible hay tres
desiderium et fuga gaudium et tristitia. Similiter in combinaciones de pasiones; a saber: amor y odio,
irascibili sunt tres, scilicet spes et desperatio, timor et deseo y huida, gozo y tristeza. Igualmente hay tres en
audacia, et ira, cui nulla passio opponitur. Sunt ergo el irascible; a saber: esperanza y desesperación, temor
omnes passiones specie differentes undecim, sex y audacia, y la ira, a la que no se opone ninguna
quidem in concupiscibili, et quinque in irascibili; sub pasión. Hay, por tanto, once pasiones diferentes en
quibus omnes animae passiones continentur. (I-II, 23, especie: seis en el concupiscible y cinco en el
3 co). irascible, bajo las cuales quedan incluidas todas las
pasiones del alma.
Con lo cual podemos presentar este cuadro de las pasiones, según sus objetos:
1. Del apetito concupiscible: del bien o del mal sensible común o considerado en absoluto
a) Con abstracción de su ausencia o presencia
1) respecto del bien: amor B
2) respecto del mal: odio M
b) Ausente
3) respecto del bien: deseo BF
4) respecto del mal: aversión MF
c) Presente
5) respecto del bien: gozo BP
6) respecto del mal: tristeza MP
2. Del apetito irascible: del bien o del mal sensible arduo y difícil
a) Ausente
I) respecto del bien:
7) movimiento de tendencia: esperanza BFAT
8) movimiento de repulsión: desesperación BFAR
II) respecto del mal:
9) movimiento de repulsión: temor MFAR
10) movimiento de tendencia: audacia MFAT
b) Presente, respecto al mal y con movimiento de tendencia a superarlo
11) ira MPA
Vis autem motiva, cum ad motum ordinetur, non Y la facultad motriz, al ordenarse al movimiento, no
diversificatur nisi secundum diversitatem motuum; qui se diversifica sino según los diversos movimientos,
vel competunt diversis animalibus, quorum quaedam que o bien pertenecen a diversos animales, como los
sunt reptibilia, quaedam volatilia, quaedam gressibilia, de los reptiles, los de las aves, los de aquellos que
quaedam alio modo mobilia; vel etiam secundum caminan, los de aquellos que se mueven de alguna otra
diversas partes eiusdem animalis, nam singulae partes forma, o también según las diversas partes de un
habent quosdam proprios motus. (Q. disp. de Anima q. animal, pues cada una de ellas posee movimientos
un., a. 13). propios.
SISTEMA MUSCULAR
Caracteres generales
11
Alvin Nason, Biología, Limusa-Wiley, México 1969, pág. 603-604.
durante la división celular y las corrientes protoplásmicas. Otras células pueden también tener
movimientos independientes en relación con lo que las rodea.
En muchos organismos unicelulares y formas larvarias, la locomoción o contractibilidad se
efectúa por movimientos flagelar, ciliar o amiboide. En la mayoría de las plantas verdes, los
movimientos independientes relativos al medio externo se efectúan casi enteramente por
crecimiento o cambios de turgencia (excepto los gametos flagelados de algunas especies).
Virtualmente, en casi todos los animales pluricelulares superiores a las esponjas, la locomoción
total del organismo se efectúa por contracciones musculares. Sin embargo, en todos los
animales pluricelulares, de las esponjas al hombre, ciertas células muestran movimientos
independientes como los glóbulos blancos, macrófagos, células epiteliales filiadas, gametos y
numerosas células embrionarias durante los primeros estados de desarrollo del individuo.
El tejido muscular es único porque es el más altamente desarrollado de todas las células y
tejidos en lo que se refiere a la contractibilidad. También posee propiedades secundarias, tales
como extensibilidad (capacidad para distenderse) y elasticidad (capacidad para regresar a su
longitud original después de distenderse). Por consiguiente, el músculo es el tejido más
indicado para efectuar el movimiento del animal multicelular y partes que lo constituyen. De
hecho, es el principal tejido elector del cuerpo de todos los animales pluricelulares, comenzando
con el phylum Coelenterata. En general, dentro del reino animal, el tejido muscular puede
clasificarse en dos tipos generales: a) aquéllos asociados con las vísceras u órganos internos y
b) los asociados con otras partes del cuerpo (por ejemplo, músculos de la pared del cuerpo y
apéndices) los cuales contribuyen al movimiento o comportamiento del organismo en respuesta
a los cambios del medio ambiente. Estos podrían corresponder en los mamíferos a los músculos
involuntarios (lisos y cardiacos) y a los voluntarios (esqueléticos) respectivamente. Por
ejemplo, en una lombriz de tierra, el tejido muscular del canal digestivo y sistema circulatorio
incluye los diez “corazones” que son del tipo visceral; mientras que los de la pared del cuerpo y
cerdas que son los responsables del movimiento coordinado del animal son del segundo tipo.
