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La Prueba, por Alsina: “La comprobación judicial, por los modos que la ley establece, de la
verdad de un hecho controvertido del cual depende el derecho que se pretende”.
La Prueba, por Palacio: “La actividad procesal, realizada con el auxilio de los medios
establecidos por la ley, y tendiente a crear la convicción judicial sobre la existencia o
inexistencia de los hechos afirmados por las partes como fundamento de sus pretensiones o
defensas”.
Medio de Prueba: son las vías, caminos o procedimientos establecidos en la ley procesal
para introducir válidamente al proceso, los elementos de prueba. Generalmente estos
medios están nominados en la ley (ej., testimonial, pericial, documental, etc.), amén de que
existen otros (innominados) tales como grabaciones magnetofónicas, filmaciones de video,
que si bien no están regulados explícitamente por la legislación procesal, se pueden
introducir al proceso bajo ciertas condiciones legales.
Objeto de prueba.
Objeto de Prueba, por Alsina: ´´Son los hechos que se alegan como fundamento del
derecho que se pretende”.
Objeto de Prueba, por Palacio: “Son los hechos controvertidos y conducentes a la decisión
de la causa, afirmados por los litigantes”. Es posible inferir que el objeto de prueba: está
constituido por hechos externos o internos que pueden ser objeto de conocimiento; que
deben ser susceptibles de percepción por los sentidos o deducción por la razón; cualquiera
sea su naturaleza (física, psíquica, o mixta); hallarse controvertidos por las partes y afirmados
por ellas; ser hechos que conduzcan (pertinencia y utilidad) al esclarecimiento de la cuestión
controvertida.
Procedimiento probatorio:
Se trata, básicamente, de saber cuáles son las formas a respetar para ingresar o incorporar al
proceso prueba que se considere válida, limitándonos por el objeto de estudio de la materia,
al aspecto general constituido por el conjunto de formas y reglas que son comunes a todos
los medios de prueba, es decir todo lo relativo al ofrecimiento de la prueba, oportunidad
para solicitarla y recibirla, y a su valoración posterior.
Así, dentro de ese aspecto general referido, se pueden distinguir dos momentos o etapas
fundamentales:
1. Introductivo o práctico, que comprende los actos cumplidos por todos los sujetos del
proceso, que persiguen el ingreso definitivo en él de todos los elementos probatorios,
etapa que se integra por:
b. Recepción de la prueba: a las partes les incumbe la elección de los medios de prueba
de que han de valerse en el proceso; al juez, en cambio, le incumbe admitir o no
admitir los medios de prueba por ellas ofrecidos. La admisión es el acto procesal por el
cual el juez accede a que un medio de prueba determinado, ingrese al proceso
como posible elemento de convicción, ordenando agregarlo o practicarlo según el
caso. A los fines de la admisión de las pruebas, el juez se limita a ejercer un control
solamente formal de la prueba ofrecida por las partes, que se circunscribe a la
oportunidad del ofrecimiento (es decir, que haya sido ofrecida en término, conforme
a la legislación procesal. Ej., rechazará la prueba testimonial que no haya sido
ofrecida dentro de los diez primeros días del término de prueba, si se trata de un juicio
ordinario) y a la observancia de los requisitos formales exigidos por la ley para cada
medio de prueba, a los fines de su introducción en el proceso; por ejemplo, que se
hayan determinado los puntos de pericia junto con el ofrecimiento de ese medio de
prueba (art. 260 CPCCBA.)
Esto es, en materia civil el juez no puede rechazar la prueba por considerarla impertinente o
irrelevante, y en consecuencia “únicamente en la sentencia podrá el Tribunal pronunciarse
sobre la pertinencia de los hechos alegados o de la prueba solicitada”, según lo preceptúa
el art. 199 CPCCba. Más allá de lo cual el mismo artículo en su segunda parte, aclara que en
ningún caso el tribunal negará la apertura a prueba ni el despacho de diligencias
probatorias, salvo que estuviesen prohibidas por la ley (ej,, art. 309 del CPCCba., que
contiene limitaciones sobre testigos parientes), fueren manifiestamente inadmisibles (por ej.,
no ofrecer prueba junto con la demanda en el juicio abreviado, y pretender hacerlo
después) o imposibles de producir (se ofrece la declaración testimonial de una persona
fallecida).
b. El segundo momento, consiste en la intervención del juez o tribunal: que está limitada
a la recepción de los alegatos, y una vez agregados al expediente, queda la causa
en estado de dictar sentencia; correspondiendo ahora al juez analizar los elementos
de convicción incorporados al proceso, para fundar su decisión, conforme al último
paso o momento del procedimiento que es la valoración de la prueba.
Principios de la prueba.
Libertad: implica que las partes y el juez deben gozar de libertad para obtener todas
las pruebas que sean útiles pertinentes a la averiguación de la verdad, salvo que por
razones de moral y de orden público no puedan ser realizadas. Este principio se
resuelve en otros dos: libertad de medios de prueba y libertad de objeto de prueba.
