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Que difícil ha de ser tratar de enmarcar toda esta situación en una explicación contundente,

tratar de buscar o enlazar desde donde penden los hilos que nos sujetan, qué los sostiene o
qué es aquello que los mueve o ¿acaso no es nada?, resulta conflictivo incluso el modo de
convivencia en estos tiempos, todo totalmente virtualizado, viralizado incluso la moral se
difumina. Pero ¡hey!, todo el mundo ha enloquecido, todos nos estamos convirtiendo en eso
que negábamos siempre, de qué sirve hacer críticas en este momento, ¿vale de algo?, igual
nuestra opinión está relegada, parece que cada quien saca lo peor de sí pero esta vez con
más fuerza, es como si cada quien sintiera que el fin está cerca, como si algo nos
persiguiera y queremos ir a toda prisa, tratando de solucionar cosas que nunca resolvimos.

Y el estado, como se ríe, todas sus malditas promesas idílicas, que no son más que una
blasfemia ante este pueblo cansado, abrumado y angustiado por su desenlace, que
tragedia, todo se está agotando: el dinero y la paciencia para algunos, pero al parecer la
satisfacción de algún placer por nimiedad que parezca parece muy relevante, es como si se
buscaran ánimos de vivir saciando deseos, es una libertad a medias, poder revolcarnos en
todo nuestro lodo de porquerías y deseos, pero y ¿¡qué!? si luego volvemos a mirar a
nuestras alacenas y el hambre no dará espera.

¿Qué papel juega la locura en todo esto?, y qué es la locura, cómo debemos tomar la
muerte de los otros si siempre tenemos duelos tan fugaces, ahora asumimos la muerte de
un montón como si fuesen hechos y ya. Aunque eso es lo que hemos hecho toda la vida de
alguna manera, omitir, omitir y omitir; encubrir la muerte de más de mil líderes sociales
asesinados, si aquí en Colombia, cuántos casos de discriminación producen muertes, en
Siria cuanta gente no murió y no por una pandemia, todo es un asco, genera bastante
repugnancia, todo huele mal, qué plan tan macabro se lleva a cabo en medio de la vida,
será que todos queríamos esto, será que no. Cuál es la manera correcta en la que el mundo
debería operar, será esa a la que el estado o la comodidad o la costumbre nos subyugo
siempre?

¿Qué sigue ahora? Una comunidad estúpida, llena de dudas o quizá nisiquiera ocupada de
dudas sino de vacíos, todo esto por sumergir su cabeza en reality shows y mierdas de ese
estilo, o tratando de satisfacer su propio bienestar sexual, amoroso o del tipo que fuese.
Quizá a la gente de las universidades nos quieren torpes intelectualmente, y así: -Cómo
creer en la transformación, creíamos en ella?, que ridiculos fuimos, todos sus planes a
futuro se han jodido.

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