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Unidad 13: La Prueba:

La Prueba, por Alsina: “La comprobación judicial, por los modos que la ley establece, de la
verdad de un hecho controvertido del cual depende el derecho que se pretende”.

La Prueba, por Palacio: “La actividad procesal, realizada con el auxilio de los medios
establecidos por la ley, y tendiente a crear la convicción judicial sobre la existencia o
inexistencia de los hechos afirmados por las partes como fundamento de sus pretensiones o
defensas”.

Definición doctrinaria general: Es la actividad probatoria, es el movimiento, el esfuerzo, que


realizan todos los sujetos del proceso, con la finalidad de introducir elementos capaces de
producir en el juzgador un conocimiento (elemento de prueba), respecto de los hechos
afirmados por las partes en sus alegaciones.

Distinción entre medio, órgano y elemento.

Medio de Prueba: son las vías, caminos o procedimientos establecidos en la ley procesal
para introducir válidamente al proceso, los elementos de prueba. Generalmente estos
medios están nominados en la ley (ej., testimonial, pericial, documental, etc.), amén de que
existen otros (innominados) tales como grabaciones magnetofónicas, filmaciones de video,
que si bien no están regulados explícitamente por la legislación procesal, se pueden
introducir al proceso bajo ciertas condiciones legales.

Órgano de Prueba: es la persona, el documento, el sujeto productor del elemento de


prueba, que lo contiene y lo trae al proceso, y que debe ser siempre una persona distinta del
juzgador. Por ej: el testigo, el perito.

Elemento de Prueba: es todo dato o circunstancia de conocimiento que se obtiene del


medio de prueba, que introducido en el proceso, provoca conocimiento sobre algún hecho,
para su posterior valoración (los dichos de un testigo, el informe pericial, el contenido del
documento, etc.)

Objeto de prueba.

Objeto de Prueba, por Alsina: ´´Son los hechos que se alegan como fundamento del
derecho que se pretende”.

Objeto de Prueba, por Palacio: “Son los hechos controvertidos y conducentes a la decisión
de la causa, afirmados por los litigantes”. Es posible inferir que el objeto de prueba: está
constituido por hechos externos o internos que pueden ser objeto de conocimiento; que
deben ser susceptibles de percepción por los sentidos o deducción por la razón; cualquiera
sea su naturaleza (física, psíquica, o mixta); hallarse controvertidos por las partes y afirmados
por ellas; ser hechos que conduzcan (pertinencia y utilidad) al esclarecimiento de la cuestión
controvertida.

Procedimiento probatorio:

Se trata, básicamente, de saber cuáles son las formas a respetar para ingresar o incorporar al
proceso prueba que se considere válida, limitándonos por el objeto de estudio de la materia,
al aspecto general constituido por el conjunto de formas y reglas que son comunes a todos
los medios de prueba, es decir todo lo relativo al ofrecimiento de la prueba, oportunidad
para solicitarla y recibirla, y a su valoración posterior.
Así, dentro de ese aspecto general referido, se pueden distinguir dos momentos o etapas
fundamentales:

1. Introductivo o práctico, que comprende los actos cumplidos por todos los sujetos del
proceso, que persiguen el ingreso definitivo en él de todos los elementos probatorios,
etapa que se integra por:

a. El ofrecimiento de la prueba: consiste en un anuncio de carácter formal, realizado por


las partes en el escrito pertinente, no existiendo para ello fórmula sacramental alguna,
siendo suficiente que del escrito surja claramente el ánimo de ofrecer al juez la
proposición de medios de prueba de donde, posiblemente, han de surgir los
elementos de convicción que tiendan a acreditar o desacreditar los hechos que se
invocan.

b. Recepción de la prueba: a las partes les incumbe la elección de los medios de prueba
de que han de valerse en el proceso; al juez, en cambio, le incumbe admitir o no
admitir los medios de prueba por ellas ofrecidos. La admisión es el acto procesal por el
cual el juez accede a que un medio de prueba determinado, ingrese al proceso
como posible elemento de convicción, ordenando agregarlo o practicarlo según el
caso. A los fines de la admisión de las pruebas, el juez se limita a ejercer un control
solamente formal de la prueba ofrecida por las partes, que se circunscribe a la
oportunidad del ofrecimiento (es decir, que haya sido ofrecida en término, conforme
a la legislación procesal. Ej., rechazará la prueba testimonial que no haya sido
ofrecida dentro de los diez primeros días del término de prueba, si se trata de un juicio
ordinario) y a la observancia de los requisitos formales exigidos por la ley para cada
medio de prueba, a los fines de su introducción en el proceso; por ejemplo, que se
hayan determinado los puntos de pericia junto con el ofrecimiento de ese medio de
prueba (art. 260 CPCCBA.)

Esto es, en materia civil el juez no puede rechazar la prueba por considerarla impertinente o
irrelevante, y en consecuencia “únicamente en la sentencia podrá el Tribunal pronunciarse
sobre la pertinencia de los hechos alegados o de la prueba solicitada”, según lo preceptúa
el art. 199 CPCCba. Más allá de lo cual el mismo artículo en su segunda parte, aclara que en
ningún caso el tribunal negará la apertura a prueba ni el despacho de diligencias
probatorias, salvo que estuviesen prohibidas por la ley (ej,, art. 309 del CPCCba., que
contiene limitaciones sobre testigos parientes), fueren manifiestamente inadmisibles (por ej.,
no ofrecer prueba junto con la demanda en el juicio abreviado, y pretender hacerlo
después) o imposibles de producir (se ofrece la declaración testimonial de una persona
fallecida).

c. Finalmente, el Tribunal dictará un decreto o proveído admitiendo la prueba, si se


cumplen las condiciones analizadas, o rechazándola en su caso, y en el cual fijará las
audiencias a los fines de recepcionar las declaraciones testimoniales ofrecidas, la
absolución de posiciones, el sorteo de peritos, ordenará librar los oficios requeridos,
etc. En contraposición a este sistema que impera en la legislación provincial de
córdoba y que podríamos tipificar como de “libertad probatoria”, es un sistema de
precalificación discrecional de prueba, en tanto y en cuanto el juez ante su
ofrecimiento, puede rechazar aquella que considere “manifiestamente improcedente,
superflua o meramente dilatoria”.

d. Diligenciamiento de la prueba: una vez ofrecida la prueba, y admitida por el tribunal,


se inicia este momento. El diligenciamiento de una prueba, consiste en el conjunto de
actos procesales que es necesario cumplir para introducir a la causa los distintos
elementos de prueba que tiendan a acreditar la veracidad o falta de veracidad de
las afirmaciones de hechos que interesa a un proceso. Comprende este momento, la
actividad que realizan todos los sujetos del proceso a los fines d producir la prueba
ofrecida, como la confección de las cédulas de notificación para la comunicación a
las partes y para la citación de los testigos, la confección de los oficios en la prueba
informática, el sorteo de los peritos, etc.

e. Introducción definitiva: finalmente, ocurre cuando la prueba oportunamente


ofrecida, admitida y diligenciada, se agrega, se incorpora a la causa, por ejemplo, la
declaración del testigo, el dictamen pericial, y de esta manera el elemento probatorio
queda incorporado al proceso.

Es en este momento cuando, en forma indiscutible, opera el principio procesal de gran


trascendencia, el de adquisición o comunidad de al prueba, en virtud del cual la misma no
pertenece a quien la aporta, y una vez introducida legalmente al proceso, debe tenerse en
cuenta para determinar la existencia o inexistencia del hecho a que se refiere, sea que
resulte en beneficio de quien la propuso o de la parte contraria, que bien puede invocarla.

2. Momento valorativo, que constituye del segundo momento del procedimiento


probatorio, de carácter eminentemente intelectual, que a su vez se manifiesta en dos
momentos consecutivos y precisos.

a. El primero, que corresponde a las partes: esta valoración se materializa en los


alegatos, como paso anterior al momento decisorio. En éstos las partes hacen mérito
de la prueba rendida valiéndose, para ello, de argumentaciones favorables a sus
pretensiones o defensas, con la finalidad de convencer al tribunal y obtener
finalmente una decisión que satisfaga sus intereses. Dicha valoración consiste no sólo
en destacar el éxito de su resultado probatorio, sino también la deficiencia o
ineficacia de la prueba de la contraria.

b. El segundo momento, consiste en la intervención del juez o tribunal: que está limitada
a la recepción de los alegatos, y una vez agregados al expediente, queda la causa
en estado de dictar sentencia; correspondiendo ahora al juez analizar los elementos
de convicción incorporados al proceso, para fundar su decisión, conforme al último
paso o momento del procedimiento que es la valoración de la prueba.

Principios de la prueba.

 Admisibilidad: es el acto por el cual se permite el ingreso o práctica de la prueba, con


independencia de su eficacia, se le puede conceder el crédito inicial o hasta que sea
desvirtuado. Es el principio de dar entrada a una prueba.

 Libertad: implica que las partes y el juez deben gozar de libertad para obtener todas
las pruebas que sean útiles pertinentes a la averiguación de la verdad, salvo que por
razones de moral y de orden público no puedan ser realizadas. Este principio se
resuelve en otros dos: libertad de medios de prueba y libertad de objeto de prueba.
Este concepto significa que todo puede probarse por cualquier medio, cualquier hecho
puede ser objeto de prueba y esa prueba puede alcanzarse por cualquier medio. Ahora
bien, es importante destacar que ante el riesgo de que amparándose en este principio, se
produzcan pruebas innecesarias, es que los ordenamientos procesales más modernos ponen
ciertos límites al mismo, prohibiendo la producción de pruebas manifiestamente
improcedentes, inconducentes o inidóneas.

 Pertinencia: la prueba que puede producir la convicción del juzgador es la que resulta
útil, idónea y pertinente para demostrar las afirmaciones controvertidas. Este principio
se relaciona con el de economía procesal y tiende a evitar que uno de los litigantes
dilate innecesariamente el proceso con pruebas impertinentes.

 Negligencia procesal: es el abandono o falta de diligencia en la tramitación de los


juicios. En ella pueden incurrir tanto los funcionarios judiciales y sus auxiliares o
subordinados, cuanto las partes y sus representantes o patrocinantes. La negligencia
procesal tiene dos formas de sanción: una es la pérdida del trámite o actuación no
cumplidos o no reclamados a tiempo, y otra es la pecuniaria, que puede imponerse
para el pago de las costas o de parte de ellas, al mandatario negligente o a éste
conjuntamente con la parte y su patrocinante. (caducidad y prescripción).

 Publicidad: se relaciona con el principio de contradicción, en tanto implica que las


partes deben tener igual oportunidad para conocer la prueba, participar en su
producción, impugnarlas, discutirlas y valorarlas, además de conocer la valoración
efectuada por el juez al dictar sentencia.

La verdad jurídica objetiva.