Este concepto significa que todo puede probarse por cualquier medio, cualquier hecho
puede ser objeto de prueba y esa prueba puede alcanzarse por cualquier medio. Ahora
bien, es importante destacar que ante el riesgo de que amparándose en este principio, se
produzcan pruebas innecesarias, es que los ordenamientos procesales más modernos ponen
ciertos límites al mismo, prohibiendo la producción de pruebas manifiestamente
improcedentes, inconducentes o inidóneas.
Pertinencia: la prueba que puede producir la convicción del juzgador es la que resulta
útil, idónea y pertinente para demostrar las afirmaciones controvertidas. Este principio
se relaciona con el de economía procesal y tiende a evitar que uno de los litigantes
dilate innecesariamente el proceso con pruebas impertinentes.
El objeto del proceso consiste en una conceptualización fáctico jurídica que se afirma con
los introductivos de las partes para fundamentar las respectivas pretensiones. Las
afirmaciones de hechos deben ser probadas positiva o negativamente, su encuadramiento
en las normas jurídicas debe encontrarse mediante la confrontación de la materialidad
fijada con el supuesto de hecho normativamente descripto. Se trata de la certeza de los
hechos (controvertidos o no, según los casos) y de la certeza del derecho objetivo vigente,
ya que éste debe ser aplicado a aquéllos.
Es corriente sostener en doctrina que la verdad obtenida mediante el proceso judicial con
respecto a los hechos de la causa, en cuanto perseguida como finalidad inmediata tiene
unas veces alcance material o histórico y otras veces un alcance meramente formal. Lo
primero constituirá una exigencia del proceso penal, que procura llegar a la verdad histórica
de lo acontecido según la prueba obrante en la causa, y lo segundo se advertirá en el
proceso civil, donde el hecho queda fijado conforme a lo que las partes quieren, con
exclusión de la averiguación de la verdad.
d. Principio de razón suficiente: todo juicio para ser realmente verdadero, necesita tener
una razón suficiente que justifique lo que en el juicio se afirma o niega con pretensión
de verdad.
El intento de introducción de la prueba (iniciativa) por parte del tribunal se produce, con la
orden de recepción emanada de él sin instancia de parte.
La previsión al respecto implica otorgar al tribunal un poder autónomo de investigación para
seleccionar y reunir o suplementar la prueba.
Es el régimen característico del tipo procesal inquisitivo, razón por la cual tiene aplicación en
el proceso penal durante el período de la investigación penal preparatoria. En la etapa del
juicio oral, la única prueba que el código de procedimiento de la provincia de Córdoba
autoriza al tribunal a ordenar de oficio, es la inspección judicial.
En el proceso laboral, la iniciativa probatoria del tribunal ha tenido también cierta acogida.
Las modernas legislaciones procesales civiles ponen empeño en que no quede eliminada la
regla probatoria resultante del principio dispositivo. Sin embargo han comenzado a
quebrantarla mediante el otorgamiento de mayores atribuciones de oficio para el tribunal.
Orientadas por el carácter publicístico del proceso, han cedido a la tentación de obtener en
alguna medida un procedimiento que se considere más justo, permitiendo e incluso
imponiendo al juez la integración de la actividad de las partes en la tarea de arrimar
inicialmente la prueba al proceso judicial.
Como ejemplo, el C.P.C.Cba. en su art. 279 párr 2 expresa que “…el tribunal podrá, de oficio
o a petición de parte, disponer que se amplíe el dictamen si lo creyere deficiente u ordenar
que se nombren otros peritos, sin recurso alguno”.
Responde a la pregunta de quién debe probar? se trata de determinar, cuál de los sujetos
que actúan en el proceso debe producir la prueba materia del debate, o sea, la distribución
del onus probando.
En el proceso civil, eminentemente dispositivo, son reglas para que las partes produzcan la
prueba de los hechos, con la finalidad de demostrar la verdad de sus respectivas
proposiciones. Carga de la prueba significa entonces, una conducta impuesta a uno o a
ambos litigantes para que acrediten la verdad de los hechos por ellos alegados.
La carga de la prueba (onus probando) constituye pues como toda carga procesal, un
imperativo del propio interés, una circunstancia de riesgo; quien omite probar, no obstante la
regla que pone tal actividad a su cargo, no es pasible de sanción alguna, quedando
expuesto a la perspectiva de una sentencia desfavorable.
En otro aspecto, también es una regla para el juzgador o regla de juicio, en cuanto implica
cómo debe resolver cuando no existe la prueba de los hechos sobre los cuales debe basar
su decisión.
La ley procesal debe distinguir anticipadamente entre las partes la fatiga probatoria,
determinando las circunstancias que el actor y el demandado deben acreditar, según las
proposiciones formuladas por ellos en el juicio.
Concepción clásica.
Las reglas sobre la carga de la prueba son aquellas que tienen por objeto determinar cómo
debe distribuirse, entre las partes, la actividad consistente en probar los hechos
controvertidos que son materia de litigio. Mantiene aún su vigencia, con algunas
modificaciones, aunque existen situaciones complejas, donde el problema de determinar
quién debe probar se hace de muy difícil solución. Trataremos de establecer, en síntesis, las
cargas o responsabilidades de cada uno para lograr zanjar dicha dificultad.
