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Econografos
Nº 99
Julio 2016
HISTORIA E INSTITUCIONALIDAD EN
LA MINERÍA COLOMBIANA
Resumen
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Estudiante de Economía de la Universidad Nacional de Colombia
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Estudiante de Economía de la Universidad Nacional de Colombia
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Estudiante de Economía de la Universidad Nacional de Colombia
Página
* Documento elaborado en el marco de la cátedra Historia Económica de Colombia Siglos XIX y XX,
dirigido por el profesor Oscar Rodríguez Salazar. Los estudiantes agradecen la colaboración del profesor
Gustavo Adolfo Junca Rodríguez.
The history of the mining industry in Colombia and its institutions has evolved a great deal
ever since the early years of the colony until the first decade of the century. This is a critical
review of changing social production forms and the regulation role of the State, including
changes in the property rights of subsoil from de first historical efforts to consolidate an
independent political project. We use Historiographical elements to achieve the goal. To
ease the reading of such a long period we divide it into 6 periods: the colonial period; the
first republics period; classical industrialization; State-led mineralization (1973-1991); a
transition; and finally mining opening (2001-2013). We question the existence of a
historical development paradigm based on a mining vocation. We also want to show the
colonial ties in today’s system. Finally, we argue a lack of regulation, and therefore
organization, in the mining sector.
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Página
Subdirectora
Vilma Narváez
Tabla de contenido
1. Introducción .................................................................................................................... 6
7. Conclusiones ................................................................................................................. 29
Bibliografía ........................................................................................................................... 31
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Página
1. Introducción
Colombia es un país con múltiples ventajas geográficas, una amplia variedad de recursos
minerales y a la vez, serias debilidades estructurales para su efectiva administración
consolidadas a través de la historia. La producción de estos recursos demanda de capacidad
de gestión y capital disponible para la exploración y extracción que, al estar asociadas a
una fuerte vulnerabilidad al riesgo, debido a la incertidumbre que el sector enfrenta, se han
apartado gradualmente del sector público.
El movimiento del capital a lo largo del globo está condicionado por la rentabilidad de los
sectores productivos que permiten su reproducción y la prolongación de los ciclos de
acumulación del mismo. Esta limitante constituye para países desarrollados con capacidad
de financiación un problema que, en los últimos siglos no ha encontrado una solución
distinta a la apertura de mercados y la liberalización del flujo de capitales, juego en el
cual, las economías pequeñas han sido intervenidas para conseguir el desarrollo de sus
circuitos de consumo. Entrando de ese modo a formar parte de la lista de aquellas
denominadas economías emergentes.
Es casi incuestionable la tradición histórica minera de nuestro país, pero algo que parece
no ser claro y tampoco generalmente aceptado es si ésta es nuestra vocación, pues a
primera vista puede entenderse como un punto de quiebre en los esfuerzos por consolidar
la industria nacional que, de alguna manera se vieron truncados con la posterior apertura
económica. Veremos a continuación una breve aproximación a cómo se escribieron
algunas de las páginas de nuestra historia y tradición minera, y el papel desempeñado
por el Estado.
