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El aire en las instalaciones: problemática y soluciones

1/2 - Introducción al problema del aire en las instalaciones

1. Presentación

Se presenta un conjunto de dos artículos técnicos sobre el aire en las instalaciones. Esta 1ª
parte nos introduce en la problemática comenzando por mostrar lo dictado por la normativa
RITE en esta materia, exponiendo después los orígenes del aire y sus problemas derivados.
Para poder resolver correctamente estos problemas, es vital conocer bien a nuestro enemigo
por lo que se explican los tres tipos de aire presente en las instalaciones y su forma de
interacción con el agua. Finalmente se explica la Ley de Henry, responsable de todos estos
comportamientos, analizando cómo influye dicha Ley en las instalaciones. Una vez
comprendido este 1er artículo, el lector estará bien preparado para leer y entender las
soluciones descritas en la 2ª parte.

2. ¿Qué dice la normativa RITE respecto al aire?

El apartado ITE 02.16 – Prevención de la corrosión dice textualmente: “... adoptar medidas
durante la fase de diseño con el fin de prevenir la corrosión ...” y nos pide “... tener en cuenta
los criterios del informe técnico UNE 100050”.

En dicho informe UNE 100050:1996 IN – Prevención de la corrosión podemos leer: “Para


controlar la corrosión debe eliminarse el oxígeno disuelto, bien con sulfito de sodio, bien
mecánicamente o con un desgasificador”. Y más adelante en el mismo informe: “Todas las
instalaciones de potencia térmica mayor que 500 kW estarán equipadas con los aparatos
necesarios para controlar la corrosión”.

3. Origen del aire y problemas que ocasiona en las instalaciones

En el llenado inicial de una instalación, el agua ha de desplazar al aire hasta ocupar totalmente
el interior de tuberías y equipos. De no contar con buena práctica, tiempo suficiente y
purgadores automáticos bien ubicados, éste será el primer origen del aire. En adelante y
durante la vida de la instalación, el aire estará presente por diversos motivos:

• Intervenciones de mantenimiento y reparaciones.

• Montaje de nuevos equipos o ampliaciones de la instalación.

• Infiltraciones por difusión a través de juntas, poros, etc.

• Aire contenido en el agua de reposición.

• Aire introducido a través de torres de refrigeración u otros circuitos abiertos.

• Gases generados en reacciones químicas, como la electrólisis.

• Sistema de expansión defectuoso o mal dimensionado.

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A la hora de comprender los problemas que causa el aire es importante conocer primero sus
propiedades que dan origen a estos problemas, y que son las siguientes:

• El aire es un fluido compresible que tiende a ocupar todo el volumen disponible.

• El oxígeno del aire es un componente necesario en las reacciones de oxidación, además de


ser fundamental para el desarrollo de microorganismos.

• La conductividad térmica del aire es del orden de 50 veces menor que el agua.

• El aire es capaz de adoptar tamaños mínimos inapreciables (microburbujas), e incluso


disolverse en el agua hasta resultar aparentemente inexistente.

... el aire será responsable directo de numerosos problemas, a menudo erróneamente


diagnosticados, como son:

• Cavitación en bombas, derivando en deterioro de cierres mecánicos (figura 1), ruidos,


menor potencia de bombeo (figura 2), caudales insuficientes, menor vida operativa por
desgastes prematuros (figura 3) y mayores costes de mantenimiento.

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• Ruidos en estrangulaciones de conexiones, válvulas automáticas, etc. que pueden dar
origen a malestar de los usuarios y una mala regulación en las válvulas.

• Caídas de rendimiento de hasta un 10% en unidades emisoras debido a bolsas de aire, lo


cual puede conllevar un calentamiento/enfriamiento insuficiente de locales.

• Caídas de hasta un 10% en el rendimiento en calderas debido a la necesidad de quemar


más combustible para salvar el puente térmico en la pared del hogar provocado por la
lámina de aire desprendido del agua sobrecalentada (ver figura 4).

• Desarrollo de microorganismos que pueden dar lugar a infecciones en las personas, como
es el caso de la legionela.

Pero para poder definir la mejor solución a estos problemas, estudiemos primero con detalle a
nuestro enemigo: el aire.