Generalmente, se puede analizar la existencia de tres clases de hechos; los constitutivos, los
impeditivos y los extintivos, que funcionan de la siguiente manera en el tema que nos ocupa:
Si bien generalmente estos hechos deben ser probados por el demandado, existen supuestos
en que los hechos impeditivos y extintivos deberán ser probados por el actor, cuando
constituyeren el fundamento de su pretensión, pues existen situaciones en las que un hecho
impeditivo o extintivo funda una demanda; en tal caso, el actor deberá probar el hecho que
impidió la constitución de una relación jurídica o que la extinguió, como sucede cuando se
solicita la nulidad de un acto jurídico, correspondiéndole al actor la prueba del error, dolo,
violencia o cualquier vicio de la voluntad en que funda la demanda.
Art. 377 del C.P.C.N.: “cada una de las partes deberá probar el presupuesto de hecho de la
norma o normas que invocare como fundamento de su pretensión, defensa o excepción”.
Reformulación.
Adviértase también, que no debe confundirse este sistema con el de la inversión de la carga
de la prueba, aunque presenta ciertas similitudes. En el último de los nombrados, esa
inversión proviene de la ley (art. 39 del C.P. Laboral de Cba. –Ley Prov. Nº 7987-, art. 509 inc. 2
C.P.C.Cba.), pero en el sistema de la reformulación, se trata de un sistema que,
circunstancialmente, permite que esa responsabilidad probatoria sea atribuida a una u otra
parte; tal como ya lo hemos señalado.
Sin discutir la justicia del sistema, el problema se presenta porque en la actualidad no existe
en nuestra legislación procesal, normas precisas que den seguridad jurídica al justiciable en
este sentido, y que determinen cómo y cuándo el juzgador ha de atribuir esa
responsabilidad probatoria a una de las partes en un caso concreto.
Nuestro sistema reposa en el carácter público del interés represivo, por lo que la obligación
de investigar la verdad y de aportar en consecuencia las pruebas necesarias, incumbe al
estado a través de sus órganos predispuestos, sin que la actividad probatoria y el objeto de
la prueba puedan encontrar límites derivados de la conducta de las partes. La
responsabilidad que nace para el Ministerio Público por imperio de la ley 8123 durante la
etapa del juicio, por la cual el ofrecimiento de prueba es de su exclusiva competencia, no
pudiéndola suplir el tribunal de oficio, no responde a la teoría de la carga probatoria pues el
fiscal, objetivamente, está obligado a efectuar dicho ofrecimiento, de la misma forma que el
juez está obligado a juzgar.
La actividad probatoria en el proceso penal no es una simple verificación, desde que ésta
presupone una afirmación previa, y lo que se pretende es reconstruir objetiva, imparcial,
histórica y libremente el hecho hipotético que supone delito.
Unidad 14: Discusión y Decisión.
Alegatos.
La discusión: es la actividad que realizan las partes para acercar al tribunal los argumentos
que puedan determinar una decisión de fondo a su favor, sobre las cuestiones y pruebas
introducidas en el proceso. Se trata de una discusión bilateral sobre la causa, manifestada
en informes, alegatos o exposiciones finales de las partes, producidos ante el Tribunal en
forma oral o escrita según el sistema de procedimiento adoptado – Clariá Olmedo.
Si el alegato se produce oralmente, como en el caso del proceso laboral, penal, familiar, el
tribunal asume una actitud pasiva y su función se limita a escuchar los argumentos y
conclusiones de las partes, a dirigir y mantener el orden de la audiencia. Cuando se produce
en forma escrita, como en el caso del proceso civil, la intervención del tribunal, por
intermedio de la secretaría correspondiente, se limita a la recepción de los alegatos o
informes.
Por su parte, dentro del mismo proceso civil, hay casos como el del juicio abreviado (art. 507
del C.P.C.Cba.), para el cual el art. 514 prescribe que “recibida la prueba o vencido el plazo
para su recepción, el tribunal llamará autos para definitiva y dictará sentencia”.
Contenido:
Como adelantáramos, la discusión debe versar sobre todos los elementos del pleito hasta el
momento reunidos, y no sólo sobre las pruebas. Es en este momento que se brinda la
oportunidad de meriturar con claridad y precisión todas las cuestiones planteadas y las
afirmaciones y refutaciones existentes en la demanda y contestación. No sólo debe estarse a
las cuestiones controvertidas, sino también las aceptadas por ambas partes y las afirmadas
al trabarse la litis, ya que el juez no solamente resolverá sobre lo discutido sino también sobre
todas las afirmaciones del actor.
Para su elaboración debe seguirse un procedimiento lógico argumental, cuyo primer paso
consiste en efectuar un planteo, luego ordenar las cuestiones para proceder al análisis de la
prueba y la refutación de las afirmaciones o negaciones de la contraparte en función de la
ineficacia de las prueba ofrecida por aquélla. Finalmente, planteados los hechos, analizadas
las pruebas, debe realizarse una exposición jurídica del caso, fundamentando las respectivas
pretensiones en el derecho:
a. primero, en la norma;
b. luego en la doctrina;
c. por último en la jurisprudencia.
Recién en este momento se agota la discusión, pues las partes concreta, amplían y
explicitan sus pretensiones iniciales, ya que no se agotan en la demanda todos los
argumentos jurídicos a los que pueden recurrir las partes.