El objeto del proceso consiste en una conceptualización fáctico jurídica que se afirma con
los introductivos de las partes para fundamentar las respectivas pretensiones. Las
afirmaciones de hechos deben ser probadas positiva o negativamente, su encuadramiento
en las normas jurídicas debe encontrarse mediante la confrontación de la materialidad
fijada con el supuesto de hecho normativamente descripto. Se trata de la certeza de los
hechos (controvertidos o no, según los casos) y de la certeza del derecho objetivo vigente,
ya que éste debe ser aplicado a aquéllos.

Es corriente sostener en doctrina que la verdad obtenida mediante el proceso judicial con
respecto a los hechos de la causa, en cuanto perseguida como finalidad inmediata tiene
unas veces alcance material o histórico y otras veces un alcance meramente formal. Lo
primero constituirá una exigencia del proceso penal, que procura llegar a la verdad histórica
de lo acontecido según la prueba obrante en la causa, y lo segundo se advertirá en el
proceso civil, donde el hecho queda fijado conforme a lo que las partes quieren, con
exclusión de la averiguación de la verdad.

Sistemas de valoración de la prueba.

En doctrina clásica, se han destacado tres sistemas de valoración de la prueba:

1) Sistema de Prueba o tarifa legal: consiste en que el valor de la prueba está


predeterminado por la ley; es ésta la que le señala por anticipado al juez, el grado de
eficacia que debe atribuirle a determinado elemento probatorio; por lo tanto el juzgador se
encuentra obligado a valorar las pruebas de acuerdo a los extremos o pautas
predeterminadas por el legislador en la norma jurídica. Ha sido prácticamente abandonado
por las legislaciones modernas, aunque existen aún algunos resabios como es el caso del art.
236 de nuestro C.P.C.Cba), que textualmente expresa que “la confesión judicial hace plena
prueba contra el absolvente…”.

2) Sistema de libre apreciación: es la antítesis del anterior e implica el otorgamiento de


facultades discrecionales al juzgador, quien aprecia la prueba libremente, sin estar atado a
criterios legalmente preestablecidos. El juez para obtener la íntima convicción se vale de los
sentimientos, de las intuiciones, de las impresiones, o de otros estados emocionales, de sus
conocimientos personales, además de los razonamientos lógicos y de la experiencia.
3) Sana crítica racional: el juez valora la prueba sin sujeción a criterios legalmente
establecidos, pero, a diferencia del anterior, sin la interferencia de factores emocionales,
debiendo fundamentar su decisión.
Como señala Couture, las reglas de la sana crítica racional son “las reglas del correcto
entendimiento humano”. La sana crítica es la unión de la lógica, la experiencia y la
psicología. En cuanto a la primera, y refiriéndonos a la lógica formal, juega un papel
trascendental, a través de los principios lógicos supremos que actúan como controles
racionales en la decisión judicial, y que conforme a la concepción clásica son:

a. Principio de identidad: cuando en un juicio el concepto-sujeto es idéntico total o


parcialmente al concepto-predicado, el juicio es necesariamente verdadero.

b. Principio de contradicción: dos juicios opuestos entre sí contradictoriamente, no


pueden ambos ser verdaderos.

c. Principio de tercero excluido: dos juicios opuestos entre sí contradictoriamente, no


pueden ambos ser falsos (uno de ellos es verdadero y ningún otro es posible).

d. Principio de razón suficiente: todo juicio para ser realmente verdadero, necesita tener
una razón suficiente que justifique lo que en el juicio se afirma o niega con pretensión
de verdad.

Facultades del juez para ordenar de oficio medidas probatorias.

El intento de introducción de la prueba (iniciativa) por parte del tribunal se produce, con la
orden de recepción emanada de él sin instancia de parte.
La previsión al respecto implica otorgar al tribunal un poder autónomo de investigación para
seleccionar y reunir o suplementar la prueba.
Es el régimen característico del tipo procesal inquisitivo, razón por la cual tiene aplicación en
el proceso penal durante el período de la investigación penal preparatoria. En la etapa del
juicio oral, la única prueba que el código de procedimiento de la provincia de Córdoba
autoriza al tribunal a ordenar de oficio, es la inspección judicial.

En el proceso laboral, la iniciativa probatoria del tribunal ha tenido también cierta acogida.
Las modernas legislaciones procesales civiles ponen empeño en que no quede eliminada la
regla probatoria resultante del principio dispositivo. Sin embargo han comenzado a
quebrantarla mediante el otorgamiento de mayores atribuciones de oficio para el tribunal.
Orientadas por el carácter publicístico del proceso, han cedido a la tentación de obtener en
alguna medida un procedimiento que se considere más justo, permitiendo e incluso
imponiendo al juez la integración de la actividad de las partes en la tarea de arrimar
inicialmente la prueba al proceso judicial.

Como ejemplo, el C.P.C.Cba. en su art. 279 párr 2 expresa que “…el tribunal podrá, de oficio
o a petición de parte, disponer que se amplíe el dictamen si lo creyere deficiente u ordenar
que se nombren otros peritos, sin recurso alguno”.

Carga de la prueba en el proceso civil, laboral y familiar.

Responde a la pregunta de quién debe probar? se trata de determinar, cuál de los sujetos
que actúan en el proceso debe producir la prueba materia del debate, o sea, la distribución
del onus probando.
En el proceso civil, eminentemente dispositivo, son reglas para que las partes produzcan la
prueba de los hechos, con la finalidad de demostrar la verdad de sus respectivas
proposiciones. Carga de la prueba significa entonces, una conducta impuesta a uno o a
ambos litigantes para que acrediten la verdad de los hechos por ellos alegados.

La carga de la prueba (onus probando) constituye pues como toda carga procesal, un
imperativo del propio interés, una circunstancia de riesgo; quien omite probar, no obstante la
regla que pone tal actividad a su cargo, no es pasible de sanción alguna, quedando
expuesto a la perspectiva de una sentencia desfavorable.
En otro aspecto, también es una regla para el juzgador o regla de juicio, en cuanto implica
cómo debe resolver cuando no existe la prueba de los hechos sobre los cuales debe basar
su decisión.

La ley procesal debe distinguir anticipadamente entre las partes la fatiga probatoria,
determinando las circunstancias que el actor y el demandado deben acreditar, según las
proposiciones formuladas por ellos en el juicio.

Concepción clásica.

Las reglas sobre la carga de la prueba son aquellas que tienen por objeto determinar cómo
debe distribuirse, entre las partes, la actividad consistente en probar los hechos
controvertidos que son materia de litigio. Mantiene aún su vigencia, con algunas
modificaciones, aunque existen situaciones complejas, donde el problema de determinar
quién debe probar se hace de muy difícil solución. Trataremos de establecer, en síntesis, las
cargas o responsabilidades de cada uno para lograr zanjar dicha dificultad.

Generalmente, se puede analizar la existencia de tres clases de hechos; los constitutivos, los
impeditivos y los extintivos, que funcionan de la siguiente manera en el tema que nos ocupa:

 Al actor le incumbe la prueba de los hechos constitutivos de su pretensión,


atribuyéndosele el carácter constitutivo al hecho específico del que surge, en forma
inmediata, el efecto jurídico pretendido. Así por ej., en un contrato de compra venta,
el actor deberá probar la existencia de dicho contrato, como asimismo, las demás
circunstancias que lo tipifican, por ej.: cosa vendida, precio, etc.

 En cuanto a los hechos impeditivos, como regla le corresponde su prueba al


demandado. Siguiendo el ejemplo anterior, podemos decir que son hechos
impeditivos la existencia de un vicio en el consentimiento o la incapacidad de los
contratantes, correspondiendo la prueba de su existencia a quien los invoca como
fundamento de su defensa.

 De la misma manera, corresponderá al demandado probar la existencia de los


hechos extintivos, que en relación al supuesto citado, será, por ej: el pago del precio o
cualquier otro medio extintivo de las obligaciones (art. 724 del C. Civil).

Si bien generalmente estos hechos deben ser probados por el demandado, existen supuestos
en que los hechos impeditivos y extintivos deberán ser probados por el actor, cuando
constituyeren el fundamento de su pretensión, pues existen situaciones en las que un hecho
impeditivo o extintivo funda una demanda; en tal caso, el actor deberá probar el hecho que
impidió la constitución de una relación jurídica o que la extinguió, como sucede cuando se
solicita la nulidad de un acto jurídico, correspondiéndole al actor la prueba del error, dolo,
violencia o cualquier vicio de la voluntad en que funda la demanda.

Art. 377 del C.P.C.N.: “cada una de las partes deberá probar el presupuesto de hecho de la
norma o normas que invocare como fundamento de su pretensión, defensa o excepción”.
Reformulación.

Modernamente, se ha ido desarrollando en la doctrina y jurisprudencia, un movimiento de


cambio que tiende a atenuar en el proceso civil su marcado perfil dispositivo, por otro de
tipo publicístico o inquisitivo que otorga al juez un rol más activo o protagónico en el
proceso.

Se hace necesario, como consecuencia de ello, adaptar las tradicionales reglas de


distribución de la carga probatoria que expresáramos precedentemente, a las necesidades
que impone esta nueva tendencia. De esta manera surge lo que se ha dado en llamar:

 Teoría de la carga probatoria dinámica: cuya regla de distribución, básicamente,


puede ser expresada de la siguiente manera: “la carga de acreditar determinado
hecho, debe recaer sobre el litigante que se encuentre en mejores condiciones de
producirla”. Es decir, se atenúa el rigorismo de los principios llamados clásicos y
encuentra su máxima expresión en aquellos supuestos donde la prueba, o parte de
ella, resulta inaccesible a una de las partes –supongamos al actor- (por ej., los casos
de mala praxis médica, simulación, etc.) En estos casos, se impone la carga
probatoria, a quien se encuentre en mejores condiciones de probar; todo ello en
virtud de los principios de la lógica, justicia, igualdad de partes antes la ley y
solidaridad. Además, es necesario que concurra otra circunstancia determinante: que
la parte se encuentre en reales posibilidades de probar, ya que de lo contrario, atribuir
responsabilidad de prueba a quien no tiene esa posibilidad, carecería de todo
sentido.

Adviértase también, que no debe confundirse este sistema con el de la inversión de la carga
de la prueba, aunque presenta ciertas similitudes. En el último de los nombrados, esa
inversión proviene de la ley (art. 39 del C.P. Laboral de Cba. –Ley Prov. Nº 7987-, art. 509 inc. 2
C.P.C.Cba.), pero en el sistema de la reformulación, se trata de un sistema que,
circunstancialmente, permite que esa responsabilidad probatoria sea atribuida a una u otra
parte; tal como ya lo hemos señalado.

Sin discutir la justicia del sistema, el problema se presenta porque en la actualidad no existe
en nuestra legislación procesal, normas precisas que den seguridad jurídica al justiciable en
este sentido, y que determinen cómo y cuándo el juzgador ha de atribuir esa
responsabilidad probatoria a una de las partes en un caso concreto.

Responsabilidad probatoria en el proceso penal.

En nuestro sistema penal, las doctrinas precedentemente enunciadas resultan inaplicables


por cuanto:

El estado de inocencia impide que se obligue al imputado a aportar prueba acerca de


aquella y mucho menos sobre su culpabilidad. No tiene el deber de probar nada.

