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TERMINOS DE SALUD ANIMAL

SALUD
La organización Mundial de la Salud define a la salud como: “un estado completo de
bienestar físico, mental y social” y agrega: “y no solamente la ausencia de afecciones o
enfermedades”.
ENFERMEDAD
La OMS define enfermedad como "Alteración o desviación del estado fisiológico en una o
varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y
signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible". (A pesar de ser
numerosos los documentos encontrados en los que se referencia esta definición, no se ha
encontrado la fuente primaria).

Para promover la salud debemos entender cuál es el significado de ésta para cada
persona, y esto dependerá de muchos factores: culturales, familiares e individuales
podemos decir que la salud es un recurso que permite a los individuos gozar de un buen
estado físico mental y social y que esta puede verse afectada cuando ocurre un
desequilibrio en las propiedades de su medio interno o externo.

La homeostasis: es una característica de los seres vivos, que lleva al organismo a regular
las diferentes funciones que tienen lugar en éste, para mantener un ambiente interno
estable en un ambiente externo inestable. Esta autorregulación mantiene un ajuste
dinámico de las funciones corporales y depende de la absorción de nutrientes y del aporte
de energía, que ayuda a regular el metabolismo y a mantener el equilibrio que responde a
un estado de salud general. Debido a la importancia de la comprensión de este concepto
para ayudar al individuo a entender el estado de la salud y a prevenir las enfermedades.
Los posibles cambios del medio interno se pueden deber a:
todas las actividades metabólicas necesitan un suministro constante de materiales
(Oxígeno, nutrientes, sales minerales, etc.). La actividad celular produce desechos que
deben ser eliminados. El medio interno responde a los cambios del medio externo que
rodea al organismo.
El sistema inmunológico es la defensa natural del cuerpo contra las infecciones. Por medio
de una serie de pasos, su cuerpo combate y destruye organismos infecciosos invasores
antes de que causen daño. Cuando su sistema inmunológico está funcionando
adecuadamente, le protege de infecciones que le causan enfermedad.
En el organismo de los animales tiene un sistema especial para combatir los diferentes
agentes infecciosos que son toxico llamado sistema inmune que son constituido
fundamental por los leucocitos, o glóbulos blancos y las células de los tejidos, lo que son
los leucocitos son las unidades móviles del sistema de defensa del organismo y que tiene
la capacidad especial para buscar y destruir cualquier invasor extraño. Cuando un agente
infeccioso entra en el cuerpo, sea un virus de la gripe que entra por la nariz o una bacteria
que entra por la sangre cuando se pincha con un clavo. el sistema inmunológico está
siempre alerta para detectar y atacar al agente infeccioso antes de que cause daño. Sea
cual fuere el agente, el sistema inmunológico lo reconoce como un cuerpo ajeno. Estos
cuerpos externos se llaman antígenos y estos deben ser eliminados.

EL SISTEMA INMUNE EN ANIMALES


El sistema inmune en animales comprende una serie de mecanismos celulares y
moleculares que de manera conjunta mantienen la integridad fisiológica y genética de los
organismos. Convencionalmente se ha considerado la existencia de dos clases de
inmunidad, la innata y la adaptativa. La primera línea de defensa la constituyen las
barreras físico-químicas, entre las que podemos mencionar a la piel, las mucosas, enzimas
y proteínas, tos, estornudos, vómito, diarrea, entre otras. Si esta primera línea de defensa
falla, entra en acción el sistema inmune innato, el cual desencadena una serie de
reacciones químicas y biológicas para atacar al invasor, el cual es detectado al ser
diferente en composición, con respecto al organismo del animal.

La principal forma de defensa del sistema inmune innato es la inflamación, la cual


involucra aumento de temperatura y aumento en la irrigación sanguínea hacia el área
afectada, llevando consigo las diferentes células que el organismo produce con este fin
(macrófagos, citoquinas, quimosinas, entre otras). La última línea de defensa la constituye
el sistema inmune adquirido, el cual se desarrolla mediante dos mecanismos
fundamentales: respuesta inmune humoral, donde los linfocitos B juegan un papel
preponderante; y respuesta inmune celular, donde los linfocitos T son las células
fundamentales.

La homeostasis Es el conjunto de procesos fisiológicos que están implicados en la


regulación y en el mantenimiento del estado del organismo ante cualquier perturbación.
Cabe destacar que los principales factores desestabilizantes del medio interno son los
parámetros ambientales y el propio metabolismo celular. esta es una característica de los
seres vivos, que lleva al organismo a regular las diferentes funciones que tienen lugar en
éste, para mantener un ambiente interno estable en un ambiente externo inestable.
Los procesos homeostáticos suponen la presencia de una serie de sensores internos
(receptores sensoriales) que pueden detectar cualquier tipo de desviación respecto a un
estado fisiológico óptimo, y a su vez iniciar las acciones convenientes para corregir estas
alteraciones.
La homeostasis es la regulación del estado estacional del flujo metabólico que debe
controlarse para tener un equilibrio Esta autorregulación mantiene un ajuste dinámico de
las funciones corporales y depende de la absorción de nutrientes y del aporte de energía,
que ayuda a regular el metabolismo y a mantener el equilibrio que responde a un estado
de salud general, este equilibrio se produce a partir de respuestas adaptativas que tienen
como finalidad preservar la salud. La homeostasis se lleva adelante a partir de los
procesos de retroalimentación y de control. Cuando se genera un desequilibrio dentro
del organismo, esos dos procesos permiten recuperar el equilibrio perdido.
Podemos concluir que la homeostasis cumple una función muy importante en la vida de
todos los seres vivos incluyendo el medio en el que habitan, ya que su función es
mantener a un cuerpo en equilibrio y estable para conservar una buena salud y en estado
de confort al animal.
1. Ejemplos de barreras inmunes naturales.

Las barreras naturales inmunes son: la piel, las membranas mucosas, la cera de los oídos,
las lágrimas, él moco y el ácido del estómago

Definamos algunos:
 La piel evita la invasión de microorganismos a menos que esté físicamente dañada,
por ejemplo, debido a un traumatismo, una picadura de insecto o una quemadura.
 Las membranas mucosas, tales como el revestimiento de la boca, la nariz y los
párpados, también son barreras eficaces. Generalmente, estas membranas están
cubiertas de secreciones que combaten a los microorganismos. Por ejemplo, las
membranas mucosas de los ojos están bañadas en lágrimas, que contienen una
enzima llamada lisozima que ataca a las bacterias y que actúa como protección de
los ojos contra las infecciones. 
 Las vías respiratorias filtran partículas externas presentes en el aire inhalado. Las
paredes de la nariz y las vías respiratorias están cubiertas de moco. Los
microorganismos del aire quedan atrapados en el moco y son expulsados al toser o
al sonarse la nariz. El movimiento coordinado de los cilios (diminutas proyecciones
en forma de cabello) que revisten las vías respiratorias contribuye a la expulsión del
moco. Las células ciliadas arrastran el moco en dirección ascendente por las vías
respiratorias fuera de los pulmones.
 El tracto gastrointestinal cuenta con una serie de barreras eficaces, como son el
ácido del estómago, las enzimas pancreáticas, la bilis y las secreciones intestinales.
Estas sustancias pueden matar bacterias o impedir que se multipliquen. Las
contracciones del intestino (peristaltismo) y el desprendimiento normal de las
células que lo revisten ayudan a eliminar los microorganismos nocivos.

Explique la reacción antígeno-anticuerpo normal producido por una vacuna.


La prevención de las infecciones a través de la vacunación es una estrategia de ayuda al
sistema inmunitario, a través de la exposición a antígenos de los agentes infecciosos que
estimulen la respuesta adquirida, con el fin de generar células de memoria.
Las vacunas ayudan a desarrollar inmunidad al imitar una infección. Tanto la respuesta
humoral como la celular suponen el reconocimiento de determinadas estructuras
químicas en la superficie de macromoléculas extrañas, los antígenos. Estas estructuras
químicas del antígeno se denominan determinantes antigénicos y la especificidad de la
respuesta inmunitaria va dirigida especialmente a ellos.
Cuando se ponen en contacto un antígeno con el anticuerpo específico, reaccionan
uniéndose mediante un enlace no covalente entre la zona específica de la
inmunoglobulina y los determinantes antigénicos de la molécula de antígeno. La
combinación del anticuerpo con el antígeno desencadena una serie de procesos capaces
de neutralizar y eliminar a una sustancia extraña.

¿Qué es la homeostasis?

La homeostasis es el equilibrio que se produce en un medio interno. También conocido


como “homeostasia”, consiste en la tendencia que posee cualquier sistema, incluyendo
los seres vivos, a adaptarse a los cambios y mantener un ambiente interno estable y
constante.