La valoración efectuada por las partes es parcial. No se les puede exigir imparcialidad, la
que queda reservada al juzgador.
Puede ser vista desde dos aspectos, uno legal y otro sustancial:
Decimos que sentencia es una resolución jurisdiccional definitiva. Esto quiere decir que con
ella se agota la jurisdicción de conocimiento del juez en ese proceso –no su actividad en el
mismo-. Es decir, ya sea desde el punto de vista legal o sustancia, sentencia es decisión que
pone fin al proceso en su momento cognoscitivo, después de su integral tramitación.
En primer lugar, el juez debe empezar por obtener las cuestiones de hecho contenidas en la
causa para delimitar el campo dentro del cual han de proyectarse las pruebas efectivas y
legítimamente introducidas al proceso –para el juez, lo que no está en el expediente o en el
acta, no existe en el mundo. Al mismo tiempo deberá ir comparando esas cuestiones con el
hecho específico descripto en las normas jurídicas aplicables.
La regla que prohíbe el non liquen obliga al juez a dictar sentencia cualquier que sea el
estado intelectual al que arribe –duda, probabilidad o certeza-.
En caso de certeza positiva, el juez decidirá a favor de las pretensiones del actor o de
quien opuso la excepción, en su caso.
En caso de certeza negativa, el juez decidirá la no aceptación lisa y llana del hecho
afirmado, lo que conduce al rechazado de la pretensión del actor o de quien opuso
la excepción.
En caso de duda, el juez hallará un equilibrio entro los elementos negativos y los
positivos, lo que significará ausencia de toda prueba e incertidumbre respecto del
hecho afirmado. Si esto ocurre se tendrá como no probado aquél.
o En caso de probabilidad, esto es, mayor cantidad de elementos positivos pero que no
excluyen por completo a los negativos, habrá insuficiencia de prueba para cualquier
tipo de proceso, lo que impide acoger de plano la afirmación, no pudiendo darse por
existente el hecho y aunque esta misma probabilidad permitió ordenar durante la
sustanciación del proceso previo a al sentencia, una medida cautelar.
Formalidades.
Formalidades extrínsecas:
Formalidades intrínsecas:
Están relacionadas con las partes de la sentencia a las cuales nos hemos referido. Dentro de
cada una de estas partes existen requisitos de forma cuya inobservancia trae aparejada
nulidad:
Parte resolutiva: fijados los hechos y establecido el derecho aplicable, el juez procede
a plasmar su conclusión, sin la cual no habría sentencia. Es la consecuencia del juicio
lógico efectuado y permite efectuar la siguiente clasificación de las sentencias:
Sentencia constitutiva es aquella que crea, modifica o extingue un estado jurídico –tal
el caso de cuestiones de estado: divorcio, adopción, filiación, etc.-. En consecuencia
nace una situación diversa a la que existía antes de la sentencia.
La cosa juzgada por Palacio: ´´Es la inmutabilidad o irrevocabilidad que adquieren los
efectos de la sentencia definitiva cuando contra ella no procede ningún recurso ordinario o
extraordinario susceptible de modificarla, o ha sido consentida por las partes´´.
Clases:
Cosa juzgada en sentido formal: se configura cuando a pesar de ser firme e
irrevocable la sentencia dentro del proceso en el cual se dictó, sin embargo la causa
allí resuelta puede ser nuevamente discutida en un proceso ulterior. Es decir, carece
del atributo de indiscutibilidad. Tal es el caso de la sentencia dictada en un juicio
ejecutivo que, sin embargo, y a pesar de que se proceda a la ejecución ordenada en
ella, permite que la causa sea discutida por vía ordinaria. Esto ocurre porque en el
juicio ejecutivo no se permite discutir la causa de la obligación y por ende, se trata de
cuestiones no resueltas que ameritan la sustanciación de otro proceso. La doctrina
entiende que no estamos ante una autoridad de cosa juzgada.
Una vez que la sentencia que resuelve acerca de las pretensiones de las partes ha sido
dictada y ha quedado firme, esto es, no susceptible de recursos ordinarios o extraordinarios,
aparece la res iudicata o cosa juzgada. Sin embargo, su sola existencia puede no alcanzar
para satisfacer en forma real y efectiva las pretensiones de quien salió victorioso. Si se trata
del actor, si bien su pretensión ha sido declarada cierta, será necesario que el demandado
satisfaga su derecho cumpliendo con la obligación impuesta por la sentencia. De no hacerlo
será necesario forzarlo judicialmente. Para que esto sea posible deberá efectuar una acción
de ejecución de sentencia que tiene fundamento en la cosa juzgada, por cuanto ésta es la
que le proporciona el actio iudicati.
Ahora bien, para que la actio iudicati sea procedente, será necesario que la sentencia firme
adquiera ejecutoriedad. Y una sentencia firme hará ejecutoria cuando haya vencido el
término ordenado en ella dentro del cual el condenado debe cumplir con la obligación
impuesta. En consecuencia, para que proceda la actio iudicati, será necesario que la
sentencia esté firme y ejecutoriada.
Allanamiento.
