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Adolescentes y sexualidad: mitos entre los padres y los

adolescentes
 Yolanda Pérez  27 mayo, 2013  Niños y adolescentes  No hay comentarios
          Hablar de sexualidad entre padres e hijos no es una tarea sencilla ni cómoda para la mayoría, al menos en
nuestra sociedad occidental. Si bien es cierto que en esta nueva era de la tecnología podemos oír con bastante
frecuencia afirmaciones entre padres como:

‘Hoy en día los adolescentes tienen toda la información que quieren’


‘¿Qué les vamos a contar nosotros si ellos nos podrían dar clases a nosotros?’
‘En Internet está todo lo que quieren saber’
También hay otras más tradicionales, tales como:
‘Todavía son niños’
‘En el colegio se les explica’
‘Hablarles de sexo les incita a pensar en el sexo’
Y muchas otras otras… Las frases de este tipo demuestran cómo padres y madres tienen miedo a hacer frente al
diálogo sobre la sexualidad con sus hijos adolescentes. La mayoría de los padres saben qué tipo de sexualidad NO
quieren para sus hijos pero, sin embargo, muchos de ellos no han encontrado la manera de hacer frente al diálogo
con sus hijos. Y todo esto no ayuda a la prevención de embarazos no deseados y enfermedades de transmisión
sexual a los que están expuestos los jóvenes. En este artículo os presentamos los mitos que tienen algunos padres
acerca de la educación sexual de sus hijos y algunos de los mitos que tienen los propios adolescentes.

          En pocas palabras, los jóvenes, niños o adolescentes, pueden aprender de sexualidad ‘en la calle’, a través
de centros de enseñanza, Internet, amigos, etc. y en realidad pueden aprender de cualquier otra cosa. Pero es
responsabilidad de los padres la educación de sus hijos y su formación para la vida. Y es por ello, que al igual que
en otras cosas los padres están dispuestos a ayudar a sus hijos hasta donde saben, es fundamental hacerlo
también en materia de sexualidad, pues es y será algo trascendental en la vida de sus hijos. Hay que dejar la
vergüenza y el miedo a no saber qué responder a un lado y ponerse manos a la obra. Hoy en día muchos de los
padres tienen la formación y conocimientos suficientes para hacer esto y, en caso contrario, los centros de
enseñanza en primera instancia o centros de psicología y sanitarios, imparten talleres de sexualidad para padres, 
en muchas ocasiones gratuitos

          Éstas son algunas de los principales mitos sobre sexualidad que se dan entre los jóvenes. En la
adolescencia se inicia para la mayoría de los adolescentes la actividad sexual coital. Además esta actividad cada
vez se produce a edades más tempranas que hace varias décadas (alrededor de los 15 años, en España). Son
muy pocos los/as adolescentes que, situados en el grupo de edad de los 21-24 años, señalan no haber tenido aún
ninguna experiencia sexual. Aunque los adolescentes en general están informados sobre el VIH/sida y las
enfermedades de transmisión sexual, siguen manteniendo ciertas conductas sexuales de riesgo que los hacen
lnerables.
          Si tenemos presente entonces, que en la adolescencia es cuando se producen las primeras
experiencias sexuales y que además existen mitos sexuales, por parte tanto de los padres como de
los adolescentes, llegamos al punto en el que es necesario y rotundamente importante tener claro que hay que
dotar a los adolescentes no sólo de información ‘correcta’ sobre las relaciones sexuales sino también de
habilidades para hacer frente y desmitificar las creencias erróneas que puedan tener con el fin de prevenir
embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual. Con el tiempo y la edad la mayoría de ellos logran
desmitificar todas estas falsas creencias, pero lo cierto es que en ocasiones esto puede ocurrir demasiado tarde y
es por esto que la acción de los padres es una herramienta muy valiosa para prevenirlo.
La situación de violencia infantil que actualmente viven miles de niñas y niños en
nuestro país ha llegado a índices inaceptables: De acuerdo al Ministerio de la
Mujer, durante el 2017, se reportaron 3 117 casos de violación sexual, de los
cuales el 47% eran niños, niñas y adolescentes.
 
Más allá de las acciones que el Estado pueda tomar en cuanto a políticas
educativas o medidas jurisdiccionales, hay algo que desde nuestro rol como padres
de familia o tutores podemos hacer en casa para hacer frente a esta situación:
hablar de sexualidad.
 
Es por eso que buscamos a César Cortéz, psicólogo responsable del programa
de jóvenes de la ONG Inppares, quien nos ayudó a entender la importancia de
este asunto.

