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UNIVERSIDAD CATOLICA DE SANTA MARIA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS ADMINISTRATIVAS


ESCUELA PROFESIONAL DE ADMINISTRACION DE EMPRESAS

MARKETING INTERNACIONAL
ALUMNOS:
CHALCO PACHECO LEONARDO
BENAVENTE VELEZ LUCERO
VILCA GARATE, GABRIELA
YANQUE MENDOZA, SHIRLEY
VALDIVIA ALCEDO, JOHANA
SECCION:
A
LICENCIADO:
LUIS RIVEROS TACO
AREQUIPA-PERU
2019
INTRODUCCION

POLITICA COLOMBIANA
Lo real en la política es el resultado del accionar de la ciudadanía. Por tanto, tiene
necesariamente que ser aceptado por todos, sin excepción. Y es en esa realidad que el
nuevo presidente de la República de Colombia es el señor Iván Duque Márquez.
Lo real en la política colombiana es que ha sucedido un conjunto de fenómenos que
van más allá de la elección de un presidente. Cada cuatro años hay uno, es una de las
reglas de juego de nuestra democracia. Lo realmente significativo es ese conjunto de
fenómenos políticos manifestados en este debate, que deben ser observados con
atención.
El fenómeno es más rico que la ley porque esta última solamente toma en
consideración los elementos que permanecen estables en la realidad y no las
manifestaciones complejas y múltiples de lo que ocurre. Es una sabia reflexión del
filósofo alemán G. F. Hegel en su magna obra Ciencia de la Lógica. Él lo aprendió de los
griegos, sobre todo de Heráclito. La política y la historia carecen de leyes, lo enseñan
Hannah Arendt y Karl Popper, por ende la realidad debe ser examinada en su
complejidad.
En esa complejidad colombiana se manifiestan fenómenos políticos que no pueden ser
eludidos, uno de ellos, la construcción de un nuevo mapa político: la izquierda, en un
fuerte bloque antisistema, se ha presentado con una gran fuerza que se constituye en
una seria alternativa de poder. En tiempos de populismo esto no puede ser ignorado.
No hay que alarmarse, esto es consustancial a la democracia.
La democracia garantiza a todas las opciones políticas a que tengan el derecho a ser
alternativa de poder. Les ofrece encontrar un sistema garantista de derechos y
libertades y un complejo andamiaje de frenos y de contrapesos que impida la
destrucción de las instituciones.
En este panorama político se hace imprescindible tomar en consideración otro
fenómeno que está consolidándose: la personalización de la política y la destrucción
de los partidos políticos. Esta realidad de origen latinoamericano parece profundizarse
en Colombia, es negativa para la democracia, la destruirá y le abrirá el camino al
totalitarismo, si no se adoptan, con urgencia, reformas institucionales que superen
este serio peligro.
La democracia colombiana tiene un nuevo mapa político. Una nueva realidad ha
nacido derivada de nuevos fenómenos. Es un compromiso de la Nación rediseñar el
Estado y sus instituciones y darle oportunidad que se institucionalice el Estado
Constitucional de Derecho, políticamente descentralizado y con una seria
democratización del poder político en beneficio de los derechos y las libertades. Esta
puede ser la ruta para cerrarle el camino al totalitarismo
REALIDAD POLITICA
El siguiente hecho de la realidad política del país fue el comportamiento de los partidos
políticos en el Congreso de la República. En lo fundamental, estos han priorizado no
solo los cargos burocráticos, sino también algunos principios políticos. El tema de
defensa del acuerdo de paz por parte del Partido de la U, liderado por Roy Barreras, o
lo hecho por Cambio Radical en algunos temas, muestran que los partidos
tradicionales han entendido que el votante ha comenzado a cambiar. El tercer hecho
de la realidad política, obviamente, es la consulta anticorrupción, cerca de 12 millones
de personas salieron a votar sin maquinarias, sin dádivas o coerción electoral. El
rechazo a las viejas prácticas políticas es increíble en la Colombia de hoy.
Por ende, la realidad política del país nos está llevando a un escenario en el que los
colombianos no habían estado nunca y es la disputa por modelos de sociedad
diferentes. No se trata de que existan matices entre partidos u opiniones diferentes
sobre temas particulares. Se trata de que los parámetros morales y éticos bajo los
cuales las personas entienden la sociedad se están redefiniendo y algunos quieren
cambiar y otros no. La gran pregunta es si este proceso de trasformación de la
jerarquización electoral cobijará las elecciones locales y regionales de 2019, las cuales
han sido las más clientelistas por excelencia. La respuesta, al menos inicial, es que sí las
cobijará, pero se desarrollará principalmente en las grandes ciudades.
De ahí la necesidad de que los candidatos y candidatas de las grandes ciudades
estructuren su discurso bajo el pragmatismo temático de siempre, pero también bajo
una concepción ideológica clara del modelo de ciudad que buscan construir. En todo
caso, esta transición puede retroceder o avanzar, aún es muy pronto para definir el
futuro del debate político en Colombia
COLOMBIA EN LA OCDE
A finales del mes pasado se anunció el ingreso de Colombia a la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Esto ocurre después de tres años de
gestiones que comenzaron con la notificación del presidente Juan Manuel Santos
acerca del interés de Colombia de ingresar a este club selecto de países que, ante
todo, comparten la voluntad de definir criterios comunes de buenas prácticas en
relación con sus políticas públicas. Se trata de formar parte de un grupo de 36 países
(25 europeos, cinco americanos, cuatro asiáticos y dos de Oceanía) que han mantenido
desde 1961 la intención de contribuir al desarrollo de los países miembros, la
estabilidad financiera, la ampliación del comercio y las políticas en favor del empleo y
del progreso en términos de calidad de vida de los individuos.
Por supuesto, esto ha generado una discusión al interior del país: los hay quienes
apoyan la pertenencia de Colombia a la OCDE, porque ven las ventajas de la inserción
del país al circuito económico mundial dentro de una visión de calidad en las
decisiones económicas. Sin duda, el Centro Democrático, partido de derecha, creado
por Álvaro Uribe y que hoy tiene como candidato a Iván Duque, se ubica entre estos
adeptos al ingreso. En la orilla opuesta se encuentra el candidato de la izquierda,
Gustavo Petro, que se ha mostrado más crítico.
Para muchos, el ingreso en la OCDE y la firma de la paz son las dos herencias más
importantes que dejará Santos tras ocho años de mandato. Mientras que la derecha ha
sido duramente crítica con el proceso de paz, la izquierda ha tomado como propias las
banderas del fin del conflicto, pero en el caso de la llegada a la OCDE las posiciones se
intercambian radicalmente.
Para acceder a este prestigioso club, Colombia tuvo que someterse a la evaluación de
23 asuntos muy diversos. Algunos son aspectos innegablemente deseables para
cualquier sociedad como política ambiental, gobierno corporativo, cohecho en las
transacciones internacionales, competencia, empleo y asuntos sociales, política
regulatoria, desarrollo territorial, desarrollo económico, política científica y
tecnológica, política de información, computación y comunicaciones, política del
consumidor, educación y estadísticas. En todos estos ámbitos resulta saludable tener
controles y referencias de alta calidad en el manejo estatal.
Algo más de dudas y suspicacias se plantean en aspectos como inversión, químicos,
comercio, asuntos fiscales, seguridad social y pensiones privadas, mercados
financieros, salud, agricultura y pesca, en los que pueden existir intereses encontrados
entre los países miembros. Un requisito de mayor exigencia en estos sectores puede
eventualmente significar beneficios económicos para otros miembros, lo que implica
que pueden ser utilizados de manera tendenciosa, lo cual es el mayor temor de los