Art. 352 del C.P.C.Cba.: el demandado podrá allanarse a la demanda en cualquier estado
de la causa anterior a al sentencia.
El Tribunal dictará sentencia conforme a derecho, pero si estuviere comprometido el orden
público, el allanamiento carecerá de efectos y continuará el juicio según su estado.
-Allanamiento por Palacio: ´´es una declaración de voluntad del demandado en cuya virtud
reconoce a la fundabilidad de la pretensión interpuesta por el actor´´.
Puede ser condicionado, ya sea a una determinada forma de pago, a una quita
parcial, etc.; para que sea procedente deberá concurrir la conformidad del actor de
manera expresa o tácita (en este caso se aproximaría a una transacción)
Desistimiento.
Art. 349 (desistimiento del juicio): en cualquier estado de la causa anterior a la sentencia, las
pares, de común acuerdo, podrán desistir del juicio manifestándolo por escrito al tribunal
quien, sin más trámite, lo declarará extinguido y ordenará el archivo de las actuaciones.
Cuando el actor desistiera del juicio después de notificada la demanda deberá requerirse la
conformidad del demandado, a quien se dará traslado notificándosele, bajo apercibimiento
de tenerlo por conforme en caso de silencio. Si mediare oposición, el desistimiento carecerá
de eficacia y proseguirá el trámite de la causa.
El recurrente podrá desistir de su impugnación en cualquier estado de la causa.
Este tipo de desistimiento importa el pleno abandono del proceso, pero no afecta el
derecho sustancial alegado como fundamento, razón por la cual no impide su reiteración en
otro proceso. Esta última circunstancia impone la necesidad de contar con el
consentimiento de la contraparte, salvo que el actor desistiera antes de notificada la
demanda. Notificada ésta, deberá correrse vista del desistimiento al demandado para que
lo consienta o se oponga.
´´Tiene como efecto truncar y extinguir el proceso iniciado impidiendo que se llegue a la
sentencia´´
Art. 350 (desistimiento del derecho): en las mismas oportunidades y forma a que se refiere el
artículo anterior, el actor podrá desistir del derecho en que fundó la acción. No se requerirá
la conformidad del demandado, debiendo el tribunal limitarse a examinar si el acto procede
por la naturaleza del derecho en litigio, y a dar por terminado el juicio en caso afirmativo. En
lo sucesivo no podrá promoverse otro juicio por el mismo objeto y causa.
Desistimiento del derecho por Palacio: ´´es el acto por el cual el actor declara su voluntad
de abdicar del derecho material invocado como fundamento de la pretensión´´.
´´Trae aparejado, también, el desistimiento de la pretensión o del proceso, toda vez que no
se concibe la subsistencia de una pretensión sin fundamento´´.
Transacción.
Está prevista por el art. 724 del Código Civil como un medio de extinción de las obligaciones.
Conforme al art. 832 es: “un acto jurídico bilateral, por el cual las partes, haciéndose
concesiones recíprocas, extinguen obligaciones litigiosas o dudosas”.
Importa un recíproco sacrificio, a los fines de superar el diferendo producido por hechos
dudosos y contradichos.
Hay, entonces, un mutuo renunciamiento que no se identifica con el proceso y que tiene por
objeto dar certeza a una situación jurídica hasta entonces incierta. Su efecto no sólo consiste
en extinguir la obligación nacida por imperio del derecho sustantivo, sino también produce
la extinción de la acción, cuando esta ha sido promovida, efecto éste que es el que nos
interesa.
Además de ser un medio de extinción de las obligaciones, desde el punto de vista formal se
trata de un acuerdo de voluntades, un contrato, que se define por la finalidad que tiene y
por los medios escogidos para alcanzarla – voluntad de cada una de las partes que asienten
efectuar recíprocas concesiones.
La transacción judicial puede surgir por iniciativa de las partes o como resultado de una
audiencia de conciliación.
La transacción se perfecciona como tal en el momento en que es conocida por el tribunal;
ya sea porque se produjo en la audiencia o alguna de las partes presentó el escrito donde
se hizo constar (art. 838 Código Civil)
Caracteres:
Puede celebrarse en cualquier estado del proceso pero antes de que se encuentre
firme la sentencia, pues con ella acaban las cuestiones litigiosas o dudosas sobre las
que debe versar.
Efectos:
Con la transacción se extinguen las obligaciones entre las partes relacionadas con los
derechos transigidos.
Obliga a las partes desde su presentación ante el juez, pero no vincula a éste, quien puede
negar la homologación si las partes no hubiesen observado los requisitos correspondientes.
Esto no obsta a que las pares la cumplan privadamente y no la sometan a la homologación.
Homologación:
Conciliación.
Advierte Podetti que la conciliación se efectúa sobre cuestiones de hecho y que no puede
afectar derechos subjetivos de las partes. En este sentido se la conceptúa en el ámbito
laboral.
Asimismo, expresan Fassi y Yañez que se trata de un acto procesal por medio del cual, a
iniciativa y con la intervención de un juez, las partes arriban a un avenimiento para poner fin
al litigio”. Este acto, a diferencia de la transacción, requiere de la actuación de un tercer
imparcial, el juez, quien tiene el deber-facultad de convocar a las partes a una audiencia y
proveer todo o conducente a procurar el avenimiento.
