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Organización

 y  Liderazgo  

 Liderazgo Personal

“Una mirada interior”


 
Sin duda, nuestra capacidad de tener impacto e influencia positivos en los
demás depende básicamente de la persona que somos.

Al tratar sobre las competencias de liderazgo, planteamos que el líder debe


desarrollar un balance entre sus competencias estratégicas o de negocio -
aquellas que le permiten lograr resultados; sus competencias ejecutivas -
aquellas que contribuyen al desarrollo de las personas que lo rodean; y,
finalmente, sus competencias de liderazgo personal - aquellas que generan
en los demás confianza e identificación en él mismo como persona.

En esta presentación invitamos al participante a enfocarse en sus


competencias de liderazgo personal.

Es fundamental hacerlo porque, como dice la autora de la lectura de la


presente semana, Maria Nuria Chinchilla: “Si no somos capaces de dirigir
nuestra propia vida, ¿cómo vamos a ser capaces de liderar a otras
personas?”

Prosigue la autora: “El autoliderazgo – el liderazgo de uno mismo – es


absolutamente necesario para poder liderar a otros.

Se nutre de competencias tales como el autoconocimiento, la inteligencia


emocional, la proactividad, la gestión del tiempo y del estrés, la gestión de la
trayectoria personal y la madurez afectiva, fruto del aprendizaje evaluativo
generado a través de la resolución de conflictos intermotivacionales”.

El autoconocimiento es un proceso que va desde el autoanálisis hasta la


elaboración de un plan de cambio.

Se trata, en realidad, de un proceso permanente que desarrollamos a lo largo


de la vida, como parte de lo que se denomina la disciplina del Dominio
Personal.

Conocerse uno mismo consiste en hacer un autoanálisis y descubrir o


redescubrir las fortalezas, debilidades, creencias, valores, etc. que dirigen  
 
 
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nuestros actos. Aceptar lo que nos gusta de nosotros o nuestras fortalezas,
tanto como nuestras debilidades, es fundamental para poder mejorar. Esto
está relacionado con la autoestima o nuestra capacidad para reconocernos
como seres humanos valiosos y dignos de respeto.

Responsabilizarse por el cambio y la mejora implica un compromiso con


nosotros mismos, con lo que podemos ser y con nuestra posibilidad de seguir
mejorando y desarrollándonos.

Organizarse para llevar a cabo los cambios requiere un plan personal que
permita el logro de nuestros objetivos. Fijar metas a largo, mediano y corto
plazo y, además, diseñar estrategias para alcanzarlas.

Por otro lado, el desarrollo del dominio personal para el autoliderazgo


comprende también un proceso cotidiano de toma de decisiones que pone en
juego los denominados “conflictos intermotivacionales”.

Nos proponemos generar en nosotros un aprendizaje positivo y madurar


como personas, acostumbrándonos a tomar nuestras decisiones, grandes y
pequeñas decisiones, generando un equilibrio responsable entre nuestras
motivaciones trascendentes y nuestras motivaciones extrínsecas.

Lo invitamos a reflexionar sobre este planteamiento de aprendizaje y


formación de carácter personal, el cual se explica en la lectura de la presente
semana.
 
 
 
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