Está en la página 1de 7

sábado, 13 de abril de 2013

C.G. Jung y Alcohólicos Anónimos, algunas


observaciones, parte # 1

C.G. Jung y Alcohólicos Anónimos, algunas observaciones,


parte # 1

El común escuchar en los grupos de Alcohólicos Anónimos (AA) que


su programa se debe o surgió del consultorio de Carl Jung. En la
literatura de AA se cita la siguiente historia, que aquí presentamos
de manera resumida.
 
Se dice en el libro Alcohólicos Anónimos, el texto fundador del
movimiento, conocido también como libro azul o libro grande, que
un hombre de negocios norteamericano “apto y con buen sentido”
había pasado de un sanatorio a otro para tratar su problema de
alcoholismo y que fue a Europa donde siguió un tratamiento con
Carl G. Jung, al finalizarlo “creía haber adquirido tal conocimiento
del funcionamiento interior de su mente y de sus resortes
escondidos, que una recaída era algo inimaginable. A pesar de esto,
al poco tiempo estaba borracho” (pág. 24, 3era edición, versión en
español 1990).
Se dice que volvió donde Jung y que este le dijo “tiene usted la mente
de un alcohólico crónico (…) nunca he visto recuperarse a nadie”. El
hombre de negocios (después llamado Rowland H. en la literatura de
AA) le preguntó “¿no hay ninguna excepción?” y Jung le contestó:
“Sí, sí la hay (…) Aquí y allá, de vez en cuando, algunos alcohólicos
han tenido experiencias espirituales vitales (…) Parecen ser de la
naturaleza de enormes desplazamientos y reajustes emocionales”
(pág. 25).
 

En otra publicación de AA llamada “Tres charlas a sociedades


médicas por Bill W., co-fundador de AA” se da una versión
ligeramente distinta del discurso de Jung. Supuestamente le dijo a
Rowland H., además de lo anterior: “La fe religiosa corriente no es
suficiente. De lo que yo hablo de una experiencia transformadora,
una experiencia de conversión* si le parece mejor el término. Solo
puedo recomendarle que se sitúe en la atmósfera religiosa de su
escogencia (…) y que se entregue a cualquier Dios que usted crea que
exista. El rayo de la experiencia transformadora podría entonces
golpearlo”. 
En la autobiografía de Carl G. Jung Recuerdos, sueños,
pensamientos –Editorial Seix Barral- Jung da una visión
completamente distinta del proceso terapéutico con dicho hombre
de negocios, además de decir que no era “alcohólico” sino una
neurótico corriente con un pavoroso complejo materno: 

“Un colega americano me había enviado un paciente. El diagnóstico


decía «neurastenia alcohólica». El pronóstico le calificaba de
«incurable». (…) Vino a las horas de consulta y después de que hube
conversado un poco con él advertí que el hombre tenía una
neurosis corriente de cuyo origen psíquico él no sospechaba
nada. Hice con él la prueba de asociación y por ello supe que sufría
las consecuencias de un formidable complejo materno.
Procedía de una rica y distinguida familia, tenía una simpática mujer
y, por así decirlo, carecía de preocupaciones aparentemente. Sólo
que bebía demasiado y esto era un desesperado intento de
narcotizarse para olvidar su agobiante situación.
 
Naturalmente, por este método no logró librarse de sus dificultades.
Su madre era propietaria de una gran empresa y el hijo,
extraordinariamente inteligente, ocupaba en ella un puesto
directivo. Realmente hubiera debido sustraerse mucho antes a la
humillante subordinación de su madre, pero no podía decidirse a
sacrificar su brillante posición. Así pues, quedó ligado a su madre,
que le había facilitado su puesto. Siempre que estaba con ella o debía
someterse a una de sus intromisiones comenzaba a beber para
adormecer sus afectos o bien liberarse de ellos. En el fondo, sin
embargo, no quería abandonar el confortable nido, sino que se
dejaba seducir, en contra de sus propios instintos, por la comodidad
y el bienestar.
 
