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Lo primero que debemos aclarar es qué significado debemos darle a la palabra NOMBRE.
Ej.:
Juan 5:43: Yo he venido EN NOMBRE DE mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su
propio nombre, a ése recibiréis.
En este pasaje Jesús viene en nombre de su Padre, la interpretación de la palabra nombre
aquí es "en lugar de".
La diferencia entre la expresión “en nombre de" a "en autoridad de", es que la palabra nombre
en la primera le antecede la proposición "en" y en la segunda la proposición "en" la precede el
artículo determinado "el"; (en nombre - en el nombre).
Ej.:
Hechos 3:6: Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; EN EL
NOMBRE de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.
Filipenses 2:10: para que EN EL NOMBRE de Jesús se doble toda rodilla de los que están
en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
"Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo...".
La palabra clave que nos ayudará a definir la palabra "NOMBRE" en este contexto es
"POTESTAD", sinónimo de "PODER O AUTORIDAD". Jesús revela entonces que él tiene
TODA LA AUTORIDAD, no parte, sino toda, explicándola en el versículo 19, cuando dice:
"en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo", allí está toda la autoridad descrita
por Jesús, queriendo decir que toda la autoridad del Padre, y la Autoridad del Hijo y la
Autoridad del Espíritu Santo; está concentrada en un solo ser, JESÚS.
Por esta razón en los pasajes subsiguientes leemos, NO COMO FÓRMULA BAUTISMAL,
sino con qué autoridad se está efectuando el bautismo y no es otro que “en el nombre de
Jesús" o "con la autoridad de Jesús"; autoridad que se desglosa en la fórmula del acto
bautismal.
Prueba histórica post apostólica que confirma que la expresión: "en el nombre del
Jesús" no era fórmula bautismal, sino la declaración de quién provenía la autoridad
para bautizar.
El documento citado: Aquí dice ambas expresiones: "en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo" y luego dice: "sino aquellos bautizados en el nombre del Señor" (o nombre de
Jesús), indicando esta expresión que el creyente que era bautizado en el nombre del Padre, y
del Hijo y del Espíritu Santo, habían sido bautizados en EL NOMBRE DEL SEÑOR o EN EL
NOMBRE DE JESÚS.
CONCLUSIÓN
Cuando bautizamos con la fórmula trinitaria, estamos bautizando en el nombre de Jesús, al
igual que los apóstoles, ya que fue Jesús quien, con toda la autoridad ordenó bautizar de esa
manera. El problema de interpretación consiste en la palabra NOMBRE, que en la tesis
planteada debe interpretarse como AUTORIDAD.
El bautismo del creyente se debe hacer en Nombre de Jesús, con su autoridad pero en el acto
se debe desglosar la composición TRINITARIA de esa autoridad, lo cual es una revelación
dada por el mismo Jesús, convirtiéndose el bautismo en un acto de obediencia, no sólo a una
parte del Dios trino, sino a toda su persona, que no es otra que El Padre, El Hijo y El Espíritu
Santo.