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SALUD
La organización Mundial de la Salud define a la salud como: “un estado completo de
bienestar físico, mental y social” y agrega: “y no solamente la ausencia de afecciones o
enfermedades”.
ENFERMEDAD
La OMS define enfermedad como "Alteración o desviación del estado fisiológico en una o
varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y
signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible". (A pesar de ser
numerosos los documentos encontrados en los que se referencia esta definición, no se ha
encontrado la fuente primaria).
Para promover la salud debemos entender cuál es el significado de ésta para cada
persona, y esto dependerá de muchos factores: culturales, familiares e individuales
podemos decir que la salud es un recurso que permite a los individuos gozar de un buen
estado físico mental y social y que esta puede verse afectada cuando ocurre un
desequilibrio en las propiedades de su medio interno o externo.
La homeostasis: es una característica de los seres vivos, que lleva al organismo a regular
las diferentes funciones que tienen lugar en éste, para mantener un ambiente interno
estable en un ambiente externo inestable. Esta autorregulación mantiene un ajuste
dinámico de las funciones corporales y depende de la absorción de nutrientes y del aporte
de energía, que ayuda a regular el metabolismo y a mantener el equilibrio que responde a
un estado de salud general. Debido a la importancia de la comprensión de este concepto
para ayudar al individuo a entender el estado de la salud y a prevenir las enfermedades.
Los posibles cambios del medio interno se pueden deber a:
todas las actividades metabólicas necesitan un suministro constante de materiales
(Oxígeno, nutrientes, sales minerales, etc.). La actividad celular produce desechos que
deben ser eliminados. El medio interno responde a los cambios del medio externo que
rodea al organismo.
El sistema inmunológico es la defensa natural del cuerpo contra las infecciones. Por medio
de una serie de pasos, su cuerpo combate y destruye organismos infecciosos invasores
antes de que causen daño. Cuando su sistema inmunológico está funcionando
adecuadamente, le protege de infecciones que le causan enfermedad.
En el organismo de los animales tiene un sistema especial para combatir los diferentes
agentes infecciosos que son toxico llamado sistema inmune que son constituido
fundamental por los leucocitos, o glóbulos blancos y las células de los tejidos, lo que son
los leucocitos son las unidades móviles del sistema de defensa del organismo y que tiene
la capacidad especial para buscar y destruir cualquier invasor extraño. Cuando un agente
infeccioso entra en el cuerpo, sea un virus de la gripe que entra por la nariz o una bacteria
que entra por la sangre cuando se pincha con un clavo. el sistema inmunológico está
siempre alerta para detectar y atacar al agente infeccioso antes de que cause daño. Sea
cual fuere el agente, el sistema inmunológico lo reconoce como un cuerpo ajeno. Estos
cuerpos externos se llaman antígenos y estos deben ser eliminados.
Las barreras naturales inmunes son: la piel, las membranas mucosas, la cera de los oídos,
las lágrimas, él moco y el ácido del estómago
Definamos algunos:
La piel evita la invasión de microorganismos a menos que esté físicamente dañada,
por ejemplo, debido a un traumatismo, una picadura de insecto o una quemadura.
Las membranas mucosas, tales como el revestimiento de la boca, la nariz y los
párpados, también son barreras eficaces. Generalmente, estas membranas están
cubiertas de secreciones que combaten a los microorganismos. Por ejemplo, las
membranas mucosas de los ojos están bañadas en lágrimas, que contienen una
enzima llamada lisozima que ataca a las bacterias y que actúa como protección de
los ojos contra las infecciones.
Las vías respiratorias filtran partículas externas presentes en el aire inhalado. Las
paredes de la nariz y las vías respiratorias están cubiertas de moco. Los
microorganismos del aire quedan atrapados en el moco y son expulsados al toser o
al sonarse la nariz. El movimiento coordinado de los cilios (diminutas proyecciones
en forma de cabello) que revisten las vías respiratorias contribuye a la expulsión del
moco. Las células ciliadas arrastran el moco en dirección ascendente por las vías
respiratorias fuera de los pulmones.