Empezaremos por una breve revisión del periodo colonial, donde la minería tuvo una
precaria iniciación en cuanto a la técnica, y cuya principal motivación era la recompensa
personal de los conquistadores, ocasionando la muerte a muchos indígenas y la posterior
necesidad de traer mano de obra esclava, desarrollándose así un mercado de mano de obra
incipiente típico de un régimen precapitalista. En este periodo el principal producto de
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razón por la que junto con los aluviones mineros se implementaron varias casas de
Con el gradual abandono de las instituciones coloniales y el auge del café, el país contaba
con nuevas fuentes de financiación para sus cuentas fiscales, de esta manera el papel del
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Estado se consolida (Bertola y Ocampo, 2013), y viene para el país un periodo con
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elevadas tasas de crecimiento del producto impulsado por los sectores agroindustriales y
Pasaremos por alto la primera apertura del 1991 pues los efectos en la minería de forma
agregada son marginales en Colombia. Es con la ley 685 del 2001 que se produce un
cambio sustantivo en el sector. En este momento el Estado entra a jugar un nuevo papel
en la economía minera, ya no como su productor, su actividad será la de actuar como
regulador y como principal mecanismo de control. Sin embargo, esta ley dota de
subsecuentes poderes a las instituciones mineras, incluidas las empresas. Con este
nuevo escenario, más atractivo para los capitales internacionales, se tiene el efecto
deseado por el mercado, y que a la vez es reavivado por el gobierno Samper. Este periodo
la se denominará apertura minera, extendiéndose desde el 2001 hasta el 2013. Los
resultados han sido notables, el auge de la inversión extranjera directa y el elevado
incremento de la producción de minerales tradicionales, auspiciado por el efecto positivo
de los precios en el periodo. Se encuentran cambios como el implementado por la Dian en
el 2005, cuando decreta que el 30% y posteriormente el 40% de las regalías de las
empresas mineras podrán ser deducidas del impuesto de renta. De este modo,
revisaremos la trayectoria histórica de las formas institucionales que en Colombia
respondieron a la necesidad de orden del sector minero, imperante desde el tiempo de la
colonia. Se identifica un profundo conflicto que trasciende la esfera de la economía al
incorporar una combinación de intereses particulares y estatales ajenos en buena medida al
interés general. Al respecto del orden en el sector minero, se considera que es un asunto en
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Página
continuación, es claro que los recursos del territorio colombiano no están en manos de los
colombianos.
La minería, generalmente vista desde los centros urbanos, parece más bien exótica. La
contribución de esta actividad al progreso y desarrollo del país parece ser la constante en
el análisis, además se le atribuye el ser históricamente productora de insumos y de
materias primas para la agricultura, la construcción y otras ramas de la industria nacional.
Al revisar la historia se pueden hallar rastros, convertidos en leyendas, que muestran los
orígenes de esta actividad. Se dice que alguna vez en las regiones auríferas del
Magdalena, Jiménez de Quesada encontró en la zona de Barrancabermeja un cargamento
de lanas y panes de sal, su búsqueda personal de minerales, típica de los
conquistadores, lo llevó a rastrear el origen de los panes de sal y de igual manera la fuente
térmica usada por los indígenas para su elaboración: el carbón. Encontrándose en Quito,
Sebastián de Belalcázar tuvo conocimiento del oro extraído del valle del río Cauca y de
inmediato organizó una expedición por allá en la tercera década del siglo XVI, buscando
lo que ya se conocía entre los conquistadores como el dorado . Lo mismo ocurrió con
Pedro Vadillo, quien emprendió su propia búsqueda acompañado de una considerable
compañía de hombres (Muriel, 2012).
adoptaron los primitivo métodos de los nativos. La estructura del sector minero de la
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época puede comprenderse atrasada, en Antioquia por ejemplo las técnicas predominantes
La dureza del trabajo minero, llevó a que en 1729 el rey de España prohibiera que los
aborígenes fueran obligados a trabajar en minas, para sustituir la fuente de mano de obra
con esclavos comprados y traídos desde el continente africano. Esto tuvo un impacto
inmediato provocando el cierre de las minas. Al agotarse el oro de fácil extracción, el rey,
propietario único de las minas, manifiesta su preocupación, pues el “quinto real”, impuesto
de la época que correspondía a una quinta parte del volumen producido del mineral, se vio
seriamente reducido, al igual que los derechos que el erario público percibía por la
fundición (Muriel, 2012). Sin embargo, existen evidencias, en los trabajos de Robledo en
fuentes primarias, de que este impuesto para el año 1771 era solamente del 3%, pues
había sido rebajado progresivamente partiendo del veinte, luego pasó al diez, al seis y
finalmente prevaleció en el tres por ciento (Twinam, 1985).
