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Unidad III

LA BIBLIOTECONOMÍA EN MÉXICO

En esta unidad analizaremos la evolución de la bibliotecología en México, identificando cuáles


han sido algunos de los sucesos principales que han contribuido a su desarrollo, y la obra y
los aportes de algunos de los bibliotecarios más relevantes en este caminar. Esto te permitirá
interpretar mejor el presente de la disciplina, encontrar sus raíces y valores, y reflexionar sobre
la identidad bibliotecaria para facilitar tu integración a este grupo de profesionales.

3.1 Evolución de la biblioteconomía en México

Podemos encontrar antecedentes del uso de bibliotecas en nuestro país, desde la época
prehispánica. Los antiguos mexicanos utilizaban para el registro de su información y
conocimiento los Códices, que eran libros hechos en tiras de cuero de venado raspadas o en
corteza de amate preparada con una capa de carbonato de calcio. Las tiras u hojas se
doblaban a manera de biombo y se cerraban con tapas duras para conservarlas. Los tlacuilos
o escribanos eran quienes pintaban los glifos o signos pictográficos, pues no poseían un
sistema de escritura alfabético. Encontramos cinco tipos de glifos: calendáricos, numerales,
pictográficos, ideográficos y fonéticos.

Un códice podía contener información histórica, registros tributarios, relación de costumbres,


sobre guerras, calendarios religiosos en los que se especificaban los sacrificios que
correspondían a cada divinidad, literatura, etc. La costumbre de la escritura de códices era
compartida por la cultura náhuatl, maya, mixteca y zapoteca. Los códices se conservaban en
bibliotecas llamadas amoxcalli. Una de las más importantes fue la de Texcoco, destruida por
los españoles. Se conservan poco más de una veintena de códices prehispánicos, pues
fueron destruidos masivamente por los españoles, en especial Fray Juan de Zumárraga,
obispo de México, hizo encender una hoguera con estos documentos que ardió por más de
ocho días. Entre ellos se encuentran:

1. Códices mexicas: Borbónico, Tira de la Peregrinación o Códice Boturini y la Matricula de


Tributos o Códice Mendocino.

1
2. Códices Mixtecos: Nutall, Vindobonensis, Bodley, Colombino, Selden, Becker I y II.
3. Códices Mayas: Dresde, París y Tro-Cortesiano.
4. Códices Mixteca-Puebla: Borgia, Vaticano B, Cospi, Férjávary-Mayer y Laúd. (No se sabe
su procedencia exacta y se considera que provienen de esta región).

El 21 de mayo de 1534, se expidió una cédula real por la cual se autorizaba al obispo Fray
Juan de Zumárraga, a formar una biblioteca para la catedral que ayudara en el proceso de
evangelización. En la época colonial, todos los conventos, de acuerdo a su categoría y nivel,
fueron formando bibliotecas, en las que se incluían principalmente obras de teología, filosofía,
misticismo, historia y humanidades en general.
Durante la colonia, las bibliotecas fueron privilegio de los españoles y de los criollos, y
permitiéndoles transmitir al nuevo continente, la cultura europea lo que dio como resultado el
establecimiento de notables bibliotecas como la Palafoxiana, la Turriana, entre otras. No
obstante, también sirvieron para acentuar el dominio de ese grupo sobre indios y mestizos,
generalmente analfabetos.

En el siglo XIX predominaron las bibliotecas particulares de eruditos, solemnes y venerables


que más parecían museos que bibliotecas y restringidas a un público elitista; en ese entonces
el 80% de la población no sabía leer. En esa misma época. Los liberales, concibieron la
biblioteca fue concebida como instrumento de cultura y de progreso. Se proyectó la fundación
de la Biblioteca Nacional y de bibliotecas públicas en los estados como dice un investigador
"para satisfacer una necesidad emotiva y romántica de contar con bibliotecas como símbolo
de modernidad y de adelanto, independientemente de su utilidad pragmática".

Después de la Revolución, durante el gobierno de Álvaro Obregón, y bajo el liderazgo firme


de José Vasconcelos se crea el 29 de septiembre de 1921 la Secretaría de Educación Pública
(SEP). Vasconcelos (1882–1959), hombre extraordinario y compulsivo lector, fue también
rector de la Universidad de México en 1920, cargo que incluía la atención del Ministerio de
Instrucción Pública, lo que le permitió construir una visión muy clara de lo que debería ser la
educación como estrategia principal para el desarrollo de México. Esta visión incluía un papel
fundamental de las bibliotecas, considerándolas fundamentales en el proceso de educación
del pueblo como un elemento esencial para la promoción de la lectura.

Organizó la SEP en tres departamentos: Escolar, de Bellas Artes y de Bibliotecas. Este último
establecido en 1921 llegó a crear 1916 bibliotecas durante los tres años que estuvo

2
Vasconcelos, con un promedio de 90 a 100 volúmenes cada una. 1 Se implementaron
campañas en contra del analfabetismo, dotando a estas bibliotecas de los principales textos
de los clásicos universales de la literatura y la filosofía.

Había una gran carencia de personal preparado para atender las bibliotecas, por lo que Juan
B. Iguíniz fue el responsable de impartir cursos para el personal que trabajaba en ellas. Publicó
una obra denominada “Instrucciones para la redacción y formación de los catálogos
bibliográficos según el sistema de Melvil Dewey, adaptadas a las bibliotecas Hispano-
americanas”, que sirvió de base para la organización de las bibliotecas. 2

Asimismo, el Departamento envío a estudiar a Estados Unidos a bibliotecarios como María


Luisa Maldonado, Juana Manrique de Lara, Josefina y María Elena Domínguez, quienes
introdujeron avances importantes en la organización bibliográfica de las bibliotecas y en la
concepción de los servicios.

