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1. Presentación
Se presenta un conjunto de dos artículos técnicos sobre el aire en las instalaciones. Esta 1ª
parte nos introduce en la problemática comenzando por mostrar lo dictado por la normativa
RITE en esta materia, exponiendo después los orígenes del aire y sus problemas derivados.
Para poder resolver correctamente estos problemas, es vital conocer bien a nuestro enemigo
por lo que se explican los tres tipos de aire presente en las instalaciones y su forma de
interacción con el agua. Finalmente se explica la Ley de Henry, responsable de todos estos
comportamientos, analizando cómo influye dicha Ley en las instalaciones. Una vez
comprendido este 1er artículo, el lector estará bien preparado para leer y entender las
soluciones descritas en la 2ª parte.
El apartado ITE 02.16 – Prevención de la corrosión dice textualmente: “... adoptar medidas
durante la fase de diseño con el fin de prevenir la corrosión ...” y nos pide “... tener en cuenta
los criterios del informe técnico UNE 100050”.
En el llenado inicial de una instalación, el agua ha de desplazar al aire hasta ocupar totalmente
el interior de tuberías y equipos. De no contar con buena práctica, tiempo suficiente y
purgadores automáticos bien ubicados, éste será el primer origen del aire. En adelante y
durante la vida de la instalación, el aire estará presente por diversos motivos:
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A la hora de comprender los problemas que causa el aire es importante conocer primero sus
propiedades que dan origen a estos problemas, y que son las siguientes:
• La conductividad térmica del aire es del orden de 50 veces menor que el agua.
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• Ruidos en estrangulaciones de conexiones, válvulas automáticas, etc. que pueden dar
origen a malestar de los usuarios y una mala regulación en las válvulas.
• Desarrollo de microorganismos que pueden dar lugar a infecciones en las personas, como
es el caso de la legionela.
Pero para poder definir la mejor solución a estos problemas, estudiemos primero con detalle a
nuestro enemigo: el aire.
Como podemos ver en la figura 5, en toda instalación hidráulica el aire se manifiesta de tres
formas distintas:
• Aire libre.
• Aire disuelto.
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1. Aire LIBRE: para que se entienda bien, es el aire que podríamos respirar. Se acumula en las
zonas altas de la tubería en huecos debidos a bridas ciegas, conexiones, equipos fuera de
servicio, etc. De los tres tipos de aire es el único que puede ser, en parte, extraído por los
purgadores automáticos, siempre y cuando éstos estén correctamente ubicados. Es muy
nocivo ya que además de corroer la zona colindante, sirve de “surtidor” para el aire que viaja
con el agua, que definimos a continuación.
2. Aire en forma de BURBUJAS y MICROBURBUJAS: es el aire que se desplaza con el agua
de forma visible por la instalación. Su tamaño depende de la cantidad de aire presente y del
régimen turbulento o laminar del agua. Por muy bien ubicados que estén los purgadores
automáticos, son incapaces de eliminar este aire ya que se ve arrastrado por la inercia del
agua, incluso en velocidades inferiores a 0,5 m/s. Es el principal responsable de los problemas
ya que se mueve a la misma velocidad que el agua, está presente en toda la instalación, y es
capaz de alojarse en las rugosidades más diminutas.
3. Aire DISUELTO: para que se entienda, es el aire que podrían respirar los peces.
Aparentemente “inexistente”, no es visible ya que está inmerso en el agua, encerrado a nivel
microscópico entre las moléculas de H2O. Su cantidad depende de la presión y temperatura,
como veremos a continuación. Prácticamente se puede decir que no es problemático.
Como indica la figura 6 supongamos agua en contacto y equilibrio con aire, a una temperatura
(T) y a una presión (P). Veamos qué sucede al modificar estos parámetros:
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Aumenta T: la temperatura no es más que un reflejo de la agitación molecular de los cuerpos.
Si aumenta, quiere decir que las moléculas de agua se encuentran más agitadas por lo que
dejarán menos espacios libres entre ellas. Al tener menos espacio donde ubicarse, una parte
del aire disuelto se desprende del agua y forma microburbujas.
Disminuye T: por el contrario, si baja la temperatura se reduce la agitación de las moléculas de
agua por lo que el aire puede ocupar un mayor espacio libre y el agua absorbe aire.
En resumen, y tal y como enunció Sir William Henry, cuando aumenta la temperatura o
disminuye la presión, el agua libera aire creando microburbujas en el flujo. Por el contrario
cuando disminuye la temperatura o aumenta la presión, el agua absorbe aire.