Finalmente, Se habrá notado que la evolución del esqueleto y de los apéndices contribuyó a
proporcionar ciertas ventajas para permitir el desarrollo de una locomoción más rápida y de
movimientos más complicados, En todos los animales que poseen esqueleto ya sea externo
(exoesqueleto), como en artrópodos; interno (endoesqueleto), como en vertebrados; casi todos
los músculos esqueléticos están adheridos a porciones esqueléticas, de ahí su nombre. En estos
organismos, los apéndices son palancas movidas por músculos para efectuar la locomoción. Son
más efectivos por la rigidez que les imparten sus porciones esqueléticas.
Los vertebrados, incluyendo al hombre, poseen tres tipos diferentes de músculos llamados:
músculo voluntario o esquelético, músculo liso y músculo cardiaco; cuyo conjunto representa el
40% del peso total del cuerpo. Estos músculos llevan a cabo los diversos movimientos de las
diferentes partes del cuerpo.
Las características del músculo estriado son:
El músculo liso, el cual generalmente está regulado por el sistema nervioso visceral, está
colocado en la mayor parte de los órganos del cuerpo. Es el componente principal de las
paredes de órganos tales como los del aparato digestivo, vejiga urinaria y casi todas las
estructuras tubulares, incluyendo aquéllas de los sistemas circulatorio, respiratorio, urinario y
reproductor. El músculo liso, como el cardiaco, muestra con frecuencia una contracción rítmica
inherente, independiente de su inervación. Por ejemplo, porciones separadas de músculo liso
intestinal o uterino, se contraen y relajan rítmicamente durante diversos periodos de tiempo, al
ser colocados en soluciones nutritivas apropiadas. Su contracción es más lenta que la del
músculo esquelético.
3. LOS TEMPERAMENTOS.
Antonio Royo Marín en su libro Teología Moral para Seglares12 nos propone las
siguientes definiciones de temperamento y de carácter:
12
Antonio Royo Marín, Teología Moral para Seglares, BAC, Madrid 1979, pág. 59-60.
13
René Le Senne, Caractérologie des enfants et des adolescents, Presses Universitaires de France, Paris 1950.
3.1 Colérico.
1- Características generales.
Es tal vez su nota más instintiva el deseo de actividad exuberante: una necesidad vital de hacer
algo, y esto de un modo impulsivo. No se siente satisfecho sino en una ocupación donde pueda
descargar su ímpetu vital. Es combativo, proselitista, persuasivo en sumo grado y entusiasta;
emprendedor de gran iniciativa. Por lo general, optimista y alegre; y aunque pasa fácilmente y
con rapidez de unos sentimientos a otros, su gran emotividad le suministra continuamente
entusiasmo y fogosidad para el desarrollo de sus actividades. Muchas veces esa actividad es
febril, sin gran constancia en una misma dirección ni profundidad en el trabajo.
Sus sentimientos son abundantes, fuertes, expansivos en sumo grado. Tiene inclinación innata
a comunicar lo que piensa y siente, para lo que le ayuda su relevante facilidad de palabra.
Todas sus pasiones tienen este matiz marcado de fogosidad, pero ello es más notorio cuando se
halla encolerizado, cosa que le sucede con frecuencia. Hombre dado a los extremos, propio para
las grandes empresas, ya que no puede resignarse con mirar estrechas ni términos medios.
Ante las injurias reacciona violentamente de palabra, y pasa a las obras sin esperar repetidas
incitaciones. En los momentos de peligro se exalta y llena de entusiasmo, lanzándose a la
acometida sin pararse mucho a calcular las consecuencias. Cuando ha cometido una falta se
llena de indignación consigo mismo. Ante las faltas ajenas no sabe despreocuparse: las reprende
y pone lo que esté a su parte porque se corrijan usando los medios más eficaces.
Tiene instinto de mando y dominación, y se contenta difícilmente con el puesto de súbdito. Su
inteligencia es rápida, y penetrante, predominante intuitiva, no pocas veces de vasta capacidad.