Nuestro sistema reposa en el carácter público del interés represivo, por lo que la obligación
de investigar la verdad y de aportar en consecuencia las pruebas necesarias, incumbe al
estado a través de sus órganos predispuestos, sin que la actividad probatoria y el objeto de
la prueba puedan encontrar límites derivados de la conducta de las partes. La
responsabilidad que nace para el Ministerio Público por imperio de la ley 8123 durante la
etapa del juicio, por la cual el ofrecimiento de prueba es de su exclusiva competencia, no
pudiéndola suplir el tribunal de oficio, no responde a la teoría de la carga probatoria pues el
fiscal, objetivamente, está obligado a efectuar dicho ofrecimiento, de la misma forma que el
juez está obligado a juzgar.
La actividad probatoria en el proceso penal no es una simple verificación, desde que ésta
presupone una afirmación previa, y lo que se pretende es reconstruir objetiva, imparcial,
histórica y libremente el hecho hipotético que supone delito.
Unidad 14: Discusión y Decisión.

Alegatos.

Definición y formas en los diferentes procesos.

La discusión: es la actividad que realizan las partes para acercar al tribunal los argumentos
que puedan determinar una decisión de fondo a su favor, sobre las cuestiones y pruebas
introducidas en el proceso. Se trata de una discusión bilateral sobre la causa, manifestada
en informes, alegatos o exposiciones finales de las partes, producidos ante el Tribunal en
forma oral o escrita según el sistema de procedimiento adoptado – Clariá Olmedo.

El contradictorio es pleno, cada una de las partes se expide con argumentaciones


favorables a sus pretensiones mediante una merituación que hacen de las pruebas
producidas en la etapa que acaba de clausurarse. Su intención es convencer con sus
argumentos al tribunal y obtener de esa manera una decisión que satisfaga sus respectivos
intereses, sin perjuicio de que en esos alegatos puedan contenerse reconocimientos a
concretas afirmaciones de la contraria.

Si el alegato se produce oralmente, como en el caso del proceso laboral, penal, familiar, el
tribunal asume una actitud pasiva y su función se limita a escuchar los argumentos y
conclusiones de las partes, a dirigir y mantener el orden de la audiencia. Cuando se produce
en forma escrita, como en el caso del proceso civil, la intervención del tribunal, por
intermedio de la secretaría correspondiente, se limita a la recepción de los alegatos o
informes.
Por su parte, dentro del mismo proceso civil, hay casos como el del juicio abreviado (art. 507
del C.P.C.Cba.), para el cual el art. 514 prescribe que “recibida la prueba o vencido el plazo
para su recepción, el tribunal llamará autos para definitiva y dictará sentencia”.

Con la salvedad de la excepción precedentemente expuesta, en el juicio escrito la discusión


se perfila nítidamente, ya que en aquél se marcan claramente tres fases:

1. Introducción de las cuestiones.


2. Introducción de las pruebas.
3. Momento crítico, que se compone de la discusión y la decisión final. Son momentos
discontinuos que van precluyendo con la iniciación del próximo. Así, la discusión se
abre cuando se clausura la prueba.

De tal modo y puntualmente en el juicio civil ordinario, concluida la etapa probatoria el


tribunal ordena correr traslado de ley por su orden.

En el procedimiento oral, en cambio, la etapa esencial es la vista de la causa (en laboral) o


el debate (en penal), en la que por efecto del principio de concentración e inmediación, no
se distinguen con claridad etapas o fases dentro de él. Después de la producción de las
pruebas ofrecidas previamente y de la agregación de la prueba producida antes de
iniciarse el debate, se ubica la etapa discusoria.

La vista de la causa (proceso laboral) se desarrolla de la siguiente manera:

1. Lectura de demanda y su contestación y reconvención, y a su vez de la contestación


de ésta última, en caso de haberse producido.
2. Ingreso por lectura de la prueba producida con anterioridad.
3. Producción de las pruebas oportunamente ofrecidas y previstas para ser introducidas
en el debate, dado su eminente oralidad (confesional, testimonial).
4. Discusión que se realiza oralmente –aunque en muchos procesos se desvirtúa en
cuanto se permite a los letrados dejar memoriales o apuntes de sus respectivos
alegatos-.
5. Sin solución de continuidad el tribunal pasa a deliberar con el fin de arribar a la
decisión final (por imperio del principio de concentración y continuidad que obligan
al tribunal a producir su decisión sin interrupciones, pasando a deliberar
inmediatamente después de la clausura del debate, disponiendo en general de un
plazo perentorio o fatal para el dictado de la sentencia).

Contenido:

Como adelantáramos, la discusión debe versar sobre todos los elementos del pleito hasta el
momento reunidos, y no sólo sobre las pruebas. Es en este momento que se brinda la
oportunidad de meriturar con claridad y precisión todas las cuestiones planteadas y las
afirmaciones y refutaciones existentes en la demanda y contestación. No sólo debe estarse a
las cuestiones controvertidas, sino también las aceptadas por ambas partes y las afirmadas
al trabarse la litis, ya que el juez no solamente resolverá sobre lo discutido sino también sobre
todas las afirmaciones del actor.

Para su elaboración debe seguirse un procedimiento lógico argumental, cuyo primer paso
consiste en efectuar un planteo, luego ordenar las cuestiones para proceder al análisis de la
prueba y la refutación de las afirmaciones o negaciones de la contraparte en función de la
ineficacia de las prueba ofrecida por aquélla. Finalmente, planteados los hechos, analizadas
las pruebas, debe realizarse una exposición jurídica del caso, fundamentando las respectivas
pretensiones en el derecho:

a. primero, en la norma;
b. luego en la doctrina;
c. por último en la jurisprudencia.

Recién en este momento se agota la discusión, pues las partes concreta, amplían y
explicitan sus pretensiones iniciales, ya que no se agotan en la demanda todos los
argumentos jurídicos a los que pueden recurrir las partes.
La valoración efectuada por las partes es parcial. No se les puede exigir imparcialidad, la
que queda reservada al juzgador.

Sentencia. Definición, clasificación, formalidades, principio de congruencia.

La sentencia es la resolución jurisdiccional que pone fin al proceso en el cual se dicta y


resuelve en definitiva la cuestión litigiosa.
Se trata de una norma particular, aplicable exclusivamente al caso concreto sometido a
juzgamiento.

Puede ser vista desde dos aspectos, uno legal y otro sustancial:

 Desde el punto de vista legal, la sentencia es aquella resolución jurisdiccional que,


como tal, ha sido definida o caracterizada en la ley. Es aquél pronunciamiento que
pone fin al proceso, cualquiera sea la cuestión que en ella se resuelva.

 Desde el punto de vista sustancial, sentencia es aquella resolución jurisdiccional que


decide en definitiva sobre el fondo de la cuestión traída al proceso, por lo que para su
existencia requerirá que aquél se haya tramitado integralmente. Desde este punto de
vista, no será sentencia el sobreseimiento, pues no resuelve la cuestión de fondo –no
absuelve ni condena, sólo dice que la pretensión ha prescripto, o que el hecho no es
delito, o que el imputado no participó en él.

Decimos que sentencia es una resolución jurisdiccional definitiva. Esto quiere decir que con
ella se agota la jurisdicción de conocimiento del juez en ese proceso –no su actividad en el
mismo-. Es decir, ya sea desde el punto de vista legal o sustancia, sentencia es decisión que
pone fin al proceso en su momento cognoscitivo, después de su integral tramitación.

En primer lugar, el juez debe empezar por obtener las cuestiones de hecho contenidas en la
causa para delimitar el campo dentro del cual han de proyectarse las pruebas efectivas y
legítimamente introducidas al proceso –para el juez, lo que no está en el expediente o en el
acta, no existe en el mundo. Al mismo tiempo deberá ir comparando esas cuestiones con el
hecho específico descripto en las normas jurídicas aplicables.

Delimitados los hechos deberá fijarlos en el siguiente orden:

1. Los que las partes aceptaron como ciertos –no controvertidos-;

2. Los que no requieren demostración –hechos evidentes y presunciones iure et de iure-;

3. Presunciones iuris tantum no destruidas por prueba en contrario y hechos


controvertidos.

Fijados los hechos deberá iniciar la valoración de la prueba en busca de la obtención de


certeza respecto de la verdad el acontecimiento sometido a su decisión.
Para esta valoración deberá aplicar las reglas de la lógica, la psicología y la experiencia,
cuya omisión, en nuestro sistema, está conminada con la nulidad y constituye un vicio in
iudicando.

La regla que prohíbe el non liquen obliga al juez a dictar sentencia cualquier que sea el
estado intelectual al que arribe –duda, probabilidad o certeza-.

Frente a estos grados de conocimiento se alcanzan los siguientes resultados:

 En caso de certeza positiva, el juez decidirá a favor de las pretensiones del actor o de
quien opuso la excepción, en su caso.

 En caso de certeza negativa, el juez decidirá la no aceptación lisa y llana del hecho
afirmado, lo que conduce al rechazado de la pretensión del actor o de quien opuso
la excepción.

 En caso de duda, el juez hallará un equilibrio entro los elementos negativos y los
positivos, lo que significará ausencia de toda prueba e incertidumbre respecto del
hecho afirmado. Si esto ocurre se tendrá como no probado aquél.

o En caso de probabilidad, esto es, mayor cantidad de elementos positivos pero que no
excluyen por completo a los negativos, habrá insuficiencia de prueba para cualquier
tipo de proceso, lo que impide acoger de plano la afirmación, no pudiendo darse por
existente el hecho y aunque esta misma probabilidad permitió ordenar durante la
sustanciación del proceso previo a al sentencia, una medida cautelar.

o En caso de improbabilidad, se estará en la situación inversa a la anterior, por lo que los


hechos cuya existencia se afirma deben ser considerados inexistentes.
Por su parte, en el ámbito penal estos estados intelectuales responden a las siguientes
soluciones:

 Certeza negativa durante la instrucción: sobreseimiento.

 Probabilidad durante la instrucción: procesamiento, vista fiscal, prisión preventiva,


según los distintos sistemas.

 Duda durante la instrucción: continuación de la investigación hasta el plazo legal y si


persiste, sobreseimiento.

 Certeza positiva durante el juicio: condena.

 Duda o probabilidad en juicio: absolución.

Formalidades.

En general, la sentencia debe cumplir dos requisitos básicos:

1. Emanar de un órgano jurisdiccional;

2. Resolver un caso concreto, controvertido y judicial.

Concreto en cuanto el juez no hace declaraciones en abstracto; controvertido, en cuanto el


conflicto es promovido en juicio.

Formalidades extrínsecas:

1. Debe otorgarse por escrito y en idioma nacional;


2. Se debe mencionar lugar, fecha, tribunal y causa;
3. Se la debe enumerar y expedir en doble ejemplar;
4. Debe llevar la firma del juez o jueces en caso de tribunal colegiado.