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3.3. Ley física de Henry
Supongamos por ejemplo una instalación cuya presión relativa media respecto a la atmosférica
sea de 2 bar, con un volumen de agua de 10.000 litros y cuya calefacción se arranque a las
7:00 h llegando una temperatura media de 75 ºC y se apague a las 22:00 h enfriándose de
forma natural la instalación hasta una media de 10 ºC.
Si nos fijamos en la Ley de Henry (figura 7) veremos que durante la noche el agua de la
instalación alcanza un equilibrio de aire disuelto de 68 laire/m3agua. Una vez que se arranca la
instalación a las 7:00 h, el agua irá desprendiéndose del aire que le sobre en cada uno de los
estados intermedios, hasta llegar a un equilibrio de 28 laire/m3agua a 75 ºC.
Este aire se dedicará durante el día a crear los problemas anteriormente comentados en la
instalación. Al final del día, con el cierre de la calefacción y el consiguiente enfriamiento, el
agua volverá a absorber los 400 litros de aire para llegar a su equilibrio a 10 ºC.
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......................................................................................................................................................................................... Fin del informe
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El aire en las instalaciones: problemática y soluciones
1. Presentación
En la 1ª parte se mostraba lo dictado por la RITE en este asunto y se daba al lector una
introducción al concepto del aire en las instalaciones y sus problemas derivados, analizando el
principio físico que gobierna su aparición: la Ley de Henry.
Correctamente instalados, los purgadores automáticos extraerán las bolsas de aire libre que
puedan existir, tanto en el llenado de la instalación como durante su operación. Así mismo,
cumplen la función de dejar entrar el aire a la instalación para permitir su vaciado (figura 1).
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Sin embargo, los purgadores son incapaces de extraer el aire que viaja con el agua en
forma de burbujas y microburbujas, responsable de los principales problemas, ya que éste
es inevitablemente arrastrado por la inercia del flujo de agua.
Como criterio general, el punto ideal de ubicación es aquel en el que, pasando la mayor parte
posible de caudal, la liberación brusca de aire debido al calentamiento del agua sea máxima.
Esta circunstancia se da en la salida de calderas o en el retorno de las máquinas de frío.
Este sistema es 100% efectivo siempre que las condiciones de presión y temperatura que se
vayan dando a lo largo de la instalación, no creen estados de equilibrio de aire disuelto que
estén por debajo del correspondiente al punto de montaje del desaireador “in-line”. Tiene dos
limitaciones operativas que estudiaremos en los puntos 3 y 4, y son:
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2.3. Desaireador automático por depresión
Eliminan completamente el aire nocivo de las instalaciones, el aire libre y el aire en forma de
microburbujas, pero a diferencia del desaireador “in-line”, se instalan en paralelo con la
instalación (en el retorno) y basan su funcionamiento en la variación (según Henry) de la
solubilidad del aire en el agua a diferentes presiones (figura 3).
3.1. Introducción
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Hay 4 ubicaciones posibles: Refrigeración Calefacción
D C
D C
D C
D C
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Sólo hay 2 posiciones donde la mejor posición del desaireador es discutible. Pasemos a aclarar
primero varios conceptos técnicos.
Agua sobrecalentada: cuando el agua se sobrecalienta (T > 100 ºC), la mayoría del aire se
libera. Al comparar calefacción con refrigeración, existe una clara diferencia. En calefacción, el
agua puede alcanzar temperaturas de hasta 140 ºC en la superficie del hogar de la caldera.
Una vez mezclada con el agua de las zonas centrales del hogar, sale de la caldera a, por
ejemplo, 90 ºC.
Factor tiempo: empíricamente se sabe que para disolver el aire nuevamente en el agua se
requiere tiempo. Hoy en día no existe aún una verdadera investigación científica rigurosa que
pruebe qué parámetros intervienen y con qué grado de influencia actúan sobre la velocidad de
disolución de burbujas de aire en agua. Spirotech ha contratado a una persona para su
departamento de I+D, la cual está investigando este asunto en colaboración con la Universidad.
3.3. Mejor ubicación en calefacción (con caldera) con bomba en impulsión (fig. 4)
En este caso el agua pudiera ser sobrecalentada (dependiendo de la caldera y de cómo sea
ajustado el sistema). De ser así, cabría esperar la presencia de un mayor número de burbujas
de aire justo después de la caldera (punto A) a pesar de que la temperatura media sea 90 ºC.