En esos años se presentan acontecimientos importantes tales como la realización en 1924 de


la Primera Feria Nacional del Libro, la creación de la segunda escuela para la formación de
bibliotecarios en 1925, y la celebración de primer Congreso Nacional de Bibliotecarios en 1927
y el Segundo Congreso Nacional de Bibliotecarios en 1928.

Más adelante, en la década de los cuarenta se presentan algunos avances importantes como
es la creación de la Escuela Nacional de Bibliotecarios y archivistas en 1945, la cual
revisaremos más adelante. Este hecho fue fundamental en el desarrollo de la profesión en
México porque permitió contar con bibliotecarios formados profesionalmente para realizar su
quehacer adecuadamente.

También en los cuarenta se crearon dos importantes bibliotecas, primero, el 13 de abril de


1942, se creó la Biblioteca Benjamín Franklin como el centro oficial de información de la
Embajada de los Estados Unidos en México y con el objetivo de promover la amistad entre
México y Estados Unidos, a través de los libros. Actualmente forma parte del Servicio Cultural
e Informativo y proporciona apoyo a la Misión Diplomática, al gobierno mexicano, académicos,
investigadores, empresarios, y a todo aquel interesado en obtener información sobre los
Estados Unidos. Para la bibliotecología en México, la biblioteca Benjamín Franklin ha sido un
gran apoyo, permitiendo el intercambio de conocimiento entre los bibliotecarios mexicanos y

1
TECUATL QUECHOL, Graciela. Los bibliotecarios del Distrito Federal: un análisis social. México : la autora, 2000.
[Tesis de maestría] p. 9
2
Ibíd., p 10.

3
los norteamericanos, respaldando viajes, conferencias y cursos y el incremento de
colecciones de algunas bibliotecas. En segundo lugar, el 27 de noviembre de 1946 se
inauguró la Biblioteca de México, una de las bibliotecas públicas más importantes del país,
con José Vasconcelos como su director.

Una fecha importante para el desarrollo de la bibliotecología mexicana es el 14 de septiembre


de 1948, en donde se reconoce la profesión entre las carreras que necesitan título profesional
para ejercerse, aunque si bien en la práctica no ha sido así.

En la década de los cincuenta se dio un gran impulso al desarrollo de las bibliotecas


universitarias y especializadas, con la creación de la ciudad Universitaria de la UNAM, e
instituciones como el Centro de documentación Científica y técnica de México, la Comisión
Nacinal de Energía Nuclear, hoy Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares. Asimismo,
la UNAM aprueba el 11 de enero de 1956 el establecimiento del Colegio de Biblioteconomía
y Archivonomía dentro de la Facultad de Filosofía y Letras, el cual posteriormente cambió de
nombre a Colegio de Bibliotecología.

En los años setenta, se da un gran impulso a la organización de la información científica en


México, siguiendo las directrices de Programa General de información (PGI) de la UNESCO,
adoptado en la 19ª Sesión de la Conferencia General efectuada en Nairobi en 1976. Se crea
el Consejo Nacional de Ciencia y tecnología (CONACYT), que establece el Sistema de
Información Científica y Tecnológica, que estimuló la creación y desarrollo de nuevas
bibliotecas y unidades de información. Se crea también el Servicio Computarizado de Bancos
de Información (SECOBI) que ofreció el primer servicio de consulta a servicios de información
y bancos de datos internacionales disponibles electrónicamente.

En 1971 se fundó el Centro de Información Científica y Humanística (CICH) de la UNAM, que


contribuyó al desarrollo de la indización en México al elaborar las bases de datos BIBLAT,
PERIODICA Y CLASE.

En 1973, se creó el Centro de Investigaciones Bibliotecológicas y de Archivología de la


División de Estudios Superiores de la Facultad de Filosofía y Letras, con Alicia Perales como
directora. Este Centro fue uno de los primeros esfuerzos para la investigación en la disciplina,
que se vería culminado con la creación el 14 de diciembre de 1981 del Centro Universitario
de Investigaciones bibliotecológicas (CUIB). Su misión es “[…]llevar a cabo investigaciones
teóricas y aplicadas sobre los fenómenos relacionados con el libro y la información registrada
en impresos y otros medios, siendo algunos de ellos: sus formas de generación, su selección

4
y adquisición, su organización y representación, así como los medios, procesos y técnicas
utilizados para su almacenamiento, recuperación y distribución a diversos sectores de la
sociedad.”3

El 2 de agosto de 1983, durante el sexenio de Miguel de la Madrid, se estableció el Programa


Nacional de Bibliotecas Públicas, con el fin de integrar los servicios bibliotecarios del país en
una Red Nacional de Bibliotecas Públicas que permitiera brindar acceso gratuito a la lectura
formativa, informativa y recreativa. Las funciones normativas de la Red así como la instalación
de nuevos servicios y el fortalecimiento de las ya existentes, son responsabilidad de la
Dirección General de Biblioteca del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
(CONACULTA).

Se llegaron a logros como acordar la utilización de los Sistemas de Clasificación Decimal


Dewey y el Library of Congress para la clasificación, las reglas de Catalogación
Angloamericanas, segunda edición y el formato MARC.

Asimismo, de una gran importancia para la evolución de la biblioteconomía en México ha


resultado el trabajo de las asociaciones profesionales, que sentaron las bases de la
profesionalización de la disciplina en el país.

