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Materia:

Empresas Agroindustriales
Tema:
Evaluación de riesgo

Integrantes:
Ramírez Galo Velia
Rodriguez Cano Mayra Scarlett
Iturbide Duran Michelle
Valdez Espinosa Alexis Eduardo
Cruz Tapia Manuel Eduardo
5.2 Evaluación de riesgo
a) Riesgo e incertidumbre
Proceso de la toma de decisiones bajo riesgo.
proceso de toma de decisiones presenta cuatro etapas:
1. Identificación del problema o diagnóstico:
aparece cuando hay una discrepancia entre una situación personal o
empresarial que se desea y la que realmente se tiene, o entre lo que se
podría obtener y lo que se ha obtenido. En cualquier caso, en esta fase lo
importante es la información, ya que de la calidad de la información que
dispongamos dependerá la calidad de la decisión que podamos tomar.

2. La elaboración y evaluación de alternativas es la segunda fase de la toma


de decisiones.
Implica no sólo creatividad para el diseño de los posibles cursos de acción
a seguir, sino también la capacidad para evaluar las consecuencias de cada
uno de los cursos de acción a seguir y la valoración conjunta de la
evolución de los factores que les afectan.

3. La fase de elección supone de hecho la elección de una de los cursos de


elección propuestos siendo la definición de los criterios adecuados su
aspecto más relevante.
4. Por último, la fase de implementación y control de la decisión permite
verificar si la alternativa elegida ha solucionado o no el problema y corregir
esta situación en su caso.
El marco mental en la toma de decisiones
El proceso de decisión es un proceso mental de racionalidad limitada. Para que el
proceso de decisión sea racional es necesario que se den dos condiciones:
que se disponga de información perfecta, lo que supone disponer de toda la
información relevante en todo momento en las mismas condiciones que la
competencia, y, quizá más importante, racionalidad ilimitada, que nos permita
valorar correctamente todas las alternativas y elegir la óptima.
Lamentablemente, estas condiciones rara vez se dan; en ocasiones se puede
acudir a situaciones próximas a la racionalidad ilimitada, cuando el número de
variables son pocas y están controladas, lo cual nos permite determinar la solución
óptima. No obstante, lo normal en la vida real son más bien situaciones en las que
no se dispone de toda la información relevante y, sobre todo, no es posible ni
conocer todas las variables implicadas y sus interacciones ni definir correctamente
las consecuencias de cada curso de acción. En estas situaciones el decisor debe
abandonar la actitud optimizadora y adoptar una actitud satisfactoria, adoptando la
primera solución de entre las alternativas posibles que satisface sus intereses, aún
consciente de no estar tomando la decisión óptima. Muy probablemente el coste
de evaluar el resto de alternativas hasta encontrar la óptima supere los beneficios
adicionales que se pueden obtener de ella. Además de lo aquí expuesto, otros
condicionantes a la toma de decisiones actúan limitando los cursos de acción más
allá de la racionalidad limitada del decisor; en muchas ocasiones los criterios
políticos y estratégicos de la decisión así como los personales de quién tiene que
tomar la decisión juegan un papel más relevante que los estrictamente
económicos de forma que los criterios para priorizar las alternativas no siempre
son coincidentes. 6 Certeza, riesgo e incertidumbre. Criterios para la toma de
decisiones. En el momento de diseñar las decisiones, pero sobre todo a la hora de
establecer criterios con los que adoptar un curso de acción, tres son las
situaciones que se le pueden presentar al decisor:
Certeza: Esta es la situación ideal para la toma de decisiones. Se tiene la total
seguridad sobre lo que va a ocurrir en el futuro. Desde un punto de vista
estrictamente económico se trata de elegir el curso de acción que va a
proporcionar los mejores resultados de acuerdo con el criterio establecido
(beneficios, rentabilidad, cifra de ventas…). No es, sin embargo, una situación
habitual.
Riesgo: Esta situación se aproxima bastante más que la anterior a las situaciones
habituales en la empresa. El decisor, bien porque se ha procurado información,
bien por su experiencia, puede asignar probabilidades a los estados de la
naturaleza de los que depende la efectividad de su decisión. De esta forma, puede
valorar, al menos asociándolos a una probabilidad, los resultados promedio de sus
decisiones. Por supuesto, que eso sea suficiente para tomar una decisión
depende de los criterios que se definan para tomarla.
Incertidumbre: Al igual que con el riesgo, los decisores en muchas ocasiones se
enfrentan a decisiones en las que no pueden efectuar suposiciones sobre las
condiciones futuras en las que se desarrollarán los cursos de acción elegidos.
Ni siquiera es posible asignar probabilidades razonables a dichos sucesos futuros.
En estos casos la decisión, además de por criterios políticos y económicos, se ve
orientada por la orientación psicológica del decisor.
Riesgo
Cuando las variables no toman un único valor sino varios, pero la probabilidad de
ocurrencia de esos valores es exactamente conocida, nos encontramos en un
contexto de riesgo.
Se da cuando existe cierto número de estados naturales cuyas probabilidades de
que se produzcan son conocidas por quien toma las decisiones. Esta clase de
decisión o acuerdo se denomina toma de decisiones en estado de riesgo. Un
ejemplo típico son los riesgos climáticos en agricultura, capaces de tratarse
probabilísticamente dentro de cierta área o nivel de referencia.
Cuando hablamos de riesgo, tenemos en cuenta dos factores muy importantes:
las características de una empresa o empresario y la faz subjetiva del factor
riesgo. Hay empresarios que son más arriesgados que otros; como consecuencia
de ello, la definición de objetivos de la empresa y la forma de encarar la actividad
va a estar seriamente condicionada por la actitud que tiene el individuo frente a
determinados riesgos.
La actividad y forma de desarrollarla depende en gran medida de las
concepciones particulares del riesgo. Así, hay empresas que van a hacer una
mezcla (mix) de productos muy variados, para diversificar y tener menor
posibilidad de fracaso, mientras que otras van a apostar a un solo producto, un
ejemplo muy claro es cómo juega un apostador a la ruleta: los más conservadores
no juegan todo lo que tienen sino una parte, la que dividen en muchas jugadas
apostando, por ejemplo, a oportunidad y dentro de oportunidad a varias
alternativas; otros al contrario, apuestan todo lo que tienen en una sola jugada y a
un solo numero. En el primer caso el riesgo es menor pero, a su vez, la ganancia
también es menor, en cambio el que apuesta todo a una sola jugada tiene muchas
probabilidades de perder, pero si gana cubre ampliamente su apuesta. Vemos que
el modo de distribuir las jugadas depende de la personalidad de cada individuo. Si
cambiamos el concepto de juego por el de producción llegaremos a las mismas
conclusiones. Ejemplo: una persona juega todo lo que tiene, todo su capital, a la
explotación agropecuaria y dentro de ella a un solo tipo de explotación, a una sola
cosecha, a una sola variedad; es decir, exponiendo toda su fortuna en una
explotación de alto riesgo, tal como un solo cultivo, en una zona climática de difícil
pronóstico.
Figura 1: análisis y evaluación para la inversión en un proyecto agropecuario.
El apostador o empresario debe resolver que hará: pone todo en una actividad, se
dedica a un rubro con exclusividad, mantiene reservas por si algo sale mal, divide
el riesgo haciendo una mezcla de inversiones o producciones distintas, etc.; la
decisión de como habremos de apostar a este singular tablero es fundamental en
cada proyecto, y todas las variantes son válidas dependiendo de cada individuo.
Cuando además de prever los posibles resultados futuros asociados a una
alternativa, se les puede asignar probabilidades, aunque sean subjetivas, a cada
uno de ellos, entonces se dice que se encuentra frente a una situación bajo riesgo.
El riesgo es aquella situación sobre la cual tenemos información, no sólo de
los eventos posibles, sino de sus probabilidades.
Cuando en el contexto de las Finanzas se habla de riesgo, muchas personas
piensan sólo en los mecanismos que diseña la ingeniería Financiera para
protegerse del riesgo implícito en ciertas operaciones financieras. Estas están más
relacionadas con actividades especulativas, de inversión de excedentes de
tesorería, por ejemplo. El contexto en que se maneja esta idea está relacionado
con lo que ocurre después de que se emprende un proyecto, por ejemplo. Pero no
se puede soslayar el estudio del riesgo del proyecto mismo, que es el objeto de
estudio de este libro. Los riesgos asociados a una alternativa de inversión tienen
diversas causas y hay que "vivir" con sus efectos. Si se intenta predecir un evento,
pueden intervenir tantas variables, que a su vez, generan otros tantos elementos
que se deben predecir, que es una especie de explosión de un árbol que se
ramifica hasta el infinito. Por ejemplo, en la demanda del mercado por un bien
o servicio, se deben tener en cuenta la disponibilidad de dinero de la gente, sus
gustos, la obsolescencia, la innovación tecnológica, el desempleo, la inflación, la
tasa de cambio, las tendencias demográficas, la moda, el clima, etc. Y todo esto, a
su vez, depende de muchos otros parámetros. Todo esto se constituye en causa
de riesgo. Y lo único que se puede hacer es tratar de medirlo; una vez medido,
hay que asegurarse de haber tomado todas las precauciones posibles y esperar a
que ocurra lo mejor.
Si el resultado es que la probabilidad de éxito es muy baja, sólo por suerte se
puede esperar a que salga bien. Y allí no hay poder humano que pueda influenciar
a la suerte para que sea favorable.
Medición analítica del riesgo:
Consiste en un manejo de tipo analítico para tratar el problema a partir
del conocimiento de las distribuciones de probabilidad de las diferentes variables
involucradas y de manera que se pudiera determinar la distribución final de un
indicador como el Valor Presente Neto o la Tasa Interna de Rentabilidad.
Una forma de disminuir la incertidumbre es obtener más información, lo cual exige
más recursos: humanos, de tiempo, monetarios, etc.) En el ejemplo del grupo de
ejecutivos se redujo la incertidumbre al tratar de estimar el valor esperado y la
desviación estándar del flujo de dinero. El método para manejar este tipo de
situaciones hace uso del Teorema del Límite Central de la Estadística y dice que
la distribución del Valor Presente Neto, Costo Anual Equivalente o Tasa Interna de
Rentabilidad es aproximadamente normal, inclusive cuando las distribuciones de
las variables que se incluyen en o que determinan el flujo de caja del proyecto no
sean normales. Debe observarse, y así lo dice, que hace caso omiso del problema
de la discrepancia entre los criterios y de la posibilidad de múltiples tasas de
interés. Realmente esto no presenta una limitación al método, ya que se han
propuesto formas de eliminar las discrepancias entre los criterios y de la
posibilidad de múltiples tasas internas de rentabilidad. Lo que se quiere es