Por ello, sería recomendable instalar el desaireador “in-line” en el punto A de la figura 4, lo más
cerca posible de la caldera. Ahora bien, esto sólo puede hacerse si se está absolutamente
seguro de que en el punto de instalación tendremos siempre presión positiva, de forma que se
pueda llenar correctamente el desaireador y evitemos la entrada de aire en el circuito.
Puesto que no todas las burbujas llegarán disueltas al punto después de la bomba (también
dependiendo de la distancia entre la caldera y la bomba), en caso de tener dudas sobre la
presión positiva en el punto A, hemos de decidir instalar el desaireador automático “in-line” en
el punto B.
Por tanto, hasta que Spirotech termine su investigación para determinar la velocidad de
disolución del aire en agua, en este tipo de sistemas (figura 7) es recomendable instalar el
desaireador automático “in-line” después de la bomba (punto D). La ventaja radica en que la
bomba agitará el medio lo cual obligará a un mayor número de burbujas a salir del agua.
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3.5. Conclusión
Podemos concluir que instalar el desaireador después de la bomba es seguro en los 2 casos
de discusión y proporciona un muy buen nivel de extracción de aire. De colocarse después de
la bomba, en ambos casos ha de ser lo más cerca posible de ésta. La física nos podría hacer
pensar que, en calefacción con caldera, instalar el desaireador “in-line” antes de la bomba
(punto A, figura 4) nos permitiría eliminar más aire. Pero se ha de actuar con precaución ya que
si el desaireador no es llenado de agua hasta el nivel de la válvula lateral de rebose (por existir
presión negativa) introduciríamos aire en el sistema en lugar de expulsarlo hacia el exterior.
0,5bar
10m³/ h
Spirotech ha constatado en la práctica que la 8 9 10
existencia de una altura aproximada superior a
15 m de columna de agua por encima del punto
de instalación del desaireador “in-line” hace 10m³/ h 10m³/ h
prácticamente imposible la eliminación total del 7 11
aire de la instalación.
20m³/ h
5m
30m
VE
3bar
1.000.000kcal/ h
1m
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4.1. Razonamiento
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Aunque la temperatura media del agua a la salida de la caldera sea 90 ºC, la lámina de agua
en contacto con la pared interior que separa el agua del hogar alcanza un sobrecalentamiento
en el entorno de 140 ºC que le obliga a liberar aire hasta contener sólo alrededor de
40 laire/m3agua. Este es el único lugar de la instalación donde la liberación de aire se produce de
forma brusca, en cantidad y concentrada en un punto, y es por tanto la ubicación ideal para
eliminarlo con un solo equipo.
Aunque a la salida de la caldera la temperatura media sea 90 ºC, el aire liberado por la lámina
de agua que ha estado a 140 ºC no ha tenido tiempo aún para redisolverse en el agua y viaja
con ésta durante unos segundos en forma de microburbujas. En consecuencia, el desaireador
automático “in-line”, instalado lo más cerca posible de la caldera es capaz de eliminar
sucesivamente el aire de la instalación hasta mantener en el agua un contenido permanente de
40 laire/m3agua (figura 11).
Figura 11 – Evolución de los estados de aire disuelto a lo largo de los puntos en estudio
Sin embargo este proceso tiene su limitación. En efecto, a temperatura ≈ constante, a medida
que el agua asciende por la instalación, su presión disminuye acercando el punto de equilibrio
a los 40 laire/m3agua que el desaireador “in-line” había conseguido mantener desde la salida de la
caldera (figura 11). En el entorno de los 15 m de altura desde el nivel del desaireador, el punto
de equilibrio de aire comienza a estar por debajo de 40 laire/m3agua por lo que, en lugar de
absorberlo, ... ¡El agua libera aire! y los problemas asociados (ruidos, cavitación, corrosión,
disminución de rendimientos, ...) pueden tener lugar en cotas superiores (figura 11).
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4.2. Conclusión
5.1. Razonamiento
En calefacción a distancia los edificios no suelen superar las 4 plantas por lo que su altura no
suele exceder los 15 m desde la ubicación de la sala de calderas. La particularidad de estos
circuitos reside en que se distribuyen en distancias horizontales muy largas con grandes
pérdidas de carga, lo cual obliga a utilizar bombas con elevada presión diferencial.
< 15m
M
M
BI 4 5 6 7
3
VE
3bar
1.000.000kcal/ h
BR 11 10 9 8
2 1
200m
400m
600m
Figura 12 – Instalación tipo para el estudio de la influencia de las largas distancias sobre el
desaireador automático “in-line” Spirovent Aire o Spirovent Aire/Lodos
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Sin embargo es importante diferenciar que en instalaciones de calefacción a distancia el punto
de menor presión se ubica en la aspiración de la bomba (figura 13).
