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La libertad religiosa es el derecho que tiene una persona de poseer la fe que desee, o ser

ateo o agnóstico, como creencia interior, y por lo tanto sin poder ser restringida; pero es
también la facultad de exteriorizar esos sentimientos religiosos, cuando se los tiene,
mediante el culto, que cada religión tiene previstos, y estos actos de culto son los que
permiten la injerencia del Estado para regularlos. En algunos casos, esos límites se imponen
por motivos fundados, por ejemplo si afectan el orden público, la moral, la seguridad o los
derechos de otros, pero en otros casos, la prohibición de ciertos cultos, obedece a razones
discriminatorias.
La libertad religiosa fue una de las principales preocupaciones del Estado liberal que surgió
luego de la Revolución Francesa de 1789, para independizar al poder temporal del
espiritual, frente a la tradicional postura de la iglesia vinculada al poder, y a
la educación religiosa en las escuelas públicas. Esto último fue una larga lucha, que aún
subsiste en muchos casos.
La intolerancia religiosa motivó luchas sangrientas entre moros y cristianos, católicos y
protestantes, persecuciones a judíos que se extremaron durante el nazismo, que incluyó
también a los Testigos de Jehová, etcétera, es por ello que el anhelo de la libertad religiosa,
si bien se ha plasmado en la mayoría de las constituciones de occidente, y en el
Derecho Internacional, suele verse en la práctica limitado por actos discriminatorios e
incluso ser objeto de atentados.
La religión es en general impuesta al individuo por mandato familiar, pero la libertad que
posee como persona, le permite poder cambiarla o no adoptar ninguna cuando sea mayor.

El tema de la libertad religiosa y los medios de comunicación lleva directamente a


reflexionar sobre este derecho fundamental y su ejercicio, así como sobre el derecho
fundamental de libertad de expresión. No existe auténtica libertad religiosa si no
entendemos comprendido en su contenido la libertad de manifestar las creencias religiosas
o, lo que es lo mismo, la libertad de expresión religiosa. A su vez, el derecho de acceso a
los medios de comunicación, que podrán ejercer las confesiones religiosas como grupos
sociales significativos, ocupa un lugar especial en el contenido de libertad de expresión
vinculada a la libertad religiosa. En este sentido debemos tener presente que los poderes
públicos tienen la obligación de remover los obstáculos que impidan o dificulten el
ejercicio de dicha libertad religiosa y también de la libertad de expresión de contenido
religioso. Por otra parte el otro gran tema relativo a la libertad religiosa y los medios de
comunicación es la necesaria garantía y protección de este derecho en el ejercicio de la
libertad de expresión y de la libertad de información a través de los medios.

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