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La consulta previa no existe para las comunidades campesinas de Espinar en Cusco

Autor(a): Juan Carlos Ruiz Molleda  


Perú    
11-10-2012

¿Por qué el Estado no consulta el proyecto Majes Siguas y el proyecto Antapaccay?

Al parecer las normas se acatan pero no se cumplen en nuestro país, sobre todo si se trata de derechos de
los pueblos indígenas. Pero cuando la población de Espinar protesta, ahí si el Gobierno se llena la boca
de palabras grandilocuentes como Estado de Derecho, imperio de la ley, etc., etc., etc. Efectivamente,
hay dos proyectos que vienen ejecutándose en la provincia de Espinar, Cusco, y que a pesar de que
generan un impacto directo y significativo en las comunidades campesinas de Cusco, no han sido
consultados, tal como lo exigen los artículos 6 y 15.2 del Convenio 169 de la OIT, norma jurídica
vigente desde febrero del año 1995. En el caso del proyecto Majes Siguas II, la cosa es más grave, puesto
que es el propio TC, el que ha ordenado en su sentencia, que debe realizarse proceso de consulta. En el
caso del proyecto minero Antapaccay a cargo de la empresa XtrataTinyata S.A., es el Ministerio de
Energía y Minas el que debe realizar el proceso de consulta. No obstante, este Ministerio acaba de
señalar que no se realizarán procesos de consulta, pues la ley de consulta no es retroactiva, olvidando que
este derecho es exigible desde el año 1995.

¿Hay pueblos indígenas en Espinar?


Parece que algunos funcionarios del Estado dudan de la existencia de pueblos indígenas en Espinar,
Cusco. Basta leer la defensa que hace el Procurador del MINEM de este ministerio en la sentencia
00022-2009-PI, las observaciones del Gobierno de García al proyecto de ley aprobado por el Congreso
en junio del año 2010[1], los nuevos requisitos contenidos en el artículo 7 de la Ley de consulta previa, o
más recientemente, los requisitos de tener tierra e idioma para ser considerado pueblos indígena, exigidos
por la Base de Datos de Pueblos Indígenas[2]. A dichos funcionarios habría que recordarles que Espinar
es cuna de la nación andina k´ana, anterior a la conquista española. Además habría que recordarles que el
Estado peruano ha reconocido que las comunidades campesinas son pueblos indígenas. Eso fue lo que
informó el Estado a la Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones de la
OIT[3]. Esta comisión se refirió a lo manifestado por el Estado y además reiteró que las comunidades
campesinas reúnen los requisitos previstos en el artículo 1 del Convenio 169 de la OIT y, en
consecuencia, reafirmó que están protegidas integralmente por este Convenio. Pero además, diferentes
normas nacionales reconocen que las comunidades campesinas son pueblos indígenas[4].

¿Qué ha dicho el TC sobre el derecho a la consulta en el caso Majes Siguas II?


Si se mira con detenimiento la resolución aclaratoria recaída en el exp. No 01939-2011-PA, en la parte
final, se señala literalmente“RESUELVE, con el fundamento de voto del magistrado Álvarez Miranda,
que se agrega”. Y si se revisa el voto singular del magistrado Ernesto Álvarez Miranda, se advertirá que
este está referido a la obligación de realizarse el proceso de consulta. En efecto, este magistrado señala
que a pesar de que en las dos primeras instancias en el proceso de amparo, no se invocó el derecho a la
consulta, “No obstante, considero que ello no implica que se deje de lado toda mención a las
obligaciones constitucionales y legales que el Estado tiene respecto al derecho de consulta. Al margen
de lo resuelto (o no resuelto) en las instancias precedentes, es evidente la obligación del Estado de
cumplir con la normativa internacional y doméstica vigente. Por ello debe tomarse en consideración las
obligaciones del Convenio 169 de la OIT y Ley del Derecho a la Consulta Previa a los Pueblos
Indígenas u Originarios, Reconocido en el Convenio Nº 169 de la Organización Internacional del
Trabajo (sic) (Ley N.º 29785)” (f.j. 2). Si uno revisa los siguientes fundamentos del voto de Álvarez, que
se agrega a la sentencia, se constatará que ésta está referida al derecho a la consulta, razón por la cual, no
queda duda que existe la obligación de realizar el proceso de consulta, y que este mandato constituye
cosa juzgada, que obliga indefectiblemente al Estado. Parece que los funcionarios del Gobierno no han
leído completa la Constitución, especialmente el artículo 118° inciso 9 que precisa que corresponde al
Presidente de la República“Cumplir y hacer cumplir las sentencias y resoluciones de los órganos
jurisdiccionales”. Estamos ante un caso grave de inejecución de sentencias constitucionales[5] que
afecta la cosa juzgada. El TC debería imponer multas acumulativas y hasta destitución de los
funcionarios renuentes a acatar sus fallos.
 