En cuanto a estos procesos de acumulación, en la segunda mitad del siglo XVI los
peninsulares, haciendo uso de la fuerza, lograron la conquista de los territorios muzos y el
acceso a los yacimientos de esmeraldas. En 1824, la firma inglesa Goldschmidt & Co,
que para la época tuviera en arriendo las minas de Marmato y Supía, introdujo la técnica
de excavación de galerías y montó sistemas mecánicos para triturar y amalgamar el
mineral, así como plantas tecnificadas para la fundición del oro. Es importante señalar que
uno de los fenómenos interesantes que se presentaron en esta época debido al laxo
control que ejercía la corona sobre las actividades mineras y más aún el titular minero
sobre los territorios de las minas, es el uso del oro en polvo como medio de pago para la
compra de mercancías entre distritos (Twinam, 1985).
Para la época Bolívar, el libertador, ya consideraba la minería como una actividad decisiva
en la construcción de la prosperidad económica de las nuevas repúblicas americanas por lo
que, el 4 de Octubre de 1829, se acordó en el decreto sobre el fomento del laboreo de las
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A finales de 1843 inicia sus trabajos de campo la compañía del Sinú que contaba con un
equipo de expertos franceses y múltiples instrumentos modernos para la época. Una vez
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partículas arenosas del oro, lamentablemente una creciente del río echó a perder su
empresa.
Durante el periodo comprendido como la Regeneración (1886 – 1905) se dio una fuerte
divergencia en la soberanía monetaria. La manifestación conspicua de una banca libre
que se estaba arraigando, con capacidad temporal de emitir moneda, y en proceso de
expansión a otras actividades como la intermediación del comercio; incrementaba
aceleradamente las utilidades de esta la banca. La consecuente acumulación de capital se
transfirió en parte al sector minero a través de crédito con bajas tasas de interés (Meisel,
1990).
Las labores de exploración mineras pueden en general, aunque con sus respectivas
variaciones respecto del metal de interés, variar en su complejidad y costo; sin embargo,
un factor determinante del riesgo de dichas inversiones es la probabilidad de éxito de las
mismas. Este riesgo es alto para los metales no ferrosos que cuentan con una efectividad
promedio del 10%. Adicionalmente, la industria minera requiere para su operación la
adopción de sofisticadas y costosas tecnologías para evitar tener efectos peligrosos sobre el
medio ambiente. La explotación de minerales como las arcillas, calizas y mármoles carece
de complejidad y presentan costos y riesgos en una cantidad mucho menor que la que
presenta la de metales o piedras preciosas.
Entre 1963 y 1968 se adelantó el programa de inventario minero nacional con la asistencia
del servicio geológico de los Estados Unidos y la Agencia para el Desarrollo Internacional
(AID). Se exploraron siete millones de hectáreas del territorio nacional en lugares como la
Sierra Nevada de Santa Marta y la parte norte de la cordillera oriental (Boyacá,
Cundinamarca, Norte de Santander y Santander) y central (Antioquia y Caldas). El
programa se orientó a la búsqueda de recursos como el oro, metales base, hierro, roca
fosfórico y otros minerales. No se incluyó el carbón y tampoco las esmeraldas.
producción y no a la exploración.
El alza sin precedentes del precio del oro en la década de los ochenta explica el aumento
en la producción. En esta época empresas como Placer Dome (hoy parte de Barrick
Gold), Cryprus Amax (adquirida por Freeport McMoRan y posteriormente por Newmont
Mining) y TVX Gold Inc., hicieron inversiones en la exploración de este mineral, se
desconoce el motivo por el que suspendieron sus actividades. En la primera década de la
apertura económica se redujo el número de títulos mineros en un 19%, en la década
siguiente se presentó un incremento del 48% llegando a una cifra de 9.011 títulos, lo cual
muestra que la dinámica del sector minero en Colombia ha sido notable en los últimos
años.
