MATONES Y CUADRILLEROS (Origen y evolución de la violencia en el occidente colombiano)
La violencia de los años treintas y cincuentas se desarrolló durante el cambio de
hegemonía marcada por una presión armada ejercida por liberales hacia conservadores ligada a los pleitos con colonos en auge desde 1925 y por el control y manejo electoral del conflicto agrario por parte de los liberales. Esta es su relación con “los pájaros” ya que se desarrollaron en el conflicto agrario, en la violencia de los treintas, y fueron estos los que presionaron por medio de las armas el cambio de ideología política durante los años treinta, en regiones como Cundinamarca y Tolima hubo una lucha abierta y de masas por la tierra influenciados por fuerzas distintas al liberalismo y conservatismo, mientras que en el Valle la lucha por la tierra fue individual y guiados por sectores del liberalismo que permitió el manejo electoral por parte de los partidos tradicionales. Todo esto sirvió para el estudio de este libro debido a la conexión entre estos procesos de los treinta con la violencia de los cincuenta ya que sumado a la manipulación del conflicto agrario entro “la revolución en marcha” de Lopez Pumarejo que logro hacer que el proyecto burgués-terrateniente cogiera fuerza asentándose así la ideología liberalista y su electorado en ciudades y poblaciones del Valle; esto hizo que los conservadores se alarmaran e inventaran estrategias para nivelar el electorado. Estas acciones llevaron al poder a Laureano Gómez en 1949 que consideraba que debía consolidar su apoyo en zonas rurales porque en las grandes y medianas ciudades los liberales eran muy fuertes. La violencia de los treintas y cincuentas no está constituida por la descomposición campesina sino por el manejo electoral y la manipulación partidista del conflicto agrario, en el valle y otras regiones el electorado fue manejado por caciques y gamonales que por lo general eran antiguos generales-terratenientes de las pasadas guerras civiles que ahora se habían convertido en prósperos hacendados, también eran fundadores de pueblos, abogados, funcionarios públicos y comerciantes. El factor común entre estos caciques y gamonales es que eran manipuladores de votos y elecciones, dispensadores de favores y jueces de pleitos rurales; eran estos el enlace jerárquico por el cual los partidos manipulaban sectores rurales haciendo así que alcaldes, jueces y policías siguieran sus órdenes. Otros factores que favorecieron la manipulación electoral fue la creación y modificación de varias leyes como la ley 47 de 1926, que favorecieron la adquisición
de terrenos baldíos dando posibilidad de manipular electoralmente estas
adjudicaciones, dando estos terrenos a colonos y parceleros desalojados a cambio de fidelidad política. Los orígenes de las disputas violentas en el Valle, estuvo dada como disputa agraria. Los terratenientes locales disputaban las tierras con migrantes de departamentos como Nariño, Quindío y Antioquia, estos hacendados de trayectoria en el valle reclamaban las tierras ocupadas por colonos que huían de la guerra de los mil días, tierras que más tarde se transformarían en los ingenios de azúcar característicos del valle, hay que tener en cuenta que esta violencia en el valle se inició no tanto por pasiones políticas (aunque como es lógico existieran) sino por interese netamente individuales, interés material y por fuera de organizaciones o instituciones todo esto ocurrido hacia los años treinta. Sin embargo ya cuando se habla de violencia bipartidista ya hacia los años cincuenta los autores hablan de dos categorías de violencia bipartidista en el Valle, la “violencia por arriba” asociada a la superestructura de la sociedad, es decir control político de zonas, poder político y ideologías de orden político relacionada con la primera ola de violencia; y la “violencia por abajo” ligada con la infraestructura de la sociedad, la gente del común que participo en la violencia, sus intereses y necesidades y venganzas; desatada por disputas por el café, terrenos, intereses económicos, lucro personal, etc. Los autores la relacionan con la segunda ola de violencia remontándonos aproximadamente hacia el año 1954. En este sentido podríamos decir que todo tipo de violencia bipartidista tiene matices de “violencia por arriba” y “violencia por abajo”, y que hay intereses personales, individuales y de lucro en todo acto de violencia. Se puede decir que la violencia en el Valle se gesta como una venganza por parte de los conservadores hacia los liberales, debido a la violencia ejercida por la republica liberal desde los años treinta con la subida de Olaya Herrera al poder, este triunfo tuvo características de verdadera guerra ya que desde antes de aquellas elecciones ya habían amenazas de incendios por parte de los liberales hacia las casas de los conservadores “ Godos hifueputas, del siete de agosto en adelante las casas que tengan con techo de paja las quemaremos y las que tengan teja de barro, les meteremos dinamita”. Esta venganza se da entonces como la “Concervatización del Valle” que tuvo repercusión en casi toda la zona norte del departamento, incluso Cali su capital fue escenario del conflicto. “Los Pájaros” los principales actores de este conflicto que fueron un grupo armado ilegal conformado por campesinos y habitantes de filiación conservadora encargados de asesinar e intimidar a los residentes y campesinos liberales, a estos se les pagaba buenas sumas de dinero por hacer sus “trabajitos”.
Una oscura empresa se tejía en el Valle, asesinos a sueldo (sicarios) amparados
por la ley, actuaban a sangre fría y sin sentir algún remordimiento, de hecho ellos creían ser la propia ley, la mano de dios en el mundo, los corregidores, estos gozaban de total patrocinio por parte de sus jefes, que estaban a su vez representando la ley. Además ofrecían sus servicios convencidos de sus convicciones conservadoras. Estos fueron artificies de grandes masacres en el valle; Por ejemplo Betania Valle un pueblo conformado en su mayoría por liberales se convirtió en punto de ataque para los pájaros, en el corregimiento de San Rafael decenas de pájaros al mando de León María Lozano “El Cóndor” y Lamparilla (Jefes de los pájaros) asesinaron al menos a unas 30 personas de afinidades liberales, estas y otras masacres perpetradas por “los pájaros” hicieron del norte del Valle uno de los escenarios más sangrientos de la violencia en Colombia.