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La Ley Judía nos ordena rezar tres veces al día: a la mañana, a la tarde y al anochecer.

Estas plegarias se llaman Shajarit (plegaria matutina) Minjá (plegaria de la tarde) y Arvit o
Maariv (plegaria del anochecer).
Nuestros Sabios nos dicen que la costumbre de rezar tres veces por día fue introducida
originalmente por nuestros Patriarcas Abraham, Itzjak y Iaakov. Abraham introdujo la plegaria a
la mañana, Itzjak por la tarde y Iaakov agregó una por la noche.

En el Zohar 16 (en donde se  revela el significado pronido de Torá) y en Jasidut se explica más
detalladamente que cada uno de los tres Patriarcas representaba una realidad en particular,
cualidad que introdujeron al servicio Divino. Abraham sirvió a Di-s con amor; Itzjak con
reverencia; con misericordia.

No es que a alguno de ellos les faltaran las cualidades los otros, sino que cada uno tenía una
cualidad particular que estaba más en evidencia. De esta manera Abraham se distinguía
especialmente por la cualidad de bondad y amor, mientras que Itzjak se destaca especialmente
por la cualidad de estricta justicia  y reverencia, y Iaakov heredó las cualidades de ambos,
sacando a relucir una nueva cualidad que combinaba las dos primeras en la bien balanceada y
duradera cualidad de verdad y misericordia. Nosotros, los hijos de Abraham, Itzjak y Iaakov,
hemos heredado de nuestros patriarcas estas tres grandes cualidades y esto nos permite servir a
Di-s y rezarle con amor y temor (reverencia) y misericordia. La cualidad de misericordia aparece
cuando nos damos cuenta que nuestra alma es parte de lo Divino y sentimos lástima por ella ya
que la alejamos de Di-s tan a menudo debido a los aspectos materiales de la vida diaria.

Cuando recibimos la Torá en el Monte Sinaí, nuestra forma de vida quedó establecida por Di-s.
Torá significa “enseñanza”, “instrucción “,“guía”; porque la Torá nos enseña cómo debemos vivir
cada detalle de nuestra vida diaria. La Torá contiene 613 mandamientos. Entre ellos está el de
“servir a Di-s con todo nuestro corazón y toda nuestra alma”. ¿Cómo servir a Di-s con nuestro
corazón? Rezándole. Al hacerlo, estamos cumpliendo no solamente con el mandamiento de
rezarle, sino también con otros mandamientos, tales como amar a Di-s y reverenciarlo, los
cuales son mandamientos separados.

Durante los primeros mil años, más o menos, desde los tiempos de Moshé Rabenu, no hubo un
ordenamiento fijo de las plegarias. Cada individuo estaba obligado a rezarle a Di-s todos los días,
pero la manera como lo hiciera y las veces, que lo hiciera dependían del individuo.

Sin embargo, había un ordenamiento fijo para las plegarias en el Beit Hamikdash en conexión
con los sacrificios diarios, mañana y tarde, mientras que el sacrificio del atardecer se extendía
hasta la noche. En algunos días especiales, tales como Shabat, Rosh – Jodesh y Festividades,
había también sacrificios “adicionales” (musaf). De tal manera, no era inusual para algunos
judíos el rezar tres veces por día, mañana, tarde y noche, de manera particular. El Rey David, por
ejemplo, decía que rezaba tres veces por día y Daniel (en Babilonia) rezaba tres veces diarias
mirando en dirección a Jerusalem. Hay evidencia de que existían, aún en la época del primer
Beit  Hamikdash, lugares de oración públicos, llamados Bet – Haam, que los Caldeos (Babilonios)
destruyeron cuando destruyeron Jerusalem y el Beit Hamikdash.

Luego que el Beit Hamikdash fue destruido y los Judíos fueron conducidos como cautivos a
Babilonia, continuaron reuniéndose y orando en congregación. Los lugares de oración se
convirtieron en “pequeños santuarios”, Beit Hamikidash.Pero durante los años de exilio, los
niños que nacieron y se criaron en Babilonia no tenían una noción adecuada de la Lengua
Sagrada (Hebreo) y hablaban en un idioma mezclado. Por lo tanto, cuando los judíos retornaron
a su tierra, una vez terminado el exilio de setenta años, Ezra el escriba, junto con los Hombres de
la Gran Asamblea (que consistía de profetas y sabios, 120 miembros en total) fijó el texto de la
plegaria diaria Shemone – Esré (las “18 Bendiciones”) y la convirtió en una institución
permanente y en una obligación de la vida judía, consistente en recitar esta plegaria tres veces
por día. Desde entonces se hizo parte de la Ley Judía (Halaja) la obligación de cada judío de rezar
de acuerdo con este ordenamiento fijo, tres veces por día, correspondientes a los sacrificios
diarios en el Beit Hamikdash, con plegarias adicionales (musaf) en Shabat, Rosh – Jodesh y
Festividades y una plegaria especial de “cierre” (Neilá) en Iom Kipur.

De esta manera, las partes principales de las plegarias diarias fueron formuladas por nuestros
Sabios. Incluían el Shemá y Shemoné – Esré que siguen siendo las partes principales de nuestras
plegarias matutinas y vespertinas, mientras que Shemone – Esré es también la parte principal
del servicio Minjá. El Salmo diario (de Tehilim) que era cantado por los Leviim (Levitas) en el Beit
Hamikdash, se convirtió en parte de la plegaria matutina. Otros salmos de David fueron
incluidos en la plegaria matutina y se agregaron bendiciones especiales antes y después de
Shemá. Para la época en que Rabí Iehudá el Príncipe escribió la Mishná (alrededor del año 3910,
unos 500 años después de Ezra) y especialmente para la época en que se completó el Talmud
(unos 300 años después, o hace 1500 años) el ordenamiento básico de nuestras plegarias, tal
corno lo conocemos ahora, ya había sido formulado

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