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Lect. Econ., 66 (enero-junio), pp. 9-46. © Universidad de Antioquia-Lecturas de Economía, 2007.

Desplazamiento forzado y propiedad


de la tierra en Antioquia,
1996-2004
Carlos Felipe Gaviria y Juan Carlos Muñoz
–Introducción. –I. Desplazamiento forzado en Colombia. –II. Propiedad de
la tierra en Colombia. –III. Desplazamiento forzado y propiedad de la tierra en
Antioquia. –IV. Desplazamiento forzado y concentración de la tierra: en busca
de una relación. –Conclusiones y apuntes finales. –Anexos. –Bibliografía.

Primera versión recibida en febrero de 2007; versión final aceptada en mayo de 2007
Lecturas de Economía. 66 (enero-junio 2007), pp 9-46
Carlos Felipe Gaviria y Juan Carlos Muñoz

Desplazamiento forzado y propiedad de la tierra en Antioquia, 1996-2004


Resumen: El desplazamiento forzoso es un fenómeno mundial que ha acompañado
crisis políticas y sociales, relacionado, además, con el dominio del territorio por parte de
los grupos inmersos en el conflicto. En Colombia, este fenómeno social se ha incrementado
en los últimos años, junto con problemas agrarios, sociales y productivos. El objetivo de
este artículo es analizar la relación existente entre el desplazamiento forzado y los procesos
de concentración de la tierra en Antioquia entre 1996-2004. Se encuentra que existe una
relación positiva entre propiedad de la tierra y desplazamiento forzado; en especial en
Urabá y Oriente, subregiones antioqueñas con la producción agrícola más importante.
Palabras clave: desplazamiento forzado, propiedad de la tierra, economía agrícola.
Clasificación JEL: D74, Q15, Q10.

Abstract: Forced displacement is a worldwide phenomenon related not only to


political and social crisis in different countries, but also to the control of rural areas by
armed groups involved in a conflict. Recently, in Colombia, this social phenomenon has
dramatically increased together with agrarian, social, and productive problems. The aim
of this paper is to analyze the relationship between forced displacement and land tenure in
Antioquia in 1996-2004. It finds a positive and strong relationship between land tenure
and forced displacement in Antioquia, especially in two of its most important agricultural
regions: Urabá and Oriente.
Keywords: forced displacement, land tenure, agricultural economics. JEL classification:
D74, Q15, Q10.

Résumé: Le déplacement forcé est l’un des phénomènes mondiaux qui accompagne
les crises politiques et sociales. Il est la conséquence du rapport des forces d’un conflit à
l’intérieur d’un territoire. En Colombie, ce phénomène social s’accroit depuis plusieurs
années et il est accompagné par des problèmes sociaux qui affectent le secteur agricole et
le secteur productif. Cet article analyse la relation existante entre le déplacement forcé et
les processus de concentration de la terra dans le Département d’Antioquia entre 1996 et
2004. Les résultats montrent qu’il existe une relation positive entre la propriété de la terra
et le déplacement forcé, tout particulièrement dans les zones d’Urabá et d’Oriente. Ces
zones sont les plus importants du Département en ce qui concerne la production agricole.
Mots clés: déplacement forcé, propriété de la terra, économie agricole. Classification
JEL: D74, Q15, Q10.
Lect. Econ., 66 (enero-junio), pp. 9-46. © Universidad de Antioquia-Lecturas de Economía, 2007.

Desplazamiento forzado y propiedad


de la tierra en Antioquia,
1996-2004
Carlos Felipe Gaviria y Juan Carlos Muñoz*
–Introducción. –I. Desplazamiento forzado en Colombia. –II. Propiedad de
la tierra en Colombia. –III. Desplazamiento forzado y propiedad de la tierra en
Antioquia. –IV. Desplazamiento forzado y concentración de la tierra: en busca
de una relación. –Conclusiones y apuntes finales. –Anexos. –Bibliografía.

Primera versión recibida en febrero de 2007; versión final aceptada en mayo de 2007

Introducción
El desplazamiento forzoso es un fenómeno mundial que ha estado
acompañado en diferentes países de crisis políticas y sociales, además de
un sentido de dominio del territorio por parte de los grupos inmersos en el
conflicto. Según el Banco Mundial, para 2005 Colombia junto con Sudán,
Nigeria y República Democrática del Congo son los países con el mayor
número de desplazamientos internos y estima que la migración forzosa ha
provocado el abandonado de aproximadamente cuatro millones de hectáreas.
El-Bushra, director del programa de investigación y políticas de Acord
—Agency for Cooperation and Research in Development— evidencia que el
desplazamiento forzoso en países africanos afecta en mayor proporción a

*
Carlos Felipe Gaviria Garcés: profesor de la Universidad de Antioquia e investigador del
Grupo de Economía del Medio Ambiente —Gema— de la misma universidad. Dirección
electrónica: cfgaviria@economicas.udea.edu.co. Dirección postal: Calle 67 No. 53·108, bloque
13-412, Apartado Aéreo 1226, Medellín, Colombia. Juan Carlos Muñoz Mora: asistente de
investigación del Grupo de Estudios Sectoriales y Territoriales —Esyt—, Universidad Eafit.
Dirección electrónica: jmunomor@eafit.edu.co. Dirección postal: Carrera 49 No. 7 Sur-50,
bloque 26-217, Medellín, Colombia. Este trabajo surge de la presentación que realizaron los
autores en el segundo Seminario de Migración Internacional “Efectos de la globalización y las
políticas migratorias”, Toluca, México, 2006.
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mujeres, una disputa por el control del territorio y de la población civil. Existe
una prolífera producción sobre el desplazamiento forzoso, de la cual sobresale
el trabajo de Newman y Van Selm (2003) y otros informes elaborados por
ONG, Naciones Unidas y entidades que tratan el tema de derechos humanos
y conflicto armado. No obstante, la complejidad del problema hace que exista
poca evidencia de modelos econométricos donde se explore una relación entre
desplazamiento forzoso y tenencia de la tierra.
El desplazamiento forzado y los procesos de concentración de la propiedad
en Colombia son fenómenos sociales que se han incrementado de manera
alarmante en los últimos años, resultado de luchas históricas por el poder y
la acumulación de la riqueza. El Banco Mundial muestra para Colombia un
índice Gini de concentración de 0,85 para 2005, esto, sumado a la dinámica del
conflicto armado, la aparición de nuevos actores y móviles, la territorialidad
de la lucha de poder y la irrupción de nuevos intereses geopolíticos, ahonda
el desplazamiento en los territorios (según Acción Social, 2006, para 2001 y
2002, años de mayor ascenso de las cifras, habían 92.852 hogares desplazados
en el país, algo así como 424.927 individuos); lo anterior evidencia la debilidad
institucional, al no poder garantizarse la permanencia de los individuos en sus
hogares, con graves consecuencias en la tenencia de la tierra y en la producción
agrícola; asimismo, se convierte en una manifestación de la descomposición
social que se gesta en el país.
La continua disputa entre diferentes actores del conflicto interno
menoscaba el bienestar social de sus pobladores, provoca problemas agrarios
que tienen su origen en altos niveles de concentración de la propiedad rural
(por apropiación), rompe con las dinámicas sociales y productivas del país,
y transforma el sentido de lo rural.1 Por esto desde cualquier campo de
estudio, en particular desde la teoría económica, el desplazamiento forzado

1
Esta reconfiguración económica y social del territorio se convierte en punto débil y vulnerable
de la sociedad y el gobierno. Detrás del desplazamiento hay un sentido de abandono y desarraigo
de los individuos, quienes se ven obligados a asumir una nueva lógica de supervivencia en un
espacio donde su condición de foráneos aísla su ciudadanía y les otorga el derecho a no tener
derecho, mientras sus tierras son apropiadas de manera legal o ilegal, lo cual influye en el
reordenamiento de la propiedad rural y de las actividades productivas. En Colombia, este
fenómeno del desplazamiento se ha abordado desde diferentes ciencias sociales: la sociología,
la antropología, el derecho y la economía; sin embargo, en este artículo nos interesa ahondar
solo en las repercusiones económicas, sin olvidar que el desplazamiento es un fenómeno muy
amplio que debe considerar diferentes puntos de vista.