Todo su porte exterior suele estar de acuerdo con su modo de ser: facciones varoniles, mirada
decidida, paso firme y movimientos enérgicos.
Su temperamento le lleva a vivir el instante presente, interesándose casi exclusivamente por los
resultados inmediatos. Tiene además, un gran peligro de dispersión y derroche de su gran
caudal vital, empezando muchas cosas sin acabarlas o comprometiéndose a más tareas de las
que podrá realizar; o simultáneamente varias ocupaciones, sin llevar bien ninguna de ellas. Bajo
el dominio de su natural impulsividad, puede tomar fácilmente decisiones arriesgadas que lo
conduzcan a situaciones comprometidas, por no haber calculado con previsión las
consecuencias.
Su riqueza psicológica y el reconocimiento de su propia superioridad en la acción le pueden
llevar muy fácilmente al orgullo, o por lo menos a la vanidad, y hacerle difícil el reconocer
superiores. Confía en sí mismo, se basta a sí mismo y quiere siempre imponer su voluntad a los
demás. Puede llegar a defender sus defectos como si fueran buenas cualidades, y aún a gloriarse
de sus faltas. Esto hace que su caída sea más ignominiosa y más costosa su recuperación moral.
También es posible llegue a ser tan irascible que no pueda dársele el menor motivo de enfado,
porque enseguida se desata la tempestad de cólera, que llega a veces hasta la crueldad.
Otro peligro, en su acción, es el desear tan vivamente sus fines, que para conseguirlos llegue a
usar de medios indignos.
Dadas sus grandes posibilidades y peligros, así como su impulsividad, necesita, más que
ningún otro, de un consejero o director que lo ayude a mantenerse en la mejor línea de
conducta, organizar su actividad y orientarla hacia ideales elevados. Para ello deberá luchar
contra su natural inclinación hacia la independencia absoluta, y ganar la batalla de la humildad
y mansedumbre. Estas virtudes, contrapeso de sus peligros, le son esencialísimas.
Adquiera el hábito de reflexionar siempre antes de obrar y decidir, no dejándose arrastrar del
impulso ciego hacia la acción. Para ello tiene buena base en su natural talento y claridad de
juicio, así como para apreciar las buenas cualidades de los demás, lo cual le hará comprensivo y
amable, evitando las críticas injustas respecto al prójimo.
La reflexión le ayudará a organizar su actividad, evitando el dispersarse y agotarse, dándole
profundidad y alejando la continua y superficial improvisación.
Sepa descansar, leer, estudiar. Ello renovará sus fuerzas e ideales, dando peso y madurez a su
vida interior.
Fomente su natural generosidad, convirtiéndola en virtud, buscando en todo a Díos y el bien
del prójimo y no su personal éxito o comodidad.
3.2 Apasionado.
El individuo perteneciente a este tipo caracterológico no puede estar inactivo; pero esta
actividad no es impulsiva y voluble, sino enérgica y constante.
Se mantiene en una especie de alta tensión, la cual, sin embargo, se exterioriza poco; por ello,
cuando se desdobla es violenta y avasalladora. Sabe recordar las lecciones de experiencias
pasadas y aprovecharlas en el futuro. Su iniciativa y acometividad son muy grandes, aunque
calmadas en lo exterior salvo casos excepcionales, dirigidas conscientemente a fines lejanos,
definidos y constantes.
Sus sentimientos y pasiones son fuertes, profundizan hondamente y arraigan en él, influyendo
en su conducta durante mucho tiempo. Ante las injurias, su coraje se enciende interiormente,
aunque no se exterioriza enseguida; si se repiten, al final estalla en una tempestad de ira
duradera, que fácilmente deriva hacia el rencor y deseo de venganza. Ante el peligro reflexiona
primero y pronto toma una determinación: si decide atacar, procederá con una violencia
inaudita hasta vencer o morir; si juzga que debe tomar la actitud pasiva, es tenaz en tal postura.
Las faltas propias y ajenas le causan gran enojo y se propone con firmeza corregirlas. Es
constante en la acción, inmutable en sus juicios, a veces basta la testarudez. Posee sentimientos
estables, de tal modo que su amistad es fidelísima aun después de largo tiempo, pero también le
cuesta mucho olvidar una ofensa y perdonar.
Tiene notable capacidad de organización y mando, no tanto simpático y atrayente cuanto
eficaz, vigoroso y ordenado. Enérgico y sin gran peligro de dispersión, sabe ser firme,
sistemático y orientado hacia un fin, al que se acerca por etapas bien meditadas.