críticos. Desde el Gobierno se ha insistido en que la OCDE no es un tratado de libre
comercio y que las decisiones se formulan de manera grupal, aunque esos mismos
críticos piensan que la llegada a esta organización implica una menor autonomía en las
políticas macroeconómica y sectoriales precisamente por lo que significa en términos
de ajustes.
De acuerdo con los datos más recientes, Colombia ingresa a este club como el
miembro más pobre. Su Producto Interior Bruto per cápita es de apenas 14.000
dólares, justo un tercio del promedio que alcanzan los demás países y un 50% menor
que Chile, el siguiente en la lista de pobreza. Sin embargo, su comportamiento es
mucho más favorable cuando se analiza el crecimiento esperado para 2019 que, de
acuerdo con las propias proyecciones de la OCDE, se sitúa en el 3,2%, por encima del
promedio grupal del 2,5%. Asimismo, Colombia es uno de los países con mayor
crecimiento de su comercio exterior: sus exportaciones han crecido a una tasa de
4,9%, superior al aumento del 4,6% de todos los países del grupo. En inflación,
Colombia tiene una meta a largo plazo del 3%, ligeramente superior al promedio
(2,4%). De hecho, la política monetaria es una de las fortalezas del país en su historia
económica.
LA POLÍTICA COLOMBIANA EN EL 2019
Todo indica que la política colombiana durante el año que estamos iniciando tendrá
tres escenarios fundamentales para su desarrollo: la calle, el Congreso y el electoral, y
los tres estarán interrelacionados.
Sin duda que el escenario fundamental puede seguir siendo el de la calle, es decir el de
la movilización y la protesta social. No porque haya una particular inquina contra el
Presidente Duque y su Gobierno, sino porque se trata del primero del posacuerdo, y la
terminación del conflicto armado con las Farc colocó la posibilidad de la protesta social
en la prioridad de las expresiones sociales. Y esto es un buen síntoma para nuestra
democracia; por supuesto habrá voces muy conservadoras que considerarán la
protesta social como expresión de desorden, porque se imaginan las sociedades
contemporáneas como unas en las cuales la disciplina social es lo que las caracteriza.
Es probable que las centrales sindicales lideren jornadas de protesta por la mejora de
las condiciones de trabajo –paros sindicales o cívicos, tienden a llamarlas-; pero
igualmente las organizaciones campesinas, indígenas y de población afro muy
seguramente se vayan a expresar en el mismo sentido, por el derecho a la vida –contra
el asesinato de líderes sociales de los territorios-, pero también por las condiciones
económicas y por supuesto, si el Gobierno inicia fumigaciones de cultivos de uso ilícito
de forma masiva, es previsible que las organizaciones que agrupan a estos cultivadores
se vayan a movilizar. El tema de la movilización por la defensa de la educación superior
es probable que siga manifestándose en la calle, especialmente para ambientar el
referendo por la educación superior –esto no significa que la mayoría de las
Universidades no retomen su actividad académica normal-.
El Congreso continuará siendo un escenario de concertación y confrontación política
entre el Ejecutivo y las diversas fuerzas políticas, alrededor de iniciativas legislativas –
nuevas o aquellas que vienen en trámite, como la reforma política- y en los debates de
control político. Y esto en parte por la decisión del Gobierno de no acudir al
mecanismo tradicional de conformar unas mayorías aplastantes de congresistas para
el trámite legislativo o lo que se ha venido denominando el no acudir nacionalmente a
la ‘mermelada’, aunque muchos congresistas afirman que sí hay ‘mermelada’ en lo
regional -expresada en cargos, o en el Fondo de Inversión de Iniciativa Congresional,
como bien lo ha explicitado el columnista Gustavo Álvarez Gardeazabal-, mecanismo
para ‘facilitar’ el trámite de los proyectos en el Congreso.
El segundo semestre estará marcado por los debates electorales para renovar
mandatarios regionales y locales, así como las corporaciones públicas de esos niveles –
Asambleas Departamentales y Consejos-. Estas elecciones actúan como una especie de
elecciones de ‘mitaca’ que va a permitirles a los diferentes partidos políticos medir sus
fuerzas electorales y comenzar a posicionarse para las elecciones nacionales futuras.
Hay elecciones especialmente relevantes como la de la Alcaldía de Bogotá, por tratarse
del segundo cargo del país. Las elecciones regionales reflejan dinámicas políticas
regionales o locales particulares en las cuales se superponen las diversas fuerzas
políticas
Los tres escenarios anteriores estarán transversalmente cruzados e
interrelacionándose por lo que suceda con la implementación del Acuerdo con las Farc
y lo que pase con la Mesa de Conversaciones con el Eln en La Habana, en lo cual me
parecen válidas las exigencias del Gobierno, pero no los procedimientos que se
podrían utilizar para hacerlas realidad.
CORRUPCION EN COLOMBIA
El Gobierno a través de la Secretaría de Transparencia continúa en la construcción de
la Política Anticorrupción para el país, que involucre al ciudadano y con la cual haya
más herramientas legales para combatir este mal.
El Estatuto Anticorrupción, que contiene más de 130 herramientas legales para
prevenir y castigar los actos de corrupción, le entrega responsabilidad a las entidades
para formulen un Plan Anticorrupción y de Atención al Ciudadano. Es así como todas
las entidades deben proponer iniciativas dirigidas a combatir este flagelo por medio de
herramientas que faciliten su prevención, control y seguimiento.
Los ejes del plan anticorrupción
Uno de los componentes es el mapa de riesgos de corrupción, donde el objetivo es
anticiparse a este mal con medidas preventivas que protejan los recursos de la nación
y generen confianza entre la ciudadanía.
Lo principal es identificar cuáles son los focos de corrupción para desarrollar un plan
preventivo con medidas, que eviten cualquier acto. Estos riesgos varían de acuerdo al
objeto y la ejecución de los contratos del Estado. Por ejemplo,  en una entidad con una
alta ejecución contractual como el INVIAS, el énfasis en sus riesgos debe estar en la
contratación de obras públicas, caso distinto ocurre con el Consejo Superior de la
Judicatura, donde los riesgos de corrupción deben enfocarse en la administración de
justicia.
Otro eje anticorrupción es una política antitrámites eficiente en las entidades del
Estado, ya que entre menos procesos haya, menor es el campo de acción de los
corruptos. Cuando hay muchos trámites, aumenta la probabilidad de generar actos de
corrupción. Este plan inició con la expedición del decreto-ley Anti-trámites, y la
eliminación de más de 600 trámites, con el compromiso de eliminar muchos más
La rendición de cuentas es otro de los componentes esenciales de la política
anticorrupción, porque permite visibilizar avances, fallas, gestión y logros de cualquier
entidad. Esta debe ser permanente, reglamentada y no ocasional. 
El último eje de la construcción de la política anticorrupción es el paquete
de mecanismos de atención al ciudadano, como las oficinas de peticiones, quejas y
reclamos de cada entidad. Esto garantiza la atención oportuna y óptima de las
necesidades ciudadanas, además de abrir la puerta para una futura denuncia y mejorar
la gestión de cada servidor público.
PLAN ANTICORRUPCION EN COLOMBIA
Las leyes anticorrupción en Colombia: ¿de qué han servido?
Quien no conoce el orden jurídico colombiano, pensará que la extensa corrupción que
saquea las finanzas públicas se da porque el país adolece de leyes robustas y punitivas
que enfrenten con castigos severos este delito, que no sólo apropia los recursos de la
contratación estatal y la inversión social pasándolos a manos privadas; si no que acaba
la confianza de sus ciudadanos en el Estado y sus gobernantes.