(Misas, 2001). El golpe al sector minero se mitiga en parte por la ya fuerte intervención
del capital extranjero en los minerales líderes del sector como el carbón.
Un título minero es la autorización que da el Estado a una persona natural o jurídica para
obtener beneficios de un posible recurso minero disponible en el territorio nacional.
Actualmente, la mineralización, o explotación de minerales, es posible de manera libre en
todo el territorio colombiano, con excepción de las áreas naturales protegidas y aquellos
terrenos declarados como zonas mineras de comunidades étnicas.
múltiples regímenes mineros. En 1863, al tomar forma los Estados Unidos de Colombia,
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este orden se sigue conservando prácticamente intacto hasta el año 1868 cuando la nación
recupera también los derechos de propiedad sobre el carbón; posteriormente, en 1873,
El decreto 106 obedece a una respuesta del nivel central para dirimir un posible conflicto
militar que estaba tomando forma en las fronteras de los estados de Antioquia y Cauca.
Este territorio contaba con remarcables niveles de extracción de oro y platino, una fuente
considerable del fisco regional; adicionalmente, el nivel Central de gobierno tenía
arrendadas algunas minas allí a empresas extranjeras, motivos que permiten percibir un
conflicto de intereses económicos. Sin embargo, un hecho que llamó la atención fue la
expedición por parte del estado de Antioquia de la Ley 292 de 1875, por medio de la cual
daba a particulares derechos de propiedad perpetuos si éstos hacían el pago de 20 años de
impuestos por adelantado. Este fue sin duda un claro incentivo irregular comprendido
como un canal de financiamiento para la guerra. Pese a la expedición del decreto 106 y
sus intenciones de mediar allí la guerra, vino al norte del Cauca entre los años 1876 y
1877 con tintes político– religiosos sin mediación alguna (Muriel, 2012).
Es importante mencionar que este orden minero presentó cambios temporales por
arbitrariedades de gobiernos de turno como el de Rafael Reyes (1904-1909) quien con la
declaración de estado de sitio canceló los derechos mineros de Marmato y Supía, los puso
bajo la administración de un militar, quien pese a no tener conocimientos de minería, sí
supo tener lucro de los terrenos al arrendarlos a mineros (Muriel, 2012). En el transcurso
de los años 1850 y 1930 se dio en nuestro país una fuerte dinámica en cuanto la
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haciendo uso de vías jurídicas e inclusive de la fuerza. Estos dos elementos constituyeron
un factor determinante en la consolidación de latifundios y la adjudicación de títulos
mineros (LeGrand, 1988).
Fue en 1969, por medio de la ley 20, cuando la nación recuperó la autoridad sobre los
recursos minerales y se dio libertad para formar asociaciones mixtas en las que el Estado
participaría del 51% de las acciones. En 1970, el Decreto 1275, llamado el Estatuto
Minero, intentó mejorar sin éxito la capacidad de gestión del sector. U n posterior
decreto, la Ley 2655 de 1988 investía al presidente Virgilio Barco (1986-1990) con la
facultad de promover el mecanismo que coordinara la minería del país. En el decreto
2310 de 1974 se terminan las concesiones por hidrocarburos y se crea Ecopetrol, más
ahora, el decreto de Barco reiteraba el carácter de utilidad pública e interés nacional de
la industria minera, la primacía de la demanda interna y la propiedad estatal sobre los
recursos mineros. Asimismo, este delineó las reservas ecológicas, estimuló el ingreso de
inversión extranjera en la industria, comprometió a los poseedores de los títulos mineros al
desarrollo regional, fijó los contratos con una duración de 30 años, definió las escalas
mineras (pequeña, mediana y grande) y creó Mineralco, Ecocarbón y Econíquel.