Formalidades intrínsecas:

Están relacionadas con las partes de la sentencia a las cuales nos hemos referido. Dentro de
cada una de estas partes existen requisitos de forma cuya inobservancia trae aparejada
nulidad:

 Resultandos o vistos: el relato del juez debe efectuarse desde la recepción de la


demanda hasta el llamamiento de autos para sentencia o definitiva. Es fundamental
no sólo para que la sentencia se baste a sí misma sino también para que las partes e
interesados conozcan lo que ha ocurrido objetivamente en el proceso y comprueben
que la decisión guarda relación con los principios de autosuficiencia y congruencia.
Cuando decimos que la sentencia debe bastarse a sí misma –principio de
autosuficiencia-, queremos decir que su sola lectura debe ser suficiente para conocer
y entender cuáles fueron las pretensiones de las partes, incidentes ocurridos, pruebas
producidas, alegatos y cómo resolvió el tribunal en consecuencia. El principio de
congruencia exige que la parte dispositiva se adecue rigurosamente a los sujetos,
objeto y causa que individualizan la pretensión y oposición, pronunciándose sobre
toda la demanda y la reconvención en su caso, y no más allá de los límites de ella. En
el ámbito penal, por ej, implica que no puede condenarse a alguien por homicidio, si
la acusación que da base al juicio lo es por un delito de lesiones.
 Considerandos: una vez hecha la descripción de la causa y la prueba producida,
entra el juzgador a efectuar el análisis de los elementos de prueba con la finalidad de
fijar los hechos –las cuestiones fácticas- y el derecho aplicable –cuestiones de
derecho-. Para fijar los hechos deberá seleccionar y valorar los elementos probatorios
introducidos por las partes y por las medidas para mejor proveer que haya ordenado.
Esta es la parte de fundamentación o motivación del fallo, fundada en la sana crítica
y exigida por el art. 326 del C.P.C.Cba., que expresamente señala que toda decisión
definitiva deberá tener fundamentación lógica y legal, bajo pena de nulidad. Fijados
los hechos, el juzgador procederá a elegir en el ordenamiento jurídico positivo la
norma aplicable, lo que puede hacer directamente o a través de un análisis
interpretativo con aplicación de doctrina y jurisprudencia. En esta parte de la
sentencia se impone la aplicación de las reglas de la sana crítica racional, incluye los
principios lógicos de identidad, tercero excluido, contradicción y razón suficiente. Así,
el principio de razón suficiente expresa que no puede hallarse ningún hecho
verdadero o existente ni ninguna enunciación verdadera, sin que haya una razón
suficiente para que sea así y no de otro modo. A este principio está adscripta la ley de
derivación por la cual, de las pruebas producidas debe surgir necesariamente una
única conclusión –el antecedente infiere necesariamente al consecuente-. Apenas se
advierta que, paralelamente a la conclusión arribada, es admisible conjeturalmente
otra diversa basada en las mismas pruebas de la causa, se produce la inobservancia
del principio de razón suficiente, porque éste exige que el consecuente deba ser ése y
no otro diverso.

 Parte resolutiva: fijados los hechos y establecido el derecho aplicable, el juez procede
a plasmar su conclusión, sin la cual no habría sentencia. Es la consecuencia del juicio
lógico efectuado y permite efectuar la siguiente clasificación de las sentencias:

Pueden distinguirse los siguientes tipos de sentencia:

 Sentencia declarativa o meramente declarativa, es aquella en la cual el juez se


concreta simplemente a determinar la certidumbre o no respecto de una situación
que se mostró incierta durante todo el proceso. Esta clase, sin embargo, no siempre es
autónoma, sino que existe necesariamente como antecedente en las sentencias
condenatorias y constitutivas, pues antes de resolver en este sentido, el juzgador
deberá fijar los hechos de la causa, lo que implica poner fin a un estado de
incertidumbre fáctica, y con ella, jurídica.

 Sentencia constitutiva es aquella que crea, modifica o extingue un estado jurídico –tal
el caso de cuestiones de estado: divorcio, adopción, filiación, etc.-. En consecuencia
nace una situación diversa a la que existía antes de la sentencia.

 Sentencia condenatoria es la que impone el cumplimiento de una prestación


contenida en la pretensión del actor.

La cosa juzgada. Clases.

La cosa juzgada por Palacio: ´´Es la inmutabilidad o irrevocabilidad que adquieren los
efectos de la sentencia definitiva cuando contra ella no procede ningún recurso ordinario o
extraordinario susceptible de modificarla, o ha sido consentida por las partes´´.

No es un efecto de la sentencia sino la irrevocabilidad de los efectos de aquélla o de


cualquier resolución jurisdiccional que ha quedado firme.

Clases:
 Cosa juzgada en sentido formal: se configura cuando a pesar de ser firme e
irrevocable la sentencia dentro del proceso en el cual se dictó, sin embargo la causa
allí resuelta puede ser nuevamente discutida en un proceso ulterior. Es decir, carece
del atributo de indiscutibilidad. Tal es el caso de la sentencia dictada en un juicio
ejecutivo que, sin embargo, y a pesar de que se proceda a la ejecución ordenada en
ella, permite que la causa sea discutida por vía ordinaria. Esto ocurre porque en el
juicio ejecutivo no se permite discutir la causa de la obligación y por ende, se trata de
cuestiones no resueltas que ameritan la sustanciación de otro proceso. La doctrina
entiende que no estamos ante una autoridad de cosa juzgada.

 Cosa juzgada material o sustancial: se trata de aquella sentencia que ha quedado


firme, es irrevocable y no admite discusión posterior por la misma causa; no se puede ir
más allá, no admite supuesto contrario alguno; en consecuencia, es un presupuesto
de la conclusión que torna vano todo logicismo que intente desconocerla.

Efectos de la cosa juzgada material.

Una vez que la sentencia que resuelve acerca de las pretensiones de las partes ha sido
dictada y ha quedado firme, esto es, no susceptible de recursos ordinarios o extraordinarios,
aparece la res iudicata o cosa juzgada. Sin embargo, su sola existencia puede no alcanzar
para satisfacer en forma real y efectiva las pretensiones de quien salió victorioso. Si se trata
del actor, si bien su pretensión ha sido declarada cierta, será necesario que el demandado
satisfaga su derecho cumpliendo con la obligación impuesta por la sentencia. De no hacerlo
será necesario forzarlo judicialmente. Para que esto sea posible deberá efectuar una acción
de ejecución de sentencia que tiene fundamento en la cosa juzgada, por cuanto ésta es la
que le proporciona el actio iudicati.

Ahora bien, para que la actio iudicati sea procedente, será necesario que la sentencia firme
adquiera ejecutoriedad. Y una sentencia firme hará ejecutoria cuando haya vencido el
término ordenado en ella dentro del cual el condenado debe cumplir con la obligación
impuesta. En consecuencia, para que proceda la actio iudicati, será necesario que la
sentencia esté firme y ejecutoriada.

Modos anticipados de conclusión del proceso en el procedimiento civil,


penal, laboral y de familia.

Allanamiento.

Art. 352 del C.P.C.Cba.: el demandado podrá allanarse a la demanda en cualquier estado
de la causa anterior a al sentencia.
El Tribunal dictará sentencia conforme a derecho, pero si estuviere comprometido el orden
público, el allanamiento carecerá de efectos y continuará el juicio según su estado.

-Allanamiento por Palacio: ´´es una declaración de voluntad del demandado en cuya virtud
reconoce a la fundabilidad de la pretensión interpuesta por el actor´´.

Doctrina y jurisprudencia mayoritariamente conciben esta figura como:

 Una declaración de voluntad del demandado en cuya virtud admite someterse a la


pretensión interpuesta por el actor.

 Un acto procesal unilateral por el cual el demandado admite la legitimidad de las


pretensiones del actor.
 Puede ser total o parcial, según el demandado admite la totalidad o parte de las
pretensiones del demandante, aunque no reconozca la exactitud de los hechos y el
fundamento del derecho de la demanda.

 Se puede extender al actor en caso de que medie reconvención del demandado.

 Determina la extinción del proceso.

 Sólo puede darse en juicio, no existe el allanamiento extrajudicial.

 Puede ser expreso o tácito; el segundo acontece cuando el demandado, sin


formularlo expresamente, cumple la prestación reclamada.

 Puede ser condicionado, ya sea a una determinada forma de pago, a una quita
parcial, etc.; para que sea procedente deberá concurrir la conformidad del actor de
manera expresa o tácita (en este caso se aproximaría a una transacción)

 Formulado el allanamiento, corresponde al juez dictar sentencia a fin de que las


pretensiones del actor no se discutan nuevamente –non bis in idem- de modo que el
demandado se beneficie con los efectos de la cosa juzgada.

Desistimiento.

Establecen los arts. 349 y 350 del C.P.C.Cba.:

Art. 349 (desistimiento del juicio): en cualquier estado de la causa anterior a la sentencia, las
pares, de común acuerdo, podrán desistir del juicio manifestándolo por escrito al tribunal
quien, sin más trámite, lo declarará extinguido y ordenará el archivo de las actuaciones.

Cuando el actor desistiera del juicio después de notificada la demanda deberá requerirse la
conformidad del demandado, a quien se dará traslado notificándosele, bajo apercibimiento
de tenerlo por conforme en caso de silencio. Si mediare oposición, el desistimiento carecerá
de eficacia y proseguirá el trámite de la causa.
El recurrente podrá desistir de su impugnación en cualquier estado de la causa.
Este tipo de desistimiento importa el pleno abandono del proceso, pero no afecta el
derecho sustancial alegado como fundamento, razón por la cual no impide su reiteración en
otro proceso. Esta última circunstancia impone la necesidad de contar con el
consentimiento de la contraparte, salvo que el actor desistiera antes de notificada la
demanda. Notificada ésta, deberá correrse vista del desistimiento al demandado para que
lo consienta o se oponga.

Si hay oposición, el desistimiento carecerá de eficacia y proseguirá el juicio.


En general, salvo que se produzca antes de la notificación de la demanda, en cuyo caso se
tratará de un acto unilateral, el desistimiento del juicio es un acto bilateral que implica un
libre acuerdo de voluntades.

´´Tiene como efecto truncar y extinguir el proceso iniciado impidiendo que se llegue a la
sentencia´´

Art. 350 (desistimiento del derecho): en las mismas oportunidades y forma a que se refiere el
artículo anterior, el actor podrá desistir del derecho en que fundó la acción. No se requerirá
la conformidad del demandado, debiendo el tribunal limitarse a examinar si el acto procede
por la naturaleza del derecho en litigio, y a dar por terminado el juicio en caso afirmativo. En
lo sucesivo no podrá promoverse otro juicio por el mismo objeto y causa.
Desistimiento del derecho por Palacio: ´´es el acto por el cual el actor declara su voluntad
de abdicar del derecho material invocado como fundamento de la pretensión´´.

´´Trae aparejado, también, el desistimiento de la pretensión o del proceso, toda vez que no
se concibe la subsistencia de una pretensión sin fundamento´´.