Después de un corto tratamiento dejó de beber y se consideró
curado. Pero yo le dije: «No le garantizo que no vuelva a
caer en la misma situación si regresa a su antiguo
puesto.» No me creyó y regresó con buenos ánimos a América.

Apenas estuvo nuevamente bajo la influencia de su madre, reincidió


en la bebida. Entonces fui llamado por su madre, que se encontraba
de paso en Suiza, para una consulta. Era una mujer razonable, pero
de un carácter de mil demonios. Me di cuenta de con quién debía
enfrentarse el hijo y supe que éste no disponía de las fuerzas
necesarias para oponerse.
Físicamente era él de aspecto algo delicado y en condiciones de
inferioridad respecto a su madre. Así pues, me decidí por un golpe
de fuerza. En ausencia del hijo, extendí ante ella un certificado de
que él, a causa del alcoholismo, no podía desempeñar por más
tiempo su cargo en el negocio. Debía ser despedido. Este consejo fue
cumplido y naturalmente el hijo se indispuso conmigo.
 
En este caso realicé algo que, normalmente, no es fácil de conciliar
con la conciencia médica. Pero sabía que debía aceptar sobre mí esta
responsabilidad para bien del paciente.

¿Cómo se desarrolló el caso en lo sucesivo? Se separó de su madre y


pudo desenvolver su personalidad: hizo una brillante carrera pese a
o a causa del drástico tratamiento. Su mujer me estaba agradecida,
pues su marido no sólo había superado el alcoholismo, sino que
seguía su propio camino con sumo éxito.

Durante años tuve remordimientos respecto a este paciente por


haberle extendido a escondidas aquel certificado. Pero sabía con
certeza que sólo un golpe de fuerza podía liberarlo. Y con ello la
neurosis quedaba también resuelta.” (pp. 150 – 152)(Negritas
agregadas por nosotros).
 
* En el folleto citado de AA se utiliza el término conversión. Podría
ser un problema de traducción, pero como veremos en el
siguiente post Jung no creía en las conversiones, ni en la doctrina de
la gracia de Dios que tanto utiliza el programa de los doce pasos de
AA.

C.G. Jung y Alcohólicos Anónimos, algunas observaciones,


parte # 3

Existe una carta de Carl Gustav Jung a Bill Wilson, cofundador de


Alcohólicos Anónimos. La carta fue escrita en el año 1961 en
respuesta a una misiva de Wilson donde la recordaba a Jung que el
programa de AA se originó en un paciente norteamericano que
atendió Jung (en la autobiografía de este último se da una versión
complementa mente distinta a la que plantea la literatura de AA,
como indiqué con anterioridad).
 
Dicha carta es citada en la literatura de AA como una muestra de la
aprobación por una figura de autoridad del programa “espiritual”
frente al alcoholismo. Usualmente es utilizada en los grupos por
líderes dogmáticos, que son los que predominan en AA, para
descalificar a los que no quieren aceptar “la gracia de Dios” y no
practican el programa de los 12 pasos de AA. 

Sobre dicha carta, deben decirse dos cosas. Primero, existe una
diferencia sustantiva entre su contenido y un escrito anterior de C.G.
Jung sobre el alcohol. Veamos la diferencia:
 

En la carta de respuesta de Jung a Wilson afirma lo


siguiente:

“Alcohol en latín es spiritus y se utiliza la misma palabra para la más


alta experiencia religiosa, al igual que para el más depravante
veneno. Por lo tanto, la fórmula útil esspiritus contra spiritum”
(Transmítelo, la historia de Bill Wilson. AAWS, 1984, p.
379, sin fecha de la versión traducida. Versión digital).

Además, en su carta Jung utiliza los términos dios y diablo, pero dice
que utiliza un lenguaje medieval para darse a entender, o sea, que
trata de retrasados a los Alcohólicos Anónimos pues insinúa que sólo
comprenden un lenguaje medieval.