Quien así piensa, corre el riesgo de equivocarse porque si algo caracteriza a Colombia
es su amplio y renovado régimen jurídico; ya desde la Independencia se distinguió por
ser un país de leguleyos, llamando así a aquellos que se ocupan de los asuntos legales
sin tener conocimiento.
Sin embargo, la práctica de la corrupción en el país es tal que abarca, con
algunas excepciones, todas las esferas del poder público y privado, lo cual ha llevado a
que el malestar general de la ciudadanía se expresara contundente y masivamente a
través de la Consulta Anticorrupción que sirvió de campanazo de alerta contra aquellos
que se enriquecen de cuenta del Estado; pero sobre todo lanzó una dura advertencia
al legislativo y a los cargos de elección popular, de que el malestar general
ciudadano transita hacia un movimiento por el cambio y la restauración moral de la
administración pública.
Pero si Colombia es un país de leyes que castigan la corrupción, ¿por qué no ha
sido capaz de contrarrestarla?
La ley 1474 de 2011 o Estatuto Anticorrupción es un buen ejemplo para señalar que no
son más leyes lo que necesita el país; éste Estatuto contiene un completo y detallado
conjunto de “normas orientadas a fortalecer los mecanismos de prevención,
investigación y sanción de actos de corrupción y la efectividad del control de la gestión
pública” y “Medidas penales en la lucha contra la corrupción pública y privada”; que
regula las funciones administrativas, contractuales, al régimen de inhabilidades, con
penas de cárcel y multas tanto para personas naturales como jurídicas; así como una
propuesta de pedagogía de la moral, con énfasis en el castigo de la conducta ilícita
para funcionarios y administradores de recursos y empresas del Estado.
Endurece las penas y sanciones con “exclusión de beneficios en los delitos contra la
Administración Pública relacionados con corrupción”, “enriquecimiento ilícito” y la
“evasión fiscal”, en los casos de quienes administran monopolios rentísticos que
generen ganancias en salud o educación, como Saludcoop, con condenas de prisión
entre 5 y 10 años y multas.
Incrementa las condiciones de la detención domiciliaria; y regula el “lobby y cabildeo”,
una de las prácticas de presión de grupos de interés preferidas y que comúnmente se
lleva a cabo ante cargos públicos (congresistas, concejales, representantes, alcaldes,
gobernadores y demás funcionarios) donde se toman las decisiones concernientes a
las normas, leyes, planes de gobierno, contratación, presupuestos y obras públicas.
Crea la “Comisión Nacional para la Moralización” de la cual hacen parte desde el
presidente, ministro del Interior, Procurador, Contralor, Fiscal, Auditor General, hasta
los presidentes de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de Estado, el Consejero
Presidencial para el Buen Gobierno y la Transparencia, y el Defensor del Pueblo; y las
“Alianzas Estratégicas” entre las “Contralorías territoriales y la academia”
y organizaciones de estudios e investigación para conformar “equipos especializados
de veedores ciudadanos, con el propósito de ejercer con fines preventivos el control
fiscal social a la formulación y presupuestación de las políticas públicas y los recursos
del erario comprometidos en su ejecución.”
Dentro de los casos más graves de corrupción en Colombia, Reficar es uno de ellos. Fue
un proyecto que consistió en la modernización de la refinería de Cartagena que
empezó en el 2007 y terminó con retrasos y sobrecostos enormes en el 2015. Del costo
inicial calculado de US$3.993 millones, se terminó por un valor de US$8.016 millones,
es decir, US$4.023 millones más, generando un grave detrimento patrimonial a la
nación. Según la Contraloría, la obra dejó sobrecostos que superan los 17 billones de
pesos.
El otro es Odebrecht, que ha llevado la crisis de corrupción a un nivel político superior
e involucra a altos funcionarios del Estado como al Fiscal General Néstor Humberto
Martínez (en adelante NHM), pero también a expresidentes como Álvaro Uribe y Juan
Manuel Santos, a ex ministros de Minas, de Hacienda y ex presidentes de Ecopetrol, así
como al Grupo AVAL y Luis Carlos Sarmiento Angulo (en adelante LCSA), uno de los
grandes empresarios y hombres detrás del poder real en Colombia.
Jorge Enrique Pizano (en adelante Pizano), uno de los principales testigos en este caso
de corrupción, dejó grabaciones que comprometen al Fiscal por silenciar y ocultar los
sobornos que pagó la multinacional brasileña por la construcción de la Ruta del Sol II, a
la filial del grupo AVAL, Corficolombiana.
Este escándalo que trasciende al plano internacional, tiene al país dividido entre
quienes piden la renuncia de NHM por encubrir y tener información privilegiada de
contratos e irregularidades que comprometían a su empleador, Grupo AVAL y
Corficolombiana, cundo fue su asesor jurídico; o declararse impedido y que se
nombre un Fiscal Ad Hoc para resolver el conflicto de intereses, que es lo que quieren
quienes lo protegen, entre ellos el mismo presidente Iván Duque.
En entrevista concedida a Noticias Uno, Pizano afirmó que encontró irregularidades en
forma de giros al exterior por 2.700 millones de dólares a Consultores Unidos, una
empresa de consultoría. En la entrevista pidió que hicieran pública sus pruebas y
audios, cuando recibiera protección en el exterior (EE.UU.) o falleciera.
El testigo contó que desde el desde el 2015 le informó a NHM, cuando éste no era
todavía Fiscal, sobre las violaciones a las normas y leyes sobre contratación pública
e irregularidades que venían cometiendo las empresas colombianas Corficolombiana y
CONSOL, socias de Odebrecht en el contrato de construcción de la Ruta del Sol II.
Habló de contratos raros por $25.000 millones, aparte de los $37.000 millones que dijo
hay en la otra firma CONSOL. No obstante, la misma Fiscalía estima hoy que el monto
de las coimas asciende a 65.000 millones de pesos.
A pesar de la muerte trágica de Pizano, sin que haya certeza porqué causa y
motivos, además de la de su hijo por envenenamiento con cianuro que según la
investigación que lleva a cabo la Fiscalía fue encontrado escondido en un lugar de su
casa, este caso sigue sin resolverse y es probable que quede impune debido a los
grandes intereses que toca.
Si bien es cierto en Colombia ha habido muchos casos de corrupción, como el Carrusel
de la Contratación, Agro Ingreso Seguro, Programa de Alimentación Escolar (PAE),
Saludcoop, Conalvias, Electricaribe, no hay evidencias que el
Estatuto anticorrupción haya servido para evitar el grave daño patrimonial y moral que
le vienen causando al Estado, la cosa pública (res publica) por excelencia; lo que ha
llevado a una mayor pérdida de confianza de la gente en el gobierno y las
instituciones.  
Desde el punto de vista jurídico, el Estatuto es una prueba de que no era necesaria la
Consulta Anticorrupción, teniendo en cuenta que éste va más allá en su alcance y
medidas que aquella, que busca atacar el nido de la corrupción centrando su
objetivo en los altos cargos del Estado encargados de administrar la cosa
pública, principalmente los legisladores responsables de hacer las leyes y el Congreso
donde se lleva a cabo el Lobby a favor de los grandes grupos económicos, los
verdaderos factores reales de poder.  
Por otra parte, podría decirse que el Estatuto no ha cumplido con su propósito
de “fortalecer los mecanismos de prevención, investigación y sanción de actos de
corrupción y la efectividad del control de la gestión pública” como demuestran las
denuncias de corrupción citadas arriba, donde queda claro que no es la falta de
normas lo que necesita el país.
Donde se concluye que, una de las falencias de la lucha contra la corrupción es la falta
de una política pública nacional, de un programa pedagógico que vaya desde el jardín
infantil hasta las facultades de enseñanza superior que ponga la enseñanza de la
ética, en su acepción más amplia y profunda, al centro de los planes de
educación, incluyéndola como materia fundamental en la formación de profesionales y
funcionarios.
Que haga de la administración de la cosa pública su objeto de estudio y práctica
fundamental, que ataque la idea del Estado como un botín para el enriquecimiento
personal y difunda la de lo público para el buen vivir de todos, principalmente los más
vulnerados, los millones socialmente excluidos.
No parece que tomáramos consciencia aún como sociedad, de que cuando la riqueza
pública es apropiada por particulares, se está vulnerando el derecho al bienestar y
buen vivir de todos.
De ahí que, no son más leyes sino ética, consciencia y lucha ciudadana lo que necesita
el país para avanzar hacia un Estado democrático eficiente y transparente; pero
mientras sigan gobernando los mismos viejos poderes, no será fácil ni viable a corto
plazo un cambio en esta dirección.

