El río de vida, que es la herramienta asociada con la biografía, se distingue
por ser una herramienta individual.
La técnica consiste en entregar lápices de colores a los participantes en un
taller y pedirles que dibujen su vida y que destaquen los acontecimientos relevantes que les ha tocado vivir dentro de un tema determinado, utilizando la metáfora de un río, el que puede tener partes rápidas, diques, lugares en que se suben personas a un bote, etc.
De este modo se invita a las personas a usar el pensamiento metafórico para
graficar y contar su vida a los demás participantes del taller, con el propósito de establecer vínculos y rescatar la motivación.
En la Fig. 4 se observa un río de vida, en el que se distinguen piedras, botes,
etc., así como los años transcurridos, que es la forma en que la persona quiso graficar su estado de ánimo y sus problemas en distintas épocas. El papel de la persona que conduce el taller no es interpretar el dibujo, sino esperar que la persona cuente lo que desee contar sobre éste, respetando su decisión en caso de que no lo quiera mostrar; lo importante es que haga el ejercicio de tomar conciencia sobre lo que la llevó a tomar la decisión de participar en un taller.
Figura 4. Río de vida.
Las preguntas clave del río de vida, que se formulan para facilitar la conversación entre los participantes sobre el desarrollo de la transformación, son:
¿Qué metáforas comunes hubo en los dibujos? si aparecían piedras,
puentes, diques, desembocaduras en el mar. ¿Qué simbolizaban? ¿Era lo mismo para todos? ¿Cuáles fueron las influencias, obstáculos y momentos de quietud que aparecieron como aspectos claves para el compromiso con la transformación a emprender?
El objetivo es determinar si los elementos obstaculizadores o facilitadores son
similares para todos los participantes y cuáles consideraron como elementos clave para decidirse a emprender una transformación. En esto se pone en juego toda la creatividad y la expresividad de la persona, sin el temor a hablar en público; es una actividad simple que resulta gratificante en la edad adulta, cuando se ha dejado de dibujar hace años.