3.1. Los tres tipos de aire en instalaciones

Como podemos ver en la figura 5, en toda instalación hidráulica el aire se manifiesta de tres
formas distintas:

• Aire libre.

• Aire en forma de microburbujas.

• Aire disuelto.
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1. Aire LIBRE: para que se entienda bien, es el aire que podríamos respirar. Se acumula en las
zonas altas de la tubería en huecos debidos a bridas ciegas, conexiones, equipos fuera de
servicio, etc. De los tres tipos de aire es el único que puede ser, en parte, extraído por los
purgadores automáticos, siempre y cuando éstos estén correctamente ubicados. Es muy
nocivo ya que además de corroer la zona colindante, sirve de “surtidor” para el aire que viaja
con el agua, que definimos a continuación.
2. Aire en forma de BURBUJAS y MICROBURBUJAS: es el aire que se desplaza con el agua
de forma visible por la instalación. Su tamaño depende de la cantidad de aire presente y del
régimen turbulento o laminar del agua. Por muy bien ubicados que estén los purgadores
automáticos, son incapaces de eliminar este aire ya que se ve arrastrado por la inercia del
agua, incluso en velocidades inferiores a 0,5 m/s. Es el principal responsable de los problemas
ya que se mueve a la misma velocidad que el agua, está presente en toda la instalación, y es
capaz de alojarse en las rugosidades más diminutas.

3. Aire DISUELTO: para que se entienda, es el aire que podrían respirar los peces.
Aparentemente “inexistente”, no es visible ya que está inmerso en el agua, encerrado a nivel
microscópico entre las moléculas de H2O. Su cantidad depende de la presión y temperatura,
como veremos a continuación. Prácticamente se puede decir que no es problemático.

3.2. ¿Cómo interaccionan el aire y el agua?

Como indica la figura 6 supongamos agua en contacto y equilibrio con aire, a una temperatura
(T) y a una presión (P). Veamos qué sucede al modificar estos parámetros:

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Aumenta T: la temperatura no es más que un reflejo de la agitación molecular de los cuerpos.
Si aumenta, quiere decir que las moléculas de agua se encuentran más agitadas por lo que
dejarán menos espacios libres entre ellas. Al tener menos espacio donde ubicarse, una parte
del aire disuelto se desprende del agua y forma microburbujas.
Disminuye T: por el contrario, si baja la temperatura se reduce la agitación de las moléculas de
agua por lo que el aire puede ocupar un mayor espacio libre y el agua absorbe aire.

Aumenta P: la presión existente en la superficie libre de agua se transmite por igual


(hidrostáticamente) en todo el volumen de agua, sumándose en cada nivel, con la presión
debida a la columna de líquido. A nivel molecular el aire se ve “atrapado” entre las moléculas
de agua debido a la presión P que actúa sobre ellas. Cuanto mayor sea esta presión, mayor
cantidad de aire podrán contener las moléculas en su interior, sin permitir que éste se
desprenda. Por ello, al aumentar P, el agua absorbe aire.

Disminuye P: por el contrario, si baja la presión, básicamente se reduce la fuerza de


contención de las moléculas de agua hacia el aire por lo que éste se desprende hasta
alcanzar un nuevo valor de equilibrio de aire disuelto.

En resumen, y tal y como enunció Sir William Henry, cuando aumenta la temperatura o
disminuye la presión, el agua libera aire creando microburbujas en el flujo. Por el contrario
cuando disminuye la temperatura o aumenta la presión, el agua absorbe aire.

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3.3. Ley física de Henry

En efecto, como vemos en la figura 7, aunque en apariencia 1 m3 de agua siempre será 1 m3


de agua, según la Ley de Henry, en función de la presión absoluta y la temperatura a la que se
encuentre, 1 m3 de agua contendrá en equilibrio un volumen determinado de aire disuelto.

Aunque pueda parecer difícil de creer, a 18 ºC y 0 bar relativos (presión atmosférica), 1 m3 de


agua contiene 20 l de aire. Si lo calentamos hasta 80 ºC y dejamos transcurrir el tiempo
suficiente (minutos), el mismo volumen de agua albergará sólo 5 l de aire... ¿Qué ha pasado
con los otros 15 l?. Muy simple, se han ido del agua. Si ahora mantenemos los 80 ºC y subimos
la presión hasta 1,2 bar relativos, nuestro m3 de agua vuelve contener 20 l de aire ... ¿De
dónde habrá tomado los 15 l que había perdido?. Los tomará de donde pueda, pero podemos
estar tan seguros de ello como lo estamos de la Ley de la Gravedad; la Ley de Henry es una
ley física.