Este equilibrio se produce a partir de respuestas adaptativas que tienen como finalidad
preservar la salud. La homeostasis se lleva adelante a partir de los procesos
de retroalimentación y de control. Cuando se genera un desequilibrio dentro
del organismo, esos dos procesos permiten recuperar el equilibrio perdido.

La homeostasis se caracteriza por su continuidad, para lo cual necesita de los procesos de


registro y regulación de diversos parámetros. Además, su eficiencia varía a lo largo del
paso del tiempo en los seres vivos. En los organismos, la homeostasis depende tanto del
medio externo (el vínculo entre el ser vivo y el medio ambiente en el que se encuentra)
como del medio interno (la generación y eliminación de determinadas sustancias o
desechos).
El organismo humano está compuesto de trillones de células que trabajan juntas para el
mantenimiento de todo el organismo. Si bien las células pueden desarrollar diferentes
funciones, todas las células poseen requerimientos similares en sus metabolismos.
Mantener un ambiente interno estable, con todas las sustancias que se necesitan para
sobrevivir (oxígeno, glucosa, iones minerales, remoción de desechos), es necesario para el
bienestar de las células individuales y para el bienestar de todo el cuerpo. Los variados
procesos con los que el cuerpo regula su ambiente interno se denominan
colectivamente homeostasis.
La homeostasis, en sentido general, se refiere a estabilidad, balance o equilibrio. Es el
intento del cuerpo humano de mantener un ambiente interno. Mantener dicho ambiente
requiere un monitoreo constante y ajustes a medida que las condiciones cambien. Este
ajuste del sistema fisiológico dentro del cuerpo humano es llamado regulación
El receptor recibe la información de que algo en el ambiente está cambiando, luego el
centro de control o centro de integración recibe y procesa la información que viene del
receptor y por último el efector responde a los comandos del centro de control ya sea
reduciendo o mejorando el estímulo. Este es un proceso en desarrollo que continuamente
trabaja para restaurar y mantener la homeostasis.
Por ejemplo, en la regulación de la temperatura corporal existen receptores de
temperatura en la piel, que comunica información al cerebro, que es el centro de control y
el efector son los vasos sanguíneos y las glándulas sudoríparas en nuestra piel.
Debido a que los ambientes internos y externos del cuerpo humano están en constante
cambio y que además se deben estar haciendo constantes ajustes para alcanzar o estar
cerca del punto de equilibrio, la homeostasis puede considerarse como un equilibrio
sintético.
Ya que la homeostasis es un intento por mantener las condiciones internas de un
ambiente limitando las fluctuaciones, esta debe abarcar una serie de curvas
de feedback negativo.

Una gran variedad de mecanismos homeostáticos mantiene el ambiente interno dentro de


los límites tolerables. O la homeostasis es mantenida a través de una serie de mecanismos
de control, o el cuerpo puede sufrir varias enfermedades o dolencias.
Cuando las células en el cuerpo comienzan a funcionar de manera incorrecta, el balance
homeostático se ve alterado. Finalmente, esto conduce a una enfermedad o a un
funcionamiento defectuoso de la célula. Lo anterior puede ser causado de dos formas:
la deficiencia, que quiere decir que las células no están recibiendo lo que necesitan, o
la toxicidad, que se refiere a que las células están siendo envenenadas por elementos que
no necesitan.
Cuando la homeostasis es interrumpida en las células, existen caminos para corregir o
empeorar el problema. Además de los mecanismos de control interno, existen influencias
externas que se basan principalmente en elecciones de estilo de vida y exposiciones
medioambientales que influencian la habilidad de cuerpo para mantener su salud celular.

 Nutrición: si su dieta tiene escasez de alguna vitamina o mineral sus células


funcionaran pésimamente, lo que posiblemente dé como resultado alguna
enfermedad. Por ejemplo, una mujer que está en su periodo menstrual y que tiene
una ingesta inadecuada de hierro durante este período se volverá anémica. La falta de
hemoglobina, una molécula que requiere hierro, dará como resultado una reducida
capacidad de transportar oxígeno. En casos leves los síntomas pueden ser vagos (por
ejemplo fatiga), pero si la anemia es severa el cuerpo tratará de compensar estos
síntomas incrementando el ritmo cardíaco, derivando en palpitaciones, sudoración y
en una posible falla cardíaca.

 Toxinas: Las toxinas son cualquier sustancia que interfiera con la función celular,
causando el mal funcionamiento celular. Esto puede suceder de varias formas: a
través de algún químico, de alguna planta, por insecticidas o por alguna mordida. Un
ejemplo común de las toxinas en el cuerpo es la sobredosis de droga. Cuando una
persona consume una gran cantidad de droga sus signos vitales comienzan a flaquear
y pueden causar problemas en los que se incluyen el coma, daño cerebral e incluso la
muerte.
 Psicológico: La salud física y mental son inseparables, nuestros pensamientos y
emociones producen cambios químicos que tiene lugar para mejor como es el caso de
la meditación y para peor como es el caso del estrés.

 Físico: El mantenimiento físico es esencial para nuestras células y cuerpos. El


descanso adecuado, la luz del sol y ejercitarse son ejemplos de mecanismos físicos
para influenciar la homeostasis. Por otra parte la falta de sueño está relacionada a un
número de enfermedades tales como ritmos cardiacos irregulares, fatiga, ansiedad y
dolores de cabeza.

 Genético/reproductor: heredar fuerzas y debilidades pueden ser partes de nuestra


constitución genética. Los genes se encuentran a veces apagados o encendidos debido
a factores externos de los cuales podemos tener algún control, pero en ciertas
ocasiones poco se puede hacer para corregir o mejorar las enfermedades genéticas.
Una variedad de enfermedades proviene de genes mutados que comienzan a nivel
celular, el cáncer puede ser genéticamente heredado o puede ser causado debido a
una mutación desde una fuente externa tal como la radiación o genes alterados en un
feto cuando la madre usa drogas durante la gestación de este.

 Médico: debido a las diferencias genéticas algunos cuerpos necesitan ayuda en


alcanzar o mantener la homeostasis. A través de la medicina moderna a nuestros
cuerpos se les ha podido entregar diferentes ayudas, desde anticuerpos para ayudar a
combatir infecciones a quimioterapia para acabar con células cancerígenas nocivas.
Las prácticas médicas alternativas y tradicionales tienen muchos beneficios, pero
como cualquier práctica médica la posibilidad de efectos dañinos está presente. Ya sea
mediante infecciones nosocomiales o una dosis incorrecta de medicamentos,
la homeostasis puede ser alterada por lo que la está tratando de arreglar, la prueba y
error con medicamentos puede causar potenciales reacciones dañinas y la muerte si
no es detectada a tiempo.
Los factores enumerados anteriormente tienen sus efectos a nivel celular, ya sean
beneficiosos o dañinos. Las vías beneficiosas inadecuadas (deficiencia) casi siempre
resultan en una oscilación nociva en la homeostasis. Mucha toxicidad también causa un
desequilibrio homeostático, lo que resulta en un mal funcionamiento celular. Removiendo
las influencias negativas en la salud y proporcionando influencias positivas, nuestro
cuerpo está mejor preparado para auto regularse y para auto repararse, y por tanto de
mantener la homeostasis.
Cada sistema corporal contribuye a la homeostasis de otros sistemas y a la del organismo
completo. Ningún sistema del cuerpo trabaja de forma aislada y el bienestar de la persona
depende del bienestar de todos los sistemas que interactúan en el cuerpo. Una alteración
dentro de un sistema generalmente tiene consecuencias para varios sistemas corporales
adicionales. A continuación se muestran breves explicaciones de cómo varios sistemas
corporales contribuyen en el mantenimiento de la homeostasis:
Sistema nervioso
Ya que el sistema nervioso no almacena nutrientes, este debe recibir un suministro
continuo desde la comida. Cualquier interrupción en el flujo de sangre podría significar
daño cerebral o la muerte. El sistema nervioso mantiene la homeostasis controlando y
regulando las otras partes del cuerpo. Una desviación del punto de balance actúa como un
estímulo a un receptor, que envía un impulso nervioso a un centro de regulación en el
cerebro. El cerebro indica a un efector actuar de tal manera que se produce una respuesta
flexible. Por ejemplo, si la desviación era una baja en la temperatura corporal, el efector
actúa para incrementar la temperatura corporal. La respuesta adaptativa regresa el
cuerpo a un estado de normalidad y el receptor, el centro regulador, y el efector cesan
temporalmente sus actividades.
Ya que el efector es regulado por las mismas condiciones que produce, este proceso es
llamado control por retroalimentación negativa. Esta manera de regulación de la
normalidad resulta en una fluctuación entre dos niveles extremos. Sólo hasta que la
temperatura del cuerpo descienda bajo el nivel normal, los receptores estimulan el centro
de regulación y los efectores actúan para elevar la temperatura corporal.
Los centros de regulación están ubicados en el sistema nervioso central, que está
compuesto por el cerebro y la médula espinal. El hipotálamo es una parte del cerebro que
se encarga especialmente de la homeostasis, además influencia la acción de la médula
oblongada, una parte inferior del cerebro, además del sistema nervioso autónomo y
la glándula pituitaria.
El sistema nervioso consta de dos partes importantes: el sistema nervioso
central y sistema nervioso periférico. El sistema nervioso periférico está formado por los
nervios craneales y espinales. El sistema nervioso autónomo es una parte del sistema
nervioso periférico y contiene neuronas motoras que controlan los órganos internos.
Opera a nivel subconsciente y se divide en el sistema simpático y el parasimpático. En
general, el sistema simpático brinda estímulos que asociamos con situaciones de
emergencia, a menudo llamadas reacciones de “pelear “o “huir”. Por otra parte, el
sistema parasimpático produce los estímulos necesarios para nuestra existencia diaria.