NOTICIAS
Los pobres resultados de la política exterior de Duque

La semana que terminó fue agitada en Colombia: mientras la Selección clasificaba a


cuartos de final de la Copa América en Brasil, en el centro de Bogotá, en la sede del
Congreso, se hundía una de las leyes que impulsaba castigos más robustos para los
corruptos del país. Y, entre tanto, la crisis en la vía que conduce al Llano seguía sin
ceder, obligando a un bloqueo del paso de vehículos de al menos tres meses y,
finalmente, el país se horrorizaba con el asesinato de María del Pilar Hurtado en frente
de su hijo.
En medio de esto, el presidente Iván Duque avanzaba su viaje número 17 de su
mandato, que hasta el momento lleva diez meses. El Jefe de Estado viajó a Europa
para, según la propia Presidencia, “destacar el buen momento por el que pasa el país,
(buscar) las oportunidades de inversión y desarrollo, así como la firma de convenios de
cooperación”.
Y aunque es cierto que los 17 viajes han sido oficiales, en los que había una agenda de
trabajo, opinadores consultados por COLPRENSA creen que los resultados de estos
periplos internacionales no son de mucha relevancia para el país y no tienen objetivos
claros.
“Lo que yo veo es que no hay una brújula. Ya el Gobierno tiene diez meses y este es el
momento en el la Presidencia y la Cancillería nos deben a los colombianos la
descripción de la política de relaciones exteriores. No se sabe para dónde va el
Gobierno y qué objetivos tiene en su relacionamiento con otros países”, explica
Ancízar Marroquín, analista experto en política y relaciones exteriores.
Marroquín añade que la falta de una hoja de ruta conduce a que muchos de los viajes
que se hacen estén ligados directamente a la coyuntura. “Duque viaja a Europa y
decide pasar de visita a Francia para verse con el presidente, sin haber planeado esa
visita. Eso es un claro ejemplo del desorden que hay en la política exterior. ¿Qué hacen
los embajadores, entonces?”, cuestionó Marroquín.
El exembajador y exministro de Relaciones Exteriores, Julio Londoño Paredes, está en
desacuerdo con la postura del analista Marroquín en cuanto a que no hay un norte en
la política diplomática del Gobierno. Para Londoño Paredes lo que hace el Presidente
Duque es ejercer la diplomacia “que requieren estos tiempos”.
“Existen una cantidad de cambios en el funcionamiento de los países que hoy en día se
requieren acuerdos de alto nivel. Estamos hablando de pactos políticos que deben
tratarse entre presidentes y eso es lo que hace Duque, asumir las riendas de esos
encuentros para darles el nivel que requieren. Colombia tiene pactos con muchas
naciones y es deber del Mandatario de los colombianos asegurarse de que se
cumplan”, dice.
El antiguo diplomático dijo que las críticas de que hay asuntos de política nacional que
requieren la atención del Jefe de Estado están basadas en “la tendencia de urgencia
paternal que hay en muchos países”.
“El Gobierno no lo conforma solo el Presidente. Hay una Vicepresidenta y un cuerpo de
ministros que tienen a su cargo las carteras de todo el país político. Cada uno tiene su
responsabilidad y no podemos pretender que el Presidente esté como un padre
autoritario frente a todo lo que ocurre. Él, de todos modos, sigue dando instrucciones
desde donde se encuentra, como ocurrió con la vía al Llano”.
Sin resultados relevantes
El senador de la Alianza Verde, Antonio Sanguino, identificó otra problemática que,
para él, deja la ausencia de Duque para hacer viajes al exterior.
“Es claro que la legislatura se vio afectada por sus viajes”, sentenció Sanguino, quien
afirmó que el Presidente no “le da línea a la Ministra del Interior para manejar el
Congreso”.
“Hay muchos ejemplos de cómo él prefiere concentrarse en temas como Venezuela y
deja de lado lo que es urgente en Colombia”, continuó Sanguino. “El tema de la
corrupción se ha manejado de manera muy frívola. Es una vergüenza la manera como
se hundió el proyecto que venía de la Fiscalía, era claro que no había ningún interés
por parte de nadie de sacarlo adelante. La Ministra no se apersonó de eso”.
El congresista de la Alianza Verde también recordó el pacto nacional convocado por
Duque para avanzar en temas fundamentales.
“Yo sí quiero saber qué pasó con eso. No veo que se haya avanzado en nada. Primero
convocó solo a sus amigos y luego eso se diluyó”.
Sanguino también dijo que el balance de la política exterior de Duque no tiene
resultados qué entregar.
“El Presidente le apostó a los temas de Venezuela y de la economía naranja y de
ninguno hay resultados. ¿Qué pasó con el Grupo de Lima?, ¿en qué quedó el cerco
diplomático a Maduro, al que por cierto, le quedaban días contados en el poder? No
ha pasado nada. La ayuda internacional sigue varada en la frontera”.
El analista Ancízar Marroquín dice que tampoco hay muchos resultados en cuanto a
acuerdos que sirvan para la implementación del acuerdo de paz en el territorio
nacional.
“Uno de los objetivos de sus viajes a naciones aliadas debe ser la búsqueda de recursos
para implementar la paz, pero eso tampoco está ocurriendo. No se están firmando
pactos de colaboración y eso también deja mucho qué desear de sus resultados”,
concluye el experto.
Indonesia: un socio de alto potencial para Colombia
Ha llegado el momento de fortalecer las relaciones con el país musulmán más poblado
del mundo. Casi 270 millones de consumidores nos esperan con su gran despliegue en
tecnologías de información, su creciente industrialización y su deseo de acabar con el
estereotipo de nación corrupta y de radicalismo islámico. Es la hora de atender las
demandas en flores, cacao, banano y café, así como de captar promisorias inversiones
en agronegocios y servicios de telefonía móvil.
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Acaba de terminar el Ramadán en Indonesia. Es el Eid al-Fitr, la festividad que da
comienzo al año religioso en el calendario islámico; ha terminado el ayuno, el alma
está más limpia, el espíritu más liviano. Como en la Pascua de resurrección de los
cristianos, se respira un aire de pureza. Por ello, durante la ceremonia que encabezan
el presidente de esa país Joko Widodo y su gabinete, los hombres visten de blanco con
su gorro cónico negro, el famoso peci, y las mujeres llevan su traje de velo, la mukena,
entallado, largo y muy elegante. Las celebraciones duran cuando menos tres días, los
niños reciben sus regalos y las familias se reúnen, por lo cual hay gran cantidad de
viajes internos y se forman gigantescos trancones en las rutas que integran el enorme
archipiélago de 17.508 islas. Son dramáticos los atascos entre las islas superpobladas,
Java y Sumatra, en donde vive el 75 por ciento de la población, unos 200 millones de
personas.

El fenómeno de la telefonía
De los países que formaron parte de los llamados Civets, Indonesia se ha venido
perfilando como el más consistente: ha mantenido un crecimiento notable, superior al
5 por ciento anual en su producto; la renta per cápita se ha incrementado, ha logrado
avances en la contención del terrorismo, su democracia luce más consolidada, su
industria agrega cada vez más valor y se encadena globalmente, a la vez que el país se
convierte en epicentro financiero e influyente miembro de Apec y Asean.

