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UNIDAD 1. Relación entre educación y sociedad.

Sistema social y sistema educativo.

1. La sociedad educadora
1.1. La función educadora de la sociedad

Platón: Primer teórico de la educación puesta al servicio del Estado. Eso


sí, no hay educación verdadera si no busca el bien, la justicia y la verdad.
Platón concebía así la relación entre el Estado y la educación: el gobierno
de los más educados desembocaría en un Estado ideal que procuraría el
bienestar y la felicidad de sus ciudadanos. La sabiduría, alcanzada a
través de una educación dirigida, se constituía así como el pilar
fundamental del Estado platónico.

Este discurso platónico acerca de la importancia de la educación


permanece inalterable siglos después.

Informe Delors (1996): “El progreso de la humanidad depende de la


educación. La educación es una de las armas más poderosas para forjar
futuro […]”.

Los procesos educativos suceden siempre en ámbitos sociales como la


escuela, la familia o los amigos. Estas relaciones e influencias grupales
generan un conjunto de valores y conocimientos que se transmiten y que
son asimilados desde una perspectiva social.

Es indispensable profundizar en la función educadora que toda sociedad


tiene para entender cómo actúan la multiplicidad de agentes que
determinan de una manera importantísima el proceso socializador de
nuestros jóvenes.

1.2. Enculturación y aculturación

Enculturación: Proceso por el cual los miembros de una sociedad van


integrando las pautas culturales más extendidas en tal sociedad. Es un
mecanismo que se produce en cualquier comunidad con la finalidad de
garantizar la preservación del sistema social.

Aculturación: Proceso por el cual los miembros de una sociedad


adquieren, habitualmente de manera involuntaria, determinados valores
ajenos a su tradición cultural. Puede ser un proceso pacífico, mediante el
poder (económico, tecnológico…) de la cultura dominante, o violento, si
se producen enfrentamientos armados. Se puede manifestar en múltiples
ámbitos: uso de un lenguaje ajeno (extranjerismos), consumo de
productos internacionales (gastronómicos, lúdicos…).

¿Qué papel juega la escuela en todo esto? La mayoría de los centros


educativos representan, distribuyen y explican las características de la
cultura nacional mayoritaria, actuando como altavoz amplificador de
estas.

1.3. La ciudad educadora

¿De qué manera la ciudad educa a sus habitantes? Ya en los 60 se


comenzó a hablar del concepto de “ciudad educadora” en EEUU, y en los
70 en Europa.

Pedagogía urbana: Disciplina integradora conformada a partir de dos


perspectivas: respuestas de la acción pedagógica a las necesidades y
características de la ciudad, y respuestas de la ciudad a necesidades
educativas de la sociedad. Ambas perspectivas son, evidentemente,
complementarias.

García (2000): “Los conceptos de “paideia” y de “polis” en la Grecia y


Roma clásicas ya se referían a la idea de ciudad educadora […]”.

La ciudad es educativa por naturaleza, y lo es a través de elementos


como las relaciones sociales, los medios de comunicación o las políticas
económicas. Todo genera en el habitante de la ciudad un modo de ser, de
relacionarse con el entorno. Así pues, la ciudad influye de un modo
importante en la gente que la habita.

La Asociación de Ciudades Educadoras

En 1990 se celebró en Barcelona el I Congreso Internacional de Ciudades


Educadoras (“La ciudad educadora para niños y jóvenes”), donde los
representantes de un conjunto de ciudades se reunieron para plantear
proyectos conjuntos con el fin de mejorar la calidad de vida de sus
habitantes.

Este Congreso y sus posteriores trabajos dieron luegar a la fundación, en


1994, de la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras (AICE).

Actualmente, casi 500 ciudades de los 5 continentes forman parte de ella,


siendo España el país con más ciudades asociadas (208).

2. El papel de la escuela en los procesos culturales


2.1. La escuela como reproductora del esquema social: Pierre Bourdieu
P. Bourdieu: Para él, la educación tiene una importancia fundamental a
la hora de mantener el capital cultural heredado.