¿Por qué hablar de sexualidad?


“(Hablar de sexualidad) es construir herramientas para que los niños y
niñas puedan enfrentar situaciones, es empoderarlos para que se quejen de
acciones con las que no se sientan cómodos. Algunas personas creen que la
sexualidad es solo el contacto sexual o el enamoramiento; pero hablarlo también es
tocar el autoestima y la toma de decisiones”, resalta Cortéz.
 
Según su experiencia en charlas y consejerías familiares, Cortéz ha podido notar
que gran parte de esta generación de padres no ha recibido una apropiada
educación sexual, lo que no les ha permitido desarrollar habilidades o
herramientas sobre cómo tratar la sexualidad con los chicos. El problema radica en
que si no lo hacemos nosotros, otros lo harán y no precisamente con buenas
intenciones.
 
Además, de acuerdo con la Defensoría del Pueblo, el 70% de los casos de
abusos sexuales son perpetrados por familiares directos o indirectos, vecinos o
amigos de la familia, es decir, por personas que pertenecen a los primeros
círculos de confianza del niño, niña o adolescente, por lo que hay que saber a
qué nos enfrentamos.
 
“Este nivel de confianza que los niños y niñas ponen hacia esas personas los
hacen aceptar invitaciones, un traslado, un producto o una especie de acuerdo. Es
aquí donde los padres tienen que hablar y comunicar para que no les sea tan
fácil acceder y tolerar a estas situaciones”, aclara el psicólogo.

¿Cómo empezar?
Si queremos hablarles de sexualidad desde pequeños, César recomienda empezar
las conversaciones en el momento del baño. Se debe dejar en claro que en un
momento tan privado como ese, solo ciertas personas están autorizadas a
realizar el proceso del lavado o el enjabonado y repetir ese mensaje cuantas
veces sea necesario para que lo puedan asimilar, aprender y comprender.
 
En ese momento, según sugiere el especialista, es cuando debemos empezar
a llamar a los órganos sexuales por su nombre. Decirles que se llaman pene o
vulva hará que la comunicación y la confianza alcancen otro nivel ya que, según
nos cuenta, hay muchas niñas y niños que crecen pensando que sus genitales son
“prohibidos, sucios, sobre los que no se puede decir o hacer nada”. La carga
negativa que se genera en estas palabras es identificada por el abusador, quien
aprovecha la situación para tocar las partes privadas de los chicos sabiendo que no
los acusarán o confesarán el hecho por pura vergüenza.
Hablar sobre sexualidad es informar y educar para que los chicos puedan identificar qué está mal, qué lo
ofende o lo lastima.

Para César hay muchas oportunidades para poder iniciar una conversación sobre
sexualidad. Una de ellas es cuando vemos televisión en familia.
 
“Las noticias de lo que está pasando, las novelas con situaciones que normalizan la
violencia o programas que tienen temáticas relacionadas a la sexualidad son un
punto de partida para conversar, pero los padres y madres no lo identifican como
tal – comenta –. Es un momento para hablar de qué tan cercanas pueden ser estas
escenas que vemos en la televisión y lo que podría pasarles”.

Entonces, ¿estamos haciendo mal?


Tenemos que entender que no somos culpables de lo que está pasando, pero sí
los responsables. El Estado, la escuela, el hogar y la propia sociedad tienen que
actuar juntas para complementar el círculo educativo integral que reciben los
chicos.
 
Todos los hogares son distintos. Ya sea por trabajo u otra responsabilidad, muchos
estamos fuera la mayor parte del día, pero es importante reflexionar sobre cómo
nos comunicamos con nuestras familias.
 
“Si no pueden o no tienen el tiempo, hay que buscar ayuda. Si dices ‘yo no
puedo porque no fui criado de esa manera’, ‘no puedo hablar de sexualidad’, lo
comprendo. Pero se tiene que buscar a profesionales o espacios donde puedan
informarse y construir estratégicas de cómo abordarlo y hablarlo con ellos”, explica
César. 
 
Inppares cuenta con un registro de experiencias positivas en la que no se necesitan
24 horas para formarlos o empoderar a los chicos y chicas. Si el mensaje es claro y
directo, los cambios saltarán a la vista.
 
Entremos en contacto con los chicos y eduquémoslos para que así sean ellos
quienes, bien informados y empoderados, sean sus propios defensores.
Etiquetas: 
Chicos IPe Sexualidad
 

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