La ley 24753 impone para el proceso nacional una instancia de mediación y conciliación
obligatoria, que debe efectuarse previo a cualquier juicio, salvo las excepciones que en ella
se establecen.
De tal modo, la conciliación judicial puede ser facultativa u obligatoria. La primera importa
una facultad ordenatoria del órgano judicial en toda clase de juicios. La segunda se impone
en supuestos específicos y constituye un verdadero deber del juez disponer el comparendo
de las partes a tales fines (familia, trabajo, etc.).
Unidad 15: Teoría general de las impugnaciones.
Impugnación por Couture: ´´es el poder y actividad de atacar, tachar o refutar un acto del
proceso judicial (por ejemplo: un documento, una declaración testimonial, un dictamen de
peritos, un proceso, etc.) con el fin de obtener su revocación o invalidación´´.
Dentro del concepto de impugnación, que constituye el género están comprendidos como
especies: los recursos (como el de apelación, casación, directo), los incidentes de reposición
y aclaratoria, el incidente de nulidad (art. 76 y ss. del C.P.C.Cba.); la acción de revisión,
denominada incorrectamente por l art. 395 del CPC como ”recurso” y las excepciones o
defensas que puede ejercer el demandado.
En materia de recursos, el agravio está representado por el rechazo total o parcial de las
pretensiones hechas valer en el proceso por el recurrente.
Al respecto, el primer párrafo del art. 354 C.P.C.Cba., dispone que sólo podrá recurrir la parte
que tuviere un interés directo. Este interés directo es el “agravio” o “gravamen” antes
referenciado, es decir, aquél que se tiene con respecto a la resolución que se considera
injusta o ilegal. Así por ejemplo, una de las partes no podrá agraviarse de la sentencia que
acogió su pretensión porque ésta se fundó en una doctrina distinta a la que ella sustentó en
el proceso, o porque, por ejemplo la sentencia acogió una sola de las tres causales de
divorcio en que se fundó la pretensión contenida en la demanda.
Fundamentos.
El error en materia procesal, visto desde el punto de vista de la función del juez, puede
afectar un doble orden de intereses: o es un error en la apreciación de la norma jurídica
aplicable al caso, o es un error en la tramitación del proceso.
El acto impugnativo.
El acto impugnativo, siguiendo a Zinny, consta de dos partes, que pueden o no cumplirse
simultáneamente, según sea la previsión legal:
Admisibilidad.
La impugnación, como toda actividad de las partes, para ser eficaz requiere de una
actuación del tribunal, que se conoce con el nombre de juicio de admisibilidad.
Efectos.
Como lo adelantamos más arriba, un mismo recurso puede tener por regla el efecto
suspensivo, pero también a veces y a modo de excepción ser no suspensivo. Por ej., una
excepción al efecto suspensivo del recurso reapelación, se encuentra en el proceso por
alimentos y litis expensas, donde se procura proteger al beneficiado de esas prestaciones.
En efecto, el art. 515 del C.P.C.Cba. consagra el recurso diferido con relación a las
resoluciones ordenatorias dictadas durante la tramitación del proceso abreviado,
estableciendo al respecto que “únicamente la sentencia será apelable, pero en la segunda
instancia, al conocer de lo principal, se podrán reparar los agravios causados en los
incidentes o en el procedimiento”.
El recurso: En sentido estricto, implica devolución, y por regla tiene efecto suspensivo.
Con la admisibilidad del recurso se abre la competencia funcional por grado del
tribunal superior.
Procede contra las resoluciones judiciales (sentencias, autos o decretos) y persigue la
revocación, modificación, sustitución o invalidación de la resolución impugnada.
Los medios recursivos son la apelación, casación, la inconstitucionalidad y el directo.
Clariá Olmedo opina que la acción impugnativa, además de atacar una sentencia que ha
pasado en autoridad de cosa juzgada (revisión), también puede dirigirse contra la
ilegitimidad de una decisión dictada por la Administración Pública, que ha quedado firme
luego de haberse agotado la vía administrativa, que es lo que se conoce como demanda
contencioso-administrativa.
A. Incidentes impugnativos
Reposición:
Incidente de Nulidad:
El art. 76 del CPCCba dispone que: “procederá la nulidad de los actos procesales cuando la
ley prevea expresamente esa sanción o cuando el acto carezca de los requisitos
indispensables para la obtención de su finalidad…”
En cuanto al trámite, el art. 78 del mismo cuerpo legal prescribe el plazo de 5 día hábiles –
desde que fue conocido el acto viciado- para interponer dicho recurso, transcurrido el cual
se entiende que ha sido consentido.
En interesado deberá presentarlo por escrito. Admitido, el tribunal correrá vista a la
contraparte para que en el plazo de seis días conteste y oponga las pruebas que hagan a su
derecho.
La prueba deberá diligenciarse en el plazo de 15 días. Una vez recibida y vencido el Tribunal
llamará autos para definitiva y dictará sentencia, la que será apelable.