3.4. ¿Cómo nos influye la Ley de Henry en las instalaciones?

Supongamos por ejemplo una instalación cuya presión relativa media respecto a la atmosférica
sea de 2 bar, con un volumen de agua de 10.000 litros y cuya calefacción se arranque a las
7:00 h llegando una temperatura media de 75 ºC y se apague a las 22:00 h enfriándose de
forma natural la instalación hasta una media de 10 ºC.

Si nos fijamos en la Ley de Henry (figura 7) veremos que durante la noche el agua de la
instalación alcanza un equilibrio de aire disuelto de 68 laire/m3agua. Una vez que se arranca la
instalación a las 7:00 h, el agua irá desprendiéndose del aire que le sobre en cada uno de los
estados intermedios, hasta llegar a un equilibrio de 28 laire/m3agua a 75 ºC.

En el proceso de puesta a régimen de la instalación, el agua habrá por tanto liberado la


diferencia, es decir, 40 laire/m3agua, o lo que es lo mismo, habrá puesto 400 litros de aire en
circulación dentro de las tuberías, en forma de microburbujas.

Este aire se dedicará durante el día a crear los problemas anteriormente comentados en la
instalación. Al final del día, con el cierre de la calefacción y el consiguiente enfriamiento, el
agua volverá a absorber los 400 litros de aire para llegar a su equilibrio a 10 ºC.

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......................................................................................................................................................................................... Fin del informe

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El aire en las instalaciones: problemática y soluciones

2/2 - Sistemas y práctica de la eliminación de aire

1. Presentación

En la 1ª parte se mostraba lo dictado por la RITE en este asunto y se daba al lector una
introducción al concepto del aire en las instalaciones y sus problemas derivados, analizando el
principio físico que gobierna su aparición: la Ley de Henry.

En este 2º artículo vamos a exponer las diferentes soluciones disponibles en el mercado,


profundizando en la ubicación de los elementos y estudiando con ejemplos concretos la
influencia que ejercen tanto la altura como las largas distancias (calefacción a distancia) en la
resolución de dichos problemas.

2. Tipos de sistemas para la eliminación de aire

2.1. Purgador automático de aire

Correctamente instalados, los purgadores automáticos extraerán las bolsas de aire libre que
puedan existir, tanto en el llenado de la instalación como durante su operación. Así mismo,
cumplen la función de dejar entrar el aire a la instalación para permitir su vaciado (figura 1).

Figura 1 – Purgador automático Spirotop

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Sin embargo, los purgadores son incapaces de extraer el aire que viaja con el agua en
forma de burbujas y microburbujas, responsable de los principales problemas, ya que éste
es inevitablemente arrastrado por la inercia del flujo de agua.

2.2. Desaireador automático “in-line”

Si su instalación es correcta, eliminan completamente el aire nocivo de las instalaciones, es


decir, el aire libre y el aire en forma de microburbujas. Se instalan en la corriente de flujo de
la tubería y basan su funcionamiento en la variación (según la Ley de Henry) de la solubilidad
del aire en el agua a diferentes temperaturas (figura 2).

Como criterio general, el punto ideal de ubicación es aquel en el que, pasando la mayor parte
posible de caudal, la liberación brusca de aire debido al calentamiento del agua sea máxima.
Esta circunstancia se da en la salida de calderas o en el retorno de las máquinas de frío.

Este sistema es 100% efectivo siempre que las condiciones de presión y temperatura que se
vayan dando a lo largo de la instalación, no creen estados de equilibrio de aire disuelto que
estén por debajo del correspondiente al punto de montaje del desaireador “in-line”. Tiene dos
limitaciones operativas que estudiaremos en los puntos 3 y 4, y son:

• Una altura de columna de agua superior a 15 m por encima de su ubicación.

• Una Δp de bomba superior a 25 mca en calefacción a distancia, con bomba en retorno.

