Salgo al jardín y ya comienza a caer la tarde al fondo se ve nuestro
cerro Avila, a sus pies se pueden apreciar los grandes edificios que conforman la ciudad de Caracas. El silencio de la tarde lo interrumpe las Guacamayas que vienen a comer los frutos de una palma de Chaguaramo, palma que en otras ocasiones les sirve para anidar y lograr su reproducció n. Por aquí y por allá también se ven los colibríes buscando su alimento en las flores.
Connotació n.
Al atardecer un juego de luz y sombras decora el majestuoso Avila,
quien cual centinela de la Ciudad protege a los habitantes de esta gran urbe. Rompen la calma de la tarde un escuadró n multicolor de seres alados que vienen en busca de su alimento, y se alojan en la copa de un esbelto Chaguaramo, que les brinda hospedaje para también recibir a sus retoñ os. Las flores diversas coquetean para atraer a sus conquistadores los bellos picaflor.