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1. TABLA PERIÓDICA
A las columnas verticales de la Tabla Periódica se les conoce como Grupos. Todos los elementos que
pertenecen a un grupo tienen la misma valencia, y por ello, tienen características o propiedades similares entre
sí. Por ejemplo los elementos en el grupo IA tienen valencia de 1 (un electrón su último nivel de energía) y todos
tienden a perder ese electrón al enlazarse como iones positivos de +1. Los elementos en el último grupo de la
derecha son los Gases Nobles, los cuales tienen su último nivel de energía lleno (regla del octeto) y por ello son
todos extremadamente no-reactivos.
Las filas horizontales de la Tabla Periódica se llaman Períodos. Contrario a como ocurre en el caso de los
grupos de la tabla periódica, los elementos que componen una misma fila tienen propiedades diferentes pero
masas similares: todos los elementos de un período tienen el mismo número de orbitales. Siguiendo esa norma,
cada elemento se coloca de acuerdo a su configuración electrónica. El primer período solo tiene dos miembros:
hidrógeno y helio, ambos tienen solo el orbital 1s.La Tabla Periódica consta de siete períodos: Período 1, Período
2, Período 3, Período 4, Período 5, Período 6, Período 7 (Figura A).
Metales No metales
Lantánidos Metales Metales Otros
Alcalino- Metaloides Gases
Alcalinos de del no Halógenos
térreos Actínidos nobles
transición bloque p metales
Fig. A. Tabla Periódica de elementos, muestra su clasificación y distribución en grupos (columnas) y los periodos (filas).
1. Elementos de transición externa (es más frecuente llamarlos sólo elementos de transición):
Primera serie de transición: titanio, vanadio, cromo, manganeso, hierro, cobalto, níquel y cobre.
Segunda serie de transición: circonio, niobio, molibdeno, tecnecio, rutenio, rodio, paladio y plata.
Tercera serie de transición: hafnio, tántalo, wolframio, renio, osmio, iridio, platino y oro.
2. Elementos de transición interna:
Lantánidos: los elementos que van desde el número atómico 57 al 71 (el escandio y el itrio tienen
propiedades parecidas a los lantánidos y se suelen estudiar conjuntamente, y en este caso suele
designarse como tierras raras).
Actínidos: los elementos que van desde el número atómico 89 al 103.
Sin embargo, para algunos geoquímicos, en términos amplios los elementos de transición son los
elementos con número atómico 21 al 31, 39 al 49 y 71 al 81. En la clasificación más estricta de los elementos de
transición, preferida por muchos químicos, incluyen sólo los elementos de número atómico 22 al 28, 40 al 46 y 72
al 78.
Todos los elementos de esta clasificación tienen uno o más electrones en la subcapa parcialmente llena y
tienen, por lo menos, un estado de oxidación bien conocido, son metales y, en general, se caracterizan por sus
elevadas densidades, altos puntos de fusión y bajas presiones de vapor. En el mismo subgrupo, estas propiedades
tienden a aumentar con el incremento del peso atómico.
La facilidad para formar enlaces metálicos se demuestra por la existencia de una gran variedad de
aleaciones entre diferentes metales de transición. Los elementos de transición incluyen la mayor parte de los
metales de mayor importancia económica, como el hierro, níquel y zinc, que son relativamente abundantes por
una parte, y, por otra, los metales para acuñación, tales como cobre, plata y oro. También se incluyen elementos
raros y poco conocidos, como el renio y el tecnecio, éste último no se encuentra en la Tierra en forma natural,
aunque sí en pequeñas cantidades como producto de fisión nuclear.
En sus compuestos, los elementos de transición tienden a exhibir valencias múltiples; la valencia máxima
tiende a incrementarse de +3 en la serie (Sc, Y, Lu) a +8 en el quinto miembro (Mn, Re). Una de las características
más importantes de los elementos de transición es la facilidad con que forman iones complejos y estables, lo que
les da una alta movilidad en los sistemas magmáticos y soluciones acuosas. Las características que contribuyen a
esta capacidad son la elevada relación carga⁄radio y la disponibilidad de sus orbitales d parcialmente llenos, los
cuales pueden ser utilizados para forma enlaces. La mayor parte de los iones y compuestos de los metales de
transición son coloridos, y muchos de ellos paramagnéticos. Tanto el color como el paramagnetismo se relacionan
con la presencia de electrones desapareados en la subcapa d. Por su capacidad para aceptar electrones en los
orbitales d desocupados, los elementos de transición y sus compuestos exhiben con frecuencia propiedades
catalíticas. Por lo general, las propiedades de los elementos de transición son intermedias entre los llamados
elementos representativos, en que las subcapas están completamente ocupadas por electrones (elementos
alcalinos; halógenos), y los interiores o elementos de transición f, en que los orbitales de las subcapas desempeñan
un papel mucho menos importante en las propiedades químicas.