¿Ha consultado el MINEM el proyecto Antapaccay a cargo de XtrataTinyata S.A.?
Se le preguntó a este Ministerio a través de un pedido de información si se había consultado las
concesiones mineras de este proyecto, y larespuesta que hemos recibido es sorprendente y revela un
absoluto desconocimiento de las normas que regulan los procesos constitucionales. Dice el Informe Nº
862-2012-MEM-AAM/ACHM, que la sentencia 00022-2009-PI/TC y la 00025-2009-PI/TC[6], que se
refieren al derecho a la consulta no es aplicable a los otros casos de consulta “pues tratándose de casos
particulares, los alcances del fallo solo se aplican a dichos procedimientos, por dicho motivo no tiene el
carácter vinculante ni constituye jurisprudencia de carácter obligatorio”. Habrá leído el autor de esta
afirmación el artículo 82 del Código Procesal Constitucional, cuando precisa esta norma que las
sentencias en proceso de inconstitucionalidad tiene efectos generales: “Las sentencias del Tribunal
Constitucional en los procesos de inconstitucionalidad y las recaídas en los procesos de acción popular
que queden firmes tienen autoridad de cosa juzgada, por lo que vinculan a todos los poderes públicos
y producen efectos generales desde el día siguiente a la fecha de su publicación”. (resaltado nuestro).
 
El otro argumento es también sorprendente: “Como quiera que el proyecto Antapaccay […] se aprobó
con anterioridad a la dación de la Ley de consulta y su reglamento actualmente vigente, es de
aplicación la Segunda Disposición Complementaria Final de la Ley 29785, Ley del derecho a la
consulta previa a los pueblos indígenas u originarios, ésta contempla que “La presente ley no deroga o
modifica las normas sobre el derecho a la participación ciudadana…”. Lo que en buena cuenta señala el
MINEM es que al proyecto Antapaccay no se le puede exigir la consulta porque ésta sólo corresponde a
los dos procesos de inconstitucionalidad en los que se alegó. De acuerdo a este razonamiento, a
Antapacay solo le corresponde la aplicación del Decreto Supremo Nº 028-2008-EM, norma que aprobó
el Reglamento de participación ciudadana en el subsector minero. Tal como lo hemos señalado en otra
oportunidad[7], estas normas son inconstitucionales, pues no regulan un procedimiento específico de
consulta previa sino solo talleres informativos, que en absoluto exoneran al Estado de su obligación de
consultar. Ojo que no es el único caso donde no se ha realizado consulta. Movidos por la curiosidad
preguntamos si INGEMMET había consultado las concesiones mineras en Las Bambas, Apurímac, a
cargo de la misma empresa XtrataTinyata S.A., y repitieron el mismo argumento (ver la respuesta del
MINEM en el caso Las Bambas).
 
¿Y qué dice el Viceministerio de Interculturalidad sobre esta ausencia de consulta previa de estas
concesiones anteriores a la ley de consulta? 
Este ha sostenido que en el caso de los actos administrativos que afecten a los pueblos indígenas,
emitidos con posterioridad a la entrada en vigencia del Convenio 169 de la OIT, en febrero del año 1995,
y con anterioridad a la promulgación de la ley de consulta, el 7 de setiembre del año 2012, el derecho a la
consulta deberá ser exigido al órgano competente. Es decir deberá exigido ante los tribunales de
justicia[8]. Inclusive en una presentación ante la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos y
Afroperuanos, ambiente y Ecología, el 8 de noviembre del año pasado precisó "Entonces, lo que quiero
decir es, son los tribunales los que tienen que decidir, en cada caso, si efectivamente hubo necesidad de
haber sido consultado o no; pero el derecho sí existe, o sea el derecho de 1995 sí está vigente". Es decir,
lo que está proponiendo en términos concretos nuestro Viceministro de Interculturalidad es que la
vigencia del derecho a la consulta previa de los pueblos indígenas, dependerá de la exigencia judicial de
este derecho. Ergo si no se inician estos procesos, no existe derecho a la consulta previa. Extraña teoría
que olvida que el Estado tiene una posición de garante de derechos (art. 44 de la Constitución). Olvida
algo fundamental, que ha sido reiterado por la jurisprudencia vinculante del TC: Los derechos
fundamentales tienen dos dimensiones, una dimensión subjetiva, según la cual los derechos
fundamentales son pretensiones subjetivas de las personas, y una dimensión objetiva, en virtud de la
cual, independientemente de que una persona los invoque, ellos (los derechos fundamentales) establecen
reglas objetivas que vinculan al Estado indefectiblemente y que deben ser respetadas y observadas[9].
 