Una de las figuras que tomó lugar con el nuevo código fue la apertura de licitaciones para
la adjudicación de concesiones, aquellas áreas identificadas como de inversión estatal
recibieron pocas ofertas e inclusive fueron declaradas desiertas, como hecho curioso al
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ser cambiadas como áreas libres fueron recibidos gran número de proponentes. Esto
parece ser una dinámica estructural de segregación del mercado a la intervención estatal
Página
Como parte del estudio del proceso de evolución del sector minero en los últimos 34 años,
se hace imperativo evaluar el contexto institucional, legal y administrativo bajo el cual
este se llevó a cabo. El estudio de dicho contexto se dividirá en tres secciones: Planes
Nacionales de Desarrollo, Códigos de minas y la evolución de las instituciones.
Antes de empezar el análisis del marco legal e institucional, consideramos necesario dar
algo de contexto histórico al periodo en cuestión. Ha transcurrido la denominada edad de
oro del capitalismo, caracterizada por la caída de aquellos gobiernos fascistas que se
levantaron en la era de las catástrofes. Se dieron pasos enormes en el desarrollo de
sistemas de protección social en países del centro. Los rastros coloniales directos por sitio
o administración se han difuminado, la población mundial enfrenta un proceso de
creciente urbanización (Hobsbawm, 1995). En Colombia las ideas de la CEPAL han
permeado el ambiente económico y político, se ha hecho notable el proteccionismo
latinoamericano. Bertola y Ocampo (2013) llaman a este periodo época clásica de la
industrialización, proceso en el que se destaca la escasez de divisas, la acumulación de
reservas internacionales, constante inestabilidad de la balanza de pagos debido a una caída
en los precios de los productos primarios (Bertola y Ocampo, 2013).
Una herencia Cepalina es la proyección y ejecución de planes de desarrollo, hoy por hoy
son una herramienta política conocida más bien de forma general por la población
colombiana. Se presentan a continuación para conocer las metas y objetivos que cada
administración le propuso al sector, así como los incentivos, restricciones o cualquier otro
tipo de acción encaminada a la reglamentación o reconfiguración del sector minero. Para
aproximarnos a comprender lo que sucedió en el sector en el periodo posterior a la
apertura revisaremos gobiernos anteriores y posteriores a tal medida. El mandato de
Julio César Turbay Ayala (1978-1982) será nuestro punto de partida.
El “Plan de integración social” propuesto por Turbay Ayala (1978-1982) incorporó una
sucesión de inversiones en tres sectores líderes: gas natural, petróleo y carbón. Es interés
de la presente investigación el sector del carbón. En este periodo aún está presente el
profundo desconocimiento de la geografía colombiana en cuanto a yacimientos
inexplorados, que pese a los esfuerzos adelantados persistió como eje del desarrollo
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minero propuesto por Belisario Betancur en su “Cambio con equidad” del periodo
1982-1986. La respuesta de Turbay consistía en el desarrollo de una empresa para la
Página
Terminando su gobierno, Virgilio Barco crea una comisión de estudios para evaluar la
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apertura. César Gaviria (1990-1994) llega al poder con su programa “La Revolución
Pacífica”. Su gobierno fue el primero en expresar serias preocupaciones hacia el deterioro
del sector ambiental provocado por la minería, razón por la cual crea el Inderena como
ente de control a la minería industrial y semi-industrial. Destina alrededor del 90% del
total de las inversiones en el sector minero a Carbocol para la operación del Cerrejón Zona
Norte. Como es bien conocido, es durante el gobierno de Gaviria cuando se empiezan a
seguir las formulaciones de política emitidas desde Washington (Consenso de
Washington); sin embargo, el sector minero parece haber sido ajeno a este proceso de
liberalización del mercado que experimentó la totalidad de la economía colombiana.