Según él, las sociedades se dividen en 2 grupos:

1. Clases medias y altas, que, desde la superioridad social y económica,


definen qué es cultura y ven la suya como superior.

2. Clase obrera, que lo asume sin cuestionar.

3. Lo que el primer grupo entiende como cultura, acaba siendo aceptado


y deseado por el segundo, legitimando así la dominación.

Capital cultural (P. Bourdieu): Son las diferencias entre las personas en
lo relativo a su educación y cultura, al margen de su economía. A mayor
capital cultural, más posibilidades de éxito en la vida.

Para los defensores de esta teoría, el sistema educativo replica la


estructura, dando lugar así a las desigualdades derivadas del reparto
desigual de ese capital cultural.

2.2. La escuela como palanca del cambio social: John Dewey

John Dewey: Estaba convencido del papel imprescindible de la escuela


en la producción del cambio social. La escuela debe ser la plantilla de la
sociedad que queramos formar, no es solo un centro pasivo de
reproducción de esquemas sociales. Las modificaciones del sistema
escolar son signos de evolución.

2.3. Educar para la liberación: Paulo Freire

P. Freire: Concibe la educación como una acción política para la


liberación. Por tanto, el modelo de enseñanza debe ser fundamentalmente
crítico, con la finalidad de la transformación y puesta en cuestión de la
educación y modificar la estructura de las relaciones sociales.

“Pedagogía del oprimido” (1970): Es su libro más conocido. En él,


defiende que la opresión social y educativa nunca podrá liberar a los
oprimidos. La educación como práctica de la libertad requiere una
“pedagogía del oprimido”. Freire no habla de liberar al oprimido desde
una educación impuesta “desde arriba”, sino de que sean los mismos
oprimidos los que se descubran y se consideren los protagonistas de su
propio aprendizaje.

Los seguidores de Freire acusan a la escuela pública de defender la


ideología dominante, negando cualquier posibilidad de desarrollo
pedagógico.
UNIDAD 2. Definición y evolución del
concepto de familia. Modelos de familia.

1. ¿Qué es la familia?
1.1. Concepción etimológica de la familia

La familia no es solo una realidad biológica, también es una construcción


social y cultural.

Etimológicamente, la palabra “familia” procede del latín y su raíz se


relaciona con el término famulus, es decir, criado. Originalmente
designaba al conjunto de esclavos y sirvientes que servían bajo el techo
del mismo señor. Posteriormente, este significado se fue ampliando para
hacer referencia a la relación entre el llamado pater familias con su mujer,
hijos, sirvientes y esclavos. Vemos, por tanto, como, en su origen, el
concepto de familia no tiene tanto que ver con la sangre y la biología
cuanto con la casa o el linaje.

Por supuesto, la familia ha tenido connotaciones más limitadas, que


comprenden fundamentalmente a los cónyuges y a sus hijos, que viven en
un mismo lugar. Así pues, el concepto de familia es un concepto mutable,
en permanente evolución.

Se hace evidente, por tanto, la imposibilidad de estudiar la familia como


una institución inalterable e inmune a los cambios.

1.2. Definiciones del concepto

En las sociedades primitivas era habitual que dos o tres núcleos familiares
(normalmente relacionados por lazos de parentesco familiar)
permaneciesen juntos durante parte del año pero se separasen en las
épocas de escasez alimenticia.

La familia se configuraba así como una unidad económica en la que las


mujeres cuidaban de los niños y preparaban los alimentos que los
hombres conseguían.

Investigadores contemporáneos defienden que la estructura familiar


habitual en las sociedades posteriores a la revolución industrial se
fundamenta también en la utilidad puesto que capacita la herencia
cultural y económica. Estos autores defienden que lo que consideramos
como la familia “natural” es una construcción reciente en pos de su
utilitarismo social. Algunos de ellos son Rousseau, Hegel, Gustavikno,
Bourdieu o Levi-Strauss. Todos ellos, a pesar de sus distintas ideologías,
épocas y profesiones, orbitan alrededor de las mismas ideas: lazos de
sangre, unidad utilitarista relacionada con la supervivencia, la legalidad o
la economía, sentimientos afectivos, etc.