12
13

y su posible relación actual con la tenencia de la tierra son temas de alta


complejidad, puesto que sobrepasan los supuestos de la teoría económica
tradicional, al incluir factores que escapan a la comprensión de lo económico
(Rojas, 1998); las causas y consecuencias del desplazamiento difieren de los
procesos de migración económica considerados en la teoría convencional2
porque desaparece el sentido de la intencionalidad en la movilidad y, además,
en los lugares de recepción, los desplazados asumen la condición de “víctimas
del conflicto”, lo cual obliga a los gobiernos locales a su atención inmediata,
generando fuertes presiones fiscales.
De lo anterior existen dos aspectos importantes de resaltar: en primer
lugar, la posible relación directa entre desplazamiento y conflicto armado en
el campo, hace del desplazamiento un fenómeno de interés para las ciencias
sociales, en especial la economía; en segundo lugar, la innegable presencia
de intimidación y miedo como motores del desplazamiento, por la cual
los hogares no piensan su movilidad como opción libre para mejorar sus
condiciones económicas y de bienestar, sino que son obligados a dirigirse a
otros lugares donde, por lo menos, desaparezca el miedo a perder la vida.3
Acción Social estima que a noviembre de 2002, gracias a la agudización del
conflicto armado, todos los departamentos del país presentan desplazamiento,
sea como expulsores de hogares desplazados o como receptores de ellos; para
junio de 2006, el número de desplazados en Colombia se ubica en 410.330
hogares, equivalente a 1.814.964 personas, provenientes de más de 1.000
municipios ubicados por todo el territorio nacional; en contraste, estudios
realizados por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi —IGAC— y Corpoica
(citados por Rosas, 2005) muestran que el porcentaje de propietarios de
predios mayores a 500 hectáreas entre 1996 y 2001 ha permanecido constante

2
En un sentido económico, el desplazamiento de individuos, según la teoría tradicional
migratoria, es generalmente impulsado por criterios como mejores condiciones económicas
y la movilidad laboral que constituyen la intencionalidad de los individuos para desplazarse
de un lugar a otro y no la intimidación, la amenaza y el temor que se constituyen como ejes
centrales para la actual migración (Vargas, 1997).
3
El desplazamiento representa una catástrofe y una experiencia traumática en la vida de las
familias afectadas y en cada uno de sus miembros; aqueja con mayor intensidad a menores
y niños en quienes genera, entre otros, trastornos adaptativos y síndromes depresivos, y a
mujeres en quienes por la gravedad de su situación —solas en la conducción de la familia
desplazada en un entorno desconocido y hostil— produce severas alteraciones de personalidad
(Arias, 2003).

Lecturas de Economía –Lect. Econ.– No. 66. Medellín, julio-diciembre 2007


Gaviria - Muñoz: Desplazamiento forzado y propiedad de la tierra en Antioquia, 1996-2004

(0,4%) pero ha aumentado la proporción de tierras en posesión (pasaron de


tener el 44% al 61% de la superficie). El departamento de Antioquia, principal
expulsor (16,7%) y receptor (14,5%) de individuos, es el mayor afectado por el
desplazamiento forzado con 293.087 personas expulsadas, de las cuales un alto
porcentaje argumenta tener algún vínculo con la tierra; esto puede explicar
por qué las cifras de tenencia para Antioquia muestran que el 86% de los
propietarios de predios menores a 10 hectáreas poseían el 15% del área total
para 2004, lo cual evidencia que el encrudecimiento del conflicto armado
posiblemente ha traído consigo un aumento en el índice de concentración de
la propiedad rural (CISP, 2005).
Ahora bien, de manera análoga, incrementos en la concentración de la
propiedad parecen estar relacionados con el conflicto armado y, en especial,
con los móviles de intimidación a la población no partícipe, que ha traído
consigo un aumento significativo de personas que abandonan sus tierras
por causa de la violencia. Más aún, como lo demuestran Kirchhoff e Ibáñez
(2001), los propietarios de tierras tienen mayor probabilidad de ser víctimas
del desplazamiento, ya que con mayor frecuencia son amenazados por actores
armados ilegales. Así, el desplazamiento se convierte en una estrategia de bajo
costo para ocupar territorio, en especial si las personas que son intimidadas son
propietarios de tierras de tamaño pequeño, puesto que estos cuentan con una
capacidad limitada para adoptar medidas de protección, lo cual los convierte
en blanco de amenazas de los grupos armados ilegales (USCR, 2001).
En ese sentido, el objetivo del presente trabajo es analizar la relación
existente entre el desplazamiento forzado y los procesos de concentración
de la tierra en Antioquia en el período 1996-2004. Dicho análisis se aborda
desde el índice de concentración de la propiedad Gini construido por Muñoz
y Mora (2006) y Wolf (2004) y las cifras de desplazamiento otorgadas por
el gobierno nacional a través de Acción Social. Se resalta que en Antioquia,
a excepción de los trabajos mencionados, existe poca producción sobre el
tema de concentración; es así como este artículo aporta a la literatura sobre
desplazamiento forzoso y tenencia de la tierra, relación que parece tener
cuerpo en nuestro país, y especialmente en Antioquia.
El trabajo se divide en cinco partes: la primera es un recorrido por el
desplazamiento forzado en Colombia; la segunda aborda el problema de la
tierra en Colombia; la tercera pretende establecer la relación teórica para
Antioquia entre desplazamiento forzoso y tenencia de la tierra; la cuarta

14
15

busca establecer una relación empírica del problema anterior; finalmente, se


presentan los apuntes finales.
I. Desplazamiento forzado en Colombia
Aunque el desplazamiento producido por la violencia no es nuevo en el
país, el conflicto armado y la lucha agraria que hoy se libra en los campos
surgen, entre otros tantos factores, de luchas históricas de tierra irresolutas
durante todo el siglo XX. Sin embargo, la magnitud y naturaleza del conflicto
político en los últimos años hace que el país se encuentre a puertas de una
crisis humanitaria. La ocupación territorial y el desalojo de población civil han
sido y siguen siendo estrategias de guerra adoptadas por grupos armados para
desocupar territorio (Ibáñez y Querubín, 2004), expandir sus áreas de control
y adueñarse de manera violenta de propiedades agrícolas. Con el tiempo, los
conflictos de tierra, la agudización del conflicto armado y la concentración de
la propiedad adquieren nuevos matices gracias a la expansión del narcotráfico
(Suárez y Vinha, 2003); LeGrand (1994) identifica que los cultivos ilícitos y los
grupos armados predominan en zonas de frontera agrícola donde la presencia
estatal es débil. Reyes (1993) y Castaño (1999) plantean que las regiones del país
donde se ha agudizado el conflicto armado presentan una elevada violación de
los derechos humanos, un mercado de tierras impulsado por la demanda de
los narcotraficantes, una alta concentración de la tierra, un menor crecimiento
económico, bajos salarios y mayores niveles de violencia. Así mismo, Fajardo
(2002) demuestra que el desplazamiento es más frecuente en departamentos
donde existe también una motivación por el control de recursos naturales y
por la perspectiva de importantes inversiones.
Datos presentados por Acción Social para 2006 (ver gráfico 1) muestran
un aumento a partir de 1999 en el número de desplazados individual y masivo,
consecuencia del encrudecimiento del conflicto armado entre gobierno, grupos
guerrilleros, autodefensas y narcotraficantes (los últimos tres clasificados
como grupos armados ilegales). Este fenómeno se convierte en un problema
económico y social; por un lado, la continua migración de personas provoca
indudablemente una reorganización de la población, configurándose una
nueva estructura rural y urbana, debido a que en los lugares abandonados
se interrumpe el uso agrícola (en el peor escenario, la tierra es apropiada
para otros usos por personas que permanecen en los lugares) incitando una
reorientación productiva de dichas regiones. Por otro lado, el desplazamiento
provoca en los individuos una pérdida de identidad social, al verse avocados

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Gaviria - Muñoz: Desplazamiento forzado y propiedad de la tierra en Antioquia, 1996-2004

de forma obligatoria a cambiar su cotidianidad de manera repentina,


intentando adaptarse a una nueva dinámica de subsistencia poco común a sus
costumbres.4

Fuente: Acción Social, 2006.

Gráfico 1. Colombia: evolución del desplazamiento forzado, 1995-2006


Para entender el fenómeno del desplazamiento es necesario identificar
quiénes son los victimarios o causantes. En primera instancia, el desplazamiento
forzado es resultado de la lucha de poderes políticos que ha acompañado la
historia colombiana; sin embargo, la dinámica del conflicto ha evolucionado
de tal manera que es difícil identificar las verdaderas causas y autores,5 donde
el sentido estratégico militar de control del territorio es una fachada que
encierra una contrarreforma agraria6 que disfraza la apropiación de la tierra
por medio del desplazamiento de sus dueños (Machado, 1998).
Lo anterior se corrobora con las cifras de Acción Social (2006) y una
revisión bibliográfica del desplazamiento forzoso en Colombia. Para 1999, más

4
Sin embargo, municipios y ciudades que reciben a la población desplazada no solo deben
garantizarle atención inmediata sino también condiciones suficientes para su permanencia o
retorno.
5
Evidencia que soporta esta afirmación es los datos que presenta Acción Social (2006) que
muestran un alto porcentaje de individuos (en el caso de Antioquia cerca del 90%) que no
identifican o no suministran información de quién o quiénes fueron los causantes de su
desplazamiento.
6
Este argumento es defendido por Strouss de Samper (2005, p. 29) en su documento “Protección
de bienes patrimoniales de la población desplazada”, donde afirma: “Es claro, en primer lugar,

16
17

del 80% de los desplazados afirman desconocer quién los había desplazado;7 el
principal argumento puede ser el temor a represalias; algo similar ocurre en los
años siguientes, para 2000 y 2001, aproximadamente el 91% de los desplazados
“no sabía” o no “tenían información” (no deseaban expresar) sobre los autores
de su movilidad. Nótese, también, que el papel de las fuerzas armadas no
cobra relevancia en el período de estudio, esto podría deberse al posible sesgo
en el manejo de los datos por parte del gobierno y a que los desplazados tienen
incentivos para no revelar este tipo de información porque podría estar en
juego la ayuda recibida por parte del gobierno8 (ver gráfico 2).

