Está en la página 1de 9

2.

FUNDAMENTOS DE MECÁNICA CUÁNTICA


2.1 Orígenes de Mecánica Cuantiíta
2.1.1 Radiación de cuerpo negro
2.1.2 Efecto fotoeléctrico.
2.1.3 Naturaleza dual de la luz. Fotones
2.1.4 Naturaleza dual de los electrones: Ondas de De Broiglie
2.1.5 Espectro de átomo de hidrógeno. Modelo de Bohr
2.1.6 Ecuación de Schrödinger

2. FUNDAMENTOS DE MECÁNICA CUÁNTICA


2.1 Orígenes de Mecánica Cuantiíta
“Creo que puedo afirmar con toda seguridad que nadie entiende la mecánica cuántica”. Así de tajante fue en una ocasión
el Premio Nóbel de física Richard Feynman. Y es que ciertamente, esta teoría fundamental no es una herramienta sencilla
para los físicos, y mucho menos para las personas que no han dedicado mucho tiempo a estudiarla. No obstante, cualquiera de
nosotros puede hacerse una idea general sobre este tema. Primero, para no asustarnos demasiado, vamos a ver algunos de los
pasos más significativos que dieron origen a esta concepción del mundo.
MAX PLANCK Y LOS CUANTOS
Todo comenzó en el año 1900, cuando el físico alemán Max Planck se enfrentaba a enormes dificultades
para medir la radiación que emiten los cuerpos negros, los cuales son objetos teóricos que absorben toda la
radiación que incide sobre ellos y posteriormente la emiten. Un ejemplo cotidiano aproximado sería un
metal al rojo vivo, que tras recibir mucho calor comienza a emitir luz roja. Algo parecido a esta luz roja es
lo que intentaba medir Max Planck, pero se encontró con que había demasiadas variaciones a nivel
microscópico como para calcular la cantidad total con exactitud. El paso de gigante que dio Planck
consistió en considerar que la energía no era emitida como algo continuo, sino que pensó que era mucho
más fácil si se imaginaba pequeños paquetes de energía saliendo al exterior. Sería algo así como medir el volumen de un vaso
de agua llenándolo de arroz, sabiendo cuanto granos hay y cuanto ocupa cada uno, sabríamos el volumen total más fácilmente
que usando el agua para tal fin. Estos pequeños paquetes de energía fueron llamados cuantos, y Planck formuló que el
tamaño de ellos contaba con un valor fijo. Este valor se llama ahora Constante de Planck. Es importante tener en cuenta que
esto en aquella época se considero un afortunado artificio teórico, pero que no se correspondía con la realidad física. Nadie
consideraba aún que realmente la energía pudiera estar compuesta por pequeños paquetes.
ALBERT EINSTEIN Y EL EFECTO FOTOELÉCTRICO
Poco después, en 1905, este genio alemán, mientras estudiaba la naturaleza de ciertos metales que emiten
electricidad cuando reciben luz, se dio cuenta de que el desarrollo de Planck le servía también a él, llegando
a la sorprendente conclusión de que se podía considerar la luz como un conjunto de pequeños paquetes que
golpeaban a los electrones y les hacían abandonar el metal. Calculó que la energía de los cuantos de luz (en
la actualidad llamados fotones) también se medía a partir de la constante de Planck. Fue gracias a este
estudio por el que Einstein recibió el Premio Nóbel, por la descripción del llamado efecto fotoeléctrico, el
cual ahora utilizamos en aparatos como placas solares o células fotoeléctricas, siendo el silicio el mejor
material fotosensible utilizado.
NIELS BOHR Y EL ÁTOMO
Por su parte, el danés Niels Bohr, en el año 1913, encontró otra interesante “coincidencia” en la naturaleza
relacionada con la constante de Planck. Se hallaba estudiando la naturaleza del átomo, concretamente del
átomo de hidrógeno, por ser el más simple y tratarse de un campo nuevo en su época. Un átomo de
hidrógeno consta de un electrón que gira alrededor de un núcleo compuesto solamente por un protón. Bohr
propuso que cada electrón podía orbitar a distintas distancias de su núcleo, dependiendo de lo caliente que
se hallara el gas. Pero lo realmente importante era que estas distancias no podían ser cualesquiera, sino que
eran proporcionales a múltiplos enteros de la constante de Planck. Una vez más esa constante, que aún se
consideraba un artificio matemático, venía ligada a un fenómeno natural a escala minúscula.
LOUIS DE BROGLIE Y LA DOBLE NATURALEZA DE LA MATERIA
El siguiente avance esencial vino de mano del francés Louis de Broglie, quien en 1924 expuso su tesis
doctoral, en la cual propugnaba que el electrón en movimiento tenía una doble naturaleza: por un lado era
una partícula, pero también presentaba las características de una onda. Para ello partió de la explicación
cuántica de Einstein sobre la luz y vio que se podía aplicar a cualquier tipo de cuerpo, no sólo a los
paquetes o cuantos de luz. En 1927 se llevó a cabo un experimento cuyo resultado se ajustaba a esta
hipótesis. Se comprobó que los electrones experimentan difracción, una característica de las ondas. Este
fue el primer paso para comprender que la materia tiene una doble naturaleza: onda y partícula, así como
que las ondas presentan también comportamiento de partículas. Es lo que se llama dualidad onda partícula, y no sólo se da
en los electrones y demás partículas subatómicas, se cumple en cualquier cuerpo, desde un balón de fútbol, pasando por una
persona o un edificio, y hasta los planetas o el Sol. Lo que ocurre es que la longitud de onda es menor cuanto mayor es el
objeto, y por tanto es inapreciable a escala mayor que la de los átomos.