Sistema endocrino
El sistema endocrino está formado por glándulas que secretan hormonas al torrente
sanguíneo. Cada hormona tiene un efecto en uno o más tejidos diana. De esta manera el
sistema endocrino regula el metabolismo y el desarrollo de la mayoría de las células y los
sistemas del cuerpo. Para ser más específicos, el sistema endocrino contiene hormonas
sexuales que activan las glándulas sebáceas, desarrollan las glándulas mamarias, altera el
flujo dérmico sanguíneo y liberan lípidos desde los adipocitos y la hormona
melaoestimulante estimula los melanocitos en la piel.
El crecimiento de los huesos es regulado por varias hormonas, y el sistema endocrino
ayuda con la movilización de calcitonina y calcio. En el sistema muscular, las hormonas
ajustan el metabolismo muscular, la producción de energía y el crecimiento. En el sistema
nervioso las hormonas afectan al metabolismo neuronal, regulan el balance en el fluido de
electrolitos y ayudan con las hormonas reproductivas que influencian el desarrollo y el
comportamiento del sistema nervioso central. En el sistema cardiovascular, se necesitan
hormonas que regulan la producción de glóbulos rojos, los que elevan y bajan la presión
sanguínea. Las hormonas también tienen efectos antiinflamatorios y estimulan el sistema
linfático. En resumen, el sistema endocrino tiene un efecto regulador en todos los demás
sistemas del cuerpo.
Sistema integumentario
El sistema integumentario (la piel) está encargado de proteger el cuerpo de microbios
invasores (principalmente formando una capa gruesa e impenetrable), regula la
temperatura corporal a través de la sudoración y la vasodilatación/ vasoconstricción, o
piloerección (piel de gallina), también regula el balance de iones en la sangre.
La estimulación de los mastocitos también produce cambios en el flujo de sangre y la
permeabilidad capilar que puede afectar el flujo de sangre en el cuerpo y como este es
regulado. También ayuda a sintetizar la vitamina D que interactúa con la absorción de
calcio y fósforo necesaria para el crecimiento, mantenimiento y reparación ósea. El
cabello en la piel protege la entrada de la cavidad nasal u otros orificios, previniendo que
los invasores se adentren más en nuestros cuerpos. La piel también ayuda a mantener el
balance gracias a la excreción de agua y de otros solutos, es decir que la epidermis
queratinizada limita la pérdida de fluido a través de la piel, también provee un
mecanismos de protección contra riesgos ambientales. Por esto se debe recordar que
nuestra piel es integumentaria, es decir es nuestra primera línea de defensa.
Sistema esquelético u óseo
Como estructura del cuerpo humano, este sistema está compuesto principalmente por
206 huesos pero también se incluyen los cartílagos, ligamentos y otros tejidos conectivos
que lo estabilizan e interconectan.
El trabajo de los huesos en conjunto con el sistema muscular es de colaborar en la postura
y la locomoción. Muchos huesos del esqueleto actúan como palancas, que cambian la
magnitud y la dirección de las fuerzas generadas por los músculos esqueléticos.
El sistema esquelético cumple un rol esencial en la protección de los órganos vitales
encajonados entre las cavidades esqueléticas, por ejemplo la cavidad craneal y la espinal,
además los huesos forman la mayoría de la base estructural para otras cavidades del
cuerpo humano, por ejemplo la cavidad torácica y la cavidad pélvica. El sistema
esquelético además actúa como una importante reserva mineral, por ejemplo, si los
niveles de calcio o de magnesio en la sangre están bajos y los minerales no están
disponibles en la dieta de la persona, estos minerales se obtendrán de los huesos.
Además, el sistema esquelético provee el calcio necesario para toda la contracción
muscular. Finalmente los glóbulos rojos, linfocitos y otras células relacionadas con la
respuesta inmunológica se producen y almacenan en la médula ósea.
Sistema muscular
El sistema muscular es uno de los sistemas más versátiles en el cuerpo humano. En este
sistema se incluye el corazón, que constantemente bombea sangre a través del cuerpo. El
sistema muscular es responsable también por las acciones involuntarias , como la piel de
gallina, la digestión y la respiración, y también es responsable por las acciones voluntarias,
como el caminar y tomar objetos, y además ayuda a proteger los órganos en la cavidades
del cuerpo humano. Los músculos en el cuerpo humano se contraen, lo que incrementa la
temperatura corporal cuando se tiene frío. El escalofrío ocurre cuando la temperatura
interna desciende, los músculos alrededor de los órganos vitales se contraen
degradando ATP (adenosina trifosfato) y por lo tanto expendiendo calor, el cual se
distribuye al resto del cuerpo.
Sistema cardiovascular
El sistema cardiovascular, además de necesitar mantenerse entre ciertos niveles,
desempeña un rol en el mantenimiento de otros sistemas en el cuerpo humano
transportando hormonas, por ejemplo el corazón secreta el péptido natriurético auricular
(PNA) y el péptido natriurético cerebral (PNC), también transporta nutrientes como el
oxígeno, para ser más precisos eritropoyetina (EPO) a los huesos, deshaciéndose de los
residuos, removiendo el dióxido de carbono y proveyendo de un suministro fresco de
oxígeno a todas las células del cuerpo. La homeostasis se ve alterada cuando los sistemas
linfático o cardiovascular no funcionan correctamente. La piel, huesos, músculos,
pulmones, tracto digestivo y nervioso, además de los sistemas endocrino, linfático,
urinario y reproductivo usan el sistema cardiovascular como su “camino” o “autopista”
para la distribución de elementos como nutrientes, oxígeno, desechos, hormonas, drogas,
etc.
Existen muchos factores de riesgo que pueden producir un sistema cardiovascular poco
saludable, algunas enfermedades asociadas están típicamente etiquetadas como
“controlables” e “incontrolables”. Los principales factores de riesgo incontrolables son la
edad, el sexo y el historial familiar de enfermedades cardíacas especialmente a temprana
edad.
El sistema cardiovascular también contiene sensores para monitorear la presión
sanguínea, llamados barorreceptores, que trabajan detectando el estrechamiento de un
vaso sanguíneo. Esta información es transmitida a la médula oblongada en el cerebro
donde se toman acciones para aumentar o disminuir la presión sanguínea vía sistema
nervioso autónomo.
Sistema linfático[editar]
El sistema linfático tiene tres roles principales, el primero es el mantenimiento del
volumen de sangre y tejido. El exceso de fluido que sale de los capilares cuando están bajo
presión podrá desarrollar y causar edema. En segundo lugar, el sistema linfático absorbe
los ácidos grasos y triglicéridos de la digestión de las grasas para que estos componentes
no entren directamente en el torrente sanguíneo. En tercer lugar, el sistema linfático está
encargado de la defensa del cuerpo contra los microbios invasores y en la respuesta
inmunológica. Además, este sistema también colabora en el mantenimiento, como
cuando los huesos y los músculos se reparan luego de las lesiones. Otra defensa de este
sistema es el mantenimiento del PH ácido de la orina para combatir las infecciones en el
sistema urinario. Las amígdalas son los “asistentes” del cuerpo que ayudan a defenderlo
de las infecciones y toxinas absorbidas desde el tracto digestivo. Además las amígdalas
protegen contra las infecciones que entran a los pulmones.
Sistema respiratorio[editar]
El sistema respiratorio trabaja en conjunto con el sistema cardiovascular para proveer
oxígeno a las células dentro de cada sistema corporal para el metabolismo celular. Este
sistema además remueve el dióxido de carbono, ya que el CO 2 es principalmente
transportado en el plasma como iones de bicarbonato, que actúa como amortiguador
químico o solución amortiguadora.
El sistema respiratorio también ayuda a mantener los niveles de pH apropiados en la
sangre, hecho que es muy importante para la homeostasis. Como resultado de la
hiperventilación, el nivel de CO2 se reduce en la sangre, esto causa que el pH de los fluidos
corporales se incremente. Si los niveles de ácido se elevan por encima de 7,45 dará como
resultado la alcalosis respiratoria. Por otra parte, mucho CO2 causará que el pH caiga por
debajo de 7,35 lo que dará como resultado la acidosis respiratoria.
El sistema respiratorio también ayuda al sistema linfático atrapando patógenos y
protegiendo tejidos profundos dentro de este. Se debe tener presente que cuando se ha
incrementado el espacio torácico puede provocar presión abdominal a través de la
contracción de los músculos respiratorios, lo que puede ayudar en la defecación. Se debe
recordar que los pulmones son la entrada para el aliento de vida de nuestros cuerpos.
El órgano del sistema respiratorio está compuesto por la nariz, faringe, laringe, tráquea,
bronquios y pulmones. Estos órganos juntos permiten el movimiento de aire dentro de las
pequeñas y delgadas paredes de los sacos de aire en los pulmones llamados alvéolos. Es
en los alvéolos donde el oxígeno es intercambiado por el dióxido de carbono, que es
llevado a los pulmones por la sangre para que pueda ser eliminado del cuerpo.
Sistema digestivo
Todos los sistemas en el cuerpo se resienten sin un suministro regular de energía y
nutrientes desde el sistema digestivo. Este sistema absorbe sustancias orgánicas,
vitaminas, iones y agua que son necesarias en todo el cuerpo. En la piel, el tracto digestivo
provee lípidos para almacenar en la capa subcutánea. Se debe tener en cuenta que la
comida experimenta tres tipos de procesos en el cuerpo: digestión, absorción y
eliminación. Si uno de estos procesos