Se trata de una declaración de voluntad unilateral, que no requiere el consentimiento del


demandado porque no le causa perjuicio alguno. Esta renuncia extingue, además del
proceso, el derecho material que funda la pretensión.
En caso de que el actor pretendiese otra vez la misma pretensión contra el demandado,
éste puede oponerle la excepción perentoria del desistimiento del derecho.
Sólo es posible desistir de aquellos derechos disponibles, esto es, que según el derecho civil
son renunciables.
Puede ser total o parcial, pero en todo caso deber ser expreso, pues no se presume, y la
interpretación de los actos que induzcan a probarlo debe ser restrictiva.
Puede interponerse en cualquier etapa del proceso.

Transacción.

Está prevista por el art. 724 del Código Civil como un medio de extinción de las obligaciones.

Conforme al art. 832 es: “un acto jurídico bilateral, por el cual las partes, haciéndose
concesiones recíprocas, extinguen obligaciones litigiosas o dudosas”.

Importa un recíproco sacrificio, a los fines de superar el diferendo producido por hechos
dudosos y contradichos.
Hay, entonces, un mutuo renunciamiento que no se identifica con el proceso y que tiene por
objeto dar certeza a una situación jurídica hasta entonces incierta. Su efecto no sólo consiste
en extinguir la obligación nacida por imperio del derecho sustantivo, sino también produce
la extinción de la acción, cuando esta ha sido promovida, efecto éste que es el que nos
interesa.
Además de ser un medio de extinción de las obligaciones, desde el punto de vista formal se
trata de un acuerdo de voluntades, un contrato, que se define por la finalidad que tiene y
por los medios escogidos para alcanzarla – voluntad de cada una de las partes que asienten
efectuar recíprocas concesiones.

La transacción puede ser judicial o extrajudicial:

La transacción judicial puede surgir por iniciativa de las partes o como resultado de una
audiencia de conciliación.
La transacción se perfecciona como tal en el momento en que es conocida por el tribunal;
ya sea porque se produjo en la audiencia o alguna de las partes presentó el escrito donde
se hizo constar (art. 838 Código Civil)

Caracteres:

 Capacidad para transigir

 Poder especial. El mandatario necesita un poder especial –puede estar contenido en


un poder general.

 Que se trate de derechos transigibles –disponibles, dudosos o litigiosos.


 La transacción judicial debe celebrarse por escrito, por instrumento público o privado
y ser homologada por el juez que entiende en la causa.

 Puede celebrarse en cualquier estado del proceso pero antes de que se encuentre
firme la sentencia, pues con ella acaban las cuestiones litigiosas o dudosas sobre las
que debe versar.

 Son de interpretación restrictiva. En caso de duda sobre los derechos comprendidos


en ella o sobre la medida de las concesiones efectuadas, debe interpretarse en el
sentido de que los derechos o la extensión sobre la cual se duda no se encuentren
incluidos en aquella.

Efectos:

Con la transacción se extinguen las obligaciones entre las partes relacionadas con los
derechos transigidos.
Obliga a las partes desde su presentación ante el juez, pero no vincula a éste, quien puede
negar la homologación si las partes no hubiesen observado los requisitos correspondientes.
Esto no obsta a que las pares la cumplan privadamente y no la sometan a la homologación.

Homologación:

Es un acto procesal integrativo que confiere a la transacción el carácter de título ejecutorio,


lo que permite ejecutarla en el mismo expediente y ante el mismo juez. Si esta faltare, el
proceso no se extingue y continúan los procedimientos del juicio. El juez se limita a examinar
los requisitos formales. En el ámbito del juicio laboral, el juez debe examinar, además, que la
transacción no implique una renuncia de derechos por parte del trabajador.

La homologación proporciona a la transacción la autoridad de cosa juzgada.

Conciliación.

Si bien esta figura no está contemplada expresamente en el código procesal civil y


comercial de la provincia de Córdoba, a diferencia del código de la nación, surge del art.
58. Es una figura similar a la transacción, utilizada fundamentalmente respecto a problemas
de familia o controversias laborales. Importa un sacrificio recíproco de las partes, aunque
expresa Alsina que, a diferencia de la transacción, no requiere que las partes se hagan
mutuas concesiones sino que cada una reconozca a su adversario “lo que haya de justo en
su demanda, por el convencimiento de que su oposición es injusta”. Se trata de una
autocomposición.

Advierte Podetti que la conciliación se efectúa sobre cuestiones de hecho y que no puede
afectar derechos subjetivos de las partes. En este sentido se la conceptúa en el ámbito
laboral.

Asimismo, expresan Fassi y Yañez que se trata de un acto procesal por medio del cual, a
iniciativa y con la intervención de un juez, las partes arriban a un avenimiento para poner fin
al litigio”. Este acto, a diferencia de la transacción, requiere de la actuación de un tercer
imparcial, el juez, quien tiene el deber-facultad de convocar a las partes a una audiencia y
proveer todo o conducente a procurar el avenimiento.

La ley 24753 impone para el proceso nacional una instancia de mediación y conciliación
obligatoria, que debe efectuarse previo a cualquier juicio, salvo las excepciones que en ella
se establecen.
De tal modo, la conciliación judicial puede ser facultativa u obligatoria. La primera importa
una facultad ordenatoria del órgano judicial en toda clase de juicios. La segunda se impone
en supuestos específicos y constituye un verdadero deber del juez disponer el comparendo
de las partes a tales fines (familia, trabajo, etc.).
Unidad 15: Teoría general de las impugnaciones.

La impugnación procesal. Definiciones, fundamentos, efectos.

Impugnación por Couture: ´´es el poder y actividad de atacar, tachar o refutar un acto del
proceso judicial (por ejemplo: un documento, una declaración testimonial, un dictamen de
peritos, un proceso, etc.) con el fin de obtener su revocación o invalidación´´.

Dentro del concepto de impugnación, que constituye el género están comprendidos como
especies: los recursos (como el de apelación, casación, directo), los incidentes de reposición
y aclaratoria, el incidente de nulidad (art. 76 y ss. del C.P.C.Cba.); la acción de revisión,
denominada incorrectamente por l art. 395 del CPC como ”recurso” y las excepciones o
defensas que puede ejercer el demandado.

Se puede conceptualizar a la impugnación procesal como la facultad que la ley confiere a


las partes, y excepcionalmente a los terceros interesados, para obtener por el mismo juez u
otro superior, la invalidación del acto procesal irregularmente cumplido, o la revocación,
modificación o sustitución de la resolución jurisdiccional injusta.

El requisito indispensable para la procedencia de la impugnación es la existencia del


“agravio” o “gravámen”.
Entendiéndose por agravio la injusticia, la ofensa, el perjuicio material o moral que ocasiona
al impugnante el acto atacado.
Así como el interés es la medida de la acción, el agravio es la medida de la impugnación.

En materia de recursos, el agravio está representado por el rechazo total o parcial de las
pretensiones hechas valer en el proceso por el recurrente.
Al respecto, el primer párrafo del art. 354 C.P.C.Cba., dispone que sólo podrá recurrir la parte
que tuviere un interés directo. Este interés directo es el “agravio” o “gravamen” antes
referenciado, es decir, aquél que se tiene con respecto a la resolución que se considera
injusta o ilegal. Así por ejemplo, una de las partes no podrá agraviarse de la sentencia que
acogió su pretensión porque ésta se fundó en una doctrina distinta a la que ella sustentó en
el proceso, o porque, por ejemplo la sentencia acogió una sola de las tres causales de
divorcio en que se fundó la pretensión contenida en la demanda.

Fundamentos.

 Motivos o causales de impugnabilidad: alude a la pregunta ¿qué se impugna? . La


impugnación en general y el recurso en particular, procuran eliminar errores o vicios
inherentes a ciertos actos procesales.

El error en materia procesal, visto desde el punto de vista de la función del juez, puede
afectar un doble orden de intereses: o es un error en la apreciación de la norma jurídica
aplicable al caso, o es un error en la tramitación del proceso.

En el primer caso, el error consiste en la aplicación de la norma jurídica y entonces afecta la


justicia de la sentencia, “error in indicando”.
En el segundo, el error consiste en el apartamiento o quebrantamiento de las formas
procesales establecidas, y entonces afecta la validez de la sentencia, la validez formal de la
misma: “error in procedendo”
En el primer caso, los errores de la justicia de la sentencia se remedian mediante los medios
impugnativos cuyo arquetipo es el recurso de apelación, por ej: sentencia injusta porque no
aplicó bien la ley que resuelve la cuestión (art. 1109 por ej); en el segundo, no se trata de
reparar una injusticia, sino de mantener las formalidades legales, establecidas como
garantía del justiciable (por ejemplo, la defensa en juicio), y la impugnación típica es la
nulidad (mediante incidente, recurso o acción impugnativa), la cual privando la eficacia del
acto, restablece la imperatividad formal del proceso.

En síntesis, mediante el poder de impugnación se procura que los actos procesales


(resoluciones judiciales, actos de partes y de terceros intervinientes en el proceso) sean justos,
como condición indispensable para obtener la paz social, pero además de justos, que los
mismos respeten las disposiciones establecidas por las leyes de procedimiento, como medio
de salvaguardar en última instancia, los derechos y garantías constitucionales (derecho
al debido proceso adjetivo, derecho de defensa en juicio, derecho al juez natural, derecho
a la “nulla poena sine previa lege”).

El acto impugnativo.

El acto impugnativo, siguiendo a Zinny, consta de dos partes, que pueden o no cumplirse
simultáneamente, según sea la previsión legal:

1. La primera es la manifestación de voluntad de impugnar, que se exterioriza en la


concreta interposición de la impugnación (por ej: la interposición del recurso de
apelación).
2. La segunda, es la expresión de los agravios, es decir, la indicación de las razones por
las cuales el agraviado considera afectado o perjudicado su derecho con el acto
procesal impugnado.

Admisibilidad.

La impugnación, como toda actividad de las partes, para ser eficaz requiere de una
actuación del tribunal, que se conoce con el nombre de juicio de admisibilidad.

Una vez interpuesta la impugnación, el tribunal que dictó el pronunciamiento cuestionado


deberá resolver sobre su admisión, para conceder o denegar dicha impugnación.
Las condiciones que debe cumplir el acto impugnativo para que no sea declarado
inadmisible son las expresamente previstas por la ley, a más de las que surjan de los principios
generales: resolución recurrible (impugnación objetiva), tener el recurrente legitimación
(impugnación subjetiva, por ejemplo: ser parte o tercer afectado), regularidad y
completividad del acto (formalidad, como en el recurso de reposición que debe fundarse
en el mismo acto que se interpone), cumplimiento en el plazo fijado (oportunidad). Esas
condiciones de admisibilidad varían de un medio impugnativo a otro.

Efectos.