enfrentar al decisor con las diferentes probabilidades de obtener distintos valores
del Valor Presente Neto de una inversión. Más específicamente, la probabilidad de
que el VPNsea menor que cero.
Incertidumbre:
Cuando sólo conocemos aproximadamente el valor que tomarán una variable,
pero desconocemos con que nivel de probabilidad, estamos en un contexto de
incertidumbre.
Se ignoran las probabilidades de que se produzcan los diversos estados naturales.
Estos problemas surgen cuando no existen pautas que permitan calcular las
probabilidades de que ocurran los estados naturales, ya sea por falta de
experiencia pasada o porque es imposible proyectarla hacia el futuro.
Las consecuencias de una decisión de inversión, como hecho futuro son
impredecibles. Aquí se reconoce de manera explícita el hecho de la incertidumbre
en todos los actos de la vida. Con relación a las consecuencias futuras de una
decisión, se pueden presentar tres situaciones:
a) determinísticas
b) no determinísticas
c) ignorancia total.
Uno de los problemas que se presentan en la comprensión de los temas
de administración y gerencia es que muchos términos tienen significados
múltiples; ejemplo de esto se encuentran con mucha frecuencia en los temas
contables y financieros (términos tales como, ingreso, flujo de caja, flujo de fondos,
para citar solo tres). En particular, cuando se habla de riesgo e incertidumbre esta
confusión se incrementa porque existe un conocimiento previo, intuitivo tal vez, de
lo que es la incertidumbre. Para muchos, la incertidumbre es el desconocimiento
del futuro; en este contexto se considera que el riesgo y la incertidumbre se
producen por la variabilidad de los hechos futuros y por su desconocimiento. Más
aun, se nombra a la incertidumbre como la situación en la cual hay un grado
(mayor o menor) de desconocimiento del futuro.
En la literatura se presenta confusión al definir la situación b). Por ejemplo, Hillier
(1963) habla de riesgo e incertidumbre como si fueran iguales, lo mismo sucede
con Hespos y Strassman (1965), para sólo citar unos pocos; Morris (1964), por
otro lado, hace la distinción entre riesgo e incertidumbre. Lo cierto es que existen
grados de incertidumbre y en la medida en que ella disminuye con la información
recolectada se puede manejar en forma analítica cada vez más. Los casos de
riesgo, tal como lo distingue Morris, son muy particulares y los más comunes están
relacionados con situaciones de azar (loterías, ruletas, rifas, etc.) o con decisiones
a las cuales se les ha asignado una distribución de probabilidad. Para la
incertidumbre, por el contrario, no se posee información suficiente como para
asignarle una distribución de probabilidad.
Esta situación se presenta cuando se pueden determinar los eventos posibles y no
es posible asignarles probabilidades. Hay un nivel de mayor incertidumbre que
algunos han denominado incertidumbre dura y se refiere a la situación en que ni
siquiera es posible identificar los estados o eventos futuros.
Medición analítica de la incertidumbre
En una situación de incertidumbre, no sólo es importante hacer predicciones para
evaluar una inversión y decidir si rechazarla o no, sino para poder tomar cursos
de acción complementarios que reduzcan las posibilidades de fracaso.
Un medio de reducir la incertidumbre es obtener información antes de tomar la
decisión. Información acerca del mercado. Otra alternativa es aumentar el tamaño
de las operaciones, como es el caso de las compañías petroleras que asumen
menos riesgos al perforar 50 pozos de petróleo que al perforar uno. La
diversificación es otro medio de disminuir la incertidumbre en las inversiones;
sobre todo, la diversificación a través de productos o servicios sustitutos, como por
ejemplo, el café y el té. Si el precio del café sube demasiado y
las ventas decrecen, se pueden reemplazar por el té y así se pueden mantener
estables los ingresos de la firma. La decisión de comercializar ambos productos
puede ser tomada si se prevén bajas substanciales en los precios. Es posible
encontrar inversiones A y B, independientes, pero cuyos valores presentes netos
varían de acuerdo con la situación general de la economía y en forma contraria, de
manera que en promedio los beneficios de la firma se mantienen constantes
durante el período.
Al ejecutar esta clase de inversiones en forma simultánea, se puede eliminar o
reducir el riesgo. Este tipo de combinaciones es lo que buscan por ejemplo, los
grandes grupos y fondos de inversión, al invertir en empresas de muy diversa
índole.
David B. Hertz (1964) describe lo que se ha tratado de hacer para medir el riesgo
y propone lo que se podría hacer para resolver mejor el problema. Las ideas
utilizadas tradicionalmente han sido:
 Predicciones más exactas: La reducción del error en las predicciones es
útil, pero el futuro es siempre el futuro y siempre existirá algún grado de
desconocimiento acerca de él, a pesar de que se cuenta con
la tecnología que permite hacer predicciones más precisas.
 Ajustes empíricos: Por ejemplo, si un analista en forma sistemática
sobrestima o subestima el valor de las variables que estudia, se pueden
hacer correcciones a sus estimativos, de acuerdo con
su comportamiento anterior. Esto a primera vista parece razonable, pero,
¿qué hacer si los estimativos de ventas han resultado inferiores a lo real en
75% más del 25% de los casos y no han llegado a más del 40% en una
sexta parte de las acciones emprendidas?.
 Revisar la tasa de descuento: Esto se podría aplicar aumentando la tasa
mínima de descuento para dar una protección contra la incertidumbre. Sin
embargo, la persona que toma decisiones debe saber explícitamente cuál