1.3. La familia hoy

La familia ha experimentado una notable evolución determinada por los


profundos cambios sociales, ideológicos, culturales y económicos que ha
sufrido España durante el último medio siglo. Ha dado como resultado un
cierto retroceso del modelo familiar tradicional, fundamentado en una
clara división de papeles y tareas entre los esposos y un auge de distintos
modelos y estructuras familiares que la sociedad ha aceptado sin grandes
resistencias.

Junto al modelo tradicional, formado por parejas heterosecuales casadas y


con hijos biológicos, aparecen, cada vez más habitualmente, familias
formadas por parejas que no están casadas, por parejas con hijos
adoptados o que han decidido no tener hijos, familias monoparentales,
parejas del mismo sexo, familias reconstituidas, etc.

Las profundas transformaciones que ha sufrido la institución familiar


durante las últimas décadas, son producto de una suma de factores
ideológicos, culturales y económicos:

4.La incorporación de las mujeres al mundo del trabajo remunerado

5.La creciente libertad sexual e ideológica

6.La consagración de los derechos individuales

7.La igualdad de género

8.La falta de oportunidades en el mercado laboral y, como consecuencia,


el retraso de la edad de emancipación

9.El aumento de la edad media en la que las parejas se unen y deciden


tener hijos

• Todos ellos son factores que explican la mayor variedad y creciente


complejidad de las estructuras familiares.

1.4. Tipos de familia

1. Familias nucleares: Es el tipo clásico de familia. El habitual y


aceptado en la sociedad del pasado. Está conformado por un padre y
una madre, unidos en matrimonio, que se ocupan del cuidado de sus
hijos biológicos.
2. Familias monoparentales: Falta uno de los dos cónyuges, así que
solo uno se hace cargo del cuidado de los hijos. Podemos establecer
una subdivisión:

• Monoparentalidad vinculada a la natalidad (madres solteras)

• Monoparentalidad vinculada a la ruptura del matrimonio

• Monoparentalidad vinculada a situaciones económicas, laborales o


sociales

• Monoparentalidad vinculada a motivos de adopción

3. Familias adoptivas: Formadas por los padres y el hijo o hijos que han
decidido adoptar.

4. Familias sin hijos: Formadas por una pareja heterosexual u


homosexual sin hijos.

5. Familias reconstituidas o compuestas: Formadas como resultado


de la unión de dos adultos que, previamente, han tenido otra pareja.
En este modelo, por lo tanto, se unen dos familias nucleares.

6. Familias homoparentales: Formadas como resultado de la adopción


de un hijo por una pareja homosexual.

7. Familias extensas: Otros miembros de la familia, habitualmente los


abuelos, viven junto a los padres e hijos y comparten con aquellos la
crianza de estos.

1.5. Tipos de familia según modelo educativo

Las familias también se pueden clasificar según las distintas relaciones


que se establecen entre padres e hijos.

1. Modelo permisivo: Es el modelo más extendido. Los padres son


sobreprotectores y hacen lo posible por privar a sus hijos de todo
sufrimiento o dificultad. Pueden acabar debilitando el carácter y la
voluntad de los niños a través de acciones inadecuadas como, por
ejemplo, hacer los deberes por ellos.

2. Modelo democrático: Es el modelo ideal. Se busca consenso e


igualdad entre padres e hijos. Se cree en el diálogo. Los padres buscan
explicar la lógica de sus actuaciones a los hijos, pero esto no quiere
decir que prescindan de cierta firmeza en las situaciones necesarias.

3. Modelo autoritario: Los padres dictan las normas sin atender a las
opiniones y necesidades de los hijos. No negocian y son muy
exigentes. A menudo aplican castigos para imponer que los hijos
actúen como ellos les exigen. Es frecuente que los niños tengan baja
autoestima e inmadurez.

4. Modelo indiferente: Los padres no sienten demasiada implicación en


la educación de sus hijos, les dan una completa libertad en la toma de
sus decisiones. Las normas son excasas o inexistentes, así que nunca
recurren al castigo. El nivel de exigencia, así como también el de
afecto y comunicación, es bajo entre padres e hijos. Como
consecuencia, los hijos suelen tener mal rendimiento escolar, baja
autoestima y poca confianza en sí mismos.

