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MATERIA: CUNICULTURA
NOMBRE Y APELLIDO: AMADEO LUIS
MOSQUERA CAPOZZI
AÑO: 2019
CURSO: 1°
DOCENTE: CARLOS CORDOBA
ÍNDICE:
1. OBJETIVO (pág. 3).
2. DESARROLLO: La anatomía de la
abeja. (pág. 4).
3. Anatomía externa de la abeja
(págs. 4/11).
4. Anatomía interna de la abeja.
(págs. 11/23)
5. Importancia de las abejas. (pág.
24)
6. Conclusión. (pág. 25).
OBJETIVO: dar a conocer la anatomía de la abeja, externa e
interna, para poder tomar conciencia de la importancia de su
existencia en la alimentación y la misión esencial que tienen en el
planeta.
DESARROLLO:
La anatomía de la abeja
Las abejas son increíblemente eficientes produciendo miel. Su cuerpo se
divide en tres partes bien diferenciadas: la cabeza, el tórax y el abdomen.
Como la mayoría de los insectos, tiene un exoesqueleto fuerte.
INTRODUCCIÓN
CABEZA
Los ojos simples u ocelos, en número de tres, están situados en la parte superior
de la cabeza, entre los ojos compuestos, están recubiertos de pelos táctiles y
tienen estructura muy sencilla.
Con ellos puede ver la abeja a corta distancia, y en condiciones de casi oscuridad
en el interior de la colmena. Se ha constatado que son órganos sensibles a la
intensidad de luz y son utilizados como fotómetros, determinando el principio y fin
de la jornada laboral.
Los dos ojos compuestos están formados por numerosas facetas hexagonales y
cada uno de ellos por miles de ojos simples (3.000 en la reina, 6.000 en la obrera
y 13.000 en el zángano). La forma de las facetas hace pensar en el tipo de
construcción de los panales.
La visión de los colores varía con respecto a la visión humana. Tienen más
agudeza visual en el lado ultravioleta del espectro. En el lado del rojo se muestran
prácticamente ciegas. Ven muy bien el color azul, amarillo, verde-azulado y
ultravioleta.
El color rojo lo ven como si fuera negro y dentro del amarillo confunden el naranja
y el verde amarillento como si fueran amarillos.
Recibe la luz polarizada, o sea, la luz en la cual los rayos vibran en un solo plano.
Los pelos u órganos pilosos son órganos del tacto y recubren la mayor parte de la
antena, y las placas o poros tienen forma de embudo y sirven para el olfato.
Si hacemos un corte transversal de la antena, y la observamos al microscopio
veremos en su interior una red de nervios muy manifiestos que sirven como
aparato receptor y transmisor de sensaciones.
TÓRAX
Como ya hemos visto anteriormente las abejas tienen tres pares de patas, y éstas
para que puedan tener movimientos se dividen en nueve piezas llamadas artejos,
dos cortos el primero de los cuales se encuentra unido al cuerpo, tres largos (el
fémur, la tibia y el tarso), estando constituido este último por cuatro piezas.
En esta parte del tórax se abre el primer par de estigmas (espiráculos), de gran
importancia en el diagnóstico de la enfermedad denominada Acarapisosis.
Estas patas llevan en el extremo del tarso un garfio o espolón que emplean para
desprender las pelotas de polen, que llevan en las “cestillas” del tercer par de
patas.
Los “cestillos” del polen solamente los tienen las obreras, por el contrario las
reinas y zánganos carecen de ellos por no necesitarlos.
En este tercer par tienen otro dispositivo, que lo emplean a modo de pinza para
recoger las laminillas de cera elaboradas en las glándulas cereras y
posteriormente pasarlas a las mandíbulas para su amasado y posterior
construcción de panales.
Cuando la abeja hace vuelos largos une las dos alas por medio de unos garfios o
ganchos para formar una sola ala grande que hace que el vuelo sea mucho más
veloz.
Por el contrario cuando hace vuelos de precisión para visitar las flores y recoger el
néctar o polen estas las desenganchan y pueden quedarse quietas en el aire
como las libélulas.
EL ABDOMEN
El abdomen se compone de 9
segmentos, pero solo son visibles 6 en las hembras y 7 en los machos. Los
segmentos abdominales poseen dos placas cada uno, llamándose a los dorsales
«tergitas» y a los ventrales «esternitas», estando unidos éstos por membranas
flexibles, lo que les permite una gran variedad de movimientos, como alargarse o
acortarse y también curvarse en cualquier dirección.
Las membranas intersegmentarias de las esternitas, de débil consistencia, son
perforadas por Varroa destructor para alimentarse con la hemolinfa de la abeja.
En cada tergita tienen un pequeño agujero que son los estigmas o espiráculos, por
donde entra el aire en el interior del insecto.
APARATO DIGESTIVO
La boca se sitúa entre las bases de las mandíbulas, abriéndose al final del órgano
de succión; ésta se dispone, después de la correspondiente abertura, de forma
vertical a lo largo de la cabeza hasta el esófago. Es una cavidad en forma de saco
con paredes musculares que permiten la aspiración (dilatadores) de los líquidos
desde la trompa, para pasar al esófago a través de la faringe (compresores).
El esófago es un tubo que se extiende a lo largo del tórax por el que avanza el
alimento gracias a sus movimientos de contracción.
Esta estrategia, seguida por las abejas en lo que se refiere a los elementos no
digeridos, favorece extraordinariamente la higiene en el interior de la colmena y la
presencia de manchas fecales en distintos puntos de la colmena hace saltar la
alarma ante la presencia de problemas de orden fisiológico o patológico.