LANTÁNIDOS
Los lantánidos son un grupo de elementos que forman parte del periodo 6 de la Tabla Periódica. Estos
elementos son llamados elementos de transición interna como se señaló anteriormente, junto con los actínidos.
El nombre procede del elemento químico lantano, que suele incluirse dentro de este grupo, dando un
total de 15 elementos, desde número atómico 57 (lantano) al 71 (lutecio). Aunque se suela incluir en este grupo,
el lantano no tiene electrones ocupando ningún orbital f, mientras que los catorce siguientes elementos tienen
este orbital 4f parcial o totalmente lleno. Estos elementos son químicamente bastante parecidos entre sí puesto
que los electrones situados en orbitales f son poco importantes en los enlaces que se forman, en comparación
con los p y d. También son bastante parecidos a los lantánidos los elementos itrio y escandio, debido a que tienen
un radio similar y, al igual que los lantánidos, su estado de oxidación más importante es el +3, y en este caso
particular se suele llamarlos como Tierras Raras. El estado de oxidación +3 es el más importante de los lantánidos,
pero también presentan el estado de oxidación +2 (Eu) y +4 (Ce). La abundancia de estos elementos en la corteza
terrestre es relativamente alta, en minerales como por ejemplo la monacita, en la cual se encuentran distintos
lantánidos e itrio.
En la Tabla Periódica, estos elementos se suelen situar debajo del resto, junto con los actínidos, dando
una Tabla más compacta que si se colocaran entre los elementos del bloque s y los del bloque d, aunque en algunas
Tablas Periódicas sí que se pueden ver situados entre estos bloques, dando una Tabla mucho más ancha. El radio
de los lantánidos va disminuyendo conforme aumenta el número atómico; no son variaciones grandes, pero se
van acumulando. Esto provoca que los elementos del bloque d de la segunda y tercera serie de transición
presenten radios similares dentro de un grupo: deberían aumentar al bajar en un grupo, pero al haberse
intercalado los lantánidos, este aumento en el radio por bajar dentro de un grupo se ve contrarrestado por la
disminución del radio por la presencia de los lantánidos. Esto se conoce como contracción lantánida.
ACTÍNIDOS.
Los actínidos son un grupo de elementos que forman parte del período 7 de la Tabla Periódica. Como ya
lo hemos señalado, estos elementos, junto con los lantánidos (Z = 57 a 71), son llamados elementos de transición
interna. El nombre procede del elemento químico actinio, que suele incluirse dentro de este grupo, dando un total
de 15 elementos, desde el de número atómico 89 (actinio) y que incluye el torio, protactinio, uranio y los
elementos transuránicos hasta el laurencio de número atómico 103. Estos elementos presentan características
parecidas entre sí. A excepción del torio y el uranio, los actínidos no están presentes en la naturaleza en cantidades
apreciables. Los de mayor número atómico no se encuentran en la naturaleza y tienen tiempos de vida media
cortos; todos sus isótopos son radiactivos. La mayor parte de los actínidos tienen lo siguiente en común: cationes
trivalentes que forman iones complejos y quelatos orgánicos; los sulfatos, nitratos, halogenuros, percloratos y
sulfuros correspondientes son solubles, mientras que los fluoruros y oxalatos son insolubles en ácidos.
La mayoría de los elementos de este grupo son muy conocidos, por ejemplo el carbono es uno de los
elementos que más compuestos puede formar. La química orgánica estudia la mayoría de estos compuestos que
contienen carbono. A su vez, el silicio es uno de los elementos más abundantes en la corteza terrestre.
Al bajar en el grupo, estos elementos van teniendo características cada vez más metálicas: el carbono y el
silicio son no metálicos (aunque a veces se clasifica al silicio como semimetal), el germanio es un semimetal, y el
estaño y el plomo son metálicos.
2. CLASIFICACION DE LAVOISIER
La primera clasificación de elementos conocida fue propuesta por Antoine Lavoisier, quien propuso que
los elementos se clasificaran en metales, no metales y metaloides. Aunque muy práctica y todavía funcional,
debido a que se basa en sus propiedades físicas, en la tabla periódica moderna, fue rechazada debido a que había
muchas diferencias tanto en las propiedades físicas como en las químicas.
2.1. Metaloides
Junto con los metales y los no metales, los metaloides o semimetales comprenden una de las tres
categorías de elementos químicos siguiendo una clasificación de acuerdo con las propiedades de enlace e
ionización. Sus propiedades son intermedias entre los metales y los no metales. No hay una forma unívoca de
distinguir los metaloides de los metales verdaderos, pero generalmente se diferencian en que generalmente los
metaloides son semiconductores antes que conductores.
Son considerados metaloides los siguientes elementos: Boro (B), Silicio (Si), Germanio (Ge), Arsénico (As),
Antimonio (Sb), Telurio (Te) y Polonio (Po).