B. Recursos:
Apelación:
Claría Olmedo “se interpone ante el juez el pronunciamiento agraviante por quien tenga
interés, para que el tribunal de instancia inmediata superior reexamine lo resuelto y revoque
o modifique la decisión impugnada”. Carece la limitación de motivos, lo que permite
entonces la multiplicidad de instancias.
La doctrina mayoritaria concibe que la apelación, si bien libre y amplia, no deja de ser un
reexamen de los resuelto, limitado por la acción interpuesta, las defensas y alegaciones
producidas en primera instancia, límites éstos que no pueden ser transpuestos por el tribunal
de alzada.
Nulidad:
Casación:
El art. 383 del CPCCba establece que el recurso de casación procederá por los siguientes
motivos:
Que la decisión se hubiere dictado violando los principios de congruencia o de
fundamentación lógica y legal, o que se hubiere dictado con violación a las formas y
solemnidades y prescriptas para el procedimiento o la sentencia. No procederá si el
recurrente hubiere concurrido a producirla, aceptando los actos nulos, o que éstos,
no obstante la irregularidad hubieren logrado la finalidad a que estaban destinados; o
no resultare afecta la defensa en juicio.
Que el fallo se funde en una interpretación de la ley que sea contraria a la hecha,
dentro de los cinco años anteriores a la resolución recurrida, por el propio tribunal de
la causa, por el Tribunal Superior de Justicia, un tribunal de apelación en lo civil y
comercial, u otro tribunal de apelación o de instancia única de esta provincia. Si el
fallo contradictorio proviniere de otra sala del Tribunal Superior de Justicia, o de un
tribunal de otro fuero, el tribunal de casación se integrará con la Sala Civil y con la
sala que corresponda, del Tribunal Superior de Justicia.
Que el fallo contraríe la última interpretación de la ley hecha por el Tribunal Superior
de Justicia en ocasión de un recurso fundado en el inciso precedente.
Inconstitucionalidad provincial:
Es el recurso extraordinario, devolutivo, que versa sólo sobre cuestiones de derecho,
acordado para impugnar las sentencias o resoluciones equiparables a éstas, que hayan
decidido un caso constitucional, entendiéndose por tal a aquel que versa sobre la validez o
invalidez de una norma cuestionada como contraria a la constitución de la provincia.
Así, el art. 391 de la ley adjetiva civil cordobesa prescribe que el recurso de
inconstitucionalidad procederá por los siguientes motivos:
Es una acción extraordinaria y de interpretación restrictiva, fundado en causa legal (es decir,
coincidir con alguno de los motivos taxativamente autorizados por la ley para su
procedencia). Sólo contempla el aspecto formal de la sentencia y corrige errores in
procedendo, no in iudicando, por lo que no constituye una tercera instancia. Debe hacer
caer la sentencia, y procede contra la cosa juzgada, cualquiera que sea el tribunal que la
haya dictado.
Debe interponerse por escrito ante el Tribunal Superior de Justicia, quien dentro de los diez
días de interpuesto resolverá sobre su admisibilidad. Si lo admite emplazará al recurrido, en
ambos domicilios para que comparezca ante él y constituya domicilio bajo apercibimiento
de rebeldía.
Se diferencia de las cuestiones prejudiciales, en que estas últimas tienen que ser
incidentalmente resueltas por el mismo o por otro tribunal, a efectos de poder tramitar o
resolver en el orden civil o en el derecho penal la cuestión principal sometida a juicio. Las
cuestiones prejudiciales dan lugar a los incidentes de previo y especial pronunciamiento y a
las excepciones dilatorias y perentorias.
Según el art. 426 del CPCCba, “los incidentes son cuestiones que se suscitan durante la
tramitación de un pleito y que tienen alguna conexión con él´´.
Se sustancia por el trámite del juicio abreviado, si no tienen una tramitación especial.
Pueden plantearse antes, durante la tramitación del juicio a que se refieren, o también en la
etapa de ejecución de sentencia.
En el ámbito civil han sido definidas como aquellas que tienden a impedir que el derecho
cuya actuación se pretende, pierda virtualidad o eficacia durante el tiempo que transcurre
entre demanda y sentencia.
Con mayor amplitud de concepto se ha señalado que son resoluciones jurisdiccionales
provisionales, que se dictan in audita parte (sin previo oir al afectado) o con trámite sumario
o de conocimiento limitado, con el fin de evitar el menoscabo inminente de derechos
personales o patrimoniales.
Naturaleza.
Fassi y Yañez expresan que todas las medias cautelares son de naturaleza preventiva.
Constituyen un anticipo de la garantía jurisdiccional, y son un accesorio o instrumento del
proceso. Se hallan supeditadas y encuentran su justificación en la necesidad de mantener la
igualdad de las partes en el juicio y evitar que se convierta en ilusoria la sentencia que
ponga fin al mismo. No constituyen un fin en sí mismas, sino que se hallan ineludiblemente
preordenadas a la emisión de una ulterior resolución definitiva (Calamandrei).
Procedencia Objeto.
Las medidas cautelares, en el ámbito del proceso civil, son aquellas que tienden a impedir
que el derecho cuyo reconocimiento o actuación se pretende obtener a través de otro
proceso, pierda su virtualidad o eficacia durante el tiempo que transcurre entre la iniciación
de aquél y el pronunciamiento de la sentencia definitiva. En consecuencia, su objeto
consiste en asegurar el cumplimiento del pronunciamiento que eventualmente ha de
dictarse en un juicio.