Su inteligencia es amplia y más bien deductiva; su imaginación, fecunda, y a menudo goza de
excelente memoria. Le interesan los problemas sociales, morales, religiosos, filosóficos. Es
naturalmente honrado y digno de confianza.
Sabe ser fiel a su palabra. Con respecto a los menos dotados, adopta espontáneamente una
actitud de protección y ayuda compasiva. En la vida social se muestra digno, ordenado y
sencillo, sin gran inclinación por la diplomacia sinuosa, pero tampoco por el choque brusco;
exteriormente es correcto por lo general, aunque poco efusivo.
Sus defectos presentan los mismos matices que sus buenas cualidades; grandes pasiones que no
se borran fácilmente. Encuentran fuerte dificultad en sujetarse a un superior. Puede ser
susceptible, crítico, desconfiado así como, volverse huraño y poco social si acentúa en sí su
actitud espontánea de reserva.
Cuando odia lo hace de todo corazón, y es difícil hacerle reconciliar con su enemigo. Tiende
espontáneamente al rencor y la venganza.
Otro de sus defectos capitales es la testarudez: cuando se forma el juicio sobre una cosa, es casi
imposible hacerle cambiar de parecer. Naturalmente, si se equivoca ha de atenerse a las
consecuencias.
Como su pasión con frecuencia le oscurece el juicio, sus críticas son severas, y muchas veces
injustas. Es también notable su amor propio, ya que no consiente ser vencido ni sobrepasado
por nadie. No es raro que se note en él impaciencia respecto a los defectos ajenos y
desconfianza hacia algunas personas. En la acción peca a menudo por exceso de energía lo que
le lleva a ser duro y exigente con los otros.
Este tipo caracterológico, de los más ricos en posibilidades, ha de utilizar sus energías,
consiguiendo el propio dominio y encauzándose hacia una idea generosa y noble. Si desea
efectuar una acción de veras fecunda y benéfica, debe luchar por conseguir, sobre todo, la
humildad, suavidad y comprensión benévola de las limitaciones ajenas, así como de sus
cualidades. A ello le ayudará su natural claridad de juicio y su capacidad de reflexión.
Adquiera con tiempo convicciones sólidas y razonadas, en lo moral y religioso, lo que le dará
gran vigor a su recia personalidad. Cuídese de no dejarse llevar de la pasión – sobre todo en los
comienzos de ella –, no permitiendo que tome fuerza, por ejemplo, sus resentimientos o
rencores.
Temple su ánimo con la contemplación sosegada y tranquila de la naturaleza, sobre todo
cuando haya reconcentrado por largo tiempo. Cultivo algún deporte: especialmente lo ayudarán
la natación y el excursionismo.
No rehuya el pedir consejo de un director que, a ser posible, se distinga por su serenidad. En su
vida espiritual enfoque sus impulsos afectivos al único que plenamente los merece y los
corresponde: Jesucristo.
3.3 Nervioso.
1. - Características generales
Tiene un corazón muy sensible a los demás, así como a los favores que se le hacen y
atenciones de que es objeto. Es inclinado a la voluntad y compasión y sumamente generoso.
Nadie tan atento como él respecto a las necesidades y gustos ajenos, con una servicialidad
espontánea y cariñosa cuando trata con aquellos a quienes admira o que sabe le aprecian y
quieren. Posee fino tacto y sabe ser diplomático cuando lo desea. Si le manda alguien a quien él
aprecia como superior es dócil y obediente. Su espíritu delicado le comunica una gracia y don
especial para el trato. Pocos tan aptos como él para consolar a una persona abatida. Son
notables, por lo general, sus dotes de creación subjetivas y suele poseer un gusto exquisito para
intuir el mensaje de los otros artistas.
Donde está la raíz de sus virtudes naturales, está también la de sus defectos, su sensibilidad.
Los demás para tratarlo, se ven obligados muchas veces a examinar previamente su humor. Si
se deja dominar por sus sentimientos, se hace insoportable a sus compañeros. Puede ser tan
susceptible que si se le mira se siente quizá herido porque le miramos; si no se le mira, porque
se considera despreciado. Inclinado también – si no se domina – a la vanidad y a la sensualidad.