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2.3. Desaireador automático por depresión

Eliminan completamente el aire nocivo de las instalaciones, el aire libre y el aire en forma de
microburbujas, pero a diferencia del desaireador “in-line”, se instalan en paralelo con la
instalación (en el retorno) y basan su funcionamiento en la variación (según Henry) de la
solubilidad del aire en el agua a diferentes presiones (figura 3).

Representa la solución adecuada en instalaciones donde el desaireador “in-line” no sea capaz


de eliminar el 100% del aire por las razones antes expuestas. Más adelante veremos con
detalle su funcionamiento y su influencia sobre la presión del circuito que protege.

3. Elección de la mejor ubicación del desaireador automático “in-line”

3.1. Introducción

En general el punto de la instalación ideal para extraer el aire es el de mayor temperatura y


menor presión (¡ siempre que ésta sea superior a la atmosférica !, ya que sino introduciríamos
aire en la instalación en lugar de extraerlo). De estos 2 parámetros la temperatura es el más
efectivo. Esto se debe al hecho de que la presión estática o altura de la instalación sobre el
nivel del desaireador “in-line” está limitada a 15 m en calefacción y 5 m en frío.

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Hay 4 ubicaciones posibles: Refrigeración Calefacción

Bomba en impulsión Fig. 6, En retorno (C ó D) Fig. 4, Posición discutible

Bomba en retorno Fig. 7, Posición discutible Fig. 5, En impulsión (A ó B)

Fuente de calor Entrega de calor


A B

D C

Figura 4 – Ubicación en calefacción con bomba en impulsión

Fuente de calor Entrega de calor


A B

D C

Figura 5 – Ubicación en calefacción con bomba en retorno

Enfriadora Recepción de calor


A B

D C

Figura 6 – Ubicación en frío con bomba en impulsión

Enfriadora Recepción de calor


A B

D C

Figura 7 – Ubicación en frío con bomba en retorno

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Sólo hay 2 posiciones donde la mejor posición del desaireador es discutible. Pasemos a aclarar
primero varios conceptos técnicos.

3.2. Conceptos técnicos básicos

Agitación: básicamente, sí se abre lentamente una botella de cerveza o de champagne, la


presión disminuye, pero el gas no sale del líquido de manera inmediata. Sin embargo, si se
agita ligeramente la botella se podrán ver numerosas burbujas saliendo directamente. Al agitar
el medio, se acelera el proceso de transformación del gas disuelto en burbujas. Una bomba
agita el medio fuertemente y provoca también esta transformación.

Agua sobrecalentada: cuando el agua se sobrecalienta (T > 100 ºC), la mayoría del aire se
libera. Al comparar calefacción con refrigeración, existe una clara diferencia. En calefacción, el
agua puede alcanzar temperaturas de hasta 140 ºC en la superficie del hogar de la caldera.
Una vez mezclada con el agua de las zonas centrales del hogar, sale de la caldera a, por
ejemplo, 90 ºC.

Factor tiempo: empíricamente se sabe que para disolver el aire nuevamente en el agua se
requiere tiempo. Hoy en día no existe aún una verdadera investigación científica rigurosa que
pruebe qué parámetros intervienen y con qué grado de influencia actúan sobre la velocidad de
disolución de burbujas de aire en agua. Spirotech ha contratado a una persona para su
departamento de I+D, la cual está investigando este asunto en colaboración con la Universidad.

3.3. Mejor ubicación en calefacción (con caldera) con bomba en impulsión (fig. 4)

En este caso el agua pudiera ser sobrecalentada (dependiendo de la caldera y de cómo sea
ajustado el sistema). De ser así, cabría esperar la presencia de un mayor número de burbujas
de aire justo después de la caldera (punto A) a pesar de que la temperatura media sea 90 ºC.
Por ello, sería recomendable instalar el desaireador “in-line” en el punto A de la figura 4, lo más
cerca posible de la caldera. Ahora bien, esto sólo puede hacerse si se está absolutamente
seguro de que en el punto de instalación tendremos siempre presión positiva, de forma que se
pueda llenar correctamente el desaireador y evitemos la entrada de aire en el circuito.