En un escrito previo de Jung da una versión por completo


discordante de lo anterior, pues más bien valora positivamente el
alcohol, y en concreto el vino, como parte del espíritu humano y
expresión de la civilización:

"No obstante, el pan y el vino son productos culturales importantes,


realmente expresan la vitalidad del Ser Humano. Representan un
conocimiento cultural, que es el fruto de la atención, la paciencia, la
industria, la devoción y la laboriosa instrumentación. Las palabras
'Nuestro pan de cada día', expresan el ansioso cuidado del Ser
Humano por su existencia. Produciendo pan, hace su vida más
segura. Pero también 'No solo de pan vive el Hombre', así pues, el
pan es acompañado por el vino, cuyo cultivo siempre ha demandado
un grado de atención y mucho trabajo. El vino, sin embargo, es
equivalente como expresión de logros culturales y donde no hay
viñedos, existe solamente vida incivilizada de nómades y cazadores. 
Como especial naturaleza de estas substancias, el pan es
naturalmente un alimento. Existe un dicho popular que reza: 'El
vino fortifica', aunque no en el mismo sentido en que el
alimento 'mantiene'. (El vino) estimula y 'pone contento el corazón
del Ser Humano', por la virtud de cierta sustancia volátil la cual ha
sido siempre llamada 'Espíritu'. Es en verdad no como la inocua
agua sino una 'inspirante' bebida. Así pues, el pan representa el
medio físico de subsistencia mientras que el vino, el espiritual". C.G.
Jung, "Transformation Symbolism in the Mass," in The
Collected Works of C.G. Jung, 11, pars. 382, 384. Cita
tomada de este sitio Web

Debe indicarse además que en la carta de Jung parece dar dos


opciones al paciente Rowland H., e indica: " Su ansia de alcohol era
el equivalente a un nivel bajo de sed espiritual de nuestro ser por la
integridad que, expresado en lenguaje medioeval, es: la unión con
Dios. ¿Cómo podría formular una cierta percepción así en un
lenguaje que no sea mal interpretado en nuestros días?
La única forma correcta y legítima de una experiencia así, es que en
la realidad te sucede y que sólo ocurre cuando caminas sobre una
senda que te conduce a una comprensión más alta.
Tú podrías ser conducido a esa meta por un acto de la gracia
o mediante un contacto personal y honesto con amigos, o por medio
de una educación más alta de la mente, más allá de los confines del
mero racionalismo. (…) Un hombre ordinario, que no está protegido
por una acción desde lo alto y se encuentra aislado de la sociedad, no
puede resistir el poder del mal, al que muy aislado de la sociedad, no
puede resistir el poder del mal, al que muy aptamente se le llama
Diablo; pero el uso de esas palabras hace surgir tantos errores, que
uno sólo puede permanecer alejado de ellas tanto como le sea
posible".
Esta última frase subrayada por este blogger nunca es citado por los
líderes dogmáticos de AA que dicen que solo el camino "espiritual"
podrá recuperar a un "alcohólico". Igualmente tampoco se dice que
una posible opción es el "contacto personal y honesto con amigos",
sino que simplemente se cita la frase "más allá de los confines del
mero racionalismo".
La psicología analítica de Jung se basa, además del psicoanálisis, en
diversas fuentes heréticas y disidentes como los antiguos gnósticos,
la alquimia y la mitología, que difieren notablemente de la ortodoxia
pseudoprotestante anglosajona de la literatura de Alcohólicos
Anónimos.
Difícilmente Jung, quien no creía en las conversiones y no
congeniaba con el concepto "la gracia de Dios", como indicamos en
un post anterior, hubiese tenido afinidad con el programa de los
doce pasos

C. G. JUNG Y ALCOHOLICOS ANONIMOS,


ALGUNAS OBSERVACIONES PARTE # 2

En el movimiento de Alcohólicos Anónimos (AA) es frecuente escuchar


en las reuniones decir que su programa “espiritual” se origina en el pensamiento
de C.G. Jung.  En un post anterior reproducíamos lo que dice Jung al respecto
sobre un norteamericano con problemas de alcoholismo, que difieren
sustancialmente de la manera en que se cuenta esta historia en la literatura de
AA, principalmente en el libro Alcohólicos Anónimos (capitulo 2) y en las “Tres
charlas a sociedades medicas de Bill W. cofundador de AA”.