Vive de impresiones, de ímpetus momentáneos; si se abandona a ellos, no realizará nada grande
y serio. Es imprevisor y enemigo de todo lo que exija esfuerzo y disciplina metódica (mental o
física.) Esta inconstancia es su defecto principal; además, por tal dependencia de la impresión
momentánea, fácilmente cambia de parecer y de ocupación, puede llegar a ser esclava
del momento presente (lo que los otros dicen o hacen, bueno o malo) y corre serios peligros si
no cohíbe su afán de nuevas emociones y aventuras.
4. - Normas autoeducativas
Necesita para su vida un dominio extraordinario si quiere tener carácter firme que no esté
expuesto a las mutaciones del momento. Dominio de su imaginación para ver las cosas tales
como son en realidad. Convénzase de que la mayoría de sus males son producto de la
imaginación. Debe, por consiguiente, insistir mucho en la objetividad de sus juicios. Necesita
también el dominio de su emotividad para no estar al vaivén de cualquier excitante interno o
externo; para no ser esclavo de sus defectos y no entregarlos a cualquiera, sino emplearlos al
servicio de algo que lo merezca, siempre de acuerdo con el plan divino. Dominio de su
inclinación a la constancia, a la superficialidad. Para esto, tenga siempre una ocupación seria
(estudio, responsabilidad en algún trabajo, etc), en la que debe poner todo empeño. Sea servicial
y cariñoso con los demás, pero tenga en cuenta que no se debe dejar explotar por ellos, con
perjuicio espiritual propio. Procure adaptarse a la vida práctica conociendo el corazón humano
y la sicología; esta le hará ver las cosas con más objetividad. Escoja, en general, lecturas que le
hagan más sólido y reposado, y no las que exaltan la imaginación. Encauce su generosidad,
sensibilidad y delicadeza, así con sus dotes artísticas, concibiendo la vida no como un pedestal
del propio “yo”, sino como un servicio de amor a los hombres, sus hermanos, y a Dios, su
Padre, que le dio para ello tan buenas cualidades.
3.4 Sentimental.
1. - Características generales
Sobresalen la bondad y honradez. Incapaz de ser cruel o áspero con otros, aunque externamente
su reserva parezca apatía.
Con frecuencia haya gusto especial en el cuidado de enfermos. Compensa su escasa tendencia a
la acción con su facilidad para la oración. En general, haya en el trato intimo con Dios consuelo
y paz interior. Sencillo, Humilde y fidedigno; poco inclinado a la sensualidad. Propenso a
ayudar a los demás. Perseverante. Trabaja con profundidad y acepta generosamente sus
obligaciones.
Suele tener disposición para matemáticas y lenguas y también para aquellas ciencias que
exigen minuciosos análisis de las acciones humanas. Abundan en este tipo los moralistas y
pedagogos, psicólogos, etc., así como los literatos y críticos de arte.
Tiene el peligro de pecar siempre por defecto: por indecisión ante un partido que hay que
tomar. Tiende al desanimo y a subestimar sus propias cualidades; con ello puede llegar a un
pesimismo, amargura o timidez, molesta para sí mismo y para los demás. I como
compensación, puede habituarse a juzgar y calificar interiormente al prójimo con falta de
caridad. No es raro el peligro de orgullo y soberbia interior afectiva, como compensación
también de ese sentirse inferior respecto a otros cuya acción y apariencia es más brillante.
Encuentra gran dificultad en perdonar las ofensas, y cuando odia lo hace intensamente. Por una
injuria recibida se siente despreciado u odiado, desconfía de todos y juzga que le quieren hacer
mal. Aficionado a fantasear mentalmente (huyendo de la acción y de organizar realisticamente
su porvenir), corre el riesgo de agriar su carácter si cede excesivamente a su tendencia a la
soledad, lo que puede hacerle egoísta.
4. - Normas autoeducativas
3.5 Sanguíneo.
1. - Características generales
Es persona de agradable trato en la vida social: afable, bondadoso, lleno de alegría y de buen
humor, animoso y comunicativo; muy servicial y cortes con todos. Fácilmente cae en la cuenta
de lo que hace falta a los demás, y con agrado presta su ayuda. Compasivo y misericordioso
para con las debilidades y males ajenos. Posee notable sentido practico e inteligencia intuitiva.
Suele tener disposición para la música y gusto en los deportes. A veces tiene buenas dotes
literarias (es descriptivo y humorista, mas que lírico y profundo.