es el riesgo que se asume y cuáles son las posibilidades de obtener el
resultado esperado.
 Estimativos de tres niveles: Estimar valores inferior, promedio y superior
y calcular rentabilidades con base en varias combinaciones de estimativos
optimistas, promedio y pesimista. Este enfoque no indica cuál de estos
estimativos ocurrirá con mayor probabilidad y no presenta una idea clara de
la situación. Sin embargo, si se evalúa el proyecto para el peor de los casos
posibles y el VPN es positivo se debe aceptar sin duda.
 Estimativos de tres niveles: Estimar valores inferior, promedio y superior y
calcular rentabilidades con base en varias combinaciones de estimativos
optimistas, promedio y pesimista. Este enfoque no indica cuál de estos
estimativos ocurrirá con mayor probabilidad y no presenta una idea clara de
la situación. Sin embargo, si se evalúa el proyecto para el peor de los casos
posibles y el VPN es positivo se debe aceptar sin duda.
 Probabilidades selectivas: Consiste en calcular para una variable
determinada todas las posibilidades que existen y con base en esto, hallar
la distribución de probabilidad de las rentabilidades o valores presentes
netos.
El método fue propuesto por Hertz, utiliza las técnicas de simulación y se debe
usar el computador. El análisis tiene tres etapas:
 Estimar el rango de valores de cada uno de los factores y dentro de cada
rango asignar una probabilidad de ocurrencia a cada valor.
 Seleccionar al azar, con base en la distribución probabilística de cada factor
un valor particular del mismo. Este valor se combina con los valores de los
demás factores y se calcula un indicador de eficiencia (VPN o TIR, por
ejemplo).
 Repetir el paso anterior muchas veces para obtener las probabilidades de
ocurrencia de los valores posibles del indicador y con base en esto, calcular
el valor esperado y las probabilidades de ocurrencia de ciertos rangos del
indicador seleccionado.
Causas del riesgo y de la incertidumbre:
Las causas de la variabilidad son básicamente atribuibles al comportamiento
humano; sin embargo existen fenómenos no atribuibles directamente al ser
humano que también causan riesgo e incertidumbre. Algunas manifestaciones de
ambos se mencionan a continuación:
 Inexistencia de datos históricos directamente relacionados con las
alternativas que se estudian.
 Sesgos en la estimación de datos o de eventos posibles.
 Cambios en la economía, tanto nacional como mundial.
 Cambios en políticas de países que en forma directa o indirecta afectan el
entorno económico local.
 Análisis e interpretaciones erróneas de la información disponible.
 Obsolescencia.
 Situación política.
 Catástrofes naturales o comportamiento del clima.
 Baja cobertura y poca confiabilidad de los datos estadísticos con que se
cuenta.
Procedimientos básicos para formar expectativas que generen riesgo e
incertidumbre:
 Análisis mediante índices
Como el empresario tiene su propia base de datos, puede acudir a ella y analizar
los índices básicos que determinan sus factores y costes de producción, son datos
históricos que le servirán de referencia para formar sus expectativas de futuro.
 Observaciones de tendencias
La serie histórica estadística de precios de la que dispone el empresario, le
indicaran su tendencia de precios al alza o a la baja, le ayudará, igualmente, a
formar sus expectativas de futuro, conociendo, incluso los decrementos o
incrementos porcentuales de precios habidos en los últimos años.
Pero hay que tener mucha precaución con este procedimiento, porque si las
variaciones al alza o a la baja son bruscas y frecuentes, pueden,
irremediablemente, conducirle a formar una expectativa errónea, como es lógico,
dada la alta volatilidad o dispersión de los resultados analizados. Sin embargo, se
puede acudir al llamado índice de elasticidad de expectativas empresariales.
De todos es sabido que cuando el precio de un determinado bien económico sube
excesivamente en un determinado período de tiempo, llega un momento en el cuál
esa tendencia al alza comienza a disminuir o incluso tiende a bajar durante otro
período de tiempo. Quizás, podamos decir, que las propias leyes del mercado se
lo imponen.
En el Mercado Bursátil, por ejemplo, se acostumbra a ver, como determinados
valores experimentan una fuerte subida que va incrementándose en el tiempo y
hacen pensar a los inversores, especialmente a los pequeños y medianos, que
van a continuar subiendo en el futuro.
Ello, genera demanda de estos valores que, a su vez, los hacen incrementar en
sus cotizaciones, en forma vertiginosa, creando una auténtica "Burbuja Bursátil".
 Observaciones de movimientos cíclicos
Es frecuente que los precios de determinados bienes económicos, estén sujetos a
leyes de oscilaciones cíclicas.
En estos casos, a una subida de precios (incremento porcentual positivo del
precio), sucede, casi siempre, un decremento porcentual o incremento porcentual
negativo del precio. Puede ocurrir, en estos casos, que el valor del índice ya
indicado, sea mayor que la unidad, en valor absoluto pero con signo negativo. Ello
es debido a que en el periodo de tiempo anterior, hubo un alza de precios y en el
periodo de tiempo siguiente ha habido una baja de precios y el valor absoluto del
numerador es mayor que el valor absoluto del denominador. En estos casos, casi
siempre, los índices de elasticidades, suelan ser negativos, debido, precisamente,
a las oscilaciones cíclicas de los precios. De aquí, puede el empresario, sacar
expectativas empresariales para un próximo futuro, tal como puede ser, una
campaña agrícola de un determinado cereal, por ejemplo, el maíz.