Fuente: Acción Social, 2006.


Gráfico 2. Colombia: autores del desplazamiento, 1995-2006

que en los últimos años y como consecuencia del conflicto armado y el desplazamiento de la
población civil inocente que se vive en muchas regiones del país, se ha producido un fenómeno
de concentración de tierras, una especie de ‘reforma agraria al revés’, que logró revertir los
índices de democratización en el reparto de tierras conseguidos por cuenta de los procesos
anteriores de reforma agraria a cuenta gotas”.
7
Las seis categorías empleadas por Acción Social para clasificar el actor causante del
desplazamiento incluye: guerrilla, autodefensas o paramilitares, fuerza pública, sin
información y no sabe no responde.
8
Así mismo, no puede perderse de vista las implicaciones que tiene desde los grupos de interés
político la reducción de los desplazados como una variable de gobernabilidad.

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Una posible explicación del miedo en denunciar al causante, y que


muestra una evolución del desplazamiento como una manera de apropiarse del
territorio, es el creciente número de narcotraficantes (quienes aprovechando
la coyuntura actual del conflicto se valen de ejércitos privados para desplazar
campesinos) deseosos de adquirir tierra no solo como forma de lavado de activos,
sino como una manera de obtener un estatus de poder y respeto (Contraloría
General de la Nación, 2005).9 Lo anterior se sustenta por el incremento en
los desplazamientos individuales que se intensificaron a partir del 2000 y
2001,10 es decir, no es resultado de intimidaciones colectivas sino selectivas,
lo que podría dar cuenta del conflicto político como fachada para otros
fines económicos. Según Acción Social, para 2002, de los aproximadamente
90.000 hogares desplazados solo cerca de 10.000 fueron masivos, los demás
corresponden a migraciones individuales; este comportamiento se mantuvo
en el período de estudio (ver gráfico 3).


Fuente: Acción Social, 2006.

Gráfico 3. Colombia: modalidad de desplazamiento de los hogares, 1995-2006

9
Un factor adicional importante, y que se trabajará más adelante, es la relación existente entre
desplazamiento forzoso y zonas con mayor desarrollo agrícola y con alto potencial productivo
(Herrera, 2005), en especial, donde existen proyectos de construcción de infraestructura o
estratégicos para los gobiernos.
10
En 2001 se da por terminada la “zona de distensión” que proveía a grupos guerrilleros una
considerable cantidad de territorio, libre de presencia estatal, con el fin de entablar diálogos
de paz con la guerrilla de las FARC; al culminar el despeje militar del gobierno del presidente
Pastrana, las facilidades terminaron y consigo se encrudeció el conflicto.

18
19

Aunque el desplazamiento se ha presentado en casi todo el territorio


nacional de manera continua, su distribución al interior es desigual, porque se
concentra de manera incierta en un solo departamento: Antioquia;11 esta región,
que cuenta con alto potencial productivo, atractivo para narcotraficantes y
grupos ilegales, concentra cerca del 17% de los desplazamientos forzosos de
Colombia (ver gráfico 4). Esto trae consigo una reconfiguración poblacional
al interior del departamento, en especial de los centros urbanos, por el
surgimiento de barrios marginales, redes de miseria y de pobreza, donde la
atención que brinda el gobierno a familias desplazadas es insuficiente, más
aún cuando el incentivo de ayuda que ofrece a personas desplazadas provoca
en algunos individuos un móvil para trasladarse de un lugar a otro.

Fuente: Acción Social, 2006.

Gráfico 4. Colombia: departamentos expulsores y receptores de hogares


desplazados acumulado, 1995-2006

II. Propiedad de la tierra en Colombia


La propiedad rural en Colombia ha sido un concepto clave, en especial
si la tierra se aprecia como riqueza acumulativa de los individuos y no como
factor de producción, adquiriendo un poder no solo social sino político
(Contraloría General de la Nación, 2005). Esto les permite obtener un título

11
De aquí surgen varios interrogantes sobre este acontecimiento: ¿Por qué el departamento de
Antioquia tiene el mayor número de desplazados en el país?, ¿cuáles son los posibles móviles
de desplazamiento en Antioquia? Estas preguntas intentarán desarrollarse en los siguientes
acápites.

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Gaviria - Muñoz: Desplazamiento forzado y propiedad de la tierra en Antioquia, 1996-2004

de “señor” que confiere respeto e influencia, así el dinero sea proveniente de


actividades ilícitas. La compra de tierras por narcotraficantes ha contribuido
a elevar la concentración de la propiedad mediante transacciones realizadas
en los llamados paraísos fiscales, donde virtualmente se hace imposible
rastrear la procedencia del dinero (Herrera, 2005). Asimismo, ellos financian
ejércitos privados que ayudan y promueven el desplazamiento forzoso de
individuos, que, sin otra opción, prefieren vender sus tierras que perder la
vida. Consecuente con lo anterior, la estructura de tenencia y productividad
agrícola colombiana cede a las presiones de grupos ilegales que promueven
la producción de cultivos ilícitos en zonas de frontera agrícola; esto provoca
distorsiones como: un tope de ganancia exagerado y salarios elevados,
comparados con la economía tradicional campesina, lo cual ocasiona una
reorganización productiva en el sector rural.12
Este efecto repercute en los índices de concentración de la propiedad; esto
se manifiesta en la cifra del coeficiente Gini, que para el país es de 0,85; dato
alarmante si se añade que en 1996 el 0,4% de los propietarios (para predios
mayores a 500 hectáreas) poseían cerca del 44,6% del área rural; para 2001, el
mismo porcentaje de propietarios (0,4%) controlaban el 61,2% de la superficie,
mientras que los pequeños propietarios tienden a un fenómeno de atomización.13
Esto no solo conduce a una estructura de propiedad polarizada en su interior
llamada “bimodal”,14 sino a permanentes conflictos y discriminaciones por

12
Otro fenómeno es caracterizado por la compra de terrenos en zonas con alta productividad
agrícola que no son explotados adecuadamente, y se orientan a actividades ganaderas. Esto se
evidencia en las cifras que presenta Benítez (2005) sobre la vocación agrícola colombiana, que
se estima en 18,3 millones de hectáreas: la agricultura usa apenas una cuarta parte (24,2%), 4,4
millones de has.; las tierras con vocación de pastos y malezas se estiman en 15,3 millones de
has., pero ocupan 35,5 millones de has., las cuales pueden estar dedicadas a actividades ilícitas
o como lo afirma Benítez a ganadería extensiva. No obstante, la agricultura tiene una mayor
participación en la producción (63%) que la ganadería (25%) (Machado, citado por Benítez,
2005). Vale la pena añadir que la situación de la zona rural no es sostenible y se requiere actuar
de manera urgente y efectiva para darle viabilidad.
13
La atomización es un fenómeno en el cual el número de hectáreas de los predios de rangos bajos
no varía significativamente, mientras aumenta el número de propietarios, lo que implica que
cada vez más individuos deben repartirse menores cantidades de tierra (Muñoz y Mora, 2006).
14
La bimodalidad surge en el momento que se configuran dos polos de tenencia de la tierra:
uno conformado por un gran número de propietarios con muy poca tierra y otro donde un
porcentaje pequeño de propietarios monopoliza un alto porcentaje de ellas (Machado, 2005).

