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A PROPÓSITO DE "NOSOTROS LOS LLAMADOS ANIMALES"

DE EFRAÍN PÉREZ BALLESTEROS

Leer el libro de Efraín Pérez, "Nosotros Los Llamados Animales" es enfrentarse a


la dura realidad de una parte, y, de otra, al mundo de la ficción, a esas visiones
magistrales de la imaginación donde la transposición de la realidad y el
desdoblamiento del tiempo nos conducen a mundos y situaciones diversas solo
posibles en la realidad literaria. La magia de estos relatos radica en la necesidad
imperiosa de su re-lectura como si detrás de cada "ensayo" se escondiera un
extraño misterio que aguijonea sin cesar nuestro espíritu de niños: La curiosidad,
sin la cual nada es posible. Cualquier persona, de cualquier edad, que lea este
libro entenderá de forma inmediata de que no ha sido escrito como literatura
infantil, tanto mas cuanto que, lo que hoy se ofrece como literatura para niños no
solamente es insuficiente sino que raya la la estulticia, y, es aquí donde se
despeja el misterio de éste libro, "Nosotros los Llamados Animales" ha sido
escrito, quizás sin proponérselo el autor, para niños muy inteligentes de todas las
edades desde los primeros años de vida hasta los 95 años.El libro de Efraín
despeja otra incógnita que dice relación a por qué los jóvenes y los niños leen
menos hoy, y la respuesta no esta, como pretenden algunos, en los nuevos
medios de comunicación, la radio, la televisión o Internet sino en lo que les
ofrecemos para leer.

Cuando inicié la lectura de "Nosotros los Llamados Animales" me sorprendió la


sencillez de los temas, el estilo directo con que eran tratados y por fuerza
recordé a mis lecturas de infancia, la literatura fantástica, representada por las
fábulas de animales de Kipling , los cuentos de hadas de Catherine Sinclaire, la
obra de Lewis Carrol, los cuentos de Chejov y muchos otros autores que gracias a
sus fabulaciones nos impiden sumergirnos definitivamente en la vejez y en el
olvido. Su recuerdo nos hace volver la vista atrás, con nostálgia, no por lo que
dejamos de hacer sino por esos felices momentos que vivimos con sus poemas o
relatos llenos de vida y sentimiento, preguntándonos si es posible volver a re-
vivirlos y, comprender, que no solamente es posible, sino que su re-lectura nos
descubre nuevos gozos y mayores satisfacciones. La aventura de leer se basa en
el encantamiento y en nuestra propia capacidad para desentrañar su misterio.
Descubrir lo nuevo, desentrañar los misterios, navegar por el tiempo, acompañar
los variopintos personajes que nos presentan, vivenciar sus vidas, en suma,
comprender que estamos menos aislados cuando nos alimentamos de esos
relatos y sentir que después de leídos continúan nutriéndonos, es entender, a la
vez, que la lectura desarrolla nuestras facultades mentales y nos ofrece un
compañero de viaje incondicional.Quizás, en algunos casos excepcionales,
constituyan también el momento misterioso y eterno en que nace un escritor.

Leyendo los "Pensamientos de una Mariposa Amarilla" recordé cuando un día en


"Cien Años de Soledad" una peste que causaba insomnio atacó a los habitantes
de Macondo y estos se dieron cuenta que sus conocimientos sobre el mundo y la
vida individual comenzaban a olvidarlos por lo que podían olvidar que era una
vaca, qué un árbol,qué era una casa o una silla. Descubrieron, los afectados,
rápidamente que el antídoto se encontraba en las palabras. Con el objeto de no
olvidar nada y recordar el significado del mundo escribieron letreros y los
colgaron de los objetos y de los animales."Esto es una casa","esto es un
árbol","esto es una vaca hay que ordeñarla todas las mañanas para que
produzca leche". Son las palabras las que nos recuerdan qué creemos sobre el
mundo y las cosas, sobre la sociedad en que vivimos , sobre nuestros deseos y
esperanzas. El placer que produce la lectura, de tener entre las manos un libro y
experimentar de pronto esa sensación de asombro, de escalofrío o de
reconocimiento que con frecuencia y sin razón provoca un encadenamiento de
palabras es lo que le da sentido a la lectura y lo que hace de un libro un objeto de
culto.

La lectura no es un acto simple, sencillo e individual. La lectura es una acto de


responsabilidad en la que se encuentra integrado un compromiso ético y moral,
político y privado en la acción de ir repasando las páginas de un libro. Ello que ,
mas allá de las esperanzas del lector y de las expectativas de su autor, un libro
posee la capacidad de hacernos cada día mejores y mas sabios. Por todo ello os
invito a leer éste libro, "Nosotros los Llamados Animales", de Efraín Pérez
Ballesteros, en la certeza de que no os dejará indiferentes.

Carlos A. Herrera Rozo.

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