Puesto que no todas las burbujas llegarán disueltas al punto después de la bomba (también
dependiendo de la distancia entre la caldera y la bomba), en caso de tener dudas sobre la
presión positiva en el punto A, hemos de decidir instalar el desaireador automático “in-line” en
el punto B.

3.4. Mejor ubicación en refrigeración con bomba en retorno (fig. 7)

Puesto que el agua no es sobrecalentada en los intercambiadores de un sistema de frío, no se


libera un extra de aire del agua. Al no haber un cambio sustancial de la temperatura entre los
puntos después del intercambiador y después de la bomba, no hay razón alguna para pensar
que la cantidad de burbujas de aire decrezca. Incluso cuando la bomba tenga un alto Δp, las
burbujas de aire no se disolverán en el agua de forma inmediata.

Por tanto, hasta que Spirotech termine su investigación para determinar la velocidad de
disolución del aire en agua, en este tipo de sistemas (figura 7) es recomendable instalar el
desaireador automático “in-line” después de la bomba (punto D). La ventaja radica en que la
bomba agitará el medio lo cual obligará a un mayor número de burbujas a salir del agua.

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3.5. Conclusión

Podemos concluir que instalar el desaireador después de la bomba es seguro en los 2 casos
de discusión y proporciona un muy buen nivel de extracción de aire. De colocarse después de
la bomba, en ambos casos ha de ser lo más cerca posible de ésta. La física nos podría hacer
pensar que, en calefacción con caldera, instalar el desaireador “in-line” antes de la bomba
(punto A, figura 4) nos permitiría eliminar más aire. Pero se ha de actuar con precaución ya que
si el desaireador no es llenado de agua hasta el nivel de la válvula lateral de rebose (por existir
presión negativa) introduciríamos aire en el sistema en lugar de expulsarlo hacia el exterior.

3.6. Calefacción a distancia: una excepción

Si nos encontramos en la configuración de la figura 4, pero el calor es introducido en el sistema


por calefacción a distancia puede que no tengamos agua sobrecalentada. Si la temperatura del
agua de calefacción es relativamente baja (ejemplo 70 ó 80 ºC) es mejor ubicar el desaireador
en el punto B, ya que no podremos esperar la existencia de aire extra en el punto A.

4. Influencia de la altura de columna de agua en el desaireador automático “in-line”

0,5bar
10m³/ h
Spirotech ha constatado en la práctica que la 8 9 10
existencia de una altura aproximada superior a
15 m de columna de agua por encima del punto
de instalación del desaireador “in-line” hace 10m³/ h 10m³/ h
prácticamente imposible la eliminación total del 7 11
aire de la instalación.
20m³/ h

Ello es debido a que, por efecto de las bajas 10m³/ h


presiones en las zonas altas de la instalación, 6 12
se establecen unos estados de aire disuelto en
el agua inferiores al obtenido por el desaireador,
30m³/ h

por lo que el agua libera aire en estas zonas. 25m 10m³/ h


5 13
Trabajando con valores que no pretenden ser 20m
exactos, en este punto consideraremos una
40m³/ h

instalación ejemplo en la que veremos la razón 15m 10m³/ h


por la cual existe dicha limitación física en el 4 14
entorno de 15 m en los desaireadores “in-line”. 10m
50m³/ h

5m
30m

VE
3bar
1.000.000kcal/ h
1m

Figura 8 - Instalación tipo para el estudio


de la influencia de la altura sobre el 12mca
desaireador automático “in-line” 50m³/ h
Spirovent Aire o Spirovent Aire/Lodos 15
2 1

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4.1. Razonamiento

Tomemos como ejemplo la instalación de la figura 8. Las figuras 9 y 10 muestran la evolución


de presión y temperatura para los puntos estudiados. A partir de la combinación de presión y
temperatura en cada punto, obtenemos los estados de equilibrio de aire disuelto (figura 11).

Figura 9 – Evolución de la presión absoluta a lo largo de los puntos en estudio

Figura 10 – Evolución de la temperatura a lo largo de los puntos en estudio

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Aunque la temperatura media del agua a la salida de la caldera sea 90 ºC, la lámina de agua
en contacto con la pared interior que separa el agua del hogar alcanza un sobrecalentamiento
en el entorno de 140 ºC que le obliga a liberar aire hasta contener sólo alrededor de
40 laire/m3agua. Este es el único lugar de la instalación donde la liberación de aire se produce de
forma brusca, en cantidad y concentrada en un punto, y es por tanto la ubicación ideal para
eliminarlo con un solo equipo.

