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El Mundo Procesal rinde Homenaje al Maestro Adolfo Alvarado Velloso

CONFLICTO: LA RAZÓN DE
SER DEL PROCESO
Por: Jorge D. Pascuarelli
jpascuarelli@gmail.com

«[...] la lucha y la paz: la paz es el término del derecho, la lucha es el medio para alcanzarlo [...]» La
lucha por el derecho, Rudolph von Ihering. Con todo aprecio a Adolfo Alvarado Velloso, por enseñarnos
el camino para luchar por el derecho.

Dice Adolfo Alvarado Velloso que: «La idea de proceso se vincula histórica y lógica-
mente con la necesidad de organizar un método de debate dialéctico y se recuerda por qué
fue menester ello, surge claro que la razón de ser del proceso no puede ser otra que la
erradicación de la fuerza en el grupo social, para asegurar el mantenimiento de la paz y de
normas adecuadas de convivencia».1
De esta manera, aparece la paz como la causa o razón del proceso pero, para aceptar 251
esto, resulta necesario precisar que podemos entender por conflicto y porque hablar de
paz

De esta manera, aparece la paz como la causa o razón del proceso pero, para aceptar esto,
resulta necesario precisar que podemos entender por conflicto y porque hablar de paz.

1. Conflicto. Con el propósito de elaborar una teoría general del conflicto y entender ese
fenómeno, Remo Entelman recurre a la definición por genero y diferencia específica2 . Dice,
citando a Max Weber, que la relación social aparece como el comportamiento recíproco de
dos o más individuos que orientan su conducta teniendo en cuenta la de los otros, con lo que
dan sentido a sus actos. Agrega, que los miembros de una relación social realizan tanto
conductas independientes, como recíprocas. Las primeras, no dependen de la conducta de
los demás, en cambio, las segundas son condicionadas por los otros, por lo tanto definen la
existencia de una relación social. Por lo tanto, la relación social es el género próximo dentro
del cual se encuentra el conflicto.
Para determinar la diferencia especifica, que hace que una relación social sea de conflicto,
propone que el criterio a utilizar son los objetivos que cada miembro de la relación pretende
alcanzar con la conducta recíproca que se propone, si esos objetivos son incompatibles con
los de otro/s, hay relación de conflicto. De esta manera denota las características del género
conflicto sin incluir las notas definitorias de ninguna clase.
2. Conflicto jurídico. Pero el fenómeno general conflicto, puede ser limitado al campo jurídico,
ya Carnelutti hablaba de la litis como un conflicto intersubjetivo de intereses calificado por
una pretensión resistida3, y modernamente se lo define como «[...] un choque intersubjetivo de

1
Alvarado Velloso, Adolfo, Introducción al estudio del derecho procesal, T. 1, pág. 19, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2000.
2
Ver Irving Copy – Carl Cohen, Introducción a la lógica, pág. 193, Limusa, México 2001.
3
Francesco Carnelutti, Instituciones del proceso civil, T.1, pág. 28, EJEA, Buenos Aires.

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intereses (coexistencia de una pretensión y de una resistencia) por desconocimiento o violación de


un precepto que preordena una conducta que en los hechos no se cumple [...]»4.

Al respecto, señala Briseño Sierra que la contradicción normativa, como oposición de


conductas, sucede intelectivamente antes que en la realidad social, por eso –para el autor- el
conflicto existe debido a las contraposiciones semióticas mentales antes de la manifestación
de la pretensión para que se resuelva jurídicamente.

Explica, que el individuo forma mentalmente un esquema de conducta social a partir del
deber ser (conductas recíprocas), respecto del cual los demás pueden tener su propio esquema
de conducta.

De ahí, que Briseño Sierra busca explicar el cometido social del conflicto jurídico y su carácter
de antecedente necesario del proceso diciendo que «[...] Existen en las sociedades
contraposiciones semióticas de los discursos jurídicos individuales que suelen conducir a conductas
personales, necesitadas de una resolución imparcial [...]».

Agrega, que ese discurso jurídico elaborado también corresponde a la manera de proceder
ante los juzgadores y ese es el ámbito del derecho procesal, «[...] Por ello, es a partir del
conflicto que debe buscarse la concepción del proceso como el instrumento, que según gran parte de
la doctrina, entiende está al servicio de la finalidad, de la imparcial, y fundada resolución del problema
252 consistente en la existencia de discursos jurídicos contrastantes.»

