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Carta a un querido (bailarín-coreógrafo) director

Ignacio Gonzalez
Por: Ignacio Gonzalez

Un texto para: Cartas a mi querido espectador // dirigida por: Fabián Gandini

Buenos Aires, 25 de octubre de 2013

Querido Fabián,

Cuando me enteré que se reponía Cartas a mi querido espectador en el Espacio


Café Müller, la memoria y la espera comenzaron a hacer de las suyas: incluso
ahora, a la vez que los recuerdos de ciertas imágenes y sensaciones danzan en
mi memoria, la ansiedad por ver nuevamente la obra actualiza esas imágenes
(que dejaron su huella) y anticipa otras en un futuro que, por definición, aun no
existe.

Nació en Merlo y creció en Gral. Las La idea de escribirte esta carta, no es muy original –aunque pensé que,
Heras, provincia de Buenos Aires, donde sinceramente, lo era-. He visto que otros espectadores han contestado las tuyas,
estudió desde los cinco años pintura y y me alegra. Creo que es muy difícil no caer en la tentación de hacer el
escultura. También teatro, durante tres comentario de este modo, y espero que las cartas se multipliquen y multipliquen
años, en el CCGSM. En el 2006, egresó con cada uno que vea la obra (¡ojalá recibas esta carta antes del domingo 3!).
del Colegio Elvira Sullivan, de Merlo, con
el título de Bachiller en Arte, Diseño y Retomando las reflexiones que tenía de ella cuando la vi (el 5 de abril pasado), y
Comunicación. En el año 2008 ingresó a la al observarlas a la luz de nuevas lecturas, Cartas a mi querido espectador me
carrera Lic. en Artes Combinadas de la resulta cada vez más interesante. Y es que la reflexión sobre la espera y el
Facultad de Filosofía y Letras (Universidad tiempo aparecía desde el primer momento: el texto que se proyectaba en una
de Buenos Aires) y terminó de cursar el pantalla blanca conformada por distintas cartas. Es decir, la pantalla se
primer cuatrimestre del año 2012. Ha transformaba, a su vez, en carta. La forma y el contenido, la figura y el fondo, el
realizado seminarios de grado sobre significante y el significado se unían en un sentido que se hacía acto: esperar.
danza, teatro y teoría teatral. Actualmente Pero que las letras y palabras de ese texto proyectado tardaran en aparecer, o
le queda solamente un final para que los largos silencios y pausas incomodaran a más de uno en su butaca,
graduarse. Se desempeña desde marzo
estaban absolutamente en consonancia con un interés (me pareció) por
del 2013 como Investigador Principal del
Área de Investigación en Ciencias del Arte evidenciar que la temporalidad determina la experiencia. Ricoeur lo dice más
(AICA) del Centro Cultural de la lindo: “el tiempo se hace tiempo humano en la medida en que se articula en un
Cooperación, participando como expositor modo narrativo, y la narración alcanza su plena significación cuando se convierte
en distintos Encuentros, Congresos y en una condición de existencia temporal” (Ricoeur 1995: 113).
Jornadas.
Y cada carta es eso, un contar algo a alguien en un momento que se expande.
Así, la obra como totalidad reconfigura nuestra experiencia en el aquí y ahora. No
quiero decir que la obra sea narrativa en el sentido tradicional (evidentemente
contar una historia, con personajes definidos, etc. no es lo que importa, al
contrario) pero en tanto construcción narrativa (poética o histórica), me parece,
dispone hechos y acciones de una manera única, los pone juntos dentro de
Otros comentarios de Ignacio Gonzalez ciertos límites, y construye sus propias referencias. Las acciones que Lucía y vos
realizan (levantarse, despegar las cartas, leerlas o relatar lo que decían, tirarlas,
Carta a un querido (bailarín- cepillarse los dientes, bailar, etc.) se cumplen en todo momento con un fuerte
coreógrafo) director sentido reflexivo, desplegando diversos interrogantes: ¿quiénes somos, en ese
momento y en ese espacio? ¿Es posible que el actor y el público se conozcan
Un texto para: Cartas a mi verdaderamente? ¿Dónde y cuándo concluye la obra?..
querido espectador
dirigida por: Fabián Gandini Tal vez no esté diciendo nada nuevo, pero para mí, aquí la reflexión del filósofo
francés puede continuar dando sus frutos: la idea de triple presente (que hace
CMMN SNS PRJCT, o la apuesta de pasar el futuro al pasado) como distensión del alma -que toma de San Agustín-,
las vocales. es muy interesante para pensar una obra que juega continuamente con la
dialéctica de la memoria, la atención y la espera. Ricoeur ejemplifica esta
Un texto para: CMMN SNS interacción en el propio acto de recitación: “recitar es un acto que procede de la
PRJCT espera dirigida hacia el poema entero y luego hacia lo que queda del poema
dirigida por: Laura Kalauz y hasta que se agote la operación (…) el presente ya no es un punto, ni siquiera un
Martín Schick punto de paso, es una ‘intención presente’”. (Ricoeur 1995: 61-62). Pero también
es interesante el desarrollo de las tres mímesis, que desarrolla a partir de
Aristóteles (especialmente la mímesis II: en este caso, podríamos pensar Cartas
a mi querido espectador tomada como un todo) que abre el mundo de la
composición artística y que media entre el campo práctico previo y posterior a
ella. Por eso se dice que el arte re-describe la realidad o reconfigura nuestra
experiencia. En el espectador que tiene como destinatario (palabra fundamental
del ámbito postal) ese recorrido de las tres mímesis llegaría a su cumplimiento.

