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MISTERIOS

GLORIOSOS
Para Dios todo es posible en
María. Ella es la elegida, la llena
de gracia, la morada del Señor.
Es la Madre del Hijo de Dios.
Ven, Espíritu Creador,
visita las almas de tus fieles
llena con tu divina gracia,
los corazones que creaste.

Tú, a quien llamamos Paráclito,


don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego,
caridad y espiritual unción.

Tú derramas sobre nosotros los siete dones;


Tú, dedo de la diestra del Padre;
Tú, fiel promesa del Padre;
que inspiras nuestras palabras.

Ilumina nuestros sentidos;


infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio,
fortalece la debilidad de nuestro cuerpo.

Aleja de nosotros al enemigo,


danos pronto la paz,
sé nuestro director y nuestro guía,
para que evitemos todo mal.

Por ti conozcamos al Padre,


al Hijo revélanos también;
Creamos en ti, su Espíritu,
por los siglos de los siglos
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Gloria a Dios Padre,
y al Hijo que resucitó,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos de los siglos. Amén
CREDO

Creo en Dios Padre, Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Y en


Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del
Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio
Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer
día resucitó entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de
Dios Padre, Todopoderoso. Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos,


el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida perdurable.

Amén.

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Acto de contrición

¡Señor mío Jesucristo!, Dios y Hombre verdadero, Creador Padre y Redentor


mío; por ser Tú quien eres y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de
todo corazón haberte ofendido y no haberte amado. Propongo firmemente no
volver a pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Te ofrezco mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados.
Así como te lo suplico, así espero y confío, que en Tu bondad y misericordia
infinita me los perdonarás y me darás gracia para enmendarme y para
perseverar en Tu santo servicio, hasta el fin de mis días.
Amén.

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OFRECIMIENTOS
- En honor y gloria a la Santísima Trinidad.
- En agradecimiento por los beneficios recibidos.
- Por las Benditas Almas del Purgatorio.
- Por el Papa y la Santa Madre Iglesia Católica; por los sacerdotes y en especial por
el sacerdote que hemos adoptado.
- En expiación y reparación por todos nuestros pecados y los del mundo entero.
- Por la conversión de los pecadores y por nuestro Celo Apostólico.
- Por todos los atribulados, los agonizantes, encarcelados y enfermos.
- Para pedir las virtudes de la humildad, pureza, obediencia, fidelidad, oración y la
caridad.
- Por nuestra comunidad, el grupo juvenil Kyrios y todas las pastorales de la
parroquia.
- Por la paz del mundo y en especial, la de nuestro país.
-Por la conversión de las familias, y para que reine la paz, unidad y amor entorno al
Señor.
-Por el fin del aborto
- Por todos los servidores públicos y gobernantes.
- Por las intenciones del Inmaculado Corazón de María y súplicas e intenciones
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personales.
“Al alborear el primer día de la semana, fueron María la
Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. Un ángel del
LA Señor dijo a las mujeres: Vosotras no temáis, ya sé que
buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí. ¡Ha
RESURRECIÓN resucitado! Venid a ver el sitio donde yacía e id aprisa a
decir a sus discípulos: Ha resucitado”
DEL SEÑOR (cf. Mt 28, 1-8).
o La triunfante resurrección de entre los muertos del
Señor fue la victoria evidente sobre el pecado y la
muerte. En ese momento Él abrió las Puertas del Cielo
para toda la gente, para todas las naciones. Él pudo
haberse aparecido con la Gloria de Su Resurrección a
todos los que se le opusieron en Su ministerio
público. Pero la Divina Voluntad del Padre fue que Él
se manifestara a quienes lo amaron. La Divina
Voluntad siempre honra y está presente en los corazones
de quienes aman a Jesús.
o Oración: Te pedimos, por este misterio y por intercesión
de tu Santísima Madre, el amor de Dios y el fervor en tu 6
santo servicio.
¡Oh, Jesús mío, perdona nuestros pecados,
líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a
todas las almas y socorre especialmente a las
más necesitadas de tu Divina Misericordia.