No se preocupa con angustia ni ahonda demasiado en los problemas. Tiene tacto especial para
reprender las faltas ajenas con delicadeza, pero con sinceridad. Amigo de decir siempre la
verdad; poco partidario de simulaciones. No guarda rencores para con nadie. Perdona
fácilmente. Muy dócil a las indicaciones de sus superiores con sencillez de espíritu.
Su principal defecto suele ser la veleidad e inconstancia: muda fácilmente de parecer, desiste
de sus primeros propósitos, no acaba los trabajos comenzados. Se deja llevar fácilmente de las
apariencias, ilusionándose por cualquier cosa y lanzándose a ella sin premeditar sus
conveniencias y desventajas. Ello le puede hacer tremendamente superficial y alocado, sin
densidad de pensamiento, al huir de la reflexión sobre los temas profundos.
Su afán de placeres, de gozar de la vida, puede hacerle esquivar todo aquello que requiera
esfuerzo serio, preocupándose solo por lo que le gusta de momento, sin pensar en el mas allá.
También es serio peligro en el, según su enfoque de vida, el egoísmo utilitario. Puede
convertirse en un diplomático aprovechado y oportunista, degenerando en farsa exterior sus
dotes de afabilidad, bondad y cortesía. Por su inclinación a la vanidad, le gusta hablar de sí
mismo, de sus obras y de sus fantasías; y puede caer en la envidia al comprobar que no posee
las cualidades de otros, llegando a perder todo sentido de cooperación y servicio social.
Tampoco es raro que pierda el tiempo en galanteos y cortesías inútiles, así como también que se
vea en peligros morales difíciles de superar si se abandona a su afán de diversión y aventuras.
4. - Normas autoeducativas
Su mejor victoria ha de ser acostumbrarse a reflexionar mucho y dar solidez a sus principios
religiosos y morales. Propóngase meditar y pensar muy bien lo que va a hace; y así obrar no
arrastrado por el gusto ni por los primeros ímpetus, sino gobernado por la razón. De esta
manera adquirirá mas consistencia interior, mas base en sus juicios, mas constancia en la
acción. La seriedad en los estudios le ayudara mucho a ser reflexivo. Los mismos deportes, con
la disciplina física que exigen, le serán muy provechosos. Propóngase en su actividad objetivos
fijos y concretos. Después no los cambie ante la primera ocurrencia o dificultad en contra.
Por otra parte, es necesario que se decida a mortificarse en sus sentidos con gran empeño, sino
quiere llegar a extremos muy lamentables. Para ello prívese de algunas comodidades, haga
trabajos costosos y aun humildes en obras de cooperación y caridad; refrene sus apetitos e
imaginación de manera metódica y constante. Le ayudara mucho su predisposición natural a la
bondad, así como el consejo de un buen director.
Importante es que no se deje guiar por cualquiera que a primera vista parezca atrayente y
simpático, sino por los buenos, cumplidores del deber, que tengan una personalidad más sólida
y seria.
Fomente y desarrolle sus excelentes dotes de servicialidad y trato amable, huyendo del
egoísmo para hacer grata la existencia a los demás y llevarlos al bien con verdadera
preocupación apostólica.
3.6 Flemático.
Presenta una personalidad vigorosamente estructurada, sin quiebras, con un fondo riquísimo de
energía activa. No tiene sentimientos intensos, pero sí constancia y tenacidad en la acción.
Hombre sin grandes pasiones, difícilmente excitable, se mantiene en constante tranquilidad
afectiva. En la acción, raramente violento o sobre excitable. Sumamente paciente. Poco
hablador, cuando se comunica lo hace con medida y casi nunca elevando la voz. Reduce a la
mínima expresión las manifestaciones del afecto, dando muchas veces, sensación de frialdad.
Continuamente ocupado, minuciosamente ordenado y metódico en todo su proceder. No suele
gustar de la vida social, aunque es fiel a las amistades.
Espíritu claro y lógico, sus intereses preponderantes son mas bien intelectuales: estudios
especulativos, matemáticos, jurídicos, literatura. Poco intensas sus inclinaciones eróticas, no
suele ser propenso a la sensualidad; es sencillo en sus cosas y rara vez vanidoso. En la acción es
asiduo, aunque lento y calmoso. Sus obras están de acuerdo con sus ideas y principios.
Reflexivo y sumamente prudente, no se decide a ninguna empresa hasta no haber calculado las
ultimas probabilidades de éxito, ponderando todas las dificultades.
Muestra gran rectitud moral casi inflexible. Una vez decide, se dedica con seriedad y constancia
al trabajo.
