con derecho
Miguel Ángel Morales Solís
Resulta extraño observar la poca atención que se presta en España, y en general en todos
los países que conformamos la comunidad hispana, a un estado que comparte con
nosotros el idioma y una historia común. Guinea Ecuatorial, enclavado en lo que se
conoce como el Golfo de Guinea, uno de los primeros enclaves de asentamiento
portugués del África Subsahariana, es el único territorio del continente africano, si
exceptuamos a Ceuta, Melilla y las Islas Canarias, que mantiene a día de hoy el idioma
castellano como primera lengua. Colonia española desde 1778, comparte además con
los estados hispanos de América el sufrimiento del gran número de nativos que fueron
llevados allí durante los años de esclavismo. Como no, comparte el proceso de
independencia que, aunque más afín a los de sus estados africanos vecinos, resulta
interesante por las grandes diferencias que se encuentran con las independencias
americanas y por el contexto de dictadura militar que en 1968, año de la independencia
guineana, gobernaba en España.
La composición territorial del actual estado de Guinea Ecuatorial es poco menos que
curiosa. Con una zona continental de aproximadamente veintiocho mil kilómetros
cuadrados al que se denomina históricamente Rio Muni, posee otra zona situada en el
mar, una zona compuesta por varias islas e islotes de los cuales sobresale, por su
extensión, la actual isla de Bioko. Lo curioso de esta composición no es sino la
situación de estas islas, de las cuales apenas una o dos está en la línea marina que
corresponde a la franja continental. Como puede verse en el mapa, la isla de Bioko se
sitúa frente a la costa de Camerún y la isla de Annobón, al igual que las Elobeyes y
Corisco, frente a la de Gabón. Este aparente sin sentido, que podría justificarse con el
hecho probado de la habilidad europea para generar estados coloniales ajenos por
completo a las afinidades de los pobladores originales, tiene, además, otra motivación
diferente, el interés de sucesivos estados europeos por los recursos naturales de la
Guinea “española”. En cualquier caso, es necesario interesarse por el proceso histórico
previo que llevaría a la formación de Guinea Ecuatorial tal cual hoy la conocemos. [1]
Tenemos, por tanto, que la isla de Annobón estaba ocupada por los Ambös, con los que
fue imposible el comercio pues ni tan siquiera hubo contacto directo, que en la isla de
Bioko residían los Bubis, que se defendían del extranjero con sucesivos ataques
militares desde su refugio selvático, y que en la zona continental, denominada Rio
Muni, los Ndowè y los Fang mantenían una actitud muy similar a la de los Bubis. El
desarrollo del comercio, principal motivación de Portugal en sus primeras expediciones
africanas, estaba envuelto en múltiples problemas y apenas permitía ganancias. Si a esto
le sumamos la guerra de independencia que el estado luso llevaba a cabo en ese
momento contra España, nos encontraremos con que, en el periodo que va desde 1472 y
1778, Portugal no mostró ningún interés por el peligroso territorio continental y un
interés escaso por las islas, que serían gobernadas desde la cercana Sao Tomé. En
cualquier caso, teniendo en cuenta que estos tres siglos resultaron los más oscuros para
el continente africano, las demás potencias esclavistas pronto tomarían el puesto dejado
por Portugal.
Aunque hoy es difícil hacerse una idea de lo que representó la época esclavista para
África, el sufrimiento que representó para cada uno de sus pobladores, baste decir que
se calcula en 20 millones el total de esclavos que fueron sacados de su territorio para ser
llevados a América. Sobra decir que muchos de ellos perecían en el viaje, ya que
resultaba más barato apiñarlos y arriesgarse a su muerte que dejar de saturar las galeras
del barco. En este proceso histérico que envolvió África en un sinsentido de hermanos
cazando hermanos, fueron Portugal, Holanda, Francia, Inglaterra y posteriormente
España, las mayores potencias esclavistas. De ahí que, ante el abandono portugués de
“sus” tierras guineanas, Holanda se decidiese a ocuparlas entre los años 1642 y 1648 y
estableciese un punto de avituallamiento para sus barcos y un lugar estratégico desde el
que atacar Angola en la isla de Annobón en 1661.