El estudio de los efectos de las impugnaciones en general y de los recursos en particular,


significa analizar las consecuencias inmediatas de la instancia impugnativa o recursiva.
Debemos tener en cuenta que los efectos que desarrollaremos tienen cada uno de ellos su
efecto opuesto, pudiendo en muchos casos aplicarse uno de los efectos a la regla y el otro a
las excepciones cuando ambos funcionan para el mismo medio o vía impugnativa, como ej:
el recurso de apelación tiene por regla efecto suspensivo o excepcionalmente no suspensivo
(art. 558 del CPCCba).

Efecto devolutivo o no devolutivo.


Se entiende por efecto devolutivo la remisión del fallo apelado al superior que está llamado,
en el orden de la ley, a conocer de él. No hay propiamente devolución, sino envío para el
reexamen. La jurisdicción se desplaza del juez recurrido al juez que debe intervenir en la
instancia superior.
Digamos que sobre el fundamento del recurso debe escrutar y expedirse, por regla general,
un órgano jurisdiccional distinto y de mayor jerarquía (tribunal de alzada o ad quem) que el
que dictó la resolución impugnada (a quo). Es el denominado efecto devolutivo.
Este efecto es típico de los recursos propiamente dichos y conlleva el efecto suspensivo.
Cuando adolece de este efecto devolutivo, más que recurso es un incidente.

Efecto suspensivo o no suspensivo.


Consiste en la paralización provisional de las consecuencias del acto atacado una vez
interpuesta la impugnación de que se trata y hasta tanto la misma sea resuelta.
Para evitar que la posible injusticia de la resolución recurrida se comience a consolidar
durante el trámite del recurso, se dispone, de ordinario, que se suspenda la ejecución de lo
resuelto por el pronunciamiento recurrido, durante el plazo acordado para impugnar, y si
esto ocurre, también durante el tiempo de sustanciación del recurso.
Lo que se suspende con la interposición de la impugnación no es el desarrollo del proceso,
sino lo que ha dispuesto la resolución impugnada.

Como lo adelantamos más arriba, un mismo recurso puede tener por regla el efecto
suspensivo, pero también a veces y a modo de excepción ser no suspensivo. Por ej., una
excepción al efecto suspensivo del recurso reapelación, se encuentra en el proceso por
alimentos y litis expensas, donde se procura proteger al beneficiado de esas prestaciones.

Efecto personal o extensivo (o comunicante).


El efecto personal consiste en que una vez interpuesta una impugnación o un recurso contra
determinada resolución judicial, y salvo el caso de adhesión, sólo será beneficiado por el
resultado favorable del pronunciamiento que resuelva esa impugnación, el litigante que
impugnó, quedando excluidos los sujetos que no lo hicieron. El efecto se limita a la persona
del impugnante, no pudiendo favorecer al colitigante, colitisconsortes o terceros que no
impugnaron.

No obstante, en determinados supuestos las impugnaciones tienen efecto comunicante o


extensivo, para los colitigantes o colitisconsortes que no hay recurrido las resoluciones
judiciales. Excepcionalmente puede quebrarse el efecto personal, por ejemplo: el caso de
las obligaciones indivisibles y solidarias en las cuales tanto el comunero como el deudor
solidario hay de beneficiarse o perjudicarse por igual con la sentencia, hayan o no recurrido.
Otro caso es el incidente de reposición con apelación en subsidio al auto que deniega la
apertura a prueba de la causa, o del decreto que llama a autos para definitiva. En el caso
de que el impugnante triunfe, consiguiendo la revocación de las resoluciones mencionadas,
el proceso se abrirá a prueba para todos, o quedará eliminado el llamamiento de autos,
también para todos los sujetos intervinientes, aunque no todos hayan recurrido esas
resoluciones.

Efecto diferido o instantáneo.


El trámite a imprimirse a una impugnación interpuesta y admitida, se produce por regla, sin
solución de continuidad desde su concesión hasta el pronunciamiento que la resuelva. Esta
tramitación se conoce con el nombre de “efecto inmediato” (recurso de apelación,
casación, incidente de reposición)
Pero a modo de excepción al efecto inmediato, se encuentra el denominado “efecto
diferido” de la impugnación, que sólo se justifica frente al recurso ordinario de apelación
interpuesto contra resoluciones ordenatorias, dictadas durante la sustanciación del proceso,
por ej: las resoluciones que admiten la demanda, ordenan que se abra a prueba la causa,
declaren la causa de puro derecho, etc. El efecto diferido procura la no interrupción del
trámite procesal en la primera instancia, que generalmente se produce por el efecto
devolutivo que provoca la elevación de la causa del tribunal “a quo” al “ad quem” como
consecuencia de la apelación de las resoluciones ordenatorias relativas a la tramitación del
proceso. La impugnación de estas resoluciones ordenatorias, como consecuencia del
recurso diferido, será promovida, sustanciada y resuelta por la alzada, siempre y cuando a
ella llege la causa por recurso ordinario contra la sentencia definitiva.

En efecto, el art. 515 del C.P.C.Cba. consagra el recurso diferido con relación a las
resoluciones ordenatorias dictadas durante la tramitación del proceso abreviado,
estableciendo al respecto que “únicamente la sentencia será apelable, pero en la segunda
instancia, al conocer de lo principal, se podrán reparar los agravios causados en los
incidentes o en el procedimiento”.

Medios Impugnativos: Incidente, recurso y acción. Clasificación. Vías


recursivas ordinarias y extraordinarias. Acción impugnativa .

El poder de impugnación puede ponerse en práctica a través de diversas vías o medios


procesales, que se denominan “vías impugnativas”. Ellas son:

 El incidente impugnativo: el de reposición, aclaratoria, incidente de nulidad, implican


por regla, la no devolución a otro tribunal de superior jerarquía, procurándose por vía
del incidente, que el mismo tribunal de la resolución impugnada o del acto
defectuoso, la revoque o anule por “contrario imperio”, o corrija algún error material,
aclare un concepto oscuro o supla una omisión (en el caso de la aclaratoria: art. 336
del CPCCba.), o declare la nulidad de un acto procesal defectuoso (en el caso del
incidente de nulidad art. 76 y ss del CPCCba)

El incidente impugnativo y el recurso tienen en común que se interponen contra resoluciones


no firmes, impidiendo que adquieran fuerza de cosa juzgada, pero se diferencian por su
objeto, ya que mientras el incidente puede deducirse contra un acto procesal (por ej.,
contra una notificación defectuosa) o contra un procedimiento; el recurso, en cambio, sólo
puede tener por objeto decisiones judiciales y mediante él se procura que un tribunal de
superior jerarquía al que dictó la resolución cuestionada controle la legalidad y justicia del
mismo.

 El recurso: En sentido estricto, implica devolución, y por regla tiene efecto suspensivo.
Con la admisibilidad del recurso se abre la competencia funcional por grado del
tribunal superior.
Procede contra las resoluciones judiciales (sentencias, autos o decretos) y persigue la
revocación, modificación, sustitución o invalidación de la resolución impugnada.
Los medios recursivos son la apelación, casación, la inconstitucionalidad y el directo.

 Demanda o acción impugnativa: Importa el ejercicio del poder de acción procesal


cuyo contenido es una pretensión invalidatoria contra la cosa juzgada fundada en los
motivos previstos por la ley (art. 395 del CPCCba) que se interpone y tramita ante el
Tribunal Superior (art. 397 CPCCba).

Clariá Olmedo opina que la acción impugnativa, además de atacar una sentencia que ha
pasado en autoridad de cosa juzgada (revisión), también puede dirigirse contra la
ilegitimidad de una decisión dictada por la Administración Pública, que ha quedado firme
luego de haberse agotado la vía administrativa, que es lo que se conoce como demanda
contencioso-administrativa.

Profundizaremos ahora sobre cada uno de estos medios:

A. Incidentes impugnativos
 Reposición:

Constituye en paridad de conceptos un incidente, porque no tiene efecto devolutivo propio


de los recursos, toda vez que por su intermedio se pretende que el mismo tribunal que dictó
la resolución impugnada, utilizando su poder decisorio, la elimine, modifique o revoque por
contrario imperio. El recurso de reposición procede contra los decretos o autos dictados sin
sustanciación, traigan o no gravamen irreparable, a fin de que el tribunal que los haya
dictado, los revoque por contrario imperio.

 Incidente de Nulidad:

El art. 76 del CPCCba dispone que: “procederá la nulidad de los actos procesales cuando la
ley prevea expresamente esa sanción o cuando el acto carezca de los requisitos
indispensables para la obtención de su finalidad…”
En cuanto al trámite, el art. 78 del mismo cuerpo legal prescribe el plazo de 5 día hábiles –
desde que fue conocido el acto viciado- para interponer dicho recurso, transcurrido el cual
se entiende que ha sido consentido.
En interesado deberá presentarlo por escrito. Admitido, el tribunal correrá vista a la
contraparte para que en el plazo de seis días conteste y oponga las pruebas que hagan a su
derecho.
La prueba deberá diligenciarse en el plazo de 15 días. Una vez recibida y vencido el Tribunal
llamará autos para definitiva y dictará sentencia, la que será apelable.

B. Recursos:

 Apelación:

Claría Olmedo “se interpone ante el juez el pronunciamiento agraviante por quien tenga
interés, para que el tribunal de instancia inmediata superior reexamine lo resuelto y revoque
o modifique la decisión impugnada”. Carece la limitación de motivos, lo que permite
entonces la multiplicidad de instancias.

Tiene como caracteres esenciales:


 Efecto devolutivo;
 Por regla suspensivo;
 Ordinario;
 De instancia plural;
 Positivo;
 Principal y subsidiario;
 CPCCba: contiene al de nulidad.

La doctrina mayoritaria concibe que la apelación, si bien libre y amplia, no deja de ser un
reexamen de los resuelto, limitado por la acción interpuesta, las defensas y alegaciones
producidas en primera instancia, límites éstos que no pueden ser transpuestos por el tribunal
de alzada.

Nuestro CPCCba, regula la procedencia de la apelación en el art. 361, prescribiendo que


sólo será viable respecto de sentencias, autos y providencias (éstas últimas, que causen
gravamen que no pueda ser reparado por la sentencia).
Respecto a la sentencia, se puede apelar toda o parte de ella, debiendo, en caso de duda,
entender que se ha recurrido en su totalidad.
Respecto a los autos, éstos son en general resoluciones que resuelven incidentes en los que
ha habido contradicción, sin embargo la ley admite todas las posibilidades, causen o no
gravámen irreparable.
Para las providencias simples, meros decretos, se requiere que no puedan ser reparadas por
la sentencia, es decir, que causen gravamen irreparable.

 Nulidad:

El recurso de nulidad es el que procede contra la sentencia pronunciada con violación de


formas procesales o por haberse omitido en el juicio trámites esenciales, y también, por
haberse incurrido en error, cuando éste por determinación de la ley anula las actuaciones.