1
Estas fueron las cuatro bases más importantes para lo que vino después, la elaboración de una
teoría llamada mecánica cuántica, y en la que profundizaremos mas adelante.
2.1.1 Radiación de un cuerpo negro. Formula de Plank.

La radiación de ondas electromagnéticas por los cuerpos (emisión) puede realizarse a cuenta de
diferentes tipos de energía. Lo más difundida es la radiación de calor, o sea la emisión de ondas
electromagnéticas provocada por la energía interna do los cuerpos. Todas las demás variedades de
emisión, estimulada por otros tipos de energía, excepto la interna (calorífica), se unen bajo el nombro
común de «luminiscencia». El fósforo que so oxida en el aire resplandece como resultado de la energía
que se libera do la transformación química. Esa clase de radiación se denomina quimioluminiscencia.
La emisión que surge de diferentes clases de descargas autónomas en un gas lleva el nombre de
electroluminiscencia. La luminiscencia de los sólidos, provocada por el bombardeo con electrones, es
denominada catodolumlniscencia y provocada por la absorción de radiación electromagnética,
fotoluminiscencia. La radiación de calor tiene lugar a cualquier temperatura, sin embargo, a bajas
temperaturas se emiten prácticamente sólo ondas electromagnéticas largas (infrarrojas).
Rodeemos el cuerpo emisor con una envoltura de superficie reflectora
ideal (Fig. 2.1.1). Evacuemos el aire de la envoltura. La radiación que se
refleja en la misma, al caer en el cuerpo, se absorbe por esto (completamente o
en parte). Por lo tanto ocurre un intercambio ininterrumpido de energía entre
el cuerpo y la radiación que llena la envoltura. Si la distribución de la energía
entre el cuerpo y la radiación permanece invariable para cada longitud de
onda, el estado del sistema cuerpo-radiación será de equilibrio. La experiencia
muestra que el único tipo de radiación que puede encontrarse en equilibrio
con los cuerpos emisores es la radiación de calor. Todas las demás Fig. 2.1.1 Equilibrio entre
variedades de radiación resultan ser desequilibradas. radiación y emisión
La capacidad de la radiación de calor de encontrarse en equilibrio-con los cuerpos emisores está
condicionada por que su intensidad crece con el aumento de la temperatura. Supongamos que el
equilibrio entre el cuerpo y la radiación haya sido alterado y el cuerpo emita más energía que la que
absorbe. Entonces la energía interna del cuerpo decrecerá, lo que conllevará a la disminución de la
temperatura. Esto a su vez provocará la reducción de la cantidad de energía emitida por el cuerpo. La
temperatura del mismo irá decreciendo hasta que la cantidad de energía emitida no sea igual a la de
energía absorbida. Si el equilibrio se altera hacia el otro lado, o sea la cantidad de energía emitida resulta
ser menor que la absorbida, la temperatura del cuerpo irá aumentando hasta que se restablezca el
equilibrio. De esta manera, la alteración del equilibrio en el sistema cuerpo-radiación provoca el
surgimiento de procesos que lo restablecen. De todas las clases de radiación, la única que puede ser
equilibrada es la radiación de calor.
La intensidad de la radiación de calor se caracteriza mediante la magnitud del flujo de energía
medido en vatios. El flujo de energía R emitido por la unidad de superficie del cuerpo emisor en unidad
de tiempo en todas las direcciones se denomina luminosidad energética del cuerpo. La luminosidad
energética es una función de la temperatura T. La radiación, además, se compone de ondas de diferentes
frecuencias ν (o longitudes de onda λ ). El flujo de energía emitida por la unidad de superficie del
cuerpo en el intervalo de frecuencias dν entre ν y ν + dν mediante dRν es proporcional al ancho de este
intervalo:
dRν (ν , T ) = rν (ν , T ) ⋅ dν (2.1.1)
La magnitud rν se llama el poder emisor del cuerpo. La radiación puede ser caracterizada por la
longitud de onda λ en vez de la frecuencia ν . En este caso la relación (2.1.1) se reemplaza por la
siguiente:
dRλ ( λ , T ) = rλ ( λ , T ) ⋅ d λ (2.1.2)
El intervalo de longitudes de onda d λ corresponderá al sector del espectro dν . Las magnitudes
dλ y dν definen una misma región y están vinculadas por una relación simple
d λ = − c ν 2 dν ; dν = − c λ 2 d λ que se deriva de la fórmula: λ = c ν (c es la velocidad de la luz