El tracto gastrointestinal cuenta con una serie de barreras eficaces, como son el
ácido del estómago, las enzimas pancreáticas, la bilis y las secreciones intestinales.
Estas sustancias pueden matar bacterias o impedir que se multipliquen. Las
contracciones del intestino (peristaltismo) y el desprendimiento normal de las
células que lo revisten ayudan a eliminar los microorganismos nocivos.
¿Qué es la homeostasis?
Este equilibrio se produce a partir de respuestas adaptativas que tienen como finalidad
preservar la salud. La homeostasis se lleva adelante a partir de los procesos
de retroalimentación y de control. Cuando se genera un desequilibrio dentro
del organismo, esos dos procesos permiten recuperar el equilibrio perdido.
Toxinas: Las toxinas son cualquier sustancia que interfiera con la función celular,
causando el mal funcionamiento celular. Esto puede suceder de varias formas: a
través de algún químico, de alguna planta, por insecticidas o por alguna mordida. Un
ejemplo común de las toxinas en el cuerpo es la sobredosis de droga. Cuando una
persona consume una gran cantidad de droga sus signos vitales comienzan a flaquear
y pueden causar problemas en los que se incluyen el coma, daño cerebral e incluso la
muerte.
Psicológico: La salud física y mental son inseparables, nuestros pensamientos y
emociones producen cambios químicos que tiene lugar para mejor como es el caso de
la meditación y para peor como es el caso del estrés.
Sistema endocrino
El sistema endocrino está formado por glándulas que secretan hormonas al torrente
sanguíneo. Cada hormona tiene un efecto en uno o más tejidos diana. De esta manera el
sistema endocrino regula el metabolismo y el desarrollo de la mayoría de las células y los
sistemas del cuerpo. Para ser más específicos, el sistema endocrino contiene hormonas
sexuales que activan las glándulas sebáceas, desarrollan las glándulas mamarias, altera el
flujo dérmico sanguíneo y liberan lípidos desde los adipocitos y la hormona
melaoestimulante estimula los melanocitos en la piel.
El crecimiento de los huesos es regulado por varias hormonas, y el sistema endocrino
ayuda con la movilización de calcitonina y calcio. En el sistema muscular, las hormonas
ajustan el metabolismo muscular, la producción de energía y el crecimiento. En el sistema
nervioso las hormonas afectan al metabolismo neuronal, regulan el balance en el fluido de
electrolitos y ayudan con las hormonas reproductivas que influencian el desarrollo y el
comportamiento del sistema nervioso central. En el sistema cardiovascular, se necesitan
hormonas que regulan la producción de glóbulos rojos, los que elevan y bajan la presión
sanguínea. Las hormonas también tienen efectos antiinflamatorios y estimulan el sistema
linfático. En resumen, el sistema endocrino tiene un efecto regulador en todos los demás
sistemas del cuerpo.
Sistema integumentario
El sistema integumentario (la piel) está encargado de proteger el cuerpo de microbios
invasores (principalmente formando una capa gruesa e impenetrable), regula la
temperatura corporal a través de la sudoración y la vasodilatación/ vasoconstricción, o
piloerección (piel de gallina), también regula el balance de iones en la sangre.
La estimulación de los mastocitos también produce cambios en el flujo de sangre y la
permeabilidad capilar que puede afectar el flujo de sangre en el cuerpo y como este es
regulado. También ayuda a sintetizar la vitamina D que interactúa con la absorción de
calcio y fósforo necesaria para el crecimiento, mantenimiento y reparación ósea. El
cabello en la piel protege la entrada de la cavidad nasal u otros orificios, previniendo que
los invasores se adentren más en nuestros cuerpos. La piel también ayuda a mantener el
balance gracias a la excreción de agua y de otros solutos, es decir que la epidermis
queratinizada limita la pérdida de fluido a través de la piel, también provee un
mecanismos de protección contra riesgos ambientales. Por esto se debe recordar que
nuestra piel es integumentaria, es decir es nuestra primera línea de defensa.
