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A nuestros miembros

por Paul Foster Case


(Publicado por primera vez en “The Wheel of life”, Equinoccio de Otoño, 1936)

Artículo traducido por el Frater Elías Medina el 29-Jun-17, de la revista “The Portico, Vernal Equinox 1999 - Builders of the Adytum - Vol. 7
Number 1”, que se encuentra publicada en http://www.bota.org/publications/archive.html

A menudo nos hacen estas preguntas: “¿Por qué condenan a tantas otras escuelas y maestros?, ¿Tiene
B.O.T.A. un monopolio del conocimiento oculto?, ¿No sería mejor mantener el silencio respecto a los
profesores y movimientos con cuyas opiniones y prácticas no están de acuerdo?, ¿Crea en algún momento
armonía la crítica destructiva?”. Este artículo intenta dejar clara nuestra posición.

En primer lugar, no condenamos a nadie. Incluso lo que el mundo juzga como un engaño intencional y
deshonestidad nosotros lo consideramos como enfermedades espirituales y mentales, a menudo teniendo
su origen en una dolencia física. Los desequilibrios glandulares con frecuencia se manifiestan como
"crímenes". Los psicólogos analíticos han dejado claro que la designación correcta de lo que se ha llamado
"maldad" es en realidad "neurosis". No juzgamos ni condenamos a ningún hombre.

A pesar de esto, una mentira es una mentira, incluso cuando el que la dice cree que dijo la verdad. El plagio
es robo, sin importar cuán desvirtuadamente la mentalidad del plagiador intente justificarlo. Las prácticas
peligrosas no dejan de ser menos perjudiciales porque quienes las promuevan no estén conscientes de los
riesgos que corren.

Aquel que mantiene silencio frente a una mentira ayuda a difundir el engaño. Aquel que permite que el
plagio pase impune es cómplice del robo. Aquel que se niega a advertir el peligro de la manipulación
ignorante de las fuerzas ocultas es responsable de la muerte o la locura que pueda afectar a aquellos a
quienes no advierte.

Por supuesto, hay que evitar las críticas maliciosas y los juicios duros; pero la crítica destructiva a menudo
es necesaria para despejar la tierra a la enseñanza constructiva.

B.O.T.A. no reclama el monopolio de la sabiduría ni la posesión de la verdad. Tiene la responsabilidad de


difundir el conocimiento que ha sido analizado y probado en los fuegos de la experiencia. Esa experiencia
incluye no poco conocimiento de primera mano de los peligros que rodean a los principiantes en el camino
oculto. Dar una advertencia clara de esos peligros es parte de nuestro deber.

La obra de construir el Adytum, o casa de Dios, tiene muchos aspectos en la personalidad humana y en la
sociedad humana. Ofrece algo valioso al temperamento más diverso. No todos los Constructores del
Adytum son conocidos por ese nombre. No todas las personas son llamadas al estudio del Tarot, la Qabalah,
la Alquimia, o la Magia Sagrada.

Entre nuestros compañeros constructores ninguno está haciendo un trabajo más fino que los científicos
físicos. Los investigadores de instituciones tales como los Institutos de Tecnología de Massachusetts y
California, los grandes autores de nuevos conceptos, como Einstein, Eddington y Jeans, biólogos como
Alexia Carrel, psicólogos como Jung y muchos otros trabajadores dedicados en todos los campos de la
ciencia, han hecho tanto por la Gran Obra como cualquier ocultista profesional.

Los pioneros en el Nuevo Pensamiento, como Helen Wilmans, William Walker Atkinson, Elizabeth Towns,
Henry Wood, y el Juez Troward, han hecho valiosas contribuciones. Manley Hall ha despertado a miles del
sueño del materialismo grosero. Dwight Goddard, desde su retiro en Santa Bárbara, difunde la sabiduría
del Buda en todo el mundo de habla inglesa. Alice Bailey ha hecho de la Escuela Arcana una poderosa

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influencia para el bien. Los trabajos prodigiosos de Marc Edmund Jones tienen un efecto que va mucho
más allá de los límites de su círculo de estudiantes. A pesar de las diferencias de opinión y de política, todas
las sociedades Teosóficas han hecho y están haciendo mucho para levantar el pensamiento occidental a
través de la sabiduría oriental. El trabajo de Rudolf Steiner y Max Heindel de la Escuela de la Unidad del
Cristianismo, y de muchos otros que carecemos de espacio para mencionar, trae luz y ayuda a muchas
personas cuya inclinación mental no los dispone a la formación especial ofrecida por B.O.T.A.

En nuestro propio campo, aunque encontramos no poco que criticar en algunas de las opiniones de A.E.
Waite, reconocemos con alegría el inestimable valor de sus traducciones de Eliphas Levi, la rica
sugestividad de su libro sobre el Tarot, y el servicio que ha prestado a los estudiantes de alquimia y
rosacrucismo. No recomendaríamos a Aleister Crowley como guía en el ocultismo práctico, sin embargo,
su libro 777 es una de las mejores obras en su género. Dudamos de la sensatez de la intención de Israel
Regardie de publicar en su totalidad las lecciones y rituales de la Golden Dawn, pero sus libros “Un Jardín
de granadas” y “El Árbol de la Vida” contienen mucho material valioso.

Lo mismo puede decirse de los libros Qabalísticos escritos por el Frater Achad. Excelente trabajo está
haciendo también Dion Fortune, cuya “Fraternidad de la Luz Interior” tiene la misma base que la de
“Constructores del Adytum” y cuyo libro, “La Qabalah mística”, recibirá atención en extenso en un futuro
ensayo.

Que se entienda que no pretendemos estar de acuerdo con cada detalle de las doctrinas de las escuelas y
escritores que hemos nombrado. Hay mucho espacio para la honesta diferencia de opinión en la doctrina y
en la práctica en cada rama del estudio oculto. La uniformidad no es de ningún modo deseable, y aun así,
muchos la confunden con unidad. La construcción del Adytum requiere muchos tipos de trabajo, y muchos
tipos de trabajadores. Por muy bien que podamos estar familiarizados con los planos que tienen que ver con
nuestra parte de la empresa, ninguno de nosotros comprende todo el plano.

Los “Constructores del Adytum” sostienen la libertad absoluta de cada uno de sus afiliados. A fin de atender
a los mejores intereses de nuestro trabajo tenemos ciertos reglamentos para las personas a las que se confían
puestos de responsabilidad. Estas regulaciones son pocas en número, y apuntan nada más que a la conducta
ordenada de esta empresa en particular.

Una y otra vez, la Sabiduría Eterna reitera la verdad de que no puede haber libertad sin orden. La libertad,
de hecho, consiste en conocer el orden que es el marco mismo de toda manifestación y vivir en armonía
con él. Ya que lo anterior es cierto, aquel que esté encargado de transmitir cualquier parte de la Sabiduría
Eterna debe ser libre de advertir cuando la doctrina o la práctica estén en contra de la ley cósmica. Sin
embargo, al mismo tiempo, el estudiante debe ser libre de ejercer sus propios poderes de discriminación y
juicio. Esta es nuestra política, y esperamos haberla dejado clara.

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