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Nuevo método para diagnosticar precozmente el

autismo
Volver a Mi niño

Jueves, 06 de Junio de 2002 - 22:00

¿Es preciso el lenguaje para que haya consciencia? Algunos


expertos creen que ambas facultades son indisociables, pero
otros, como el profesor de psicología canadiense David
Zelazo, dicen lo contrario. Este autor ha definido un modelo
de niveles de desarrollo de la consciencia infantil y piensa
que realizar tests para conocerlos podría ayudar a descubrir
casos de autismo o de déficit de atención.
Conocer con precisión el grado de desarrollo de la consciencia en los niños podría ayudar a
los pediatras a detectar tempranamente trastornos conductuales como autismo,
hiperactividad o déficit de atención, según David Zelazo, profesor de psicología de la
Universidad de Toronto, que ha trabajado en la elaboración de unas pruebas que definen
más grados de consciencia de los que hasta ahora se habían descrito. Zelazo ha participado
en la sexta Conferencia de la Asociación para el Estudio Científico de la Conciencia
(ASSC), organizada por la Universidad de Barcelona y el Museo de la Ciencia de la
Fundación "La Caixa"..

A diferencia del modelo clásico, que sólo distingue tres fases en el desarrollo de la
consciencia infantil -la ausencia de consciencia, el despertar de la consciencia y la
consciencia de uno mismo-, Zelazo presentó un modelo de niveles de consciencia más
prolijo, producto de sus investigaciones.

Según este experto, los bebés tendrían una consciencia sensorial mínima desde el
nacimiento hasta los 9 y 12 meses de vida. Entre el noveno y duodécimo mes se produciría
un salto en su desarrollo, el llamado proceso de recursión, es decir, en este período los
pequeños comenzarían a integrar de forma consciente la información que reciben de
distintas experiencias.

"Registran algo en su mente, aunque no sea visible, y lo utilizan para guiar su


comportamiento. Son capaces de buscar un juguete que está escondido". Posteriormente,
entre los 18 y 24 meses y a los 3 años de edad se han identificado otros dos niveles de
desarrollo de la consciencia, caracterizados por un mayor control sobre las acciones y
emociones. Zelazo matiza que a los 3 años un niño es capaz de usar la información que
tiene para actuar.

Pero los pequeños autistas, hiperactivos, con déficit de atención u otros desordenes
conductuales, pese a disponer de dicha información, son incapaces de utilizarla para regular
su conducta. Tienen dificultades para controlar sus emociones y se muestran inflexibles en
su comportamiento.

Esta rigidez conductual se puede correlacionar con un retraso en el desarrollo de su


consciencia, que se sitúa unos años por detrás de la de otros infantes de su misma edad. Por
eso, Zelazo sostiene que sería de gran utilidad para el diagnóstico que los pediatras
emplearan el test para medir los niveles de consciencia.

Una de las grandes discusiones en que los expertos se encallan y, hoy por hoy, no logran
alcanzar el consenso es si el lenguaje constituye un requisito indispensable para que haya
consciencia o si surge previamente.

¿Qué fue antes?

Una de las teorías vigentes afirma que la consciencia fenoménica (de los sucesos que se
desarrollan) existe tanto en los bebés prelingüísticos como en los animales, mientras que
otra tendencia sostiene que la consciencia fenoménica sólo se puede explicar a través de la
consciencia reflexiva, que aparece cuando el niño desarrolla la capacidad del lenguaje
hablado.

Según la primera teoría, los niños y los animales experimentarían dolor y sensaciones,
aunque no puedan expresarlo con palabras, idea que apoyan otros autores.

En cambio, la segunda teoría defiende que el niño sólo llega a ser consciente de su
sufrimiento y sensaciones cuando es capaz de expresarse verbalmente y, por lo tanto,
adquiere la llamada consciencia reflexiva, según expertos como Davidson o Rosenthal,
apunta Antoni Gomila, profesor de Pensamiento y Lenguaje del Departamento de
Psicología de la Universidad de las Islas Baleares.

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