V. María es Madre de gracia y de misericordia


R. En la vida y en la muerte ampáranos
Madre nuestra.

V. Sagrado Corazón de Jesús,


R. en Vos confío.

V. Dulce Corazón de María,


JACULATORIAS R. sed la salvación del alma mía.
“Jesús dijo a sus discípulos: Sabed que yo estoy con
LA vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. “El Señor

ASCENSIÓN A Jesús, después de hablarles, ascendió a los cielos y se


sentó a la derecha de Dios”
LOS CIELOS (Mt 28, 20; Mc 16, 19).

o La Ascensión del Señor fue Su regreso glorioso al Cielo


en victoria. Esta victoria fue en y por la Divina
Voluntad del Padre Eterno. El Eterno Ahora abrazó a
Su Hijo con un amor tan puro que ningún hombre
jamás ha conocido ni conocerá. El ciclo del Amor
Divino se completó: el nacimiento humilde, los
obstáculos en el mensaje del Evangelio, la Pasión y
Muerte, la Resurrección y, finalmente, el regreso
triunfante de Jesús al Cielo. Cada momento fue la
Divina Voluntad de Dios.
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o Oración: Te pedimos, por este misterio y por
intercesión de tu Santísima Madre, deseo ardiente del
cielo, nuestra Patria querida.
¡Oh, Jesús mío, perdona nuestros pecados,
líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a
todas las almas y socorre especialmente a las
más necesitadas de tu Divina Misericordia.

V. María es Madre de gracia y de misericordia


R. En la vida y en la muerte ampáranos
Madre nuestra.

V. Sagrado Corazón de Jesús,


R. en Vos confío.

V. Dulce Corazón de María,


JACULATORIAS R. sed la salvación del alma mía.
LA VENIDA “De repente, un ruido del cielo, como de un viento
recio, resonó en toda la casa donde estaban los
DEL ESPIRITU discípulos. Vieron aparecer unas lenguas, como
llamaradas, que se repartían posándose encima de
SANTO cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo”
(Hch 2, 1-4).

o Repentinamente, la Iglesia primitiva se fortaleció a


través de la Divina Voluntad por el poder del
Espíritu Santo. El temor se fue de los corazones de
los apóstoles, y no tuvieron miedo de proclamar la
buena nueva. La Divina Voluntad está alcanzando
ahora, por medio de estos Mensajes, a un mundo
lleno de amor propio. No obstante, muchos
rechazan la mano extendida por pedir que otros lo
aprueben primero.
o Oración: te pedimos, por este misterio y por 10
intercesión de tu Santísima Madre, la venida del
Espíritu Santo a nuestras almas.
¡Oh, Jesús mío, perdona nuestros pecados,
líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a
todas las almas y socorre especialmente a las
más necesitadas de tu Divina Misericordia.

V. María es Madre de gracia y de misericordia


R. En la vida y en la muerte ampáranos
Madre nuestra.

V. Sagrado Corazón de Jesús,


R. en Vos confío.

V. Dulce Corazón de María,


JACULATORIAS R. sed la salvación del alma mía.
LA “María dijo: Me felicitaran todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí” (Lc
ASUNCIÓN 1, 48-49). “¡Toda hermosa eres amada mía, no hay
defecto en ti! Ven del Líbano, esposa mía, ven”
DE MARÍA (Ct 4, 7).
o La Voluntad del Padre Eterno le permitió a María,
quien vivió el Amor Divino más completa y
perfectamente, ser asunta al Cielo en cuerpo y
alma. Ella estaba ya tan íntimamente unida con la
Voluntad del Padre, que el Amor Paternal no podía
soportar más el estar separado de Ella en tiempo ni
espacio.
o Oración: te pedimos, por este misterio y por
intercesión de Ella, tierna devoción para con tan
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buena Madre.
¡Oh, Jesús mío, perdona nuestros pecados,
líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a
todas las almas y socorre especialmente a las
más necesitadas de tu Divina Misericordia.