Aunque a la salida de la caldera la temperatura media sea 90 ºC, el aire liberado por la lámina
de agua que ha estado a 140 ºC no ha tenido tiempo aún para redisolverse en el agua y viaja
con ésta durante unos segundos en forma de microburbujas. En consecuencia, el desaireador
automático “in-line”, instalado lo más cerca posible de la caldera es capaz de eliminar
sucesivamente el aire de la instalación hasta mantener en el agua un contenido permanente de
40 laire/m3agua (figura 11).

Figura 11 – Evolución de los estados de aire disuelto a lo largo de los puntos en estudio

Al alejarse el agua de la caldera en dirección a los elementos terminales, su contenido de aire


(40 laire/m3agua) está por debajo del punto de equilibrio establecido por Henry para los lugares
visitados, y por tanto el agua se vuelve ávida de aire, absorbiendo toda burbuja que encuentra
a su paso. Como el agua llega a todos los rincones de la instalación, al buscar aire se convierte
en un “barredor” inmejorable y va recogiendo todo el aire para llevarlo al desaireador “in-line”
donde es expulsado a la atmósfera.

Sin embargo este proceso tiene su limitación. En efecto, a temperatura ≈ constante, a medida
que el agua asciende por la instalación, su presión disminuye acercando el punto de equilibrio
a los 40 laire/m3agua que el desaireador “in-line” había conseguido mantener desde la salida de la
caldera (figura 11). En el entorno de los 15 m de altura desde el nivel del desaireador, el punto
de equilibrio de aire comienza a estar por debajo de 40 laire/m3agua por lo que, en lugar de
absorberlo, ... ¡El agua libera aire! y los problemas asociados (ruidos, cavitación, corrosión,
disminución de rendimientos, ...) pueden tener lugar en cotas superiores (figura 11).

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4.2. Conclusión

A partir de 15 m en calefacción (5 m en refrigeración) Spirotech ha demostrado en la práctica


que los desaireadores automáticos “in-line” no son capaces de eliminar totalmente el aire de la
instalación y hay que optar por la solución del desaireador por depresión (en paralelo) cuyo
principio de operación es distinto y no se ve limitado por las alturas.

5. Influencia de las largas distancias en el desaireador automático “in-line”

5.1. Razonamiento

Consideremos la instalación de calefacción a distancia (90/70 ºC) de la figura 12, contemplando


las posibilidades de que la bomba de primario esté en impulsión (BI) o esté en retorno (BR).

En calefacción a distancia los edificios no suelen superar las 4 plantas por lo que su altura no
suele exceder los 15 m desde la ubicación de la sala de calderas. La particularidad de estos
circuitos reside en que se distribuyen en distancias horizontales muy largas con grandes
pérdidas de carga, lo cual obliga a utilizar bombas con elevada presión diferencial.

BR: BO MBA EN RETO RNO 120m³/ h 42mca


BI: BO MBA EN IMPULSIO N 120m³/ h 42mca

< 15m
M

M
BI 4 5 6 7
3

VE
3bar
1.000.000kcal/ h

BR 11 10 9 8
2 1
200m
400m
600m

Figura 12 – Instalación tipo para el estudio de la influencia de las largas distancias sobre el
desaireador automático “in-line” Spirovent Aire o Spirovent Aire/Lodos

Las figuras 13 y 14 muestran la evolución de presión y temperatura en los puntos estudiados.

En instalaciones con sala de calderas en sótano y distribuidas en altura, el punto de mayor


temperatura está en la caldera (140 ºC), mientras que el de menor presión se sitúa en la planta
superior del edificio (figuras 9 y 10).

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Sin embargo es importante diferenciar que en instalaciones de calefacción a distancia el punto
de menor presión se ubica en la aspiración de la bomba (figura 13).

