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LAS VERSIONES DE LA BIBLIA Y SUS TRADUCCIONES

Las versiones, revisiones y traducciones no son perfectas ni divinas.


La versión es la traducción de la Biblia acorde a un estilo determinado
por el traductor, su cultura, método de traducción empleado y sus
fuentes.
La revisión es un análisis de la versión en cuestión, que coteja otros
escritos para mejorarla o actualizarla.
La versión más antigua no es necesariamente la mejor.
Para traducir la Biblia se utilizan diferentes formas o métodos de
traducción:
Literal o Formal ---- Pone palabra por palabra al traducir. E.g.
Interlineal
Cerrada o Combinado --- Busca reflejar lo que dice el original (lo
antiguo) pero a la vez que tenga actualización (lenguaje de hoy).
Dinámica --- Pone en lenguaje de hoy lo de ayer, para hacerlo más
entendible. Ejemplo: Dios Habla Hoy.
Criterios a seguir para elegir una Biblia:
a) En base al número de traductores
b) Métodos de traducción
c) Estilo de lenguaje
d) El propósito de uso: estudio, lectura devocional, enseñanza,
evangelización.
e) Su facilidad o conveniencia para la lectura: letra grande, con
notas, con negrillas, con concordancia, etc.
La Transliteración es el cambiar las letras de otro alfabeto con letras o
palabras equivalentes a otro idioma (no se traduce el significado).
Ejemplo: Baptismos = Bautismo
La Biblia también se traduce “profano” a veces: 2 Sam 10:4
Existe una regla llamada de Schöckel, que dice: “Cuando la Biblia
habla refinado debe traducirse refinado y cuando habla vulgar debe
traducirse vulgar”.
Diferentes versiones: Toda buena literatura es buena para niños.
Ejemplos del uso práctico de diferentes versiones:
Jn 10,9 – RVR1960: “Yo soy la puerta; el que por mi entrare, será
salvo; entrará y saldrá, y hallará pastos”.
BJ: “Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y
saldrá y encontrará pasto”.
DHH: “Yo soy la puerta: el que por mi entrare, se salvará. Será como
una oveja que entra y sale y encuentra pastos”.
BLS: “Yo soy la puerta del reino de Dios; cualquiera que entre por esta
puerta se salvará, podrá salir y entrar, siempre encontrará alimento”.
Pr 30,20 - RVR1960: “El proceder de la mujer adúltera es así: Come, y
limpia su boca y dice: No he hecho maldad”.
BJ: “Este es el camino de la mujer adúltera: come, se limpia la boca y
dice: No he hecho nada de malo”.
DHH: “La mujer infiel hace lo siguiente: come, se limpia la boca y
afirma que no ha hecho nada malo”.
BLS: “La mujer infiel se acuesta con otro hombre y dice, aquí no ha
pasado nada”

1. DEFINICIONES RELATIVAS A LAS VERSIONES

a. Transliteración. Es la trascripción de palabras de una lengua con los


signos alfabéticos de otra. En la práctica, la transliteración implica la
introducción de vocablos extranjeros en una lengua determinada y es muy
pertinente cuando esos vocablos son intraducibles.
A veces la transliteración ha sido superflua, pues esos vocablos
extranjeros se habrían podido traducir. Por ejemplo, las voces griegas
transliteradas como angelos, baptizein, euangelio, ekklesia y Christos se
han castellanizado como “ángeles”, “bautizar”, “evangelio”, “iglesia” y
“Cristo”. Su respectiva traducción es “mensajero”, “sumergir”, “buenas
noticias”, “asamblea” y “Ungido”.