b) factores de riesgo
Riesgo en las agroindustrias
Riesgos de producción y de comercialización
2. Introducción
Las actividades agrícolas y ganaderas están expuestas a factores de riesgo que
pueden incidir de forma negativa en su desarrollo. El sector agropecuario es
considerado por los inversionistas, entidades financieras, gobiernos y otros
agentes económicos como un sector de alto riesgo.
3. Importancia del manejo de riesgos El plan de manejo del riesgo reviste cada vez
más importancia para los agronegocios, porque constituye un instrumento de
prevención y minimización de los riesgos inherentes a la actividad. Las entidades
financieras que manejan carteras de crédito otorgan cada vez mayor importancia a
la planificación y evaluación del manejo de los riesgos.
4. Tipos de riesgo en el desempeño de las agro empresas
 Riesgos que afectan la producción.
 Riesgos por cambio climático.
 Riesgos en el uso de tecnología inadecuada.
 Riesgos por volatilidad de los precios, la comercialización y el mercadeo.
 Riesgos por volatilidad de los precios.
 Riesgos en la comercialización y mercadeo.
5. Tipos de riesgo en el desempeño de las agro empresas
 Riesgos financieros.
 Riesgos por iliquidez financiera.
 Riesgos por insolvencia financiera.
 Riesgos por insuficiencia de capital operativo.
 Riesgos legales y humanos.
 Riesgos por cambios en la política económica y social de los países.
 Riesgos por manejo de recursos humanos.
6. Acciones estratégicas para el manejo de riesgos
La etapa clave en el manejo de los riesgos es su identificación con la mayor
precisión posible. Una vez identificados, la agroempresa deberá adoptar una serie
de acciones para su adecuado manejo. No solo es necesario identificar los tipos
de riesgos que amenazan el agronegocio, si no también evaluar la tolerancia por
parte de las unidades productivas y las estrategias apropiadas para abordarlos.
7. Acciones estratégicas para el manejo de riesgos en la producción
Los seguros agropecuarios.
La adopción y uso de tecnología adecuada.
8. Acciones estratégicas para el manejo de riesgos de comercialización
 La agricultura de contrato.
 Los contratos a futuro.
 El contrato de precio mínimo.
 Elaboración e implementación de un plan de agronegocios.
 La integración vertical con el mercado.
 El establecimiento de sistemas de producción flexibles y producción
escalonada.
9. Acciones estratégicas para el manejo del riesgo financiero
 El conocimiento detallado de los costos.
 La disponibilidad de registros financieros.
 La prudencia financiera y diversificación de mercado.
 El mantenimiento del nivel de liquidez.
10. Acciones estratégicas para el manejo de riesgos en los RRHH y legales
 Las previsiones en los aspectos de seguridad y salud del personal.
 El desarrollo de capacidades.
 Contratar los seguros de salud y tomar en cuenta los beneficios.
Agroindustria, la gran ‘cosecha’ económica

