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PORTADA

INTRODUCCION
La educación es un proceso que incluye múltiples dimensiones la cual no puede ser
limitada a mecanismos solo fisiológicos, por lo que existen otros hitos que sirven de
marcadores mensurables para medir el grado de madurez alcanzado por el niño durante su
desarrollo. En este contexto el aprendizaje es muy dependiente de la mediación dada por el
adulto o maestro en esta etapa, ya que se derivan interacciones que plasman interrelaciones
entre neuronas que son quienes dirigen las sensaciones y emociones mediante la formación
de redes.
En el estudio se abordara el crecimiento del desarrollo infantil desde el punto de vista de los
aspectos físicos, visibles y cuantificables como son peso, talla, entre otros y a los aspectos
internos del desarrollo como son madurez, construcción mental, desarrollo del lenguaje,
desarrollo de la función visual y función atencional, entre otros factores.
Finalmente, el autor espera adquirir conocimientos básicos referidos, sobre todo, al
desarrollo interno y neuropsicología en el desarrollo del niño, como parte fundamental del
bagaje de saberes que debe tener todo docente.
OBJETIVOS
1 .- Conocer la concepción del término de neuropsicología del desarrollo infantil.
2.- Establecer las áreas que estudia y que cubre cada una de ellas.
3.- Estudiar la importancia del desarrollo infantil y su impacto en el desarrollo del adulto
desde el punto de vista neuropsicológico.
4.- Estudiar las formas de procesamiento mental y los tipos de inteligencia asociados al
niño que influyen en el aprendizaje del adulto

.JUSTIFICACION
La presente investigación se justifica en la base de conocer cómo se desarrolla el niño en
sus diferentes áreas neuropsicológica. Esto es relevante ya que ayudara a comprender la
forma de desarrollo mental y físico del niño a lo largo de su periodo pre-escolar para así
poder ayudarlo estimulándolo en estas habilidades, tanto en su entorno escolar como en el
familiar, tomando en cuenta todas aquellas particularidades de cada etapa y como van
manifestándose en el infante en cada año de vida.
NEUROPSICOLOGÍA DEL DESARROLLO INFANTIL
En el estudio de la neuropsicología del desarrollo infantil es de observar que se tienen dos
tipos de procesamiento mental: simultáneo y sucesivo. El primero es referido a la
organización de las partes como un todo, aquí usa las relaciones espaciales que existen
entre las partes en los lóbulos parietal y occipital del hemisferio derecho del cerebro, un
ejemplo de esto se ve cuando el niño pinta una figura. El procesamiento sucesivo consiste
en que las partes se organizan adoptando una forma secuencial temporal no espacial, lo cual
se hace con los lóbulos frontal y temporal del hemisferio izquierdo del cerebro, ejemplo de
este tipo de procesamiento se puede ver cuando el niño lee y escribe.

IMPORTANCIA DE LA ETAPA INFANTIL EN EL DESARROLLO DEL ADULTO

Basándose en los estudios de las neuroimagenes, se observa la gran importancia que


tiene en el desarrollo humano la etapa preescolar, esto se explica sabiendo que el cerebro
del niño cuando es bebe cuenta con algunas sinapsis y, de acuerdo a Matute (2007) “hasta
los 6 años tendrá 100.000 millones de neuronas conectadas con otras a una cantidad de
50.000 sinapsis por minuto con una capacidad impresionante de mielinazación entre
neuronas determinando que las conexiones sinápticas sean altamente veloces y eficaces” (p.
2). Esta capacidad cerebral explica la gran cantidad de información que el niño en edad pre-
escolar es capaz de adquirir día a día. En esta etapa, el infante aprende a ser parte de grupos
en distintas actividades. A partir de los 7 años de edad la corteza pre frontal esta en proceso
de madurez haciendo que el niño aprenda solo si así lo desea, por lo que el aprendizaje se
transforma en un acto de voluntad.

NEURODESARROLLO PSICOMOTRIZ

El neonato posee una serie de reflejos y a los dos años ha desarrollado movimientos
semejantes, en cualidad, con las manos e integrando movimientos de otras partes de su
cuerpo, posteriormente adquiere la habilidad motora conocida como disociación. Entre los
cuatro y los seis años mejora su habilidad motora coordinando fuerza y flexibilidad, esto se
mejora en la etapa de la educación primaria. Al respecto, Bausela (2007) señala que:
Al finalizar la etapa preescolar y luego de haber experimentado diferentes
movimientos con su cuerpo en el espacio ya cuenta con programas mentales
motores automáticos y tiene la capacidad de inhibir movimientos superfluos para
enfocarse en la tarea asignada. Todas estas adquisiciones se relacionan con la
madurez cerebelar que en los dos primeros años se incrementa 240% debido a los
aprendizajes motrices.