LA COLONIZACIÓN ESPAÑOLA
En cualquier caso, antes de alcanzar ese año 1900, España impondría, como ya hemos
dicho, una nueva política más agresiva de deculturización y desetnificación de los
nativos de las islas guineanas. Tras la fracasada venta de Fernando Poo a Inglaterra,
comienzan a enviarse sucesivas expediciones que irán, con la ayuda de los misioneros
pero también del poder militar, eliminando los ritos animistas en algunos casos y
asimilándolos a la religión cristiana en otros. El impacto sobre una tradición que
comenzaba a anglicanizarse es progresivo y lento. Hay que tener el cuenta que los
primeros gobernadores impuestos por España serían súbditos ingleses, elegidos por su
mayor experiencia en la comprensión de las rutinas internas de las islas. Estos
gobernadores anglosajones realizaron un taimado ejercicio de dejadez ante las
solicitudes de los misioneros por ejercer sobre la población una mayor presión desde los
axiomas cristianos, lo que entorpeció la españolización. Lo que no pudieron entorpecer
fue la paulatina llegada de españoles que intentaban acceder a las tierras gratuitas que se
les prometían. Aunque las enfermedades tropicales frenaron el primer impulso, lo cierto
es que muchos agricultores acudieron a la llamada y se establecieron en las islas. De
esta manera comenzó a desarrollarse la producción agrícola, lo que llevó a España a
contratar a braceros liberianos y cameruneses, que se unirían a los ya traídos por los
ingleses y que a día de hoy perduran y son denominados Krios.
A finales del Siglo XIX el proceso de españolización se hace más intenso y comienzan a
llegar primero los Jesuitas y, cuando estos caen en desgracia, después los Claretianos. A
consecuencia, el acoso religioso se incrementa como modo de hispanización y se
acompaña con la obligatoriedad de asistir a la escuela, con clases impartidas por los
propios misioneros, con la imposición de topónimos españoles a los guineanos y con la
obligación de expresarse en lengua española. Se obliga a los Bubis a abandonar la
poligamia o a realizar trabajo forzado en las explotaciones agrícolas siempre con el
sustento de la cristianización como fondo. En cuanto a Rio Muni, las incursiones
expedicionarias son raras y apenas algunos misioneros o un “aventurero” como Manuel
Iradier y Bulfy se atreven a adentrarse en tierras Fang, lo que le vale un cierto prestigio
de hombre valiente pero también sanguinario. El interés español en sus posesiones
guineanas irá en aumento a medida que va perdiendo sus colonias restantes, lo que
influye en la creación de una sección de infantería que estará formada por nativos de las
islas y por Krios. En cualquier caso, es de reseñar que la resistencia bubi no cejó en
estos años de ocupación de mano de sucesivos reyes que no aceptaron la soberanía de
ningún colono sobre su territorio. Se calcula que más de 20.000 bubis perdieron la vida
en estos años.
Como se puede comprobar hasta ahora, la isla de Fernando Poo ha sido históricamente
el centro neurálgico desde el que gobernar los demás territorios. Esto es debido, entre
otras cosas, a la habilidad Fang y Ndowé para defenderse de los ataques invasivos, pero
ante todo a la tenacidad con la que fueron imponiéndose en la isla las plantaciones de
cacao, café y caña de azúcar primordialmente. Además de esto, España, tras ser
expulsada de Cuba, que había sido hasta entonces su isla-carcel, ve en Fernando Poo el
sustituto viable. De ahí que comience a trasladarse a gran cantidad de presos políticos a
la isla. A partir del año 1900, los europeos toman la decisión de ayudarse mutuamente
en su proyecto colonizador y frenan la venta de armas a los africanos. Esta medida
estuvo acompañada por un aumento de los argumentos violentos contra cualquier acto
de insurrección nativa, lo que provocó, además de las continuas agresiones físicas, el
encarcelamiento de muchos bubis y fang (los únicos que mantenían la resistencia a la
ocupación), que, en contraposición, se negaron a trabajar como braceros. Continuaron,
por tanto, las contrataciones de braceros de otros territorios que, ahora sí, venían con un
contrato que les ligaba a sus patronos pero que les proporcionaba la capacidad de
denunciar los excesos de estos.
En el periodo de la posguerra civil española, a partir del año 1939, impondría sobre los
territorios de la colonia una presión productiva nunca vista antes. Con las necesidades
propias de un estado devastado por la guerra, sumadas al aislamiento internacional y la
imposibilidad de financiar la compra de alimentos, creció la coacción militar sobre los
africanos para que aumentasen su trabajo en las plantaciones. Se derogaron las normas
generadas para la colonia en la época de la República y se implantaron leyes férreas, a
imagen y semejanza de las que sufrirían los propios españoles en España. Los
administradores coloniales pasaban a ser a su vez oficiales de la Guardia Colonial, lo
que facilitaba su labor de coacción. Las normas que regían el día a día de la colonia
podían ser cambiadas por este, por lo que no existía un principio de legalidad penal y sí,
en cambio, una acomodación a las normas que, se suponía, tradicionales de los nativos,
muchas veces creadas a discreción por los propios jefes africanos en su propio
provecho. Este, no cabe duda, sí es un embrión de las Dictaduras Nguemistas. El
africano era considerado menor de edad, incapaz, lo que justificaba una diferenciación
en la justicia que debían impartirse ante este y la que recibían los colonos o los negros
emancipados (aquellos africanos integrados
como comerciantes y propietarios). En
consecuencia, se ponía freno al progreso
económico de los nativos que se veían privados
de adquirir tierras o ser parte libre de un
contrato de trabajo entre otras cosas.