Los procesos de homeostasis se observan ante diversas situaciones, como, por ejemplo:

 Transpiración. En este proceso se registra la secreción de sustancias líquidas sobre


la piel. La evaporación de esas sustancias ayuda a refrescar al organismo y a
reducir el incremento de la temperatura interna.
 Respiración. Como la respiración es una actividad involuntaria, el sistema
nervioso debe intervenir para mantener su equilibrio. Así se garantizan los niveles
de oxígeno que el organismo necesita para mantenerse con vida.
 Huir del sol. Ante una exposición solar extrema que puede registrarse, por
ejemplo, en un desierto, los animales de sangre fría se refugian en espacios
frescos. Esta respuesta ayuda a disminuir la temperatura corporal.
 Regulación de la presión arterial. En este caso, el equilibrio se produce a partir de
una señal que el corazón le envía al cerebro luego de detectar algún cambio en la
presión arterial. Si la presión es muy baja, el corazón deberá acelerarla mientras
que si es muy alta, deberá disminuirla.
 Aceleración de la respiración. Este proceso tiene como objetivo incrementar la
cantidad de aire respirado. Esto se activa, por ejemplo, cuando una persona hace
actividad física o deporte, lo cual reduce los niveles de oxígeno en sangre. También
puede ponerse en marcha cuando el organismo se encuentra inmerso en un
ambiente con baja concentración de oxígeno. Durante este proceso de equilibro
no solo se acelera la respiración, sino que también aumenta la velocidad de los
latidos del corazón y sube la presión sanguínea. Todo esto mejora la irrigación de
la sangre oxigenada.
 Mantenimiento de los niveles de glucosa. En este caso, el proceso de equilibrio
aspira a mantener los niveles de glucosa adecuados para que el ser
humano permanezca sano. Ante niveles muy elevados de glucosa, el páncreas
libera insulina mientras que, si esos niveles se encuentran muy bajos, el hígado
transforma el glucógeno de la sangre en glucosa.
 Niveles de agua. En los seres vivos el agua representa un porcentaje importante de
su composición, por lo que mantener su equilibrio es vital. Su equilibrio se
mantiene para evitar que el exceso de agua haga explotar a las células o que, por
falta de agua, esas mismas células reduzcan su tamaño.
 Regulación del pH sanguíneo. La homeostasis se produce, en este caso, a partir del
desecho de ácidos que ponen en peligro el nivel adecuado de acidez en sangre. El
desecho se genera a través del control bioquímico y de diferentes sistemas de
vigilancia.
 Temblor. Este proceso de homeostasis se produce cuando el organismo registra
una baja en la temperatura ambiental, que se contrarresta con un temblor de la
musculatura.
 Sistema urinario. Este sistema es el que se encarga de eliminar, a través de la
orina, las toxinas en sangre que afectan a la homeostasis.
 Activación del sistema linfático. El sistema linfático se activa cuando
algún virus o bacteria ingresa en el organismo. En estas circunstancias, el sistema
linfático contraataca a esos virus o bacterias para garantizar la salud del
organismo.
 Exposición al sol. Este proceso de homeostasis se registra en los reptiles, que
carecen de la capacidad de regular su temperatura interna de manera autónoma.
Por esta incapacidad, los animales de sangre fría se exponen al sol y eso los ayuda
a energizar sus metabolismos y a aumentar su temperatura corporal.
 Sudoración. Consiste en la secreción de sustancias líquidas sobre la piel, cuya
evaporación la refresca y permite paliar el incremento de temperatura interior.
Control del amoníaco. Si bien el amoníaco es una sustancia vinculada con nuestros
procesos digestivos, que aporta el nitrógeno necesario para diversos aminoácidos
y proteínas, sus niveles en el cuerpo humano deben ser vigilados por el hígado. Este
órgano es capaz de convertir el excedente de amoníaco en urea y expulsarlo a través de la
orina formada en los riñones. Caso contrario, el incremento del amoníaco conduciría a un
deterioro del funcionamiento del organismo.
La transpiración lingual de los perros. La usual imagen del perro con la lengua afuera se
debe a que es la forma que tiene la especie de intercambiar calor con el medio ambiente,
ya que la lengua del perro contiene numerosa irrigación sanguínea y permite un
refrescamiento al ser extraída del cuerpo.
La aceleración de la respiración. Cuando los mamíferos se encuentran en ambientes de
baja concentración de oxígeno, o cuando los niveles del oxígeno en sangre son muy bajos
para la demanda celular (cuando hacemos ejercicios, por ejemplo), surge una respuesta
inmediata que acelera la respiración para aumentar la porción de aire respirado. Al mismo
tiempo el corazón late más aprisa y aumenta la tensión sanguínea, propiciando una mejor
irrigación de sangre oxigenada al cuerpo.
La homeostasis celular. En el proceso de regulación de la presión interna de
las células (presión osmótica), éstas liberan o absorben contenido circundante a través de
la selectividad de sus membranas plasmáticas, hasta tener los niveles de concentración
adecuados para su estabilidad.
Regulación del pH sanguíneo. El metabolismo ordinario de nuestros cuerpos genera
cantidades de desechos ácidos que atentan contra el nivel apropiado de acidez
sanguínea, cuyas fronteras compatibles con la vida son entre 7.0 y 7.7, por lo que deben
ser desechadas cuanto antes mediante diversos sistemas de vigilancia y control
bioquímico.
El sistema inmunológico. En tanto que mantiene a raya los elementos intrusivos que
podrían generar inconvenientes al organismo, nuestro sistema inmune actúa como un
mecanismo para preservar la homeostasis del sistema, perpetuando su estabilidad de cara
a posibles infecciones o patologías, incluso cuando éstas ya han logrado penetrar al
cuerpo.
Sistema urinario
Los desechos nitrogenados tóxicos acumulados como proteínas y ácidos nucleídos son
descompuestos y usados para otros propósitos, y es el sistema urinario quien se deshace
de estos desechos. Este sistema está directamente envuelto en el mantenimiento de los
volúmenes apropiados de sangre (e indirectamente en la presión sanguínea) y en la
concentración de iones dentro de la sangre. Otra contribución es que los riñones
producen una hormona (eritropoyetina) que estimula la producción de glóbulos rojos.
Además, los riñones juegan un rol importante en el mantenimiento del contenido de agua
en el cuerpo y de la correcta salinidad de la composición del fluido extracelular. Los
cambios externos que llevan a una excesiva perdida de fluido detonan mecanismos de
respuesta que actúan para inhibir la perdida de fluido.