20
21

parte del Estado en la aplicación de instrumentos y políticas,15 que promueven


la conformación de pequeñas propiedades, las cuales con el tiempo disminuyen
el nivel de ingresos de los campesinos y profundiza la pobreza rural.
Es así como la creciente apropiación de tierras por parte del narcotráfico
ha elevado la concentración de la propiedad, recomponiendo el latifundio y
contribuyendo, además, al desplazamiento forzoso de los campesinos hacia
ciudades y sitios de colonización (Contraloría General de la Nación, 2005).
En este aspecto, en Colombia existen solo algunos estudios que pretenden
establecer la relación entre desplazamiento forzoso y tenencia de la tierra;
dos representativos son el elaborado por Gutiérrez (2004)16 “Desplazamiento
forzoso y tenencia de la tierra en San Pablo (sur de Bolívar)” y el estudio
realizado por la CISP (2005) “Efectos económicos del desplazamiento forzado
en Colombia: departamentos de Antioquia, Bolívar y Valle del Cauca 1997-
2004”, donde de forma teórica ambos estudios identifican una relación entre
desplazamiento forzoso y tenencia de la tierra a partir de bases de datos. Otros
estudios realizados por Ibáñez y Vélez (2003) e Ibáñez y Querubín (2004),
construyen modelos de cambios en el bienestar y de retorno de las personas
desplazadas, con una aproximación teórica a la relación que pueda existir con
la tenencia de la tierra; donde reconocen que esta relación puede existir.
Ahora bien, Antioquia es una zona con potencial productivo que
históricamente ha albergado una cantidad representativa de narcotraficantes,
lo cual en parte puede explicar por qué es el principal departamento con
desplazamiento forzoso, atendiendo quizá la apreciación de la Contraloría
General de la Nación (2005), sobre el hecho que existen fuertes lazos entre
concentración, desplazamiento forzoso, narcotráfico y zonas con potencial
productivo o de infraestructura.
A continuación, se hará un recorrido por la situación del desplazamiento al
interior del departamento tratando de dilucidar los principales determinantes
y comportamientos.

15
Estas políticas estatales tienden a favorecer la gran propiedad en relación con la pequeña o
con el minifundio (Rosas, 2005).
16
En el caso particular, el estudio de Gutiérrez presenta estadísticas sobre la tenencia en varios
municipios del sur de Bolívar, con alta presencia del grupo guerrillero ELN—Ejercito de
Liberación Nacional—. El autor calcula un índice Gini de concentración de 0,55 diferente al
Gini encontrado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi —IGAC— de 0,66. Sin embargo,
no se construye un modelo que determine si hay o no una correlación entre estas variables.

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Gaviria - Muñoz: Desplazamiento forzado y propiedad de la tierra en Antioquia, 1996-2004

III. Desplazamiento forzado y propiedad de la tierra en Antioquia17


La existencia de una relación entre desplazamiento forzoso, concentración
y zonas con alto potencial productivo parece tomar cuerpo en Antioquia. Este
departamento cuenta con el mayor número de episodios de desplazamiento,
los cuales vienen creciendo continuamente con la agudización del conflicto
armado (ver gráfico A1 en el anexo); las cifras de Acción Social (2006) lo
muestran como el primer departamento causante de desplazamientos, con un
porcentaje de individuos expulsados de 16,74%;18 además, el 89% de los hogares
desplazados reporta algún tipo de vínculo con la tierra en el momento de la
expulsión,19 confirmando la relación que existe entre las personas desplazadas
y las actividades del sector agrícola (CISP, 2005). Como complemento, en el
período 1996-2004 se observa un proceso de concentración de la propiedad
de la tierra y una atomización de los minifundios. Para 1996, el 86,4% de los
propietarios poseían predios de menos de 20 has. y ocupaban el 17,8% del área
total, mientras el 2,9% propietarios de predios mayores a 100 has. poseían el
51,2%; para 2004, propietarios de predios menores a 10 has. (86%) se reparten
el 15% del área y los dueños de predios mayores a 100 has. (3%) concentran el
55% del territorio (ver tabla A1 en el anexo).
Así mismo, estudios realizados por CISP (2005) afirman que del
total de personas desplazadas en Antioquia el 49% son dueños, 17,8% son
arrendatarios, 14,2% tenían posesión sobre la tierra, el 5,8% eran colonos, el
4,4% tenían carácter de propietarios colectivos y el 8,6% manifestó otro tipo

17
El presente acápite sigue los desarrollos de Rincón (1997), Machado (1999) y Deininger (2004)
sobre la tenencia y concentración de la tierra en Colombia. Sin embargo, es importante
resaltar que existe poca producción sobre dicho tema para Antioquia; se pueden mencionar
los trabajos de Muñoz y Mora (2006) y Wolf (2004). No obstante, la información disponible
permite hacer una primera aproximación al tema de la propiedad de la tierra en Antioquia.
18
De manera similar, las cifras lo ubican como el primer departamento receptor de personas
desplazadas con 14,5%; el siguiente departamento, Bolívar, solo recibe el 6,9%. Esta situación
es relevante en la medida que son las personas desplazadas, quienes sufren un cambio drástico
en su modo de vivir, con subsecuentes problemas adaptativos y económicos, a los que se
enfrentan en el lugar de recepción; inherentes a la dificultad de acceder a servicios de salud,
educación, alimentación y vivienda. Esto necesariamente implica un cambio en la estructura
poblacional del departamento, en especial en centros urbanos.
19
Datos suministrados por el Sistema RUT muestran que para 2005, en Antioquia las personas
expulsadas poseían cerca de 22.000 has.. Esto bajo el supuesto de que todos los individuos
reportaron tener algún tipo de relación de propiedad sobre la tierra.

22
23

de tenencia que no se logró identificar. Estas cifras evidencian dos problemas:


(i) el desplazamiento forzoso se acentúa en individuos vinculados con la
tierra y (ii) la debilidad en la definición de los derechos de propiedad rural
(CISP, 2005); lo anterior se refleja en el elevado índice de concentración Gini
para el año 2005 de 0,82.
De lo anterior puede argumentarse que el desplazamiento forzoso ha
funcionado como catalizador de la concentración de la propiedad rural, que,
de alguna manera, ha influido la tendencia hacia una estructura de propiedad
conformada por latifundios; ahora, la tenencia de la tierra compuesta por
predios cada vez más extensos ha llevado a una transformación productiva
orientada hacia la ganadería extensiva que ha imposibilitado un uso productivo
adecuado (Muñoz y Mora, 2006); con lo cual la producción agrícola de
autoconsumo recae en los minifundios, cuyos propietarios son las personas
más afectadas por el desplazamiento forzoso.
Se puede decir, entonces, que en el período 1996-2004 en Antioquia se
ha visto una polarización de la estructura de la propiedad de la tierra, la cual
evidencia la inefectividad de las políticas que se han llevado en el departamento
para provocar cambios estructurales en la tenencia de la tierra. Al respecto
Machado y Suárez (1999) comentan como Colombia durante más de 35 años
ha hecho tímidos y débiles ensayos para reformar la tenencia de la tierra, todos
ellos sin éxito. Dichos esfuerzos, continúan los autores, no han logrado una
transformación significativa en la estructura de la propiedad ni han creado
condiciones para transformar la base productiva, de modo que mejore la
actual situación del mercado productivo agrícola. Esto obliga a la necesidad de
desarrollar mecanismos especiales de titulación que garanticen la protección
de la tenencia (Ibáñez y Vélez, 2003).
Para elaborar un análisis que comprenda la situación en Antioquia se
parte del ordenamiento que realiza la Gobernación de Antioquia en nueve
subregiones: Valle de Aburrá, Bajo Cauca, Magdalena Medio, Nordeste,
Occidente, Oriente, Norte, Urabá y Suroeste, cada una de ellas con
diferentes características productivas. Entre ellas se resaltan Urabá, por
su localización y alta producción de banano de exportación, y Oriente,
donde se ubica el mayor porcentaje de generadoras hidroeléctricas; lo
significativo es que estas dos subregiones con alto potencial productivo
aportan ambas casi el 60% (35,7% y 20,3%, respectivamente) de individuos
y hogares expulsados del departamento (ver gráfico 5).

Lecturas de Economía –Lect. Econ.– No. 66. Medellín, julio-diciembre 2007


Gaviria - Muñoz: Desplazamiento forzado y propiedad de la tierra en Antioquia, 1996-2004

Fuente: Acción Social, 2006.


Gráfico 5. Antioquia: subregiones expulsoras, 1995-2006

La subregión del Oriente, compuesta por 23 municipios, es una de las más


afectadas por el conflicto armado interno (la primera región expulsora del
departamento con 35,7%), especialmente por la permanente disputa entre los
distintos grupos armados por el control del corredor vial Medellín-Bogotá,
estratégico para la comercialización de productos (CISP, 2005); así mismo,
esta subregión concentra el 35% de la generación hidroeléctrica del país.20
Este hecho puede explicar el riesgo inminente de desplazamiento en el que
viven sus pobladores, en especial en tres municipios: San Carlos, Granada
y Cocorná, que agrupan cerca del 50% de las expulsiones (18,6%, 14,6% y
14%, respectivamente). En cuanto al abandono de tierras, Oriente aporta el
6,7% del total del departamento (equivalente a 1.464,2 has), y en especial tres
municipios (San Luís, San Carlos y San Francisco con 33%, 20,9% y 14,9%,
respectivamente) aportan cerca del 69% de la subregión.
Consecuencia de ello, entre 1996 y 2003 se ha incrementado el coeficiente
Gini de concentración de la propiedad de la tierra de 0,68 a 0,72. Esta subregión
comprende una parte cercana al área metropolitana con municipios de bajo
porcentaje de expulsiones, que en los últimos años ha presentado un creciente
fenómeno de urbanismo, lo cual parece haber influido en la estructura de
propiedad, pues para el 2004 el 94% eran dueños del 40,3% del territorio;
20
Zona de embalses donde la presencia de megaproyectos relacionados con la infraestructura
eléctrica y vial, es un dinamizador de la confrontación (CISP, 2005).