Por el contrario, la presión internacional iba a hacerse notar en las condiciones de vida
de los nativos. El Régimen Franquista, necesitado de la aceptación internacional, se
vería obligado a hacer algunas concesiones de derechos a petición de la ONU y otros
organismos internacionales. Cabe destacar, de entre ellos, el derecho jurídico a la
posesión de tierras, que vino acompañado de la cesión, a todo aquel que lo pidiese, de
cuatro hectáreas de tierra por individuo. A finales de 1444, las familias numerosas
tendrían, por fin, la ocasión de gestionar tierras de un considerable tamaño, cosa de la
que muchos se beneficiaron pero que muchos otros aprovecharon para vendérselas a los
colonos blancos y fernandinos. Esta medida iba, como no, aparejada a la inevitable
cristiandad probada del peticionario, lo que profundizaba en la aculturación deseada.
EL PROCESO DE INDEPENDENCIA
Habrá que esperar hasta mediados de los años cincuenta para comenzar a localizar de
forma nítida organizaciones políticas que solicitaran la independencia. Proveniente de
Asia, el movimiento descolonizador pronto generó instituciones internacionales donde
las élites guineanas, junto con las de territorios vecinos, iban a encontrar apoyos a sus
reivindicaciones. En esas misma fechas, 1955, España fue aceptada en la ONU, lo que
provocaría una mayor flexibilidad de la política exterior de la metrópoli y un mayor
marco político de maniobra de las pretensiones independentistas. En cualquier caso,
esto no quiere decir que dichas ideas pudiesen expresarse libremente dentro de la
colonia. Muchas figuras representativas debieron exiliarse para evitar la cárcel. Por el
contrario, las presiones internacionales iban a provocar algunos cambios con respecto a
la colonia a imitación de las demás potencias coloniales. [2]
Mapa de los territorios de Fernando Poo y Rio Muni realizado por el ejército
español año 1965
De provincias, Rio Muni y Fernando Poo, pasando por un referéndum, iba a convertirse
en una autonomía con cierta independencia política. Se constituyeron una cámara
legislativa y un gobierno que iba a estar ocupados por africanos mayoritariamente y que
debían ser elegidos por los representantes provinciales. De cualquier forma, las
limitaciones gobernativas seguían siendo palpables, por lo que aquel gesto a la galería
de 1963, aunque supuso cambio de bulto, apenas iba a dar resultados. Eso sí, se permitió
el acceso a la política guineana de los grupos políticos en el exilio durante el
referéndum, se alentó al regreso de estos grupos exiliados y las élites accedieron a
puestos de mayor responsabilidad que, de alguna manera, los fueron preparando para la
futura independencia. La verdadera cuestión que se debatía de fondo era el saber cuándo
se llevaría a cabo esa desvinculación definitiva. El propio Bonifacio Ondó Edú, del
moderado UPLGE, asumía el gobierno de la autonomía y se generaba una ebullición
política creciente que llevaría a la creación de otros movimientos como el MUNGE que,
aunque no eran reconocidos como partidos políticos, disfrutaban de la libertad de
reunión que nunca antes habían tenido. Fue este, a su vez, un tiempo que España utilizó
para generar un mayor flujo de inversiones en Guinea que pretendían profundizar en la
dependencia de las elites guineanas con respecto a la antigua colonia. De esta forma, los
planteamientos autonomistas lograron hacerse un hueco, nunca importante, en el debate
sobre la independencia, alimentado por la necesidad creciente de contar con la
metrópoli en el ámbito económico.
Dia de la independencia
Los partidos que concurrirían a las elecciones serían los siguientes. Por un lado el
MONALIGE con Atanasio Ndongo a la cabeza, se dirigió a la juventud, a los cultos y a
los universitarios. El MUNGE, partido del hasta entonces presidente de la autonomía,
Bonifacio Ondó Edú, dirigió sus proclamas al publico más conservador, a los mayores y
a todos aquellos que se habían beneficiado de la colonización. Con Edmundo Bosió
Dioco como secretario general, la UNIÓN BUBI hizo campaña en torno a las demandas
de la población bubi. La IPGE también participaría en las elecciones haciendo campaña
a favor de la adhesión con Camerún del nuevo estado. A estos grupos, que lograron la
mayor representatividad entre la población, hay que sumarle un partido surgido a última
hora y que sería dirigido por Francisco Macías Nguema, antiguo funcionario de la
administración colonial, antiguo exiliado y antiguo sirviente de la élite española, de la
etnia Fang. Contra todo pronóstico, el partido de Macías Nguema, el SECRETARIADO
CONJUNTO, se alzaría con la victoria en la primera vuelta de las elecciones con un
discurso muy ligado al nacionalismo, a la autonomía regional y la amistad con España.