relega al Estado un papel de control y vigilancia; el ejemplo más claro fue la enajenación
Página
Una de las fallas notables del país es la ausencia de información centralizada que
incorpore variables y mediciones de distintos sectores, es común la disparidad de cálculos
y cifras presentadas aún entre instituciones como el Banco de la República y el
Departamento Nacional Estadístico. El primer gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002-
2006) “Hacia un Estado Comunitario” planteó como objetivo primordial el exterminio
por la vía militar del conflicto armado colombiano, es por esto que todas las políticas y
propuestas estuvieron encaminadas a dicha meta. Se reconoce un gran crecimiento del
sector en el último cuatrienio, lo que se le atribuye a la enajenación del Estado en la
producción. Con vistas a un continuo crecimiento se plantean estrategias como la
implementación de un moderno Sistema de información minero colombiano; e l
incremento de la eficiencia de la autoridad minera a través de una reestructuración
institucional, descentralización y agilización de trámites para inversionistas privados; y
finalmente el aumento de la cobertura de la Autoridad Minera. En su segundo gobierno
(2006-2010) ejecutó su plan de desarrollo llamado “Estado Comunitario: Desarrollo para
todos” enfocado en generar atracción de inversión extranjera y la resolución de la
informalidad con el fin de impulsar la inversión eficiente de recursos de capital y
aprovechar las economías de escala.
Para dar cumplimiento a estas metas este gobierno adelantó una serie de reformas en las
instituciones, en las que se incluye una completa reestructuración de Ingeominas, siendo
sus nuevas funciones exclusivamente las de evaluación y exploración de la geología
colombiana, reafirmando así la intención del Código de Minas expedido en 2001 de
marginar la acción estatal a una restringida labor de control. Entre otras medidas, se
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legalización de la minería al margen de la ley. Por otro lado, se otorgan grandes beneficios
tributarios a los empresarios del sector minero, entre ellos, el más destacado es la
deducción de las regalías del impuesto de la renta de hasta un 40%
Para terminar el recorrido por los puntos álgidos de la minería, encuentra la de Juan
Manuel Santos (2010-2014) La primera administración del presidente Santos se
caracterizó por las denominadas locomotoras del crecimiento económico, una de estas
locomotoras era el sector minero-energético, del cual dentro del plan de desarrollo se dice
que ya está prendida, hablando metafóricamente. En los periodos previos, el sector
minero se consolidó como uno de rápido crecimiento, la presencia de fuertes incentivos
tributarios, legales y económicos se cuentan entre las causas de dicha expansión.
Evidencia de lo anterior es el incremento de la participación del sector en el PIB, pasa
del 8.8% en el 2006 a un 9.2% en el 2009, las cifras de inversión extranjera directa y de
exportaciones son igualmente positivas; aunque posteriormente saldrían a la luz, inclusive
de la boca del propio exministro de minas y energía, muchas de las irregularidades con las
que este proceso contó.
5. Reformas institucionales
Dentro de las instituciones del sector minero la más importante históricamente ha sido el
Ministerio de Minas y Energía, creado en 1952 por decreto, con funciones técnicas y
administrativas. Desde su creación hasta el presente, ha sufrido pocos cambios
estructurales, de estos, uno de los más importantes fue el ocurrido en 1968, al darse la
separación de la generación, la transmisión y la comercialización de la electricidad que
duró poco, pues pronto todo volvería a su control. Décadas después, en 1992, se
reestructuraría administrativamente para cumplir con las exigencias que la apertura
económica, consignada en la constitución del 91, demandaba. Posteriormente, en 1997, se
crea el viceministerio de hidrocarburos, y se conforma la Empresa Colombiana de Gas
(Ecogas).
Con el Decreto 2152 de 1999 se modifica el ala administrativa del sector, quedando
conformado así por el Ministerio de Minas y Energía, al que por demás se le asigna la
tarea de delimitar las zonas mineras indígenas, dos unidades administrativas especiales
(UPME y la CREG), dos establecimientos públicos (INGEOMINAS e IPSE) y ocho
entidades vinculadas (ECOPETROL, ECOGAS, MINERCOL, ISA S.A., ISAGEN S.A.,
Empresa Multipropósito de Urrá S.A. E.S.P., CORELCA, FEN y CARBOCOL).