24
25

otra parte está compuesta por municipios con grandes inversiones en


infraestructura hidroeléctrica, donde se concentran los principales problemas
de expulsión (ver tabla A7 en el anexo) obedeciendo a la idea que brinda la
Contraloría General de la Nación (2005), Ibáñez y Querubín (2004), Herrera
(2005), entre otros, de cómo los actores del desplazamiento forzoso prefieren
zonas con alto potencial productivo.
La subregión de Urabá, compuesta por 11 municipios, es una zona
estratégica como canal de transporte marítimo, con un alto potencial
productivo y de comercio, donde se concentra parte de las mejores tierras del
departamento; situación que determina la confluencia de múltiples intereses
nacionales y transnacionales, fundamentales en lo económico, político y
militar (CISP, 2005). Urabá es la segunda subregión con mayor porcentaje de
expulsados (20,3%), concentrados en Apartadó, Turbo y Mutatá (21,4%, 19,2%
y 13,4%, respectivamente), con cerca del 54%, así como con mayor abandono
forzado de tierras, 15,2% del total departamental, equivalentes a 3.336,4 has.,
donde sobresalen Mutatá, Apartadó y Turbo con cerca del 74% del total de
Urabá (37,3%, 18,5% y 17,6%, respectivamente).
Evidencia de lo anterior, el coeficiente de concentración Gini refleja
un proceso marcado de latifundismo; entre 1996 y 2004 el índice muestra
cifras por encima de 0,73. Quizá por ser la zona con cerca del 55% de la
producción total del departamento, que concentra la producción de banano
de exportación, siempre ha estado caracterizada por ser apetecible para la
adquisición de tierras.21 Esto puede explicar por qué el 89,5% de la superficie
rural está en manos del 34,6% de los medianos y grandes propietarios; aunque
la pequeña propiedad aumenta en superficie, pasando de 7,8% en 1995 a
10,5% en 2004, se compensa por el incremento del número de propietarios,
aproximadamente 10,6%, lo que hace que en términos reales no se presenten
cambios estructurales.
La tercera subregión en orden de expulsión es Occidente, con una
participación de 12,8%, compuesta por 20 municipios, la cual cuenta con gran

21
Urabá ha sido un territorio de expansión de la frontera agrícola a partir de los años 1960,
donde la consolidación de grandes conglomerados agroindustriales (banano, ganadería y, más
recientemente, palma africana) se dio en un ambiente de precaria presencia del Estado. Esta
caracterización histórica favoreció la penetración y consolidación de los grupos guerrilleros
en la década de 1970, particularmente del EPL —Ejército Popular de Liberación— y las FARC
—Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia—, que llegaron a contar con una fuerte base
social hasta la década de 1980 (CISP, 2005).

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Gaviria - Muñoz: Desplazamiento forzado y propiedad de la tierra en Antioquia, 1996-2004

importancia geográfica que recae básicamente en el Nudo de Paramillo, donde


muere la cordillera Occidental y nacen las serranías de Abibe, San Jerónimo
y Ayapel, así como los ríos Sinú y San Jorge. Esta particular condición
topográfica de la Subregión le permite a los grupos ilegales dominar un amplio
corredor estratégico, que abarca gran parte del noroccidente colombiano,
además la convierte en escenario privilegiado para la siembra y procesamiento
de cultivos ilícitos (CISP, 2005).
Lo anterior son argumentos de peso para entender por qué es la primera
subregión en tierras abandonadas de manera forzosa, con un 51,9% del total
departamental. Con una extensión de 11.358,8 has., el municipio de Buriticá
aporta el 92,3% de la subregión con 10.479 has., sin embargo, este municipio
es el cuarto en participación (10,4%), detrás de Frontino, Dabeiba y Peque
(27,2%, 26,1% y 21,4%, respectivamente), en cuanto al número total de
desplazamientos forzosos del Occidente (entre los cuatro concentran el 76%).
En contraste, entre 1996 y 2004 ha aumentado la apropiación de tierras por
parte de los grandes terratenientes; para 1996 el 1,4% de los propietarios de
predios mayores a 200 has. poseían el 37% de la tierra; en 2004 el igual número
de propietarios poseía un 40% del total; mientras el número de hectáreas en
manos de los pequeños y medianos propietarios ha disminuido, consolidando
el latifundio (ver tabla A11 en el anexo). Por esto, Occidente es la subregión
con el mayor índice Gini de concentración del departamento, al pasar de 0,77
a 0,82 entre 1996 y 2004.
La subregión de Bajo Cauca compuesta por 6 municipios22 es la primera
en extracción de oro a nivel departamental, hecho que ha determinado
históricamente la dinámica de su configuración subregional (CISP, 2005). Esta
subregión expulsa el 9,1% del total de personas del departamento, donde los
municipios que concentran la extracción aurífera (Bagre, Tarazá y Zaragoza)
son los principales expulsores (42,3%, 26,1% y 10%, respectivamente) de la
subregión con el 78,4% del total. No obstante, su participación en el número
de tierras abandonadas es 2,1% del total departamental, correspondiente a
468 has., de las cuales el municipio de Nechí, con 246 has., concentra el 52,6%
del total subregional (CISP, 2005).
En esta subregión es evidente el proceso de concentración, donde el
coeficiente Gini pasó de 0,61 en 1994 a 0,74 en el 2004; en cifras, el 52% de los
22
Zona con predominio de las AUC, quienes tienen grandes extensiones de tierra y recursos
logísticos importantes para el manejo de los cultivos ilícitos para el procesamiento de base de
coca (CISP, 2005).

26
27

propietarios de la mediana y gran propiedad poseen el 97,9% de la superficie,


mientras el 2,1% del área la conservan los pequeños propietarios con un 48%.
Tal proceso de concentración obedece a que la destinación económica de los
predios es para la minería y la ganadería extensiva, actividades que se constituyen
generalmente en grandes extensiones de tierra que van deteriorando los suelos
causando perjuicios a la productividad de la subregión por la relocalización de
cultivos (Muñoz y Mora, 2006).
La subregión del Suroeste compuesta de 23 municipios con vocación
cafetera, se ha convertido en zona de disputa territorial, por los corredores
estratégicos que conforman los municipios de Montebello, Salgar, Betulia y
Urrao, dando pie a constantes asesinatos selectivos, amenazas, masacres y
bloqueos económicos (CISP, 2005). Urrao y Betulia abarcan un porcentaje de
expulsión cercano al 57% del total subregional (47% y 10%, respectivamente);
además, Urrao es el municipio que aporta mayor participación en el abandono
de tierras ligado al desplazamiento forzoso con el 67,4% del total subregional;
aunque el Suroeste solo desplaza el 5,5% del total departamental y aporta
sólo el 1% del total departamental de tierras abandonadas con 209 has.
(CISP, 2005).
Respecto a la evolución en la tenencia de la propiedad de la tierra, entre
1996 y 2004 (ver tabla A15 en el anexo) se observa una paulatina disminución
de los pequeños propietarios (de 92,2% pasaron a ser 91,3%) que no compensa
en proporción la variación en la cantidad de tierra (pasó de 31% a 24,8% de la
superficie); en cuanto a los medianos propietarios pasaron de 7,3% a 8% y la
cantidad de tierras pasó de 44,7% a 41,3%; lo anterior a favor del aumento en
el latifundio (el número de grandes propietarios pasa de 0,5% a 0,7%, mientras
que la superficie pasa de 24,3% a 33,9%). Entonces, el índice de concentración
Gini en este periodo aumenta al pasar de 0,76 a 0,8 siendo esta subregión la
segunda en orden de concentración de la propiedad.
La subregión del Norte, compuesta por 17 municipios, donde se
concentra la producción de leche del departamento, 23 desplaza el 5,5% del
total departamental. Sobresale Ituango, que representa el 59% subregional;
según CISP (2005) este municipio se ha visto golpeado por una serie de
acciones bélicas por parte de los actores armados ilegales que han afectado

23
Con 1.630.339 litros por día para el año 2004 se constituye no solo como la primera productora
de leche del Departamento sino como una de las principales regiones lecheras del país (Muñoz
y Mora, 2006).