Dentro de la Tabla Periódica los metaloides se encuentran en línea diagonal desde el boro al polonio. Los
elementos que se encuentran encima a la derecha son no metales, y los que se encuentran debajo a la izquierda
son metales.
2.2. Metal
Un metal es un elemento distinguido por su habilidad para conducir calor y electricidad. Están agrupados
en la tabla periódica de los elementos. Los metales tienen ciertas propiedades físicas características: pueden ser
brillantes, tener alta densidad, ser dúctiles y maleables, tener un punto de fusión alto, ser duros, y conducir
electricidad y calor bien.
Estas propiedades se deben al hecho de que los electrones exteriores están ligados sólo ligeramente a los
átomos, formando una especie de mar que los baña a todos (ver semiconductor).
Los metales pueden formar aleaciones entre sí y se clasifican en:
• Ultraligeros: Densidad en g/cm3 inferior a 2. Los más comunes de este tipo son el magnesio y el berilio.
• Ligeros: Densidad en g/cm3 inferior a 4,5. Los más comunes de este tipo son el aluminio y el titanio.
• Pesados: Densidad en g/cm3 superior a 4,5. Son la mayoría de los metales.
2.3. No Metales
Junto con los metales y los metaloides (o semimetales), los no metales comprenden una de las tres
categorías de elementos químicos siguiendo una clasificación de acuerdo con las propiedades de enlace e
ionización. Se caracterizan por presentar una alta electronegatividad, por lo que es más fácil que ganen electrones
a que los pierdan. Los no metales, excepto el hidrógeno, están situados en la Tabla Periódica de los elementos en
el bloque p. De este bloque, excepto los metaloides y, generalmente, gases nobles, se considera que todos son no
metales.
En orden de número atómico: Hidrógeno (H), Carbono (C), Nitrógeno (N), Oxígeno (O), Flúor (F), Fósforo
(P), Azufre (S), Cloro (Cl), Selenio (Se), Bromo (Br), Yodo (I), Astato (At).
El hidrógeno normalmente se sitúa encima de los metales alcalinos, pero normalmente se comporta como
un no metal. Un no metal suele ser aislante o semiconductor de la electricidad. Los no metales suelen formar
enlaces iónicos con los metales, ganando electrones, o enlaces covalentes con otros no metales, compartiendo
electrones. Sus óxidos son ácidos. Los no metales forman la mayor parte de la tierra, especialmente las capas más
externas, y los organismos están compuestos en su mayor parte por no metales. Algunos no metales, en
condiciones normales, son diatómicos en el estado elemental: hidrógeno (H2), nitrógeno (N2), oxígeno (O2), flúor
(F2), cloro (Cl2), bromo (Br2) y yodo (I2).
3. CLASIFICACIÓN DE GOLDSCHMIDT
La distribución de los elementos en la Tierra revela ciertas reglas y afinidades que Goldschmidt señaló por
primera vez, por analogía con la distribución hallada en los meteoritos y en los hornos de fundición. Goldschmidt,
en 1932, al intentar caracterizar de manera general el comportamiento geoquímico de los elementos durante los
procesos de diferenciación, desarrolló la idea de que cada una de las tres fases que constituyen los meteoritos y
la fundición del alto horno: hierro metálico, sulfuros y silicatos, está asociada a un grupo particular de elementos
químicos. Por ejemplo, el Mg es fraccionado principalmente por la fase silicato, mientras que el Cu se concentra
en los sulfuros. Así, Goldschmidt introdujo la siguiente clasificación (Figura B.):
Elementos Siderófilos: Aquellos que tienden a concentrarse en la fase hierro metálico. Ejemplos típicos:
Ni, Co, Pt. Predomina enlace metálico.
Elementos Calcófilos: aquellos que se concentran en la fase sulfuro. Ejemplos típicos: Se, As, Zn, Cd.
Predomina enlace covalente
Elementos Litófilos: Aquellos que se concentran en la fase silicatada. Ejemplos típicos: Al, Na, K, Ca.
Predomina enlace iónico.
Elementos Atmófilos: elementos gaseosos propios de la atmósfera, y que no se encuentran
combinados. Elementos típicos: N, Ar, O, F, Cl, Br, I, etc.
Elementos Biófilos: elementos esenciales para la vida animal y vegetal. Ejemplos típicos: H, C, N, P.