Sistema reproductivo
El sistema reproductivo es el único que no contribuye mucho con la homeostasis en
nuestros organismos. En vez de estar atado al mantenimiento del organismo, el sistema
reproductivo está relacionado con la preservación de las especies. Una vez dicho esto, las
hormonas sexuales si tienen un efecto en otros sistemas corporales y su desequilibrio
puede llevar a varios desordenes, por ejemplo, una mujer cuyos ovarios hayan sido
extirpados a temprana edad tiene un mayor riesgo de desarrollar osteoporosis.
Termorregulación
Los cuerpos vivos han sido programados con un número de procesos automatizados, que
los hacen autosustentables en el ambiente natural. Entre estos muchos procesos se
encuentra la reproducción, el ajuste con ambientes externos y el instinto de
supervivencia, que han sido dados por la naturaleza a los seres vivos.
La supervivencia de los seres vivos depende de su capacidad de mantener una
temperatura corporal estable independientemente de la temperatura del ambiente que lo
rodee. Esta capacidad de mantener la temperatura corporal es llamada termorregulación.
Los animales de sangre fría, como los reptiles, tienen medios diferentes de regular su
temperatura que la de los animales de sangre caliente u homeotermos, tales como los
humanos y otros mamíferos. Esta sección es más relevante cuando se considera a los
organismos de sangre caliente.
La temperatura corporal depende del calor producido menos el calor perdido. El calor se
pierde por radiación, convección y conducción, pero la pérdida neta por los tres procesos
depende de la gradiente entre el cuerpo y el exterior. Por consiguiente, cuando la
temperatura externa es baja, la radiación es la forma más importante de pérdida de calor.
Por otra parte cuando hay una temperatura externa alta, la evaporación es la más
importante forma de pérdida de calor. El balance de calor producido y de pérdida de calor
mantiene una temperatura corporal constante, sin embargo la temperatura varía durante
el día y su punto de equilibrio es controlado por el hipotálamo.
La temperatura corporal es usualmente de 37,4°C, pero varía durante el día en alrededor
de 0,8°C. Así también la menor temperatura diaria se registra cuando las personas
duermen. Los receptores de temperatura se encuentran en la piel, las grandes venas, los
órganos abdominales y el hipotálamo.
Mientras que los receptores en la piel proveen la sensación de frío, los receptores de
temperatura hipotalámicos (núcleo central) son los más importantes. La temperatura del
núcleo del cuerpo es usualmente de 0,7-1,0°C más alta que la temperatura axilar u oral.
Cuando la temperatura corporal cae debido a frío externo o del ambiente, un importante
componente de protección es la vasoconstricción de la piel y de los vasos sanguíneos de
las extremidades. Esto hace bajar la temperatura de la superficie de la piel proveyendo
una capa aislante (como la capa de células grasas) entre la temperatura central y la
temperatura del ambiente externo. Igualmente, si la temperatura se eleva, el flujo
sanguíneo hacia la piel se incrementa, maximizando el potencial para la pérdida por
radiación y evaporación. Por consiguiente si se han dilatado los vasos sanguíneos de la piel
por la ingesta de alcohol esto puede entregar una sensación agradable y cálida, pero
incrementara la perdida de calor (si la temperatura externa ha seguido siendo baja).
Los principales ajustes en el frío son los escalofríos para incrementar la producción de
calor, y la constricción de los vasos sanguíneos en la periferia y en la piel. Esto ayuda a
minimizar la pérdida de calor a través de la piel y dirige sangre a los órganos internos
vitales.
Sistema excretor
Este sistema es responsable de la remoción de desperdicios, excesos de agua y sal en la
orina. Regula el volumen y el PH del ambiente interno. El sistema excretor humano
mantiene la homeostasis removiendo los desperdicios metabólicos, tales como el agua, la
sal y las concentraciones de metabolitos en la sangre. Los riñones, que son los órganos
excretores primarios, son los principales órganos de la homeostasis porque ellos excretan
desechos nitrogenados y regulan el balance de agua y sal y el balance base de ácido. Esta
sección examinará los riñones en detalle.
Homeostasis del eritrocito y la hemoglobina.
El término no hace referencia a un balance o equilibrio interno, sino más bien al
mantenimiento de una condición constante, ya que un estado de balance o de equilibrio
en un ser vivo significa la muerte. Dicha constancia es mantenida activamente por el
organismo, a pesar de los cambios que puedan surgir en el medio externo.
La homeostasis: es la capacidad que tiene todo ser vivo pluricelular para mantener ciertos
parámetros o condiciones constantes en su medio interno, sin importar cuán diferente sea
el medio que lo rodea y lo fluctuantes que sean las condiciones ambientales.
Este denominado “medio interno” corresponde al líquido extracelular, contenido en el
espacio intersticial (entre célula y célula de un tejido) y al líquido intravascular o líquido
sanguíneo en los animales.
La homeostasis es uno de los conceptos más importantes en la medicina y la fisiología (de
animales y de plantas) ya que todos los organismos vivos necesitan que sus cuerpos
funcionen dentro de un muy estrecho intervalo de condiciones, a saber: pH, temperatura,
concentración de iones, cantidad de agua, concentración de nutrientes, entre otros.
Algunos autores consideran que “todos los mecanismos vitales, sin importar cuán variados
sean, tienen el objetivo único de preservar las condiciones constantes de la vida en el
medio ambiente interno”, por lo que la homeostasis define prácticamente a todas las
funciones internas de un ser vivo.
La preservación o el mantenimiento de las condiciones internas es posible gracias a un
sistema de control que funciona por retroalimentación negativa o positiva (en menor
medida).
Este sistema permite que, cuando ocurren cambios importantes de alguno de los
parámetros mencionados, estos cambios sean “neutralizados” rápidamente, llevando al
organismo nuevamente a su condición normal.
Así pues, la homeostasis consiste en los sistemas de respuesta del cuerpo para
enfrentarse a las condiciones ambientales y a los cambios a los que un organismo está
sometido permanentemente.
Mecanismos homeostáticos
La homeostasis es conseguida gracias a la extensa integración entre muchos de los
sistemas corporales de un organismo.
Cannon (1929) clasifica los mecanismos homeostáticos dependiendo de aquello que se
regula, es decir, de las “municiones” o “suministros” obtenidos del medio externo o de los
“procesos” intrínsecos.

Homeostasis por regulación de las “municiones” o “suministros”


Los mecanismos de homeostasis por regulación de los suministros se caracterizan por el:
– Almacenamiento en términos de ajustes entre momentos de abundancia o de carestía y
necesidad.
– Desbordamiento o descarga hacia fuera del cuerpo cuando existen “excesos
intolerables”
El almacenamiento puede ser de dos tipos, uno temporal y otro por segregación. El
almacenamiento temporal, conocido como “almacenamiento por inundación o por
exceso”, ocurre por “inundación” de los tejidos intersticiales con los materiales que han
sido ingeridos en abundancia.
El almacenamiento por “segregación”, en cambio, que tiene que ver con la inclusión del
material ingerido en el interior de las células o de estructuras relativamente
“permanentes”.
Por lo tanto, la homeostasis por regulación de suministros implica el almacenamiento de
los suministros cuando existe abundancia, en aras de aumentar las reservas para
enfrentarse a épocas de carencia, o la eliminación de los excesos, cuando estos son
tóxicos.

Homeostasis por regulación de los procesos


A pesar de que la mayor parte de la regulación homeostática depende de la utilización de
materiales o “suministros” externos, existen otros que dependen mucho más
evidentemente de la alteración de procesos continuos intrínsecos,
Los principales ejemplos de este tipo de regulación son el mantenimiento de la
neutralidad y el mantenimiento de la temperatura en los animales homeotermos (capaces
de regular su temperatura corporal internamente).
Homeostasis psicológica
La homeostasis psicológica es un término que hace referencia a los mecanismos
psicológicos o conductuales que poseen los seres humanos para equilibrar los
“sentimientos” de necesidad y de satisfacción, en aras de mantener lo que cada individuo
reconoce o percibe como una “condición normal”.
Aunque los mecanismos de control o de regulación de la homeostasis psicológica difieren
considerablemente de aquellos que caracterizan la homeostasis fisiológica, ambos
procesos están íntimamente relacionados.
Los mecanismos homeostáticos psicológicos tienen que ver, muchas veces con la
autopreservación, el desarrollo y la reproducción, la adaptación, etc., por nombrar
algunos.
Ejemplos de homeostasis en el cuerpo humano

Algunos de los ejemplos de homeostasis son el mantenimiento de la temperatura


corporal interna en los humanos, el mantenimiento de los niveles de glucosa, la regulación
de la presión arterial o el funcionamiento de un termostato.

1- Temperatura corporal interna


La temperatura corporal interna de los humanos es un gran ejemplo de homeostasis.
Cuando un individuo está sano, su temperatura corporal se mantiene en 37º El cuerpo
puede controlar la temperatura haciendo o liberando calor.
2- Mantenimiento de los niveles de glucosa
La glucosa es un tipo de azúcar que se encuentra en el torrente sanguíneo, pero el cuerpo
debe mantener niveles adecuados de glucosa para asegurarse de que una persona
permanezca sana.
Cuando los niveles de glucosa se elevan demasiado, el páncreas libera una hormona
conocida como insulina. Si estos niveles caen demasiado bajos, el hígado convierte el
glucógeno en la sangre en glucosa nuevamente, elevando los niveles.