«Sin esa resolución, sin esa imparcialidad, y sin ese instrumento, el contraste de discursos que
conduce al conflicto de conductas sería no sólo permanente sino insostenible y auto destructivo de la
sociedad, esta es la importancia del proceso; lo que sigue es estudiar y convencer de su teoría general:
el tema de la unidad, la diversidad del proceso.»

Es decir, que del amplio genero de las relaciones sociales, se encuentran las relaciones de
conflicto y, a su vez, dentro de estas solo una parte son conflictos jurídicos. Ello porque
dentro de las conductas recíprocas encontramos conductas prohibidas y permitidas, a su
vez dentro de estas encontramos obligatorias y no obligatorias. Al espacio de estas últimas,
Entelman, lo denomina «el amplio universo de lo permitido»5 a los cuales el derecho resulta
inaplicable.

Y, se puede sostener, que si dentro de las relaciones sociales el conflicto se caracteriza porque
los objetivos que pretende alcanzar un miembro de la relación con la conducta recíproca
que se propone, son incompatibles con los de otro/s. A su vez, dentro de ellos sólo una parte
corresponden al choque intersubjetivo de intereses por desconocimiento o violación de un
precepto que preordena una conducta que en los hechos no se cumple, es decir a conflictos
jurídicos, y el proceso es uno de los instrumentos para la solución de este tipo de conflictos.

Así, para Briseño Sierra la causa o condictio sine qua non del proceso es la contradicción
semiótica constitutiva del discurso jurídico intersubjetivo. En cambió, para Alvarado Velloso
es el conflicto intersubjetivo de intereses6 y entiende a este como el fenómeno de coexistencia

4
Adolfo Alvarado Velloso, ob. cit. pág. 24.
5
Remo Entelman, Teoría de los conflictos – Hacia un nuevo paradigma, pág. 58, Gedisa, Barcelona 2005.
6
Para Briceño Sierra la causa o condictio sine qua non del proceso es la contradicción semiótica constitutiva del discurso jurídico
intersubjetivo

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de una pretensión y una resistencia acerca de un mismo bien en el plano de la realidad social.

De esta manera, la razón de ser del proceso, como medio pacífico de debate para la solución
de controversias, es mantener la paz social, evitando que los particulares se hagan justicia
por mano propia7. Por ello, que la idea de proceso va unida a la necesidad de erradicar la
fuerza del grupo social, es decir, mantener la paz.

3. Comprender la razón de ser del proceso. Pero son muchas las criticas que se formulan, por
quienes consideran que el proceso es solo un medio de realización de los derechos subjetivos
y que su finalidad es la justicia, porque dicen que este valor es relativizado por aquellos otros
que consideran que la causa del proceso es la paz.

Sin embargo, esta crítica puede ser superada entendiendo a la paz como el orden justo, y ese
es el sentido que –considero- debe atribuirse al término en la obra de Alvarado Velloso. Así,
la causa del proceso es mantener la paz, es decir un orden justo, orden y justicia
concurrentemente, no justicia sin orden, ni orden sin justicia.

La paz como causa o razón de ser ya ha sido resaltada anteriormente en otros aspectos de lo
jurídico. Así, respecto al derecho en su totalidad, Rudolf von Ihering escribe que la paz es el
término del derecho y la lucha es el medio para alcanzarlo8.

Por otro lado, Alberdi, en Las bases y puntos de partida para la organización política de la República 253
Argentina, escribió que la paz y el orden interior son otro de los grandes fines que debe tener
la sanción de la Constitución, de ello que:

[...] La paz, por si misma, es tan esencial al progreso de estos países en formación y desarrollo, que
la constitución que no diere más beneficio que ella sería admirable y fecunda en resultados [...]»