Figura 13 – Evolución de la presión absoluta a lo largo de los puntos en estudio

Figura 14 – Evolución de la temperatura a lo largo de los puntos en estudio

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Por ello, desde el punto de vista de la eliminación del aire, el ideal en calefacción a distancia es
colocar la bomba en impulsión y el desaireador “in-line” entre la caldera y la bomba (siempre
que el vaso de expansión garantice una presión positiva en el desaireador). De esta forma,
como se aprecia en la figura 15, el agua de la instalación siempre se mantendrá ávida de aire,
independientemente de las pérdidas de carga del circuito o, lo que es lo mismo, de la presión
diferencial de la bomba.

Por el contrario, si la bomba está instalada en el retorno de la caldera, el desaireador está en


presión (figura 13) y, en función de la presión diferencial de la bomba, podría ser incapaz de
eliminar el aire del sistema ya que en las zonas cercanas a la aspiración de la bomba se
podrían dar estados de equilibrio de aire disuelto en agua por debajo del estado de equilibrio
establecido por el desaireador, y en consecuencia el agua ¡desprendería aire en lugar de
absorberlo ! (figura 15).

Figura 15 – Evolución de los estados de aire disuelto a lo largo de los puntos en estudio

5.2. Conclusión

Concretamente, en base a la Ley de Henry, para calefacción a distancia 90/70ºC y con la


bomba en el retorno a caldera, de cara a la eliminación de aire con el desaireador “inline”, el
límite admisible de Δp de la bomba estaría en el entorno de los 25 mca. Veamos por qué:

Punto de aspiración de la bomba colocada en retorno:

70 ºC y Pa (bar Abs.) %1 (laire/m3agua)


Punto de ubicación del desaireador (salida de la caldera):

140 ºC y Pi (bar Abs.) %2 (laire/m3agua)

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Condición límite para eliminar el aire del sistema: %2 < %1
Si nos vamos a la Ley de Henry, veremos que entre 70 ºC y 140 ºC, en función de la presión en
el punto de aspiración de la bomba (Pa), tendremos los valores límite de presión en la salida de
caldera (Pi) que cumplen esta condición límite %2 < %1. Veamos:

Pa (bar Abs.) 2,0 bar 3,0 bar 4,0 bar

Pi (bar Abs.) 4,3 bar 5,5 bar 6,8 bar

Presión diferencial máx. de la 23 mca 25 mca 28 mca


Bomba (BR)

6. Concepto de la limitación operativa del desaireador automático “in-line”

El desaireador automático “in-line” se instala lo más cerca posible del punto más caliente de la
instalación y mantiene a lo largo de la misma el estado de equilibrio de aire disuelto en agua
correspondiente a dicho punto.

A medida que el agua viaja por la instalación su presión aumenta ó disminuye en función de la
altura de columna de agua, las pérdidas de carga y la existencia de bombas. Si en cualquier
lugar de la instalación se da una combinación “presión absoluta / temperatura” que cree un
estado de equilibrio de aire disuelto por debajo del fijado por el desaireador, el agua liberará
aire y los problemas derivados del aire no quedarán resueltos.

Este concepto es aplicable a cualquier tipo de instalación: verticales, horizontales, calefacción a


distancia, etc.

7. Desaireador automático por depresión: funcionamiento e influencia sobre la


presión del circuito

7.1. Funcionamiento del desaireador automático por depresión Spirovent Superior

En la figura 16 vemos los elementos principales que componen el Spirovent Superior.

En el detalle de conexión al circuito se indica que la conexión no se hará nunca en la parte


inferior de la tubería, sino en la parte lateral. La razón es evitar la entrada de cualquier
suciedad al Spirovent Superior, lo cual podría dañar la válvula c.

Las fases de funcionamiento son las siguientes:

A. La válvula c abre y la bomba f arranca. Durante el tiempo que esté trabajando el


Superior, la bomba f siempre está en marcha (en continuo). Una parte del agua de la
instalación fluye a través del Superior, impulsada por la bomba f.

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B. El control cierra bruscamente la válvula c, totalmente estanca. Como la bomba f sigue
bombeando, crea un descenso progresivo de la presión en el depósito d hasta alcanzar la
presión mínima programada (tarda aproximadamente 30 seg.). Por efecto de la disminución
de presión (a T ºC constante) se libera del agua un volumen importante de aire.