Sistema esquelético u óseo
Como estructura del cuerpo humano, este sistema está compuesto principalmente por
206 huesos pero también se incluyen los cartílagos, ligamentos y otros tejidos conectivos
que lo estabilizan e interconectan.
El trabajo de los huesos en conjunto con el sistema muscular es de colaborar en la postura
y la locomoción. Muchos huesos del esqueleto actúan como palancas, que cambian la
magnitud y la dirección de las fuerzas generadas por los músculos esqueléticos.
El sistema esquelético cumple un rol esencial en la protección de los órganos vitales
encajonados entre las cavidades esqueléticas, por ejemplo la cavidad craneal y la espinal,
además los huesos forman la mayoría de la base estructural para otras cavidades del
cuerpo humano, por ejemplo la cavidad torácica y la cavidad pélvica. El sistema
esquelético además actúa como una importante reserva mineral, por ejemplo, si los
niveles de calcio o de magnesio en la sangre están bajos y los minerales no están
disponibles en la dieta de la persona, estos minerales se obtendrán de los huesos.
Además, el sistema esquelético provee el calcio necesario para toda la contracción
muscular. Finalmente los glóbulos rojos, linfocitos y otras células relacionadas con la
respuesta inmunológica se producen y almacenan en la médula ósea.
Sistema muscular
El sistema muscular es uno de los sistemas más versátiles en el cuerpo humano. En este
sistema se incluye el corazón, que constantemente bombea sangre a través del cuerpo. El
sistema muscular es responsable también por las acciones involuntarias , como la piel de
gallina, la digestión y la respiración, y también es responsable por las acciones voluntarias,
como el caminar y tomar objetos, y además ayuda a proteger los órganos en la cavidades
del cuerpo humano. Los músculos en el cuerpo humano se contraen, lo que incrementa la
temperatura corporal cuando se tiene frío. El escalofrío ocurre cuando la temperatura
interna desciende, los músculos alrededor de los órganos vitales se contraen
degradando ATP (adenosina trifosfato) y por lo tanto expendiendo calor, el cual se
distribuye al resto del cuerpo.
Sistema cardiovascular
El sistema cardiovascular, además de necesitar mantenerse entre ciertos niveles,
desempeña un rol en el mantenimiento de otros sistemas en el cuerpo humano
transportando hormonas, por ejemplo el corazón secreta el péptido natriurético auricular
(PNA) y el péptido natriurético cerebral (PNC), también transporta nutrientes como el
oxígeno, para ser más precisos eritropoyetina (EPO) a los huesos, deshaciéndose de los
residuos, removiendo el dióxido de carbono y proveyendo de un suministro fresco de
oxígeno a todas las células del cuerpo. La homeostasis se ve alterada cuando los sistemas
linfático o cardiovascular no funcionan correctamente. La piel, huesos, músculos,
pulmones, tracto digestivo y nervioso, además de los sistemas endocrino, linfático,
urinario y reproductivo usan el sistema cardiovascular como su “camino” o “autopista”
para la distribución de elementos como nutrientes, oxígeno, desechos, hormonas, drogas,
etc.
Existen muchos factores de riesgo que pueden producir un sistema cardiovascular poco
saludable, algunas enfermedades asociadas están típicamente etiquetadas como
“controlables” e “incontrolables”. Los principales factores de riesgo incontrolables son la
edad, el sexo y el historial familiar de enfermedades cardíacas especialmente a temprana
edad.
El sistema cardiovascular también contiene sensores para monitorear la presión
sanguínea, llamados barorreceptores, que trabajan detectando el estrechamiento de un
vaso sanguíneo. Esta información es transmitida a la médula oblongada en el cerebro
donde se toman acciones para aumentar o disminuir la presión sanguínea vía sistema
nervioso autónomo.
