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Pero, por supuesto, cuando hablamos de TIC, TAC o TEP, nos estamos refiriendo al

uso que le damos a determinadas tecnologías (que son siempre medios y no fines en
sí mismas) y, como históricamente ha pasado, estas pueden ser utilizadas para fines
buenos y malos. Un claro ejemplo son las impresoras en 3 dimensiones, que ya han
sido utilizadas para fabricar armas, pero también han sido utilizadas (y serán mucho
más utilizadas en un futuro próximo) para crear órganos artificiales que salvan vidas.

Pero estoy contigo, en esto de la tecnología no hay que caer en actitudes


“oscurancistas y negadoras”, ni en discursos que las demonizan porque algunos las
utilicen con fines ilícitos. Porque, si no, deberíamos demonizar todo (siempre pongo el
ejemplo de que el fuego se utiliza para cocinar, dar calor, procesar metales…pero
también ha sido utilizado para quemar poblados). Al final es una cuestión de valores.
Los colectivos que se dedican a fines ilícitos se las ingeniaran para llevar a cabo sus
propósitos. Pero si no utilizan estas tecnologías, utilizarán otras. En todo caso, ahí
entra en juego ya el cuestionarse la intencionalidad y no el medio. y, como comenté
en esta entrada anterior, como educadores hemos de tener siempre presente la
necesidad de educar en valores y cultura para un uso responsable de la tecnología.
Contestando a tus dudas, en los casos que mencionas, posiblemente se estén
utilizando más como TICs que como otra cosa, y en algunos casos como TEPs (son
una manera para autoafirmarse personalmente, dentro de sus valores). Nunca como
TACs, a no ser que existan cursos para enseñar sobre dichas actividades (que, no
vamos a ser ilusos, seguramente los habrá).

¡Gracias de nuevo por tu reflexión! Me alegro de que te guste el blog y de poder


conversar sobre estas y otras cuestiones.
Seguimos en contacto por aquí, en Twitter y en otros medios.
¡Un saludo!

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