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PENRO LA REVOLUCION DE MAYO rmientos de un viney poderoso; sin experiencia, encuentran ane de adormece: la Vigilancia de los ministtos, sin dinero, fanan la voluntad de mucha fuerza armada sin autoridad, reinan en el corazén de los ciudadanos. Todo as dispueso, revienta por fn el voledn,cayo ruido habia resonado sorda- mente, y una Junta de nueve sujetas con poderes amplios reemplaz6 el 25 de Mayo de 1810 al Virrey Cisneros. Este fue el primer paso de nuestra revolucisn, Revolucién hecha sia sangre, producida por el mismo curto de los sucesos,an- hielada por los buenos, y capaz de producir los mas ventajo- 08 efectos Aunqu® las consideraciones de que hemos hecho men- ion parece que inductan a declarar una independencia ab soluta, no legé a este extrema la Capital, Ella estimé que salvar con el primer paso el intervalo inmenso de la servi sdumbre a fa libertad, era un esfuerzo prematuro reprobado por la ley del acrecentamiento progresvo, ‘A més de esto, aunque no ignoraba que el goce de los derechos sociales ere un objeto unido al corazén de muchos Americanos, no ignoraba tampoco que habla entre ellos, ya ‘unos hombres timidos que, queriendo hacer ura fabula del fgénero humano, reprobaban el bien que no venia por wn ‘medio pacifico; ya owos egosstas que, sin amor a la patia, desconoctan la mas beroica de las pasiones, ya en fin otros ‘gnorantes, para quienes [a falta de prindipios hacia que mi- rasen la esclavitad como su estado natura. ‘sf por hacer na tentativa de estos esptitus, como por dejar que el tiempo y los sucesos no abriesen ta carrera del nuevo destino, limit6 por ahora su plan la Capital aun solo medio que podia salvarnes sin peligro. Ext fue el que las provincias bajo el nombre de Fernande VII tomasen la pri. ‘mera influencia en los negocios publicos. Todo inducta a ‘sta novedad: el gobierno peninsular parecia ya insufiiente para garantir la existencia de In patria: sus resortes habian pero a elasticidad, Las mismas provincias espafolas es {aban en conuadiccién mds 0 menos con su autoridad’ sus providencias eran rechazadas 0 mal cbedecidas las bases de [a monarguia se veian desquiciadas: los miembros de este vasto cuerpo todos dispersos, no tenfan una atadura politica (que los uniese; este defecto de unidad lo hacia inanimado y fin fuerzas; era dudoso si la junta Cental por s sola pudo tstablecer la Regencia; en fin, la América era parte integrante de Ia Monarquta, y por tanto gozaba los mismos derechos ‘guela Espana.” (Panes 1960: 9-11) LV. MANUEL BELGRANO Nacié en 1770 el geno de una de las familias comer- ciantes mas importantes de Buenos Aes. Realiz6 estudios superiores en la peninsula, en la Universidad de Salamanca, Fue designado secretario del Consulado desde 1793, con awibuciones para redactar una memoria anual. Ente [as principals iniciativas de Belgrano en el Consulado se desta fa: premios para fomentar la agrcultura, ates y comeco, excuela para los hilos de los labradores, escuelas gratuits para nifis,exetera, ‘Durante Ins invasiones ingless, Belgrano formé pare de las milcias que lograron ecupera la ciudad. En ocasion de la crisis metropotitana desateda en 1808, fue uno de los ‘que participé en Ia gestiones para coranar a la Infanta Car- lota como Regente del Rio dela Plata. En 1810, participd en reunlones seezetas con otos jévenes ilustrados llegando 4 tun acuerdo con el representante de las fuerzas milicanas ciollas, Saavedra, para hacerle saber al virey de la neces. dad de un cabildo abiero, Instalada la Janta de gobierno, fue nombrado vocal de la misma y comandante en jefe de las fuerzas expedicionatias que marcharon a sofocar la resis- tencia que ofiecia Paraguay al gobiemo revolucionario de Buenos Aires. Esta expedicin fue derrotads y Belgrano dio ‘cuenta de sus impresiones en la parte de au autobiogralle tulada Expeicion l Paraguey. En 1811 fue designado coro nel del Regimiento de Patricios, en reemplazo de Saavedra y tun afio mas tarde se puso al manda del Ejetcito del None. En ese destino y a uavés de una resolucién que se hizo fa. rosa, i26 una bandera de color celestey blanco pidiendo al ‘riunvirato que la reconociera como sfmbolo del gobierno ‘evolicionatio. El goblemo revolucionatio no acces st peticion, Al mando del Bjérito det None, Belgrano triunfo sobre los realitas en las batallas de Tucumsn y Salta, pero fue derrotado en Vilespugioy ayohsma, En 1814, una vez creado el Directorio, fue enviado junto a Rivadavia como emisatio diplomético a Europa. De regreso en Buenos Aires fue reemplazado por San Martin en el mando del Ejérito del Nome y se lo design jefe de las tropas que debian legar a un acuerdo con las fuerzas art. sulstas en la Banda Oriental, En el Congreso de Tucumén, realizado en 1836, Belgrano propaso que se establecera una ‘monarquia constitucional representada por la antigua no- bleza ineaica, pero su proyecto no prosperd, Mutiéen 1820, obiografa del general Don Mariel Belgrano que ‘aeorende desde six primero as hasta le eoleion Gras de tay (3900) (1077 ‘Aobingrefe del general Belgrano, Su expditn a ‘arapy (2000) 855) ‘Todo parece indicar que Belgrano empez6 a escribir eta autobiografia en 1814. Esta forma parce de sus