Seguido muy de cerca por el líder del MUNGE, Bonifacio Ondó Edú, Macías Nguema
sabría, antes de llegar a la votación de la segunda vuelta, ganar adeptos gracias a los
sucesivos acuerdos que logró con los partidos que no concurrían a esta convocatoria.
Ofreció puestos en el gobierno a estos líderes, prometió una autonomía amplia para
Fernando Poo y de esta manera, el nuevo gobierno paso a manos de Nguema por 68.310
votos para el SECRETARIADO y 41.254 votos para el MUNGE. Urgía, por tanto, la
creación de un gobierno de coalición y esto es lo que se presentó en octubre de 1968. [4]
El tiro le había salido por la culata al gobierno español. El único partido al que no había
dado su apoyo directo o verbal había resultado el vencedor de las elecciones. En
adelante, los malos entendidos, la venganza y la falta de palabra serían tónica general
entre los dos gobiernos. Los antiguos colonos, muchos de ellos de largo recorrido
familiar en Guinea, comenzaron a salir del país acompañando a los restos del cuerpo
administrativo español que quedaba y a las unidades de la guardia civil que habían
mantenido el orden hasta entonces. Por el contrario, muchos antiguos colonos
decidieron quedarse con el apoyo del propio Nguema, que mantuvo un discurso
conciliador con España hasta el momento en que se dio cuenta de que las promesas
hechas por esta no iban a cumplirse. El discurso presidencial cambió radicalmente a
medida que el boicot español, según los expertos, con la intención clara de crear
discrepancias entre los diferentes grupos, fue haciéndose patente. Cuando el nuevo
gobierno quiso hacer recuento de las posesiones del país, acudió al único banco que
operaba en el territorio desde hacía medio siglo, el Banco Exterior de España, para darse
cuenta de que había sido retirado todo el dinero de cada una de las sucursales y que los
inversores españoles también se llevaban su dinero. Posteriormente, en un
acontecimiento que permanece bastante oscurecido por la falta de información, parece
que hubo un intento de golpe de estado patrocinado por España, con Atanasio Ndongo
Miyone a la cabeza, que sería abortado siendo este arrojado por una ventana del
Gobierno Civil de Bata. A resultas de estos hechos, el discurso y la política del nuevo
presidente Macías Nguema, comenzó a tomar el tono anti españolista y paranoide que
iba a mantener durante sus diez años de mandato.
El núcleo de poder sigue hoy en manos de la familia Nguema y el país es gobernado sin
la menor preocupación por la población. El único interés que alienta al dictador y
asesino Teodoro Obiang Nguema es el de seguir manteniendo el poder para así tener
acceso a todas y cada una de las fuentes de ingresos del país.
Robert Mugabe ha expresado con contundencia algo que parece aplicarse con igual celo
en muchos estados africanos. “El multipartidismo es un lujo que no puede permitirse
África”, dice, y mientras tanto mantiene aterrorizada a la población civil y acosa a la
oposición política con torturas y detenciones arbitrarias. Guinea Ecuatorial funciona a
día de hoy de la misma manera. Se ha establecido un sistema político por el cual la
familia, entidad muy importante en la vida africana, se ve legitimada ante la población
para gobernar como lo hace. [5]. El temor ante las represalia llega hasta el punto de
considerar el hecho de que Obiang posee magia en la mirada, una magia con la que
fulmina a sus adversarios. Una población cada vez menos ilustrada entiende esto, tanto
la magia como su preocupación por la familia, como algo lógico en un gobernante. En
cambio, las elites ilustradas, aquellas que ejercen la oposición, son subyugadas por otros
medios. La encarcelación y tortura de los opositores, desde las máximas figuras hasta
aquellos que emiten furtivamente una opinión contraria al régimen, forman parte de un
intento medido por asegurarse el apoyo de estos opositores. La red clientelar (red que el
gobernante establece mediante la cesión de cargos y prebendas con el fin de hacer a los
colaboradores dependientes de sus favores económicos) se extiende por todo el país, y
no es difícil localizar entre los cargos públicos a antiguos opositores que sucumbieron
ante la insistencia de las presiones. Se trata de un acoso físico que pone en juego la
propia vida del opositor, pero también del hostigamiento a los familiares de dichos
opositores. Ante esta perspectiva, son poco los políticos que aun ejercen la profesión en
el bando contrario al Dictador, lo que facilita aun más la labor de Obiang a la hora de
convertir Guinea Ecuatorial en su mesa de juego.