SISTEMA RESPIRATORIO
Las traqueas son conductos que comunican los estigmas o espiráculos con los
sacos traquéales. Los más largos son los que salen del primer par, en estos es
donde habita preferentemente A. woodi, que se alimenta de hemolinfa y la obtiene
perforando la traquea, lo que provoca procesos de melanización de la misma.
Las tráqueas principales se extienden a los lados del cuerpo formando grandes
ensanchamientos a los lados del abdomen.
SISTEMA NERVIOSO
En el abdomen existen otros cinco ganglios que regulan las funciones de los
órganos de la respiración, y de los intestinos. Los dos últimos algo mayores que
los otros, regulan los órganos de la reproducción y el aparato vulnerador (aguijón).
Como consecuencia de esta distribución del sistema nervioso cada una de las tres
partes del cuerpo del insecto (cabeza, tórax y abdomen) funcionan más o menos
independientemente.
Esto lo podemos comprobar cortando la cabeza a uno de estos insectos y
comprobaremos que el cuerpo puede seguir desplazándose de una parte a otra,
mover las alas y proseguir sus funciones vitales durante un largo tiempo, muriendo
irremisiblemente al final.
SISTEMA CIRCULATORIO
La linfa es un líquido complejo que contiene unas células, linfocitos, los cuales
tienen capacidad fagocitaria y poseen movimiento propio y circula libremente por
el organismo toda vez que es impulsada por el corazón hasta el cerebro.
SISTEMA EXCRETOR
Esta constituido por los tubos de malpighi, estos retiran las sustancias de desecho
de la sangre y las vierten en el intestino anterior para su eliminación con las heces.
Estas sustancias son principalmente derivados nitrogenados. Es el blanco
de Malpighamoeba mellificae.
CELULAS ADIPOSAS
Forman delgadas membranas que se encuentran dispersas junto a las paredes del
abdomen. En la abeja de invierno estas células son pobres en grasa y ricas en
albúmina, en la abeja de verano es al revés. Entre las células adiposas se
encuentran los oenocitos, son células relacionadas con el metabolismo de la cera.
Estas células, además de grasa también contienen proteinas y glicógeno. En las
células adiposas es donde se reproduce Pseudomona apiseptica antes de invadir
la sangre.
SISTEMA REPRODUCTOR
Los vasos deferentes comunican los testículos con las vesículas seminales, en el
trayecto los espermatozoides siguen madurando.
Conducto eyaculador comunica las glándulas del mucus con el órgano copulador.
El órgano copulador en estado de reposo se encuentra invaginado. Se evagina, se
introduce en la bolsa copulatriz de la reina y se desprende del zángano una vez
introducido el semen, funcionando como tapón.
Glándulas hipofaringeas.
El producto de la secreción sirve de alimento a las larvas en sus tres primeros días
de vida y a la reina durante toda su vida. Es la conocida jalea real. Cuando la edad
de las abejas avanza, estas glándulas pierden su funcionalidad, su volumen
disminuye comenzando a producir la invertasa, necesaria para provocar el
desdoblamiento de los azúcares del néctar.
Glándulas salivales.
Glándulas mandibulares
En las abejas obreras produce una fracción de la jalea real y en la reina secreta
una feromona que juega un importante papel en la cohesión social de la colonia
(efecto aglutinante de las obreras, inhibición de la construcción de realeras,
atracción de los zánganos en los vuelos de acoplamiento).
Glándula de Nassanof
Glándulas cereras
Solamente las abejas poseen glándulas cereras, las cuales empiezan a funcionar
aproximadamente a los 12 días de vida de la abeja y terminan a los 20 días
cuando se convierten en pecoreadoras.
Para fabricar cera las abejas tienen que consumir mucho polen y miel, cuando las
colmenas están flojas consumen unos 15 kg de miel y polen para producir 1 kg de
cera. Por el contrario cuando la colmena esta fuerte, consume solamente unos 10
kg de miel y polen.
El aguijón tiene un par de lancetas adosadas una a la otra de modo que forman un
canal, a través del cual pasa el veneno, para salir al exterior por los dientes
curvados o barbas que guarnecen la punta de las lancetas, cada lanceta tiene
unos nueve dientes, con las puntas vueltas hacia atrás como los de un anzuelo, y
al clavarse en la herida ya no lo pueden sacar. La abeja al intentar retirar el
aguijón no puede sacarlo y en este forcejeo pierde este órgano y parte del
intestino, muriendo la abeja al poco tiempo.
Las avispas tienen también aguijón liso y estas pueden clavarlo varias veces sin
peligro de perderlo, causando por lo general más irritación que las picaduras de
las abejas. Sistema inmunitario La base de la buena salud tanto en el hombre
como en los animales está en poder defenderse con éxito de los gérmenes
patógenos (bacterias, parásitos, virus, etc.).
El sistema inmunitario en los insectos ha sido poco estudiado. Los insectos como
protección frente a las agresiones que vienen del exterior disponen de la quitina
(elemento principal del exoesqueleto y en el interior les protege la pared intestinal).
Las abejas disponen de defensas inmunológicas en su organismo. Las células
denominadas hemocitos, de las que existen diferentes tipos, protegen de la
invasión de bacterias y parásitos utilizando varios mecanismos: la fagocitosis, la
encapsulación y la formación de nódulos.
Los nódulos formados se adhieren a las paredes de los órganos internos donde
los cuerpos extraños serán destruidos. También se han podido evidenciar la
existencia de defensas inmunitarias, apidecinas y lisozimas, no celulares, que
desarrollan en la hemolinfa acción antibacteriana.
Estos pequeños insectos son cruciales para el ser humano. Los problemas que
afectan a las abejas y otros insectos polinizadores suponen una importante
amenaza para la alimentación mundial, especialmente en las zonas del planeta
con dificultades para abastecer de nutrientes a los grupos sociales más
desfavorecidos.