¿Cuál es la función del Estado en materia de derechos de los pueblos indígenas? 
La posición del Viceministerio de Interculturalidad sería un problema, de no ser por un detalle: el
Viceministerio es el órgano técnico especializado precisamente en materia de pueblos indígenas, razón
por la cual no puede ponerse de perfil. El Viceministerio es el órgano que debe estar más interesado en la
realización de los procesos de consulta (art. 19 de la Ley Nº 29785). El problema es estructural, en
nuestra opinión. Y es que el Gobierno no tiene claro cuál es su función en relación con los derechos de
los pueblos indígenas. Como señala el TC “el Estado moderno ha sido concebido como un ente
artificial, una de cuyas tareas encomendadas ha sido, desde siempre, proteger los derechos
fundamentales. Podría decirse, incluso, que se trata de su finalidad y deber principal, pues, en su
versión moderna, el Estado ha sido instituido al servicio de los derechos fundamentales. El Estado, en
efecto, tiene, en relación con los derechos fundamentales, un “deber especial de protección”[10].
 

 
[1] Ver La Implementación del derecho a la consulta previa de los pueblos indígenas. Una mirada constitucional, IDL, Lima, 2011.
Puede ser revisado en:http://www.justiciaviva.org.pe/webpanel/publicaciones/archivo20122011-150924.pdf.
[2] Ver el artículo de Javier La Rosa calle. Una raya más al tigre: Base de datos para Decidir quién es indígena en el Perú.
Revisarlo en:http://www.justiciaviva.org.pe/notihome/notihome01.php?noti=833.
[3] CEACR, Observación individual sobre el Convenio sobre pueblos indígenas y tribales,  1989 (núm. 169) Perú (ratificación:
1994) Publicación: 2009, párr. tercero y cuarto. Ver el amicuscuriae presentado por la Fundación del Debido Proceso Legal y
elaborado por Carla García Zendejas  y Maria Clara Galvis Patiño sobre el caso.  
[4] Tenemos la Constitución Política del Perú (art. 89), el Reglamento del Instituto Nacional de Desarrollo de Pueblos Andinos,
Amazónicos y Afroperuanos (D.S. Nº 065-2005-PCM, art. 2), la Ley de Comunidades Nativas y Amazónicas (D.L. 22175, art. 7) y
la Ley General de Comunidades Campesinas (Ley Nº 24656). De la misma forma, la Resolución Ministerial N°159-2000-
PROMUDEH, que aprueba la Directiva N° 012-2000-PROMUDEH para promover y asegurar el respeto de la identidad étnica y
cultural de los pueblos indígenas y las comunidades campesinas y nativas; la Ley General del Ambiente (Ley 28611, art 72) y el
Reglamento de la Ley de Áreas Naturales Protegidas (Decreto Supremo No 038-2001-AG, art. 43.1).
[5] Ver nuestro artículo Apuntes sobre la inejecución de las sentencias del Tribunal Constitucional, en: Revista Electrónica
Derechovirtual.com. Segunda Época, Nº 2, Junio-Julio 2009. Puede ser revisado
en: http://www.derechovirtual.com/uploads/archivos/E2n2-Ruiz.pdf.
[6]  “La exigibilidad del derecho a la consulta está vinculada con la entrada en vigencia en nuestro ordenamiento jurídico del
Convenio 169 de la OIT. Este Convenio fue aprobado mediante Resolución Legislativa Nº 26253, ratificado el 17 de enero de 1994
y comunicado a la OIT a través del depósito de ratificación con fecha 02 de febrero de 1994. Y conforme a lo establecido en el
artículo 38. 3 del referido Convenio, éste entró en vigor doce meses después de la fecha en que nuestro país registró la ratificación. 
Esto es, desde el 02 de febrero de 1995, el Convenio 169 de la OIT es de cumplimiento obligatorio en nuestro ordenamiento”.
[7] Ver nuestro artículo ¿Son válidas las concesiones mineras y petroleras no consultadas? Puede ser revisado
en http://www.justiciaviva.org.pe/notihome/notihome01.php?noti=882.
[8] Entrevista a Ivan La Negra, en Revista Actualidad Jurídica Nº 221, Gaceta Jurídica, Lima, abril, 2012, pág. pág. 46.
[9] Ver STC Nº 3330-2004-AA/ f. j. 5, 9; Exp. Nº 2050-2002-AA/TC, f. j. 25; Exp. Nº 1091-2002-HC, f. j. 4.
[10] STC Nº00858-2003-AA/TC, f.j. 6.
Defensorías comunitarias, CODECC y la lucha contra la violencia familiar