Sistema linfático[editar]
El sistema linfático tiene tres roles principales, el primero es el mantenimiento del
volumen de sangre y tejido. El exceso de fluido que sale de los capilares cuando están bajo
presión podrá desarrollar y causar edema. En segundo lugar, el sistema linfático absorbe
los ácidos grasos y triglicéridos de la digestión de las grasas para que estos componentes
no entren directamente en el torrente sanguíneo. En tercer lugar, el sistema linfático está
encargado de la defensa del cuerpo contra los microbios invasores y en la respuesta
inmunológica. Además, este sistema también colabora en el mantenimiento, como
cuando los huesos y los músculos se reparan luego de las lesiones. Otra defensa de este
sistema es el mantenimiento del PH ácido de la orina para combatir las infecciones en el
sistema urinario. Las amígdalas son los “asistentes” del cuerpo que ayudan a defenderlo
de las infecciones y toxinas absorbidas desde el tracto digestivo. Además las amígdalas
protegen contra las infecciones que entran a los pulmones.
Sistema respiratorio[editar]
El sistema respiratorio trabaja en conjunto con el sistema cardiovascular para proveer
oxígeno a las células dentro de cada sistema corporal para el metabolismo celular. Este
sistema además remueve el dióxido de carbono, ya que el CO 2 es principalmente
transportado en el plasma como iones de bicarbonato, que actúa como amortiguador
químico o solución amortiguadora.
El sistema respiratorio también ayuda a mantener los niveles de pH apropiados en la
sangre, hecho que es muy importante para la homeostasis. Como resultado de la
hiperventilación, el nivel de CO2 se reduce en la sangre, esto causa que el pH de los fluidos
corporales se incremente. Si los niveles de ácido se elevan por encima de 7,45 dará como
resultado la alcalosis respiratoria. Por otra parte, mucho CO2 causará que el pH caiga por
debajo de 7,35 lo que dará como resultado la acidosis respiratoria.
El sistema respiratorio también ayuda al sistema linfático atrapando patógenos y
protegiendo tejidos profundos dentro de este. Se debe tener presente que cuando se ha
incrementado el espacio torácico puede provocar presión abdominal a través de la
contracción de los músculos respiratorios, lo que puede ayudar en la defecación. Se debe
recordar que los pulmones son la entrada para el aliento de vida de nuestros cuerpos.
El órgano del sistema respiratorio está compuesto por la nariz, faringe, laringe, tráquea,
bronquios y pulmones. Estos órganos juntos permiten el movimiento de aire dentro de las
pequeñas y delgadas paredes de los sacos de aire en los pulmones llamados alvéolos. Es
en los alvéolos donde el oxígeno es intercambiado por el dióxido de carbono, que es
llevado a los pulmones por la sangre para que pueda ser eliminado del cuerpo.
Sistema digestivo
Todos los sistemas en el cuerpo se resienten sin un suministro regular de energía y
nutrientes desde el sistema digestivo. Este sistema absorbe sustancias orgánicas,
vitaminas, iones y agua que son necesarias en todo el cuerpo. En la piel, el tracto digestivo
provee lípidos para almacenar en la capa subcutánea. Se debe tener en cuenta que la
comida experimenta tres tipos de procesos en el cuerpo: digestión, absorción y
eliminación. Si uno de estos procesos
Los procesos de homeostasis se observan ante diversas situaciones, como, por ejemplo:
Sistema reproductivo
El sistema reproductivo es el único que no contribuye mucho con la homeostasis en
nuestros organismos. En vez de estar atado al mantenimiento del organismo, el sistema
reproductivo está relacionado con la preservación de las especies. Una vez dicho esto, las
hormonas sexuales si tienen un efecto en otros sistemas corporales y su desequilibrio
puede llevar a varios desordenes, por ejemplo, una mujer cuyos ovarios hayan sido
extirpados a temprana edad tiene un mayor riesgo de desarrollar osteoporosis.
Termorregulación
Los cuerpos vivos han sido programados con un número de procesos automatizados, que
los hacen autosustentables en el ambiente natural. Entre estos muchos procesos se
encuentra la reproducción, el ajuste con ambientes externos y el instinto de
supervivencia, que han sido dados por la naturaleza a los seres vivos.