Tras la reelección del presidente Widodo con un margen de votos importante en su


victoria, el sistema político se ha fortalecido. Jokowi, como suele llamarlo el pueblo,
fue un fabricante de muebles, empresario, exportador, exitoso como alcalde de Solo y
gobernador de Yakarta. Es el primer presidente de Indonesia que no viene de la élite
política y, curiosamente, ha tomado de algún país latinoamericano la consigna de
“trabajar, trabajar y trabajar”, a la vez que práctica el llamado blusukan, consistente en
visitas televisadas a municipios pobres o barriadas donde habla con la gente y procura
soluciones a los problemas.
Nuestro recién nombrado embajador, joven con buen antecedente en su tarea
consular en Oriente, dispone de un gran escenario. El ‘archipiélago digital’ está en
ebullición. Allí están surgiendo los nuevos unicornios de la economía digital: Tokopedia
(comercio electrónico), Traveloka (viajes y turismo). Claro, Indonesia tiene aún
limitaciones en infraestructura, conectividad y velocidad digitales. Sí. Colombia,
tomando las previsiones en defensa del interés público, y la nueva ley de
telecomunicaciones, pendiente de conciliación entre Senado y Cámara y de la
posterior sanción presidencial, podría ofrecer un magnífico horizonte para Indonesia,
desatando un flujo de inversiones con beneficio recíproco.

Con casi tres veces el PIB colombiano y cinco veces el tamaño de nuestra población,
Indonesia tiene un desarrollo corporativo notable. Sus grupos económicos miran con
interés nuestro país, que aún no descubre el potencial pues solo ve las similitudes de
las ofertas exportables.

Es el tiempo de acometer la gran tarea; países latinoamericanos con menor desarrollo


relativo nos están tomando la delantera. Por si todo lo anterior fuera poco, los
servicios también son escenarios de oportunidad para nuestra gente. Allí trabajan
pilotos colombianos, grupos musicales y empresarios de la joyería y los cafés
especiales. 

El turismo ofrece igualmente posibilidades: Borobudur, los santuarios naturales y los


templos, un plato de gado-gado y un satay, la magia de Bali, los mercados artesanales
y la sonrisa permanente del pueblo nos esperan. Ellos se fascinan con nuestra
hospitalidad, montañas, selvas y llanos, la riqueza cultural y diversidad biológica,
nuestra música y la gastronomía colombiana. Iniciemos la nueva era de las relaciones:
bienvenidos, selamat datang.
IMPUNIDAD EN COLOMBIA
El hecho de que la mayoría de la población se encuentre realizando actividades de baja
productividad y con poco valor agregado, como la comercialización de servicios
personales básicos, hace que decaiga el crecimiento del PIB y se estanque la economía.
-Existe un bajo nivel de inversión en ciencia y tecnología. El número de investigadores
en áreas de interés es limitado. El escaso número y tamaño de los centros de
investigación no permite la consolidación de la ciencia y la tecnología.
-El país no cuenta con un espacio propio a nivel regional y mucho menos tiene peso en
organismos multilaterales. En términos generales no convoca ni es convocado.
-Los medios de comunicación están en cabeza de los grandes grupos económicos,
quienes ven en ellos un importante elemento de poder político, a pesar de no generar
el volumen de utilidades que generan las demás actividades a las cuales se dedican.
-En Colombia no existe capacidad de movilización y redistribución de los bienes
nacionales ni legitimidad basada en la efectividad y en la integración en la toma de
decisiones.
PROBLEMAS ECONOMICOS EN COLOMBIA REFERIDOS A SUS POLÍTICAS
Aunque gobierno, analistas y el Banco de la República son bastante optimistas frente a
lo que será la economía en el 2019, existen riesgos que podrían presionar a la baja el
crecimiento previsto de más de 3 por ciento. Para Fedesarrollo, entre esos factores
adversos se cuenta una menor dinámica de los socios comerciales del país, en especial,
“por menores expectativas de crecimiento de Estados Unidos”. 

A esto se le sumaría el coletazo que pueda traer el fenómeno del Niño, el impacto de


Ley de Financiamiento en el consumo nacional y, por último, que se traben los
avances de los proyectos de infraestructura y se deteriore la construcción de
edificaciones.
PERÚ, CHILE Y COLOMBIA LIDERARÁN EL CRECIMIENTO ECONÓMICO EN AMÉRICA
LATINA EN 2019
Perú, con un 4%, y Chile y Colombia, con sendos 3,5%, serán los países que lideren el
crecimiento económico en América Latina durante los próximos doce meses, según las
previsiones del último Informe Económico y Financiero de ESADE 2019.  El documento,
dirigido por David Vegara y elaborado con el apoyo del Banco Sabadell, también se
muestra optimista con la evolución de otras regiones como Brasil y México, que
también se consolidarán con un incremento del PIB superior al 2%. La
economía Argentina, por el contrario, volverá a decrecer, aunque en menor medida
que el año pasado (-1,6%) y Venezuela asistirá a la prolongación de su grave recesión.