Aquí haremos referencia a dos contrastes muy marcados entre el


pensamiento de Jung y el de los AA.  En el folleto citado de las “Tres charlas…”
dice Bill Wilson que Jung le dijo al hombre de negocios norteamericano que
solo podía resolver su problema con “una experiencia transformadora, una
experiencia de conversión”.

Este lenguaje es totalmente ajeno al pensamiento heterodoxo de Jung,


quien en su autobiografía se pronuncia explícitamente en contra de las
conversiones: “No intento nunca que mis pacientes se conviertan.  Para mi todo
consiste en que el paciente se forme su propio criterio.  Un pagano es para mí un
pagano, un cristiano un cristiano, un judío un judío, cuando ello corresponde a
su destino.” (Recuerdos, sueños, pensamientos.  Barcelona, Editorial Seix Barral
1999).
En la introducción a dicha obra, Aniela Jaffé, quien se encargó de
elaborar la autobiografía a partir de una serie de entrevistas realizadas en 1957,
dice que Jung en términos de las religiones es un disidente:
“El concepto de Jung de lo religioso se diferencia en muchos aspectos del
cristianismo tradicional.  Particularmente en su respuesta a la cuestión del más
y en la representación de un Dios no solo bueno o “querido”.  Desde el punto de
vista del cristianismo dogmático, Jung era un disidente.  Esto lo pudo notar el
mismo, una y otra vez, en la oposición que, en todo el mundo, hallaron sus
obras.” (págs. 12-13, libro citado).
Alcohólicos Anónimos, por el contrario, siempre ha buscado la
aprobación de religiosos, tal y como aparece en sus libros “AA llega a su mayoría
de edad”, el libro “grande” o “libro azul” (que lleva el nombre de la
organización), entre otros.
Además, en la literatura de AA se insiste en el concepto de la gracia de
Dios, un término que remite a la doctrina de la justificación por la fe y al cual
Jung no era muy afecto.  
Por ejemplo, en el libro Doce Pasos y Doce Tradiciones de AA se
afirma:”…estamos sobrios hoy solo por la gracia de Dios, y que cualquier éxito
que tengamos se debe más a El que a nosotros mismos” (p. 90).

Jung, hijo de un pastor luterano, en su autobiografía citada afirma por el


contrario lo siguiente, refiriéndose a una crisis de su cosmovisión religiosa en su
adolescencia:”…la comunión había sido para mí un fatal acontecimiento (…) La
concepción religiosa que me parecía la única relación con el Todo, estaba
destruida, es decir, no podría ya participar en la fe general.  El fracaso de la
comunión, ¿era no fracaso? Yo me había preparado con toda seriedad y
expresaba experimentar en mi la gracia y la revelación, pero nada sucedió.  Dios
permaneció ausente.” (Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.  Edición citada,
págs. 74-75).
Jung, con una formación inicial como psiquiatra, desarrollo una corriente
denominada psicología analítica para diferenciarla del psicoanálisis. Su
extraordinaria erudición lo llevo a una búsqueda en diversas corrientes de
pensamiento como la mitología, los antiguos gnósticos, la alquimia, el
orientalismo, entre otros.

Hemos encontrado la presente información sobre Carl Gustav


Jung y Alcohólicos Anónimos, cuyo contenido y enfoque
indudablemente es responsabilidad de quien así lo ha publicado en
Internet: pero que por su planteamiento consideramos que puede
ser utilizado como punto de partida para un tema de reflexión.
'

También podría gustarte