Ahorrador, honrado y sincero, no se inmuta ante las ofensas: no se da por enterado, o las toma
con humor alegre en momentos de peligro es indeciso, aunque no se turba fácilmente conserva
su serenidad, pero no se resuelve con prontitud. Si comete alguna falta no se angustia
demasiado.
Su inteligencia es más apta para profundizar que para pensar con rapidez.
Sobresale por su sentido practico y conocimiento de los hombres.
Buen organizador, objetivo y realista, tiene poco vigor imaginativo y no es muy inclinado a la
creación artística.
Suele ser notable su tranquilidad en recibir todos los acontecimientos sin angustiarse por las
dificultades ni preocuparse inútilmente. Conserva fácilmente el equilibrio entre el pensar y el
obrar; entre los sentimientos y la acción sin pasiones violentas, es sobrio y moderado, y no se
deja llevar por sus primeros impulsos. Amigos de la reflexión y de la consideración lenta de las
cosas, es de pensamientos maduros y profundo en sus convicciones religiosas y criterios
fundamentales. Paciente en tolerar a los demás, sus sentimientos fácilmente son de
benevolencia y amabilidad. Poco inclinado a la pompa y al brillo, es natural y sencillo, sin
ambiciones exageradas. No suele mentir nunca. Lo que no logra por una actividad rápida, lo
alcanza por su constancia. Hombre practico, sabe aprovechar los medios y busca mas lo útil que
lo llamativo. Le gustan las obligaciones netamente definidas. Obra por convicción y es valedero
ante las pruebas más imprevistas. Apto para todo lo que requiera orden y constancia, tiene por
ello dotes de gran colaborador. Esto y su hondo sentido del deber, le capacitan para cargos
directivos de gran responsabilidad social y delicada administración. En sus trabajos suele ser
eficiente, seguro y asiduo.
Tiende a ser esclavo de su organización, costumbres y método. Por otra parte, es posible que
exagere su prudencia y previsión, hasta el extremo de no comenzar nada por pensar demasiado
las posibles dificultades, desaprovechando así las ocasiones propicias. Ello le hace acobardarse
en mas de una ocasión y – lo que es paradójico en un carácter activo – puede hacerle perezoso,
al rehuir la acción por evitar sus posibles fracasos o peligros, o sencillamente por defender su
soledad e independizarse del ajetreo y trato social. En estos casos suele refugiarse en la
actividad mental (preferentemente imaginativa), prefiriendo sistemáticamente en su acción
exterior lo cómodo y fácil, alejándose de cuanto pueda parecer difícil o arduo.
4. - Normas Autoeducativas.
No se deje engañar por el pensamiento siguiente; “No tengo pasiones violentas, luego lo mejor
es dejarse llevar de mi equilibrio y paz caracterológica”. Le seria fatal pues acentuaría los
aspectos tendenciales negativos, como hemos visto. Por el contrario, debe animarse a ser más
enérgico, decidido, valiente y entusiasta. Propóngase realizar diariamente un acto de
vencimiento costoso, de mortificación en servicio ajeno, templando así su animo y entrenándolo
así para la acción vigorosa. Sobre todo tenga cuidado de no dejarse dominar por la pereza, ni
sueno despierto, que es la mejor manera de fomentar la inacción. Aproveche en cambio, su
constancia y demás cualidades positivas, que le capacitan para obras de verdadera valía. Como
antídoto a su tendencia al egoísmo pasivo (también de su auto-suficiencia) y asimismo como
ayuda para encauzar sus buenas cualidades, acuda a un director que le comprenda y le exija una
acción abnegada, constante y altruista. Este darse a los demás le costara, pues requiere en
ocasiones trato frecuente con los otros, así como una mortificación interior que rehuya los
juicios tajantes y exigencias poco humanas con respecto a los que no están dotados como él.
Pero en esta actitud tan noble ha de poner su idea de vida, para cuya realización tanto ha
recibido de Dios.
3.7 Amorfo.
1. - Características generales
Muy rara vez se halla realizada esta formula en toda su plenitud y tiende a conjugarse con
características de otros tipos, al acentuarse la emotividad o la actividad en el sujeto.