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Gaviria - Muñoz: Desplazamiento forzado y propiedad de la tierra en Antioquia, 1996-2004

la situación de orden público desde los años ochenta. Esto corrobora por qué
el abandono de tierras como consecuencia del desplazamiento forzado en
Ituango representó el 77,6% subregional, lo que equivale a 1.189 has. (para el
Norte la participación en el total departamental es 7%, con 1.531,5 has.).
En cuanto a la evolución de la tenencia de la propiedad, entre 1996 y
2004 (ver tabla A13 en el anexo) la subregión muestra una disminución de
la superficie para pequeños y medianos propietarios, la cual pasó de 25,9% a
15,9% de 51,9% a 40,7%, respectivamente, en cuanto a las grandes extensiones
de tierras pasan del 22,2% al 43,5% en manos del 1,5% de los propietarios;
motivo que ha provocado un aumento en el índice de concentración Gini en
este periodo al pasar de 0,69 a 0,79.
La subregión del Nordeste está compuesta por diez municipios,
caracterizados por la riqueza en recursos auríferos, explotación de recursos
naturales y presencia de cultivos ilícitos (CISP, 2005); su ubicación representa
corredores estratégicos que permiten el intercambio con el Magdalena Medio,
Norte, Oriente, Nordeste y sur de Bolívar. Esta subregión desplaza el 4,7%
del total departamental, donde Anorí y Segovia son los municipios con mayor
participación (18% y 14%, respectivamente). No obstante, se abandonaron por
causa del desplazamiento 582 has., equivalentes el 2,7% del total departamental.
Una vez más, resulta interesante destacar la alta concentración del fenómeno
en un sólo municipio (San Roque), que contribuye con el 94,3% (548 has.) al
total subregional.
La evolución de la tenencia de la propiedad para el Nordeste entre 1996
y 2004 (ver tabla A17 en el anexo) muestra que los pequeños propietarios
(66,7%) para 2004 solo poseen 7,9% de la superficie mientras que los medianos
(29,5%) y los grandes (3,8%) acaparan una mayor participación, 44,3% y
47,8%, respectivamente. Este claro proceso de concentración puede deberse
a un proceso de reconversión agrícola hacia haciendas ganaderas (Muñoz y
Mora, 2006); en la actualidad ocupan el renglón económico fundamental de
esta subregión, motivada en gran parte, desde fines de la década de 1960, por
el narcotráfico, que empezó a instalar allí sus bases para invertir las grandes
fortunas provenientes del negocio en la compra de tierras, fortaleciendo con
ello la tendencia a la concentración de ésta. Por lo anterior, la evolución del
índice de concentración Gini es creciente entre 1996 y 2004, al pasar de 0,76
a 0,79.
La subregión del Magdalena Medio, compuesta por 6 municipios,
cuenta con una posición estratégica como zona de enlace entre diferentes

28
29

departamentos y ciudades del territorio nacional; donde la disponibilidad de


recursos naturales y el potencial económico han dado pie a la implementación
de mega explotaciones y al incremento de la inversión pública y privada como
una estrategia de integración de redes del mercado nacional y local (CISP,
2005). No obstante, solo desplaza el 4,3% del total departamental, el cual se
concentra en un 72% en el municipio de Yondó. Aunque esta subregión no
genera un mayor impacto en el desplazamiento, es la tercera más afectada con
2.233 de has. de tierra abandonadas entre 1997 y 2003, es decir, el 10,2% del
total departamental. Como ocurre en Occidente, también se presenta aquí
una alta concentración del fenómeno en un solo municipio, Yondó, 24 con el
94% (2.100) de las hectáreas abandonadas a nivel subregional (CISP, 2005).
Lo anterior puede responder por qué en esta zona su mayor porcentaje
de la superficie está en manos de los grandes propietarios (7,8% de los
propietarios en 2004 son dueños del 51,6% de la superficie);en contraste, los
pequeños propietarios (58,2%) poseen el 4% de la tierra (ver tabla A12 en el
anexo) y los medianos propietarios que constituyen el 34% ocupan el 44,4%
de la superficie; importante argumento que explica el aumento en el índice de
concentración Gini entre 1996 y 2004 de 0,72 a 0,75.
Por último, la subregión del Valle de Aburrá, que comprende 10 municipios
que componen el Área Metropolitana, presenta el menor porcentaje de
expulsiones del departamento con 2,7%, junto con el más bajo índice de
concentración Gini que pasó entre 1996 y 2004 de 0,7 a 0,66. Esto se debe
a que el proceso de urbanismo que se gesta en esta zona ha llevado a una
distribución más equitativa que el resto de las subregiones. Lo preocupante de
esta región no es la expulsión ni la concentración de la propiedad ni mucho
menos el número de tierras abandonadas (3,2% equivalente a 711 has.), sino el
número de individuos desplazados que alberga, cercano al 40%, y si añadimos
Oriente y Urabá cerca del 80% (ver gráfico A2 en el anexo), lo cual la convierte
en la segunda región receptora de población en condiciones de desplazamiento
por violencia, proveniente de todas las regiones del país y del departamento.
De allí que en esta región han sido expulsadas 7.727 personas y han llegado
80.160 entre 1997 y 2005 (CISP, 2005), aumentando así las estadísticas sobre
desempleados, empleos informales, deserción escolar, indigencia y violencia y

24
Gutiérrez (2004) en su artículo “Desplazamiento forzoso y tenencia de la tierra en San Pablo
(sur de Bolívar)” hace referencia al problema del municipio de Yondó como un problema de
domino de territorio por parte de grupos ilegales.

Lecturas de Economía –Lect. Econ.– No. 66. Medellín, julio-diciembre 2007


Gaviria - Muñoz: Desplazamiento forzado y propiedad de la tierra en Antioquia, 1996-2004

sumado a esto, las dificultades que se enfrentan al tener que sobrevivir en una
ciudad ajena y hostil.
Esta reconfiguración política del Departamento, puede verse mejor si se
tiene en cuenta el porcentaje que representan los individuos expulsados del
total de la población (ver gráfico A3 en el anexo); para Urabá representa un
23,8%, para Bajo Cauca un 23,2% y para Oriente un 19,9%. Esto ejemplifica la
dinámica poblacional y la problemática social que se representa al interior del
departamento y que conduce de forma ineludible a serios problemas regionales
que involucran la reconfiguración económica y social (sistemas productivos
que no requieren mano de obra obligan no solo al desplazamiento forzado por
intimidación sino por falta de oportunidades laborales)(ver gráfico 6).

Fuente: CISP, 2005.

Gráfico 6. Antioquia: proporción de tierras abandonadas por subregiones, 2005


IV. Desplazamiento forzado y concentración de la tierra:
en busca de una relación
El desplazamiento forzado, como se ha tratado en los apartados anteriores,
es el resultado de múltiples efectos políticos, históricos, culturas y militares
que lo hacen difícil de abordar desde una relación simplista de unicausalidad.
En ese sentido, el establecer una relación directa con la concentración de la
propiedad puede parecer ingenuo en primera instancia al no poder controlar
otros factores que intervienen en la dinámica de este fenómeno, y no determinar
de manera precisa la causalidad entre ambas variables. No obstante, en un
sentido exploratorio, se indaga sobre la relación que podría existir entre estas
variables en el período 1997-2004, a partir de los datos obtenidos de Acción
Social y catastro departamental.

30
31

Para aproximarse a la posible relación entre desplazamiento forzado y


concentración de la tierra se hicieron dos procedimientos: análisis descriptivo
y econométrico. En primer lugar, se calcularon las correlaciones y las
covarianzas de ambas series para determinar el grado de relación; según los
resultados, entre las dos variables existe una relación negativa con un índice
de correlación y covarianza de -0,036 y -9,35, respectivamente (ver tabla A21
en el anexo).
En la segunda parte del análisis se intentó explorar una relación a partir
de la técnica de datos de panel donde se incluye en una misma estimación
las nueve subregiones en el tiempo. La estimación busca establecer de forma
empírica lo planteado en acápites anteriores sobre cómo el fenómeno de
desplazamiento parece estar relacionado con la variable tenencia de la tierra,
representada por el índice de concentración Gini de la propiedad rural; el
periodo elegido toma en cuenta los años en los que se recrudece el conflicto y
se dispara el desplazamiento forzoso. Años anteriores no poseen información
confiable o completa para la región. En principio, se espera que la variable
Gini afecte de manera positiva el desplazamiento, bajo el supuesto de que el
recrudecimiento del conflicto, como se expresó anteriormente, está relacionado
con la concentración de la propiedad rural en Antioquia y en especial en cada
una de las nueve subregiones.

