Está en la página 1de 6

Cuando la falta de confianza nos

invade: la inseguridad emocional


 23 abril, 2020
Este artículo fue redactado y avalado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas

 Creer que no se es suficiente


 Tu relación contigo debe ser un refugio seguro
 Los 6 pilares de la autoestima, según Nathaniel Branden
Navegar por la vida acompañados de la inseguridad emocional
supone hacerlo con un gran lastre.  Dudar de todo, y sobre todo de nosotros
mismos, es uno de los grandes impedimentos para nuestra realización personal.
Andar temerosos, faltos de confianza e indecisos es similar a intentar mantener el
equilibrio sobre una cuerda floja, esa en la que hacer mil y un malabarismos para
intentar no caernos.
Puede que esta inseguridad nos acompañe desde siempre,  fruto de
una infancia infeliz marcada por la ausencia de un sentimiento de protección y
seguridad. O, quizás, haya surgido precisamente por todo lo contrario, es decir, por
una excesiva sobreprotección que nos haya hecho sentir inferiores y poco validos.
Incluso, tal vez, esta inseguridad haya emergido tras una situación demasiado
traumática que nos ha golpeado muy fuerte.
La inseguridad emocional es la gran enemiga del avance,  la gran
boicoteadora de la autoestima y el mayor obstáculo para la construcción de
vínculos sólidos. Si dejamos que nos invada, se apoderará de nosotros y acabará
anulando nuestra voluntad a través de las críticas y el cuestionamiento continuo.
No obstante, siempre podemos protegernos para que esto no ocurra y, en el peor
de los casos, comenzar a reconstruir el sentimiento de seguridad
perdido. Profundicemos.
«La desconfianza es la madre de la inseguridad».

-Aristófanes-
¿Qué es la inseguridad emocional?
La inseguridad emocional surge de la duda constante hacia uno
mismo, hacia las propias capacidades, sentimientos y manera de actuar. Es un
estado de duda constante que paraliza y que además, espera una validación por
parte de otras personas, la mayoría de las veces, como moneda para alcanzar una
falsa tranquilidad.
Ahora bien, no podemos olvidar que la vida en esencia es inseguridad
e incertidumbre,  de hecho el filósofo y ensayista español Ortega y Gasset diría
que es radical inseguridad, ya que puede dejar de existir en cualquier momento. El
problema es que no somos conscientes de ello. Nos pasamos el día planificando y
organizando, creando ilusiones hacia el futuro con la certeza de que todo ocurrirá
como esperamos. Y de pronto, todo se rompe en mil pedazos, nos salimos del
camino o simplemente, este se acaba y nos toca empezar uno nuevo.
Saber que todo puede cambiar en cuestión de segundos puede ayudarnos a vivir
de otras maneras, por ejemplo, más intensamente. No obstante, esto no quiere
decir que adoptemos a la inseguridad como compañera de nuestra
rutina, simplemente que la tengamos en cuenta.  Porque más tarde que
pronto, hará su aparición en escena. Y lo mejor es estar preparados para hacerla
frente.
¿Quiere decir esto que es mejor ser inseguros y no dar nada por sentado? No,
simplemente que de vez en cuando tenemos que acordarnos de ella
para evitar vivir en mundos imaginarios. Ahora bien, la inseguridad
emocional en exceso también nos perjudica porque además de invalidar cualquier
sentimiento de autoconfianza, esta puede expandirse a cualquier ámbito de
nuestra vida. Porque, ¿cómo avanzar cuando no estamos seguros de nada?
Lo importante es saber diferenciar entre la inseguridad a nivel general
como un indicador externo y la inseguridad emocional,  un estado
interno mucho más específico que tiene que ver con nosotros y con cómo nos
valoramos. De este modo, tener en cuenta que el cambio es permanente, al igual
que la incertidumbre es normal e incluso puede ayudarnos a ver la vida de otra
forma; pero también es importante confiar en nosotros y no esperar que los demás
expresen qué tenemos que hacer o cómo de bien hacemos las cosas para llegar a
sentirnos bien.

¿Qué caracteriza a una persona insegura?


Para entender mejor el universo de la inseguridad emocional y cómo nos
repercute, es importante conocer qué supone ser una persona
insegura. A continuación, señalamos algunas de las características más
comunes que presentan las personas que han adoptado este estado como parte
de sí mismas. Son las siguientes:

 Temor a las críticas, juicios y valoraciones de los demás.


 Necesidad constante de mostrar sus logros y de recibir
elogios y atención para sentirse válidos y capaces.
 Tendencia al perfeccionismo y a la competitividad.
 Suelen estar a la defensiva. 
 Baja autoestima.
 Intentos de contagiar la duda y la inseguridad a los demás.
 Uso frecuente de la falsa modestia.
 Presencia de un gran sentimiento de desconfianza hacia sí mismos.
«La desconfianza es una señal de debilidad».

-Indira Gandhi-

Las personas inseguras suelen actuar y pensar muy condicionadas


por una guerra interior constante,  una lucha entre su necesidad de destacar
y demostrar a los demás que son válidos y un profundo sentimiento de invalidez e
incapacidad. De hecho, en los casos más graves este tipo de personas no son
nadie si los demás no los valoran, es decir, se vuelven invisibles hacia sí mismos.
El psicoanalista austríaco Alfred Adler propuso el concepto de complejo
de inferioridad como identificativo de este tipo de personas. Afirmaba que las
personas inseguras sostenían una constante lucha de superioridad que incluso
podía llegar a repercutir de forma negativa en sus relaciones, debido a que podían
llegar a sentirse felices si hacían sentir infelices a los demás. Además, calificaba
este tipo de comportamientos como típicos de las neurosis.

También podría gustarte