Autor(a): Lorena De la Puente Burlando  


Perú    
11-10-2012

El valor de sembrar en tierras áridas[1]

La violencia contra la dignidad, el cuerpo y las emociones de una persona no suelen conocerse. Ellas se
esconden, se minimizan, se asumen como si fuesen culpa de la víctima. Las prácticas de insultos, gritos,
golpes y violaciones son mucho más frecuentes de lo que la opinión pública quiere asumir.
 
A lo largo del país, éstas prácticas violentas estructuran relaciones de dominación dentro de miles de
familias, donde principalmente los hombres vulneran sistemáticamente el cuerpo, la autonomía y el rol
de mujeres y niños. La violencia dentro de la familia no sólo produce víctimas sino también victimarios.
Es un ciclo que parece no tener salida.
 
Frente a este problema, las acciones del Estado se caracterizan por la desatención, poca preocupación,
junto con sanciones inefectivas y limitado acceso a la justicia. Muchas veces encontramos que los casos
denunciados no son atendidos adecuadamente por el Estado.
 
Surgen las Defensorías
 
El Cusco es una de las regiones donde los niveles de violencia familiar superan el lamentable promedio
nacional. Para el año 2000, el 69% de las mujeres en Cusco habían sido violentadas física o sexualmente
según la OMS[2]. Para ese momento, a nivel nacional esto representaba el 41,2% de las mujeres entre 15
y 49 años[3]. Esta situación se agravaba si se consideraba el área rural (1,4% más frecuencia en la
agresión), el acceso a la educación (diferencia de 23% entre mujeres con o sin educación) y la capacidad
laboral (donde hay menos mujeres en la PEA en sectores rurales -cerca de un 20%- y con sueldos
menores). Además, para el año 2001, el 72,1% de las mujeres en Cusco no habían recurrido a ninguna
institución después de haber sido maltratadas[4]
 
Fue en aquel contexto, hace ya más de doce años, cuando en 1999 se fundaron las Defensorías
Comunitarias (DC), en los distritos de Paucartambo, Cusco, Paruro, Chumbivilcas y Canas. Tanto
mujeres como hombres se trazaron la tarea, acompañados por el Instituto de Defensa Legal[5] para
instaurar espacios de atención de casos, capacitación y visibilidad de las causas de la violencia. Las DC
vienen realizando desde esa fecha una labor de vigilancia, denuncia, acompañamiento de los casos y el
empoderamiento de las personas afectadas.
 
Para el año 2002 se constituyó la Coordinadora Departamental de Defensorías Comunitarias del Cusco
(CODECC) a través de la cual los equipos de defensoras y defensores se articularon, se capacitaron e
intercambiaron experiencias y conocimientos adquiridos a través de la práctica diaria y los retos que
enfrentaban. Lo innovador de su caso radicó en que se ha tratado de un trabajo desde y para la
comunidad. Actualmente, el número de Defensorías en la región ha crecido, pasando de 8 a 38, y de 79 a
380 defensoras y defensores.
 
El problema y las estrategias
 
El proyecto “Defensorías, una respuesta comunitaria a la violencia familiar” buscó establecer redes de
trabajo, acompañamiento y denuncia de los casos. En un segundo momento, se buscó la coordinación
entre los distintos actores involucrados (sensibles al tema o no) y en una tercera etapa, el compromiso y
trabajo de los gobiernos regional y locales para disminuir las situaciones de violencia. Todo esto con el
objetivo de institucionalizar el espacio de encuentro que significa actualmente la CODECC y las
defensorías en el Cusco.
 
