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LA INTELIGENCIA DEL CORAZÓN

El corazón como centro de sabiduría

Muchas de las culturas antiguas han considerado al corazón como el centro del
ser y de la sabiduría. Aristóteles, por ejemplo, dijo que el corazón era la
esencia de nuestra alma y lo que realmente nos representaba, y que
podíamos dejar que guiara nuestras decisiones, más allá de la lógica y de la
razón. Hay millones de dichos populares que establecen el corazón como
centro de un conocimiento superior o correcto de las cosas. Como en el caso
de las corazonadas.

Experiencias insólitas

Nuevas investigaciones e insólitas experiencias con pacientes transplantados


han ido aportando con los años nuevos datos sobre este órgano y sus
sorprendentes capacidades.

Claire Sylvia, fue una bailarina americana a la que le habían trasplantado el


corazón y los pulmones de un donante joven. En el libro “A change of heart”
nos cuenta cómo, tras la operación, experimentó un cambio de actitudes -en el
vestir, los gustos, etc.- que tuvo la ocasión de contrastar con los padres del
donante, a los que consiguió localizar. Y, efectivamente, las coincidencias
resultaban asombrosas.

El doctor Schwartz, que trató a Claire Sylvia, y la psicóloga Russek


establecieron la llamada “teoría de la memoria sistémica”, con la que sostenían
que todos los órganos están capacitados para almacenar energía y memoria.
Por tanto en el caso de donación de órganos, si trasplantamos un corazón a
una persona, es probable que, por ondas electromagnéticas, éste envíe esas
señales de estas memorias y emociones nuevas al cerebro del paciente
transplantado y finalmente este las sienta como propias. La persona
trasplantada cambia en gran medida parte de sus gustos y sorprendentemente
adopta los que tenía el donante. Esto sucede con los trasplantados de corazón
y no tanto, o casi nada, con los trasplantados de hígado o de riñón, tal vez
porque el corazón tiene una energía electromagnética superior a la de los otros
órganos.

También en la universidad de Harvard, unos investigadores descubrieron en el


corazón unas células que llamaron ICA (células cardíacas intrínsecas
cardioenérgicas), capaces de segregar sustancias necesarias para el
organismo, como la dopamina, y que hasta entonces se creía que solo
existían en el cerebro. Además, éstas poseían propiedades magnéticas. y por
tanto podían transmitir a través de campos electromagnéticos, señales que
pueden igualarse a las cerebrales.

El corazón distribuye información emocional a todos los órganos

Cuando sentimos una emoción, nuestro cerebro abre una ventana y segrega
unas sustancias llamadas neuropéptidos, capaces de ir a cualquier receptor de
cualquier célula del organismo y generar las sensaciones que nosotros
tenemos cuando nuestro cuerpo está sometido a una emoción importante, ya
sea positiva, como en el caso del amor o la generosidad, o negativa, como en
el caso del odio o la ira. El corazón es asimismo capaz de segregar
neuropéptidos y distribuirlos a otros órganos, incluido el cerebro, con lo que
podía establecerse una retroalimentación constante de emociones y
sensaciones entre el corazón y el cerebro.

El corazón por ello podría tener inteligencia y ser capaz de transmitir, a través
de diferentes latidos, sensaciones, emociones e incluso memorias al resto de
los órganos del cuerpo. En vanguardia de esta investigación está el instituto
californiano Heartmath, presente en los cinco continentes con millones de
seguidores y que enseña a utilizar y beneficiarse de la inteligencia del corazón.

Mucho más que un órgano

Con ello se puede vincular la teoría de la Inteligencia emocional del Daniel


Goleman con la teoría filosófica del Intuicionismo, que ya desarrolló Platón,
afirmando que la intuición es la forma mejor y más rápida de conocer todas las
cosas, por encima de la razón. Para muchos, el corazón más allá de la función
que cumple en el organismo está reconvirtiéndose en el centro de nuestra
esencia más lúcida e íntima.

Como dijo Einstein, “la Razón sólo nos enseña lo que es y la imaginación tiene
la posibilidad de enseñarnos lo que será y lo que habrá”.

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