Y más adelante agrega:

«[...] Pero no olvidéis: la paz solo viene por el camino de la Ley. La Constitución es el medio más
poderoso de pacificación y de orden [...]9»

De esta manera el Preámbulo de la Constitución Argentina establece el objeto de consolidar


la paz interior.
En otro ámbito, Héctor Gros Espiell, habla de derecho a la paz y lo ubica entre los derechos
humanos de tercera generación o derechos de solidaridad, con cita de Kelsen dice que «El
derecho es, por esencia, un orden para preservar la Paz», pero agrega:

«[...] Este concepto es obvio, evidentemente cierto, pero hay que repetirlo, agregando, sin embargo,
que la paz no puede caracterizarse sólo por la ausencia de violencia, de que la paz se integra
necesariamente con una idea de justicia. La paz no puede ser el orden de los cementerios, sino un
orden armónico de libertad, en un equilibrio de derechos y deberes. Por eso al decir que el derecho es
por esencia un orden para preservar la paz, estamos diciendo que el derecho es por esencia un orden

7
Alvarado Velloso, Adolfo, El debido proceso de la garantía constitucional, pág. 35, Zeuz, Rosario 2003.
8
Rudolf von Ihering, La lucha por el derecho, Heliasta, Sao Pablo 1993.
9
Juan Bautista Alberdi, Las bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, pág. 75 y 11, Top
Graph, S. M. de Tucumán 2002.

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para preservar la paz justa, una paz que suponga un adecuado, equilibrado y no discriminatorio sistema
de derechos y deberes en función del bien común [...]10».

Destaca, que este derecho tiene fundamento en el art. 28 de la Declaración Universal de


Derechos Humanos, el cual dice: «Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social
e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente
efectivos.»
Pero además, la paz también es un deber, como expresó Paulo VI en su mensaje para la
Celebración de la Jornada de la Paz, del 1 de enero de 1969, donde dijo:

«[...] Porque la Paz es la seguridad, la Paz es el orden. Un orden justo y dinámico, decimos, que se
debe construir continuamente. Sin la Paz, ninguna confianza; sin confianza, ningún progreso.
Una confianza, decimos, fundada en la justicia y en la lealtad.
Sólo en el clima de la Paz se atestigua el derecho, progresa la justicia, respira la libertad. Si tal es el
sentido de la Paz, si tal es el valor de la Paz, la Paz es un deber [...]».

Por esto, si la paz esta en todo el derecho, como causa, como derecho humano o como deber,
con más razón debe estar en el proceso, como método de solución de conflictos,
comprendiendo orden y justicia.

4. BIBLIOGRAFÍA
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9 Alberdi, Juan Bautista, Las bases y puntos de partida para la organización política de la
República Argentina, Top Graph, S. M. de Tucumán 2002.
9 Alvarado Velloso, Adolfo, El debido proceso de la garantía constitucional, Zeuz, Rosario
2003.
9 Alvarado Velloso, Adolfo, Introducción al estudio del derecho procesal, T. 1 y 2, Rubinzal-
Culzoni, Santa Fe, 2004/5.
9 Carnelutti, Francesco, Instituciones del proceso civil, T.1, E.J.E.A., Buenos Aires.
9 Chaumet, Mario E., Reflexiones sobre la implementación de la decisión judicial compleja: el
caso de los intereses supraindividuales, JA 2004-I-1076.
9 Chaumet, Mario E, Los hechos y la complejidad de la decisión judicial, LL 2007-B, 1246.
9 Chaumet, Mario E. y Meroi, Andrea, Paradigmas Metodológicos del Proceso en la Argenti-
na, JA 2001-IV-847.
9 Ciuro Caldani, Miguel A – Ariza, Ariel – Chaumet, Mario E. – Hernández, Carlos A. –
Menicocci, Alejandro A. – Soto, Alfredo M. y Stahli, Jorge, Las ramas del mundo jurídico en
la teoría general del derecho, ED del 21/12/1992.
9 Copy, Irving – Cohen, Carl, Introducción a la lógica, Limusa, México 2001.
9 Gros Espiell, Héctor, El derecho a la paz, Congreso Internacional sobre la Paz, T.I, DR ©
1987. UNAM, http://www.bibliojuridica.org/libros/1/258/6.pdf.
9 Kennedy, David, Rompiendo moldes en el derecho internacional: cuando la renovación es
repetición, Dykinson, 2002.
9 Paulo VI, Mensaje para la Celebración de la Jornada de la Paz, del 1 de enero de 1969. http:/
/www.vatican.va/holy_father/paul_vi/messages/peace/documents/hf_p-
vi_mes_19681208_ii-world-day-for-peace_sp.html.
9 von Ihering, Rudolf, La lucha por el derecho, Heliasta, Sao Pablo 1993.
10
Héctor Gros Espiell, El derecho a la paz, Congreso Internacional sobre la Paz, T.I, DR © 1987. Universidad Nacional Autónoma
de México, http://www.bibliojuridica.org/libros/1/258/6.pdf.

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