Lectura de estudio
Conteste las preguntas y planteamientos propuestos:
1. Hasta hace algunos años, los seres vivos se estudiaban aislados. De una planta se decía su
tamaño, y se describían sus partes: como era su raíz, su tallo, sus hojas, sus frutos, sus
flores. Igual se hacía con un animal: se dibujaban su forma, se le clasificaba en un grupo y
se le describían sus órganos con sus correspondientes funciones.
El frailejón, planta que crece en los páramos andinos, tiene sus hojas recubiertas con una
tupida vellosidad.
El buchón, planta que crece en la superficie del agua de ciénagas y lagunas, tiene en su
tallo un abultamiento a manera de esponja.
Los patos han desarrollado unas membranas entre los dedos de sus extremidades
inferiores.
Los conejos y las liebres silvestres son sumamente ágiles y buenos corredores.
Los arboles de un bosque tupido son más altos y delgados que aquellos que crecen bien
separados.
Las plantas que se desarrollan en las zonas oscuras de la selva tienen sus hojas muy
grandes.
Los tallos de los cactus, plantas propias de zonas desérticas, acumulan gran cantidad de
agua. Sus hojas, además, se han convertido en espinas.
Las personas que viven en los lugares de clima cálido y en las costas tienen piel más oscura
que aquellas que viven en las tierras altas.
Los saltamontes que viven entre el pasto tienen color verde. También los hay de color
café, los cuales viven en lugares pedregosos y de poca vegetación.
Las palmeras tienen un tallo flexible y poco abundante en hojas.
Las algas marinas que crecen en la zona de oleaje son muy flexibles.
Las personas que viven en los páramos y en lugares muy elevados sobre el nivel del mar,
tienen abundancia de glóbulos rojos en la sangre, hasta el punto de que su cara suele
presentar manchas rojizas.
Los pingüinos, aves de las regiones polares, tienen una gruesa capa de grasa bajo su piel.
4. También el hombre, como ser vivo que es, recibe la acción de los elementos de su medio.
Sin ir muy lejos, en el interior de nuestro intestino delgado viven miles de plantas
microscópicas que forman la llamada flora intestinal. Sin ellas no podríamos digerir y
asimilar muchos de los alimentos que tomamos.
Tan cierto es lo anterior, que cuando un recién nacido tiene problemas para desarrollar su
flora intestinal o carece de ella, no retiene ni la leche materna, sufre de diarrea
permanente y puede fallecer.
* Los arboles
* La temperatura
* La lluvia
* Los gérmenes infecciosos que flotan en el aire o los que se desarrollan en las heces
fecales y en los lugares contaminados.
6. Los elementos o factores que influyen sobre cualquier ser vivo se clasifican en dos
grandes grupos: los factores bióticos y los factores abióticos.
Los factores bióticos son aquellos que tienen vida. Nosotros somos afectados por plantas y
animales; ellos son factores bióticos. A su vez, también nosotros afectamos a las plantas y
a los animales. En consecuencia, también somos factores bióticos.
Los factores abióticos son los elementos inanimados que afectan a todo ser vivo. La luz, la
temperatura, el aire, el grado de humedad, la clase y calidad del suelo, la presión, el grado
de salinidad del agua y los vientos son factores abióticos.
Piensa en un ser vivo de tu región, planta o animal. Dibújalo y escribe a su alrededor los
factores bióticos y abióticos que lo influyen.
7. El prefijo bios significa vida. Las siguientes palabras llevan dicho prefijo: biología,
biólogo, bioelemento, biosfera, bioma.
8. Tú eres un ser vivo y como tal eres afectado por factores bióticos.
Describe la influencia que recibes de otras personas que te rodean, de las plantas y los
animales.
9. También los factores abióticos influyen en ti como ser vivo que eres.
10. Si una planta o animal se le modifica algún factor biótico o abiótico, inmediatamente
se siente que reacciona al cambio. Una planta trepadora que sea privada de su soporte,
buscará un nuevo punto de apoyo. Aquella a la cual se le prive de luz, si tiene la posibilidad
de hacerlo, modificará su tallo en búsqueda de la misma.
Imaginemos una región del Amazonas. Allí crecen árboles, juncos y plantas cuyo número
no aumenta ni disminuye. Mientras unas semillas germinan y crecen, otras plantas mueren
y desaparecen, devolviendo sus restos al suelo, de donde nuevamente son utilizados por
las primeras. De sus frutos, hojas, jugos y semillas viven aves como el tucán, monos como
el titi, enorme variedad de insectos como las hormigas, reptiles como la tortuga charapa o
mamíferos como el chigüiro. El número de dichas poblaciones permanece más o menos
igual y como se ve, está determinado por la cantidad de alimentos que las plantas les
pueden suministrar. Y también por la acción de sus enemigos naturales que los toma como
presa.
Caimanes, boas, aves rapaces, jaguares y tigrillos se encargan de mantener a raya las
poblaciones de animales herbívoros.
Nótese que la materia no permanece quieta. Las plantas la toman del aire en forma de gas
carbónico y del suelo en forma de sales minerales y agua. Le incorporan la energía solar y
así fabrican el alimento. Este, en parte será consumido, otro será transformado para que
forme partes constitutivas y otra parte será tomada por los animales.