Está en la página 1de 4

INFANCIA

Desde ya hace tiempo no se reconocía la importancia de tener una buena infancia, los
niños eran considerados adultos pequeños orientados a valerse por sí mismos  lo más pronto
posible, en consecuencia muchos morían a temprana edad por falta de la satisfacción de sus
necesidades o por el trabajo que se les asignaba. La importancia de que los niños realizaran
actividades como el juego y la exploración de su entorno; de que se alimentaran de forma
particular, se les brindara cuidados específicos y un trato respetuoso no existía de tal forma,
no había ni importaba lo que pasaran en ese tiempo los infantes.

Los niños esclavizados, obligados a trabajar y a tan temprana edad vivan casi como adultos
llenos de responsabilidades, y muchos de ellos jamás podían practicar el papel de un niño
normal de vivir su infancia como quiere, sin responsabilidades, sin cargas de trabajo, sin
cansancio del mal trato que se les daba.

La transformación del pensamiento acerca de la infancia ha ido evolucionando a través de


los años; aproximadamente en el siglo XVII se descubrió que en los primeros años de vida
el ser humano se desarrolla y adquiere las bases para convertirse en un adulto íntegro y
saludable. En las últimas décadas se ha difundido el conocimiento acerca de los niños: la
importancia del buen trato, el respeto y garantía de sus derechos, así como de las
necesidades de cuidado y amor que requieren para vivir. Que el desarrollo cerebral en la
primera infancia determina las estructuras que darán sustento a las habilidades adquiridas a
lo largo de la vida; y, que lo más importante es mantener una relación cercana, amorosa y
estable que garantice los derechos de los niños para asegurar su sano desarrollo.

Hoy en día es preocupante ver como las nuevas generaciones tienen esa falta de infancia en
la infancia, o sea, pierden la inocencia demasiado pronto; por ejemplo: las niñas quieren
parecerse a mujeres a edades tan prontas como los 10 años, e incluso sus cuerpos están
cambiando, como si quisieran crecer más deprisa de lo que lo hacen sus mentes, ya no
viven la infancia como nosotros, no aprenden a ser niños, viven estresados por el complejo
que llevan los padres, ya que generalmente trabajan los dos y no tienen tiempo para atender
las necesidades de sus hijos en el campo educativa o emocional.
Están perdidos y lo que es más terrible es que no lo saben porque creen saberlo todo.
Ignoran los principios y valores que nos guían en la vida y creen que sabrán manejarse en
los problemas de la misma, pero la realidad es muy distinta, ya que no tienen una base para
asentar sus valores e ideas, todo eso conlleva a provocar problemas en sus entornos
familiares como son los embarazos no deseados, las drogas y conflictos continuos con los
padres. No digo que todas las nuevas generaciones de hoy en día sean así pero sí que hay
un buen porcentaje y eso es preocupante. Debemos aprender a educar a nuestros hijos por
lo menos de la misma forma que nos educaron a nosotros, en los valores que nos inculcaron
y en el respeto a la cultura y a la vida.

Hablar de la infancia es un tema recurrente para nosotros como docentes, hablar de esa
época es hablar del principio de toda vida humana, de la base de toda educación y del
centro de todo problema y forma de vivir la vida adulta. Si miramos atrás nos damos cuenta
de que en realidad cuando somos unos niños estamos más capacitados para comprender los
complejos de la vida de lo que nuestros padres y mayores piensan.

Los niños de hoy en día están sumergidos en un mundo demasiado competitivo y eso les
genera problemas de convivencia con sus compañeros y con los padres, hemo instaurado en
la sociedad un afán por conseguir cosas materiales que “transmitimos a nuestros hijos” y
eso está llevando a que cada vez sean más egoístas y egocéntricos, que no quieran
compartir nada y que se sientan como reyes entronados en sus hogares llenos de consolas,
juguetes electrónicos y demás baratijas, se ven vestidos con ropa de marca y no toleran ir
con otro tipo; y la culpa de todo este problema la tiene la sociedad y los padres que se han
dejado arrastrar por ella, ya que es más cómodo darle al hijo una cosa material para que no
moleste que hablar con él y hacerle comprender que no puede ser todo lo que pida, ya que
eso requiere tiempo y por desgracia tiempo falta en nuestra vida por el trabajo y por el
estrés. Hasta este momento no soy madre, pero opino desde el punto que se me ha
permitido observar estos cambios, esta arrogancia, este grito de auxilio que piden los
padres, los abuelos y personas educadas en otros tiempos, no soy madre pero he visto en
muchas el grito en la cara, al punto de ya no saber qué hacer con los reyes de la casa.

Los padres se han vuelto cómodos en la educación de los hijos, y se piensan que la misma
es responsabilidad de los profesores en las escuelas; está claro que la educación en las aulas
es cosa de nosotros como profesores, pero si enseñamos unos valores y luego en casa no se
reafirman, no se afianzarán los conocimientos porque el niño se verá en un conflicto de
intereses, si ve al padre hacer algo mal, el niño lo imitará y si el profesor le dice que eso
está mal, el pensará que como su padre lo hace, él también y eso lleva a revelarse contra
todo de forma violenta.

La situación actual en la educación es demasiado compleja porque la falta de autoridad del


profesor hace que los niños se tomen su educación como algo fastidioso y que no tiene
importancia para su futuro, pasan de todo y fracasan, y lo jodido es que no les importa,
porque piensan que en la vida se debe de triunfar de otro modo, no le dan importancia a la
cultura pero si al dinero; y enseñan que hay que pasar sobre todos para lograr lo que se
quiere.

A veces no se en que nos estamos equivocando, porque de pasar a ser niños marginados en
trabajo sin vivir infancia han pasado a ser los reyes de la casa, a ser más autoridad que
mamá y papá; incluso estos actos se reflejan en nuestros alumnos, en el transcurso de
nuestra preparación nos hemos dado cuenta de cómo ha venido afectado el que los niños se
sientan el centro del universo, no digo que este mal que hayan logrado obtener y poder vivir
de una mejor manera desde la infancia, solo digo que los problemas se reflejan en todos,
que las actitudes cambiantes de los pequeños restaran autoridad a cualquiera y estamos
enfrentando un problema en la sociedad y en las nueva generaciones que no cumplen un
respaldo de valores por parte de sus padres, que vienen con ideas erróneas de cuál es su
papel en el mundo. Es preciso que como padres aporten en la educación de sus esa hijos
manera de valores, que se fomenten las reglas de convivencia, que construyan
pensamientos positivos en los infantes que hoy están viviendo y que los maestros eduquen
para ser ciudadanos capaces y de bien.

Si cada quien cumple con el rol que le corresponde incluyendo a la sociedad veremos un
cambio reflejado en las actitudes de las nueva generaciones desde su infancia. Si los padres
hacen su papel y se ocupan a mayor tiempo en sus hijos, si la sociedad aporta para el
refuerzo de valores, si los profesores se centran en su trabajo y no hacen un doble papel,
veremos cambios favorables, mientras no se haga igual veremos cambios pero no los que
esperamos.
Infancia para mi es la etapa de la vida más importante, pues es ahí donde tenemos tiempo
de estar con nosotros mismos, de poner nuestras propias reglas, de conocernos, de incluso
tener platicas con nosotros mimos, en donde no pretendemos encajar, solo nos importa
divertirnos, somos puros, es una etapa para forjar lo que nos marcará de por vida para bien
o para mal, porque muchos de nosotros o casi todos somos marcados en esa etapa por algún
suceso no agradable o en otros casos lo contrario, pero siempre existe un marca que no hace
ser las personas que somos hoy en día.

También podría gustarte