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LA VALORACION DE LA PRUEBA

SISTEMAS DE VALORACION DE LA PRUEBA (Tema 7)


La actividad probatoria es una labor de demostración de los alegatos de las
partes, pero la convicción del Juez es la que en definitiva determina la eficacia de la
prueba. Esta convicción puede ser libre, graduarse o someterse a una labor de
raciocinio. En el primer caso, o sea en el sistema de la libre convicción, el Juez
procede libremente, según su conciencia, a estimar o desestimar las pruebas; en el
segundo caso, es decir, en el sistema de la tarifa legal, el Juez solo puede darle a la
prueba el valor ‘matemático’ (determinado) previamente definido en la Ley. Por
esta razón, la inclinación es hacia la libre apreciación, pero como los jueces no son
infalibles, se ha preferido entre la libre apreciación y la prueba legal, el tercer
sistema, o sea el de la sana crítica. Sin embargo, lo corriente es que, al lado del
sistema de la sana crítica, se mantenga el principio de la prueba legal de
determinados medios de prueba. Tal es el sistema acogido en la reforma procesal
venezolana de 1.986. En efecto, el Artículo 507 del Código de Procedimiento Civil
dispone textualmente: “A menos que exista una regla expresa para valorar el mérito
de la prueba, el Juez deberá apreciarla según las reglas de la sana crítica”. En
otras palabras, la sana crítica se aplica en el proceso a aquellas pruebas que no tienen
legalmente graduado su valor probatorio. Así, por ejemplo, la confesión y los
documentos públicos y privados, tienen su regla prefijada de valoración (Artículos
1.359, 1.360 y 1.363 del C.C.). Otros medios, como la experticia y la inspección
ocular (Artículos 1.427 y 1.430 C.C.) de manera expresa, tienen permitida la libre
apreciación, obligando al Juez a motivar su decisión (Artículo 1.427 y ordinal 4º del
Artículo 243 del C.P.C.). Para la prueba de testigos, el Artículo 508 del C.P.C.
dispone que el Juez, al momento de valorarla, estimará los motivos de las
declaraciones y la confianza que merezcan los testigos por su edad, vida,
costumbres; por la profesión que ejerzan y demás circunstancias, datos que el
Juzgador debe tener en cuenta a la hora de apreciarla, lo que equivale a valorarla por
el sistema de la sana crítica basándose en las pautas dadas por el Legislador. Sin
embargo, para las pruebas innominadas (medios libres) el C.P.C. no le señala al
juzgador las circunstancias que debe tener en cuenta a la hora de valorarlas por el
sistema de la sana crítica.

SISTEMA DE LA PRUEBA LEGAL:

En el sistema de las pruebas positivas o legales, llamado así por oposición


al de la prueba libre o natural, la valoración no depende del criterio del Juzgador, sus
posibilidades de autodefensa se hallan restringidas en forma más o menos
considerable, en virtud de las previsiones tomadas por el Legislador en forma más o
menos amplia puesto que cada uno de los medios de prueba se encuentran
establecidos y regulados en el Ley, debiendo aplicarse rigurosamente con
independencia completa del criterio personal del magistrado.
Mediante esas directrices, el Legislador busca el aseguramiento de la exacta
realización del efecto jurídico previsto en cada norma de derecho sustantivo,
estableciendo las condiciones entre las circunstancias fácticas que van a su búsqueda
y aplicación.
Este sistema busca de antemano y partiendo desde el punto de vista procesal,
el valor comparativo de cada uno de los medios probatorios y su formalidad última
es asegurar la buena administración de justicia, rodeando de ciertas garantías el
logro de la verdad en el juicio.
Adolece de un defecto esencial cual es el de consagrar una oposición que no
tiene razón de ser entre el conocimiento humano y el jurídico. Se asienta sobre la
desconfianza hacia el Juzgador al que convierte en autómata y es su inflexibilidad y
dureza, incompatible con una eficaz percepción de los hechos del proceso, cuya
apreciación en muchas de las veces escapa a las previsiones legales de tipo general
que suelen llevar a la fijación de una verdad puramente formal sin enlace alguno con
los elementos vitales de toda contienda judicial, pudiéndose establecer que padece
de la rigidez propia de los criterios generales y de las soluciones preconcebidas
frente a una realidad inagotable, heterogénea y contingente.

SISTEMA DE LA PRUEBA LIBRE:

Otorga al Juez una absoluta libertad en la apreciación. No solo le concede el


poder de considerarla sin requisitos legales de especie alguna, sino que llega hasta
darle el poder de seleccionar libremente las máximas de experiencia que han de
servir por su valorización.
En estricto sentido, prueba libre es aquella que traduce no tanto la última
convicción del Juez acerca de los hechos del proceso, como su voluntad, en cuanto a
la fijación de los mismos. La distinción tiene capital importancia, porque la
convicción verdadera íntima solo Dios y el propio Juez la conocen, mientras lo que
la sentencia recoge es únicamente una exteriorización que puede o no coincidir
realmente con ella.
Al concretarse, no ya un razonamiento sino un mandato, es fácil disimular y
dificilísimo atacar el divorcio entre la convicción íntima y su expresión externa, o
entre ésta y los resultados efectivos de la prueba. De ahí, en contra de la opinión
corriente, la llamada prueba libre no es un exponente del liberalismo procesal, sino
de dictadura judicial, puesto que se preocupa tan solo en vencer sin cuidarse de
convencer como hace en cambio la sana crítica. Ese rasgo y ese inconveniente se
acentúa en dos de las formas más típicas de la libre convicción: las emanadas del
jurado y las de los Tribunales honor.

SISTEMA DE LA SANA CRÍTICA.


Este sistema proviene del Derecho español, consiste en una mezcla de la libre
convicción y de la experiencia, y tiende a ser un instrumento inadecuado en manos
de jueces no provistos de conocimientos suficientes.
Su antecedente se encuentra en la legislación española, en la ley procesal de
1.855, donde se establece (Art. 317), que los jueces y Tribunales apreciarán según
las reglas de la sana crítica la fuerza probatoria de los testigos. Es decir, se aplica a
la prueba testimonial este sistema evaluativo.
El actual Código de Procedimiento Civil venezolano, acoge en parte el
sistema de la sana crítica, al establecer en su Artículo 507 que a menos que exista
una regla expresa para valorar el mérito de la prueba, el Juez deberá apreciarla según
las reglas de la sana crítica.
El concepto más claro de la materia nos lo da Castro al expresar que las
reglas de la sana crítica no pueden resultar, pues, de otra cosa que del conjunto de
normas éticas y sociológicas que el Juez puede haberse formado dentro de su propia
mentalidad, no solamente por el examen de conciencia sino también por la
contemplación de los hechos del mundo exterior, producidos por su semejante, y que
le sirven para comprobar si la forma en que las mismas se determinan, han podido
motivar las acciones o actitudes de los demás hombres.

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