Más tarde en el 2003, y por disposición del nuevo código de minas, se diluye y liquida
Carbones de Colombia S.A. (Carbocol), empresa creada en los años 70 como parte del
proyecto del Cerrejón. Al año siguiente, se reforma INGEOMINAS, destinándolo
exclusivamente a la exploración básica del subsuelo colombiano, dejando la promoción de
la exploración y explotación a los privados. En ese mismo año, se ordena la liquidación de
la Empresa Nacional Minera Limitada, Minercol Ltda., empresa industrial y comercial
estatal, que en el 2001 ya había sido reestructurada dejándole funciones de autoridad
minera. Debido a las mismas razones que generaron los últimos dos cambios se
modifica la estructura de la UPME.
Como se ha venido mostrando, el cambio institucional y legal que implica una apertura
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económica es experimentado por el sector minero sólo hasta el 2001 con la reformulación
Página
del Código de Minas adelantada por el presidente de entonces Andrés Pastrana, casi 10
años después que el cambio sufrido por el resto de la economía. Y en tan sólo una década
después de su apertura ha demostrado el gran potencial que contiene el sector, que si bien
se han de realizar reformas de fondo, para evitar la fuga de nuestros recursos no
renovables, ha sido un gran impulsor del crecimiento económico del país en años
posteriores a su apertura.
6. La apertura minera
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En la década de los 90´s la IED hacia Colombia era muy volátil, conducta que cambió al
inicio del nuevo milenio ya que a partir de allí, la IED ha sido creciente al punto de
alcanzar su auge en 2004 una contribución de 41% y 2.157 millones de dólares. Para
2006, se estimó que la minería sin hidrocarburos abarcan un 28% del total de IED; La
IED en el sector se cuadruplico en este periodo (FEDESARROLLO, 2008), pero para el
periodo comprendido entre el 2007 y 2010 se presenta un estancamiento en dicha cifra.
26
Página
12,00 Portafolio
Transportes almacenamiento y
comunicaciones
6,00 Comercio al por mayor y al por
menor, restaurantes
4,00 Construcción
0,00
Explotación de minas y canteras
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
-2,00 Agricultura, caza, silvicultura y
pesca
Actividades no bien
-4,00 especificadas
4.500.000 18.000.000
Monto exportaciones (USD FOB)
4.000.000 16.000.000
3.500.000 14.000.000
3.000.000 12.000.000
2.500.000 10.000.000
2.000.000 8.000.000
1.500.000 6.000.000
1.000.000 4.000.000
500.000 2.000.000
- -
sep-04
abr-06
ago-12
ago-93
oct-96
may-98
dic-99
jul-01
mar-14
nov-07
mar-95
jun-09
ene-92
feb-03
ene-11
ago-05
ago-93
ago-96
ago-99
ago-02
ago-08
ago-11
feb-92
feb-95
feb-98
feb-01
feb-04
feb-07
feb-10
feb-13
Café Petróleo y sus derivados Carbón Ferroníquel Café Carbón Petróleo y sus derivados Ferroníquel
La expansión del sector de extracción de recursos naturales trajo como resultado que
para el 2006 alcanzaran el porcentaje de exportaciones de los países en desarrollo fuese
Página
del 36%.
Este aumento en la IED se vio reflejado por la cantidad de nuevas empresas que querían
explorar y explotar el territorio colombiano, para lo cual, estas empresas deben debían
contar con un título minero, derecho otorgado por el estado colombiano, como se
mencionó anteriormente, para explorar y explotar recursos de propiedad estatal, se
podría decir que es una concesión pero no transfiere la propiedad del área otorgada en
concesión, es un contrato temporal del cual las empresas pueden explotar los recursos
naturales que se dispongan en el área (Rodado, 2010).