Una de las más importantes por su trayectoria y representatividad es la Asociación Mexicana


de Bibliotecarios, A.C. (AMBAC). Rosa María Fernández de Zamora, una reconocida
bibliotecaria mexicana, escribió la obra La Asociación Mexicana de Bibliotecarios, A.C.: notas
para su historia4 en la cual se presenta la trayectoria de esta asociación y sus aportes al
desarrollo bibliotecario en México, por lo que se recomienda que se revise en su totalidad.
Mencionaremos brevemente algunos sucesos principales:

El 22 de septiembre de 1924 se creó la Asociación de Bibliotecarios Mexicanos, que existió


hasta 1927. En la Junta directiva de esta asociación se encontraban algunos personajes que
eran o llegarían a ser de gran relevancia para el desarrollo de la profesión, como Juan B.
Iguíniz, Daniel M. Vélez, Emilio Baz y Malo, Juana Manrique de Lara, Joaquín Díaz Mercado,
Tobías Chávez, entre otros. Esta Asociación contribuyó especialmente a la creación de la
segunda escuela que se fundó en el país, la Escuela Nacional de Bibliotecarios, en 1925.

3
CUIB. Misión [En línea] [Consultado 03/01/05] Disponible en: http://www.cuib.unam.mx/mision.htm
4
FERNÁNDEZ DE ZAMORA, Rosa María. La Asociación Mexicana de Bibliotecarios: notas para su historia.
México: AMBAC, 1995, 151 p.

5
Iguíniz y Manrique de Lara fueron quienes elaboraron el proyecto de plan de estudios e Iguíniz
fue el director.5

Después de varios años sin actividad, afirma Fernández de Zamora que el 8 de junio de 1933
un grupo de bibliotecarios se reunieron para reconstituir la asociación. En ese año llegaron a
ser 108 socios, pero la asociación desapareció más tarde. Veinte años después, en 1954,
varios de los mismos bibliotecarios se volvieron a reunir el 16 de junio para conformar una
nueva asociación con el nombre de Asociación Mexicana de Bibliotecarios: El primer
presidente electo fue Tobías Chávez. El Estatuto y el Reglamento de la Asociación se
aprobaron en 1954 y se modificaron en 1957.

“La finalidad u objeto de la AMB era: I. Unir a los bibliotecarios de la República mexicana con
finalidades de cultura y procurar la superación intelectual, moral, social, y económica de sus
asociados. II. Laborar por el fomento y el desarrollo de las disciplinas bibliográficas así como
el mejoramiento y el incremento de las bibliotecas, y III. Establecer relaciones de amistad e
intercambio, tanto con asociaciones similares del país y del extranjero, como con personas
interesadas en propósitos bibliotecarios y bibliográficos”.6

En 1965 se registró como asociación civil, convirtiéndose de esta manera en la Asociación


Mexicana de Bibliotecarios, A.C., más conocida como AMBAC. Su objetivo es “el mejoramiento
profesional de sus socios, así como el promover y fomentar las bibliotecas, el servicio
bibliotecario y la biblioteconomía en el país”. Desde sus inicios la AMBAC ha estado
relacionada estrechamente con la ENBA, porque la mayoría de sus socios eran maestros o
estudiantes de la misma.

Bajo la segunda presidencia, a cargo de María Teresa Chávez, se organizaron las Primeras
Jornadas Mexicanas de Bibliografía, Bibliografía y Canje en diciembre de 1956. Desde
entonces, cada año se celebran las Jornadas Mexicanas de Biblioteconomía que constituyen
la actividad más importante de la AMBAC, en donde reúne a sus asociados para exponer,
analizar y discutir la problemática de los servicios bibliotecarios. Se han desarrollado en
distintas ciudades de la mayoría de los estados de la República.

Las Jornadas se han constituido en un canal de comunicación muy importante y en “el puente
entre las diversas generaciones de bibliotecarios y han permitido continuar con la
comunicación de experiencias e innovaciones en la profesión”.7 Es el foro más concurrido a
nivel nacional donde los bibliotecarios pueden expresar y compartir sus ideas y sus

5
TECUATL, Op. Cit, p. 11
6
FERNÁNDEZ DE ZAMORA, Op.cit. p. 15
7
FERNÁNDEZ DE ZAMORA, Rosa María. 45 años de jornadas: historia y prospectiva. Jornadas Mexicanas
de Biblioteconomía. [32ª : 2001 : Xalapa ] México : AMBAC, 2002. p. 185

6
experiencias. Los estudiantes de bibliotecología del país tienen también la oportunidad de
participar en el Foro de Estudiantes dentro de las Jornadas, para compartir sus experiencias
en el aprendizaje de la profesión.

De cada una de las Jornadas que se han llevado a cabo, se han publicado, ya sea en formato
impreso o electrónico, las Memorias, en donde se incluyen las ponencias, conferencias,
mesas redondas y demás trabajos que se presentan durante el congreso. Las Memorias
constituyen una de las publicaciones más importantes de la Asociación; otras publicaciones
son el Noticiario de la AMBAC, que es el boletín oficial en donde se informa sobre las
actividades que se llevan a cabo, cuyo primer número apareció en 1966; y Liber: revista de
bibliotecología.

Han sido presidentes de la AMBAC:

Presidentes Año
Tobías Chávez 1954-1955
María Teresa Chávez 1956-1958
Armando M. Sandoval Caldera 1958-1960
1972-1973
Roberto Antonio Gordillo Gordillo 1960-1961
1964-1965
1987-1989
Leonor Llach Trevoir 1962-1963
Pedro Zamora Rodríguez 1966-1967
Ario Garza Mercado 1968-1969
Elvia Barberena Blásquez 1970-1971
Guadalupe Carrión Rodríguez 1974-1975
Estela Morales Campos 1975-1977
1989-1991
Eduardo Salas Estrada 1977-1979
Ana María Magaloni de Bustamante 1979-1981
Adolfo Rodríguez Gallardo 1981-1983
Álvaro Quijano Solís 1983-1985
Rosa María Fernández de Zamora 1985-1987
Surya Peniche de Sánchez McGregor 1991-1993
José Orozco Tenorio 1993-1995
José Antonio Yañez de la Peña 1995-1996
Elsa Ramírez Leyva 1996-1999
Nahúm Pérez Paz 1999-2001
Filiberto Felipe Martínez Arellano 2001-2003
Saúl Armendáriz Sánchez 2003-2005