2. Políticas de apoyo a las familias


Las políticas familiares se han tenido que adaptar a marchas forzadas a
las nuevas realidades.

La familia, como núcleo fundamental de la sociedad, debe ser protegida y


reconocida de manera especial. Así lo reconoce el artíuclo 39 de la
Constitución Española de 1970. En este artículo, establece la
responsabilidad de los poderes públicos en cuanto a protección social,
económica y jurídica de la familia, a la vez que aseguran la protección
integral de las madres independientemente de cual sea su estado civil.
Así pues, las Administraciones Públicas se comprometen a dotar a las
familias de los servicios y prestaciones que necesiten para atender sus
necesidades básicas.

Algunas de estas ayudas son:

• Prestaciones económicas por parto o adopción de hijos.

• Nacimiento o adopción de hijo en los supuestos de familias numerosas,


monoparentales y en los casos de madres con discapacidad igual o
superior al 65 %.

• Asignación económica por hijo o menor de edad a cargo con una


discapacidad igual o superior al 65 %.

• Permiso de maternidad de hasta 16 semanas ininterrumpidas y de


paternidad de hasta 10 semanas ininterrumpidas.

• Además, permiso de paternidad de 5 semanas ampliables a dos más por


cada hijo a partir del segundo.
• Reducciones de jornada laboral para alimentar al recién nacido menor
de 9 meses.

• Prestaciones económicas para personas desempleadas con cargas


familiares.

• Programas de fomento del empleo para personas con hijos menores de


edad.

Beneficios y reducciones fiscales en el IRPF por hijos a cargo y otras


circunstancias familiares.
UNIDAD 3. Familia y escuela

1. La difícil relación entre familia y escuela


El ámbito familiar constituye un lugar privilegiado para la primera
socialización de las personas, tiene un papel clave. Pero algunos opinan
que esta función de la familia ha ido disolviéndose cada vez más en la
medida en que ha ido a recaer entre las obligaciones de una escuela que
asumiría cada vez más funciones que no debería. Antes la división de
funciones estaba clara (“la escuela enseña, la familia educa”), pero hoy la
escuela está acumulando ambas funciones.

Ante esta situación, la necesidad de una mayor relación entre ambos


mundos, de una creciente implicación de las familias, se torna evidente.
Una solución es la implicación de las familias en actividades
extraescolares o complementarias (charlas), así como también en la
buena gestión del colegio.

Padres y profesores están obligados a encontrarse, no pueden evitar


relacionarse. Aunque unos hablan de hijo y otros de alumno, en realidad
están hablando del mismo niño. Se trata de dos contextos diferentes, pero
de un solo niño, y es esta unidad la que obliga a padres y maestros a
tener que ponerse de acuerdo en qué es lo mejor para su desarrollo.

1.1. Dificultades para la colaboración familia-escuela

Sin embargo, a pesar de ser conscientes de la necesidad de esa acción


conjunta, no siempre se produce. Veamos algunos motivos:

10. Escaso sentimiento de pertenencia: La sociedad es individualista, los


intereses personales suelen anteponerse a los colectivos.

11. Desinformación: A veces los padres y madres desconocen qué pueden


aportar.

12. Falta de tiempo

13. Falta de implicación: Hay padres que no se preocupan por las


cuestiones escolares de sus hijos.

14. Desmotivación: Muchas familias sienten que no tienen nada que


aportar, son inseguros a la hora de colaborar, sienten que los
profesores tienen una mejor formación que ellos.
15. Desconfianza de los profesores: Tienen miedo de que una mayor
presencia de las familias en sus centros educativos supondrá un
aumento del control y la exigencia.

1.2. Las familias: ¿cogestoras o clientes?

Muchas familias tienden a considerarse una especie de “clientes” del


sistema educativo: se limitan a exigir servicios y a elegir el centro que
más satisface sus preferencias.

En los últimos tiempos, hemos ido viendo cómo se juzga a los centros
escolares desde los criterios del mercado: calidad, demanda, resultados,
etc. Los centros, por tanto, tienen como objetivo atraer y convencer a los
alumnos y sus familias.