3- Funciones del sistema linfático


Cuando las bacterias o los virus que pueden enfermarte entran en tu cuerpo, el sistema
linfático contraataca para ayudar a mantener la homeostasis, trabajando para combatir la
infección y asegurándose de que sigas sano.
4- Regulación de la presión arterial
El mantenimiento de la presión arterial sana es un ejemplo de homeostasis. El corazón
puede detectar cambios en la presión arterial, lo que hace que envíe señales al cerebro,
que luego envía señales que le dicen al corazón cómo responder.
Si la presión arterial es demasiado alta, naturalmente el corazón debe disminuir la
velocidad; mientras que si es demasiado baja, el corazón tendrá que acelerar.
5- Equilibrio de ácidos y bases
El cuerpo de un humano contiene sustancias químicas conocidas como ácidos y bases, y
un equilibrio adecuado de éstas es necesario para que el cuerpo funcione óptimamente.
Los pulmones y los riñones son dos de los sistemas de órganos que regulan los ácidos y las
bases dentro del cuerpo.
6- Nivel de agua
Más de la mitad del porcentaje de peso corporal de un ser humano es agua, y mantener el
equilibrio correcto de agua es un ejemplo de homeostasis. Las células que contienen
demasiada agua, se hinchan y pueden incluso explotar.
Las células con muy poca agua pueden terminar encogiéndose. Tu cuerpo mantiene un
equilibrio de agua adecuado para que ninguna de estas situaciones ocurra.
7- Control del calcio
La regulación de los niveles del calcio por parte del cuerpo humano es un ejemplo de
homeostasis. Cuando los niveles disminuyen, la paratiroides libera hormonas. Si los
niveles de calcio se tornan muy altos, la tiroides ayuda a fijar el calcio en los huesos y
disminuye los niveles de calcio en sangre.
8- Ejercicio físico
El ejercicio hace que el cuerpo mantenga la homeostasis mediante el envío de lactato a los
músculos para darles energía.
Con el tiempo, esto también señala al cerebro que es hora de dejar de hacer ejercicio,
para que los músculos puedan obtener el oxígeno que necesitan.
9- Sistema nervioso y respiración
El sistema nervioso ayuda a mantener la homeostasis en los patrones de respiración.
Debido a que la respiración es involuntaria, el sistema nervioso asegura que el cuerpo
reciba el oxígeno necesario al respirar.
10- Sistema urinario
Cuando las toxinas entran en tu sangre, interrumpen la homeostasis de tu cuerpo. El
cuerpo humano, sin embargo, responde deshaciéndose de estas toxinas mediante el uso
del sistema urinario.
Un individuo simplemente orina las toxinas y otras cosas desagradables de la sangre,
restaurando la homeostasis al cuerpo humano.
Homeostasis en animales y medio ambiente
Para los animales de sangre caliente como los mamíferos y las aves, la homeostasis es una
combinación de procesos internos que involucran hormonas, el sistema endocrino y el
metabolismo.
Por otro lado, para los animales de sangre fría como las serpientes, que no tienen tales
sistemas internos, deben confiar en su entorno externo para mantener la homeostasis.

17- Hormonas
En algunas poblaciones de pequeños mamíferos como los ratones y conejos, cuando su
número aumentan por alguna razón, el hacinamiento crea un estrés creciente que daña la
glándula tiroides (la cual fabrica hormonas esenciales) y gran parte de la población
simplemente muere por daño endocrino u hormonal.
18- Termorregulación
En el medio ambiente, cuando los niveles atmosféricos de dióxido de carbono aumentan,
las plantas son capaces de crecer mejor y así eliminar más dióxido de carbono de la
atmósfera.
También, las avispas y los avispones se encuentran en la mayoría de los ambientes desde
bosques tropicales lluviosos, desiertos, climas subtropicales y templados. Son capaces de
sobrevivir en tantas condiciones diferentes porque son capaces de termorregularse a sí
mismos y a sus nidos.

19- Reciclaje de agua en la selva


Las selvas tropicales mediante un sistema de homeostasis mantienen su capacidad para
reciclar el agua. Por ejemplo, la cuenca del Amazonas está rodeada al norte por las
sabanas y llanos de Venezuela y al sur por las sabanas de Brasil.
Si la humedad procedente del océano Atlántico fluyera directamente hacia atrás, el
ecosistema amazónico sería solo una pequeña fracción de su tamaño actual.
De hecho, los gigantes árboles de la selva amazónica bombean rápidamente la humedad
hacia el cielo, para que vuelve a caer sobre la selva como lluvia, evitando así que
cantidades significativas de agua se drenen lejos en el océano.
Por lo general, la piel evita la invasión de microorganismos a menos que esté físicamente
dañada, por ejemplo, debido a un traumatismo, una picadura de insecto o una
quemadura.

Las membranas mucosas, tales como el revestimiento de la boca, la nariz y los párpados,
también son barreras eficaces. Generalmente, estas membranas están cubiertas de
secreciones que combaten a los microorganismos. Por ejemplo, las membranas mucosas
de los ojos están bañadas en lágrimas, que contienen una enzima llamada lisozima que
ataca a las bacterias y que actúa como protección de los ojos contra las infecciones.

Las vías respiratorias filtran partículas externas presentes en el aire inhalado. Las paredes
de la nariz y las vías respiratorias están cubiertas de moco. Los microorganismos del aire
quedan atrapados en el moco y son expulsados al toser o al sonarse la nariz. El
movimiento coordinado de los cilios (diminutas proyecciones en forma de cabello) que
revisten las vías respiratorias contribuye a la expulsión del moco. Las células ciliadas
arrastran el moco en dirección ascendente por las vías respiratorias fuera de los
pulmones.

El tracto gastrointestinal cuenta con una serie de barreras eficaces, como son el ácido del
estómago, las enzimas pancreáticas, la bilis y las secreciones intestinales. Estas sustancias
pueden matar bacterias o impedir que se multipliquen. Las contracciones del intestino
(peristaltismo) y el desprendimiento normal de las células que lo revisten ayudan a
eliminar los microorganismos nocivos.
El tracto urinario también cuenta con varias barreras efectivas. La vejiga está protegida
por la uretra, el tubo por el que la orina pasa cuando abandona el organismo. En los
varones de más de 6 meses de edad, la uretra es lo bastante larga para que las bacterias
rara vez sean capaces de alcanzar la vejiga a través de ella, a menos que,
involuntariamente, se facilite el paso de las bacterias cuando se introducen sondas o
instrumentos quirúrgicos. En las mujeres, la uretra es más corta, lo que a veces permite el
paso de las bacterias a la vejiga. En ambos sexos, al orinar, se expulsan las bacterias que
hayan podido alcanzar la vejiga.

La vagina es normalmente ácida. La acidez de la vagina evita que las bacterias crezcan y
ayuda a mantener el número de bacterias protectoras (ver Vaginosis bacteriana: Causas)
Tanto las barreras naturales como el sistema inmunitario defienden el cuerpo contra los
microorganismos que causan infecciones.
Las barreras naturales son la piel, las membranas mucosas, las lágrimas, la cera de los
oídos, el moco y el ácido del estómago. Además, el flujo normal de orina elimina los
microorganismos que ascienden por el tracto urinario.
El sistema inmunitario utiliza los glóbulos blancos (leucocitos) y los anticuerpos para
identificar y eliminar los microorganismos que han atravesado las barreras naturales.
(Véase también Introducción a las enfermedades infecciosas.)
Barreras naturales
Por lo general, la piel evita la invasión de microorganismos a menos que esté
físicamente dañada, por ejemplo, debido a un traumatismo, una picadura de insecto o
una quemadura.

Las membranas mucosas, tales como el revestimiento de la boca, la nariz y los


párpados, también son barreras eficaces. Generalmente, estas membranas están
cubiertas de secreciones que combaten a los microorganismos. Por ejemplo,
las membranas mucosas de los ojos están bañadas en lágrimas, que contienen una
enzima llamada lisozima que ataca a las bacterias y que actúa como protección de los
ojos contra las infecciones.
Las vías respiratorias filtran partículas externas presentes en el aire inhalado. Las
paredes de la nariz y las vías respiratorias están cubiertas de moco. Los microorganismos
del aire quedan atrapados en el moco y son expulsados al toser o al sonarse la nariz. El
movimiento coordinado de los cilios (diminutas proyecciones en forma de cabello) que
revisten las vías respiratorias contribuye a la expulsión del moco. Las células ciliadas
arrastran el moco en dirección ascendente por las vías respiratorias fuera de los
pulmones.
El tracto gastrointestinal cuenta con una serie de barreras eficaces, como son el ácido
del estómago, las enzimas pancreáticas, la bilis y las secreciones intestinales. Estas
sustancias pueden matar bacterias o impedir que se multipliquen. Las contracciones del
intestino (peristaltismo) y el desprendimiento normal de las células que lo revisten
ayudan a eliminar los microorganismos nocivos.
El tracto urinario también cuenta con varias barreras efectivas. La vejiga está protegida
por la uretra, el tubo por el que la orina pasa cuando abandona el organismo. En los
varones de más de 6 meses de edad, la uretra es lo bastante larga para que las bacterias
rara vez sean capaces de alcanzar la vejiga a través de ella, a menos que,
involuntariamente, se facilite el paso de las bacterias cuando se introducen sondas o
instrumentos quirúrgicos. En las mujeres, la uretra es más corta, lo que a veces permite
el paso de las bacterias a la vejiga. En ambos sexos, al orinar, se expulsan las bacterias
que hayan podido alcanzar la vejiga.

