Nombre profesor/a Alberto Alemany Carrasco Institución a la que pertenece Fundación A La Par (Unidad de Atención a Víctimas con Discapacidad Intelectual) 6.1.2. Evaluación psicológica pericial del Nombre de la asignatura abuso sexual en personas con discapacidad intelectual. Casos Prácticos.
Resumen de contenidos:
El trabajo pericial con personas con discapacidad intelectual requiere de unas
determinadas especificidades que colocan al profesional forense frente a uno de los mayores desafíos profesionales a los que se puede encontrar. En la presente asignatura, a través de varios casos prácticos aportados por el docente, se abordarán los siguientes elementos clave en la evaluación psicológica pericial del abuso sexual en personas con discapacidad intelectual: 1. Valoración de la discapacidad intelectual y su impacto en la evaluación psicológica pericial. La discapacidad intelectual es una condición de la persona que pueden afectar a su funcionamiento como testigo durante un proceso policial. Como no puede ser de otra forma, la labor pericial no escapa de la posible influencia de la discapacidad intelectual. En muchas ocasiones la persona con discapacidad intelectual se presenta frente al profesional pericial con una documentación oficial que acredita su condición y las características de la misma. Sin embargo, en otras ocasiones, la persona no cuenta con un documento oficial que informe de su condición o, incluso, éste la oculta. Por tanto, es necesario que el profesional pericial cuente con claves que le permitan identificar la posible existencia de la mencionada condición para adecuar su trabajo pericial a las características de las personas con discapacidad intelectual. 2. Pautas relacionales en la evaluación psicológica pericial con personas con discapacidad intelectual. Una de las claves fundamentales para garantizar que la persona con discapacidad intelectual pueda ser evaluada adecuadamente radica, precisamente, en la capacidad del profesional pericial de adecuar su manera de relacionarse con la persona evaluada. Si el profesional forense se coloca frente a una persona con discapacidad intelectual de la misma forma que a cualquier otra víctima se correrá el riesgo de hacer una evaluación sin valor. Para que esta evaluación esté sujeta a los mejores estándares de profesionalidad y calidad el evaluador deberá adecuar, no sólo su comunicación y lenguaje, sino la utilización de los tiempos, los materiales y los espacios. 3. Evaluación de las capacidades que afectan al testimonio en personas con discapacidad intelectual. La discapacidad intelectual implica limitaciones tanto en el funcionamiento intelectual como en la conducta adaptativa. Estas limitaciones pueden afectar considerablemente muchas de las competencias que se ponen en juego cuando una víctima, o testigo, hace una exposición de un testimonio relativo a una situación de victimización criminal de índole sexual. Este hecho conlleva tres grandes consecuencias que afectan a la labor pericial. Por un lado, las claves para obtener el mejor testimonio por parte de una víctima con discapacidad intelectual difieren de las claves que emplea el profesional forense con otras víctimas. Además, el testimonio que pueda obtener el profesional forense diferirá, en términos de forma y contenido, de los testimonios obtenidos por otro tipo de personas. Por último, la valoración pericial de este testimonio no puede obviar los dos elementos previamente mencionados. Estos dos últimos puntos se analizarán por separado más adelante. 4. Claves para la obtención del testimonio de personas con discapacidad intelectual. Cuando el profesional pericial debe realizar una valoración relativa a una situación de abuso sexual a una persona con discapacidad intelectual se deben realizar una serie de ajustes al procedimiento ordinario para alcanzar un testimonio con las mejores condiciones. Estos ajustes de procedimiento deben sustentarse en la evaluación previa de capacidades de la persona valorada y en la inserción de los apoyos que la persona con discapacidad intelectual necesite para que se potencie y optimice su funcionamiento como testigo. La selección del canal de comunicación, la utilización de determinados apoyos visuales o el empleo de una determinada estrategia de recuperación son algunas de las claves fundamentales que el profesional forense debe tener en cuenta para mejorar la obtención del testimonio con víctimas con la condición de discapacidad intelectual. 5. Valoración del testimonio de personas con discapacidad intelectual. Como no puede ser de otra forma, el testimonio de las personas con discapacidad intelectual difiere de otros testimonios en infinidad de componentes. Por tanto, resulta obvio que la metodología para valorar un testimonio de una persona con discapacidad intelectual no podrá ser la misma que la empleada con la población general, ésta debe ser adaptada o incluso modificada por completo. En este apartado el profesional forense deberá aprender a lidiar con su propia frustración al no poder emitir juicios de credibilidad cuando la persona evaluada tiene discapacidad intelectual y se deberá limitar a valorar el testimonio en términos de congruencia o incongruencia con otro tipo de factores. 6. Evaluación de la capacidad para consentir relaciones sexuales en personas con discapacidad intelectual. Las personas con discapacidad intelectual adulta, al igual que el resto de adultos, tienen derechos a disfrutar de una sexualidad sana y libre. Sin embargo, las limitaciones propias de la discapacidad intelectual en algunas ocasiones conllevan ciertas limitaciones cognitivas que merman la capacidad de estas personas de poder consentir una relación sexual. Este elemento es crucial para valorar la legitimidad de determinadas relaciones sexuales en las que al menos uno de los intervinientes tiene discapacidad intelectual. El profesional forense deberá poder determinar si la persona con discapacidad intelectual ha podido consentir de manera efectiva una relación sexual en concreto y por tanto la legalidad de la misma. 7. Evaluación de los trastornos mentales en personas con discapacidad intelectual. Un elevado porcentaje de las personas con discapacidad intelectual presentan, de manera adicional, un problema de salud mental. Este doble diagnóstico puede conllevar diferentes dificultades para el profesional forense. Por tanto, se hace imprescindible que en la evaluación pericial se pueda discriminar que elementos del funcionamiento de la persona corresponden a su condición de discapacidad intelectual y cuales corresponden a su diagnóstico de salud mental.