En 1957, se crea la Asociación de Bibliotecarios de Universidades e Institutos de Enseñanza


Superior de la República Mexicana (ABIESI) como una filial de la Asociación Mexicana de
Bibliotecarios. En 1985 se constituyó como Asociación civil. Desde 1992 no ha vuelto a tener

7
actividades. La ABIESI tuvo un rol trascendente en la vida bibliotecaria de las instituciones de
educación superior del país; Sus dos más importantes contribuciones son: las Normas para
el Servicio Bibliotecario en Instituciones de Enseñanza Superior y de Investigación, en las
cuales establecen lineamientos y parámetros para ofrecer los servicios en bibliotecas
universitarias; y la difusión en 1976 del Código de Préstamo Interbibliotecario, que norma los
convenios de préstamo entre bibliotecas.

El Colegio Nacional de Bibliotecarios (CNB) surge como una idea de algunos de los miembros
de la AMBAC para formar una asociación de bibliotecarios profesionales titulados: Se
constituye el 13 de diciembre de 1978 y se registró como asociación civil en octubre de1979.
Uno de sus principales aportes es el Código de ética.

Algunas otras asociaciones de bibliotecarios que han existido son:


▪ Asociación de Bibliotecarios de Instituciones Gubernamentales de México, A. C.
(ABIGMAC).
▪ Asociación Nacional de Bibliotecarios Agropecuarios, A. C. (ANBAGRO)
▪ Bibliotecarios en Biomedicina, A. C. (BIBAC)

Es importante destacar la necesidad de estar unidos como bibliotecarios, tener conciencia


de grupo y fuerza para enfrentar la problemática de nuestra profesión.

ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE
1. Lee “El medio bibliotecario 1940–1999: los logros
bibliotecarios” En: Los bibliotecarios del Distrito Federal: un análisis
social, p.p. 38–73 de Graciela Tecuatl Quechol y elabora una tabla
comparativa por cada década de los principales sucesos bibliotecarios
con los principales sucesos mundiales y nacionales.

2. En este momento en que inicias como estudiante de bibliotecología,


considera la posibilidad de asociarte a la AMBAC. Para mayor
información, puedes visitar su sitio Web en http://www.ambac.org,mx

3. Busca a través de Internet o en revistas de bibliotecología, los datos


biográficos de los siguientes diez de los bibliotecarios más destacados
por sus aportaciones al desarrollo de la disciplina en México:
▪ María Teresa Chávez Campomanes
▪ Juana Manrique de Lara

8
▪ Roberto Gordillo Gordillo
▪ Agustín Millares Carlo
▪ Guadalupe Carrión Rodríguez
▪ Rosa María Fernández Esquivel
▪ Gloria Escamilla González
▪ Estela Morales Campos
▪ Alicia Perales Mercado
▪ Pedro Zamora Rodríguez
.

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3.2 Corrientes en el ámbito bibliotecario

La supremacía de la influencia de la corriente norteamericana en México, se debe en gran


parte, a que dos de los más importantes bibliotecarios precursores del establecimiento de la
instituciones formadoras de bibliotecarios hicieron en estudios en Estados Unidos, por una
parte Juana Manrique de Lara, quien después de egresar de la primera Escuela de Nacional
de Bibliotecarios y Archiveros en 1917, se graduó de la Library School of the New York Public
Library, y María Teresa Chávez Campomanes, quien defendió la adopción de la corriente
educativa bibliotecológica norteamericana adaptándola a la realidad mexicana en el Tercer
Congreso de Bibliotecarios en 1944, de donde surgiría la propuesta para la creación de la
actual ENBA, y este hecho se vería claramente reflejado en los primeros planes de estudio.

3.3 Instituciones formadoras de bibliotecarios en México

El primer antecedente de una escuela de bibliotecarios en México, surge como respuesta a la


necesidad de contar con una institución que se dedicara a preparar profesionalmente al
personal requerido para las bibliotecas que existían en el país.

Estela Morales,8 señala que a iniciativa con don Agustín Loera y Chávez, quien en la fecha
era Subdirector de la Biblioteca Nacional, se creó en 1915 la “Academia de Bibliografía” en la
Biblioteca del Pueblo en el puerto de Veracruz, donde estaba establecido el Gobierno
Constitucionalista de Venustiano Carranza. Los cursos constituían de 25 conferencias sobre
clasificación de bibliotecas que se impartían a empleados de archivos y bibliotecas del
gobierno de Veracruz y a maestros de educación pública por Agustín Loera. Lamentablemente
no prosperó debido al conflicto armado que se desarrollaba en el país.

8
MORALES CAMPOS, Estela. La educación bibliotecológica en México 1915–1954. México: UNAM, 1988. 110 p.

9
También por iniciativa de don Agustín Loera, se creó la primera Escuela Nacional de
Bibliotecarios y Archiveros, adscrita a la Biblioteca Nacional, el 24 de junio de 1916. Tenía
como finalidad capacitar al personal encargado de las bibliotecas y archivos públicos. Los
requisitos para ingresar eran contar con más de quince años y menos de cincuenta y haber
completado la educación primaria. Esta escuela contó con algunos maestros sobresalientes
como el Dr. Nicolás León y Don Juan B. Iguíniz. Debido a los problemas económicos
imperantes en el país y a la falta de interés de los empleados de las bibliotecas la escuela
cerró en 1918. De los bibliotecarios formados en esta primera escuela destaca Juana
Manrique de Lara.