Memoras y fue publicada recién por Bartolomé Mitre en 1877 en later cera edicin de su Historia de Belgrano y de ia independencia fargentina, La segunda parte de las Memoria, que tats sobre Ta expedicin al Paraguay, y la receray altima parte, que da cuenta de [a batalla de Tacemnén, fueron incluidas en el pe mer toma de lae Memoriae péxtuas del general Paz, en 1855. En este escrito Belgrano manifesta st impotencia ante Jn obstinada resistencia que mostra la corona espafola lante muchas de las iniciativas que impulsaba desde el Coo- sulado, Belgrano se lamenta también por la actitud de los ‘comerciantes monopolisas los cuales, sein su interpret ‘in, slo buscaban enriquecerse yno estaban preocupados por el progreso de esas regiones. Sin embargo, éstas no eran razones suficientes para que Belgrano viera como necesaria€ Inevitable uns ruptura del lazo colonial. Ea dislogo con un ‘ficial inglés capturado en e] transcurso de las invasiones i slesas, ambos coinciden en sefalar que la independencia de ‘América no es algo que pueda suceder en el corto plazo. EL hecho que viene a cambiar esta situacién para Belgrano es la caisis mettopolitana desatada en 1808, la cual es presentada ‘como un designio de Dios. partir de ali, desde las gestio- nes com Ia infanta Carlota hasta la defensa de Liniers, todas las acciones de los revolucionarios tenfan como objetivo ssegurar Ia liberid y la independencia de América. Por i no, en su reto de la expedicisn al Paraguay detalla la host lidad de la poblacion local hacia los ejrcitos portefios, Lo {que indica los recelos que tenfan otras regiones del Virreina- 10 para adheri al proceso revolucionario tal como lo enten. dian los dirigentes poretios, Selecciém de fragmentos [Ee este prafo, Belgrano da cuenta de su estadia en Europa] “Como en la época de 1789 me hallaba en Espana y 1a revoluciéa de Francia hiclese ambin la variaién de ideas, y pantcularmente en los hombres de letras con quienes ta taba, se apoderaron de ms las ideas de libertad, igvaldad, se feuridad, propiedad, y solo vefa tranos en Ios que se opo- ran a que el hombre, fuese donde fuese, no disfrutase de tunos derechos que Dios y la naturaleza le habian concedi do, y ain las mismas sociedades habian acordado en su es- tablecimiento directa 0 indirectamente.” (Belgrano 1960: 956) [Acerea de su paso como seeretario del Consulado establei doen Buenos Aires en 1794] “Bo fin, sall de Espafa para Buenos Aires: no puedo decir bastante mi sorpresa cuando conoct a los hombres rnombrados por el rey parala Junta que habta de tratar de agricultura, industria y comerci, propender ala felicidad de | provincias que componian el Vrreinato de Buenos Aires; todos eran comerciantes espanoles; exceptuando uno que fou, nada sabfan que su comercio monopolista, a saber, comprar por euatro para vender por ocho con toda seguri dad.) Mi dnimo se abatis y concoct que nada se harfaa favor de las provincias por unos hombres que por sus intereses partculares pospontan el del comin, Sin embargo, ya que por las obligaciones de mi empleo podia hablar y escribir sobre tan Giles matetias, me propuse, al menos, echar las semillas que algin dia fuesen capaces de dar frutos, ya por- {que algunos estimulados del mismo espirita se dedicasen a su cultivo, ya porque el orden mismo de las cosas las hicese sgerminar. seri varias memorias sobre la planificacion de escue Jas: la escasez de pilots y el interés que tocaba tan de cerca a los comerciantes, me presents cixcunstancias favorables part elestablecimiento de una escuela de matemsticas, que con- segut a condicion de exigr Ia aprobacion de la Core, que ‘nunca se obtuvo y que no paré hasta destruirla porque aun los espaficles, sin embargo de que conocesen la justica y utilidad de estos esablecimientos en América, francamente se oponian a elles, erados, a mi entender, en los medios de ‘conservar las colonias.(..) ‘Otros varios objetoe de utiidad y necesidad promovi, _qve poco mis 0 menos tuvieron el mismo resultado, y toca ‘ial que eecriba la historia consular, dar una eazén de ellos: dite yo, por lo que hace a mi propésit, que desde el rine pio de 1794, hasta Julio de 1806, pasé mi tiempo en igual destino, haciendo esfuerzos impotentes a favor del bien pi blico; pues todos, 0 escollaban en el gobierno de Buenos Aires o en la Cone, o entre los mismos comerciants,indivi- ‘duos que componian este cuerpo, para quienes no habia ‘mas raz6n, ni mds justicia, ni mas utlidad, ni mas neces) dad que su interés mercanuil: cualquiera cosa que chocara ‘con é,encontraba un veto, sin que hubiese recurso para ata jatto.” (Belgrano 1960: 957-958) [Sobre as invasiones inglesas) “Sabido es Ia entrada en Buenos Aires del General Be resford con 1400 ytantos hombres en 1806: hacta diee aos ue era yo eapitin de milicias urbanas, m&s por capricho ‘que por aficion a la milicia, Mis primeros ensayos en ella fueron en esta epoca. El Marqués de Sobremonte, virey que entonces era de las provincia, das antes de esta desgraiada ‘entrada, me liam para que formase una companta de jove- nes del comercio, de caballerta y que al efecto me daria of sales veteranos para la instruceiin: los busque, no los en.

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