Sin embargo, para alcanzar esos objetivos, las y los miembros de la CODECC se enfrentaron a
dificultades que son sistemáticas en este tipo de proyectos que surgen por iniciativa de la sociedad civil.
Las estrategias que aplicaron, entre el acierto y el error, deben ser una fuente de aprendizaje para superar
las dificultades que existen para generar institucionalidad, o una organización desde la sociedad civil que
sea sostenible en el tiempo.
 
En este contexto, la CODECC identificó una de las principales dificultades: sostener el liderazgo en la
organización. Uno de los mayores problemas es la transición generacional y la incorporación de nuevos
miembros. Para superarlo, actualmente vienen capacitándose en temas de comunicaciones y medios
audiovisuales como estrategia para sensibilizar, a través de canales más adecuados, a los jóvenes. Al
mismo tiempo, tuvieron que superar las dificultades geográficas como la falta de caminos y carreteras
que facilitasen la movilización. Para superarlo, la dedicación y el apoyo dentro de sus propias familias y
comunidad, fue fundamental para lograr generar encuentros lo más frecuentes posibles. Las y los
defensores buscaron sostener reuniones con miembros de otras comunidades campesinas, o de otras
organizaciones sociales, para que asuman el compromiso a través de la comprensión de las causas y las
soluciones frente a la violencia familiar. Otro elemento a superar fue el desgaste psicológico. ¿Quién
acompaña a las defensoras? Las redes de cuidado también se difundieron dentro de la propia
organización. Dentro de esto, apoyar a las personas para darles el valor que necesitan y ser capaces de
denunciar fue otra tarea que se superó en base al convencimiento del fin que se alcanzaría. Sin embargo,
el ambiente para la realización de esta tarea no siempre fue de apoyo de sus autoridades. ¿Cómo lo
lograron? ¿cómo convencer a autoridades locales y posteriormente estatales?
 
Las estrategias que implementaron los miembros de la CODECC, apoyados por el IDL y el CBC, se
ejecutaron tanto a nivel local como provincial. A nivel local realizaron talleres y charlas sobre derechos
en zonas de intervención, promocionaron derechos en ferias. A niveles más grandes, participaron de
programas radiales, generaron materiales para difusión (incluido libros como el libro “Hablan las
Defensoras”). Se reunieron frecuentemente con autoridades para compartir la iniciativa. También
realizaron encuentros provinciales, regionales y nacionales, para difundir su proyecto y ganar
legitimidad. Finalmente, participaron de presupuestos y comités de vigilancia lo cual les abrió un espacio
en el ambiente público.
 
Sus principales logros pueden sistematizarse en la formación de un grupo de liderazgo crítico al interior
de sus comunidades, el fortalecimiento de la CODECC como organización regional de defensa de
derechos, el desarrollo de competencias de autoridades de justicia comunal  (hombres y mujeres) para la
atención de casos de violencia y el ejercicio de la participación ciudadana, avances e incremento de la
participación en los espacios de interlocución con el Estado y la participación de las autoridades de
justicia comunal en las plataformas de coordinación interinstitucionales para la sostenibilidad del
proyecto
 
Las DC y el trabajo de la CODECC son un ejemplo del valor que requiere sembrar en tierras áridas.
Nadie espera que algo crezca, así son las cosas. Está seca y lo que se busca no es posible. Sin embargo,
los frutos que se cosechan en estas tierras son más grandes y duraderos que los que surgen en campos
más fértiles. Porque lo que las hace crecer, no es el campo, es el que las siembra, cómo lo hace y con
quién.