b. Traducción literal. Sigue el texto original palabra por palabra y por lo


tanto refleja los giros propios de la lengua de éste y no los de su propio
idioma.
Extraños, y hasta chocantes a veces, son algunos hebraísmos y
helenismos (giros idiomáticos propios de las lenguas hebrea y griega) que
hallamos en nuestras versiones castellanas de la Biblia. Veamos algunos
ejemplos: “lleno de días” (Génesis 25:8), “carne y sangre (Gálatas 1:16;
Efesios 6:12; Hebreos 2:14), “hijos de desobediencia” (Efesios 2:2),
“hebreo de hebreos” (Filipenses 3:5), “meante a la pared” (1 Samuel
25:22, 34), “téngolo por estiércol” (Filipenses 3:8). De los giros citados, los
dos últimos subsisten en la versión de Casiodoro de Reina, revisión de
1909.

c. Expresión equivalente. Es el giro que siendo propio de un idioma


corresponde exactamente al de otro. En cierto sentido es la contraparte
de la traducción literal.
Uno de éstos es “echar (o traer) la sangre” (Hechos 5:28). La expresión
equivalente en castellano es “echar la culpa (o culpar) de la muerte”.
d. Interpretación. Es la explicación del sentido de una palabra o frase. En
otras palabras, la interpretación tiene que ver no con lo que el autor dice,
sino con lo que quiere decir.

e. Adaptación. Es la sustitución de ciertas ilustraciones de una obra original


por otras más comprensibles a los lectores de una traducción de esa
obra.
Los escritores sagrados se valieron de excelentes ilustraciones para
comunicar las verdades divinas a sus contemporáneos. Muchas veces,
sin embargo, estas ilustraciones son oscuras para los lectores de una
versión algo literal de la Biblia. ¡Se hace necesario entonces “ilustrarlas” a
su vez para hacerlas inteligibles!

f. Traducción libre. Es la que transmite el sentido general del texto original


en vez de cada una de sus palabras. La traducción libre incluye
expresiones equivalentes, interpretaciones y adaptaciones.

2. IMPERFECCIONES DE LAS VERSIONES.

Debido a diversos factores, algunos de los cuales acabamos de considerar,


las traducciones son generalmente imperfectas. Uno de estos factores, si
acaso no el principal, es la dificultad de hallar expresiones equivalentes entre
las lenguas de pueblo que son culturalmente diferentes entre sí.

En general la imperfección de las versiones no afecta a ninguna doctrina


importante de la Biblia, sino más bien a detalles. En caso de discrepancias
con una versión, lo mejor es asegurarse del sentido del pasaje en discusión
en las lenguas originales de la Escritura.

3. CALIDAD DE LAS VERSIONES

¿Cuál o cuáles son las mejores? La respuesta depende del criterio con que
las juzguemos. Si lo que buscamos es una versión más bien fiel al texto
original, es mejor una versión crítica; pero si además queremos una versión
clara, es mejor una versión popular. Y sí preferimos una versión bella, no hay
como las versiones tradicionales. Algunas de éstas son obras clásicas en sus
idiomas.

Las mejores versiones son generalmente las más modernas. ¿Por qué? En
primer lugar, porque su texto está basado en mejores manuscritos, los cuales
eran desconocidos para los traductores de la Reforma. En segundo lugar,
porque su lenguaje es moderno, en contraste con el lenguaje de cuatro siglos
atrás.

Algunas de las versiones más antiguas, sin embargo, son también muy
buenas y valiosas, sobre todo para corroborar el texto original de la Escritura.
Entre los diversos méritos de la versión popular castellana, podemos
mencionar los siguientes: 1) un lenguaje popular que hace inteligible el
mensaje divino a todo lector. 2) Una traducción más bien libre, eliminando
así muchos hebraísmos y helenismos que aún se conservan en la revisión de
1960 de la versión de Reina-Valera. 3) El uso del pronombre “ustedes” y las
formas verbales que le corresponden, tan familiares a los pueblos
hispanoamericanos. 4) Una construcción gramatical moderna de oraciones
cortas, fáciles de entender. 5) Una composición común, sin espacios entre
versículos, salvo para indicar cambio de párrafo.

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