Desde hace varios años, la comercialización de productos del campo y de sus


derivados se ha convertido en uno de los principales motores de la economía
mexicana, con tasas de crecimiento que prometen un futuro próspero para el
sector.

El sector agroindustrial es clave en el desarrollo de cualquier país, no solo por el


hecho de que garantiza la supervivencia de sus habitantes, sino porque, además,
su desempeño está directamente relacionado con el Producto Interno Bruto (PIB)
de las naciones.

En México, por ejemplo, dicho sector contribuyó con 8.5% del PIB en 2017,
gracias a su capacidad de generar empleos –7.5 millones de personas,
equivalentes a 15% de las plazas formales– y divisas, de acuerdo con datos de la
entonces Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (actualmente Secretaría
de Agricultura y Desarrollo Rural) y del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).

Además, en 2017 el sector agroalimentario creció a una tasa promedio anual


real de 2.4%, 0.4% por encima de la economía nacional.

Para marzo de 2018, el PIB agroalimentario alcanzó 27 trimestres de crecimiento


ininterrumpido. Ese mismo año, las exportaciones del sector alcanzaron los 34 mil
millones de dólares y, por cuarto año consecutivo, nuestro país tuvo, en ese
momento, un superávit (ingresos superiores a los gastos) en la balanza comercial
por más de 5 mil 800 millones de dólares, según cifras del CNA.

Esta misma tendencia al alza se vio reflejada en los primeros cuatro meses de
2019, con un superávit de 4 mil 222 millones de dólares, lo que significó un
crecimiento de 15.9% con respecto al mismo periodo del año anterior y un récord
histórico para este lapso.

En 2017, México ocupaba, a nivel mundial, el primer lugar en exportación de


aguacate, jitomate, chiles y pimientos, cerveza y tequila; el segundo en
exportación de limón; el tercero en fresas y frambuesas; el quinto en carne de
pollo y huevo; y el sexto en carne de res (datos del CNA).

Como podemos observar, los pasos que ha dado el sector agroindustrial en los
últimos años han sido favorables. Pero, ¿cuáles han sido los factores que han
impulsado su crecimiento?

Por un lado, habría que destacar la adecuada inversión en infraestructura y


tecnología, en las diferentes zonas agrícolas del país. La construcción de
carreteras y ampliación o modernización de puertos, así como todos los
instrumentos usados para el riego, la nutrición de cultivos, el cuidado sanitario de
la ganadería y la calidad e innovación biotecnológica han sido piezas clave para el
crecimiento del sector.

Por otra parte, la extensión del comercio agroalimentario hacia mercados como
Corea, China, los países árabes y la Unión Europea también ha beneficiado al
sector agroindustrial nacional, permitiendo, al mismo tiempo, la diversificación de
su mercado.

Pero, aun con todo lo anterior, y a pesar del buen panorama que se pronostica
para este sector, los retos todavía persisten.

Los desafíos de la industria

En Deloitte prevemos que el sector agroindustrial registre, en conjunto, un


crecimiento promedio anual de 4.7% durante el periodo 2019-2020. Para ello, será
necesario poner atención a diversas situaciones.

De manera inmediata, México enfrenta la tensión comercial entre países como los
Estados Unidos y China, ya que la guerra arancelaria que ambas naciones libran
impide que el comercio alcance todo su potencial.

En cuanto a la relación de nuestro país con los Estados Unidos, y específicamente


hablando del T-MEC, debemos apuntar que, aun cuando éste se conserva muy
similar para el sector agrícola de México, Canadá y la Unión Americana –con un
alto grado de especialización e interdependencia entre las tres partes–, existen
algunos puntos que todavía pueden tener complicaciones, como la patente de
genes y variedades de semillas, el arancel de 17.56% al tomate e, incluso, la
misma ratificación del acuerdo.

Mientras el acuerdo comercial con los Estados Unidos no sea ratificado por el
Senado de ese país, prevalece un ambiente de incertidumbre entre los principales
productores de ese país y del nuestro.

Además de esos temas, existen otros asuntos a los que el sector debe estar
atento y sobre los que necesita enfocar esfuerzos:

 Llevar la agricultura de precisión y una tecnología más sofisticada a un


mayor número de empresas para eficientar los cultivos. El uso del big
data, blockchain, drones, robots puede resultar de gran ayuda para mejorar
los procesos productivos del agro nacional.