El modelo a estimar es el siguiente:

donde i= Valle de Aburrá, Urabá,…, Bajo Cauca y t= 1997,1998,…,2004

Después del análisis individual de los datos, se descubrió que en el


año 2001 todas las regiones muestran un incremento inusitado en la cifra
de desplazamiento, por tanto, se incluyó una variable dummy que trata de
capturar los efectos de ese año que se explica en gran medida por la ruptura
de la zona de despeje y la intensificación de los conflictos. La estimación25

25
La metodología empleada fue mínimos cuadrados ponderados, debido a que permite tener
en cuenta la probable heteroscedasticidad del término de perturbación en cada una de las
subregiones. En ese sentido, se muestran los estadísticos ponderados y los no ponderados para
otorgarle mayor validez a la elección del método de estimación. Además, según el contraste
de Haussman, la forma correcta de estimación es por efectos fijos.

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Gaviria - Muñoz: Desplazamiento forzado y propiedad de la tierra en Antioquia, 1996-2004

fue significativa, no obstante, no puede perderse de vista que desde la misma


naturaleza del fenómeno del desplazamiento esta estimación es una simple
aproximación que no logra captar la multidimensionalidad del problema; por
tanto, aunque el ejercicio desde el punto de vista estadístico es significativo es
necesario ahondar su lógica en el plano teórico. Los resultados se encuentran
en la tabla 1.

Tabla 1. Estimación del modelo datos agregados 26


Variable dependiente: Personas expulsadas (desplazados)
Variable Valor Coeficiente
-27645,78
Constante
(-3,955)
41619,56
Ginit
(4,428)
5377,244
Dummy2001
(9,984)
Estadísticos ponderados
DW 2,090613
R 2 Ajustado 0,715093
Estadísticos no ponderados
DW 1,402734
R 2 Ajustado 0,670071

Estadístico t entre paréntesis.


Fuente: Cálculos propios.

El modelo concluye que el efecto marginal del Gini sobre el desplazamiento


es positivo en todas las subregiones del departamento, además, el 2001 se
constituye como un año donde el comportamiento de los desplazados aumentó
en todas las subregiones del departamento; es decir, que los efectos del fin
de la zona de despeje y demás tensiones políticas que se vivieron en ese año
repercutieron positivamente en el número de personas que tuvieron que dejar
su tierra. A nivel subregional, se encuentra que Urabá y Oriente, como era
de esperarse, se comportan por encima del promedio de las otras regiones del

26
Se realizó la prueba de hipótesis de homogeneidad en las pendientes por medio del contraste
de White bajo la estimación por pool, el cual no pudo ser rechazado por lo cual se valida la
estimación por panel.

32
33

departamento, seguidos del Valle de Aburrá; para las demás subregiones es


negativa, esto quizá complementa la idea que es necesario tener en cuenta otras
variables para estimar una relación econométrica entre el desplazamiento y la
concentración de la propiedad (ver tabla A20 en el anexo). Sin embargo, este
primer ejercicio teórico es un insumo válido para continuar el análisis en la
misma dirección, elaborando modelos separados por subregión que permitan
observar situaciones particulares de los municipios y de las características
particulares de las regiones. Asimismo, es importante resaltar que para el
Oriente, el modelo propuesto no logra capturar en gran medida la variabilidad
de la variable dependiente, por tanto, la relación propuesta para esta subregión
debe ser controlada por otros factores (ver gráfico A6 en el anexo).
Conclusiones y apuntes finales
Uno de los resultados que salta a la vista del análisis realizado en los
apartados anteriores es la peculiaridad tanto en estructura de propiedad
como en el fenómeno de desplazamiento de dos regiones específicas: Urabá
y Oriente; la primera se constituye como una de las subregiones antioqueñas
con la más importante producción agrícola, además, cuenta con un desarrollo
urbano y en sistemas productivos que la posicionan entre las regiones con
mayor competitividad del país. El Oriente, por su parte, ha tomado en los
últimos años un matiz turístico y urbanístico que se evidencia en el incremento
de los minifundios, lo cual se refleja en la desconcentración de la propiedad
rural, entre 1996 y 2004, hacia un mayor número de propietarios con predios
pequeños.
Además, después de hacer un repaso por la magnitud del desplazamiento
y sus relaciones con la tenencia de la tierra, surge una primera cuestión que
debe ser tenida en cuenta en la gestión pública en Colombia; debe considerarse
el desplazamiento forzado síntoma de una crisis humanitaria que afecta en
particular al sector rural, a la producción agrícola y a las estructuras de tenencia
de la propiedad no solo en Antioquia, sino en todo el país, con consecuencias
en los centros urbanos: redes de miseria, desigualdades sociales y perpetuación
de la pobreza en el país. Por esto, se recomienda como necesario realizar otra
lectura de los datos presentados por el Gobierno y las entidades a cargo, es
decir, se debe realizar un análisis desde el deseo de retorno de las personas
desplazadas, porque esto permite vislumbrar un asunto que no se trató en el
presente trabajo, y es el relacionado con la permanencia.

Lecturas de Economía –Lect. Econ.– No. 66. Medellín, julio-diciembre 2007


Gaviria - Muñoz: Desplazamiento forzado y propiedad de la tierra en Antioquia, 1996-2004

Otro aspecto que surge como consecuencia del desplazamiento es la presión


de los grupos de interés para que los desplazados no revelen los victimarios, es
decir, el manejo de los datos del desplazamiento necesariamente está cruzado
por variables que no permiten dimensionar el problema en toda su extensión,
es decir, pueden estar ocultando un problema estructural agudo respecto a las
nuevas modalidades o móviles del desplazamiento como el narcotráfico y los
grupos armados ilegales que surgen como consecuencia de actividades ilícitas.
Pero, también, existen casos donde los individuos desplazados ven en la ayuda
estatal un móvil de desplazamiento a las ciudades en busca de oportunidades
que el sector rural no les ofrece.
Es así como el desplazamiento trae consigo un abandono de la tierra y una
posibilidad para que los grupos de interés se apropien de ella aprovechándose de
la debilidad de las instituciones de control catastral, y la sospechosa flexibilidad
constitucional para la titulación de las tierras baldías. Esto ocasiona que se use
el desplazamiento como una manera de apropiarse de la tierra, apareciendo
con esto nuevos actores que están por fuera del conflicto político, pero que lo
utilizan como fachada para justificar sus actos.
En conclusión, se encontró que existe una relación entre la propiedad de
la tierra y el desplazamiento forzado en Antioquia sustentada en datos que
demuestran como a medida que aumenta el número de personas desplazadas,
aumenta la concentración de la propiedad de la tierra con los consecuentes
efectos negativos sobre la producción agrícola y la población rural. Evidencia
de ello es el hecho de que subregiones donde hubo mayor desplazamiento
aumentó la titulación de la propiedad rural. Sin embargo, se cree que es
necesario elaborar a futuro un análisis complementario en algunos municipios
donde, parece ser, recae con mayor fuerza el problema del desplazamiento, lo
cual puede obedecer a dinámicas particulares de los municipios. Así mismo,
el desplazamiento forzado debe ser tratado con mayor importancia desde
la economía para establecer sus implicaciones en lo productivo no solo en
Antioquia sino en Colombia.

34
35

Anexos27

Fuente: Acción social, 2006.


Gráfico A1. Antioquia: número de individuos expulsado, 1995-2004

Tabla A1. Antioquia: estructura de la propiedad rural, 1996-2004 (%)


Propietarios Área de terreno
Rangos de Hectáreas
1995 2004 1995 2004
Entre 0- 20 86,4 85,8 17,8 15,5
Entre 20- 100 10,7 10,9 31,0 29,6

Más de 100 2,9 3,3 51,2 54,8


Total 100 100 100 100
Fuente: Catastro Departamental, 2006.

Tabla A2. Antioquia: evolución del Gini por subregiones, 1996-2004


Valle de Bajo Magdalena
Año Nordeste Norte Occidente Oriente Suroeste Urabá
Aburrá Cauca Medio
1996 0,701 0,611 0,710 0,760 0,692 0,800 0,686 0,759 0,766
2004 0,654 0,797 0,742 0,784 0,827 0,832 0,733 0,774 0,729
Fuente: Catastro Departamental y cálculos propios.

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Los datos de desplazamiento son de Acción Social (2005) y los de propiedad de la tierra
pertenecen al Catastro Departamental de Antioquia (2005), basados en la construcción de
Muñoz y Mora (2006).