2
c = 3 ⋅ 108 m / s ). El signo menos en esta expresión no tiene un significado sustancial e indica solamente
que con el aumento de una de las magnitudes la otra disminuye. Las magnitudes dRλ ( λ , T ) y dRν (ν , T )
deben coincidir y por eso:
c λ2
rν (ν , T ) = rλ ( λ , T ) ⋅ 2 = rλ ( λ , T ) ⋅ (2.1.3)
ν c
Con ayuda de la fórmula (2.5) se puede pasar de rν (ν , T ) a rλ ( λ , T ) y viceversa.
En las investigaciones de la composición espectral del poder emisor más fácil analizar
teóricamente analizar un cuerpo negro para el cual se cumple la condición de igualdad entre la energía
emitida y energía absorbida. Un cuerpo negro es un objeto ideal que absorbe toda la luz y toda la
energía radiante que incide sobre él. Nada de la radiación incidente se refleja o pasa a través del cuerpo
negro. A pesar de su nombre, el cuerpo negro emite luz y constituye un modelo ideal físico para el
estudio de la emisor de radiación electromagnética. El nombre cuerpo negro fue introducido por Gustav
Kirchhoff en 1862. La luz emitida por un cuerpo negro se denomina radiación de cuerpo negro. Todo
cuerpo emite energía en forma de ondas electromagnéticas, siendo esta radiación, que se emite incluso en
el vacío, tanto más intensa cuando más elevada es la temperatura del emisor. La energía radiante emitida
por un cuerpo a temperatura ambiente es escasa y corresponde a longitudes de onda superiores a las de la
luz visible (es decir, de menor frecuencia). Al elevar la temperatura no sólo aumenta la energía emitida
sino que lo hace a longitudes de onda más cortas; a esto se debe el cambio de color de un cuerpo cuando
se calienta. Los cuerpos no emiten con igual intensidad a todas las frecuencias o longitudes de onda, sino
que siguen la ley de Planck que vamos a discutir más adelante. A igualdad de temperatura, la energía
emitida depende también de la naturaleza de la superficie; así, una superficie mate o negra tiene un poder
emisor mayor que una superficie brillante. Así, la energía emitida por un filamento de carbón
incandescente es mayor que la de un filamento de platino a la misma temperatura. La ley de Kirchhoff
establece que un cuerpo que es buen emisor de energía es también buen absorbedor de dicha energía. Así,
los cuerpos de color negro son buenos absorbedores y el cuerpo negro es un cuerpo ideal, no existente en
la naturaleza, que absorbe toda la energía.
En la naturaleza no existen cuerpos absolutamente negros. Sin embargo, pueden crearse artificios
que por sus propiedades sean tan próximos como se quiera al cuerpo negro. Ese
dispositivo puede ser representado por una cavidad provista de un pequeño
orificio (Fig. 2.1.2). La radiación que penetra hacia el interior a través del
orificio, antes de salir del mismo, sufre una reflexión repetida. Parte de la
energía es absorbida en cada reflexión, como resultado de lo cual toda la
radiación de cualquier frecuencia se absorbe en esa cavidad. De acuerdo con la
ley de Kirchhoff, el poder emisor de ese dispositivo es muy próximo a la
función rν (ν , T ) de un cuerpo negro, significando T la temperatura de las Fig. 2.1.2 Modelo de
paredes de la cavidad. De esta manera, si mantenemos las paredes de la cavidad cuerpo negro
a cierta temperatura T, del orificio la o saldrá una radiación bastante cercana por
su composición espectral a la del cuerpo negro a esa misma temperatura T.
La explicación teórica de las leyes de la radiación del cuerpo negro tuvo un significado enorme en
la historia do la Física ya que condujo al concepto de los cuantos de energía. Durante mucho tiempo, los
intentos por obtener la forma teórica do la función rν (ν , T ) no daban la solución general del problema.
Stefan (1879), analizando los dalos experimentales, llegó a la conclusión do que la luminosidad
energética R (poder emisor integral) es proporcional a la cuarta potencia de la temperatura absoluta. Sin
embargo, mediciones posteriores más exactas mostraron la inexactitud de sus conclusiones. Boltzmann
(1884), partiendo do consideraciones termodinámicas obtuvo en forma teórica el siguiente valor para la
luminosidad energética del cuerpo negro:

R = ∫ rλ ( λ , T ) d λ = σ ⋅ T 4 (2.1.4)
0

3
donde σ es una magnitud constante y T, la temperatura absoluta. De esta forma, la conclusión a la que
llegó Stefan para cualquier cuerpo (él no experimentó con cuerpos negros), resultó correcta sólo para los
cuerpos negros.
La relación (2.1.4) entre la luminosidad energética del cuerpo negro y su temperatura absoluta recibió el
nombre de la ley de Stefan — Boltzmann. La constante σ se denomina constante de Stefan- Boltzmann.
Su valor experimental es igual a:
(
σ = 5.7 ⋅ 10−8 W / m 2 ⋅ K 4 ) (2.1.5)
Ejemplo ¿En cuantas veces se incrementa la radiación de un cuerpo negro al subir la temperatura desde
27°C hasta 327°C ?
Solución
E1 = σ ⋅ T14 ; E2 = σ ⋅ T2 4 ; ⇒ E2 E1 = (T2 T1 ) = 24 = 16
4
Respuesta En 16 veces