Por ejemplo, en el modelo S6-H, con agua a 60 ºC, si disminuye la presión de 6 a 1 bar, se
habrán liberado 61 litros de aire por m3 de agua.

Detalle de la conexión a la tubería principal de la instalación


Conexión inferior Conexión lateral

NO SI

L
INSTALACIO N

VE

4 3 1
Øe

SUPERIOR

1 Electroválvula (rápida y estanca)


2 Depósito cerrado para realizar depresión
3 Purgador de aire
4 Bomba de agua
L Distancia entre conexiones SUPERIO R - Expansión
Øe Diámetro de la tubería de expansión
VE Vaso de expansión
Figura 16 – Conexión, componentes y operación del Spirovent Superior

La liberación de aire dentro del depósito d se produce íntegramente en esta fase B. Sin
embargo, la expulsión de dicho aire hacia el exterior tiene lugar en 2 momentos distintos. La
primera expulsión (la menor) se produce al final de esta fase B, ya que al liberarse aire baja
el nivel de líquido dentro del depósito d y la válvula del purgador abre paso, hasta que la
presión del depósito se iguala con la presión del ambiente, momento en el cual deja de salir
aire (incluso puede entrar un pequeño volumen en el último momento de esta fase (no es
problema ya que sería inmediatamente expulsado).

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C El control abre bruscamente la válvula c y el agua de la instalación (que estará por ejemplo
a 6 bar) entra al depósito d ya que éste se encuentra a una presión muy baja (en nuestro
ejemplo 1 bar). En este instante suceden 2 efectos:

C.1. El agua entrante empuja al agua del depósito d (libre de aire), que es introducida de
nuevo a la instalación a través de la bomba f.

C.2. El agua entrante “empuja” al aire contenido en el depósito d que sale al exterior a
través del purgador.

Transcurridos unos segundos y una vez llenado el depósito con agua “a tratar” procedente de
la instalación, el proceso comienza nuevamente.

7.2. Influencia del desaireador automático por depresión sobre la presión de la instalación

Debido al principio de operación de este desaireador, la instalación experimenta unos


descensos bruscos de presión coincidiendo con la apertura de la válvula del desaireador. Estas
caídas de presión, aunque cortas en el tiempo, pueden llegar a saltar dispositivos de seguridad
del sistema, por lo que han de ser tenidas en cuenta a la hora de poner en marcha los vasos de
expansión con compresor u otros elementos de la regulación que pudieran verse afectados.

Para minorar este problema en las instalaciones donde se instale el desaireador automático por
depresión, se deben tomar dos medidas: hacer la tubería de expansión con diámetro un orden
de magnitud superior al normal (si sale DN25 hacer en DN32) y situar el desaireador por
depresión en la línea de retorno lo más alejado posible de la conexión del vaso de expansión.

8. Desaireadores automáticos: otros aspectos a tener en cuenta

8.1. Instalaciones de frío con agua glicolada

Muchos desaireadores “in-line” están siendo instalados en sistemas de refrigeración. Aunque


normalmente se pueden añadir una amplia variedad de inhibidores al líquido refrigerante, la
utilización del desaireador “in-line” no causará ningún problema y ofrece dos ventajas:

1. Se formará menos espuma ya que el desaireador “in-line” eliminará de manera inmediata las
grandes burbujas de aire. Esto agiliza notablemente la puesta en marcha de la instalación.

2. Desaireación automática permanente del sistema.

Podría suceder que, debido a la espuma generada en el agua glicolada, la válvula de


desaireación comenzara a gotear. En este caso, deberá reemplazarse la cabeza de
desaireación completa, lo cual es fácil de realizar. En el caso de aplicar el Spirovent “inline” en
sistemas de refrigeración, Spirotech recomienda bien utilizar la unidad combinada Aire/Lodos
(unidad “inline”) o el Spirovent Superior en combinación de un Spirovent Lodos.

8.2. Agua sobrecalentada

Si vamos a instalar un desaireador automático (“in-line” o por depresión) en una instalación con
agua sobrecalentada (temp.>100 ºC) habremos de tener en cuenta que este agua vaporiza a
presiones superiores a la atmosférica y por tanto corremos el riesgo de alcanzar la presión de
vaporización y expulsar al exterior agua por el desaireador en forma de vapor.

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