 Se debe atender el cambio climático, a fin de garantizar la seguridad


alimentaria, la nutrición de la población y la producción. En este mismo
sentido, es importante reducir la generación de gases de efecto
invernadero en el sector, que actualmente alcanza alrededor de 21% del total
de las emisiones globales.
 El crecimiento de la población mundial, con cada vez menos disponibilidad
de recursos, complica el abastecimiento de alimentos, por lo que es necesario
implementar estrategias que ayuden a enfrentar esa tendencia.

 Las plagas, las enfermedades y la resistencia de los microbios a los


medicamentos van en aumento, así que será otro de los asuntos que cobrarán
mayor interés conforme pasen los años.

 Las tendencias de la población mundial hacia dietas más ricas en carne y


lácteos también traen consigo repercusiones en la disposición de recursos
naturales.

Las soluciones a estas problemáticas no son sencillas. Mientras nuestro país


atiende situaciones específicas, debe trabajar también en impulsar un cambio
coordinado a nivel global.

Las estrategias para combatir los problemas ambientales y garantizar la


sostenibilidad de los productos requieren avanzar de la mano en diferentes niveles
y en distintos temas.

Por lo demás, las cifras del sector agroalimentario nacional llevan a México a


posicionarse como una potencia de producción. El subsector pecuario, el de
procesamiento de cárnicos y el de avicultura son prometedores para el futuro de la
industria.

Sin embargo, es importante también darle seguimiento a la comercialización de


productos como la cerveza, el tomate, el aguacate y las bayas, y analizar si se
mantienen como los más exportados hacia otras latitudes.

La industria agrícola mexicana tiene frente a sí un panorama muy alentador.


Todo será cuestión de mantener la inversión, implementar tecnología de
vanguardia y contar, a largo plazo, con un eje de políticas públicas para cuidar la
sostenibilidad de la producción. Las tierras de nuestro país son, definitivamente,
fecundas para todo eso.
https://www2.deloitte.com/mx/es/pages/dnoticias/articles/agroindustria-gran-cosecha-
economica.html

https://es.slideshare.net/xochiltharauz/riesgo-en-las-agroindustrias

https://www.upa.es/upa/uControlador/index.php?nodo=1021&hn=2232

https://www.gestiopolis.com/crisis-del-sector-agropecuario-en-mexico/

c) Análisis de riesgo
RIESGOS IDENTIFICADOS:
Teniendo en cuenta las características básicas del sector y su cadena de
actividades/ transacciones, se identifican los siguientes riesgos principales:
El acceso al agua y la posesión de la tierra: necesidad de acceso a recursos
seguros y constantes para el desarrollo de la actividad a gran escala.
 Prácticas de corrupción (extorsión, pago de comisiones, etc.) derivadas de
las decisiones políticas de regulación de la actividad. En especial, acceso y
ordenación del uso de tierras, y también de actividades de compra-venta de
terrenos públicos o de los que se desconoce la propiedad.
 Falta de debida diligencia en la asignación de tierras para el uso
agroindustrial: conocimiento de la propiedad y procedencia de las tierras,
acaparamiento de tierras, etc.
 Prácticas de corrupción (extorsión, pago de comisiones, etc.) derivadas de
las decisiones políticas de regulación del acceso y del uso de agua. El
abastecimiento de agua para la actividad agroindustrial puede afectar de
forma severa al acceso al agua por parte de las comunidades.
 Acaparamiento de tierras por parte de empresas e inversores, y también de
gobiernos nacionales. Esto afecta al control de la tierra y los recursos, y
pone en riesgo la soberanía alimentaria del país y, especialmente, de los
pequeños propietarios.
 Prácticas de corrupción derivadas de la asignación y mal uso de
subvenciones. z Prácticas de lobby por parte de grandes corporaciones y
gremios, que afectan
a las condiciones generales de mercado.
 Falta de transparencia y discriminación de los pequeños productores en las
decisiones de política pública.
 Transformación de espacios naturales en tierras de cultivo y producción
agroindustrial, sin consentimiento previo o negociación con comunidades
afectadas.
 Privación de acceso a derechos básicos, por desalojo de comunidades
campesinas y pueblos indígenas.
 Falta de uso o mal uso de la consulta previa.
 Abuso de la fuerza y la autoridad por parte de servicios de seguridad.
  