12.000 45%
40%
10.000
35%
8.000 30%
25%
6.000 20%
10.061
8.905 9.041 9.506 15%
4.000 7.343
8.125
10%
5.816 5.616 6.043
5.067
2.000 5%
2.965 3.431
0%
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
0
-5%
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
-10%
Durante la última década en la cual tiene lugar la bonanza de los commodities, se puede
ver un aumento de los títulos mineros concedidos, mientras que en el 2008 se observó
una reducción de estos, debido a la recesión; las cifras de títulos mineros durante la última
década ha tenido un acenso constate, fortalecido en el periodo del presidente Juan Manuel
Santos (2010-2014).
7. Conclusiones
La forma en que se administraban los títulos mineros era francamente blanda y laxa
dando lugar a la monetización del polvo de oro y un mercado de contrabando,se
establecieron casas de fundición en las que el propietario de la mina llevaba el mineral para
la posterior fundición incluido el sello de la corona.
Desde entonces, la economía colombiana tuvo vocación minera, extractiva y los intereses
de la minería sobrepasan a los intereses de la economía en general Una baja tecnificación
se albergó en este sector desde la época de la colonia; la propiedad del suelo y sus
recursos fue potestad de organismos de control como la corona y posteriormente del
estado. Esta estructura permanece hasta la actualidad, salvo la restricción del rol estatal
como productor configurado hasta la década de los setenta en el siglo XX.
sector con una alta dependencia de capitales extranjeros, administrados en los siglos XVII,
Página
XVIII, XIX en forma de arriendos, como lo fue en el caso de las minas de oro. Los
Desde 1978, con el gobierno de Turbay Ayala el sector minero empieza a retomar el papel
protagónico dentro del contexto económico que había tenido en la época colonial,
ejemplo de esto, es la construcción de la mina del Cerrejón como proyecto emblemático de
la reactivación minera, en la cual el Estado y las grandes multinacionales se asocian con
el fin de extraer la gran riqueza mineral del país. Luego, a lo largo de los años 80, se llega
a un acaparamiento de los principales yacimientos de minerales por parte de grandes
empresas extranjeras.
El alza de los precios de los commodities del año 2000, coincide con la institución de
políticas para liberalizar el mercado minero extractor y dar un tratamiento favorable al
capital extranjero. Nuevas empresas se incorporan, tienen lugar las reformas al código de
minas, el Estado cambia su rol al de regulador y controlador del sector minero, se
fomenta la extracción de los recursos naturales, lo cual se evidencia en el aumento de los
títulos mineros otorgados. Las grandes compañías que se encuentran en el país se hacen a
una gran cantidad de territorio para explorar y explotar, alcanzando sus máximos niveles
de producción en el periodo comprendido entre 2002 y el presente año.
Son bien conocidas por la academia las limitantes del efecto positivo en el desarrollo de
cadenas productivas desde la minería: los salarios son altos y los efectos en el consumo y
el ahorro son notables; sin embargo, los resultados del balance minero actúan a favor de
intereses políticos, cuya capitalización depende del mantenimiento de los precios de las
commodities, algo que parece no estar en el panorama por el enfriamiento de los mercados
e iniciativas como el fracking norteamericano. La sostenibilidad del desarrollo a partir de
la locomotora minero- energética auspiciada por las reformas de orden liberal en los años
seguidos a la apertura, es altamente cuestionable, más que un problema de orden ambiental
eleva la tasa de dependencia y reduce las posibilidades de una reestructuración del
discurso, conducido a sectores de innovación industriales y de tecnología. El actual rol
marginal del Estado se identifica como un detrimento de los mecanismos de poder
definidos para conservar y preservar los intereses colectivos. La arbitrariedad en el cambio
del uso del suelo anteriormente protegido, las desmedidas exenciones impositivas y otros
poderes otorgados a los capitales extranjeros alteran la confianza de los sectores
industriales locales en el aparato estatal.
Bibliografía
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