Este modelo puede llegar a desplazar a las familias al papel de meros


consumidores, un rol que menoscaba la posible contribución del mundo
familiar en la configuración de la escuela.

2. ¿Cómo se regula la colaboración de las familias?


2.1. El Consejo Escolar

Ley General de Educación (LGE) (1970): Ya reconocía la participación y


representación de las familias en la escuela mediante el Consejo Asesor,
pero era solo un órgano consultivo, con voz pero sin voto.

Constitución (1978) [Art. 27]: Reconoce el derecho de madres y padres a


participar en la gestión y el control de los centros educativos.

Ley Orgánica por la que se regula el Estatuto de Centros


Escolares (LOECE) (1980): Reconoce las Asociaciones de Padres de
Alumnos (APAs), cuyas competencias son la defensa de los derechos de
los padres en todo lo relacionado con la educación de sus hijos o la
participación activa en los órganos colegiados del centro.

LODE (1985): Creó el Consejo Escolar del centro, órgano de gobierno


colegiado en el que están representados todos los miembros de la
comunidad educativa, su constitución es obligatoria en todos los colegios
públicos (los privados no están obligados) y sus decisiones no son solo
consultivas, sino vinculantes. Los miembros que lo componen son los
representantes del centro (director, jefe de estudios, profesores y
secretario), el ayuntamiento, los padres (AMPA), los alumnos y el personal
de administración y servicios.
LOE (2006): Reconoció a los Consejos Escolares más competencias, como
por ejemplo:

Aprobar y evaluar los proyectos y las normas referentes a la autonomía de


los centros (como el PEC).

Aprobar y evaluar la programación general anual del centro.

Participar en la selección del director.

Decidir sobre la admisión de alumnos.

Conocer la resolución de conflictos disciplinarios y velar porque se


atengan a la normativa.

Proponer medidas e iniciativas que favorezcan la convivencia en el centro.

Promover la conservación y renovación de las instalaciones y equipo


escolar y aprobar la obtención de recursos complementarios.

Analizar y valorar el funcionamiento general del centro y la evolución del


rendimiento escolar.

LOMCE (2013), “Ley Wert”: Retoca algunas de estas competencias.


Básicamente, donde en la LOE los miembros del Consejo Escolar podían
aprobar, decidir, proponer, fijar y reconocer, ahora únicamente pueden
conocer e informar sobre los diferentes asuntos.

“Promover la conservación y renovación de las instalaciones y


equipo escolar y aprobar la obtención de recursos complementarios.”
(LOE, 2006)

“Promover la conservación y renovación de las instalaciones y


equipo escolar e informar la obtención de recursos complementarios.”
(LOMCE, 2013)

2.2. Las AMPAs

La AMPA tiene personalidad jurídica propia y carece de ánimo de lucro. Su


financiamiento principal suele provenir de las cuotas de los socios, así
como de las subvenciones de las Administraciones. La permanencia de
cada participante depende del tiempo que esté su hijo escolarizado en el
centro, lo que, cada cierto tiempo, supone una renovación asegurada de
sus componentes.

Algunas de sus funciones son:


Gestionar servicios para el alumnado (búsqueda de monitores de
comedor, reutilización de libros de texto, organización y contratación
de actividades escolares, etc.)

Organizar actividades para las familias (cursos y ocio) y para el conjunto


de la comunidad educativa (celebraciones, jornadas artísticas y
deportivas, etc.)

Ofrecer ayuda a familias en situaciones de vulnerabilidad económica y


social.

Defender los intereses de las familias ante la dirección del centro escolar.

Una investigación concluyó que las AMPAs están en una situación de


precariedad y escasez de medios. Por ejemplo, el 50% no dispone de
ningún apoyo económico al margen de las cuotas de los socios, y 8 de
cada 10 dispone de menos de 20 miembros.

2.3. Las confederaciones de AMPAs

Las AMPAs tienen la posibilidad de asociarse en confederaciones como


forma de representación superior de sus intereses, lo que les permite
tener una mayor representatividad ante las autoridades educativas.

