Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Lo primero a tener en cuenta es que nos parece que se trata de un modelo que
subyace, es decir, no del todo explícito. Y no porque no tengan cierto “plan” de lo que
quieren para la educación en el gobierno nacional y provincial, sino porque no lo
formulan de manera abierta hacia el debate en la sociedad. Saben que aun no
consiguen el consenso general, así que lo van mostrando de a poco.
Entonces, el modelo oficial subyace en la práctica: tanto en las acciones como en las
inacciones deliberadas. Y a este modelo queremos oponerle, en unidad, propuestas
para la construcción de una educación diferente que combine lo mejor de la defensa
de la educación pública con la concepción y las experiencias de la educación popular.
También es innegable que estas malas condiciones no se originaron hace 3 años, sino
que vienen de arrastre de gobiernos anteriores. Así como tampoco comenzó la lucha
por la educación hace 3 años, sino que tiene una larga historia en nuestro país. Pero
lejos de revertirse, los problemas se están profundizando por la decisión política de
aplicar un brutal ajuste sobre la educación, reduciendo el presupuesto.
A la desidia y la inacción deliberada se suma una forma de gestión que denota el
destrato hacia lo público. Un ejemplo es lo hecho con el Servicio Alimentario.
Contrataron empresas que no cumplieron con las condiciones mínimas de salubridad e
higiene para el traslado de alimentos. Ni hablar del valor nutritivo que puede aportar
un sanguche a niños/as y jóvenes en pleno crecimiento.
Otro ejemplo claro es la manera en que se llevan a cabo las obras de refacción en las
escuelas: presupuesto inflados, “arreglos” que no solucionan los problemas concretos
y que se vuelven a repetir. Todo esto lo vemos, lo padecemos los/las trabajadores de la
educación, los/las estudiantes y las familias de la comunidad.
Lo que está en juego es la concepción del rol del Estado con respecto a la educación.
En los hechos, se cuestiona el valor central de la educación como un DERECHO social. Y
se alienta, al desprestigiar por todas las vías posibles lo público, hacia el fomento del
NEGOCIO de la educación privada.
Así, en el mercado educativo, el Estado financia con los recursos públicos que todos/as
pagamos a través de los impuestos, el negocio de empresarios. Y se distinguen
categorías de escuelas por el valor de la cuota.
¿Qué pasa en este modelo con quienes no pueden pagar? “Caen” en las cada vez más
olvidadas escuelas públicas o quedan excluidos en la ignorancia.