La supervivencia de los seres vivos depende de su capacidad de mantener una
temperatura corporal estable independientemente de la temperatura del ambiente que lo
rodee. Esta capacidad de mantener la temperatura corporal es llamada termorregulación.
Los animales de sangre fría, como los reptiles, tienen medios diferentes de regular su
temperatura que la de los animales de sangre caliente u homeotermos, tales como los
humanos y otros mamíferos. Esta sección es más relevante cuando se considera a los
organismos de sangre caliente.
La temperatura corporal depende del calor producido menos el calor perdido. El calor se
pierde por radiación, convección y conducción, pero la pérdida neta por los tres procesos
depende de la gradiente entre el cuerpo y el exterior. Por consiguiente, cuando la
temperatura externa es baja, la radiación es la forma más importante de pérdida de calor.
Por otra parte cuando hay una temperatura externa alta, la evaporación es la más
importante forma de pérdida de calor. El balance de calor producido y de pérdida de calor
mantiene una temperatura corporal constante, sin embargo la temperatura varía durante
el día y su punto de equilibrio es controlado por el hipotálamo.
La temperatura corporal es usualmente de 37,4°C, pero varía durante el día en alrededor
de 0,8°C. Así también la menor temperatura diaria se registra cuando las personas
duermen. Los receptores de temperatura se encuentran en la piel, las grandes venas, los
órganos abdominales y el hipotálamo.
Mientras que los receptores en la piel proveen la sensación de frío, los receptores de
temperatura hipotalámicos (núcleo central) son los más importantes. La temperatura del
núcleo del cuerpo es usualmente de 0,7-1,0°C más alta que la temperatura axilar u oral.
Cuando la temperatura corporal cae debido a frío externo o del ambiente, un importante
componente de protección es la vasoconstricción de la piel y de los vasos sanguíneos de
las extremidades. Esto hace bajar la temperatura de la superficie de la piel proveyendo
una capa aislante (como la capa de células grasas) entre la temperatura central y la
temperatura del ambiente externo. Igualmente, si la temperatura se eleva, el flujo
sanguíneo hacia la piel se incrementa, maximizando el potencial para la pérdida por
radiación y evaporación. Por consiguiente si se han dilatado los vasos sanguíneos de la piel
por la ingesta de alcohol esto puede entregar una sensación agradable y cálida, pero
incrementara la perdida de calor (si la temperatura externa ha seguido siendo baja).
Los principales ajustes en el frío son los escalofríos para incrementar la producción de
calor, y la constricción de los vasos sanguíneos en la periferia y en la piel. Esto ayuda a
minimizar la pérdida de calor a través de la piel y dirige sangre a los órganos internos
vitales.
Sistema excretor
Este sistema es responsable de la remoción de desperdicios, excesos de agua y sal en la
orina. Regula el volumen y el PH del ambiente interno. El sistema excretor humano
mantiene la homeostasis removiendo los desperdicios metabólicos, tales como el agua, la
sal y las concentraciones de metabolitos en la sangre. Los riñones, que son los órganos
excretores primarios, son los principales órganos de la homeostasis porque ellos excretan
desechos nitrogenados y regulan el balance de agua y sal y el balance base de ácido. Esta
sección examinará los riñones en detalle.
Homeostasis del eritrocito y la hemoglobina.
El término no hace referencia a un balance o equilibrio interno, sino más bien al
mantenimiento de una condición constante, ya que un estado de balance o de equilibrio
en un ser vivo significa la muerte. Dicha constancia es mantenida activamente por el
organismo, a pesar de los cambios que puedan surgir en el medio externo.
La homeostasis: es la capacidad que tiene todo ser vivo pluricelular para mantener ciertos
parámetros o condiciones constantes en su medio interno, sin importar cuán diferente sea
el medio que lo rodea y lo fluctuantes que sean las condiciones ambientales.
Este denominado “medio interno” corresponde al líquido extracelular, contenido en el
espacio intersticial (entre célula y célula de un tejido) y al líquido intravascular o líquido
sanguíneo en los animales.