Con la pretensión de dar voz a algunas de las diferentes fuerzas de oposición que se
encuentran en el exilio español, reunimos en el Café Comercial de Madrid a tres de los
partidos representativos de las exigencias políticas democráticas. Esta reunión, a la que
asistieron por Marcos Manuel N’Dongo por parte del CPDS, Germán Pedro Tomo por
parte de FDR y Humbreto Riochí en representación del MAIB, se desarrolló en base a
cuatro cuestiones básicas que aquí traemos. Con el fin de entender desde qué
perspectiva afronta cada partido los temas básicos de debate, comenzaremos por
plasmar lo que cada representante tiene que decir de su propio partido. Con la lucha
contra la dictadura como nexo, existen, sin embargo, algunas cuestiones que provocan
la desunión de la oposición como conjunto de presión.
El proceso de democratización del país debe estructurarse en dos tiempos. Por un lado
han de tenerse en cuenta las dificultades que encarna el régimen de Obiang en este
propósito. Por el contrario, es necesario desarrollar estrategias que, incluso en vida de
Obiang, impulsen el proceso y lo asienten en la rutina política diaria del país. En
cambio, las posibilidades de que esto ocurra son escasas, por lo que se centran mayores
esfuerzos elucubrativos en el momento en que Obiang muera. Este segundo tiempo
necesita de una unidad pactada de antemano entre los partidos de oposición. El siguiente
video pretende adentrarse en los futuros contextos que pueden darse en la consecución
de la democratización.
Por último, tanto si Obiang muere como si es derrotado en unas elecciones limpias,
todos y cada uno de los partidos de oposición están convencidos de la necesidad de un
pacto de estado que reforme o establezca mayores acuerdos entre las diferentes etnias
del país. El debate étnico frente al nacional deriva en otro debate, el de establecer o no
una descentralización más profunda que la que existe actualmente.
Lo cierto es que, antes del descubrimiento de petróleo en las aguas guineanas, los
estados donantes de la ayuda que recibía el estado, ejercían una cierta presión
democratizadora sobre el gobierno Obiang, De esta forma se logra la instauración del
multipartidismo o un cierto respeto a los derechos humanos. La aparición del petróleo, a
lo que se le ha sumado más recientemente el hallazgo de grandes bolsas de gas que
también se encuentran en aguas guineanas, dio un vuelco considerable a esta situación.
Un estado que había dependido de las ayudas directas de otros estados, que debía hacer
concesiones para lograr esas ayudas, se convierte de la noche a la mañana en el objeto
de mimo de esos mismos estado, interesados en la explotación de un bien tan productivo
y lucroso como el petróleo. De esta forma, se han ido olvidando las presiones para que
se respeten los derechos humanos, se ha dejado de proteger a la oposición política y las
potencias económicas mundiales han pasado de ser guías bienintencionados a
convertirse en cómplices de las políticas despóticas y dictatoriales del señor Obiang. De
ahí que, si bien las ayudas directas, aunque no todo el dinero, en el pasado iban a parar
mayoritariamente a la población civil, los ingresos de la explotación petrolera nunca
llegarán a la misma. Guinea Ecuatorial pasa de ser uno de los estados con una de las
rentas per cápita más altas de África en el año de su independencia, a ser uno de los más
pobres hasta el hallazgo del petróleo, para convertirse, a día de hoy, en el país africano
con mayor renta per cápita, superando incluso a estados como Kuwait. Por supuesto, las
frías estadísticas no siempre dicen la verdad. Recordemos que la población
guineoecuatorial apenas supera el medio millón de persona. Aun con este volumen
ingente de ingresos, que darían para desarrollar un estado mucho más grande y más
habitado que Guinea Ecuatorial, la pobreza extrema a la que se ve abocada la población,
la falta de higiene en las calles, el abandono de la educación pública o la inexistencia de
un mínimo servicio de sanidad pública, parecen imágenes suficientes para mostrar el
desinterés que suscita en el régimen Obiang el bienestar de su población.