Nuestro artículo 456 del C.P.C.Cba, sostiene que salvo el embargo preventivo y los supuestos
contemplados en las leyes de fondo, las medidas cautelares pueden ser solicitadas
conjuntamente con la demanda o después.
El escrito debe expresar el derecho que se pretende asegurar, la medida que se pide, la
disposición legal en que se funda, y el cumplimiento de los requisitos que correspondan, en
particular, a la medida requerida.
Presupuestos de procedencia.
Es dable señalar que quedan exentos de este requisito, conforme al art. 460: la nación, la
provincia, las municipalidades, los entes oficiales autárquicos, y a quien litigue asistido por
asesor legrado o con beneficio de litigar sin gastos.
Efectos:
Las medidas cautelares tienen los efectos de la demanda, pero se operará la caducidad si
transcurren diez días sin tramitarse el procedimiento, o si no se entabla aquélla en el mismo
plazo luego de culminado. (art. 465 CPCCba).
Embargo:
Es la afectación o individualización de un bien del deudor al pago del crédito cuestionado.
La medida de embargo impone obligaciones pero no impide el uso racional del bien
cuando fue el propio deudor quien resultó designado depositario.
También debe advertirse que la afectación que implica el embargo no impide que el objeto
pueda ser enajenado con autorización judicial a condición que se comunique
fehacientemente al adquirente su nueva situación jurídica y éste asuma el compromiso que
general a situación.
Es de especial importancia respecto al uso del bien el hecho de quién fue designado
depositario: si lo fue el deudor, puede usarlo racionalmente, salvo expresa disposición del
juez en sentido contrario. Si por el contrario el depositario es un tercero, le está vedado su uso
y además deberá conservar al bien en condiciones hasta el momento de la subasta.
Embargo preventivo por Palacio: medida cautelar en cuya virtud afectan e inmovilizan uno o
varios bienes de quien ha de ser demandado en un proceso de conocimiento o en un
proceso de ejecución, a fin de asegurar la eficacia práctica de las sentencias que en tales
procesos se dicten.
Así, si el objeto de la medida son bienes muebles, se oficiará al oficial de justicia o juez de
paz para que lleven adelante la medida.
Por lo general se designa como depositario judicial al mismo demandado, adquiriendo
desde ese momento la condición de un simple guardador y conservador de la cosa con
diferentes facultades y obligaciones según sea o no propietario del bien embargado; y en
esta última hipótesis, su obligación es mantener la cosa en condiciones de seguridad
adecuadas a los fines de que no se deteriore disminuyendo de esta manera la garantía para
el acreedor.
De recaer la medida sobre bienes inmuebles o muebles registrables, el oficio deberá dirigirse
a las reparticiones públicas respectivas y se efectivizará previo informe sobre dominio y
gravámenes. En caso de solicitarse sobre créditos bastará una notificación al tenedor con
orden de deposito del monto en una entidad bancaria a la orden del tribunal.
Decimos que es una medida “mutable”. Y por qué? Porque puede sustituirse el depositario,
como así también ampliarse (por ej, cuando los bienes sean insuficientes o de dudosa
realización), o reducirse.
En forma simultánea el código regula el secuestro, que es la medida cautelar en virtud de la
cual se desapodera al demandado de un objeto de su propiedad, o que se encuentra bajo
su guarda, con el fin de evitar que éste se pierda o que pueda ser destruido o deteriorado.
No obstante, el depósito de los bienes embargados en persona distinta del deudor se
asemeja al secuestro.
Es aquella medida cautelar en virtud de la cual una persona designada por el juez, en
calidad de asesor externo de este, interfiere en la actividad económica de una persona
física o jurídica, sea para asegurar la ejecución forzada o para impedir que se produzcan
alteraciones en el estado de los bienes.
Anotación de litis.
Tiene por objeto asegurar la publicidad de los procesos relativos a bienes inmuebles o
muebles registrables, con el fin de que la sentencia que sobre ellos recaigan puedan de ser
opuestos a terceros adquirentes del bien litigioso o a cuyo favor se constituyó el derecho real
sobre éste.
Prohibición de innovar.
Es la que puede dictar el juez, según las particularidades del caso, cuando no existe un la ley
una previsión específica que satisfaga la necesidad de aseguramiento. Constituye una regla
importante ya que la realidad cotidiana presenta permanentemente nuevas situaciones y
cuestiones a solucionar que no se ajustan específicamente a los institutos legales previstos en
la ley.
Su otorgamiento está condicionado a que no pueda utilizarse otra medida cautelar; que
exista temor fundado de perjuicio, y que se trate de medidas de seguridad que resulten más
aptas al objeto del juicio.
De tal modo, concluimos que las medidas de coerción personal son accesorias o
instrumentales; es decir, están impuestas para asegurar los fines de un proceso principal.
Como toda medida cautelar, las de coerción personal requieren para su ordenamiento que
se acredite la verosimilitud del derecho y razones de urgencia (peligro en la demora).
Son provisionales, mutables y de interpretación restrictiva.