Vías recursivas extraordinarias:

 Casación:

El recurso de casación es el medio de impugnación por el cual, por motivos de derecho


específicamente previstos por la ley, una parte postula la revisión de los errores jurídicos
atribuidos a la sentencia de mérito que la perjudica, reclamando la correcta aplicación de
la ley sustantiva, o la anulación de la sentencia, y una nueva decisión, con o sin reenvío a
nuevo juicio.
Es un recurso extraordinario en cuanto no implica, la posibilidad del examen y resolución ex
novo de todos los aspectos, sino que dicho examen se limita a las cuestiones nacidas de la
aplicación de la ley sustantiva o procesal y procede para corregir errores de derecho que
vicien la resolución impugnada. De dicho carácter extraordinario se desprende también la
imposibilidad de introducir en el procedimiento actos de prueba.

El art. 383 del CPCCba establece que el recurso de casación procederá por los siguientes
motivos:
 Que la decisión se hubiere dictado violando los principios de congruencia o de
fundamentación lógica y legal, o que se hubiere dictado con violación a las formas y
solemnidades y prescriptas para el procedimiento o la sentencia. No procederá si el
recurrente hubiere concurrido a producirla, aceptando los actos nulos, o que éstos,
no obstante la irregularidad hubieren logrado la finalidad a que estaban destinados; o
no resultare afecta la defensa en juicio.

 Violación al principio de congruencia: el principio indica que debe existir una


correlación entre la pretensión y la decisión.
 Falta de fundamentación lógica y legal: la sentencia debe ser necesariamente
fundada, pero esa fundamentación debe enmarcarse, además, dentro de las reglas
de la sana crítica racional. Este motivo conduce a considerar arbitraria a la sentencia
y, con ello, a abrir otra vía recursiva distinta de la casación –inconstitucionalidad por
arbitrariedad de la sentencia.
 Violación de las formas y solemnidades prescriptas para el procedimiento o la
sentencia: se trata de todos aquellos actos cuya inobservancia está sancionada con
inadmisibilidad, caducidad, preclusión o nulidad.

 Que se hubiere violado la cosa juzgada.

 Que el fallo se funde en una interpretación de la ley que sea contraria a la hecha,
dentro de los cinco años anteriores a la resolución recurrida, por el propio tribunal de
la causa, por el Tribunal Superior de Justicia, un tribunal de apelación en lo civil y
comercial, u otro tribunal de apelación o de instancia única de esta provincia. Si el
fallo contradictorio proviniere de otra sala del Tribunal Superior de Justicia, o de un
tribunal de otro fuero, el tribunal de casación se integrará con la Sala Civil y con la
sala que corresponda, del Tribunal Superior de Justicia.
 Que el fallo contraríe la última interpretación de la ley hecha por el Tribunal Superior
de Justicia en ocasión de un recurso fundado en el inciso precedente.

Ahora bien, ¿qué resoluciones son recurribles por éste medio?

 Las sentencias definitivas


 Los autos que pongan fin al proceso, hagan imposible su continuación o causen un
gravamen irreparable, dictados por la cámara.
 Resoluciones no definitivas, sólo por los motivos de los incisos 3 y 4 del art. 383 del
CPCCba.

 Inconstitucionalidad provincial:
Es el recurso extraordinario, devolutivo, que versa sólo sobre cuestiones de derecho,
acordado para impugnar las sentencias o resoluciones equiparables a éstas, que hayan
decidido un caso constitucional, entendiéndose por tal a aquel que versa sobre la validez o
invalidez de una norma cuestionada como contraria a la constitución de la provincia.

Así, el art. 391 de la ley adjetiva civil cordobesa prescribe que el recurso de
inconstitucionalidad procederá por los siguientes motivos:

 Cuando en el proceso se haya cuestionado la validez de una ley, decreto, ordenanza


o reglamento, bajo la pretensión de ser contrarios a la constitución.

 Cuando en el proceso se haya puesto en cuestión la inteligencia de alguna cláusula


de la constitución y la decisión haya sido contraria a la validez del título, derecho,
garantía o exención que sea materia del caso y que se funde en esa cláusula.

Se trata de vicios in indicando respecto de cuestiones de derecho, y debe plantearse


durante el proceso, al criticar la norma provincial que se considera aplicable al caso llevado
a juzgamiento.

C. Acciones Impugnativas: revisión.

Es una acción extraordinaria y de interpretación restrictiva, fundado en causa legal (es decir,
coincidir con alguno de los motivos taxativamente autorizados por la ley para su
procedencia). Sólo contempla el aspecto formal de la sentencia y corrige errores in
procedendo, no in iudicando, por lo que no constituye una tercera instancia. Debe hacer
caer la sentencia, y procede contra la cosa juzgada, cualquiera que sea el tribunal que la
haya dictado.

Debe interponerse por escrito ante el Tribunal Superior de Justicia, quien dentro de los diez
días de interpuesto resolverá sobre su admisibilidad. Si lo admite emplazará al recurrido, en
ambos domicilios para que comparezca ante él y constituya domicilio bajo apercibimiento
de rebeldía.

Incidentes: procedencia y clases.

Las cuestiones incidentales son aquellas oposiciones de razones o argumentos sobre un


tema, es una propuesta para averiguar la verdad de algo controvertido. Es toda cuestión o
controversia conexa con la principal que va a ser resuelta en forma autónoma.

Se diferencia de las cuestiones prejudiciales, en que estas últimas tienen que ser
incidentalmente resueltas por el mismo o por otro tribunal, a efectos de poder tramitar o
resolver en el orden civil o en el derecho penal la cuestión principal sometida a juicio. Las
cuestiones prejudiciales dan lugar a los incidentes de previo y especial pronunciamiento y a
las excepciones dilatorias y perentorias.

Según el art. 426 del CPCCba, “los incidentes son cuestiones que se suscitan durante la
tramitación de un pleito y que tienen alguna conexión con él´´.

Se sustancia por el trámite del juicio abreviado, si no tienen una tramitación especial.
Pueden plantearse antes, durante la tramitación del juicio a que se refieren, o también en la
etapa de ejecución de sentencia.

Desde el punto de vista de su regulación formal y de su tramitación, a los incidentes se los


distingue entre:

 Nominados e innominados: dependiendo si están regulados en la ley procesal, con


nombre determinado o si no tienen cabida legalmente.

 Autónomos o genéricos: según la ley procesal los considere o no en forma específica:


 Autónomos, es decir que son objeto de una regulación legal como por ejemplo la
recusación con causa.
 Genéricos, son las cuestiones que tiene relación con el objeto principal del juicio pero
que no se encuentran sometidos a un procedimiento especial.

 Incidentes suspensivos: son los que impidieren la prosecución de la causa principal, se


sustanciarán en la misma pieza de autos, quedando entre tanto en suspenso el curso
de aquella. El incidente impedirá la prosecución de la causa, cuando es imposible de
hecho o de derecho continuar sustanciándola sin que aquél sea previamente
resuelto. (art. 428 C.P.C.Cba)

 Incidentes no suspensivos: son los incidentes que no impidan la prosecución de la


causa, se sustanciarán en pieza separada de autos, que se formará con los insertos
que las partes designen y con los que el tribunal creyere necesario (art. 429).
Unidad 16: Medidas Cautelares.

Definición, naturaleza, caracteres requisitos y efectos.

En el ámbito civil han sido definidas como aquellas que tienden a impedir que el derecho
cuya actuación se pretende, pierda virtualidad o eficacia durante el tiempo que transcurre
entre demanda y sentencia.
Con mayor amplitud de concepto se ha señalado que son resoluciones jurisdiccionales
provisionales, que se dictan in audita parte (sin previo oir al afectado) o con trámite sumario
o de conocimiento limitado, con el fin de evitar el menoscabo inminente de derechos
personales o patrimoniales.

Naturaleza.

Fassi y Yañez expresan que todas las medias cautelares son de naturaleza preventiva.
Constituyen un anticipo de la garantía jurisdiccional, y son un accesorio o instrumento del
proceso. Se hallan supeditadas y encuentran su justificación en la necesidad de mantener la
igualdad de las partes en el juicio y evitar que se convierta en ilusoria la sentencia que
ponga fin al mismo. No constituyen un fin en sí mismas, sino que se hallan ineludiblemente
preordenadas a la emisión de una ulterior resolución definitiva (Calamandrei).

Procedencia Objeto.

Las medidas cautelares, en el ámbito del proceso civil, son aquellas que tienden a impedir
que el derecho cuyo reconocimiento o actuación se pretende obtener a través de otro
proceso, pierda su virtualidad o eficacia durante el tiempo que transcurre entre la iniciación
de aquél y el pronunciamiento de la sentencia definitiva. En consecuencia, su objeto
consiste en asegurar el cumplimiento del pronunciamiento que eventualmente ha de
dictarse en un juicio.

Su carácter es eminentemente preventivo, y más que a hacer justicia, está destinada a


asegurar que la justicia alcance el cumplimiento eficaz de su cometido.
Es de hacer notar que en el ámbito del proceso penal, las medidas cautelares que pueden
imponerse contra la persona del imputado, tienden no sólo a asegurar el cumplimiento de la
sentencia definitiva, sino la normal sustanciación del proceso en su integridad, que pretende
alcanzar la verdad real y, con ella, la actuación del derecho sustantivo.

Nuestro artículo 456 del C.P.C.Cba, sostiene que salvo el embargo preventivo y los supuestos
contemplados en las leyes de fondo, las medidas cautelares pueden ser solicitadas
conjuntamente con la demanda o después.

El escrito debe expresar el derecho que se pretende asegurar, la medida que se pide, la
disposición legal en que se funda, y el cumplimiento de los requisitos que correspondan, en
particular, a la medida requerida.

Presupuestos de procedencia.

La doctrina y la legislación reconocen tres supuestos o requisitos fundamentales para la


procedencia de estas medidas:

1. La verosimilitud del derecho invocado: no es preciso la demostración fehaciente y


contundente de la existencia real del derecho invocado, basta la posibilidad de que
este exista, dado que recién tras la sustanciación del proceso se lo podrá establecer
como una incontestable realidad. En consecuencia no se requiere una prueba
terminante y plena de aquél, por lo que el procedimiento probatorio impuesto es
meramente informativo y sin intervención de la persona contra la cual se pide la
medida. Señala Ferreira de la Rua que en algunas oportunidades basta la
enunciación clara, lógica y coherente de la pretensión; en otras, es necesario además
que se aporten ciertos elementos probatorios indispensables para la admisión de la
cautelar por el Tribunal. El carácter de información que se requiere se pone de
manifiesto en el art. 457 del C.P.C.Cba, el cual expresa que “cuando fueren
necesarias las declaraciones de testigos para obtener medidas cautelares, aquéllos
podrán firmar el escrito en que se solicitan, debiendo ratificarse por ante el tribunal,
salvo que exista certificación judicial o notarial de sus firmas”.

2. Temor fundado y peligro en la demora: la existencia de peligro fundamenta el temor.


Este peligro implica la posibilidad de que, en caso de no adoptarse la medida,
sobrevenga un perjuicio o daño irreparable pues se transformará en tardío e ilusorio el
eventual reconocimiento del derecho invocado. La doctrina considera que existe una
necesaria vinculación entre el peligro en la demora, como fundamento de las
medidas precautorias, y la solvencia de la parte contra quien se dirigen, de manera
que, mientras menos sea ésta, mayor será el peligro.