Los fríos datos económicos nos dicen lo siguiente: El petróleo representa el 90 por
ciento de las exportaciones totales del estado, el Producto Interior Bruto guineano a
crecido a una media aproximada del 20 por ciento en los últimos años (30 por ciento en
1996, el 71,2 en 1997, el 22 en 1998, el 50 en 1999, el 17 en 2000, el 65 por ciento en
2001.., el 15 por ciento en 2008), se calcula en unos 500.000 (que podrían ser más pues
no hay datos oficiales) los barriles exportados anualmente y es el estado africano que
más inversión estadounidense recibe. Es necesario volver a recordar que la población no
excede el medio millón de personas. Con tales datos, uno podría pensar que los
guineanos nadan en la abundancia, que todos ellos (al igual que en un estado tan
vilipendiado por sus excesos religiosos como Arabia Saudí) tienen acceso a la
educación pública y muchos de ellos son licenciados, que existe el pleno empleo o que
además de las necesidades básicas cubiertas, todos tienen una casa decente, un coche en
la puerta, un ordenador portátil y quien sabe cuántos productos de consumo más. Por el
contrario, otros fríos datos anejos a los anteriores son mucho más expresivos: el 56 por
ciento de la población no tiene acceso a una fuente de agua saludable, otro 47 por ciento
vive sin servicios higiénicos saludables, el 19 por ciento de los menores de 15 años no
llega al peso mínimo recomendad y los 25 médicos por cada 100.000 habitantes que
operan en el país no dan abasto a la hora de combatir enfermedades tan serias como la
malaria o el SIDA. Estos son datos meramente sanitarios que pueden extenderse a otros
ámbitos de la vida pública como la inexistencia de transporte público, la prácticamente
nula financiación de la educación o la imposibilidad de ejercer un trabajo sin la
supervisión y consecuente extracción de gran parte de su sueldo a manos del gobierno.
¿Dónde está entonces el dinero? Buena parte de este dinero generado por el petróleo
está bien guardado en un banco del mayor colaborador del régimen de Obiang, en el
Banco Riggs, de Estados Unidos. Se sabe que el monto total de las cuentas que Teodoro
Obiang Nguema, a nombre de Guinea Ecuatorial, tiene en este banco, asciende a 700
millones de dólares. No hay que perder de vista que son los datos de un único banco y
que, aparte del propio Obiang, también sus familiares cercanos y colaboradores se
lucran con este negocio. Lo cierto es que los beneficios para la población
guineoecuatorial son bastante más limitados. En 2004, un total de cuatro petroleras
extranjeras (Atlantic Methanol, ExxonMobile, Triton y Marathon) además de la
empresa nacional (GEPetrol) operaban en el terreno. No se tienen datos de contratación
de GEPetrol, pero las cuatro restantes empresas apenas contrataban a entre 1.100 y
1.500 operarios guineoecuatoriales, mientras manejaban una plantilla de 6.000
estadounidenses entre todas ellas. Si a esto le sumamos que, para ser contratado por
cualquier empresa vinculada al petróleo, los guineanos deben pasar por el filtro de ser
seleccionados por otra empresa de recursos humanos cuyo dueño es el hijo del
presidente Obiang, entendemos las diferencias de sueldo que existen entre nativos y
trabajadores extranjeros. Sea cual sea el procedimiento, el régimen Obiang parece
decidido a apropiarse de cualquier riqueza que genere el país, parece decidido, como es
lógico en una mente que funciona como la suya, a no dejar que nadie ajeno a su círculo
mejore sus condiciones de vida en exceso, no sea que se despierte en esa persona la
necesidad de sustituirle en el poder. [6]
Las últimas noticias que pueden leerse en torno a Guinea Ecuatorial mantienen vínculos
ineludibles con sus recursos naturales. Por un lado, continúan los hallazgos de nuevas
bolsas de gas en las costas cercanas a la isla de Bioko, de las cuales la empresa británica
Ophir Energy está dando buena cuenta desde su llegada al país. Esta noticia, que tendría
que significar mayores ganancias para el pueblo guineoecuatorial, no representa más
que un mayor poder de permanencia del régimen y otro motivo más para ser encubierto
en sus tropelías por la comunidad internacional. Otras muchas noticias tiene que ver con
este encubrimiento: “Guinea Ecuatorial y Francia refuerzan sus relaciones bilaterales”,
“España buscará mayor implicación de la UE en Guinea Ecuatorial” (que se ha saldado
con la reapertura de las ayudas europeas al desarrollo, 10 millones de euros de los que
se desconoce su paradero: “Cuestionan el destino de fondos de la CE a Guinea
Ecuatorial”, dice otra noticia), “China promete mayor cooperación con Guinea
Ecuatorial”, “Convenio de colaboración empresarial entre Canarias y Guinea
Ecuatorial” y un largo etc. de acuerdos internacionales de colaboración y escasamente
una, “Relator de la ONU denuncia que prosigue la práctica de tortura en Guinea
Ecuatorial” [7]], que trata el tema de los derechos humanos. Queda claras las
prioridades de la comunidad internacional.