Más tarde Wien (1893), utilizando las ideas de la


termodinámica y de la teoría electromagnética, mostró que las
curvas de poder emisor en función de la longitud de onda deben
tener una forma de campana que arrancan en origen de las
coordenadas pasan por un máximo y después tienden a cero para
grandes longitudes de onda, así como lo muestra Fig. 2.1.3.
Según la Ley de desplazamiento de Wien hay una relación
inversa entre la longitud de onda en la que se produce el máximo
de emisión de un cuerpo negro y su temperatura.
b
λmax = ; b = 0.0028976 ( m ⋅ K ) (2.1.6)
T
donde T es la temperatura del cuerpo negro en Kelvin (K) y λmax
es la longitud de onda del pico de emisión en metros. Las
consecuencias de la ley de Wien es que el máximo de la curva de Fig. 2.1.3 Poder emisor de un cuerpo negro
poder emisor con el aumento de temperatura se desplaza hacia en función de la longitud de onda para
longitudes de ondas electromagnéticas más cortas, es decir, cuanta diferentes temperaturas
mayor sea la temperatura de un cuerpo negro menor es la longitud
de onda en la cual emite. Por ejemplo, la temperatura de la fotosfera solar es de 5780 K y el pico de
emisión se produce a 475 nm o 4750 Å. Como el rango visible se extiende desde 4000 Å hasta 7400 Å,
esta longitud de onda cae dentro del espectro visible siendo un tono de verde. Sin embargo, debido a la
difusión de Rayleigh de la luz azul por la atmósfera la componente azul se separa distribuyéndose por la
bóveda celeste y el Sol aparece amarillento.
Ejemplo. La longitud de onda corresponde al máximo del poder emisor de un cuerpo negro se desplazó
desde λ1 = 500nm hacia λ2 = 400nm . ¿ En cuanto se incremento la temperatura de superficie?
Solución
λ1 = 0.0028976 T 1 ; λ2 = 0.0028976 T 2 ⇒ T2 − T1 = C ( λ2 − λ1 ) / λ2 λ1 =

( )
= 0.0028976 ⋅ 100 ⋅ 10−9 500 ⋅ 10−9 ⋅ 400 ⋅ 10−9 ≈ 1449 K
El siguiente paso en el estudio de la radiación de un cuerpo
negro hicieron Rayleigh y Jeans los en los comienzos del siglo XX
,quienes trataron de determinar la densidad do equilibrio de la
radiación, partiendo del teorema de la estadística clásica sobro la
equípartición de la energía por los grados de libertad. Ellos
supusieron que a cada oscilación electromagnética le corresponde,
en promedio una energía igual a dos mitades de kT, una mitad
corresponde a la energía eléctrica y la otra, a la magnética de la
onda (recordamos que según las concepciones clásicas, a cada
grado de libertad oscilatorio le corresponde, en promedio, una
energía igual a dos mitades de kT). La radiación de equilibrio en Fig. 2.1.4 Comparación de las curvas
experimentales del poder emisor de un
cuerpo negro en función de longitud de onda
con el resultado de la teoría clásica 4
la cavidad no es más que un sistema de ondas estacionarias. Sin tener en cuenta las posibles formas de
polarización, la cantidad de ondas estacionarias referentes a la unidad de la superficie de la cavidad con
las frecuencias entre ν y ν + dν es igual a dnν = 2πν 2 c 2 ⋅ dν , donde c es la velocidad de la luz. A cada
de estas ondas estacionarias Rayleigh y Jeans les atribuyeron una energía kT. Multiplicando esta energía
por el número de las ondas estacionarias, obtendremos la formula para el poder emisor de un cuerpo
negro:
2πν 2
rν (ν , T ) = 2 kT (2.1.7)
c
La expresione (2.1.7) se llama fórmula de Reyleigh-Jeans. La formula (2.1.7) puede ser presentada en
una forma diferente para el poder emisor en función de longitud de onda usando las relaciones (2.1.3)
c 2π c
rλ ( λ , T ) = rν (ν , T ) 2 = 4 ⋅ kT (2.1.8)
λ λ
Lord Rayleigh obtuvo por primera vez el cuarto grado de la dependencia de la longitud de onda en
1900; una derivación más completa, la cual incluía una constante de proporcionalidad, fue presentada por
Rayleigh y Sir James Jeans en 1905. Ésta agregaba unas medidas experimentales para diferentes
longitudes de onda que concordaban satisfactoriamente con la formula (2.1.8) sólo para longitudes de
onda muy largas y divergen considerablemente con esta formula para longitudes de onda cortas (véase
Fig. 2.1.4 donde la curva experimental ha sido representada por un trazo continuo, y la curva construida
según la fórmula de Rayleigh -Jeans, por una línea de puntos). Además al integrar la expresión (6.2) por
λ en los limites desde 0 hasta ∞ obtendremos para la densidad de equilibrio de la energía emitida por un
cuerpo negro un valor infinitamente grande. Este resultado, que fue denominado catástrofe ultravioleta,
también se encuentra en contradicción con el experimento, el cual muestra que el poder emisor se tiende
a cero para longitudes de ondas electromagnéticas emitidas muy cortas (ultravioletas), es decir
rλ ( λ , T ) → 0 para λ → 0 .
En el año 1900, Planck pudo encontrar una forma para la dependencia de poder emisor de un
cuerpo negro rν (ν , T ) de la frecuencia y de temperatura que concordaba exactamente con los datos
experimentales. Para esto, él se vio obligado a hacer una suposición completamente ajena a las
conceptos clásicos, que la radiación electromagnética se emite en forma de porciones aisladas de energía
(cuantos) ε , cuya magnitud es proporcional a la frecuencia de la radiaciónν :
ε = h ⋅ν (2.1.9)
El factor de proporcionalidad h se denominó posteriormente constante de Planck. Su valor experimental
−34
es igual a: h ≈ 6.626 ⋅ 10 J ⋅ s
h = 6.626 ⋅ 10−34 J ⋅ s (2.1.10)
Si la radiación se emite en porciones hν , su energía ε n deberá ser múltiplo de esta magnitud
ε n = n ⋅ hν , n = 0,1, 2,3,… (2.1.11)
En estado de equilibrio, lo distribución de las oscilaciones por volores do energía deberá cumplir con la
ley do Boltzmann según la cual la probabilidad Pn de que la energía de oscilación de frecuencia ν tenga
un valor ε n se determina por la expresión:
Nn exp ( − ε n kT )
Pn = = (2.1.12)
N ∑ exp ( − ε n kT )
n
Conociendo la probabilidad de los diferentes valores de la energía de oscilación, podemos hallarse el
valor medio de esta energía:


ε = ∑ ε n Pn = (2.1.13)
n =0 exp ( hν kT ) − 1
Aquí nosotros hemos omitido los cálculos de sumas que después de sustitución de (2.1.10) y (.1.11) en
(2.1.11) conducen a la formula (2.1.13) (no son difíciles, pero un poco largos)

5
Hay que anotar que cuando hν → 0 (el limite clásico cuando cuantos se hacen muy pequenitos y
la energía se varia en forma continua) la fórmula (2.1.13) se convierto en la expresión clásica ε = kT .
Podemos convencernos de esto haciendo exp ( hν kT ) ≈ 1 + hν kT lo que se cumple más exactamente
mientras menor sea hν kT . De esta manera, si la energía pudiera tomar una serie continua de valores, su
valor medio seria igual a kT .
Ahora podemos corregir la formula de fórmula de Reyleigh-Jeans (2.1.7) reemplazando la
energía promedia de las ondas estacionarias kT por la expresión (2.1.13)
2πν 2 hν
rν (ν , T ) = 2 (2.1.14)
c exp ( hν kT ) − 1
La expresión (2.1.14) se denomina formula de Planck. Esta última concuerda perfectamente con
los datos experimentales en todo el intervalo de frecuencias desde 0 hasta ∞ . La función (2.1.14),
además cumple las leyes de Wien (2.1.6) y de Stefan Boltzmann (2.1.4). De esta manera, la fórmula de
Planck da una descripción completa de la radiación de equilibrio do calor.