La CEAPA y la CONCAPA son las dos mayores confederaciones en España.


Entre ambas asociaciones representan el 95% de la AMPAs de toda
España.

CEAPA (Confederación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos):


Defensa la escuela pública, única y aconfesional.

CONCAPA (Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y


Padres de Alumnos): Promueve una formación acorde con sus propias
creencias y convicciones católicas.

Ambas asociaciones han mantenido frecuentes posturas encontradas


acerca de, por ejemplo, la introducción (o no) de la asignatura de Religión
al currículum.
UNIDAD 4. Origen y desarrollo de la
escolarización obligatoria y pública

1. La escolarización en la España del s. XIX: La Ley


Moyano
En España, la educación pública tiene sus orígenes en el s. XIX. La
Constitución de 1812 (la “Pepa”), promulgada por las Cortes de Cádiz,
recogía la educación como asunto de interés nacional.

El estado de la educación en España en aquellos años era muy crítico:


índice de analfabetismo superior al 80%, más del 40% del profesorado no
poseía titulación específica…

La EP dependía del municipio, mientras que la educación media y superior


dependía del Estado. Los ayuntamientos no daban importancia a la
educación (no dedicaban presupuesto a las escuelas y las cifras de
asistencia eran alarmantemente bajas).

Hasta que en 1857 se promulga la Ley Moyano:

16. Fomentaba la construcción de escuelas, especialmente en las


capitales de provincia y en poblaciones superiores a 10.000
personas.

17. Continuó el criterio de dos etapas de enseñanza, elemental y


superior, y estableció el principio de gratuidad para quienes no
pudieran pagarla.

18. La escolarización era obligatoria hasta los 9 años.

19. Establecía el número de escuelas públicas elementales en relación al


número de habitantes de la población.

20. Como mínimo un tercio debían ser escuelas públicas.

21. Para la enseñanza media la ley contemplaba institutos públicos


divididos en tres clases:

1ª clase: Madrid

2ª clase: Capitales de provincia o pueblos con universidad,

3ª clase: Demás poblaciones.


Las universidades y escuelas superiores y profesionales eran públicas y
sostenidas por el Estado.

Conclusión: la ley, hija de su tiempo, mantenía una concepción elitista de


la educación superior y concedía a la Iglesia un gran control sobre
los contenidos educativos. Aun así, representó un avance decisivo
porque establecía, por primera vez, la obligatoriedad de la
enseñanza en niños menores de 9 años y la posibilidad de que el
Estado costease su educación.

2. La escolarización pública durante el s. XX


2.1. El primer tercio de siglo

El s. XX se caracteriza por una crisis de conciencia nacional provocada por


las pérdidas de las últimas colonias españolas (Cuba y Filipinas). Ese
nuevo cuestionamiento de qué éramos y debíamos ser se llama
“regeneracionismo”. Este regeneracionismo se preocupaba por el
problema de la educación: defendía que la escuela pública debía ser una
escuela nacional, para los hijos de todas las clases sociales, no un centro
asistencial enfocado a los hijos de los desfavorecidos.

En 1900 se crea el Ministerio de Instrucción Pública y en 1901 los


maestros pasan a ser considerados como funcionarios del Estado.

En 1876 Giner de los Ríos funda la Institución Libre de Enseñanza,


cuya influencia se hará evidente en las nuevas actuaciones políticas
educativas.

2.2. La educación durante la 2ª República

La labor de las Misiones Pedagógicas resultó importantísima en el


ámbito rural. Buscaban aproximar la cultura a las poblaciones más
aisladas del país.

En estos años encontramos también una importante intención de asentar


el laicismo en la enseñanza.

Entre 1933-1935 gobernó la República la coalición formada por el Partido


Radical (Lerroux) y la CEDA. Durante estos 2 años hubo un cambio de
rumbo en las políticas educativas de la República: se volvió a la educación
separada por sexos, disminuyeron las plazas para nuevos maestros y se
eliminó la Inspección Central de Primera Enseñanza.
Desde 1936, el Frente Popular (coalición de izquierdas) retomó las
políticas educativas e intensificó la construcción de nuevas escuelas y las
convocatorias de plazas de maestros.