EL PROTECCIONISMO COMERCIAL, UNO DE LOS MAYORES RIESGOS PARA 2019


De entre los principales riesgos para el crecimiento económico durante los próximos
doce meses, los expertos de ESADE destacan la intensificación de las políticas
comerciales proteccionistas y un claro aumento de las tensiones financieras derivado
de la amenaza de una normalización más brusca de lo esperado en políticas
monetarias o de una corrección abrupta de los precios de los activos. También
advierten de los problemas que podría acarrear el alto nivel de endeudamiento a
escala global y de la posible extensión a un número creciente de países de políticas
económicas no sostenibles.
PRINCIPALES PROBLEMAS SOCIALES EN COLOMBIA
1- Corrupción
La corrupción es uno de los problemas sociales más acuciantes que enfrenta Colombia.
Esta se evidencia no sólo en el gobierno sino también en la praxis de muchas empresas
multinacionales.
Uno de los casos más recordados de corrupción fue la financiación de grupos
paramilitares por parte de empresas bananeras (principalmente la empresa
estadounidense Chiquita Banana Brands), que se dio entre 1996 y 2004.
La Chiquita Brands estableció relaciones ilegales con grupos paramilitares con el objeto
de controlar ilícitamente el movimiento obrero: básicamente se prohibió la formación
de sindicatos y el derecho a la protesta social a través del terror infundido por los
grupos armados.
Las investigaciones posteriores que se llevaron a cabo en torno a esta problemática
demostraron que la multinacional estadounidense había entregado a los paramilitares
colombianos más de 1,7 millones de dólares.
En el año 2007, Chiquita Brands se declaró culpable del financiamiento de grupos
paramilitares y fue sancionada con una multa de 25 millones de dólares.
2- Desempleo
A inicios del año 2017, la tasa de desempleo se ubica en el 11, 7 %, de acuerdo con los
datos suministrados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística de
Colombia.
3- Pobreza
De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia,
en el año 2014, la línea de pobreza monetaria por hogar era de 894922 $.
Esto quiere decir que una familia con ingresos inferiores a los 894922 pesos está
incluida en la facción pobre de la población.
Para el año 2015, el porcentaje de pobreza monetaria era de 27, 8 %. Esta cifra ha
disminuido en los dos últimos años. Sin embargo, el índice de pobreza monetaria
continua siendo alarmante.
Por otra parte, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística señaló que el
valor de la línea de pobreza extrema es de 408436 $. El porcentaje de personas en
situación de pobreza extrema era de 8 % para el año 2015.
Por último, se encuentra el índice de pobreza multidimensional, que hace referencia a
cinco dimensiones: (1) condiciones educativas del hogar, (2) condiciones de la niñez y
de la juventud, (3) trabajo, (4) salud y acceso a servicios públicos, y (5) condiciones de
la vivienda.
De acuerdo con el Departamento, el índice de pobreza multidimensional era de 20, 2 %
en el año 2015.
4. Situación de los derechos humanos
La situación de los derechos humanos en Colombia es la peor de todo el Hemisferio
Occidental.
A pesar de que la constitución de este Estado garantiza los derechos básicos del
ciudadano (derecho a la vida, a la libertad, a la privacidad, a la justicia), los reportes de
los derechos humanos en Colombia llevados a cabo por la Organización de las
Naciones Unidas demuestran que el país presenta problemáticas en las siguientes
áreas:
– Integridad de los seres humanos. En cuanto a la violación de la integridad de la
persona, destacan casos de privación de la vida, desapariciones forzosas de individuos
y torturas y otros castigos dentro de las prisiones e instalaciones militares.
– Corrupción. Con respecto a la corrupción, este es un problema grave en el país. Los
casos de corrupción más críticos incluyen tráfico de drogas y empleo de fuerzas
paramilitares.
EMPLEO Y DESEMPLEO DE COLOMBIA
En diciembre del 2018, el país contaba con 25.425.000 personas en el mercado de
trabajo, de las cuales 22.953.000 estaban ocupadas y 2.472.000 desocupadas. Entre
diciembre de 2018 y diciembre del 2017, la oferta laboral creció el 2.6% mientras que
los ocupados crecieron en 1.5%. Esto significa que 637.000 personas salieron en la
búsqueda de empleo, 304.000 lo encontraron y 333.000 pasaron a engrosar las cifras
de los desempleados.
Así, la tasa de desempleo pasó del 8.6% al 9.7%, y la tasa de subempleo subjetivo del
24.4% al 27.2%.
Para las principales 13 ciudades, la tendencia fue similar: la oferta laboral creció el 1%
(lo que equivale a 121.000 personas), y sólo se generaron 1.000 puestos de trabajo,
con lo cual 120.000 pasaron a las filas de desempleados. Así la tasa de desempleo en
estas ciudades pasó del 9.8% a 10.7%, y la tasa de desempleo subjetivo del 20,8% al
25.2%.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) que es una
Entidad responsable de la planeación, levantamiento, procesamiento, análisis y
difusión de las estadísticas oficiales de Colombia.
El aumento del desempleo se ha querido explicar por la incertidumbre de la reforma
tributaria; el aumento del salario mínimo, bastante por encima de la inflación, y la
migración de venezolanos. Pero este tipo de explicaciones no tiene en cuenta la
perspectiva de largo plazo. Los aumentos en las tasas de desempleo en diciembre de
2018 y enero de este año han vuelto a poner en duda.
El mercado laboral que había venido recuperándose lentamente desde comienzos del
siglo revirtió su tendencia a partir de 2015 como resultado de la caída de los precios
del petróleo y de la política contraccionista del Gobierno. Ese año, las tasas de
desempleo comenzaron a subir, aunque de una manera lenta. Sin embargo, el
desempleo se mantuvo relativamente bajo debido a las menores tasas de participación
laboral; es decir, a que una menor proporción de las personas en edad de trabajar
tenía ocupaciones o estaba buscando empleo.
EL MERCADO LABORAL
Dentro de las tendencias anteriores pueden darse variaciones coyunturales que las
frenan o las aceleran. Probablemente esto fue lo que pasó durante los últimos meses.
En el último trimestre de 2018 y en enero de 2019 el comportamiento de la
participación laboral fue muy distinto del que había mostrado en el mismo período de
años anteriores: el número de participantes en el mercado laboral aumentó 2,6 % el
pasado diciembre, muy por encima del 0,6 % del mismo mes en 2017 y del 0,7 % de
2016, y en enero de este año el aumento fue del 1,5 % frente al 0,6 % de 2018. Aunque
la generación de empleo aumentó ligeramente en 2018, estos aumentos en la
participación laboral explican la elevación del desempleo por encima de su tendencia
de largo plazo.
¿SON LOS VENEZOLANOS?
Según el DANE ha insinuado que el aumento en la tasa de participación se debe a la
mayor presencia de venezolanos, pero no presenta cifras sólidas para concluir que esa
sea la causa del fenómeno
En el último boletín (febrero 28, 2019) se adjuntan datos sobre las diferencias en las
tasas de participación y desempleo de personas que en enero de 2018 estaban en
Venezuela y en enero de 2019 estaban en Colombia (es decir que migraron). En efecto,
los que vivían en Venezuela presentan ahora mayor participación y desempleo que el
resto.
EL SECTOR RURAL
Mientras que, como vimos, la tasa nacional de desempleo aumentó entre 2015 y 2018,
la tasa para el sector rural venía disminuyendo. Pero en el último trimestre de 2018
esta tendencia cambió drásticamente. Las razones del cambio no son claras, pero hay
al menos dos hipótesis al respecto:
Por una parte, la desaceleración o la incertidumbre en el desarrollo de los Acuerdos de
Paz en materia agraria podría estar frenando la inversión en el campo. Por otra parte,
las expectativas del fenómeno de El Niño pudieron retardar las decisiones de siembras
y cultivos, cualquiera sea la razón, el empleo rural disminuyó 0,5 % durante el último
trimestre y este hecho se suma a las malas noticias del sector urbano.
CONCLUSIONES
 Si bien Colombia aún está rezagada en su desarrollo frente al resto de países de la
OCDE y presenta un nivel de vida inferior con índices de pobreza aún altos, inequidad
persistente y una informalidad todavía preocupante, también es cierto que ha
mantenido unas políticas macroeconómicas y un rumbo para el que las exigencias de
mayor rigor y objetivos más claros de la OCDE pueden ser muy favorables. En ese
sentido, el mensaje que deja el ingreso de Colombia es conveniente y contundente: no
se ingresa por ser un país rico, sino porque existe la voluntad de alcanzar niveles más
altos mediante políticas serias y estables.
Los estándares a los que estará sometido Colombia le permitirán anclar sus políticas en
el centro del espectro político, lo blinda contra las aventuras inciertas del neo-
socialismo (desde el caso extremo de Venezuela hasta posiciones más sensatas como
la de la concertación y el socialismo chileno), pero al mismo tiempo obliga a los
gobiernos de derecha a ser cuidadosos con las políticas laborales y a no perder de vista
la equidad y el desarrollo social. Asegurar que es el camino hacia el mundo
desarrollado es lanzar una moneda al aire, pero ciertamente aleja los vaivenes de los
variables intereses políticos y es una herramienta que otorga un criterio técnico a las
políticas y al manejo del Estado.
ECONOMIA
EL MERCADO LABORAL EN PERU
El mercado laboral peruano continúa complicado, tanto para adultos mayores como
para jóvenes que buscan ingresar a la PEA (población económicamente activa). Prueba
de ello son los resultados que se muestran en la última encuesta de Fundación Forge
Perú por encargo del diario Gestión. El 52% de jóvenes limeños postula de 2 hasta más
de 5 veces a un proceso de selección antes de conseguir su primer empleo, según el
sondeo realizado en enero a más de 200 ciudadanos entre 18 y 24 años.
Por otra parte, el mayor riesgo que enfrenta la economía peruana es el enfriamiento
del crecimiento de China —primer socio comercial del país—, que, sumado al
debilitamiento de la economía global, podría afectar las condiciones de mercado para
las empresas exportadoras en diversas categorías. No obstante, la mayor parte del
empresariado peruano se muestra optimista respecto a las utilidades que obtendrán
durante el 2019, para lo cual el control y eficiencia de los gastos y las estrategias
comerciales a definirse serán elementos claves.
PANORAMA POLITICO

A lo largo del 2018, el Perú ha experimentado una serie de imprevistos políticos que
involucran temas como vacancia presidencial, corrupción en el Poder Judicial,
enfrentamientos y separaciones en los partidos políticos en el Congreso, expresidentes
pidiendo asilo extranjero, un referéndum sobre cambios constitucionales, entre otros,
sumados a las elecciones para nuevos gobernadores regionales, y alcaldes provinciales y
distritales.