Muy influenciable por el ambiente; Optimista, buenazo y amable en el trato, notablemente
sugestionable; sociable, pero con tendencia a rehuir el esfuerzo personal que exigen los trabajos
comunes. La falta de actividad, en los tipos radicales y en el subtipo emotivo, se manifiesta por
la pereza; en subtipo activo, esta pereza esta disfrazada. Los primeros “aceptan” las actividades
(no las organizan), se dejan llevar, etc. por el ambiente. Los del segundo subtipo cumplen
dócilmente un deber obligatorio a condición de que lo exija una autoridad fuerte; pero no hacen
mas que lo obligatorio, dejando el esfuerzo para el ultimo momento
Se fatiga pronto y tiene poco sentido de lo real. Gusta mucho del afecto del hogar, aunque no se
siente atraído por la vida metódica y ordenada.
Son ordinariamente valientes; no con una valentía de conquista, sino de pasividad y resistencia;
imperturbables ante un peligro. Es una verdadera cualidad que puede engendrar estima de sí
mismo y voluntad de afirmarse en otros campos.
Poseen una notable capacidad de acomodación, que puede aprovecharse muy bien cuando
colaboran en tareas colectivas. Suelen tener entendimiento practico y son de extrema
sociabilidad: necesitan de los otros para actuar. Lo hacen con gusto, y no pocas veces con
verdadera aptitud en el arte escénico. Con frecuencia poseen dotes de ejecución musical
El defecto más notable es la pereza. Por eso dejan esfuerzo para el ultimo momento, hasta que
la necesidad le obligue; Naturalmente, esto le hace frecuentemente incumplidor e impuntual.
Muchas veces esta pereza depende de causas orgánicas (astenia constitucional o accidental) Es
mas bien desmañado para las cosas que requieren orden: negligente y a veces descuidado en la
limpieza. Se deja influenciar muy fácilmente por el ambiente que vive, y ello puede ponerlo en
serios peligros. Su inactividad es un obstáculo para la servicialidad, haciéndolo cada vez más
egocéntrico. Tiene el peligro de volar siempre a ras de tierra, sin iniciativa y sin gustar del
esfuerzo y sacrificio por un gran ideal.
4. - Normas autoeducativas
Dada una extrema sociabilidad, le son muy convenientes el deporte y los campamentos
juveniles (scoutismo, etc. ) para hallar los valores ocultos que posee. Además de campamentos
le ayudaran a adquirir cierto dominio de la realidad (desde hacer un nudo y cocinar hasta tener
la responsabilidad de alguna tarea colectiva). Debe exigirse puntualidad y orden en sus cosas;
claridad de palabra en sus conversaciones, puesto que tiende a hablar con el menor dispendio
posible de palabras. Evite la ruina y no se deje dominar por su horror a toda nueva tarea. Su
tendencia hacia la ociosidad lleva consigo peligros sensuales que debe combatir vigorosamente.
Le ayudara mucho proponerse resultados concretos, inmediatos, rápidos, sensibles, y buscar un
jefe o director que le imponga algunos deberes ineludibles, fáciles y graduados. Puede ejercitar
los cargos administrativos y algunas carreras científicas y literarias, pero para ello necesita
buena orientación y una educación que le haga sobreponerse a sí mismo y aficionarse a la
actividad.
3.8 Apático.
1. - Características generales
4. -Normas Autoeducativas
Debe reconocer que su solución radica principalmente en la adquisición de energía vital. Por
tanto, su educación, exige ante todo los remedios fisiológicos: extractos glandulares y
medicinales de alto poder energético. Además debe procurar destruir la inercia de su
temperamento, con suavidad y progresivamente. Como naturalmente tiende a proceder en virtud
de los hábitos adquiridos, estos debe llenarlos con vitalidad propia. Es necesario que sus obras y
acciones sea sensibles y personales; que se vinculen de alguna manera a su ser. Para ello le
ayudara el ocuparse en métodos activos, trabajos en equipo. A medida que se vayan
despertando en el algunos centros de interés, la afectividad se moviliza y entonces deben
procurarse ideales concretos y próximos. Ha de conseguir introducirse en un circulo afectuoso
de buenos amigos, y fomentar con ellos los paseos, excursiones etc., así como combatir su
egocentrismo pasivo, inscribiéndose en Asociaciones de apostolado y beneficencia que exijan
esfuerzo dinámico en servicio del prójimo. En cuanto a su orientación profesional, su campo
propio esta en las carreras administrativas, de oficina etc. Si su inteligencia le aconseja, en
cargos de calculista, estadístico o bien desarrollado sus dotes artísticas, si las posee, en cargos
tales como decorador, dibujante, etc.