3. Contracautela: salvo en el caso de que se otorgue el beneficio de litigar sin gastos, la


contracautela constituye un presupuesto para la procedencia de la medida cautelar,
con el fin de asegurar o garantizar a la otra parte el resarcimiento de los daños que
aquella puede ocasionarle en la hipótesis de haber sido pedida indebidamente.
Advierte Palacio que en cierto modo se concreta la igualdad de partes en el proceso,
pues viene a contrarrestar la falta de contradicción inicial que la caracteriza. Expresa
Martínez Crespo que los jueces deben buscar un verdadero equilibrio entre dos
derechos legítimos: el del demandante de que se le asegure el resultado de la acción
que ha interpuesto y el no menos legítimo derecho de defensa del demandado.

Es dable señalar que quedan exentos de este requisito, conforme al art. 460: la nación, la
provincia, las municipalidades, los entes oficiales autárquicos, y a quien litigue asistido por
asesor legrado o con beneficio de litigar sin gastos.

Efectos:

 Medidas para asegurar bienes:


a) Tienden a asegurar la ejecución forzada: embargo preventivo, intervención sustitutiva del
embargo, secuestro e inhibición general.
b) Tienden a mantener un statu quo: prohibición de innovar y de contratar, anotación de litis
e intervención de mera vigilancia.

 Medidas para asegurar personas:


a) Para la guarda provisional de ellas.
b) Para la satisfacción de sus necesidades urgentes.

Las medidas cautelares tienen los efectos de la demanda, pero se operará la caducidad si
transcurren diez días sin tramitarse el procedimiento, o si no se entabla aquélla en el mismo
plazo luego de culminado. (art. 465 CPCCba).

Medidas Cautelares en particular en el procedimiento civil, laboral y de


familia.

Embargo:
Es la afectación o individualización de un bien del deudor al pago del crédito cuestionado.
La medida de embargo impone obligaciones pero no impide el uso racional del bien
cuando fue el propio deudor quien resultó designado depositario.

También debe advertirse que la afectación que implica el embargo no impide que el objeto
pueda ser enajenado con autorización judicial a condición que se comunique
fehacientemente al adquirente su nueva situación jurídica y éste asuma el compromiso que
general a situación.

Es de especial importancia respecto al uso del bien el hecho de quién fue designado
depositario: si lo fue el deudor, puede usarlo racionalmente, salvo expresa disposición del
juez en sentido contrario. Si por el contrario el depositario es un tercero, le está vedado su uso
y además deberá conservar al bien en condiciones hasta el momento de la subasta.

Embargo preventivo por Palacio: medida cautelar en cuya virtud afectan e inmovilizan uno o
varios bienes de quien ha de ser demandado en un proceso de conocimiento o en un
proceso de ejecución, a fin de asegurar la eficacia práctica de las sentencias que en tales
procesos se dicten.

Existen tres clases de embargo:


1. Preventivo: Es el que se traba antes de la iniciación del juicio o durante el trámite del
juicio ordinario o abreviado. Para su despacho, en nuestro sistema legal se requiere
solamente el otorgamiento de contracautela. Cuando es trabado antes de la
demanda rige un plazo de caducidad y pesa sobre el embargante la carga de
entablar demanda en el término de 10 días; si así no lo hace deberá responder por las
costas y daños y perjuicios que hubiere ocasionado.

2. Ejecutivo: Es el que se ordena juntamente con la demanda ejecutiva y que, como se


funda en un título que goza de presunción de autenticidad, no requiere demostración
de la verosimilitud del derecho y tampoco deberá prestarse fianza.

3. Ejecutorio: Es el que se traba después de la sentencia con miras a su ejecución.

Es minuciosa la regulación que contiene el CPCCba respecto a los dos primeros,


estableciendo modalidades del trámite y formas especiales de efectivización.

Así, si el objeto de la medida son bienes muebles, se oficiará al oficial de justicia o juez de
paz para que lleven adelante la medida.
Por lo general se designa como depositario judicial al mismo demandado, adquiriendo
desde ese momento la condición de un simple guardador y conservador de la cosa con
diferentes facultades y obligaciones según sea o no propietario del bien embargado; y en
esta última hipótesis, su obligación es mantener la cosa en condiciones de seguridad
adecuadas a los fines de que no se deteriore disminuyendo de esta manera la garantía para
el acreedor.
De recaer la medida sobre bienes inmuebles o muebles registrables, el oficio deberá dirigirse
a las reparticiones públicas respectivas y se efectivizará previo informe sobre dominio y
gravámenes. En caso de solicitarse sobre créditos bastará una notificación al tenedor con
orden de deposito del monto en una entidad bancaria a la orden del tribunal.
Decimos que es una medida “mutable”. Y por qué? Porque puede sustituirse el depositario,
como así también ampliarse (por ej, cuando los bienes sean insuficientes o de dudosa
realización), o reducirse.
En forma simultánea el código regula el secuestro, que es la medida cautelar en virtud de la
cual se desapodera al demandado de un objeto de su propiedad, o que se encuentra bajo
su guarda, con el fin de evitar que éste se pierda o que pueda ser destruido o deteriorado.
No obstante, el depósito de los bienes embargados en persona distinta del deudor se
asemeja al secuestro.

Intervención y administración judicial.

Es aquella medida cautelar en virtud de la cual una persona designada por el juez, en
calidad de asesor externo de este, interfiere en la actividad económica de una persona
física o jurídica, sea para asegurar la ejecución forzada o para impedir que se produzcan
alteraciones en el estado de los bienes.

Son dos las situaciones que se presentan:

Aseguramiento de la ejecución forzada, la intervención se caracteriza por la circunstancia


de que se decreta con el objeto de que el interventor proceda a recaudar renta o frutos ya
embargados. Es el interventor recaudador. Regularización o mantenimiento de una situación
determinada, se pueden distinguir dos tipos de intervención, según el alcance de las
funciones a cumplir:

a. Interventor informante o veedor: cuando se limita a fiscalizar o controlar la


administración de una sociedad, asociación o patrimonio, de oficio o a petición de
parte se designa para que de noticia acerca del estado de los bienes objeto del
juicio o de las operaciones o actividades (art. 477 CPCCba)

b. Interventor administrador: cuando su función consiste en reemplazar provisoriamente


al administración de la entidad o bienes.

Inhibición general de bienes.

Es la medida cautelar que impide genéricamente gravar o enajenar bienes registrables. Su


anotación en los asientos dominiales, tiene como objeto evitar actor de disposición o la
constitución de derechos reales. Funciona como subsidiario del embargo y procede en los
casos en que habiéndose solicitado éste, la medida no pudo hacerse efectiva por no
conocerse bienes del deudor o porque los que existen son insuficientes. Anotada, quedará
sin efecto si el deudor presentase bienes o diere caución suficiente.

Anotación de litis.

Tiene por objeto asegurar la publicidad de los procesos relativos a bienes inmuebles o
muebles registrables, con el fin de que la sentencia que sobre ellos recaigan puedan de ser
opuestos a terceros adquirentes del bien litigioso o a cuyo favor se constituyó el derecho real
sobre éste.

No impide su enajenación ni produce los efectos del embargo o de la inhibición ni restringe


las facultades del propietario. Busca hacer conocer la existencia de un juicio que afecta al
bien.

Prohibición de innovar.

Tiende a impedir que se modifique una situación de hecho o de derecho existente en un


momento determinado a los fines de mantener la igualdad de pares con intereses
contrapuestos.
Como contracara de ella se admite también la medida innovativa que implica una orden
tendiente a reponer las cosas a un momento anterior a la iniciación del proceso.
Medidas cautelares genéricas o innominadas.

Es la que puede dictar el juez, según las particularidades del caso, cuando no existe un la ley
una previsión específica que satisfaga la necesidad de aseguramiento. Constituye una regla
importante ya que la realidad cotidiana presenta permanentemente nuevas situaciones y
cuestiones a solucionar que no se ajustan específicamente a los institutos legales previstos en
la ley.

Su otorgamiento está condicionado a que no pueda utilizarse otra medida cautelar; que
exista temor fundado de perjuicio, y que se trate de medidas de seguridad que resulten más
aptas al objeto del juicio.

Medidas cautelares en el procedimiento penal.

Se las denomina medidas de coerción y pueden afectar a personas o bienes (personales o


reales). Se configuran por la restricción que imponen a derechos personales o patrimoniales
del individuo sometido a proceso penal. Persiguen asegurar el cumplimiento de los fines del
proceso y tornan necesario el empleo de la fuerza pública estatal si fuera indispensable para
doblegar la resistencia a su instrumentación.
Tienen por objeto evitar que el imputado obstaculice la investigación de la verdad, asegurar
su intervención personal en el juicio y también garantizar el cumplimiento de la posible
condena.
La potestad jurisdiccional puede manifestarse en actos que limiten o restrinjan la libertad
personal durante la sustanciación del proceso, pero sólo en aquellos casos en que exista un
peligro grave y concreto de que el imputado al estar en libertad, obstaculice la consecución
de los fines del proceso, el juicio plenario o la efectiva actuación de la ley.

De tal modo, concluimos que las medidas de coerción personal son accesorias o
instrumentales; es decir, están impuestas para asegurar los fines de un proceso principal.
Como toda medida cautelar, las de coerción personal requieren para su ordenamiento que
se acredite la verosimilitud del derecho y razones de urgencia (peligro en la demora).
Son provisionales, mutables y de interpretación restrictiva.

Por mencionar las más comunes, daremos un concepto de la detención, el arresto y la


prisión preventiva:

 La primera consiste en la privación de libertad impuesta al imputado a efectos de


hacerlo intervenir en el proceso y recibirle declaración, cuando se tema o presuma
que no concurrirá por simple citación o que intentará entorpecer la investigación. Sólo
procede si existe presunción de que se ha cometido un hecho delictivo o cuando ello
resulte indispensable para asegurar los fines del proceso. La ordena el juez o fiscal y la
efectiviza a través de la policía.

 La aprehensión consiste en una medida que puede utilizar la policía en forma


excepcional, privando de la libertad a un individuo que ha sido sorprendido “in
fraganti” en la comisión de un delito de acción pública. Es al solo efecto de ponerlo a
disposición de la justicia.

 La prisión preventiva es la medida de coerción que se presenta como el


encarcelamiento que se impone al procesado, cuando existieren elementos de
convicción suficientes sobre la participación del mismo en el hecho que se le imputa,
y existiere un peligro procesal grave. Que es el peligro procesal? Es el riesgo de que
con su libertad pueda obstaculizar la consecución de los fines del proceso, sea
fugándose, sea entorpeciendo la investigación (amenazando testigos, por ejemplo).
Para distinguirlo de la detención, digamos que requiere un mayor caudal probatorio
respecto a la participación del imputado en el hecho. Es una medida más gravosa
que la detención, lo que justifica que para su dictado se requiera un mayor grado de
probabilidad de participación en el hecho.

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