La debilidad militar de ambos estados, Gabón cuenta con unos 3200 militares mientras
que Guinea Ecuatorial contaría con unos 2000, hace muy difícil una confrontación
bélica. La cuestión de la soberanía del islote se está intentando resolver por medios
pacíficos desde hace ya algunos años. El 27 de febrero de 2006 se celebró en Ginebra
una más de las reuniones que ambos mandatarios han mantenido para solucionar el tema
de Mbañé. Dicha reunión estaba patrocinada por Kofi Annan y se asentaba sobre una
propuesta de la ONU para compartir la explotación de los recursos petrolíferos de las
islas. A mediados de 2008 se asigno un nuevo mediador de Naciones Unidas y los
líderes mantuvieron conversaciones individuales con él. Como en otras ocasiones, la
situación actual sigue siendo de discordia, no se resolvió nada. Los intentos de la ONU
lograr un acuerdo se ven frenados por las presiones que otros estados ejercen sobre
Gabón y Guinea Ecuatorial. Si Mbañé no fuese más que una isla en la que las gaviotas
fuesen su única riqueza, la situación se hubiese resuelto ya.
Gabón mantiene con Francia una relación estable y, aunque tirante en ciertos sentidos,
bastante provechosa para ambos estados. Sus explotaciones petroleras continentales
están sufriendo en los últimos años un retroceso paulatino debido al agotamiento de
dichas fuentes. La petrolera Total ha sido la principal explotadora del petróleo gabonés
hasta no hace muchos años. Las concesiones a la petrolera francesa venían apoyadas por
la larga trayectoria de buenas relaciones que, tras la independencia del estado gabonés,
han mantenido ambos países. En cambio, la entrada progresiva de nuevas petroleras en
el mercado gabonés ha ido dinamitando progresivamente las buenas relaciones entre
ambos estados, lo que ha desembocado en un interés creciente de Francia por Guinea
Ecuatorial. En la actualidad son Addax Petroleum (canadiense) o Shell (británico-
holandesa) las dos petroleras que están copando buena parte de la explotación del
petróleo gabones y, aunque Total sigue siendo con diferencia la que mantiene una
mayor presencia, parece que se está intentando abrir aun más el mercado con la reciente
entrada de Vaalco (estadounidense) y Sasol (sudafricana). Estados Unidos, con poca
presencia en Gabón pero habiéndose instalado con garantías de éxito en Nigeria, está
teniendo dificultades para mantener su hegemonía en la producción petrolera y parece
haber centrado sus miras en el Golfo de Guinea, más específicamente en Camerún y
Guinea Ecuatorial, para solventar los problemas crecientes en las zonas árabes y
algunos estados africanos a los que parece haber llegado tarde. La crisis de producción
que ha pasado Gabón entre los años 1997 y 2006 parece que, aunque se ha frenado a
partir de ese año, no tiene visos de poder superarse definitivamente. La ocupación
definitiva del islote Mbañé en 2003, estaría encaminada a frenar de alguna manera esta
crisis productiva.
En 1999 el FMI designó la zona del Golfo de Guinea como una de las zonas con más
proyección para hacer negocios y a Guinea Ecuatorial como el estado con más
posibilidades. Desde hace algunos años las petroleras americanas han puesto sus miras
en dicho estado, de tal manera que si bien los Estados Unidos cerraron su embajada
hace algunos años por “falta de presupuesto” han vuelto a abrirla no hace mucho.
Amerada Hess Corporation, ’Texan company HOLT CAT(R), Marathon Oil y Exxon
Mobile son algunas de las beneficiarias de la buena relación que mantiene Estados
Unidos y Teodoro Obiang Nguema. No en vano, el dictador ecuatoguineano fue
recibido en su viaje a Estados Unidos por la propia Condoleezza Rice que, a diferencia
de los políticos españoles en la reciente visita de este a España, lo recibió con los brazos
abiertos. En cambio España, aunque de una manera más enmascarada, también tiene
pretensiones en ese inexplotado paraíso para las petroleras. Miguel Ángel Moratinos
viajó a finales de 2006 a Guinea Ecuatorial junto con el Ministro de Justicia. Su
intención era apoyar la candidatura de Repsol YPF a la hora de pugnar por las nuevas
concesiones que el régimen Nguemista está concediendo. Volvió a España con un
acuerdo que establecía el derecho de Repsol a realizar prospecciones en busca de
nuevas fuentes de hidrocarburos.
