Está en la página 1de 2

Liceo Guillermo Rivera Cotapos

Corporación de Viña del Mar


Departamento de Lenguaje y Comunicación
Profesora Marcela Barraza Acevedo

Nombre Curso 8vo Básico


Fecha Puntaje
Unidad 1 Epopeya Nota
Objetivo O.A. Analizar las narraciones leídas para enriquecer su comprensión, considerando, cuando sea
pertinente: el o los conflictos de la historia, los personajes, su evolución en el relato y su relación con
otros personajes, la relación de un fragmento de la obra con el total, el narrador, distinguiéndolo del
autor, personajes tipo (por ejemplo, el pícaro, etc.), símbolos y tópicos literarios presentes en el
texto y los prejuicios, estereotipos y creencias presentes en el relato y su conexión con el mundo
actual.
Instrucciones: Lee atentamente el texto que se presenta a continuación y luego desarrolla las actividades
propuestas en el cuaderno o en documento word.
Recuerda utilizar una letra legible y cuidar la ortografía y redacción.

Texto Nunkui, creadora de las plantas. Leyenda ecuatoriana, anónima.

Hace largos años, cuando los shuaras recién empezaban a poblar las tierras orientales del Ecuador, la selva no existía. En
su lugar se extendía una llanura manchada solamente por escasas hierbas. Una de éstas era el unkuch, el único alimento
de los shuaras.
Gracias al unkuch, los shuaras pudieron soportar durante mucho tiempo la aridez de la arena y el calor sofocante del sol
ecuatorial. Lamentablemente, un día, la hierba se esfumó y los shuaras comenzaron a desaparecer lentamente.
Algunos, recordando otras desgracias, echaron la culpa a Iwia y a Iwianchi, seres diabólicos que desnudaban la tierra
comiéndose todo cuanto existía; pero otros continuaron sus esfuerzos por encontrar el ansiado alimento. Entre estos
había una mujer: Nuse. Ella, venciendo sus temores, buscó el unkuch entre los sitios más ocultos y tenebrosos, pero
todo fue inútil. Sin desanimarse, volvió donde sus hijos y, contagiándoles con su valor, reinició con ellos la búsqueda.
Siguiendo el curso del río, caminaron muchos días; pero a medida que transcurría el tiempo, el calor agobiante de esas
tierras terminó por aplastarlos. Así, uno a uno, los viajeros quedaron tendidos en la arena.
Inesperadamente, sobre la transparencia del río aparecieron pequeñas rodajas de un alimento desconocido: la yuca. Al
verlas, Nuse se lanzó hacia el río y las tomó. Apenas probó ese potaje sabroso y dulce, sintió que sus ánimos renacían
misteriosamente y enseguida corrió a socorrer a sus hijos. De pronto, percibió que alguien la observaba desde el viento.
Inquieta, hundió sus ojos por todos los rincones, mas sólo vio la soledad plomiza del desierto y de súbito, de entre esas
ráfagas que silban lejanías, se descolgó una mujer de belleza primitiva.
Nuse retrocedió asustada, pero al descubrir la dulzura en el rostro de esa mujer le preguntó:
-¿Quién es usted, señora?
-Yo soy Nunkui, la dueña y soberana dela vegetación. Sé que tu pueblo vive en una tierra desnuda y triste, en donde
apenas crece el unkuch, pero...
-¡El unkuch ya no existe! Era nuestro alimento y ha desaparecido. Por favor, señora, ¿sabe dónde puedo hallarlo? Sin él,
todos los de mi pueblo morirán.
-Nada les ocurrirá, Nuse. Tú has demostrado valentía y por ello te daré, no solo el unkuch, sino toda clase de alimentos.
En segundos, ante los ojos sorprendidos de Nuse, aparecieron huertos de ramajes olorosos.
Nuse quedó extasiada pues jamás había visto nada semejante: el paisaje era majestuoso y la música que cantaba la
floresta, le había robado el corazón.
Nunkui continuó:
-Y para tu pueblo, que hoy lucha contra la muerte, te obsequiaré una niña prodigiosa que tiene la virtud de crear el
unkuch y la yuca que has comido y el plátano y ...
-¡Gracias Nunkui, gracias!
Nunkui desapareció y en su lugar surgió la niña prometida.
Nuse quedó deslumbrada por lo que había visto, y aún no salía de su asombro cuando la pequeña la guio entre la
espesura. Tan a gusto llegó a sentirse en ella, que deseó permanecer allí para siempre. Sin embargo, el recuerdo de su
pueblo la entristeció. Pero entonces, la pequeña, la hija de Nunkui –como luego la llamaron- le anunció que allá
también, en el territorio de los Shuaras, la vegetación crecería majestuosa. Entonces, alborozada, Nuse reanimó a sus
hijos y retornó a su pueblo.
Cuando llegaron, la niña cumplió su ofrecimiento y la vida de los Shuaras cambió por completo. El dolor fue olvidado.
Las plantas se elevaron en los huertos y cubrieron el suelo de esperanzas.
Actividades:
1. ¿Qué debía hacer Nuse?
2. Nombra y describe a los personajes de esta historia.
3. El narrador de este fragmento, ¿participa en el relato? ¿Cómo lo sabes?
4. Transforma el siguiente párrafo del cuento, de modo que lo relate un narrador protagonista. ¿Qué cambios debes
realizar? ¿Qué información podrías agregar?
“Cuando estaba en esto, percibió que alguien la observaba desde el viento. Inquieta, hundió sus ojos por
todos los rincones, pero solo vio la soledad plomiza del desierto. De súbito, de entre esas ráfagas que silban
lejanías, se descolgó una mujer de belleza primitiva”.

5. Averigua el significado y los sinónimos de las palabras destacadas y reemplázalas por los más apropiados:
“Nuse quedó extasiada, pues jamás había visto nada semejante…”
“Entonces, alborozada, Nuse reanimó a sus hijos y retornó a su pueblo”

6. Imagina que cuando los shuaras recibieron los alimentos obsequiados por Nunkui, decidieron elaborar un decálogo
para cuidarlos y para que no se les volvieran a acabar. Reconstruye en tu cuaderno.

IMPORTANTE
Enviar por correo electrónico marcelabarrazaacevedo@gmail.com
Fecha de entrega 10 de mayo
Dudas o consultas +56 9 67188351
Se puede realizar en el cuaderno (se envían las fotos) o por word.

También podría gustarte