Pero esta situación quedó interrumpida con la Guerra Civil (1936-1939).

2.3. La educación durante el franquismo

Los posicionamientos religiosos, sociales y políticos del franquismo


determinarán absolutamente los valores que se transmitían en la
educación.

La cuestión educativa se entregó en estos años, principalmente, a la


iglesia católica.

La educación franquista se levantó sobre una serie de principios:


patriotismo, catolicismo, disciplina, jerarquía social, etc.

En estos años encontraremos también los problemas del analfabetismo y


las tasas bajas de escolarización.

Con el desarrollismo de los años 50 empezaron a llegar campañas


oficiales de alfabetización, la potenciación de la FP, la adopción de
medidas liberalizadoras en el ámbito universitario o la puesta en marcha
del plan quinquenal de construcciones escolares.

2.4. La Ley General de Educación (LGE)

• Generalización de la educación de los 6-14 años.

• Preocupación por la calidad de la enseñanza.

• Fin del principio de subsidiariedad del Estado: la ley reconoce la


función docente del Estado en la planificación de la enseñanza y en la
provisión de puestos escolares.

• Presencia notable de la enseñanza privada en los niveles no


universitarios.

• Preocupación por establecer relaciones entre el sistema educativo y el


mundo laboral.

• Configuración de un sistema educativo centralizado, que trajo consigo


una uniformidad en la enseñanza.

• Gracias a todo esto, aumentaron las tasas de escolarización en todos


los niveles.

2.5. La educación durante la democracia


Tras la muerte de Franco, se fueron produciendo cambios sustanciales en
todos los ámbitos de la sociedad, cambios que requerían una nueva
organización del sistema educativo.

Uno de los cambios más importantes fue la aprobación de la


Constitución de 1978, que consagró el llamado Estado de las
Autonomías, en el que las competencias educativas se repartieron entre
las administraciones autonómicas.

Otro cambio fue la integración de España en la Comunidad Europea. Todo


ello derivó en un incremento de la demanda de educación y en una mayor
escolarización.

En 1990 se promulga la Ley de Ordenación General del Sistema


Educativo (LOGSE):

EP y ESO pasaron a conformar los 10 cursos (6-16 años) de enseñanza


básica, obligatoria y común para todos los alumnos.

EP quedó organizada en 3 ciclos de 2 cursos cada uno, y ESO en 2 ciclos


de 2 cursos cada uno.

2.6. Otras declaraciones

La Declaración de los Derechos Humanos se promulgó en 1948. En


su artículo 26 reconoce que:

Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser


gratuita. […] La educación elemental debe ser obligatoria.

La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de las personas; […]


favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas
las naciones […].

Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que


habrá de darse a sus hijos.

Pero esta Declaración no constituye un documento vinculante y


obligatorio para los Estados, sino que se considera una base desde la que
adquirir compromisos internacionales y aparece como un referente
ineludible en las Constituciones de varios países, como España.

El artículo 26 supone un hito en la historia de la educación pública y


obligatoria, pues es la primera vez que se habla de ella como un “derecho
universal” concretado en la obligación de los gobiernos de costear una
enseñanza elemental.
En 1959 la ONU aprobó la Declaración Universal de los Derechos del
Niño; o, mejor dicho, adoptó y amplió la llamada “Declaración de
Ginebra”. El principio 7 de la Declaración dice: “El niño tiene derecho a
recibir educación gratuita y obligatoria por lo menos en las etapas
elementales. Se le dará una educación que favorezca su cultura general y
le permita desarrollar sus aptitudes […]”.

2.7. Retos actuales

Después de la Declaración de los Derechos Humanos y de la Declaración


Universal de los Derechos del Niño aún queda mucho por hacer, aunque
han habido avances:

• Más de 50 millones de niños en el mundo no están escolarizados, sobre


todo en África y Oriente Medio y especialmente las niñas.

• A día de hoy la tasa de alfabetización ha subido hasta el 86%. No


obstante, aproximadamente 750 millones de adultos en el mundo son
analfabetos.

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