A través del llamado principio de desarrollo neuropsicológico próximo distal, el desarrollo


motor grueso desemboca en el desarrollo de la psicomotricidad fina fundamentada en la
aprensión, presión, precisión y coordinación requerida para actividades como la escritura.
Adicional a la lateralización cerebral, Matute (2007) indica que debe aparecer la lateralidad
corporal que entraña el dominio motor de un hemisferio sobre el otro, de esta forma si los
ojos y las manos se lateralizan en el mismo hemisferio se nota una automatización de la
coordinación ojo-mano lo cual deviene en un aumento de la atención visual. En este
sentido, los niños de lento aprendizaje se caracterizan por no tener la misma dominancia
entre manos y ojos.
Para el caso de examen de niños, se observa que a los 5 años existe cierta lateralización
corporal pero aún no tienen claro el concepto de derecha o izquierda el cual tendrá sentido a
partir de los 6 o 7 años de edad y a los 8 años el conocimiento de derecha e izquierda es
automático.

Neurodesarrollo de la función perceptual

Desde el nacimiento, el niño desarrolla, en forma gradual, las percepciones aisladas de


profundidad, forma, tamaño y color, las cuales más tarde integran con las nociones de
espacio y dirección. Estas percepciones unimodales junto con la integración
mencionada están relacionadas con las emociones. Los marcadores más distintivos del
desarrollo perceptual son las destrezas analítico fonológicas (para el cual es muy
necesaria la estimulación auditiva) y las percepciones de la forma, del tamaño y del
espacio deben estar integradas con la percepción de la dirección al finalizar el periodo
escolar.

 Neurodesarrollo de la memoria
Según explica Bausela (2007) “La memoria es el mediador del lenguaje, ya que integra los
pensamientos, las impresiones y las experiencias” (p. 2). Este mismo autor expresa que
durante el desarrollo infantil, se consideran cuatro tipos de memoria que son:
Memoria sensorial: Se desarrolla desde temprana edad y está directamente relacionada
con las experiencias que el niño tenga, es de muy corta duración y sirve al niño para
orientarse en diferentes lugares.
Memoria a corto plazo: Tiene alcance temporal y se desarrolla mediante las experiencias.
Memoria a largo plazo: Es de almacenamiento permanente, cuando la información es
debidamente repetida entonces no se pierde.
Memoria episódica: Caracterizada por la codificación, almacenamiento y recuperación de
procedimientos y actitudes de la cotidianidad del niño.

 Neurodesarrollo del lenguaje

Se ha detectado que el desarrollo motor de la lengua y de los labios (como


herramientas del lenguaje) se consigue antes del desarrollo motor de los dedos y de la
mano, por ser parte del movimiento para la alimentación, ya que esta última incluye
movimientos de los mismos órganos faciales (boca lengua), de esta manera también se
deduce el porqué la alimentación y el desarrollo del lenguaje oral van unidos.
Respecto a la adquisición de vocabulario, Matute (2007) explica que “es un proceso
lento que es madurativo y se construye gradualmente a medida que el niño experimenta e
interactúa con el medio. Este accionar va aportando imágenes sensoriales del vocabulario
que aprende. Estas imágenes darán luego lugar a la formación de conceptos y al desarrollo
de la lógica, habilidades necesarias para la comprensión de la lectura” (p. 3). En este
momento, el niño debe introyectar la voz del adulto utilizándola como regulador externo,
desarrollando posteriormente un lenguaje interno para así ejercer mayor control de su
propia conducta.

Neurodesarrollo del pensamiento

Según a Montoya (2009) la adquisición del conocimiento, por parte del niño, ocurre
en forma organizada dependiendo de las interacciones previas que tenga con su entorno,
entonces es claro que se nace con un cerebro inmaduro que resulta moldeado por la
experiencia y las relaciones. De esta forma, se tiene que en la etapa preescolar el
predominio es del hemisferio derecho en lo que se refiere al lenguaje, la lectura y la
escritura. En esta etapa el niño aprende a través del juego ya que además de divertirse
desarrolla los fundamentos de los procesos lógicos y adquisición de las primeras nociones
de espacio, tamaño, forma y dirección que serán las bases donde se asientes los
aprendizajes complejos y abstractos que utilizaran toda la vida.