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Por ello, desde el punto de vista de la eliminación del aire, el ideal en calefacción a distancia es
colocar la bomba en impulsión y el desaireador “in-line” entre la caldera y la bomba (siempre
que el vaso de expansión garantice una presión positiva en el desaireador). De esta forma,
como se aprecia en la figura 15, el agua de la instalación siempre se mantendrá ávida de aire,
independientemente de las pérdidas de carga del circuito o, lo que es lo mismo, de la presión
diferencial de la bomba.
Figura 15 – Evolución de los estados de aire disuelto a lo largo de los puntos en estudio
5.2. Conclusión
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Condición límite para eliminar el aire del sistema: %2 < %1
Si nos vamos a la Ley de Henry, veremos que entre 70 ºC y 140 ºC, en función de la presión en
el punto de aspiración de la bomba (Pa), tendremos los valores límite de presión en la salida de
caldera (Pi) que cumplen esta condición límite %2 < %1. Veamos:
El desaireador automático “in-line” se instala lo más cerca posible del punto más caliente de la
instalación y mantiene a lo largo de la misma el estado de equilibrio de aire disuelto en agua
correspondiente a dicho punto.
A medida que el agua viaja por la instalación su presión aumenta ó disminuye en función de la
altura de columna de agua, las pérdidas de carga y la existencia de bombas. Si en cualquier
lugar de la instalación se da una combinación “presión absoluta / temperatura” que cree un
estado de equilibrio de aire disuelto por debajo del fijado por el desaireador, el agua liberará
aire y los problemas derivados del aire no quedarán resueltos.
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B. El control cierra bruscamente la válvula c, totalmente estanca. Como la bomba f sigue
bombeando, crea un descenso progresivo de la presión en el depósito d hasta alcanzar la
presión mínima programada (tarda aproximadamente 30 seg.). Por efecto de la disminución
de presión (a T ºC constante) se libera del agua un volumen importante de aire.
Por ejemplo, en el modelo S6-H, con agua a 60 ºC, si disminuye la presión de 6 a 1 bar, se
habrán liberado 61 litros de aire por m3 de agua.
NO SI
L
INSTALACIO N
VE
4 3 1
Øe
SUPERIOR
La liberación de aire dentro del depósito d se produce íntegramente en esta fase B. Sin
embargo, la expulsión de dicho aire hacia el exterior tiene lugar en 2 momentos distintos. La
primera expulsión (la menor) se produce al final de esta fase B, ya que al liberarse aire baja
el nivel de líquido dentro del depósito d y la válvula del purgador abre paso, hasta que la
presión del depósito se iguala con la presión del ambiente, momento en el cual deja de salir
aire (incluso puede entrar un pequeño volumen en el último momento de esta fase (no es
problema ya que sería inmediatamente expulsado).
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C El control abre bruscamente la válvula c y el agua de la instalación (que estará por ejemplo
a 6 bar) entra al depósito d ya que éste se encuentra a una presión muy baja (en nuestro
ejemplo 1 bar). En este instante suceden 2 efectos:
C.1. El agua entrante empuja al agua del depósito d (libre de aire), que es introducida de
nuevo a la instalación a través de la bomba f.
C.2. El agua entrante “empuja” al aire contenido en el depósito d que sale al exterior a
través del purgador.
Transcurridos unos segundos y una vez llenado el depósito con agua “a tratar” procedente de
la instalación, el proceso comienza nuevamente.
7.2. Influencia del desaireador automático por depresión sobre la presión de la instalación
Para minorar este problema en las instalaciones donde se instale el desaireador automático por
depresión, se deben tomar dos medidas: hacer la tubería de expansión con diámetro un orden
de magnitud superior al normal (si sale DN25 hacer en DN32) y situar el desaireador por
depresión en la línea de retorno lo más alejado posible de la conexión del vaso de expansión.
1. Se formará menos espuma ya que el desaireador “in-line” eliminará de manera inmediata las
grandes burbujas de aire. Esto agiliza notablemente la puesta en marcha de la instalación.
Si vamos a instalar un desaireador automático (“in-line” o por depresión) en una instalación con
agua sobrecalentada (temp.>100 ºC) habremos de tener en cuenta que este agua vaporiza a
presiones superiores a la atmosférica y por tanto corremos el riesgo de alcanzar la presión de
vaporización y expulsar al exterior agua por el desaireador en forma de vapor.
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