Pero regresando a la obra, las acciones muchas veces parecen repetirse e


incluso se dilatan en ella (la repetición ralentizada de la caída de la carta N° 5 es
ejemplar en ese sentido). Y el propio orden se perturba. El desfase se produce
también desde el comienzo: la primera carta es la N° 2, y el vacío queda de
manifiesto en la “pantalla”. El juego con la sombra que se proyecta mientras se
amplía en el foro, pareciera anticipar el espacio vacío que junto al silencio
estructuran la obra (el marco vacío de la carta N°3, o el espacio que se juega en
la reelaboración de la carta N°7, o la carta N°8 que pierde su propia identidad
para transformarse en la carta N°9…). Se compone la obra, así, como una
sucesión de ausencias, como vacíos en el espacio, al despegar cada una de las
cartas… Tal vez una de las claves esté ahí. Quizás en ese pequeño tambalear del
propio espacio, la temporalidad se intensifique.

Por supuesto, es sólo una interpretación. Ricoeur es mucho más complejo y la


obra mucho más profunda. Incluso los lectores de esta carta podrían pensar otras
cuestiones, como la misma tradición epistolar en relación a la danza. ¿Acaso no
resuenan como un eco lejano, perdido, las Cartas sobre la danza y sobre los
Ballets de Jean-Georges Noverre (publicadas entre 1758-1760)?

Pero del mismo modo que el acto de recitar va terminando, o un foco luminoso
comienza a apagarse, ya me estoy dando cuenta que esta carta llega a su fin. Por
eso, Fabián, quiero agradecerte antes. También durante. Y un gracias por el
después. Cuántas veces uno se refiere a un momento como si fuese “eterno”,
deseando que lo fuera. Retomando a Ricoeur una vez más, la intensificación de
la experiencia temporal está dada por el contraste con la idea-límite de la
“eternidad” (es decir, en la eternidad “nada pasa”, todo es presente y estable)
pero que, sin embargo, se siente como una carencia en el corazón de la
experiencia del tiempo (Ricoeur 1995: 74). Es decir, el tiempo humano se ve
como un “defecto de eternidad” (lamentablemente somos mortales).

Pero aún así, y por esa razón, espero con mucha ansiedad asistir nuevamente a
Cartas a mi querido espectador.

Pues el futuro seguirá siendo el tiempo de la esperanza.

Saludos a Lucía y a todo el equipo,

Un gran abrazo,

Ignacio González

PD: Ricoeur, Paul. 1995. “El círculo entre narración y temporalidad”, en: Tiempo y
narración I. Configuración del tiempo en el relato histórico, 41-161. México: Siglo
XXI.

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