Integración funcional en el Aprendizaje

Esta integración comienza en la etapa preescolar, donde el niño aprende con


instrucción personalizada por cuanto aprende las habilidades aisladamente ya que aun
cuando comprende conceptos aislados aun no es capaz de interconectarlos con sus
experiencias. Por otra parte, el niño expresara su integración multimodal así:
.- Funcionalidad visual: Referida a la madurez de movimientos oculares.
.- Sincronía entre movimiento de manos y ojos.
.- Al comenzar la etapa de la escritura, ya se debe tener cierta sincronización entre la
escritura de grafías y la expresión oral.
.- Para el aprendizaje académico en niño ya debe poseer habilidades (o por lo menos la
noción practica) de posturas adecuadas que eliminen movimientos innecesarios.
.- En la etapa pre-escolar el niño debe tener inculcada la integración visual y auditiva como
herramientas esenciales para el proceso de aprendizaje.

Funciones ejecutivas y madurez cerebral

La inteligencia de los seres humanos no solo incluye la cognitiva y la emocional ya


que hay una tercera que implica capacidades como fijar objetivos dirigiendo la propia
conducta en acciones necesarias para alcanzarlos. Esta inteligencia se denomina
“inteligencia ejecutiva” y al respecto Montoya (2009) dice que:
Es un nuevo modo de ver la inteligencia humana, se pensaba que el aprendizaje era
solo cognitivo y emocional pero el ser humano es más complejo. La educación no
solo es aprender, conocer más, es también dirigir el comportamiento hacia las metas
elegidas”. El niño además de gestionar emociones debe aprender a gestionar sus
propios objetivos para luego gestionar proyectos, tomar decisiones, aplazar la
recompensa, utilizar los conocimientos y mantener el esfuerzo, valores
imprescindibles necesarios para los estudios y para la vida.

De acuerdo a lo anterior, de deduce que la inteligencia ejecutiva no es innata por lo


que es posible educarla, por lo que para que el niño la aprenda resulta invaluable la ayuda
tanto de la familia como del docente. Para que este aprendizaje resulte factible, es necesario
que los factores ayudantes adecuados lo hagan con la repetición de la conducta apropiada,
en un ambiente de exigencias requerido hasta que el cerebro cambie su estructura.
CONCLUSIONES
Como conclusión se puede decir que, desde el punto de vista de la neuropsicología
del desarrollo infantil, el desarrollo de las aptitudes y habilidades de los infantes no ocurre
de manera estática sino que se manifiesta de manera gradual en cada individuo, sin
embargo, también es de reconocer que dicho desarrollo es característico de la edad
cronológica en el niño, manifestándose en estadios similares de la vida cronológica de cada
individuo. Igualmente se ha observado como ciertas manifestaciones físicas coinciden con
el desarrollo sensorial, mental y conductual en el niño, ejemplo de esto es la coordinación
visual y motora con el aprendizaje.
Asimismo, se tiene que además de la inteligencia cognitiva y emocional, el ser
humano cuenta con una tercera llamada ejecutiva y que su desarrollo depende enteramente
de los estímulos y experiencias del niño con su entorno, tanto familiar como pre-escolar,
por ultimo resulta útil saber que la mejor forma de aprendizaje de los niños en edad pre-
escolar, es el juego por lo que el docente debe tener cuidado al seleccionar los juegos donde
participaran los niños, ya que estos serán definitivos en la formación de su personalidad
futura.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Bausela, E. (2007). Evaluación neuropsicológica y desarrollo evolutivo. Extraído el
22 de Marzo de 2020 de: https://ruc.udc.es/dspace/handle/2183/7054

Matute, E. (2007). Evaluación neuropsicológica infantil. Extraído el 22 de Marzo


de 2020 de: http://www.libreriaolejnik.com/fichas/21356.pdf

Montoya, D. (2009). Bases neuropsicológicas del desarrollo cognoscitivo entre el


nacimiento y los doce años. Extraído de: file:///C:/Users/omar/Downloads/28-Texto%20del
%20art%C3%ADculo%20(sin%20nombre%20de%20autor)-84-1-10-20100526.pdf

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