Todo esto ha tenido un impacto negativo en el desempeño económico del 2018, si bien
la tasa de crecimiento no ha sido baja. Para el 2019, están presentes una fuerte
incertidumbre relacionada con el ámbito judicial y del Ministerio Público (destapes de
corrupción e investigaciones a los fiscales), la reestructuración de las fuerzas al interior
del Congreso de la República, y las decisiones que tome el presidente Martín Vizcarra.
La opinión pública desempeña un rol fundamental en todo esto. Hasta febrero del 2019,
la aprobación del gobierno actual, del Congreso y del Poder Judicial no llegó a pasar el
50%. Por lo pronto, el presidente Vizcarra tiene una mayor aprobación que su gobierno.
En ese sentido, tal vez haga falta abordar de manera más coherente los temas que la
población considera prioritarios: combatir la corrupción, mejorar la calidad de la
educación y mejorar la calidad de la salud pública.

CUANTO AFECTA LA CORRUPCION AL DESARROLLO DEL PERU

El desarrollo, según Amartya Sen, puede ser entendido como la expansión de libertades
individuales o de capacidades humanas. Esta concepción parte de la premisa que el
incremento de las rentas personales no es el único medio para expandir las libertades en
una sociedad pues existen también otros factores como los derechos humanos o el papel
de las instituciones sociales y económicas. Bajo esta mirada, es necesario fomentar las
capacidades humanas esenciales como, por ejemplo, tener acceso a recursos adecuados
para lograr un nivel de vida decorosa y participar en la vida en comunidad.[1] Los
bienes son solo herramientas para poner en marcha aquellas actividades que lleven a
una vida digna. Pobres serán, entonces, aquellas personas que no solo tengan escasos
recursos económicos sino, sobre todo, quienes tienen menos opciones entre las cuales
elegir con libertad.

Así pues, uno de los requisitos para hablar de desarrollo como expansión de libertades
es la estabilidad del sistema democrático y, en este orden de ideas, la corrupción es un
indicador que mide dicha estabilidad. Y es que en un sistema democrático donde los
índices de corrupción son altos, esta situación se ve reflejada en la perpetuidad de las
desigualdades sociales existentes y en la vulneración de diversos derechos a causa de
conductas que pueden calificar como delitos contra la administración pública, además
de los efectos negativos que genera en las economías nacionales. Para afirmar entonces
que estamos ante una democracia genuina, los derechos humanos deben estar
garantizados. No obstante, la presencia de corrupción endémica es un obstáculo para el
ejercicio pleno de los derechos, sobre todo por parte de los más pobres.

Al respecto, Sen considera que “con todo lo valiosa que es la democracia como
principal fuente de oportunidades sociales, también es necesario analizar las formas y
los medios para que funcione bien, para realizar su potencial. El logro de la justicia
social depende no solo de las formas institucionales sino también de que éstas se
pongan verdaderamente en práctica”.[2] En otras palabras, para afirmar que, por
ejemplo, en Perú rige una verdadera democracia, no basta con que se lleven a cabo
procesos electorales, sino que también resulta necesario que el Estado garantice el
ejercicio de los derechos de los ciudadanos de cara a la satisfacción de, al menos, sus
necesidades más básicas.
Por otro lado, “la gobernabilidad genuinamente democrática requiere una
participación amplia y sustantiva, así como la rendición de cuentas por parte de
quienes ostentan poder”[3]. La rendición de cuentas es una obligación de las
autoridades y, de igual forma, es un derecho de la ciudadanía. Todos y todas gozamos
del derecho de acceder a información pública como herramienta para controlar la
legalidad y licitud de las acciones y decisiones de nuestras autoridades, en tanto el
Estado se encuentra a nuestro servicio. A pesar de esto, los sectores que viven en
marcos de pobreza no solo padecen por la escasez de recursos económicos, sino también
por el desconocimiento de sus derechos gracias a la baja calidad de la educación
provista por el Estado. Esta situación es un claro ejemplo de ausencia de opciones entre
las cuales elegir. Es decir, de falta de desarrollo como expansión de capacidades. Sin
educación que brinde el conocimiento de nuestros derechos y de las obligaciones del
Estado hacia nosotros, no podremos reclamar cuando desde el Estado se cometa un acto
de corrupción que termine afectando la calidad de los servicios públicos que brinda a la
ciudadanía.

Cuando la calidad o, incluso, el acceso a los servicios públicos se ve afectado, los


sectores pobres son quienes sufren de manera más intensa. Peor aún, cuando este último
se vuelve un objeto transable -por medio de sobornos o extorsiones-, es lógico afirmar
que solo aquellas personas que cuenten con recursos económicos podrán satisfacer sus
necesidades básicas con esos servicios. Los sectores que viven en pobreza no contarán
con los fondos suficientes para acceder, de modo ilegal, a dichos servicios básicos.

Todo esto nos lleva a reafirmar que la corrupción es un obstáculo en el camino al


desarrollo de un país. Por ende, medir los niveles de corrupción funciona como
herramienta para medir qué tan cerca o lejos estamos del desarrollo. Entonces, ante el
develamiento de un sinnúmero de casos de corrupción en el último año -además de los
casos de corrupción ocurridos en gobiernos anteriores que aún siguen siendo procesados
o se encuentran aún en la impunidad-, la respuesta a la interrogante ¿qué tan cerca está
Perú del desarrollo? parece ser obvia: nuestro país aún está lejos.

Principales afectados. Esto genera, según expertos, desconfianza en el funcionario


público, en la administración pública y, como consecuencia, en el Estado en general y
en el sistema democrático. Las principales instituciones aquejadas por la corrupción son
el sector Educación, los gobiernos locales (donde no hay oficinas de control), el sector
Interior (la imagen de la Policía está en entredicho) y el Ministerio de Salud.

Alarmante cifra. La lucha contra la corrupción debe ser uno de los temas en agenda en
la campaña presidencial y prioridad para el próximo gobierno. Sin embargo, esta
urgencia contrasta con resultados de encuestas como la del 2014 en la que un
sorprendente 41 % reconoció que votaría por “un candidato que roba pero hace obra”.

Tarea pendiente. Especialistas recomiendan que se reglamente la nueva Ley de


Declaración Jurada de Bienes y Rentas, trasparentar el financiamiento público y privado
de los partidos políticos, la bancarización de los aportes, una ley moderna de lobbies,
etc. También está pendiente la creación de una autoridad autónoma y especializada que
vele por el derecho de acceso a la información pública, una forma en que la población
pueda fiscalizar a las autoridades.
CUANTO AFECTA LA CORRUPCION A LA ECONOMIA PERUANA

La inversión pública fue super buena en el último bimestre. Lo buena noticia del
crecimiento del 18 es que se basó en la demanda interna. Muchas veces, el crecimiento
del país se relacionó con lo que pasaba afuera, con los precios de los minerales.
Efectivamente, la inversión privada creció después de 4 años, casi 7%; al igual que la
pública, después de una caída sostenida de 4 años creció más de 4%. Esto nos hace estar
positivos para lo que viene el 19; no esperamos shock favorable del lado externo, al
contrario, está movido y existe aún incertidumbres. El 19 esperamos que todo el
crecimiento del país venga nuevamente por el lado interno, teniendo pilares en la
inversión pública y privada, y el consumo interno.