La homeostasis es uno de los conceptos más importantes en la medicina y la fisiología (de
animales y de plantas) ya que todos los organismos vivos necesitan que sus cuerpos
funcionen dentro de un muy estrecho intervalo de condiciones, a saber: pH, temperatura,
concentración de iones, cantidad de agua, concentración de nutrientes, entre otros.
Algunos autores consideran que “todos los mecanismos vitales, sin importar cuán variados
sean, tienen el objetivo único de preservar las condiciones constantes de la vida en el
medio ambiente interno”, por lo que la homeostasis define prácticamente a todas las
funciones internas de un ser vivo.
La preservación o el mantenimiento de las condiciones internas es posible gracias a un
sistema de control que funciona por retroalimentación negativa o positiva (en menor
medida).
Este sistema permite que, cuando ocurren cambios importantes de alguno de los
parámetros mencionados, estos cambios sean “neutralizados” rápidamente, llevando al
organismo nuevamente a su condición normal.
Así pues, la homeostasis consiste en los sistemas de respuesta del cuerpo para
enfrentarse a las condiciones ambientales y a los cambios a los que un organismo está
sometido permanentemente.
Mecanismos homeostáticos
La homeostasis es conseguida gracias a la extensa integración entre muchos de los
sistemas corporales de un organismo.
Cannon (1929) clasifica los mecanismos homeostáticos dependiendo de aquello que se
regula, es decir, de las “municiones” o “suministros” obtenidos del medio externo o de los
“procesos” intrínsecos.
17- Hormonas
En algunas poblaciones de pequeños mamíferos como los ratones y conejos, cuando su
número aumentan por alguna razón, el hacinamiento crea un estrés creciente que daña la
glándula tiroides (la cual fabrica hormonas esenciales) y gran parte de la población
simplemente muere por daño endocrino u hormonal.
18- Termorregulación
En el medio ambiente, cuando los niveles atmosféricos de dióxido de carbono aumentan,
las plantas son capaces de crecer mejor y así eliminar más dióxido de carbono de la
atmósfera.
También, las avispas y los avispones se encuentran en la mayoría de los ambientes desde
bosques tropicales lluviosos, desiertos, climas subtropicales y templados. Son capaces de
sobrevivir en tantas condiciones diferentes porque son capaces de termorregularse a sí
mismos y a sus nidos.
Las membranas mucosas, tales como el revestimiento de la boca, la nariz y los párpados,
también son barreras eficaces. Generalmente, estas membranas están cubiertas de
secreciones que combaten a los microorganismos. Por ejemplo, las membranas mucosas
de los ojos están bañadas en lágrimas, que contienen una enzima llamada lisozima que
ataca a las bacterias y que actúa como protección de los ojos contra las infecciones.
Las vías respiratorias filtran partículas externas presentes en el aire inhalado. Las paredes
de la nariz y las vías respiratorias están cubiertas de moco. Los microorganismos del aire
quedan atrapados en el moco y son expulsados al toser o al sonarse la nariz. El
movimiento coordinado de los cilios (diminutas proyecciones en forma de cabello) que
revisten las vías respiratorias contribuye a la expulsión del moco. Las células ciliadas
arrastran el moco en dirección ascendente por las vías respiratorias fuera de los
pulmones.
El tracto gastrointestinal cuenta con una serie de barreras eficaces, como son el ácido del
estómago, las enzimas pancreáticas, la bilis y las secreciones intestinales. Estas sustancias
pueden matar bacterias o impedir que se multipliquen. Las contracciones del intestino
(peristaltismo) y el desprendimiento normal de las células que lo revisten ayudan a
eliminar los microorganismos nocivos.