Los elementos pueden incorporarse en más de una fase, pero si un elemento tiene dos o más posibilidades
para entrar en una red cristalina durante la formación de una roca, entrará en la fase en la cual se forman los
enlaces más fuertes. El comportamiento o la reacción que tendrá un elemento frente a un ambiente fisicoquímico
determinado va a depender de la capacidad que tiene el elemento para formar los enlaces más fuertes posibles y
esta capacidad está relacionada directamente con el número de electrones y su configuración alrededor del
núcleo atómico. Por eso los elementos químicos en la clasificación según afinidad se presentan en grupos o
subgrupos cuyas relaciones extranucleares están bien definidas (Tabla 3.12). Por ejemplo, en el caso de los
elementos siderófilos Fe, Ni y Co; Ru, Rh y Pd; Os, Ir y Pt, hay orbítales-d que se llenan con electrones debajo de
un orbital exterior; así los elementos de cada grupo citado tienen reacciones cristaloquímicas muy semejantes y
los grupos presentan tendencias bastante similares en cuanto a reacciones fisicoquímicas. Algunos elementos
calcófilos, como S, Se y Te; Cu, Zn y Cd; As, Sb y Bi; Ag y Hg, pueden agruparse según su configuración electrónica
y su tendencia a formar enlaces covalentes o polares. Finalmente, los elementos litófilos presentan
subagrupaciones que muestran subafinidades, como Li, Na, K, Rb y Cs; Be, Mg, Ca. Sr y Ba; Ti, Zr, Hf y Th; B, Al y
Ga y las TR. Esto se debe a su estructura similar de electrones extranucleares y su tendencia a formar enlaces
iónicos. La figura de arriba muestra cómo se dividen los elementos entre estas categorías. A pesar que existen
siempre ciertas discrepancias de opiniones entre diferentes autores, sin embargo, el concepto global es muy útil
para comprender en qué forma se encuentran los elementos en la materia del sistema solar, en los yacimientos
minerales o en qué fase de un horno de fundición. Por ejemplo, el carácter siderófilo del iridio significa que casi
todo este elemento inventariado en la Tierra se concentra esencialmente en el núcleo (lo mismo podría pensarse
del oro). Por consiguiente, la mayoría del iridio que se detecta en la superficie terrestre, por ejemplo en los
sedimentos marinos, ha sido introducido como un constituyente del polvo meteorítico; algunos meteoritos
sideritos contienen alrededor de 20 ppm Ir, prácticamente 20.000 veces más que el promedio de las rocas de la
corteza terrestre.
Otros elementos exhiben más de una afinidad por las fases. Por ejemplo, cuando el oxígeno se presenta
como un constituyente mayor de los silicatos es litófilo y cuando se encuentra como O2 y H2O es, además,
atmófilo.
Otra manera de explicar las afinidades de los elementos químicos según la clase de material es a través
del potencial de ionización. En efecto, la clasificación de Goldschmidt es empírica, pero tiene una explicación
teórica basada en la afinidad química (Arhens, 1965). Así, los elementos siderófilos, por ejemplo, se presentan
esencialmente sin combinar debido a su elevado potencial de ionización (>7eV), en comparación con los
elementos litófilos, cuyo potencial más bajo (en general, 3-6 eV) les permite entrar fácilmente en combinación.
En cuanto a los elementos calcófilos, si bien su potencial de ionización (7,5-10,5) es en promedio más elevado que
los siderófilos, su comportamiento es diferente por su capacidad de polarizar el átomo de azufre (mucho más
polarizable que el átomo de oxígeno); esto favorece, a su vez, la unión covalente entre ellos. La capacidad de
polarización es a la vez función del potencial iónico del catión y del tamaño del anión. La relación litófilo-calcófilo
se puede demostrar también en los cationes divalentes. El calcio (potencial de ionización 11 eV) y el magnesio (14
eV) son litófilos y forman silicatos, carbonatos y sulfatos; mientras que el hierro (16,2 eV), el cobalto (17,3 eV), el
cinc (17,9 eV) y el cobre (20,34 eV) prefieren combinarse con el azufre y son calcófilos. El manganeso (15,7 eV) es
un elemento intermedio, pues aparece igualmente en sulfuros y en sales oxigenadas.
Fig. B. Clasificación Geoquímica de Goldschimdt, basada en analogía con la distribución hallada en los meteoritos y en los hornos de
fundición
Referencias
• Apuntes de Clases. Geoquímica Endógena. Prof. Nelson Guerra.
• Berry, L. G. (Leonard Gascoigne), 1914- Mineralogía / L. G. Berry y Brian Mason; traducción y notas de
Federico Portillo García. Madrid: Aguilar, 1966.
• Dana, James Dwight, 1813-1895. Manual de mineralogía: basado en la obra de J. Dana / Cornelis Klein,
Cornelius S. Hurlbut, jr. ; versión española por Prof. Dr. J. Aguilar Peris. Barcelona: Reverté, 1996.
• Alejandro Toro-Labb´e, Soledad Guti´errez-Oliva: Qu´ımica 2◦ Medio. Texto escolar aprobado por el Ministerio
de Educaci´on de Chile. Editorial Zig-Zag, Santiago. Primera Edición: 2002.