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En tiempos de Pandemia, las residencias artísticas son virtuales

Manuel Antonio Velandia Mora


Abril 2020
Todo es demasiado frágil, demasiado dinámico y, por cierto, demasiado asincrónico, dice la
intelectual Carolin Emcke (Alemania, 1967), refiriéndose a los efectos de la pandemia de la Covid
19. Precisamente esta epidemia es la que me ha llevado como ARTivista a realizar un proyecto
fotográfico sobre mi experiencia como artista y su relación con el proceso de vivir en carne propia
la cuarentena.
Soy Manuel Antonio Velandia Mora; fui invitado por el Museo
Q, de Colombia, a participar en una residencia artística virtual.
La idea de estar en una residencia de este orden me pareció
muy creativa y la vi como una manera de seguir activo en mi
proceso, de moverme en una temporalidad y espacialidad
híbrida, lo que me implica una ruptura en la manera como se
muestra el arte ya que los trabajos se verán a través del
Instagram de dicho museo, y también en el proceso de
curaduría.
El Museo Q se vio obligado a parar sus exposiciones
presenciales organizadas en diferentes ciudades colombianas;
recurrió a las redes virtuales para crear una residencia artística.
Residir en @museoq es un proyecto de confianza mutua. A les
artistas nos dan acceso a la cuenta de Instagram del Museo Q para que durante una semana
podamos circular contenido e interactuar con los seguidores y con otras personas que lleguen a
los posts. Es la residencia virtual, el artista es quien decide qué hacer y cómo hacerlo,
considerando sus propios tiempos, intereses y disciplina artística con el acompañamiento
constante con los integrantes del colectivo de museología queer.
Yo he optado por trabajar desde 2 frentes; el primero de ellos, una serie de selfies; el 2º, utiliza
para la reflexión una fruta tropical llamada granadilla. Con las imágenes creadas pretendo, por un
lado, reflexionar sobre el mutismo propio de la introspección, y por el otro, mostrar el desgarro
físico y emocional y el vaciamiento de emociones que genera el encierro y la falta de vínculo
social.
A la obra la he llamado “Quadraginta: Construcción y deconstrucción del ser”. Considero que no
solemos pensar sobre nosotres mismes. La enfermedad, experienciada o temida, nos hace
pensarnos finitos. El miedo al contagio construye en nosotres temores infundados, desazones
marinadas en nostalgias. La lágrima se hace fácil. Aun sabiéndome mortal, habiendo aceptado la
muerte como el fin de toda existencia y el suicidio como alternativa viable a la vida no deseada, el
contagio tiene la propiedad de sacarme del cauce frente a la incertidumbre de un no sé qué y un
sin saber cómo, ni cuándo.
La atención emocional que produce la pandemia me ha obligado a centrarse y fortalecerme para
salir airoso de ella. Puedo describir el proceso creativo, como un respiro profundo, en el que me
apego a mis adentros y me obligo a crear. No puedo dejar que la pesadumbre me acompañe ni
que la inactividad sea mi destino. La creación es mi lenguaje, es la manera de sentirme vivo, de
seguir produciendo, de dar sentido a la experiencia.
Yo, como la mayoría de personas en cualquier lugar del mundo en el que los sujetos no están
preparados para estar a solas y en silencio, temo llegar a extremos emocionales y me decidí a
contemplar de otra manera la soledad. Tengo claro que no puedo abandonarme y dejar que los
días pasen sin sentido. Por mucho tiempo he vivido solo, por largos periodos he decidido
quedarme aislado en casa. La soledad ha sido para mí, fundamento creativo, es razón poética,
filosófica y artística.
La vida es mi principal proyecto y mis propias vivencias, la savia que nutre la fluidez de mi espacio
simbólico. Mi propia vida se convierte en la forma, el lenguaje y la esencia de mi expresión. Es esto
lo que espero se logre ver en las imágenes, en los poemas, en el corto video arte que acompañará
la muestra.
Me atrajo aceptar la invitación del Museo Q porque éste no representa a tod*s, no es la voz
legítima para hablar de la vivencia de las orientaciones sexuales o las identidades de género no
hegemónicas, pero si lo entiendo como un grito y apuesta por un espacio para que l*s
“anormales” y “l*s rarit*s” del paseo den/demos un paso adelante para decir: ¡Nuestras memorias
importan!
El proceso de curaduría pre y durante la muestra conlleva una serie de encuentros virtuales en los
que muestra la obra. Inicialmente mostré seis alternativas de trabajo, en un proceso de tirar y
soltar la cuerda, logramos ponernos de acuerdo en mostrarme a mí mismo y de representar el
proceso interior. Por una parte, se optó por mostrar parte de un proceso realizado durante las 2
primeras semanas de la cuarentena, y sumar la producción de 2 nuevas imágenes que pudieran
dar significancia a todo el proceso de introspección. Desde otra óptica, ya había realizado algunos
selfies en que trabajaba sobre partes de mi cuerpo, y otros en las que siendo yo el protagonista no
mostraba mi cara, creando así una aproximación con el espectador, en la que cada uno puede
verse de alguna manera representado en la obra.
Un 3er elemento de la muestra virtual, ha sido el trabajo con la poesía. Más que construir textos
teóricos, el curador rescata fragmentos de poemas, que de alguna manera explican las obras que
acompañan. Cada día se muestran 2 piezas y un fragmento de poema. El proceso dura 7 días.
Terminar con un corto videoarte. La exposición se matiza con una lectura de poemas y una
entrevista con el curador, del proyecto residir Luis Carlos Manjarrés, curador del MuseoQ y de
otros museos en Colombia.

En la curaduría y residencia virtual está abierta a artistas queer o que su trabajo se oriente a temas
centrados en sexualidad, identidad y expresión de género. Cada artista está en la residencia
durante una semana. Hasta la fecha algun*s artistas confirmados son Ángela Navarro, Ricardo
Avendaño, Juli Santa Putricia, Laura Roa, El Colectivo Féminas ilustradas, Germán Paley y David
Escobar. Yo soy el segundo en residir en el Museo Q. y mi proceso inició este miércoles 22 de abril.
La obra cambia todos los días; cada día que el espectador visita el museo puede ver el último
trabajo producido y la retrospectiva de lo que se ha venido mostrando en días anteriores, al igual
que ver la obra de los artistas que fueron residentes previamente.
La exposición puede visitarse día a día a partir del 22 de abril 2020, en el siguiente link en
Instagram https://www.instagram.com/p/B_SR8ZmJYZO/

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