2.1.2 Efecto fotoeléctrico.

Se denomina efecto fotoeléctrico la emisión de electrones por una sustancia bajo lo acción de la luz.
Esto fenómeno fue descubierto por Hertz en el año 1887. El observó que el paso de una chispa entre las
esferas de un chispero do electrodos esféricos se facilita considerablemente al iluminar una de ellas con
rayos ultravioletas. 10 años después (en 1898), Lenard y Thomson, al
medir la carga específica de las partículas emitidas bajo el efecto de la luz,
establecieron que las mismas eran electrones.
Lenard y otros investigadores perfeccionaron el experimento
colocando los electrodos en un balón al vació (Fig. 2.1.5). La luz al pasar
a través de una ventanilla de cuarzo ilumina el cátodo C confeccionado
con el material a investigar. Los electrones emitidos a consecuencia del
fotoefecto se mueven bajo la acción del campo eléctrico hacia el ánodo A.
Como resultado, en el circuito del aparato aparece corriente fotoeléctrica
que se mide por el galvanómetro C. La tensión entre el ánodo y el cátodo
puede variarse con ayuda del potenciómetro P.
La característica corriente-tensión obtenida en este aparato (o sea, Fig.2.1.5 Aparato para observar el
la dependencia de la corriente fotoeléctrica I de la tensión entre los efecto fotoeléctrico
electrodos V se muestra en la Fig. 2.1.6. Por supuesto, dicha característica
se obtiene para un flujo de luz invariable. En el gráfico puede observarse
que a cierta tensión no muy alta la corriente fotoeléctrica llega a la
saturación, o sea, todos los electrones emitidos por el cátodo caen sobre el
ánodo. Por consiguiente, la intensidad de la corriente de saturación I s , se
define por la cantidad de electrones emitidos por el cátodo en la unidad de
tiempo bajo la acción de la luz. La caída suave do la curva indica que los
electrones se arrancan del cátodo a diferentes velocidades. Parte de los
electrones que responden a la intensidad de la corriente I = 0 poseen
velocidades suficientes para llegar al ánodo «por sí mismos», o sea, sin la Fig.2.1.6 Característica voltio-
acción del campo. Para que la intensidad do la corriente alcance el valor amperica del efecto fotoeléctrico
cero hay que aplicar un potencial de frenado Vr . A este potencial,
ninguno de los electrones, incluso aquellos que al salir del cátodo tienen la mayor velocidad v max puede
vencer el campo Vr y alcanzar el ánodo. Por esta razón puede escribirse que: mv 2max 2 = eVr .
donde m es la masa del electrón. De esta manera, al medir la tensión de retardo Ur, so puedo determinar
el valor máximo de la velocidad de los fotoelectrones.

6
Hacia el año 1905 fue establecido que la velocidad máxima de los fotoelectrones no depende de la
intensidad do la luz, sino sólo de su frecuencia, o sea el aumento de la frecuencia conlleva al incremento
de la velocidad. Estas dependencias, que fueron establecidas experimentalmente, contradicen los
conceptos clásicos. Por ejemplo, la velocidad de los fotoelectrones, según las ideas clásicas, debe
aumentarse con la amplitud y, por consiguiente, con la intensidad de la onda electromagnética incidente.
En el año 1905, A. Einstein mostró que todas las leyes del efecto fotoeléctrico se explican
fácilmente, si se supone que la luz se absorbe por las mismas porciones hν (cuantos) por las cuales,
según Planck, la mismo se emite. Según la idea de Einstein la energía que obtiene el electrón, lo llega en
forma de cuanto hν que es asimilado completamente por el mismo. Parte de esta energía igual a la
función de trabajo Φ (el mínimo de la energía necesaria para la salida del electrón desde el material) se
gasta para que el electrón pueda abandonar el cuerpo. Si el electrón se libera por la luz no en la
superficie misma, sino a cierto profundidad, parte de la energía, igual a E ′ , puede perderse a
consecuencia de los choques casuales en la sustancia. El resto de la energía se convierte en energía
cinética Ecin del electrón que abandona la sustancia. La energía Ecin puede sor máxima, si E ′ = 0 . En
esto caso debe cumplirse la relación:
hν = mv2max 2 + Φ (2.1.15)
que se llama la ecuación de Einstein.
El efecto fotoeléctrico y la función de trabajo dependen en gran medida del estado de la superficie
del metal (en particular, de los óxidos y sustancias adsorbidas en ello). Por esta razón, durante mucho
tiempo no fue posible comprobar la fórmula de Einstein con suficiente exactitud. En el año 1916,
Millikan creó un aparato, en el cual las superficies investigados eran sometidas a una purificación al
vacío, y luego se medía la función de trabajo Φ y se investigaba la energía cinética máxima de los
fotoelectrones en dependencia de la frecuencia de la luz (esta energía era determinada por medio de la
medición del potencial de frenado Vr . Los resultados obtenidos estaban en completa concordancia con
la fórmula (2.1.15).
Millikan determinó además el valor de la constante de Planck h sustituyendo en la fórmula
(2.1.15) los valores medidos de Φ y mv 2max 2 V (para una ν dada), el cual coincidió con los valores
hallados de la distribución espectral de la radiación de equilibrio de calor.
De la fórmula (2.1.15) se deriva que en caso de que la función de trabajo Φ sea mayor que la
energía del cuanto hν los electrones no pueden salir del metal. Por consiguiente, para que se produzca el
efecto fotoeléctrico es necesario que se cumpla la condición hν ≥ Φ o que:
ν ≥ν0 = Φ h (2.1.16)
Como ν = c λ para la longitud de onda se obtiene la condición respectiva:
λ ≤ λ0 = c ⋅ h Φ (2.1.17)
La frecuencia ν 0 o la longitud de onda λ0 se llaman el umbral rojo del efecto fotoeléctrico.
El número de electrones liberados a consecuencia del efecto fotoeléctrico debe ser proporcional al
número de cuantos de luz que inciden sobre la superficie. AI mismo tiempo, el flujo luminoso se define
por la cantidad de cuantos de luz que inciden sobre la superficie en la unidad de tiempo. De acuerdo con
esto, la corriente do saturación I s en Fig. 2.1.6, debe ser proporcional al flujo luminoso incidente. Esta
relación también se corrobora experimentalmente. Señalemos que sólo una pequeña parte de los cuantos
transmite su energía a los fotoelectrones. La energía de los demás cuantos se gasta en el calentamiento
del cuerpo que absorbe la luz.
Ejemplo. La longitud máxima de onda para cual puede observarse el efecto fotoeléctrico en un metal es
600nm. Encuéntrese: a) la función de trabajo para este material; b) la velocidad de fotoelectrón para la
longitud de onda 400nm
Solución
c meV 2 c hc hc hc 6.626 ⋅ 10−34 ⋅ 3 ⋅ 108
a) h =Φ+ ⇒h ≥ Φ ⇒ λ ≥ ⇒ λmax = ⇒Φ= = = 3.313 ⋅ 10−19 J ≈ 2.07eV ;
λ 2 λ Φ Φ λmax 6 ⋅ 10−7