En 1925 se creó una segunda escuela, la Escuela Nacional de Bibliotecarios, en el anfiteatro


de la Escuela Nacional Preparatoria, organizada con el apoyo de Esperanza Velázquez
Bringas del Departamento de Bibliotecas de la Secretaría de Educación Pública y de la
Asociación de Bibliotecarios Mexicanos. Su primer director fue don Juan B. Iguíniz y funcionó
por 3 años únicamente.

Entre 1928, al cierre de la segunda escuela, y 1945 cuando surge la tercera Escuela Nacional
de Bibliotecarios y Archivistas, la actual ENBA, diversas personalidades de las disciplinas, que
habían realizado estudios en el extranjero impartieron cursos y conferencias en diversas
bibliotecas y archivos e incluso por correspondencia.

En 1944, el jefe del Departamento de Bibliotecas Lic. Jorge González Durán, convocó al
Tercer Congreso Nacional de Bibliotecarios y Primero de Archivistas (el Primer y Segundo
Congreso Nacional de Bibliotecarios se habían llevado a cabo en 1927 y 1928,
respectivamente). Este Tercer Congreso se efectuó en octubre de 1944, destacándose la
necesidad de preparar profesionalmente a los bibliotecarios y archivistas que requería el país
para lo cual se presentó el “Proyecto para la creación de la Escuela Nacional de Bibliotecarios
y Archivistas”. Entre los participantes de este congreso podemos resaltar a José Vasconcelos,
Andrés Henestrosa, Antonio Pompa y Pompa, Daniel Rubín de la Borbolla, María Teresa
Chávez Campomanes, Joaquín Díaz Mercado, Juana Manrique de Lara, entre otras
personalidades.

A nivel de licenciatura, las instituciones que actualmente forman bibliotecarios son:

10
1. Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía, ofrece los programas de
Licenciatura en Biblioteconomía y Profesional Asociado en Biblioteconomía. (La revisaremos
más adelante).

2. Colegio de Bibliotecología. Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Ofrece la


licenciatura en Bibliotecología. El Colegio de Biblioteconomía y Archivonomía de la UNAM se
crea en diciembre de 1954, por acuerdo del Consejo Técnico de la Facultad de Filosofía y
Letras. En enero de 1956 el Consejo Universitario de la UNAM aprobó las carreras de Maestro
en Biblioteconomía y de Maestro en Archivonomía. José María Luján, fue el principal promotor
de esta iniciativa y fue también el primer coordinador del Colegio. Los maestros fundadores
son: Tobías Chávez, Juan B. Iguíniz, Esteban Chávez y Chávez, José María Luján, María
Teresa Chávez, Delfina López Sorrelange, Pedro Zamora., Rafael Vélez y Alicia Perales.
Después se agregaron Gloria Escamilla, Isabel Méndez, Guadalupe Pérez San Vicente,
Georgina Madrid, Beatriz Casa Tirao, Judith Licea, María de la Luz Arguinzóniz, Silvia
Dubovoy, Rosa María Fernández, entre otros. Como podemos observar algunos reconocidos
bibliotecarios que han sido profesores en la ENBA lo han sido también en el Colegio.9

En 1958, se organizaron los programas del Colegio en tres niveles: licenciatura, maestría y
doctorado. El plan de estudios de licenciatura contaba con 37 créditos, que se cursaban en
tres o cuatro años; la maestría requería 10 créditos adicionales en un año más. El doctorado
se planeó para que se cursara en otros dos años, y para el cual no era necesario hacer primero
la maestría, pero no se concretó. En 1966 se cambió el nombre del Colegio de Biblioteconomía
y Archivonomía al de Colegio de Bibliotecología y Archivología, y se revisaron los planes de
estudio; también se decidió que para obtener el grado de doctorado era necesario obtener
primero el de maestría En 2002 se renovaron y actualizaron nuevamente los planes de
estudio.

3. La Escuela de Bibliotecología e Información de la Universidad Autónoma de San Luis


Potosí, ofrece la Licenciatura en Bibliotecología e Información. La creación de esta carrera
en la UASLP en agosto de 1980, obedeció al Acuerdo de Rectores de las Universidades de
la Zona III de la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior
(ANUIES), que comprende los estados de Aguascalientes, Durango, Querétaro, San Luis
Potosí y Zacatecas, para satisfacer la demanda de servicios bibliotecarios profesionales de
esta región del país.

9
TECUATL, Op. Cit. p. 19

11
4. La Universidad Autónoma de Chiapas ofrece la licenciatura en Bibliotecología. Fue
creada en 1992, y tiene una duración de ocho semestres.

5. La Universidad Autónoma del Estado de México ofrece desde 1995 la licenciatura en


Ciencias de la información Documental, con una duración de diez semestres. Sus objetivos
son: “Formar los profesionales que nuestro país requiere en el rescate, organización,
conservación, administración y difusión de la información documental, a través de una actitud
crítica y reflexiva tendiente a la innovación de las actuales estructuras informativas; y,
proporcionar conocimientos que contribuyan al desarrollo de capacidades, habilidades y
actitudes para el procesamiento de la información documental a fin de atender y solucionar
los problemas inherentes a su campo de trabajo”.

6. El Colegio de Bibliotecología de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad


Autónoma de Nuevo León, con fecha de aprobación del dictamen de 16 de diciembre de
1999 ofrece la Licenciatura en Bibliotecología y Ciencia de la Información, con duración de
diez semestres.

A nivel de posgrado, la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Filosofía y


Letras de la UNAM imparte la Maestría en Bibliotecología y Estudios de la Información, y el
Doctorado en Bibliotecología y Estudios de la Información.

El Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) a través del


sistema de Universidad Virtual ofrece la maestría en Ciencias de la información y
Administración del Conocimiento, con duración de tres años.

A partir de 2004, El Colegio de México ofrece la Maestría en Bibliotecología, con duración


de cuatro semestres más un curso propedéutico de carácter obligatorio. Los estudiantes
contarán con dos semestres más para la preparación y presentación de una tesis para la
obtención del grado. Como requisito es necesario contar con el título de licenciatura y un
promedio mínimo de ocho. Una característica particular de la maestría en el COLMEX es la
dedicación exclusiva al programa, es decir no es posible trabajar mientras duran los estudios,
por lo que se otorga una beca y los grupos son reducidos.

En enfoque de la formación bibliotecaria en México ha estado dirigido a los aspectos técnicos


de la profesión, para responder a las necesidades inmediatas del mercado de trabajo. Se
requiere revisar periódicamente los planes y programas de estudio de las instituciones

12
educativas para adecuarlos a las realidades cambiantes producto de la sociedad del
conocimiento, a los avances tecnológicos y a las necesidades del usuario de la información.

ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE
Como actividad opcional, para conocer más a fondo sobre la
educación bibliotecológica, lee los siguientes libros:

1. MORALES CAMPOS, Estela. La educación bibliotecológica en


México 1915–1954. México: UNAM, 1988. 110 p.
2. RODRÍGUEZ GALLARDO, Adolfo. Formación humanística del
bibliotecario: hacia su recuperación. México: UNAM, CUIB, 2001. 284
p.

3.4 La Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía

La Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía es una institución de educación


superior que forma parte del Sistema de Educación Superior de la Secretaría de Educación
Pública. Está orientada a la oferta de servicios educativos para la formación de los
profesionales en la Biblioteconomía y en la Archivonomía que requiere el país.

Surge en el contexto de los años cuarenta, durante el gobierno del Gral. Manuel Ávila
Camacho. Esta década está marcada por los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial,
que, aunque graves, en cierta manera beneficiaron a México ya que le permitieron reafirmar
su soberanía política e iniciar el camino hacia la industrialización y el desarrollo económico, al
estar las potencias internacionales enfocadas en la guerra. Por esto también, es una época
de grandes avances tecnológicos y científicos que añaden una nueva dimensión al valor de
la información y el conocimiento, y a la importancia de su organización.

En el ámbito interno hay una gran estabilización política, que permite dar un fuerte impulso a
la cultura, la ciencia y sobre todo, a la educación, que cobra una enorme importancia como
base fundamental para el desarrollo del país, ya que la industrialización exigía recursos
humanos mejor preparados. Surgen instituciones como el Colegio Nacional, el Instituto
Nacional de Bellas Artes, el Instituto Nacional de Nutrición, el Instituto Tecnológico Autónomo
de México, entre otros. Se dan a conocer destacados artistas como Diego Rivera, José
Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Jorge González Camarena, entre muchos otros. En
1942, se promulgó la Ley Orgánica de Educación cuyos preceptos indicaban que la educación

13
debía ser impartida por el Estado en todos los niveles. Debido al problema agudo de
analfabetismo existente, se promulgó un plan de emergencia, para lo cual se establecieron
diversos programas de capacitación a profesores, aunado a la construcción de un mayor
número de escuelas y la creación de bibliotecas públicas.10

Dentro de este momento histórico, se hizo patente la necesidad de contar con una institución
que se dedicara a preparar profesionales para la organización y preservación de documentos
que se requerían para el desarrollo social, cultural, político y económico del país. Siendo
secretario de Educación Pública Jaime Torres Bodet, antiguo colaborador de Vasconcelos,
con quien compartía ideas sobre la educación y las bibliotecas, la Escuela empieza a funcionar
el 5 de abril de 1945.

La inauguración oficial se efectuó a las once de la mañana del viernes 20 de julio de 1945 en
el Palacio de Bellas Artes. En la reseña periodística del acto se destaca la asistencia de
importantes personajes de la vida nacional como Jaime Torres Bodet, Secretario de
Educación Pública, Lic. Genaro Fernández McGregor, rector de la Universidad Nacional, de
lo que puede deducirse la importancia que se le dio al hecho y el respaldo oficial que tuvo la
Escuela en su inicio. El programa contó con los discursos de Andrés Henestrosa, subdirector
de la Biblioteca del Congreso, Agustín Yañez, Jorge González Durán y finalizó el acto con las
palabras del primer director de la Escuela el Dr. Francisco Orozco Muñoz.11

La nueva escuela fue creada con dos objetivos: uno, el de formar al personal en servicio que
atendía las bibliotecas del Departamento de Bibliotecas de la SEP, así como al personal de
los archivos del sector público. El segundo, preparar a los profesionales y técnicos en
biblioteconomía y archivonomía que se requerían para mejorar los servicios que
proporcionaba las bibliotecas del país.

Los primeros profesores de la Escuela fueron bibliotecarios reconocidos, intelectuales o


egresados de las primeras dos escuelas, como: María Teresa Chávez, Tobías Chávez,
Joaquín Díaz Mercado, Jorge González Durán, Andrés Henestrosa, Juan B. Iguíniz, Juana
Manrique de Lara, José Ignacio Mantecón Navasal, Guadalupe Monroy María Médiz Bolio,
Agustín Millares Carlo, entre otros.