Sobre la inversión pública, efectivamente, podría haber un efecto negativo al inicio de año por
el lado de las subnacionales. Aun así estamos haciendo un trabajo muy fuerte con ellas para
poder ayudarlas a conformar rápidamente sus equipos y que entren rápido en el ritmo del
crecimiento de la inversión. El pasado jueves tuvimos el primer Muni Ejecutivo con Moquegua.
La idea es tener, por lo menos, dos sesiones al mes con cada una de las regiones. Estamos
haciendo una labor con ellas. También hemos enviado equipos de Inversión Pública y de
Presupuesto a provincias para que no suceda lo de otras ocasiones, que en el primer trimestre
de los nuevos gobiernos cae mucho la inversión.

En el 2018, el déficit se habría ubicado entre 2.5 y 2.6% del PBI, menor al 3% que estaba
previsto en el Marco Macroeconómico de agosto. Fue, principalmente, a la mayor recaudación
del año pasado, producto, en parte, del crecimiento económico, y esperamos seguir
manteniendo esta fortaleza en el 2019. Queremos seguir aumentando la recaudación basados
en el crecimiento económico, que debería superar, nuevamente, el 4%, lo que también
impulsa la recaudación; y por el control de la evasión, para lo que se fortalecen todos los
sistemas operativos de la Sunat. Hemos sacado un decreto supremo para generar incentivos a
la gente, para que pida sus boletas. Sabemos que podemos descontar hasta un 30% en
servicios por honorarios, cuando vamos al dentista, al doctor, al abogado, al gasfitero, quienes
nos debería de dar recibo por honorarios; el 30% del monto (que cobran) lo vamos a poder
deducir. Además, hemos incluido el consumo en restaurantes, bares, cantinas y hoteles, en
cuyos casos la deducción es de 15%. Es decir, el 15% de lo que consumo, siempre y cuando me
den un comprobante electrónico, una boleta electrónica, lo voy a poder utilizar para deducir
impuestos. La masificación de los comprobantes electrónicos será una herramienta súper útil
para reducir la evasión tributaria. Creemos que es el mecanismo más justo para recaudar. No
debemos caer en la tentación de seguir gravando a los mismos de siempre.

En el primer trimestre la inversión pública bajará su ritmo por acomodo de las


nuevas autoridades...

Por ejemplo, en el ránking de Competitividad del Foro Económico Mundial 2017-


2018, nuestro país está en el puesto 89 (de 137) en la categoría Pagos Irregulares y
Sobornos; comparte el puesto 96 (de 180) con Brasil, Zambia y Colombia en el Índice
de Percepción de Corrupción de la ONG Transparencia Internacional; y, entre
otros informes, la Defensoría del Pueblo ha identificado que anualmente son S/12.974
mil millones los que el Perú pierde debido a este crimen.
“La corrupción ya es la prioridad número uno para el Gobierno”, señala Kristian Holge,
representante de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

En este contexto, como parte del objetivo de desarrollo sostenible (ODS) ‘Paz, Justicia e
Instituciones sólidas’, el Estado Peruano firmó en el 2015 un compromiso internacional
para reducir considerablemente la corrupción y el soborno en todas sus formas al 2030.

“Los últimos tres gobiernos han tratado de incluir la simplificación de trámites, la mejora de la
atención al ciudadano y el combate a la corrupción dentro de la agenda, pero vamos a paso
lento”, diagnostica Caroline Gibu, directora ejecutiva de Ciudadanos al Día.

COSTOSA CORRUPCIÓN

Según el Foro Económico Mundial (WEF) la corrupción encarece en 10% el costo de


hacer empresa y en hasta 25% el costo de celebrar contratos en los países en desarrollo.

En esta línea, en base a un estudio del economista Gustavo Yamada, Gibu indica que
existe evidencia estadística que demuestra que quienes son más pobres utilizan más
porcentaje de su dinero para pagar coimas. Estos pagos están destinados a facilitar el
acceso a servicios básicos como, por ejemplo, salud y seguridad.

“Si eres pobre, destinas más plata a coimear. Si pasas a clase media, ya tienes acceso a
servicios de salud y mejoran las probabilidades de no ser víctima de un trámite ilícito en
la policía”, sostiene Gibu.

Al tratarse mayoritariamente de trámites burocráticos y de acceso a servicios básicos


que imponen un costo económico sobre las familias, este sector se ubicaría dentro lo
que se conoce como “pequeña corrupción”.

Por otro lado, actos como los que realizan mafias enquistadas que tramitan obras y se
coluden con proveedores para ganar licitaciones de obras son calificados por Gibu como
‘la corrupción de atrás’, “la que no se ve”.

Dentro de toda la lucha contra la corrupción, esta parte sería la que avanza más lento.

A raíz del Caso Odebrecht, su daño social y secuelas políticas, todos estamos más
conscientes de la situación. Y si bien hacemos énfasis en el sector construcción, la
realidad es que ningún sector se escapa de la corrupción”, menciona Holge.

Tal como señala un informe del Instituto Peruano de Economía, el costo de la


corrupción –expresado a través de menor crecimiento del PBI, detrimento del ambiente
de negocios, falta de acceso a servicios públicos y malas decisiones de política pública–
es muchísimo mayor a lo que inicialmente se estima.
Perú y Colombia: grandes pero simples diferencias

Por qué Colombia hoy es formalmente parte de la OCDE y Perú no? ¿Cuál es la gran
diferencia entre ambos? Le doy algunas pistas en menos de 450 palabras.

1. El trabajo del Estado colombiano ha sido sostenido y prácticamente impecable. Son 7


años en los que el Poder Ejecutivo, el Congreso y diversas instituciones públicas,
independientemente del presidente de turno, entendieron que esto era un objetivo de
carácter nacional y que las diferencias no eran lo importante. Un ejemplo: el ministro de
salud colombiano lleva más de 5 años liderando el sector. Aquí hemos tenido 4
ministros de salud en un año.

2. En Colombia el diálogo entre el sector privado y el Estado funciona. Un ejemplo: el


Consejo Privado de la Competitividad (CPC), una entidad que ha venido articulando
iniciativas entre el sector público, el sector privado, la academia y diversas
organizaciones sociales preocupadas por la productividad del país vecino. Aquí, la
misma iniciativa acaba de nacer de la mano de IPAE y la CAF (Banco de Desarrollo de
América Latina), esperamos cumpla el mismo rol y tenga el mismo éxito.

3. Propósito común. Los problemas colombianos no son muy diferentes a los nuestros.
Su capital humano tiene una productividad aún baja, sus índices de informalidad son
altos, su sistema educativo no está alineado con los nuevos retos del mercado laboral, y
desde el 2014, los “números” colombianos no son los mejores. Sin embargo, en los
últimos años, nuestros vecinos han apostado por unirse en torno a consensos básicos, en
vez de priorizar intereses particulares.

4. En Colombia no existe una polarización similar a la peruana. Ayer, la primera vuelta


la ganó Iván Duque (39.1%), un líder de 41 años que, si bien carga la “mochila uribista”
y dice que buscará revisar algunos puntos del acuerdo de paz con las FARC, ha dejado
claro que las bases del desarrollo seguirán intactas. Por su parte, Sergio Fajardo
(23.7%), ex alcalde de Medellín y profesor universitario, cuya propuesta en materia
económica e institucional era muy similar a la de Duque, estuvo solo a un paso de pasar
a la segunda vuelta. El 63% del electorado colombiano estaba convencido de la
continuidad del actual modelo económico e institucional.

Así, las diferencias entre Perú y Colombia se resumen en un solo punto: la búsqueda del
bien común por encima del bien particular. El éxito colombiano nos demuestra que
fortalecer las instituciones ni es algo abstracto ni se reduce a temas regulatorios o
económicos. Requiere que primero funcione algo tan básico y humano como el diálogo.
No hay mejor incentivo para el diálogo que el bienestar de todos los peruanos. Y el
diálogo que debe funcionar primero es el diálogo abierto, sostenido y formal entre el
Estado y la Empresa. Así de simple.

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