7
 c   6.626 ⋅ 10−34 ⋅ 3 ⋅ 108 
2h − Φ 2  −7
− 3.313 ⋅ 10−19 
4 ⋅ 10 −19
c meV 2  λ  =   ≈ 3.32 ⋅ 10
b)λ = 4 ⋅ 10−7 m; h =Φ+ ⇒V = ≈ 6 ⋅ 105 m / s
λ 2 me 9.1 ⋅ 10−31 9.1 ⋅ 10−31

2.1.3 Naturaleza dual de la luz. Fotones

Como hemos visto en el párrafo anterior, para explicar la distribución de la energía en el espectro
de la radiación de calor de equilibrio es suficiente suponer que la luz se emite sólo en porciones
hν (hipótesis de Planck). Posteriormente, para esclarecer el efecto fotoeléctrico fue necesario admitir
que la luz se absorbe en esas mismas porciones (hipótesis de Einstein). Sin embargo, Einstein no so
detuvo en esto. El propuso una tercera hipótesis de que la luz siempre se propaga en forma de partículas
discretas, llamadas inicialmente cuantos lumínicos. Posteriormente, en el año 1926 éstos recibieron el
nombre de fotones. La demostración de existencia de fotones como las partículas que transfieren las
ondas electromagnéticas fue obtenida en el experimento de Bothe.
En realidad, esto suena un poco extraño cuando se dice que una onda se transfiere a través de las
partículas. Hasta este momento en la historia de Física las partículas y las ondas se consideraron
completamente por separado como dos diferentes formas de materia, siempre adscribiendo ondas a los
campos. En el caso de ondas electromagnéticas según estos últimos descubrimientos se aclaró que tiene
lugar una dualidad, a veces estas se comportan como ondas (interferencia, difracción, polarización, etc.)
y a veces como partículas (radiación de cuerpo negro, efecto fotoeléctrico, etc.). Es decir, cuando onda
electromagnética se interactúa con objetos (obstáculos) de tamaños macroscópicos ésta se comporta
como “buena muchacha” similar a una onda con todos atributos correspondientes a las ondas, pero al
interactuar con los objetos microscópicos (en nuestro caso con electrones) se comporta como “mala
muchacha” parecida a un flujo de partículas llamadas fotones. Esta dualidad expresamos en forma de
un diagrama:
ONDA ELECTROMAGNÉTICA  FLUJO DE FOTONES
Las formulas para la energía y momento lineal (impulso) de un fotón son muy importantes para toda
física cuántica y les presentamos a continuación:
E = h ⋅ν = ℏ ⋅ ω ; ω = 2π ⋅ν ; ℏ = h 2π ; h ≈ 6.262 ⋅ 10−34 J ⋅ s; ℏ ≈ 1.054 ⋅ 10−34 J ⋅ s (2.1.18)
p = h λ = ℏ ⋅ k; k = 2π λ ; ℏ = h 2π ; c = 3 ⋅ 108 m / s (2.1.19)
La primera de estas formulas llamada formula de Planck a veces se escribe en forma que expresa la
energía de fotón a través de frecuencia ν y a veces en términos de frecuencia angular ω . En el segundo
caso en lugar de constante de Planck h se utiliza constante de Planck “cruzada” ℏ . Para entender como
aparece la relación (2.1.19) para el momento lineal, hay que saber dos resultados fundamentales que
surgen desde la teoría de relatividad de Einstein. El primer de ellos consiste en la afirmación de que la
masa de las partículas se incrementa con el crecimiento de su velocidad v , según la formula
m = m0 1 − v 2 c 2 , donde m0 es la masa en el reposo y c = 3 ⋅ 108 m / s es la velocidad de la luz en
vacío. Según esta formula los fotones que se mueven con la velocidad de luz ( v = c ) deben tener la
masa de reposo m0 = m ⋅ 1 − v 2 c 2 = 0 . Es decir, a los fotones no les se puede parar, ellos siempre se
mueven con la velocidad de luz. Lo dicho significa que el fotón es una partícula de carácter especial,
diferente de tales partículas como el electrón, el protón, etc., que pueden existir moviéndose a
velocidades menores que c o incluso en reposo.
La segunda afirmación de la teoría de relatividad consiste en que a cada partícula de masa m le
corresponde la energía E = m ⋅ c 2 . Según esta última formula el momento lineal del fotón debe ser igual
a p = m ⋅ c = E / c = ℏω / c = ℏ ⋅ k
Reducimos todas las características de correspondencia de propiedades de onda electromagnética y de
fotón en una tabla:

8
Característica de fotón Característica de onda Relación
electromagnética
Energía E Frecuencia angular ω E = ℏ ⋅ ω = h ⋅ν = h ⋅ c / λ
Momento lineal p Número de onda k p = ℏ⋅k = h λ

En este capítulo hemos estudiado una serie de fenómenos, en los cuales la luz se comporta como
un flujo de partículas (fotones). No obstante, no se debe olvidar fenómenos tales como la interferencia y
la difracción de la luz, los que pueden ser explicados sólo a base do las concepciones ondulatorias. De
esta manera, la luz manifiesta un dualismo corpuscular-ondulatorio: en unos fenómenos se revela su
naturaleza ondulatoria y se comporta como una onda electromagnética, mientras que en otros se
manifiesta su naturaleza corpuscular y se comporta como un haz de fotones. Mas adelante veremos que
el dualismo corpuscular-ondulatorio está presente no sólo en las partículas luminosas, sino que también
en las partículas materiales (electrones, protones, átomos, etc).
Aclaremos en qué relaciones se encuentran el cuadro corpuscular y el ondulatorio. La respuesta
puede obtenerse al estudiar desde ambos puntos de vista la iluminación de una superficie cualquiera.
Según los conceptos ondulatorios, la iluminación en cierto punto de la superficie es proporcional al
cuadrado de la amplitud de la onda lumínica. Desde el punto de vista corpuscular, la iluminación es
proporcional a la densidad del flujo de fotones. Por consiguiente, entre el cuadrado de la amplitud de la
onda lumínica y la densidad del haz de fotones existe una proporcionalidad directa. El fotón es el
portador del impulso y de la energía. Esta última se desprende en aquel punto de la superficie en el cual
2
cae el fotón. El cuadrado de la amplitud de onda A caracteriza la probabilidad de que el fotón caiga en
determinado punto do la superficie. Más exactamente, la probabilidad de que el fotón se encuentre en los
límites del volumen dV que incluye en s! el punto examinado del espacio dado, se define por la
expresión: dP = α ⋅ A dV , donde α es un coeficiente de proporcionalidad y A, la amplitud do la onda
2

lumínica.
De lo dicho se infiere quo la distribución de los fotones por la superficie sobre la cual cae la luz
debe tener un carácter estadístico. La uniformidad de la iluminación que se observa en la práctica está
condicionada por el hecho de que frecuentemente la densidad del flujo de fotones es muy grande. Así,
por ejemplo, a una iluminación producida por un bombillo 100w de potencia sobre una pantalla alejada a
una distancia 10m para una longitud de onda de 500nm por 1 cm2 de superficie inciden aproximadamente
1018 fotones por segundo (véase el ejemplo a continuación). La fluctuación relativa del número de
fotones por unidad de área es inversamente proporcional a la raíz cuadrada del número de partículas. Por
esta razón, para el valor señalado del flujo de fotones la fluctuación resulta ser insignificante y la
superficie parece estar iluminada uniformemente
Ejemplo. Calcúlese el número de fotones que inciden sobre S = 2m 2 de tablero en el tiempo t = 1seg
alejado de un bombillo de P = 100 w potencia a la distancia R = 10m , considerando que la luz de
bombillo es monocromática y corresponde a la longitud de onda λ = 500nm
Solución:
La energía total emitida por el bombillo es igual a E = P ⋅ t . Esta energía se
emite en forma isotropíca por partes iguales en todas direcciones. Cuando onda
electromagnética llega hasta tablero la energía se distribuye en una forma
homogénea sobre una esfera del área 4π R 2 , con la densidad por unidad de área
P ⋅ t / 4π R 2 . La energía que cae sobre tablero es producto de esta densidad por el
área del tablero, es decir Etab = P ⋅ t ⋅ S / 4π R 2 Por otro lado, la onda
electromagnética es un flujo de N fotones y la energía total de los fotones bombardean el tablero es
Etab = N ⋅ h ⋅ν = N ⋅ h ⋅ c / λ . Debe cumplirse la igualdad
( ) ( )( )
P ⋅ t ⋅ S / 4π R 2 = N ⋅ h ⋅ c / λ ⇒ N = ( P ⋅ t ⋅ S ⋅ λ ) / 4π R 2 ⋅ h ⋅ c = 100 ⋅ 1 ⋅ 2 ⋅ 5 ⋅ 10−7 / 4 ⋅ 3.14 ⋅ 102 ⋅ 6.626 ⋅ 10−34 ⋅ 3 ⋅ 108 ≈ 4 ⋅ 1017

Respuesta 4 ⋅ 10 fotones inciden el tablero


17

También podría gustarte