Obiang y Moratinos. Jaume d’Urgell
La lectura de la situación del islote Mbañé parece clara. Ambos estados ven en el
petróleo una fuente de riqueza poco despreciable. El régimen Nguemista vive en la
actualidad uno de sus momento más propicios a nivel internacional ya que, tras el
hallazgo de petróleo, las presiones externas para su democratización que nunca fueron
demasiado impetuosas, han desaparecido por completo. De hecho, un tema escabroso de
la época Aznar que nunca fue suficientemente explicado, aun se recuerda en Guinea la
llegada a sus costas de dos fragatas españolas coincidiendo en el tiempo con un intento
de golpe de estado patrocinado, es la versión oficial Obiang, por Severo Moto. Al
parecer estas dos fragatas habrían acudido, según algunas fuentes, a proteger al régimen
Nguemista. Otras fuentes, por el contrario, afirman que las dos fragatas partieron hacia
Guinea para apoyar el golpe de estado y que habría sido Francia, interesada en colocar
en el cargo de presidente guineano a su propio aspirante, quien habría difundido la
noticia en medios de comunicación españoles con el fin de frenar el viaje. En cualquier
caso, parece que en Guinea Ecuatorial se defiende más la primera versión que la
segunda. Todo hace indicar que aquella fue, efectivamente, una operación de apoyo a
Obiang patrocinada por Estados Unidos y España con el fin de defender sus propios
intereses. La presencia de ambos estados en Guinea Ecuatorial es el acicate que Obiang
necesitaba para mantenerse en el poder. El régimen sabe que sin estos aliados, si no
logra satisfacerlos, comenzaría a complicarse su pervivencia en el poder.
Pese a los acuerdos puntuales y la última visita de Obiang en 2006, España pierde peso
paulatinamente en los vínculos con su antigua colonia. En verano de 2008, coincidiendo
con el día de Guinea Ecuatorial en la Exposición Universal de Zaragoza, el dictador
guineano decidió suspender su visita programada. Se apunta que dicha suspensión fue
debida a que ni el Presidente del Gobierno ni el Rey español encontraron un hueco en su
apretada agenda para poder recibirle. No es de extrañar esta reacción de los máximos
mandatarios españoles, teniendo en cuenta el revuelo informativo y los reproches a
cargo de las organizaciones de derechos humanos hicieron al gobierno en 2006. Desde
la llegada de la democracia a España, los altibajos en la relación entre ambos gobiernos
son constantes. El último presidente español en visitar Guinea Ecuatorial, Felipe
González, lo hizo allá por el año 1991, y aunque la “ayuda al desarrollo” que España ha
enviado al gobierno guineano ha mantenido un flujo constante, se constata una
reducción de la cuantía desde que en 1993 el cónsul español fuese expulsado de Guinea
por "injerencia en los asuntos internos del país". Las buenas relaciones, como ya se ha
dicho, volvieron a retomarse durante los gobiernos de Aznar, que se reunió en varias
ocasiones con Obiang, aunque de manera informal, y envió a su Ministra de Exteriores,
Ana Palacio, en visita a Malabo en 2003.
Para terminar, la siguiente entrevista ahonda en los vínculos que han unido y unen a
España y Guinea Ecuatorial. Con el fin de acercarnos paulatinamente a un contexto en
el que los dos estados se relacionen de igual a igual, como estados democráticos, el ex-
Presidente del Senado español, Juan José Laborda, ha patrocinado la creación de la
Fundación España-Guinea Ecuatorial que pretende impulsar el proceso democrático
guineano. Con este fin, sustentada por altos mandatarios de la administración y los
partidos de oposición españoles, Laborda proyecta hacer de la Fundación una
herramienta que ahonden en el conocimiento de Guinea Ecuatorial por parte de la
sociedad civil española, suscitar el interés de los medios de comunicación y facilitar el
acceso de información especializada sobre el estado africano con el fin de despertar los
intereses mutuos que sin duda nos unen. El video profundiza además, en las vías a las
que podría recurrirse con el fin de acometer la futura democratización real de Guinea
Ecuatorial.
Notas
[1] Los datos relativos al periodo previo al proceso de descolonización han sido
extraídos, en su mayoría, de: Bolekia Boleká, Justo. “Aproximación a la historia de
Guinea Ecuatorial” Editorial Amarú, (Salamanca) 2003. Pueden encontrarse más títulos
en este sentido en la bibliografía general.
[2] Campos, Alicia. “El régimen colonial franquista en el Golfo de Guinea.” Artículo
perteneciente a la tesis de la autora “Descolonización de Guinea Ecuatorial (1955-
1968)”, presentada en la Universidad Autónoma de Madrid en el 2000.
[8] Max Liniger-Goumaz. “La verdad sobre Mbañé”. Mundo Negro, nº 476, julio-
agosto 2003