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). Recogida de información.

 Su formalización permite la obtención de información clave


para la gestión, tanto general del negocio como particular de cada una de las áreas de la
compañía.
2). Planificación de actividades. Su elaboración debe ser el resultado de una planificación
detallada de actividades en las que se definan los objetivos de cada una de ellas y los
recursos necesarios para su implantación.
3). Intervención de todas las áreas de la compañía. Cada una de ellas debe aportar sus
planes específicos, y colaborar con otras dependencias en aquella información que pudiera
ser relevante para la formulación de las actividades de las mismas.
4). Determinación de los fines para cada una de las áreas. El presupuesto permite
concretar cuáles son los objetivos para cada una de las mismas y, en consecuencia, facilita
el seguimiento de los mismos para el periodo definido.
5). Herramienta de motivación y seguimiento de los planes. Su formulación posibilita
una planificación adecuada de los planes a realizar y, consecuentemente, establecer
incentivos para cada uno de los responsables involucrados.
6). Control. Uno de los elementos derivados de la gestión del presupuesto es la posibilidad
de establecer el control sobre las actividades claves de la compañía. Por lo tanto, permite la
toma de decisiones en el caso de desviaciones respecto de los objetivos planteados.

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