La Escuela inició sus actividades en Biblioteconomía en el cuarto piso del Palacio de Bellas
Artes, con una inscripción de 74 alumnos en tres niveles: Capacitación, Técnico o

10
ESCOBAR BARRIOS, Andrea. Memoria Histórica, México, 1996.
11
Excélsior, México DF. Sábado 21 de julio de 1945 No. 10216, Año XXIX, Tomo IV

14
Subprofesional, y Profesional. La especialidad de Archivonomía inició un año después. El nivel
de Capacitación, requería tener un certificado de primaria o prestar servicios en una biblioteca.
El nivel Técnico o Subprofesional, requería presentar certificado de estudios secundarios o
prevocacionales, y haber prestado servicios durante tres años en una biblioteca oficial o
privada. Para los estudios profesionales, se necesitaba tener título de maestro o certificado
de bachillerato o vocacional.12

Estos tres niveles se mantuvieron hasta 1952 en el que se establecieron los niveles de técnico
y maestría. Este programa de maestría tenía una duración de tres años, era posterior al
bachillerato y equivale a la licenciatura actual.

En 1960 y posteriormente en 1964, se reestructuraron los planes de estudio, donde se


definieron más claramente los niveles de técnico y maestría. En 1974 empiezan a operar
nuevos planes producto de la entrada en vigor de la Ley Federal de Educación y la Reforma
Educativa, en donde el nivel de técnico se cambió a un bachillerato con opción en
Biblioteconomía y Archivonomía, y la maestría pasó a denominarse licenciatura, también en
ambas disciplinas. De 1984 a 1986 se impartió un plan de estudios llamado plan B de la
licenciatura en Biblioteconomía con objeto de preparar profesionales para las bibliotecas
públicas estatales. En 1992 se renovaron los planes y programas de estudio para las
licenciaturas y en 1993 se suprimió el bachillerato técnico.13

En febrero de 1997 se inicia el ofrecimiento de formación profesional en la Modalidad de


educación abierta y a distancia. También en 1997, se inició un proceso de revisión para
adecuar y actualizar los contenidos de las asignaturas, debido a que parte de la comunidad
académica había observado falta de análisis y congruencia en las relaciones horizontales y
verticales de las asignaturas, así como también debilidad en los contenidos de las asignaturas
relacionadas específicamente con los aspectos centrales de las disciplinas; este proceso dio
como resultado los Planes y Programas de Estudio de las licenciaturas en Biblioteconomía y
Archivonomía 1998.14

En el año 2000, en respuesta a las instrucciones de la Subsecretaría de Educación Superior


e Investigación Científica (SESIC) se puso en marcha la operación de los Planes y Programas
2000, revisados durante el año 1999, con el fin de responder adecuadamente a las
necesidades del sector productivo mediante la oferta de los niveles de Profesional Asociado

12
TECUATL, Op. Cit, p. 15
13
CRUZ RIVAS, Op. cit. p. 7
14
TECUATL, Graciela et al. Una visión del quehacer del bibliotecario profesional. México: ENBA, 2000. p.5

15
y Licenciatura.15 Estos programas de estudios se encuentran diseñados de tal forma que, al
término del quinto semestre los estudiantes obtienen el Título de Profesional Asociado en
Biblioteconomía o Archivonomía, lo que les otorga un reconocimiento profesional que les
facilita su incorporación temprana al mercado de trabajo, al mismo tiempo que pueden
continuar con sus estudios hasta alcanzar el Título de Licenciado en Biblioteconomía o en
Archivonomía, al concluir cuatro semestres más. Es así que actualmente la Escuela ofrece
cuatro programas educativos: el Profesional Asociado en Archivonomía, la Licenciatura en
Archivonomía, el Profesional Asociado en Biblioteconomía y la Licenciatura en
Biblioteconomía, en dos modalidades, escolarizada y a distancia.

La Modalidad escolarizada se ofrece en las instalaciones académicas de la propia Escuela.


Se basa en la interrelación presencial de los estudiantes con el docente; comprende la
asistencia diaria a clases y la sujeción a ciclos escolares y horarios.

La Modalidad de educación abierta y a distancia se sustenta en el aprendizaje autodirigido,


apoyado por asesores y material didáctico que permiten al estudiante, formarse sin tener
presiones de tiempo, ciclos escolares, horarios o asistencia a un lugar determinado. Los
estudiantes de esta modalidad se encuentran en todo el territorio nacional por lo que no
asisten a las instalaciones de la Escuela.

El principal fundamento legal de la Escuela es el Acuerdo No. 149 de la Secretaría de


Educación Pública16 publicado el 14 de diciembre de 1988, por el cual se establece la
reordenación de la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía y se aprueban los
planes de estudio. Además, se establecen los siguientes objetivos:

I. Preparar y formar Biblioteconómos y Archivónomos capaces de desarrollarse ética y


profesionalmente en beneficio de los diferentes sectores de la población.
II. Promover la superación profesional de los especialistas en dichas áreas a través de cursos
de especialización y actividades de extensión educativa.
III. Desarrollar investigaciones acerca de la realidad y necesidades sociales en su campo de
conocimiento.

15
ESCUELA NACIONAL DE BIBLIOTECONOMÍA Y ARCHIVONOMÍA, Subdirección Académica. El programa de
profesional asociado. México, septiembre 2002. [Documento interno]
16
SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Acuerdo Número 149. Diario Oficial de la Federación, 14 de
diciembre de 1988. p. 111-115

16
El Acuerdo señala también que, para el logro de los mismos, la Escuela deberá efectuar las
siguientes funciones:

a) Planear y programar la enseñanza que imparta y las actividades de investigación y


extensión educativa, conforme a la demanda de estos tipos de profesionales en el ámbito
nacional.
b) Elaborar políticas y programas encaminados al mejoramiento de los planes de estudio en
beneficio de la preparación de sus educandos.
c) Expedir certificados de estudio y otorgar los títulos profesionales de licenciado en
Biblioteconomía y Archivonomía.
d) Programar la actualización y superación académicas de los catedráticos que formen parte
de su plantilla docente.
e) Desarrollar las demás actividades conducentes al logro de su cometido institucional que
le sean encomendadas por la Secretaría de Educación Pública.