Riesgo de impacto ambiental: uso intensivo de recursos naturales, productos
contaminantes y actividades logísticas.
 Pérdida de biodiversidad por cambios de cultivos y de uso del suelo, así
como por la explotación de los recursos marinos.
 Generación de residuos y vertidos en agua, tierra y aire, derivados tanto del
uso de productos químicos para las actividades de producción, como por el
uso intensivo de maquinaria o por las actividades de procesado.
 Contaminación e impacto ambiental derivados de un consumo energético
intenso en actividades de producción y logística, lo que supone una elevada
dependencia de los combustibles y de otros productos, y producción de
gases de efecto invernadero
Condiciones laborales de los trabajadores: uso intensivo para la producción y
transformación.
 Cadena de valor con niveles elevados de desprotección de derechos de los
trabajadores: salario justo, descanso, contrato, asociación, etc.
 Persecución y represalias por la realización de actividades de
representación de los trabajadores.
 Baja formalidad del trabajo, con niveles elevados de externalización y/o
subcontratación en condiciones de alta temporalidad.
 Cadena de valor con niveles elevados de desprotección de los trabajadores
en aspectos relacionados con la salud y la seguridad en el trabajo, sobre
todo relacionados con el uso de sustancias químicas.
 Uso de trabajadores migrantes y trabajo en condiciones de desprotección
de derechos.
 Discriminación a mujeres y trabajo en condiciones de desprotección de
derechos.
 Uso de trabajo infantil y trabajo en condiciones de desprotección de
derechos.

Actividades de producción: riesgos para la salud humana.


 Riesgos para la salud humana por el uso de transgénicos y/o semillas
modificadas genéticamente, cuyo uso no es legal en todos los países
 Riesgos para la salud humana por el consumo de alimentos tratados con
productos químicos: abonos, fertilizantes, pesticidas, alimentación,
medicamentos, tratamiento de productos elaborados
 Elevada deslocalización de las actividades de la cadena de valor, lo que
hace más complejo el seguimiento y la trazabilidad en condiciones que
garanticen el cumplimiento de normas sanitarias y condiciones de
salubridad de los alimentos.
d) toma de decisiones de bajo riesgo.
La percepción del riesgo involucra una apreciación subjetiva de la ocurrencia y
efectos de los fenómenos en cuestión. Ante un mismo esquema analítico, distintos
agentes desarrollarán una visión del futuro y del funcionamiento de los procesos
productivos. Es por ello que, dentro de un mismo rubro agropecuario y una zona
productiva con idénticas aptitudes, diferentes actores tengan una percepción
desigual del riesgo y, por ende, estén dispuestos a actuar ante el mismo (Miguez,
2007).
Cuando nos concentramos en el sector agropecuario, observamos que la toma de
decisiones en las actividades involucradas se realiza muchas de las veces en un
ambiente de incertidumbre -esto es, conocimiento imperfecto- sobre el futuro y por
ende está asociada al efecto negativo de factores climáticos, zoo-fitos sanitarios y
biológicos adversos en la producción, el capital productivo y la rentabilidad adema
de la manera en que el agente agropecuario que se tome en consideración pueda
manejar dicha amenaza. Por ello, es necesario vincular los eventos con los
efectos sobre el proceso productivo, y cuantificar la vulnerabilidad del proceso
productivo en particular. Así, el cálculo del valor o de la magnitud del riesgo ante
cualquier evento adverso resulta de la conjunción de dos factores: la amenaza
externa (evento) y la vulnerabilidad del sujeto (producción).
En cuanto a la mitigación de riesgos económicos, es necesario tomar medidas que
repercutan directamente en los costos y en los precios. Verificar, por ejemplo, la
capacidad de almacenamiento propia y evaluar los costos de almacenamiento
externo, como medida preventiva; establecer una política de crédito para los
comerciantes que van a demandar el producto; estudiar el patrón de consumo del
producto, para ver si es posible diversificar mercador; planificar la logística de
comercio y traslado; verificar la estructura vigente; tener claros los procedimientos
para obtener todos los permisos, autorizaciones y registros necesarios para
comercializar en el mercado interno y externo, etcétera.
Formas de gestionar los riesgos económicos:
Gestión del riesgo asociado a la comercialización y el mercadeo
Elaboración e implementación de un plan de agronegocios. Una forma de
monitorear el desempeño de la empresa es preparando un plan de agronegocios.
Este instrumento servirá de “hoja de ruta” a la agroempresa durante un período
determinado. Debe ser un instrumento dinámico y flexible e incluir aspectos que
ordenen el desempeño del negocio. Debe tener una misión y una visión
empresarial claramente establecidas, objetivos mesurables, una estrategia de
mercadeo basada en investigación e inteligencia de mercados, una descripción
detallada de los productos y un plan financiero que permita conocer la rentabilidad
del agronegocio en relación con las inversiones y los costos operativos. Las
agroempresas que cuentan con planes de agronegocios bien estructurados
pueden minimizar el riesgo al momento de tomar decisiones y evitar
improvisaciones que afecten su desempeño.
En conclusión, la gestión empresarial del sector agropecuario debe experimentar
un cambio conceptual. Los productores deben pasar a ser empresarios
agropecuarios, y esto significa tener en cuenta la problemática del riesgo,
determinar su impacto económico e incorporar herramientas econofinancieras en
la toma de decisiones y en la elección de estrategias. El desarrollo de un
agronegocio depende de la habilidad para combinar estrategias y de la capacidad
de modificar estas estrategias si así lo exigen las circunstancias.

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