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De Izquierdas y de Derechas
De Izquierdas y de Derechas
Por otra parte, con la creación de las ciudades, los estados y las naciones,
y más recientemente de la Organización de las Naciones Unidas,
las relaciones sociales entre los seres humanos se han vuelto cada vez
más complejas. Pero el común denominador de todas éstas estructuras
sociales que hemos creado, son las pirámides de poder jerárquico, de
dominación y explotación de una minoría sobre la mayoría de la
humanidad.
Hemos pasado así, en todas las grandes culturas y civilizaciones del
pasado y hasta nuestros días, por largas etapas históricas. Desde el
esclavismo, donde la división fue entre amos y esclavos, hasta
distintas formas de feudalismo, donde los amos se convirtieron en
nobles-señores y los esclavos en siervos. Desde las distintas
modalidades del capitalismo, con sus grupos bien definidos, una
minoría de empresarios y banqueros y una mayoría de empleados y
obreros, hasta los llamados comunismos, con su clase dirigente y sus
estructuras burocrático-militares por un lado y los millones de
proletarios por el otro
Fue solamente hasta la Revolución francesa, el 11 de septiembre de 1789,
que, a raíz de la caída de la nobleza, por primera vez surgieron
las Asambleas Nacionales, instauradas para que la ciudadanía
mayoritaria tuviese también la posibilidad de instaurar y participar en
una suerte de sistema de “democracia participativa,” con el objeto de
crear una primera Constitución.
Con ese propósito surgieron las primeras leyes que dieron respuesta a
las demandas de las Asambleas populares, dando lugar a la
confirmación de tres grupos representativos con sus respectivos
delegados divididos en tres sectores de la sociedad, antagónicos, cada
uno defendiendo sus propios intereses.
El primer sector, agrupando a los diputados que intentaban preservar
los privilegios de la nobleza y del clero, que se sentaron siempre en la sala
de la Asamblea a la derecha del Presidente de la misma,
lugar que tradicionalmente correspondía a los sitios de honor que
ocupaban los nobles a la derecha del Rey durante la monarquía; y un
segundo sector ubicado a la izquierda de la sala para los plebeyos,
donde se ubicaron los
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Desde los años 1960´s, los nacidos después de 1945, a fines de la llamada
2ª Guerra Mundial, adolescentes y jóvenes de todas las
latitudes, comenzamos a cuestionar esa polaridad mundial en la que
crecimos y que se vino a llamar la Guerra Fría. Poco a poco
comenzamos entonces a rebelarnos, tanto contra lo que en ese
momento era llamado el “Bloque capitalista-imperialista
Occidental,” como el “Bloque-comunista-burocrático
Oriental,” dos caras de una misma moneda.
En el año 1968 fuimos protagonistas de una verdadera revolución
cultural, la primera de la historia a nivel planetario, que en poco tiempo
dio lugar a un verdadero parteaguas global de la historia contemporánea.
No fue fácil, pues implicaba romper con ese condicionamiento
muy arraigado de mirar al mundo con un solo ojo, con el derecho o
con el izquierdo; pensar con un solo hemisferio, el derecho o el
izquierdo, que según algunas teorías corresponden a la inteligencia
intuitiva o la lógica; vivir con una moral que proclamaba unos
valores, pero practicaba los opuestos; confiar en unas verdades que se
decían “científicas” pero que respondían a los intereses de quienes las
estaban financiando; obedecer a autoridades, familiares, escolares,
laborales, militares, legales, culturales, religiosas, ideológicas, que eran
a toda luz injustas o absurdas, impuestas por un sistema dominante
patriarcal, sostenido por siglos incluso por la gran mayoría de las
mujeres, contra el cual nos rebelamos.
De los millones de jóvenes de esa mi generación de “rebeldes con
causas,” poco a poco, con el paso de las décadas, muchos fueron
desistiendo de ese enfrentamiento radical contra el “Sistema,” el
Establishment” o la Matrix, como comenzamos a llamarla a raíz de
la trilogía de los hermanos Wachoswki desde el año 2003.
Muchos murieron en el intento, debido al exceso de drogas, los
accidentes fatídicos o el involucramiento en movimientos sociales
armados, no creyendo más en la no-violencia. La mayoría fueron
asimilados por ese mismo “Sistema” devorador, que fue aniquilando poco
a poco sus ideales, y los fue cooptando para darles un lugar “seguro
en el “mainstream” o corriente dominante de la sociedad,
acomodándolos dentro del mismo. Las
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