Está en la página 1de 2

Raíz, ceiba, silencio.

(Homenaje a Manuel Mercader Martínez)

I Parte
Cuántas palabras se han dicho a lo largo del tiempo y de la historia
Palabras de amor y odio y rencor.
Las palabras son sólo aire en la boca
¡pero cómo duelen a veces!
Palabras que ardieron por un segundo al borde de unos labios,
de sus comisuras.
Efímeras y fugaces palabras que fueron, que se incendiaron en sí mismas
y que nunca se convirtieron en algo nuevo y fecundo; sino en aire y viento
desperdiciados.
Palabras que existieron en unas bocas huecas de las que no queda ya ni el
polvo
y que ya son pasto olvidado.
Mejor hubiera sido el silencio que educa mejor que la palabra,
que perdura más que las palabras.

II Parte

El mundo surge de la reflexión: del silencio,


de la reflexión silenciosa que habita en nosotros,
que después se convierte en acción, en aurora que brilla y que deslumbra.
Manuel – raíz - Manuel- ceiba - Manuel- silencio
(algún día escribiste: “Hoy me han nacido unas pequeñas raíces)
Raíces de ceiba o de cedro o de guayacán (que tiene el tronco más duro que
el hierro)
Los árboles nunca nos hablan: nunca nos podrán hablar (nunca tuvieron el
don de la palabra)
¡ pero cuántas cosas nos dicen con su enorme silencio ¡

Manuel raíz, ceiba, silencio;


silencio que educa y se bifurca en nuevas raíces
que luego brotan en hojas tiernas y relucientes
dando flores espléndidas y frutos fragantes y dulces
y después fructifican en nuevas raíces, en raíces jóvenes
y en nuevos silencios que construyen e instruyen
y luego nacen de nuevo y estallan como llamaradas
del conocimiento y del pensar (que es silencio ensimismado)
que después, en silencio, edifica la palabra nueva y verdadera.

Roger Campos Munguía


Primavera del 2017

También podría gustarte