V. María es Madre de gracia y de misericordia


R. En la vida y en la muerte ampáranos
Madre nuestra.

V. Sagrado Corazón de Jesús,


R. en Vos confío.

V. Dulce Corazón de María,


JACULATORIAS R. sed la salvación del alma mía.
LA “Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer,
vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona
CORONACIÓN de doce estrellas sobre su cabeza. Y fue arrojado el
DE NUESTRA gran dragón, la Serpiente antigua, el llamado diablo y
satanás” (Ap 12, 1, 9).
SEÑORA
o En el Cielo, María sube al trono, es Su herencia
legítima como Reina del Cielo y la tierra. Su corona
es la Eterna y Divina Voluntad del Padre Eterno;
Su trono, la unión de Su Inmaculado Corazón con el
Corazón del Todo Amor, el Corazón de Dios Padre.

o Oración: Te pedimos, por este misterio y por


intercesión de Ella, la perseverancia en la gracia y 14
la corona de la gloria.
¡Oh, Jesús mío, perdona nuestros pecados,
líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a
todas las almas y socorre especialmente a las
más necesitadas de tu Divina Misericordia.

V. María es Madre de gracia y de misericordia


R. En la vida y en la muerte ampáranos
Madre nuestra.

V. Sagrado Corazón de Jesús,


R. en Vos confío.

V. Dulce Corazón de María,


JACULATORIAS R. sed la salvación del alma mía.
Oración por el Papa y las Benditas
Almas del Purgatorio
POR EL PAPA Y PARA GANAR LAS
INDULGENCIAS DE ÉSTE
SANTO ROSARIO.

Padrenuestro
Avemaría
Gloria

Ánimas del Purgatorio quién las pudiera aliviar,


que Dios las saque de penas y las lleve a descansar.
Padre nuestro
Avemaría

Concédele Señor, el descanso eterno y brille para ellas la


luz perpetua. Que las almas de los fieles difuntos por la
misericordia de Dios, descansen el paz. Amén
SALVE

Dios te salve, Reina y Madre de


misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve. A Ti clamamos los desterrados hijos
de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en
este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra, vuelve a
nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para
que seamos dignos de alcanzar las promesas de
Nuestro Señor Jesucristo.

Amén
ORACIÓN A SAN JOSÉ

San José, que tu poder se extienda sobre todas


nuestras necesidades, tú puedes hacer posible lo
que parece imposible. Protege con paternal amor
todas nuestras familias e intereses. Amén.

San José, Padre adoptivo de Nuestro Señor


Jesucristo y verdadero esposo de la Santísima
Virgen María, ruega por nosotros y por los
agonizantes de esta noche. Amén.

San José varón prudente y justo, intercede por


nosotros ante el Santo de los Santos, La Trinidad
Santísima. Amén.
ORACIÓN A SAN MIGUEL
ARCÁNGEL
San Miguel Arcángel defiéndenos en la pelea. Sé
nuestro amparo contra la maldad y las asechanzas
del demonio. ¡Reprímele Oh Dios como
rendidamente te lo suplicamos!

Y tú, Príncipe de las Milicias Celestiales, armado


del Poder Divino, Precipita al Infierno a Satanás y
todos los espíritus malignos que para la perdición
de las almas, vagan por el mundo.

San Miguel Arcángel, con tu luz ilumínanos, San


Miguel Arcángel con tus alas protégenos, San
Miguel Arcángel con tu espada defiéndenos.
Amén
ORACIÓN AL
ANGEL DE LA
GUARDA
Santo Ángel de mi guarda, mi dulce
compañía, no me desampares ni de noche
ni de día, hasta que me pongas en el cielo
en paz y alegría, junto con todos los
santos, con Jesús, José y María a quienes
doy el corazón y el alma mía. Amén.
MAGNIFICAT
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se
alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha
mirado la humillación de su esclava. Desde ahora
me felicitarán todas las generaciones, porque el
Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su
nombre es santo, y su misericordia llega a sus
fieles de generación en generación. El hace proezas
con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos y enaltece a los
humildes, a los hambrientos los colma de bienes y
a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su
siervo, acordándose de la misericordia como lo
había prometido a nuestros padres en favor de
Abrahán y su descendencia por siempre.
Amen
BENDICION FINAL 22

Contigo voy virgen pura y en tu poder voy


confiado, pues yendo en ti amparado mi alma
volverá segura. Dulce Madre, no te alejes, tu
vista de nosotros no apartes; ven con nosotros a
todas partes y solos nunca nos dejes y ya que
nos amas tanto como verdadera madre haz que
nos bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo.
Amén.

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