El tracto urinario también cuenta con varias barreras efectivas. La vejiga está protegida
por la uretra, el tubo por el que la orina pasa cuando abandona el organismo. En los
varones de más de 6 meses de edad, la uretra es lo bastante larga para que las bacterias
rara vez sean capaces de alcanzar la vejiga a través de ella, a menos que,
involuntariamente, se facilite el paso de las bacterias cuando se introducen sondas o
instrumentos quirúrgicos. En las mujeres, la uretra es más corta, lo que a veces permite el
paso de las bacterias a la vejiga. En ambos sexos, al orinar, se expulsan las bacterias que
hayan podido alcanzar la vejiga.
La vagina es normalmente ácida. La acidez de la vagina evita que las bacterias crezcan y
ayuda a mantener el número de bacterias protectoras (ver Vaginosis bacteriana: Causas)
Tanto las barreras naturales como el sistema inmunitario defienden el cuerpo contra los
microorganismos que causan infecciones.
Las barreras naturales son la piel, las membranas mucosas, las lágrimas, la cera de los
oídos, el moco y el ácido del estómago. Además, el flujo normal de orina elimina los
microorganismos que ascienden por el tracto urinario.
El sistema inmunitario utiliza los glóbulos blancos (leucocitos) y los anticuerpos para
identificar y eliminar los microorganismos que han atravesado las barreras naturales.
(Véase también Introducción a las enfermedades infecciosas.)
Barreras naturales
Por lo general, la piel evita la invasión de microorganismos a menos que esté
físicamente dañada, por ejemplo, debido a un traumatismo, una picadura de insecto o
una quemadura.
La sangre
Una manera que tiene el organismo de defenderse contra las infecciones es el aumento
en el número de ciertos tipos de glóbulos blancos (neutrófilos y monocitos), que se
encargan de fagocitar (ingerir) y destruir los microorganismos que invaden el cuerpo.
Dicho incremento puede producirse en unas pocas horas, en gran medida por la liberación
de glóbulos blancos desde la médula ósea, donde se fabrican. El número de neutrófilos en
la sangre aumenta primero. Si la infección persiste, la cantidad de monocitos aumenta. La
sangre lleva los glóbulos blancos (leucocitos) a la zona de la infección.
Sin embargo, ciertas infecciones como la fiebre tifoidea, las infecciones víricas y las
infecciones bacterianas que superan el sistema inmunitario, pueden producir una
disminución en el número de glóbulos blancos (leucocitos).
Inflamación
Muchas sustancias que se producen con la inflamación estimulan los nervios, causando
dolor. La infección se suele acompañar de escalofríos, fiebre y dolores musculares
producidos como reacción a las sustancias liberadas durante la misma.
Respuesta inmunitaria
Cuando se produce una infección, el sistema inmunitario también responde produciendo
distintas sustancias y agentes diseñados para atacar al microorganismo invasor concreto
(ver Inmunidad adquirida). Por ejemplo
Los linfocitos T citotóxicos (una variedad de glóbulos blancos o leucocitos) que pueden
reconocer y destruir al microorganismo invasor.
Anticuerpos que se dirigen contra el microorganismo invasor concreto.
Los anticuerpos atacan e inmovilizan a los gérmenes destruyéndolos directamente o
ayudando a los neutrófilos a seleccionar el objetivo y destruirlo.
La eficacia con la que el sistema inmunitario defiende el organismo contra todos los
microorganismos depende parcialmente de la composición genética de cada persona.
Fiebre
El aumento de la temperatura (fiebre) es una respuesta que protege al cuerpo ante la
infección y la lesión. La temperatura corporal elevada (fiebre) mejora los mecanismos de
defensa del organismo, aun cuando pueda causar malestar.
En algunos individuos (alcohólicos, ancianos y personas muy jóvenes) existe una menor
capacidad para generar fiebre. En estos casos se puede experimentar una caída de la
temperatura en respuesta a la infección grave.
Linfa
El Sistema Linfático empieza como hemos visto, en el espacio intercelular de los tejidos y
lo va devolviendo todo al aparato circulatorio a través de los capilares linfáticos, quienes
recibirán el exceso de líquido intersticial o la prelinfa, que una vez entra en los vasos
capilares linfáticos, se convertirá en linfa.