Notas
 
[1] Información basada en: Trabajo de evaluación de la trayectoria de la CODECC para el curso de Diagnóstico y Diseño de
Proyectos, a cargo de Carlos Aramburú realizado por Alejandra Cueto, Sergio Saravia y Lorena De la Puente (2012-I). Taller
realizado en la sede del CBC en Cusco con miembros de la CODECC a cargo de Lorena De la Puente y Sebastián Muñoz-Najar
(25 julio 2012). Al respecto también se puede revisar el
documento: http://www.justiciaviva.org.pe/webpanel/doc_trabajo/doc04102012-135746.pdf
[2] VERGARA RODRIGUEZ, Roxana. “Barreras de acceso a justicia en casos de violencia sexual contra mujeres en una
comunidad de Lares, Cusco”. (2009) publicado en el Boletín “Informando Justicia”.
http://www.justiciaviva.org.pe/webpanel/doc_trabajo/doc06072009-151457.pdf
[3] Además, Cusco representaba el porcentaje más alto de todos los países estudiados por la misma OMS el mismo año: 61% (los
demás países fueron Japón, Tailandia, Nueva Zelanda, Etiopía, Tanzania, Namibia, Serbia/Montenegro y  Brasil).
[4] ENDES, 2011. . “Defensorías Comunitarias: una respuesta comunitaria a la violencia familiar”. Revista MUJER SALUD. Red
de salud de las mujeres latinoamericanas y del Caribe RSMLAC. 2007
[5] Al inicio el rol de UNICEF fue fundamental para seleccionar las zonas de incidencia. Posteriormente, se trabajó junto con el
Centro Bartolomé de las Casas (CBC). En el financiamiento participaron Trocaire, la Embajada Británica, GIZ, el gobierno
holandés, entre otros.
 
Indulto: más dudas que certezas

Autor(a): Ernesto de la Jara  


Perú    
11-10-2012

Los fujimoristas plantean el indulto de su jefe máximo, Alberto Fujimori, como si fuera algo muy
simple: Se trata de un ex presidente cuya vida está en peligro, por lo que merece un indulto humanitario.
Pero es completamente al revés. Se trata de una decisión compleja y delicada por razones como las que
pasamos a mencionar.
 
Sí, estamos ante un ex presidente pero, justamente por ello, tenía la obligación de ser el primero en
respetar la ley y los derechos fundamentales. Un ex presidente que fue elegido democráticamente pero
que se convirtió en un dictador. Un ex presidente que se fugó del país y sólo pudo ser procesado cuando
se logró su extradición.
 
Los delitos cometidos son gravísimos, especialmente los crímenes de lesa humanidad, frente a los que no
hay  perdón (indulto) que valga, tal como lo establece la jurisprudencia internacional (Caso Barrio
Altos).
 
Fujimori fue condenado luego de un juicio impecable y no por tribunales sin rostro o con un Poder
Judicial controlado, como él hacía durante los 90.
 
El indulto humanitario lo planteó ayer la familia de Fujimori frente a una enfermedad que ya tenía antes
de entrar en prisión y está absolutamente bajo control debido a las condiciones de reclusión privilegiadas.
 
Fujimori sigue encabezando un sector político que mantiene una gran fuerza. Esto hace que su libertad
pueda significar su regreso a la política y el fortalecimiento de todo  lo que él representa.
 
Muchos de los que votaron por Humala lo hicieron para que no haya ninguna posibilidad de que
Fujimori regresara al poder. Por tanto, un indulto que no fuera realmente por razones humanitarias sería
una traición imperdonable, más si –como se está diciendo– respondiera a un acuerdo político sobre la
base de mutuas  conveniencias.
 
Estamos ante un grupo de personas, los fujimoristas, que ya han demostrado ser capaces de todo: ¿Por
qué esta vez no estarían también mintiendo? Y las sospechas aumentan cuando vemos quienes son los
que apoyan incondicionalmente el indulto.
 
Quien pretende ahora ser indultado por razones humanitarios nunca ha tenido ni el menor gesto de
sensibilidad frente a las víctimas, por lo que es difícil pedirles a ellas compasión. Encima, se niega a
pagar la reparación económica, teniendo una óptima situación económica.
 
Sus familiares han pedido un indulto como si se tratara de un derecho y buscan imponerlo a la fuerza.
Nada han hecho sobre lo fundamental: Acreditar médicamente que el estado de la enfermedad de
Fujimori pone en peligro  su vida.
 
Es obvio que sus seguidores pretenden victimizarlo y chantajear  al país: Si se muere en prisión, los
culpables serán los que se opusieron al indulto. No hay que caer en la trampa pero evidentemente sí se
debe contemplar la posibilidad de que, en una situación extraordinaria, Fujimori deba ser indultado por
razones de salud. Cuestión de principios.
 
Concederle este indulto, creará un precedente a favor de otros violadores de derechos humanos y hasta
de condenados por terrorismo y el mensaje será, finalmente, a favor de la impunidad
 
Ahora, pese a todo, la gran mayoría  ha señalado que si fuera verdad y Fujimori se está muriendo o que
las condiciones de reclusión lo podrían llevar a dicha situación a corto plazo, debería ser indultado. Sin
embargo, hasta ahora hay más dudas que certezas sobre las verdaderas razones del indulto. 

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