La sangre
Una manera que tiene el organismo de defenderse contra las infecciones es el aumento
en el número de ciertos tipos de glóbulos blancos (neutrófilos y monocitos), que se
encargan de fagocitar (ingerir) y destruir los microorganismos que invaden el cuerpo.
Dicho incremento puede producirse en unas pocas horas, en gran medida por la liberación
de glóbulos blancos desde la médula ósea, donde se fabrican. El número de neutrófilos en
la sangre aumenta primero. Si la infección persiste, la cantidad de monocitos aumenta. La
sangre lleva los glóbulos blancos (leucocitos) a la zona de la infección.

El número de eosinófilos, otro tipo de glóbulos blancos (leucocitos), aumentan de manera


característica en las reacciones alérgicas y en algunas infestaciones parasitarias, pero
habitualmente no lo hacen en las infecciones bacterianas.

Sin embargo, ciertas infecciones como la fiebre tifoidea, las infecciones víricas y las
infecciones bacterianas que superan el sistema inmunitario, pueden producir una
disminución en el número de glóbulos blancos (leucocitos).

Inflamación

Cualquier lesión, incluida una invasión de microorganismos, causa inflamación en el área


afectada. La inflamación es un proceso complejo siendo el resultado de diversas
circunstancias. Los tejidos dañados liberan sustancias que causan inflamación y que
estimulan al sistema inmunitario para:

Levantar una barrera alrededor de la zona


Atacar y destruir a cualquier invasor
Eliminar el tejido muerto y dañado
Iniciar el proceso de reparación
Sin embargo, a veces la inflamación no es capaz de superar a los microorganismos si existe
una gran cantidad de ellos.

Durante la inflamación, aumenta el suministro de sangre, lo que ayuda a las células


inmunitarias a llegar a la zona afectada. La zona próxima a la superficie corporal infectada
se pone roja y caliente. Las paredes de los vasos sanguíneos se vuelven más porosas,
permitiendo de este modo que el líquido y los glóbulos blancos (leucocitos) pasen al tejido
afectado. El aumento de líquido causa la inflamación tisular. Los glóbulos blancos
(leucocitos) atacan a los microorganismos invasores y liberan sustancias que continúan
con el proceso de inflamación.

Otras sustancias desencadenan la coagulación en los vasos de menor diámetro (capilares)


de la zona inflamada, lo que retrasa la propagación de los microorganismos infectantes y
sus toxinas.

Muchas sustancias que se producen con la inflamación estimulan los nervios, causando
dolor. La infección se suele acompañar de escalofríos, fiebre y dolores musculares
producidos como reacción a las sustancias liberadas durante la misma.

Respuesta inmunitaria
Cuando se produce una infección, el sistema inmunitario también responde produciendo
distintas sustancias y agentes diseñados para atacar al microorganismo invasor concreto
(ver Inmunidad adquirida). Por ejemplo

Los linfocitos T citotóxicos (una variedad de glóbulos blancos o leucocitos) que pueden
reconocer y destruir al microorganismo invasor.
Anticuerpos que se dirigen contra el microorganismo invasor concreto.
Los anticuerpos atacan e inmovilizan a los gérmenes destruyéndolos directamente o
ayudando a los neutrófilos a seleccionar el objetivo y destruirlo.

La eficacia con la que el sistema inmunitario defiende el organismo contra todos los
microorganismos depende parcialmente de la composición genética de cada persona.

Fiebre
El aumento de la temperatura (fiebre) es una respuesta que protege al cuerpo ante la
infección y la lesión. La temperatura corporal elevada (fiebre) mejora los mecanismos de
defensa del organismo, aun cuando pueda causar malestar.

El hipotálamo, una parte del encéfalo, controla la temperatura corporal. La fiebre es


consecuencia del reajuste en el termostato del hipotálamo. Para aumentar la temperatura
corporal, el organismo desplaza la sangre de la superficie de la piel hacia el interior del
cuerpo, lo que reduce la pérdida de calor. Los escalofríos se producen para aumentar la
producción de calor mediante la contracción muscular. Los esfuerzos del organismo por
conservar y producir calor continúan hasta que la sangre llegue al hipotálamo con una
temperatura más alta. Entonces, esta nueva temperatura más alta se mantiene. Luego, al
volver el termostato a su nivel normal, el organismo elimina el exceso de calor mediante
el sudor y el desvío de la sangre hacia la piel.

En algunos individuos (alcohólicos, ancianos y personas muy jóvenes) existe una menor
capacidad para generar fiebre. En estos casos se puede experimentar una caída de la
temperatura en respuesta a la infección grave.

Linfa
El Sistema Linfático empieza como hemos visto, en el espacio intercelular de los tejidos y
lo va devolviendo todo al aparato circulatorio a través de los capilares linfáticos, quienes
recibirán el exceso de líquido intersticial o la prelinfa, que una vez entra en los vasos
capilares linfáticos, se convertirá en linfa.
La linfa es un líquido cuya composición es parecida al plasma sanguíneo, excepto porque
tiene menos proteínas y en vez de llevar glóbulos rojos, son blancos, esto es contiene
elementos celulares para la defensa del organismo (leucocitos, macrófagos, linfocitos y
granulocitos).
Es un fluido transparente que va drenando todo nuestro organismo a través de los
capilares linfáticos, que funcionan igual que los del aparato circulatorio, derivando en
venas linfáticas más pequeñas.
Si alguno de estos conductos llega a obstruirse, el líquido se acumula en esa zona del
cuerpo produciendo un edema o linfedema, que provoca hinchazón de la zona o
extremidad donde aparece, infecciones crónicas, limitación de movimiento y
endurecimiento de la piel, ha día de hoy no existe cura para esta patología aunque su
pronta detección puede ayudar a mejorar la calidad del vida del paciente.

Funciones del Sistema Linfático


Las funciones del sistema linfático son 3:
1. Transporte y renovación del líquido intersticial y linfa hacia el Sistema Circulatorio
mediante un sistema de conductos que se denomina vasos linfáticos.
Tal y como hemos visto, el Sistema Linfático no tiene ningún órgano que bombee su
líquido por el cuerpo, pero sí se aprovecha de las contracciones de los capilares y
otros músculos:
• El músculo liso, hace que los vasos linfáticos se contraigan de forma intermitente que
impulsa la linfa, se encuentra en el aparato urinario, gastrointestinal, visual y el
respiratorio.
• Los músculos esqueléticos, que se ponen en funcionamiento con el movimiento de
nuestro esqueleto. Los vasos linfáticos aprovechan esas contracciones para impulsar la
linfa.
• Sistema Valvular propio del Sistema Linfático, parecido al de las venas, que provoca
que la linfa avance y no retroceda ni se obstruya.
2. Filtra la sangre para limpiar los desechos, toxinas y microorganismos patógenos el
cuerpo humano. Un ejemplo claro son los ácidos grasos o lípidos y proteínas, que se
eliminan desde el intestino mediante el sistema linfático torácico porque no se pueden
filtrar por los capilares sanguíneos hasta el hígado o los riñones.
3. Función inmunológica debido a su alta carga en glóbulos blancos, trascendental para
combatir las infecciones del organismo.
Las bacterias no suelen estar en la sangre, sino en los tejidos haciendo que estén al nivel
del líquido intersticial, en ese nivel precisamente encontramos unas células que se
llaman Macrófagos (un tipo de glóbulo blanco) que actúan contra muchos tipos de
bacterias, y los Linfocitos B y T (protegen de virus, bacterias y controlan a las células
cancerosas), que son glóbulos blancos que se especializan en ciertas bacterias, es decir,
necesitan que las bacterias estén en contacto con ellos.
Las bacterias entran en el los vasos linfáticos, llegan al ganglio linfático más cercano
(donde viven los linfocitos), allí se se reproducen y multiplican para luchar por la
inmunidad celular actuando como filtro defensivo.

Partes del Sistema Linfático


El Sistema Linfático es un sistema abierto, al contrario que el circulatorio que es cerrado,
compuesto por linfa, vasos linfáticos y ganglios linfáticos.
Se divide en los sistemas derecho e izquierdo, siendo el primero cuando la linfa procede
del brazo derecho, el tórax y la cabeza, y el segundo, llamado el conducto torácico que es
el que recorre el resto del cuerpo, ambos desembocan en las venas subcláveas derecha e
izquierda que a su vez están conectadas con sus respectivas arterias.
Además, también trabajan la médula ósea, el bazo y el timo, considerados órganos
linfáticos y, en su función inmunológica, las amígdalas y las placas de Peyer,
considerados en este término, tejidos linfáticos.