La linfa es un líquido cuya composición es parecida al plasma sanguíneo, excepto porque
tiene menos proteínas y en vez de llevar glóbulos rojos, son blancos, esto es contiene
elementos celulares para la defensa del organismo (leucocitos, macrófagos, linfocitos y
granulocitos).
Es un fluido transparente que va drenando todo nuestro organismo a través de los
capilares linfáticos, que funcionan igual que los del aparato circulatorio, derivando en
venas linfáticas más pequeñas.
Si alguno de estos conductos llega a obstruirse, el líquido se acumula en esa zona del
cuerpo produciendo un edema o linfedema, que provoca hinchazón de la zona o
extremidad donde aparece, infecciones crónicas, limitación de movimiento y
endurecimiento de la piel, ha día de hoy no existe cura para esta patología aunque su
pronta detección puede ayudar a mejorar la calidad del vida del paciente.
Vasos Linfáticos
Los vasos linfáticos son los conductos mediante los que se transporta la linfa por el
organismo, de ellos se derivan los capilares linfáticos que son más pequeños repartidos
por casi todos los tejidos del organismo, y donde comienza todo el proceso de
intercambio del líquido intersticial y la recolecta de la linfa.
Son muy parecidos a las venas, aunque el tamaño de los linfáticos es mayor.
Ganglios Linfáticos
Los ganglios o nódulos linfáticos son unos agrandamientos de unos 25mm que se
encuentran de forma intermitente a través de todo el sistema, sobre todo allá donde haya
confluencia de vasos linfáticos, el cuerpo humano tiene entre 600 y 700 ganglios en total .
Se acumulan sobre todo en los niveles de la ingle, cervical, axilar, ganglionar y
cerebral. Estos ganglios contienen células defensivas (los linfocitos B y T que veíamos
antes) y filtran toda la linfa, razón por la cual están repartidos por todo el cuerpo, ya que
así el organismo se asegura estar limpio de bacterias e infecciones.
Por ejemplo, las células cancerígenas que producen metástasis en otras partes del cuerpo,
es porque se han desprendido de su tumor y viajan por el Sistema Linfático hasta otros
órganos o tejidos, esto provoca en muchos casos la inflamación de los ganglios linfáticos
ya que son ellos los que se esfuerzan en combatir esas células cancerosas.
La médula ósea: se considera el órgano principal primario, puesto que de ella nacen casi
todo lo que nuestro organismo necesita para defenderse de todas las infecciones y
enfermedades.
El sistema inmunológico se vería gravemente afectado si la médula ósea funcionase mal o
sufriese alguna enfermedad inmunodepresora como la tuberculosis o la leucemia. En el
Sistema Linfático es clave ya que en ella se crean los linfocitos, que viajan para madurar
en el timo.
El timo: es el órgano más importante del Sistema Vascular Linfático porque se encarga de
la creación de los Linfocitos T.
Está compuesto por dos lóbulos y cada uno a su vez, compuesto por la corteza (zona
externa) y la médula (zona interna), en la primera zona se encuentran los linfocitos
inmaduros y en la segunda, los maduros que son capaces de reconocer células extrañas y
atacarlas.
El bazo: es un pequeño órgano situado en el costado izquierdo bajo las costillas, funciona
en la digestión trasformando alimentos y transportando nutrientes, pero es esencial para
la defensa de nuestro organismo porque fabrica linfocitos, filtra la sangre, almacena
células y destruye glóbulos viejos.
Se le considera el mayor ganglio linfático del organismo con un alto porcentaje de
linfocitos B que al filtrar la sangre detectan los antígenos y los eliminan.
Tejidos Linfáticos
Organismos reguladores
Los organismos reguladores mantienen estables las condiciones de su medio interno,
dentro de unos límites estrechos, frente a la variación de las condiciones del medio
externo. A diferencia de los conformistas, las células de los organismos reguladores
funcionan con independencia del medio externo, tolerando amplios cambios en las
características de ese medio. Los mecanismos que hacen esto posible requieren de un
coste energético constante. Los mamíferos, por ejemplo, son organismos reguladores.