Es quizás por estos intercambios que se cree que este juego fue traído
de las manos de los marines. Incluso, hay quienes sostienen -más por
sospechas que por datos reales- que este deporte se jugó en el país a
partir de 1907, cuando las finanzas dominicanas fueron intervenidas por
los estadounidenses, al tiempo que otros afirman que en San Pedro de
Macorís, por su condición de Distrito Marítimo, fue donde se observó el
juego por primera vez entre tripulantes de algunas naves que pasaron
por la Sultana del Este. Pero las investigaciones realizadas para la
elaboración de esta obra no arrojaron documentaciones que avalen esa
versión.
Explicamos: en 1852 la ciudad de San Pedro de Macorís integró junto a
San José de los Llanos el Distrito Marítimo y fue precisamente en 1907
elevada a categoría de provincia. Originalmente San Pedro fue un
embarcadero de plátanos y una aldea de pescadores que fue llamada
Mosquitisol y si bien era un punto económico importante para el país
desde antes de ser elevada a la categoría de provincia, no se tienen
versiones creíbles ni documentación que avale la teoría de que allí
alguien jugara baloncesto antes de 1914. Es más socorrida la versión de
que en Macorís lo que ya se jugaba en esa época era el béisbol, un
deporte que llegó allí mucho antes, a finales del siglo XIX.
Era músico que tocaba la flauta con gracia y fluidez. Según sus propias
palabras, él contribuyó a traer al país al joven extranjero Gustavo Behal,
quien vino para fortalecer los programas de educación física en la región
del Cibao. Además, Don Tuto defendía con vehemencia que, durante su
gestión como funcionario del cabildo santiagués, fue él quien descubrió
el talento artístico de Eduardo Brito, aquel gran cantante lírico
dominicano que recorrió Europa con su hermosa voz y cuyo nombre real
era Eleuterio Aragonés (nacido en enero de 1905). Don Salvador Cocco
Pastoriza, el pionero del deporte del aro y el balón en la República
Dominicana, vivió por más de 103 años y se recuerda que estuvo atento
al Centenario del Baloncesto, un aniversario celebrado en 1991 en todo
el mundo con los auspicios de la FIBA. Oficialmente nunca le fueron
reconocidos sus méritos como propulsor, aunque sí hubo quienes se
interesaron por rendirle un gran homenaje antes de su muerte. Pero
dicho reconocimiento, merecido por demás, lamentablemente no llegó a
materializarse cuando todavía él estaba vivo y lúcido. ( Fragmento
adaptado del libro "Los Doce Magníficos" de José Oscar Fernández )
Publicado por Quique Heilijer en lunes, agosto 10, 2009