Vasos Linfáticos
Los vasos linfáticos son los conductos mediante los que se transporta la linfa por el
organismo, de ellos se derivan los capilares linfáticos que son más pequeños repartidos
por casi todos los tejidos del organismo, y donde comienza todo el proceso de
intercambio del líquido intersticial y la recolecta de la linfa.
Son muy parecidos a las venas, aunque el tamaño de los linfáticos es mayor.

Ganglios Linfáticos
Los ganglios o nódulos linfáticos son unos agrandamientos de unos 25mm que se
encuentran de forma intermitente a través de todo el sistema, sobre todo allá donde haya
confluencia de vasos linfáticos, el cuerpo humano tiene entre 600 y 700 ganglios en total .
Se acumulan sobre todo en los niveles de la ingle, cervical, axilar, ganglionar y
cerebral. Estos ganglios contienen células defensivas (los linfocitos B y T que veíamos
antes) y filtran toda la linfa, razón por la cual están repartidos por todo el cuerpo, ya que
así el organismo se asegura estar limpio de bacterias e infecciones.
Por ejemplo, las células cancerígenas que producen metástasis en otras partes del cuerpo,
es porque se han desprendido de su tumor y viajan por el Sistema Linfático hasta otros
órganos o tejidos, esto provoca en muchos casos la inflamación de los ganglios linfáticos
ya que son ellos los que se esfuerzan en combatir esas células cancerosas.

La médula ósea:  se considera el órgano principal primario, puesto que de ella nacen casi
todo lo que nuestro organismo necesita para defenderse de todas las infecciones y
enfermedades.
El sistema inmunológico se vería gravemente afectado si la médula ósea funcionase mal o
sufriese alguna enfermedad inmunodepresora como la tuberculosis o la leucemia. En el
Sistema Linfático es clave ya que en ella se crean los linfocitos, que viajan para madurar
en el timo.

El timo: es el órgano más importante del Sistema Vascular Linfático porque se encarga de
la creación de los Linfocitos T.
Está compuesto por dos lóbulos y cada uno a su vez, compuesto por la corteza (zona
externa) y la médula (zona interna), en la primera zona se encuentran los linfocitos
inmaduros y en la segunda, los maduros que son capaces de reconocer células extrañas y
atacarlas.
El bazo: es un pequeño órgano situado en el costado izquierdo bajo las costillas, funciona
en la digestión trasformando alimentos y transportando nutrientes, pero es esencial para
la defensa de nuestro organismo porque fabrica linfocitos, filtra la sangre, almacena
células y destruye glóbulos viejos.
Se le considera el mayor ganglio linfático del organismo con un alto porcentaje de
linfocitos B que al filtrar la sangre detectan los antígenos y los eliminan.

Tejidos Linfáticos

Las amígdalas están situadas a los lados de la parte posterior de la garganta, son dos


masas de tejido linfático que defienden al organismo de la entrada de cuerpos externos
que pueden ser dañinos para el organismo.
Son capaces de filtrar gérmenes que intentan invadir nuestro cuerpo y pueden producir
anticuerpos para proporcionar inmunidad local, procesan el líquido linfático desde ellas
hasta los ganglios linfáticos para la destrucción de bacterias.
las placas de peyer
Las placas de Peyer son folículos de tejido linfático agrupados en cúmulos irregulares que
se encuentran en el intestino delgado y en las amígdalas.
Al estar formadas por linfocitos B, detectan los patógenos que tratan de entrar en el
sistema y acaban con ellos.
Los factores ambientales son aquellas características del medio externo que afectan de un
modo directo a nuestro organismo. En ocasiones, la alteración de estos parámetros, como
la temperatura o la humedad, puede influir de forma negativa sobre los cuerpos,
perjudicando y perturbando la correcta ejecución de las funciones fisiológicas. Por ello, es
fundamental que los animales puedan ejercer un poderoso control sobre estos factores,
un control que les permita mantener una cierta constancia y estabilidad en su organismo.
Algunas actividades habituales, como beber o transpirar, ayudan a conseguir esta
estabilidad; pero hay otra serie de mecanismos aún más complejos implicados en la
regulación del cuerpo. Descubre en este artículo la importancia de los mecanismos
homeostáticos, encargados de mantener estable el medio interno de los organismos.
¿Qué es la homeostasis?
El término “homeostasis” fue acuñado por el fisiólogo estadounidense Walter Cannon, y
se encuentra asociado a la noción de la estabilidad fisiológica del medio interno de
Bernard. En el año 1932, Cannon definió la homeostasis como el conjunto de procesos
fisiológicos que están implicados en la regulación y en el mantenimiento del estado del
organismo ante cualquier perturbación. Cabe destacar que los principales factores
desestabilizantes del medio interno son los parámetros ambientales y el
propio metabolismo celular.
Los procesos homeostáticos suponen la presencia de una serie de sensores internos
(receptores sensoriales) que pueden detectar cualquier tipo de desviación respecto a un
estado fisiológico óptimo, y a su vez iniciar las acciones convenientes para corregir estas
alteraciones. Este estado óptimo se puede mantener gracias al set point, es decir, un valor
de referencia adecuado para cada especie: cuando una perturbación (vibraciones,
radiación, etc.) es percibida por los receptores sensoriales, el organismo coteja ese valor
de referencia y pone en marcha los mecanismos homeostáticos oportunos, actuando en
consecuencia para poder mantener dicho valor.
La homeostasis comprende tanto mecanismos fisiológicos como etológicos: sudoración,
jadeo (termorregulación fisiológica), ocultación, abrigo (respuestas etológicas al frío), etc.
En definitiva, los mecanismos homeostáticos son fundamentales a lo largo de la vida de
los animales, ya que pueden regular y mantener el organismo en condiciones óptimas aun
cuando se dan situaciones adversas. Por ejemplo, se ha demostrado que, en algunos
roedores, el nivel de azúcar en la sangre se mantiene constante aunque no tengan acceso
a ningún tipo de alimento.

Los métodos de regulación homeostática


Para mantener la estabilidad del medio interno, nos encontramos con dos mecanismos
homeostáticos diferentes:
Homeostasis reactiva
La homeostasis reactiva se origina como una respuesta directa a los cambios que suceden
en el medio interno (una variación en el pH, por ejemplo); es decir, se produce cuando un
parámetro interno del organismo sufre una variación que debe ser corregida. Podríamos
mencionar como ejemplo de homeostasis reactiva el momento en el que un animal
bebe como respuesta a una deshidratación provocada por un excesivo jadeo o por una
abundante sudoración.
El jadeo es un mecanismo fisiológico. Por Tom Hills
Homeostasis predictiva
Los mecanismos osciladores internos se comportan como verdaderos cronómetros, los
cuales pueden preparar anticipadamente una respuesta fisiológica ante los cambios
ambientales externos. Esta preparación anticipada se conoce como homeostasis
predictiva, un término propuesto por Martin Moore-Ede.
La homeostasis predictiva se ocasiona como respuesta a los cambios en el medio externo.
Es anticipativa, es decir, permite predecir la aparición de un estímulo ambiental, y
anticipar la respuesta adecuada ante cualquier perturbación que desvíe el valor de
referencia o set point. Este modelo de homeostasis también afecta al sistema
circadiano que, conocedor de la perturbación, permite la desviación del valor de
referencia, por lo que el organismo debe realizar una regulación a partir de este nuevo set
point el cual ha sido modificado (la respuesta adaptativa actúa en referencia al nuevo set
point).
Un ejemplo curioso de homeostasis predictiva es el que se suele dar en algunas especies
de guacamayos: en este grupo de aves es frecuente el consumo de un mineral arcilloso
denominado caolín, el cual actúa como un fármaco natural al prevenir las posibles
intoxicaciones por la ingestión de semillas. Otro ejemplo sería la reducción de la
alimentación por parte de los animales que se encuentran deshidratados, evitando así la
pérdida de agua que supone la excreción.
El guacamayo rojo (Ara chloropterus) es capaz de anticiparse a los cambios del medio
externo. Por Zachary Spears
Los tipos de organismos en función de sus mecanismos de regulación
Existen distintos tipos de organismos en función de los mecanismos de regulación que
empleen. En general, podemos afirmar que, a medida que ascendamos en la escala
evolutiva, la capacidad de mantener la estabilidad del medio interno se mostrará más y
más eficaz, siendo el proceso de homeostasis cada vez más sofisticado.

Organismos reguladores
Los organismos reguladores mantienen estables las condiciones de su medio interno,
dentro de unos límites estrechos, frente a la variación de las condiciones del medio
externo. A diferencia de los conformistas, las células de los organismos reguladores
funcionan con independencia del medio externo, tolerando amplios cambios en las
características de ese medio. Los mecanismos que hacen esto posible requieren de un
coste energético constante. Los mamíferos, por ejemplo, son organismos reguladores.

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