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Gaviria - Muñoz: Desplazamiento forzado y propiedad de la tierra en Antioquia, 1996-2004

Tabla A3. Individuos expulsados Tabla A4. Individuos expulsados


Nordeste Valle de Aburrá

Número de Participación Valle de Número de Participación


Nordeste Aburrá individuos municipio (%)
individuos municipio (%)
Amalfi 1.597 11,3 Barbosa 3.117 63,59
Anorí 2.551 18,0 Bello 911 18,58
Cisneros 72 0,5 Caldas 218 4,45
Remedios 1.618 11,4
Copacabana 129 2,63
San Roque 1.673 11,8
Envigado 19 0,39
Santo Domingo 1.395 9,8
Girardota 286 5,83
Segovia 1.971 13,9
Itaguí 83 1,69
Vegachí 886 6,3
Yalí 779 5,5 La Estrella 30 0,61
Yolombó 1.621 11,4 Sabaneta 109 2,22

Tabla A5. Individuos expulsados Tabla A6. Individuos expulsados


Bajo Cauca Magdalena Medio

Número de Participación Magdalena Número de Participación


Bajo Cauca
individuos municipio (%) Medio individuos municipio (%)

Cáceres 1.938 7,1 Caracolí 103 0,79


Caucasia 2.109 7,7 Yondó 9.377 72,23
El Bagre 11.625 42,3 Puerto Nare 1.393 10,73
Nechí 1.889 6,9 Maceo 239 1,84
Tarazá 7.177 26,1 Puerto Berrio 805 6,20
Zaragoza 2.751 10,0 Puerto Triunfo 1.065 8,20

36
37

Tabla A7. Individuos expulsados Tabla A8. Individuos expulsados


Oriente Suroeste

Número de Participación Número de Participación


Oriente Suroeste
individuos municipio (%) individuos municipio (%)

Abejorral 1.905 1,8 Amaga 269 1,60


Alejandría 3.516 3,3 Andes 620 3,69
Argelia 4.874 4,6 Angelopolis 408 2,43
Cocorná 20.034 18,8 Betania 228 1,36
Concepción 773 0,7 Betulia 1.659 9,86
Carmen de Caramanta 92 0,55
3.278 3,1
Viboral
Ciudad Bolívar 615 3,66
El Santuario 738 0,7
Concordia 601 3,57
Granada 10.394 9,7
Fredonia 101 0,60
Guarne 144 0,1
Guatapé 234 0,2 Hispania 48 0,29

La Ceja 223 0,2 Jardín 167 0,99

La Unión 1.311 1,2 Jericó 65 0,39


Marinilla 1.672 1,6 La Pintada 110 0,65
Nariño 2.707 2,5 Montebello 759 4,51
Peñol 1.498 1,4 Pueblorrico 194 1,15
Retiro 66 0,1 Salgar 780 4,64
Rionegro 249 0,2 Santa Barbara 1.182 7,03
San Carlos 16.582 15,5 Tamesis 309 1,84
San Francisco 11.786 11,0 Tarso 68 0,40
San Luís 12.779 12,0 Titiribí 131 0,78
San Rafael 6.304 5,9 Urrao 7.934 47,17
San Vicente 1.064 1,0 Valparaíso 345 2,05
Sonsón 4.664 4,4 Venecia 134 0,80

Lecturas de Economía –Lect. Econ.– No. 66. Medellín, julio-diciembre 2007


Gaviria - Muñoz: Desplazamiento forzado y propiedad de la tierra en Antioquia, 1996-2004

Tabla A9. Individuos expulsados Tabla A10. Individuos expulsados


Occidente Urabá
Número de Participación Número de Participación
Urabá Occidente
individuos municipio (%) individuos municipio (%)
Abriaqui 50 0,13
Apartadó 13.184 21,4
Anza 300 0,77
Arboletes 1.903 3,1 Armenia 115 0,30
Buriticá 4.036 10,40
Carepa 3.070 5,0
Caicedo 361 0,93
Chigorodó 4.052 6,6 Cañasgordas 1.550 3,99
Murindó 2.091 3,4 Dabeiba 10.121 26,08
Ebejico 78 0,20
Mutatá 8.246 13,4 Frontino 10.570 27,24
Necoclí 3.909 6,4 Giraldo 63 0,16
Heliconia 438 1,13
San Juan Liborina 123 0,32
3.744 6,1
de Urabá
Olaya 31 0,08
San Pedro Peque 8.315 21,42
5.351 8,7
de Urabá
Sabanalarga 311 0,80
Turbo 11.805 19,2 San Jerónimo 299 0,77
Vigía Del Santafé
4.164 6,8 766 1,97
Fuerte Antioquia
Sopetrán 107 0,28
Uramita 1.176 3,03

Tabla A11. Rangos propiedad Tabla A12. Rangos propiedad


Occidente, 1996-2004 Magdalena Medio, 1996-2004
Propietarios Área de terreno Propietarios Área de terreno
Rangos has. Rangos has.
1996 2004 1996 2004 1996 2004 1996 2004
Entre 0- 20 85,3 85,8 19,6 17,8 Entre 0- 20 50,7 58,2 4,0 4,0
Entre 20- 100 13,3 12,8 44,0 42,6 Entre 20- 100 39,6 34,0 42,7 44,4
Más de 100 1,4 1,4 36,5 39,8 Más de 100 9,7 7,8 53,3 51,6
Total 100 100 100 100 Total 100 100 100 100

38
39

Tabla A13. Rangos propiedad Norte, Tabla A17. Rangos propiedad Nordeste,
1996-2004 1996-2004
Propietarios Área de terreno Propietarios Área de terreno
Rangos has. Rangos has.
1996 2004 1996 2004 1996 2004 1996 2004
Entre 0- 20 79,5 78,6 25,9 15,9 Entre 0- 20 62,9 66,7 7,9 7,9
Entre 20- 100 19,5 20,0 51,9 40,7 Entre 20- 100 33,0 29,5 46,1 44,3
Más de 100 1,1 1,5 22,2 43,5 Más de 100 4,1 3,8 46,0 47,8
Total 100 100 100 100 Total 100 100 100 100

Tabla A14. Rangos propiedad Oriente, Tabla A18. Rangos propiedad Valle de
1996-2004 Aburrá, 1996-2004
Propietarios Área de terreno Propietarios Área de terreno
Rangos has. Rangos has.
1996 2004 1996 2004 1996 2004 1996 2004
Entre 0- 20 93,7 93,9 45,0 40,3 Entre 0- 20 97,2 97,9 47,8 52,2
Entre 20- 100 5,7 5,4 36,1 33,9 Entre 20- 100 2,7 2,0 42,3 41,7
Más de 100 0,6 0,7 18,8 25,9 Más de 100 0,1 0,1 9,2 6,1
Total 100 100 100 100 Total 100 100 100 100

Tabla A15. Rangos propiedad Suroeste, Tabla A19. Rangos propiedad Urabá,
1996-2004 1996-2004
Propietarios Área de terreno Propietarios Área de terreno
Rangos has. Rangos has.
1996 2004 1996 2004 1996 2004 1996 2004
Entre 0- 20 92,2 91,3 31,0 24,8 Entre 0- 20 67,0 65,4 9,4 10,5
Entre 20- 100 7,3 8,0 44,7 41,3 Entre 20- 100 31,6 31,1 53,8 54,6
Más de 100 0,5 0,7 24,3 33,9 Más de 100 1,4 3,5 36,8 35,0
Total 100 100 100 100 Total 100 100 100 100

Tabla A16. Rangos propiedad Bajo Cauca,


1996-2004
Propietarios Área de terreno
Rangos has.
1996 2004 1996 2004
Entre 0- 20 28,3 48,0 1,7 2,1
Entre 20- 100 39,4 33,0 20,8 23,8
Más de 100 32,2 19,0 77,5 74,2
Total 100 100 100 100

Lecturas de Economía –Lect. Econ.– No. 66. Medellín, julio-diciembre 2007


Gaviria - Muñoz: Desplazamiento forzado y propiedad de la tierra en Antioquia, 1996-2004

Fuente: Acción Social, 2006, Gobernación de Antioquia.


Gráfico A2. Subregiones receptores acumulado 1995-2006

Fuente: Acción Social, 2006, Gobernación de Antioquia.


Gráfico A3. Porcentaje población rural desplazada. Subregiones, 1995-2006

40
41

Fuente: Acción Social (2006).


Gráfico A4. Antioquia: actores del desplazamiento, 1995-2006

Fuente: Catastro Departamental, 2006. Acción Social, 2006.


Gráfico A5. Oriente y Urabá: área del terreno catastral y desplazados

Lecturas de Economía –Lect. Econ.– No. 66. Medellín, julio-diciembre 2007


Gaviria - Muñoz: Desplazamiento forzado y propiedad de la tierra en Antioquia, 1996-2004

Fuente: cálculos propios.


Gráfico A6. Residuales (Residual), estimaciones (Fitted) y series reales (Actual)

Tabla A20. Efectos fijos


Tabla A21. Matriz de correlación
de las subregiones
y co-varianzas
Subregión Coeficiente
Bajo Cauca -7.177,554 DESPL Gini
Magdalena Medio -1.700,449 1 -0,0361
DESPL
Nordeste -3.598,378 (35540844) (-9,3501)
Norte -3.533,601
Oriente 9.839,496 -0,0361 1
GINI
Occidente -2.242,286 (-9,3501) (0,0018)
Suroeste -3.107,707
* En paréntesis varianzas y co-varianzas.
Urabá 3.951,249 Fuente: cálculos propios.
Valle de Aburrá 4.634,523
Fuente: cálculos propios.

42
43

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