El compromiso social de la Escuela se sintetiza en su Misión y su Visión 17:


Misión
“Somos una institución pública de educación superior de la Secretaría de Educación Pública
que forma con calidad a los profesionales de la Biblioteconomía y de la Archivonomía para
desempeñar su profesión con compromiso social y contribuir al desarrollo nacional, atendiendo
a las demandas que en su ámbito generan los diferentes sectores del país”.

Visión
“La Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía será una opción de educación
superior atractiva en la formación profesional de bibliotecarios y archivistas, por la mejora en
los niveles de calidad de sus programas educativos, lo que estará sustentado en:
• una adecuada formación docente y actualización profesional de sus profesores, que posibilite
la organización de éstos en Cuerpos Académicos;
• una mayor eficiencia terminal de sus estudiantes;
• la evaluación continua de sus planes y programas de estudio;
• la cobertura nacional de su oferta educativa;
• su estrecha vinculación con los diversos sectores sociales; y
• el desarrollo de un sistema de gestión de la calidad que contribuya a la acreditación de sus
programas educativos y a la certificación de sus procesos de gestión.”

Actualmente la educación bibliotecológica que ofrece la ENBA se inscribe en el contexto de la


globalización, de la revolución tecnológica y de la sociedad del conocimiento. Sigue las
tendencias para la educación superior sugeridas por UNESCO en el ámbito mundial, en donde
se reconoce el papel estratégico de la educación superior en el desarrollo de las naciones, al
permitir el cultivo, enriquecimiento, transmisión y difusión del conocimiento. Retoma para guiar

17
ESCUELA NACIONAL DE BIBLIOTECONOMÍA Y ARCHIVONOMÍA. Programa integral de fortalecimiento
institucional, 2001 – 2006 versión 3.1. México, 2004. p. 24

17
su quehacer, los aspectos señalados por este organismo en relación a la calidad, a la igualdad
de acceso y oportunidad, a la necesidad de cooperación internacional, de permanencia en el
empleo, de pertinencia, de educación permanente o continua, del desarrollo humano
sustentable y de los cuatro pilares de la educación: aprender a conocer, aprender a ser,
aprender a hacer y aprender a convivir.18

En el contexto nacional, sigue las directrices del Plan Nacional de Desarrollo y del Programa
Nacional de Educación 2001–2006 y comparte la visión de la Asociación Nacional de
Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), de una educación superior en
el contexto de una sociedad del conocimiento en pleno desarrollo, con calidad e innovación,
congruente con su naturaleza académica, pertinente, equitativa, humanista, comprometida
con la mejora social, responsable y con estructuras de gobierno y operación ejemplares. 19

Hoy día, el quehacer de la ENBA ha cobrado especial relevancia ante las transformaciones
derivadas de la introducción de las nuevas tecnologías de comunicación y de información, que
han modificado los flujos de la información y la generación y transferencia del conocimiento.
Una mayor producción documental, mayor explotación de los recursos documentales por un
número mayor de usuarios han originado nuevos enfoques para los campos de aplicación de
estas licenciaturas.

Es hasta 1993, a los 48 años de existencia, que la ENBA tiene instalaciones propias, amplias
y adecuadas, después de haber ocupado casas y edificios poco aptos para sus funciones.
Cuenta para su operación actualmente con tres edificios: un edificio de Aulas, con 14 salones
con capacidad para 400 estudiantes, un edificio Administrativo donde se encuentran las
oficinas para el personal directivo y administrativo, y un edificio de Apoyo Académico en donde
se encuentran la Biblioteca, el Archivo Histórico, el Laboratorio de Cómputo Académico, el
Laboratorio de Restauración, el Centro de Autoacceso de Idiomas, las oficinas de la
Modalidad de Educación a Distancia y los cubículos para profesores de tiempo completo.

DIRECTORES DE LA ENBA DE 1945 A LA FECHA

1945-1948 Dr. Francisco Orozco Muñoz


1948-1949 Lic. Héctor Olea
1949-1950 Dr. Francisco Orozco Muñoz
1950 (mar-jul Lic. Joaquín Aguilar Borges
1950-1952 Lic. Gabriel Ferrer Mendiolea

18
ESCUELA NACIONAL DE BIBLIOTECONOMÍA Y ARCHIVONOMÍA. Las funciones sustantivas en la Escuela
Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía. México, 2002. [Documento interno] p. 8 [Versión a junio de 2002]
19
Ibidem

18
1952 (feb-may) Sr. César Casasús
1952-1959 Lic. Carlos A. Madrazo
1959-1965 Prof. Roberto A. Gordillo Gordillo
1965-1967 Prof. Pedro Zamora Rodríguez
1967-1969 Lic. Carlos A. Madrazo
1969-1971 Mtro. Adolfo Rodríguez Gallardo
1971-1989 Lic. Eduardo Salas Estrada
1989-1992 Lic. Noel Angulo Marcial
1992 a la fecha Prof. Nahúm Pérez Paz

3.5 El quehacer del bibliotecario

ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE
Como actividad final de este curso, lee el capítulo VII “Lo que el
bibliotecario necesita saber” del libro de Jesse Shera Los fundamentos de
la educación bibliotecológica, páginas 201-229. Tomando como base ese
capítulo y lo que has aprendido en el transcurso de esta asignatura,
escribe un ensayo final sobre el quehacer de las bibliotecas y del
bibliotecario, en el cual incluyas los siguientes puntos:

▪ Introducción
▪ Desarrollo:
Objetivo de la profesión
Relación de la teoría de la bibliotecología con los conocimientos
indispensables del bibliotecario.
CCCCCCCC
▪ Conclusiones
▪ Bibliografía
Envía a tu asesor

19

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