Banquero: (cantando.

)
Soy un montañés errante.
Busco la mina y el diamante SIMIL
grande como un corazón
pero mucho más brillante
y puro como un carbón.
No es desear la luna
querer hacer fortuna.

Estoy de acuerdo, palabra de banque…, quiero decir de pobre alpinista suizo.

¡Qué nido ni qué guantes! ¡Sólo pienso en el diamante!

Estoy que me meo de miedo. Con el perdón de ustedes.

(Cediéndole el paso)
El momento ha llegado, Príncipe azul. Los perros duermen. La estrada está libre. El honor es suyo…

(También temblando)
Muy bien querría hacerlo, pero según la tradición el honor de entrar primero a cualquier lugar le
pertenece al Príncipe, La familia real estará orgullosa del valor de Su Alteza.

(Furioso)
¡Imbécil, no sabes lo que haces!

¡Ahí está el Príncipe! ¡Abatídlo! ¡Rápido!

¡Ah, es la mala quiebra,

soy ahora un mendigo,
comer
en tinieblas Imagen
solamente higos!